Opinión


Jorge Coaquira Del Arroyo
Socio Fundador – Grupo PRACDA

[HACIENDO EMPRESA] En términos simples, el interés compuesto se refiere a la capacidad de generar intereses sobre los intereses acumulados previamente. En lugar de recibir solamente intereses sobre el capital inicial, el interés compuesto permite que esos intereses se reinviertan y se sumen al capital original, lo que genera un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo.

En las finanzas, el interés compuesto se aplica en una variedad de situaciones, como inversiones, préstamos y cuentas de ahorro. Por ejemplo, si invertimos una cantidad de dinero en una cuenta de inversión con una tasa de interés compuesto anual del 8%, al cabo de un año obtendremos intereses sobre el capital inicial. Sin embargo, en el segundo año, los intereses se calcularán no sólo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses generados en el primer año. Esto crea un efecto de «bola de nieve» donde los intereses se acumulan y se multiplican año tras año.

El interés compuesto en las finanzas puede ser una herramienta poderosa para hacer crecer nuestro dinero a largo plazo. Cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor será el efecto del interés compuesto. Por esta razón, es importante comenzar a invertir lo antes posible y ser disciplinado en la reinversión de los intereses generados.

Sin embargo, el interés compuesto no se limita solo a las finanzas. También tiene aplicaciones en nuestra vida diaria. Por ejemplo, si establecemos metas personales o profesionales y trabajamos de manera constante para alcanzarlas, el interés compuesto puede jugar un papel importante en nuestros resultados a largo plazo.

Imaginemos que queremos aprender un nuevo idioma. Si estudiamos regularmente y nos esforzamos por mejorar cada día, el conocimiento y las habilidades que adquirimos se acumularán con el tiempo. Cada palabra aprendida, cada concepto dominado se suma a nuestro «capital intelectual». Con el tiempo, nuestro progreso se acelera y estamos en una posición mucho más fuerte que cuando empezamos. Este efecto acumulativo se asemeja al interés compuesto en las finanzas.

Del mismo modo, en el ámbito de la salud y el bienestar, el interés compuesto puede ser aplicado. Adoptar hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y mejorar la alimentación, tiene un efecto acumulativo en nuestra salud con el tiempo. Pequeñas mejoras diarias se suman y contribuyen a un bienestar general sostenible.

En resumen, el interés compuesto es una fuerza poderosa tanto en las finanzas como en nuestra vida cotidiana. Comprender cómo funciona y aprovecharlo a nuestro favor puede marcar una gran diferencia en nuestro éxito financiero a largo plazo y en el logro de nuestras metas personales y profesionales. Ya sea que estemos invirtiendo dinero o esforzándonos por mejorar en algún aspecto de nuestra vida, el interés compuesto puede ser un aliado valioso para alcanzar el crecimiento y el éxito continuo.

Ya lo decía Albert Einstein: “El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que lo entiende se beneficia, aquel que no, lo paga”.

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crecimiento personal, Decisiones Financieras, Finanzas personales, Interes Compuesto

[PIE DERECHO] Según señala un último informe de Apoyo Consultoría, desde el 2019, las denuncias per cápita por casos de extorsión han aumentado más de 400%. “En el 2023, de acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos, más de un millón de peruanos reportó pagar frecuentemente algún tipo de cupo para poder trabajar y el 82% afirmó sentirse inseguro al caminar por las calles en Lima”, señala textualmente el mismo.

Las cifras son de espanto. Ya no se descubre nada diciendo que nuestro país está gobernado por la delincuencia. Una oligarquía del delito, porque unos pocos, organizados en bandas, someten la voluntad de la mayoría de ciudadanos peruanos de bien, pacíficos y respetuosos del orden social.

El daño que eso le genera a la viabilidad democrática del país es enorme. No solo porque desafecta a las víctimas, quienes sienten la ausencia del Estado y alimentan un resentimiento por ello, sino porque alienta la aparición de fenómenos políticos autoritarios que prometen la solución fácil frente a la problemática descrita.

Además, golpea duramente a la economía. Según la referida encuesta de IPSOS, “realizada para APOYO Consultoría y Backus, el 86% de las bodegas encuestadas en Lima califica a la inseguridad o extorsión como un problema grave para el crecimiento de su negocio, porcentaje que asciende a 90% en el norte”.

Uno esperaría que ante un problema de carácter social y, por ende, responsabilidad de los gobiernos, éstos actúen buscando una solución al mismo, con estrategia y conductores afinados, pero no, se aprecia absoluta indolencia y desaprensión. Baste decir que en los últimos cinco años, hemos contado con 20 ministros del Interior y 11 jefes de la Policía Nacional del Perú (PNP). Inestabilidad que atenta contra el despliegue de una política pública que pretenda ser eficaz.

No debemos esperar a que el 2026 advenga un nuevo gobierno que plantee y ejecute soluciones efectivas al respecto. Debemos exigirle ello al gobierno actual. No debería equivaler a pedirle peras al olmo. Por más mediocre que el régimen de Boluarte sea, tiene entre sus obligaciones básicas la resolución de dos problemas: la inseguridad ciudadana y la crisis económica. Si no es capaz de resolverlos, debe dar un pase al costado, por mano propia o congresal. No podemos aguantar como sociedad que la situación siga empeorando dos años y medio más.

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Extorsión, Gobierno, Informe Apoyo Consultoria, inseguridad ciudadana

[EMPRENDE]  Comienza un nuevo año, y con él un cúmulo de retos y nuevas perspectivas para el cambio, en lo social, en lo económico y por qué no en lo político, nuevos rumbos son necesarios y repensarlos es deber de todo aquel que tiene la posibilidad de hacerlo. Desde toda trinchera es necesario y urgente aportar para construir y no limitar conceptos de lamentaciones, se hace docencia en el aporte constante. Considerando este detalle, el emprender es un gran encargo.

Por eso en esta columna se trata de definir o avistar lo que es emprender y para tales efectos, cabe muy bien, buscar la manera más fácil de mostrar lo que significa y en qué circunstancias se convierte en una palabra que abarca no solo un sueño personal sino también un sueño país. El Perú debe emprender, y para eso es necesario un gran esfuerzo. Las instituciones deben apostar seriamente por hacer cambios, por construir, por gestionar y no todo es presupuesto, es tener la mirada emprendedora a esos niveles.

Emprender significa tener la oportunidad de poder desarrollar al máximo las habilidades tanto profesionales como también las personales. Para ello, es muy importante aprender a emprender, no limitarse a la creación de una empresa, sino a la gestión sacrificada para impulsar un proyecto que tenga líneas de largos plazos, por ello, emprender es también encontrar la oportunidad de convertirse en personas más creativas, innovadoras y por supuesto proactivas. Empezar “algo”, que tenga dosis de dificultad o de peligro, siendo consciente de ello asumirlo, he ahí cuando se emprende.

Es por eso, que encontrar un único concepto de emprender es difícil y por eso es factible de atribuirle varias acciones, pero en un sentido bastante general podemos entender que el emprender es tener la posibilidad de comenzar un proyecto sustentado por una idea o un deseo que va a buscar satisfacerlo. Es por ello, que no solo el emprender es llenarse de personalismos y oportunidades o necesidades, es también, encontrar y descubrir que las condiciones pueden darse también a nivel de todo un pais, en el lado social, un cambio estructural de la sociedad como tal, mucho se ha escrito sobre eso, en lo cultural, buscar una transformación que conlleve a aceptarnos y adaptarnos a lo nuevo, la identificación de brechas y necesidades es una constante que nos posibilita visualizar los cambios, la construcción de una nueva cultura popular urbana es una tarea que el Perú debe emprender, y no lo hace. Es una tarea urgente y necesaria. Hay la institución rectora de esa mirada y no lo está haciendo. En fin.

Al final no es solo atribuir el emprendimiento al entorno empresarial, aunque quizás en el lado de los negocios se entienda y visualice mejor este concepto, lo importante es que por hoy no quisiera entrar en solo un concepto que por costumbre se ha consensuado a nivel nacional, sino poner en el tapete que si el Perú es un país emprendedor pues lo debería ser en todo terreno. Y las diversas definiciones que se pueden encontrar amplían y permiten generalizar el significado de esta palabra, me permito transcribir algunas de ellas:

“Emprender es expandir tu zona de confort”

“Emprender es tomar y afrontar riesgos con el propósito de cumplir objetivos”

“Emprender es materializar las ideas creativas de uno mismo en las que estas generen un beneficio”

“Emprender es un pensamiento del deseo de cumplir un propósito pese a las dificultades”.

“Emprender es ver desde un punto de vista diferente a la sociedad”.

“Emprender es huir de la calma y afrontar la lucha”

Existen muchos más significados, generados por la subjetividad con los que puedan ser entendidos, marcando distintas líneas. Lo cierto es que EMPRENDER, como se ha dicho es un reto, es voltear la mirada a lo no obvio, mirar lo imposible, entender la necesidad del cambio, arriesgarse a comentar lo que no funciona, aceptar, tolerar, apostar, en fin, un buen emprendedor es el que considera siempre que los puentes se deben construir, con sacrificio y sin temor. Creo que yo ya empecé a emprender también. Un abrazo y feliz año 2024.

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Cambio Cultural, Cambio social, Desafío Emprendedor, Emprendimiento

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] Durante el 2023, la deslegitimación del poder ejecutivo y del poder legislativo fue notoria. Tanto la presidenta Boluarte como los congresistas han perdido el respaldo y la aceptación de la población, lo que lleva a una falta de confianza en su capacidad para gobernar y legislar de manera justa y efectiva. Esta pérdida de legitimidad se relaciona con varios factores, como la ausencia o debilidad de los partidos políticos, los abusos de poder, la violación de derechos humanos, la recesión económica, la corrupción, entre otros más.

En cuanto al poder ejecutivo, la falta de un partido político propio fue un gran obstáculo para la gestión de la presidenta Boluarte. Sin un respaldo orgánico, Boluarte tuvo que depender de los partidos políticos presentes en el legislativo. Esto la llevó a establecer relaciones estrechas con aquellos partidos, los cuales, guiados por sus propios y particulares intereses, colocaban sus temas en la agenda legislativa sin mayor objeción del ejecutivo. Las relaciones con los mismos debilitaron la autoridad de Boluarte. Al depender de ellos para aprobar sus leyes, Boluarte se vio obligada a ceder a sus demandas. Esto le dio a los partidos políticos un gran poder sobre el gobierno, lo que erosionó la autoridad presidencial.

Además, la ausencia de un partido propio y la necesidad de negociar constantemente para obtener apoyo dificultaron el diseño e implementación de políticas a largo plazo. Por eso mismo, la atención presidencial se centró más en mantener alianzas políticas inmediatas que en la planificación estratégica a largo plazo.

En relación con el poder legislativo, una de las causas de su pérdida de legitimidad fueron los escándalos de corrupción en los cuales se vieron envueltos muchos congresistas, como en el caso de “Los Niños”. Gracias al “operativo Valkiria”, se cuenta con indicios razonables de que la presunta organización criminal, liderada por la suspendida Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, habría ofrecido impunidad a los congresistas a cambio de sus votos para inhabilitar a la fiscal Zoraida Ávalos, designar al Defensor del Pueblo e investigar y destituir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia.

La deslegitimación del poder ejecutivo y del poder legislativo ha tenido un impacto negativo en el país. Cuando los ciudadanos pierden la confianza en sus gobernantes, es más difícil para ellos tomar decisiones y alcanzar consensos. Esto puede conducir a una gestión pública lenta e ineficaz. Asimismo, pierden la confianza en la democracia en general. Esto puede conducir a un aumento de la polarización política y de la desilusión con la democracia. De igual modo, es más probable que surjan movimientos populistas o autoritarios que puedan amenazar la democracia.

La deslegitimación del poder ejecutivo y del legislativo, así como sus efectos negativos en la confianza ciudadana y en la estabilidad democrática, requiere medidas como el combate a la corrupción, la transparencia y la rendición de cuentas, y el fortalecimiento de los partidos políticos. Sin embargo, ni el ejecutivo ni el legislativo tienen incentivos para implementar estas medidas, pues consideran que el país ha logrado estabilidad al finalizar el 2023, tal como afirmó el premier Otárola.

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congresistas, Congreso, corrupción, Democracia, Ejecutivo

[PIE DERECHO] El gobierno no puede confiar en su frágil alianza con el Congreso para permanecer incólume hasta el 2026. La precariedad de los propios grupos políticos que componen el Legislativo hace que esa apuesta sea de alto riesgo. Apenas se den cuenta en el Parlamento de que su simbiosis de intereses con el Ejecutivo arruinaría las posibilidades electorales futuras de los partidos que conforman esta suerte de alianza tácita, se producirá un quiebre que, si coge al Ejecutivo pasmado, se lo llevará de encuentro.

Muchos en el gobierno, particularmente el premier Otárola, parecen convencidos de que haber superado relativamente airosos la confrontación social violenta que aconteció al poco de tiempo de haber asumido la transición post Castillo, ya los blinda frente a cualquier otro escenario de aparente menor intensidad, y ello quizás sea el motivo por el cual su gestión brilla por su medianía y ausencia de objetivos de trascendencia.

Se equivoca garrafalmente el Ejecutivo si comparte esa hipótesis. Más que ninguno otro, el actual régimen está obligado a hacer dos o tres cosas bien (entre ellas, resolver la crisis económica y el lacerante problema de la inseguridad ciudadana) si quiere mejorar en sus niveles de aprobación en las encuestas y obtener así capital político que eventualmente le dé sostén, desalentando al Congreso a enfrentársele.

El inefable Vizcarra, sin bancada, pero con una inmensa aprobación, fue capaz de tumbarse un Congreso adverso, pero sin ese respaldo ciudadano no lo hubiera podido hacer. Esa lección debe ser extraída por Boluarte. Si ella no eleva dramáticamente sus índices de popularidad, hoy tan ralos, no tendrá parapeto alguno frente a un Legislativo que empiece a ponerse arisco conforme se acorten los plazos electorales.

La única manera de que el gobierno dure hasta el 2026 no será en base a astutas jugadas de intercambios políticos con el Congreso, porque éste no dudará un segundo en vacar a Boluarte si así lo considera conveniente para sus intereses. En cambio, si el gobierno crece en su aprobación popular, será difícil que un Legislativo que anda casi a la par en impopularidad, se atreva a destronarlo (al gobierno emergente de esa situación le pasaría algo semejante a lo que le pasó a Merino).

La dupla Boluarte-Otárola está obligada a gobernar superlativamente mejor si quiere llegar hasta el final de su mandato constitucional. Si no lo hace, seguirá siendo un factor de inestabilidad, desconfianza y precariedad política, causando un efecto perverso de obstaculización de las propias expectativas de mejora.

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Congreso, Estabilidad Política, Gobierno peruano, Popularidad Gobierno

[EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS] La semana pasada circuló el pronunciamiento de un colectivo denominado Coalición Ciudadana. Entre tantos manifiestos que circulan últimamente en nuestro medio, este ha llamado la atención y ha suscitado reacciones, algunas de ellas críticas destempladas, otras comedidas en el lenguaje, pero bastante duras en los reparos que le plantean.

El pronunciamiento llama a la unidad de las organizaciones y colectivos democráticos de la sociedad. La meta es revertir la captura de las instituciones del Estado por poderes subalternos, así como promocionar el crecimiento del país a través de un Estado honesto y técnico, que aliente el desarrollo de sectores claves como la salud, la educación y la infraestructura. El documento contiene también llamamientos a la justicia social, la lucha contra la pobreza, contra la violencia de género, entre otras.

Se ha dicho que el pronunciamiento de Coalición Ciudadana reúne una serie de lugares comunes y que las metas que propone son por todos compartidas. Respecto de estas dos premisas anteriores voy a suscribir la primera, pero no la segunda. En efecto, quién no quiere un Estado moderno que a través de sus servicios promueva el desarrollo del país en alianza, por supuesto, con el sector privado. La pregunta que queda en el tablero es qué sector de la política ha hecho realmente suyas estas metas tan obvias y que, en el Perú, desgraciadamente, no son más que una utopía.

Si nos detenemos a observar la actuación de las fuerzas políticas en el Congreso, nos quedamos absolutamente vacíos, salvo uno que otro esfuerzo individual. Está claro que las agrupaciones que se sitúan a la derecha del espectro están más preocupadas por cooptar las instituciones del Estado, y no es necesario que te chanten el manido sambenito de “caviar” -otro lugar común– para constatarlo: salta a la vista. Todo el Perú se ha dado cuenta y el Ejecutivo, deslegitimado desde las lamentables muertes de hace un año, no ha logrado, ni parece interesarle mucho tampoco, erigirse en ese poder que establezca el balance y el equilibrio que constituyen los pilares más importantes de cualquier democracia.

Hay otro aspecto relevante del llamado de Coalición Ciudadana que se les ha pasado a sus críticos. El pronunciamiento impulsa el diálogo, el intercambio, buscar las coincidencias mínimas para la constitución de un centro político democrático que abarque derechas e izquierdas, siempre y cuando se mantengan dentro de los contrapesos republicanos y constitucionales. En tal sentido, la presencia de la historiadora del periodo republicano, Carmen Mc Evoy, en la plataforma, es la que mejor garantiza la búsqueda de un lugar común democrático. El mismo efecto genera la presencia en la plataforma del rector de la UNI, Dr. Alfonso López Chau, cuyas ideas, que sintetizan diversas visiones del Perú, apuntan en la misma dirección. En efecto, hablamos de un lugar común para todos los que creemos que la deliberación democrática es aún posible cuando arrecian los extremos de derecha, de la izquierda marxista y del progresismo radical.

Este no es un objetivo menor pues el debate político lo venimos perdiendo hace años. Hoy prevalece el griterío histérico de los extremismos, y este es un fenómeno global. La democracia está contra las cuerdas, se bate en retirada y nuestros derechos, conquistados en siglos de desarrollo constitucional, son cuestionados cuando no trasgredidos con total impunidad por tirios y troyanos. Volver a situarnos dentro de los límites de los derechos fundamentales, de la democracia y de sus instituciones resulta pues un lugar común fundamental, que de tan común parece que lo damos por sentado cuando en realidad se esfuma entre nuestras manos sin que siquiera tomemos nota de una tragedia cívica cuyas consecuencias ya estamos pagando y pagarán aún más las próximas generaciones si no hacemos algo al respecto.

Otra crítica a la nueva plataforma política es la presencia en ella de Marisol Pérez Tello y Mesías Guevara. Quienes vemos la política desde fuera, hemos notado claramente que, en estas duras circunstancias políticas y sociales, algunos partidos de larga data han preferido sumarse a las consignas de las fuerzas que apuestan por el copamiento institucional, antes que convertirse en bastiones de la defensa de la democracia. Así las cosas, Pérez y Guevara buscan una nueva trinchera para luchar por los principios que siempre han defendido. ¿Debemos impugnarlos por ello?

El pronunciamiento, y la conferencia de prensa que Coalición Ciudadana le han ofrecido al país constituyen una suma de lugares comunes. Pero se trata de los lugares comunes con los cuáles el Perú podría combatir la corrupción, desarrollar y modernizar el Estado, y extender la justicia social entre todos sus ciudadanos. Suerte en el empeño.

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Coalicion Ciudadana, Democracia, Estado Tecnico, Justicia Social

-Que Alianza le renueve contrato a Carlos Zambrano y a Christian Cueva.

-Que en la U, Alex Valera no falle tantos goles, en desproporción de las oportunidades que él mismo contribuye a generar. Si acertara un 30% las que se encuentra, nos garantizaría el bicampeonato anhelado.

-Que a Fossati, a pesar de no haberle jugado correctamente a la U, le vaya bien con la selección y que su esquema 3-5-2 (del cual no se mueve ni aunque lo amenacen de muerte) encuentre los jugadores para desplegarse con éxito.

-Que Vargas Llosa acabe pronto su libro de ensayos sobre Sartre, a ver si en una de esas se anima y saca fuerzas para entregarnos una nueva novela.

-Que a las librerías les vaya bien y no se vean obligadas a cerrar.

-Que se acaben las mafias que aprisionan nuestro mayor imán turístico, Machu Picchu.

-Que Francisco I tenga el vigor de hacer la purga masiva que la iglesia católica necesita, dada la abrumadora cantidad de casos de pedofilia.

-Particularmente, que las autoridades eclesiásticas tomen la decisión de disolver el Sodalicio, incautar sus bienes y ponerlos a disposición de alguna otra orden o de alguna institución social de la propia iglesia.

-Que acabe la persecución judicial a los colegas Pedro Salinas y Paola Ugáz.

-Que vuelvan César Hildebrandt y Rosa María Palacios a la televisión abierta.

-Que Hildebrandt en sus trece resista y no deje de salir, aun cuando a veces los valientes y acuciosos colegas que lo componen le agreguen demasiado barullo a sus notas.

-Que acabe la campaña alcanterillesca contra un periodista honesto y corajudo como Gustavo Gorriti.

-Que los directores de diarios entiendan de una vez por todas que ya no pueden ofrecer noticias como producto central de sus impresos. Si siguen haciéndolo, van a desaparecer. Los kioskos no pueden convertirse en bodeguitas ambulatorias.

-Que retorne la paz a Medio Oriente, bajo la asunción de que se reconozca al Estado israelí, pero también al Estado palestino y su territorio originalmente asignado.

-Que a Putin lo saquen del poder como sea y acabe la prepotente invasión a Ucrania, que tanto daño le ha hecho a la economía mundial.

-Que a Milei le vaya bien en Argentina. Si ocurre ello, será un envión anímico para las derechas liberales de la región.

-Que se produzca un milagro y fenezcan las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y que sus conductores acaben en la cárcel por tiranos y por corruptos.

-Que el fiasco de Boric en Chile sirva de lección continental.

-Que se empiecen a construir las líneas 3 y 4 del Metro de Lima, sin esperar a que acabe la 2.

-Que se contrate a una consultoría especializada y, sin necesidad de construir puentes o bypasses, se resuelva el problema del tránsito en la capital peruana.

-Que saquen a los ministros de Economía y del Interior, una nulidad para resolver los dos más grandes problemas del país: la recesión económica y la inseguridad ciudadana.

-Que se entienda que la ola delincuencial que sufre Lima no es producto de la bienvenida migración de compatriotas venezolanos. Que no suframos de la xenofobia que en otros países ha sido el caldo de cultivo para el surgimiento de derechas autoritarias y extremadamente conservadoras.

-Que el centro y la derecha peruanas no cometan el suicidio de ir con más de veinte candidatos y este año se empiecen a consolidar alianzas.

-Que el país madure políticamente y se aleje de las narrativas radicales de los Aníbal Torres, Antauro Humala o Guido Bellido.

-Que en Barranco vuelva la bioferia, punto de encuentro colectivo que le hacía mucho bien a la vida cívica del distrito.

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Alianza Lima, Deseos 2024, Economía Perú, seguridad ciudadana

[PIE DERECHO]  -Que saquen al ministro de Economía, que no da pie con bola, que no sabe qué hacer frente a la recesión, que confía en que el gasto público sea determinante, que no aporta un gramo en la recuperación de la confianza inversora, que nos hará crecer –si se queda en el cargo el año entrante- solo por rebote estadístico y no por una robusta recuperación de la economía. Ojalá Dina Boluarte o Alberto Otárola, el poder detrás del trono, sepan calibrar el lugar que ocupa, según todas las encuestas, la crisis económica, en el sentir de los peruanos.

-Que el otro gran problema que asola el territorio nacional, el de la desbordada inseguridad ciudadana, sea aliviado de alguna manera. Estamos aburridos de “soluciones a largo plazo” o de “planes multisectoriales”. Lo que se quiere es acción efectiva, una policía menos corrupta y más eficiente, un Ministerio Público y un Poder Judicial liberados de la amenaza de las bandas delincuenciales, de un ministro del Interior con horizonte para salirse de la caja y con capacidad, por ende, de resolver el mayor problema de violencia civil que hemos vivido desde la caída del terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA.

-Que se encuentre algún remedio a la metástasis de corrupción que agobia a los ciudadanos y empresarios del país, en beneficio de burócratas o funcionarios llanos a extorsionar a los primeros a cambio de licencias, permisos o autorizaciones que deberían obtenerse porque así lo dispone la ley, pero que, puestas entre sus manos, se convierten en puerta de acceso a dinero sucio. Igual que con el tema de la delincuencia, se necesita de alguien que salga de la caja y encuentre una solución que implica desde el paje hasta el rey de nuestra precaria democracia.

-Por último y no menos importante, que la U obtenga el bicampeonato en el año de su centenario y que quien finalmente sea su entrenador, sepa mantener el estilo de juego que históricamente ha caracterizado al plantel merengue: técnica, velocidad, pundonor, juego vertical y garra, que es el que este año ha hecho que se bata el récord nacional de asistencia a los estadios en el Monumental de Ate. De paso, que Fossati repita con la selección el éxito obtenido con el cuadro de Odriozola y permita que el seleccionado nacional tenga un papel protagónico en la Copa América y que se vuelva a colocar en el partidor de posibilidades clasificatorias para el siguiente Mundial.

-¡Feliz Año para todos!

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corrupción, Deportes, Desafíos 2024, Economía, seguridad ciudadana

[MÚSICA MAESTRO]  Un año más se va y con él, destacados músicos se despiden del mundo físico dejando detrás de sí la estela inolvidable de sus voces, composiciones e instrumentos.

En este nuevo recuento de obituarios encontramos esa amplia diversidad de estilos musicales que, en décadas pasadas, conformaron un panorama artístico que nos fue educando el oído y la capacidad apreciativa, hoy tan degenerada por culpa de las Shakiras y los Bad Bunnies que han convertido el gusto de las masas en un sonsonete balbuceante, homogéneo y simiesco, opuesto a la colorida y multiforme creatividad que se nutría tanto de las tendencias globales como de los sonidos típicos de cada país. Así, íconos del punk irlandés se reúnen con astros japoneses de la música vanguardista, estrellas mundiales del pop-rock e ídolos locales de la música popular.

La muerte de Jeff Beck (10 de enero, 78) fue un golpe muy duro para los amantes del rock clásico y la guitarra virtuosa. Respetado por sus pares y adorado por las siguientes generaciones de guitarristas, el ex integrante de The Yardbirds y gravitante figura del jazz-rock, falleció sin mostrar señales de desgaste físico. Seguía tocando y sorprendiendo a su público hasta semanas antes de su deceso, en un hospital de Sussex.

Una de las partidas más dolorosas en el universo pop-rock fue la de Tina Turner (24 de mayo, 83), representante de la élite del R&B y el rock de los setenta y ochenta. En Brasil, ese mes, sintieron la muerte de Rita Lee (8 de mayo, 75) y Astrud Gilberto (5 de junio, 83). Otra diva, la británica Jane Birkin (16 de julio, 76), recordada por Je t’aime… moi nun plus, tema compuesto por su esposo, el francés Serge Gainsbourg (1928-1991), controvertido en su época por su abierto erotismo -y que fuera tema central de la película del mismo nombre, de 1976- dejó de existir causando conmoción en el panorama musical europeo y, particularmente, en Francia, donde desarrolló la mayor parte de su carrera.

El mundo del rock clásico sufrió la pérdida de varias de sus figuras emblemáticas, como David Crosby (18 de enero, 81), protagonista de la generación Woodstock; Robbie Robertson (9 de agosto, 80), cantante, guitarrista y líder de los canadienses The Band; Randy Meisner (26 de julio, 77), bajista original de los Eagles; Gary Rossington (5 de marzo, 71), único sobreviviente de la formación original de Lynyrd Skynyrd; y, recientemente, el 5 de diciembre, Denny Laine (79), lugarteniente de Paul McCartney en los Wings (1971-1981), y miembro fundador de The Moody Blues.

Del mismo modo, Bernie Marsden (24 de agosto, 72), primera guitarra de Whitesnake y devoto del blues antiguo; y el norteamericano Jimmy Buffett (1 de septiembre, 76), estrella de la época dorada del country-pop. Jim Gordon, baterista que trabajó con Eric Clapton, George Harrison, entre otros, recluido en un centro psiquiátrico de por vida tras asesinar a su madre en un ataque de esquizofrenia, murió a los 77 años, el 13 de marzo. Michael Rhoades (4 de marzo, 69), legendario bajista de sesiones en los estudios de Nashville; Ralph Humphrey (25 de abril, 79), baterista de Frank Zappa & The Mothers of Invention entre 1972-1974; Ray Shulman (30 de marzo, 73), bajista y violinista del grupo británico de prog-rock Gentle Giant; y Clarence “Fuzzy” Haskins (16 de marzo, 81), uno de los vocalistas originales del combo de funk Parliament-Funkadelic; engrosan esta lista de célebres fallecimientos.

Shane MacGowan (30 de noviembre, 65), fue una de las personalidades esenciales del punk irlandés. Aunque nació, fue criado y educado en Londres, el origen de sus padres marcó su forma de pensar y desarrollo artístico. Sumergido en los oscuros callejones de la subcultura punk desde 1977, fundó y lideró, entre 1984 y 1991, una pandilla de rock celta llamada The Pogues que, en su momento de mayor éxito (1987-1988) llegó a ser telonera de U2, Bob Dylan y los Rolling Stones, con su arrebatada fusión de punk, rock y folklore irlandés. Cantautor de afilada y polémica pluma, su excesivo consumo de alcohol y drogas lo fue debilitando paulatinamente, convirtiendo en legendarias sus constantes peleas, accidentes y esa dentadura destruida por tanto desarreglo. Rockeros de fuste como Bono, Bob Geldof, Bruce Springsteen, entre otros, consideran al autor de Fairytale of New York (1987) o Dark streets of London (1984), como uno de los mejores letristas que han conocido. Sinéad O’Connor, una de sus admiradoras, falleció tempranamente a los 56 (26 de julio). Ambos dejan un vacío enorme en la música contemporánea irlandesa.

Yellow Magic Orchestra, trío japonés que revolucionó el pop electrónico y el ambient desde finales de los setenta, perdió este año a dos de sus integrantes: el baterista y cantante Yukihiro Takahashi (11 de enero, 70) y el pianista y compositor Ryuchi Sakamoto (28 de marzo, 71). Tras su disolución, Takahashi se enfocó en el mercado japonés mientras que Sakamoto hizo lo contrario, abriéndose a múltiples colaboraciones y géneros -electrónica, música para películas, bossa nova, sinfónica-, interactuando con luminarias como David Bowie, Jacques Morelenbaum, Adrian Belew y David Byrne. Otro destacado vanguardista, el norteamericano Brian McBride, creador, en 1993, de Stars of the Lid, proyecto que combinaba post-rock con shoegaze y música orquestal, falleció a los 53 años, el 27 de agosto.

La muerte del saxofonista Wayner Shorter (2 de marzo, 89) enlutó a los conocedores de jazz del mundo entero por su trabajo junto a Miles Davis, primero; y al frente de Weather Report, después. También fallecieron otros importantes jazzistas: el pianista Ahmed Jamal (16 de abril, 92), la compositora de free-jazz Carla Bley (17 de octubre, 87); el contrabajista Bill Lee (24 de mayo, 94), padre del cineasta Spike Lee; el crooner Tony Bennett (21 de julio,96), de impresionante carrera de más de ocho décadas; y el cantante, actor y activista por los derechos civiles Harry Belafonte (25 de abril, 96), conocido como “El Rey del Calypso”. Burt Bacharach, compositor y director de orquesta de pop sinfónico, se mudó al otro barrio el 8 de febrero a los 94 años.

También fallecieron este año los hermanos Tim (28 de abril, 71) y Robbie Bachman (12 de enero, 69), guitarra y batería del grupo canadiense de rock setentero Bachman-Turner Overdrive (B.T.O.); el cantautor Gordon Lightfoot (1 de mayo, 84), también de Canadá; Tom Verlaine (28 de enero, 73), guitarrista fundador de Television, influyente banda de la escena post-punk norteamericana surgida en el CBGB; y el guitarrista sueco Lasse Wellander (7 de abril, 70), integrante del famosísimo cuarteto Abba, desde 1975 hasta su separación en 1981.

Los fans del rock británico lamentaron la muerte de integrantes de tres icónicas bandas de post-punk y new wave de los ochenta: Andy Rourke (19 de mayo, 59), bajista de The Smiths; Geordie Walker (26 de noviembre, 68), guitarra de Killing Joke; y Mars Williams (20 de noviembre, 68), saxofonista de The Psychedelic Furs. Asimismo, los bajistas Steve Mackay (2 de marzo, 56) y Pete Garner (3 de octubre, 61), de Pulp y The Stone Roses, importantes grupos de rock alternativo. Por el lado norteamericano, Gary Young (17 de agosto, 70), baterista de Pavement; Van Conner (18 de enero, 55), de Screaming Trees; y Rob Laakso (4 de mayo, 44) guitarrista en las bandas de Kurt Vile.

Un caso especial es el de Sixto Rodríguez (8 de agosto, 81), cantautor norteamericano de country rock y psicodelia de padres mexicanos que fuera recién descubierto a través de un documental ganador del Oscar, titulado Searching for sugar man (2012), donde se reveló que había sido muy conocido en Sudáfrica y Australia. La noticia de su muerte fue muy comentada en redes sociales, a pesar de que su música no trasciende más allá de las influencias del rock chicano (Los Lobos) o sureño (Lynyrd Skynyrd, Little Feat).

Cada vez que se hacen estas semblanzas, las miradas se centran en aquellos artistas de mayor popularidad y perfil mediático. Sin embargo, es relevante recordar a quienes, sin haber estado nunca bajo los reflectores, dejaron su huella como compositores. Por ejemplo, tenemos a Barrett Strong (28 de enero, 81), coautor de clásicos soul como I heard it through the grapevine, Papa was a Rolling Stone o Money (That’s what I want), grabadas por Marvin Gaye, C. C. Revival, The Temptations o The Beatles; Tom Whitlock (17 de febrero, 68), quien compusiera junto al italiano Giorgio Moroder, Take my breath away, balada icónica de los ochenta interpretada por Berlin para la banda sonora de Top Gun (1986); Pete Brown (19 de mayo, 82), letrista de varios himnos de Cream como Sunshine of your love o White room; Lord Creator (30 de junio, 87), compositor de Kingston town, grabada por él mismo en 1970 y popularizada en 1989 por los ingleses Ub40; Richard Kerr (11 de diciembre, 78), que escribió varios éxitos de los setenta como Brandy (You’re a fine girl) (Looking Glass, 1972), Looks like we made it (Barry Manilow, 1977) o I’ll never love this way again (Dionne Warwick, 1978).

2023 fue también un mal año para quienes trabajan tras bambalinas en la industria musical. Por ejemplo, tenemos a Jerry Moss (16 de agosto, 88), fundador junto con el trompetista Herb Alpert del sello A&M Records; el creador de Sire Records, Seymour Stein (2 de abril, 80), responsable del ascenso de superestrellas como Talking Heads, Ramones o The Pretenders; Glen “Spot” Lockett (4 de marzo, 2), productor de Minutemen o Black Flag, bandas emblema del sello independiente SST Records, especializado en punk. Por su parte, nos dejaron Bruce Gowers (15 de enero, 82), director del icónico videoclip de Bohemian Rhapsody de Queen; Nora Forster (6 de abril, 80), promotora alemana que apoyó a varios artistas y fue, desde 1975, esposa de Johnny Rotten. Y ya que hablamos de los Sex Pistols, el 8 de agosto falleció Jamie Reid (76), creador del logo del grupo, la carátula de Never mind the bollocks, su único LP oficial, y otras irreverentes imágenes como aquella del single God save the Queen, en que aparece una foto de la Reina Isabel II con un imperdible en los labios y esvásticas en los ojos.

En cuanto a la música en nuestro idioma, supimos de la muerte del compositor y guitarrista argentino Chico Novarro (18 de agosto, 88), integrante junto a Palito Ortega del Club del Clan y, posteriormente, conocido por sus composiciones en diversos géneros, desde boleros como Algo contigo (1976), reactualizada por el vocalista de Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico, en el 2003, tangos y nueva trova, como la entrañable Carta de un león a otro, grabada por el rosarino Juan Carlos Baglietto en 1983.

También desde Argentina, llegaron las noticias del deceso de Ricardo Iorio (24 de octubre, 61), punta de lanza del heavy metal gaucho, fundador de tres importantes grupos, V8 (1979-1987), Hermética (1988-1994) y Almafuerte (1995-2016), y Pablo Molina (2 de septiembre, 58), cantante y multi-instrumentista del conjunto de rock fusión Todos Tus Muertos, al que ingresó en 1994, año de su tercer álbum, Dale aborigen, que definió su estatus como animador de la movida alternativa del rock en español, con su combinación de reggae, punk, ska y sus letras de contenidos políticos y sociales.

La salsa noventera perdió a uno de sus one-hit wonders, el boricua Héctor Rey, conocido por la canción Te propongo, de su álbum debut, Al duro (1991). Otro histórico de la salsa nacido en Puerto Rico, el locutor de radio Hipólito “Polito” Vega (9 de marzo), la voz que presenta el disco de Willie Colón y Héctor Lavoe, Asalto navideño (1970); y el cantante y percusionista cubano Óscar Valdés (19 de octubre), de la primera formación de Irakere, fallecieron a los 85 y 86 años, respectivamente. El folklorista Tito Fernández “El Temucano” (11 de febrero, 1980) y el bajista original de Los Jaivas, Julio Anderson (25 de noviembre, 75), pusieron de luto a los melómanos chilenos. El productor y músico belga Lou Deprijck (19 de septiembre, 77), del grupo Two Man Sound, que hizo bailar a toda Latinoamérica con sus temas Disco samba (1979) y Coco loco (1991). Y Francesc Picas, integrante de Loco Mía, el recordado cuarteto español de los abanicos, falleció el 18 de noviembre, a los 53 años, activando la nostalgia de toda una generación.

Los seguidores del rock nacional quedaron estupefactos cuando se anunció, el 28 de diciembre, el prematuro fallecimiento de Pedro Suárez Vértiz, a los 54. Entre las dudas de quienes pensaban que era una broma del Día de los Inocentes, la muerte del ex vocalista de Arena Hash (1985-1992) y exitoso solista (1993 en adelante) se confirmó antes del mediodía. El compositor y guitarrista venía padeciendo, desde casi una década, de una extraña enfermedad neurológica que le fue quitando la capacidad de comunicarse, situación que lo alejó de los escenarios. Aun cuando la calidad de sus canciones es un tema debatible, nadie puede discutir su enorme popularidad y simpatía, conocido por su actitud relajada y carismática, ajeno a escándalos y apegado a su familia y amigos.

Otros artistas peruanos cuyas muertes ocuparon titulares fueron el bolerista Iván Cruz (6 de noviembre, 77); el compositor y maestro Jorge Madueño (2 de agosto, 80), padre de José Luis y Jorge “Pelo” Madueño; o el cantautor Raúl Vásquez (18 de abril, 74), compositor del hit de la nueva ola La plañidera (1969).

Los casos de Milagros Soto “La Princesita Mily” (22 de mayo, 57) y Abelardo Gutiérrez “Tongo” (10 de marzo, 65) son dignos de resaltarse, por pertenecer a una subcultura popular con la cual muchos no nos identificamos pero que no deja por ello de tener una dimensión propia. Ambos formaron parte del movimiento urbano-marginal conocido como “música tropical-andina” o chicha. Ella limeña y él huancaíno, lideraron dos importantes grupos de esa época, Pintura Roja e Imaginación, entre 1983 y 1989.

Desde el año 2000 en adelante, “Tongo” se concentró más en un género diferente, la parodia musical, convirtiéndose en una personalidad de internet, muy popular entre las clases bajas y la farándula, por sus estrambóticas y, muchas veces, ridículas, versiones de conocidas canciones de pop y rock, reemplazando las letras originales por frases sinsentido, burlándose de su incapacidad para pronunciar el inglés. También tuvo temas propios como La pituca o Sufre, peruano sufre, de nulo valor musical pero muy replicadas en programas cómicos, de entretenimiento y redes sociales.

Finalmente, dos días antes de la Navidad, el público peruano lamentó el fallecimiento de Lisandro Meza (23 de diciembre, 86), cantante, acordeonista y compositor que fuera muy popular en nuestro país entre 1992 y 1998, con canciones como Senderito de amor, El macho, Trompo sarandengue, El hombre feliz y muchas otras. Conocido como “El Macho de América”, el artista colombiano visitó en varias ocasiones nuestro país, animando festivales populares en Lima y provincias. La trayectoria de Lisandro Meza comenzó en los años sesenta, como integrante de Los Corraleros de Majagual, probablemente la orquesta más importante de cumbias y vallenatos de esa época.

Otros notables que nos dejaron este 2023: Lisa Marie Presley (12 de enero, 54), hija de Elvis y ex pareja de Michael Jackson; el cantante y actor israelí Chaim Topol (8 de marzo, 87), conocido por su papel de Tevye en el musical Fiddler on the roof; la soprano lírica italiana Renata Scotto (16 de agosto, 89); Kaaija Saariaho (2 de junio, 70), compositora vanguardista de Finlandia; Angelo Bruschini (23 de octubre, 62), guitarrista británico de Massive Attack; George Winston (4 de junio, 73), pianista norteamericano de new age.

IN MEMORIAM 2022

IN MEMORIAM 2021

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