Opinión

[LA TANA ZURDA]  La ola Arguedas sigue imparable

Siete ediciones en un año es un récord que pocos libros alcanzan. Kachkaniraqmi, Arguedas, la novela de Eduardo González Viaña, ha sido publicada en Madrid, Lima y Boston y ha completado 77 exitosas presentaciones en universidades, centros culturales y ferias de libros en el Perú y el extranjero.

La primera presentación fue hace un año en la Universidad Complutense de Madrid y la que sigue será en Hunan, China, donde la obra y el autor han sido seleccionados para un congreso sobre literatura mundial el próximo abril.

La novela narra la vida de José María Arguedas. González Viaña lo hace con una prosa que la crítica sin excepción califica de magnífica. Bryce decía que “dan ganas de cantar, mientras se lee a González Viaña”. Pero ¿quién cuenta la historia? Como ocurre siempre en el mundo andino, son las montañas, los zorros y los ríos quienes la entonan en un concierto armónico y poderoso.

Otro acontecimiento en el género novela fue Le dedico mi silencio, la última de nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Sus obras siempre despiertan interés desde antes de que se hayan terminado de imprimir. Ese es el caso de esta historia de músicos y decepciones. En el Perú, su patria, como en el ámbito mundial, se ha esperado con pasión entreverada de angustia esta obra que se anuncia como el «ultimum opus» del gran autor. Las opiniones, sin embargo, están divididas entre quienes la consideran un viaje agradable por la cultura y la música peruana y quienes querían oír el canto final del cisne y no lo hallaron.

Entre los libros más vendidos del género novela figuran, además, Los genios, de Jaime Bayly (desigual pero divertida); El mundo que vimos arder, de Renato Cisneros; Cien cuyes, de Gustavo Rodríguez; Francisca, de Alonso Cueto; Cenizas en el cielo, de Juan Morillo Ganoza; Danza entre cenizas, de Fabiola Pinel; y El Camarada Jorge y el dragón, de Rafael Dummet.

Sobre algunos de estos libros y otros de años recientes sobresale el ensayo lapidario La guerra cultural de baja intensidad en la literatura peruana, de Miguel Arribasplata Cabanillas, que cuestiona la validez ideológica y formal de una buena parte de la que el crítico norteamericano Mark Cox llamó la «prosa pituca peruana». Recomendamos leer este ensayo para tener una visión menos celebratoria de algunos autores ensalzados por intereses editoriales y no por su calidad literaria.

En cuento solo puedo mencionar La rebelión, de Luis Fernando Cueto Chavarría, y Geografía de la oscuridad, de Katya Geraldine Adaui, como lo más legible que llegó a mis manos.

César Vallejo sigue siendo best-seller en 2023

El ilustre poeta peruano continúa impulsando a brillantes estudiosos para tratar de desentrañar su asombrosa obra, dado que el 2023 fue el año del centenario de Escalas y Fabla salvaje, los dos primeros textos narrativos del gran autor de Santiago de Chuco. Por eso, hay que mencionar la muy completa César Vallejo. Correspondencia, de los acuciosos investigadores Valentino Gianuzzi y Carlos Fernández, que contiene el recuento más completo de las cartas de Vallejo y un erudito aparato de notas. También sobresale Vallejo, a un siglo de Trilce: nuevos estudios, del poeta y catedrático peruano José Antonio Mazzotti, quien lee y relee Trilce y explica por qué es un clásico que traspasará los tiempos y las generaciones. El libro está conformado también por 27 artículos de los más destacados vallejólogos del mundo. Otro importante libro sobre el poeta es César Vallejo, Trilce y dadá París: huellas de un estímulo silenciado, del ya mencionado Carlos Fernández, que estudia la relación del primer vanguardismo europeo con la obra de Vallejo. Asimismo, hay que destacar Las mujeres de Vallejo, de Miguel Pachas Almeyda, uno de los mayores biógrafos del poeta, que nos cuenta la importancia de las musas y la madre de Vallejo tanto en su vida como en su poesía, y la edición facsimilar y los estudios que acompañan a Escalas, por el infatigable editor Jaime Chihuán y su sello Sinco Editores (sí, con S).

Poesía, producto peruano de exportación

En poesía destacaron, sin duda, Murmullos del delfín Koshoshka (Antología mínima), de José Antonio Mazzotti, la edición inglés-español de Nawa Isko Iki / Amazonian Chants (en Nueva York) y la edición francés-español de Nawa Isko Iki / Chants Amazoniens (en París), del mismo autor. También Exhumaciones del colibrí, de Edián Novoa (otro destacado poeta del Movimiento Kloaka); Cosecha de invierno. 50 años de poesía 1973-2023, de Dante Lecca; Cenizas en la aurora, de Edwin Camasca (en tono ecológico); el regreso del noventero Xavier Echarri después de treinta años de silencio con Un ciervo en la carretera y la publicación de Enrique Bernales Albites con El lenguaje que la nombra; el notable Canta en mi nuca el ruiseñor, de la excelente Zoila Capristán; y Poesía reunida 1985-2016, que compila los cinco libros publicados de la poeta ochentera Rossella Di Paolo. Menciono también Cisnes del transbarroco José Morales Saravia y la antología que compilé del grupo La Huaca es Poesía, donde aparecen voces jóvenes como Valeria Chauvel, Brenda Vallejo, Lesley Costello, Sandra Luna, Yazmín Cuadros y Santiago Morales junto a los ya consagrados Rafael Hidalgo, José Antonio Mazzotti y Raúl Bueno.

Perú, país histórico y crítico

La historia y la crítica fueron foco de atención en libros como Presidentes por accidente, de Christopher Acosta; La guerra del Pacífico, de Carmen McEvoy; Yo tirano, yo ladrón: memorias del Presidente Leguía, de Augusto B. Leguía; Esclavos, jesuitas y el baratillo, de Zelmira Aguilar; Coros mestizos del Inca Garcilaso: resonancias andinas, segunda edición corregida y aumentada de este ya clásico de los estudios garcilasistas por José Antonio Mazzotti; Non onan Shina, libro de los artistas e investigadores Pedro Favaron y Chonon Bensho, con enfoque altamente interdisciplinario; la edición más completa hasta ahora de las Tradiciones cuzqueñas de Clorinda Matto de Turner, por el investigador peruano Christian Fernández Palacios; y sin duda Los incas, en la ruta del Antisuyo y el Atlántico, del reconocido antropólogo e historiador José Carlos Vilcapoma.

Dejo fuera muchas cosas, pero, como decía al principio, no se puede ser exhaustivo y completamente objetivo, ni a la vez ni por separado. Si quieren ver otras opiniones, vayan a los periódicos de la DBA y de la caviarada, donde abundan las componendas grupales y editoriales.

Feliz Año Nuevo y mucha lectura.

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Autores Destacados, Literatura peruana, Novelas 2023, poesía peruana

[ENTRE BRUJAS] En el umbral de un nuevo año, reflexionamos sobre los acontecimientos que marcaron el 2023, un periodo plagado de retrocesos y resistencias en materia de derechos humanos e igualdad.

La crisis política que lo definió fue determinante para el auge de actores autoritarios que buscaron socavar toda propuesta en favor de la libertad y la igualdad.

Estos actores usaron la categoría “democracia”, para destruirla. Haciendo uso de métodos como la amenaza, la calumnia, compra de conciencias y medios de prensa; fueron preparando el terreno para asirse del poder.

Con indignación, hemos observado cómo se ha vulnerado la libertad de expresión y de prensa, así como el derecho a la protesta. En esta misma línea, la igualdad de género y el enfoque de derechos en las políticas públicas han sufrido fuertes ataques. ¿Quiénes son los ganadores del viejo año? La corrupción, la impunidad, la injusticia, la ambición de poder, la violencia de género, la inseguridad ciudadana, la xenofobia y el racismo estructural.

Fotografía: Connie France

El ser humano, presa de sus creencias, necesita pensar que, inaugurado un nuevo año, se pueden dar nuevos comienzos. Aunque la esperanza nunca debe perderse, es difícil pensar en nuevas rutas con los mismos actores políticos y sociales.

Este 2024, quienes defendemos derechos vamos a tener que contribuir a que el miedo cese y exigir un cambio real, siempre siguiendo la legalidad y el Estado de Derecho.

Habrá que iniciar por exigir nuevas elecciones, pero con eso no basta.

La sociedad civil organizada, las feministas, los/as defensores/as de derechos, los gremios, los/as estudiantes, deberán tomar el liderazgo de procesos más largos. Se tendrá que vencer el miedo a protestar y exigir justicia para las masacres. Se tendrá que superar algunas diferencias ideológicas y centrarse en la importancia de defender garantías mínimas para construir una democracia real.

El 2024 es un año de desafíos, en donde tocará seguir resistiendo a posturas autoritarias y narcisistas de las y los políticos. El 2023 ha sido un año intenso, en donde muchos escenarios se definieron. Ahora ya sabemos frente a quiénes estamos y lo que está en riesgo: la paz, la democracia y la justicia.

Que sigan avanzando ya no es una opción. Nuevas elecciones sí, pero necesitamos renovar la clase política también, sino será más de lo mismo.  La esperanza de un país mejor no se pierde.

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Análisis 2023, Crisis política, derechos humanos, Resistencia 2024


Jorge Coaquira Del Arroyo
Socio Fundador – Grupo PRACDA

[HACIENDO EMPRESA] En términos simples, el interés compuesto se refiere a la capacidad de generar intereses sobre los intereses acumulados previamente. En lugar de recibir solamente intereses sobre el capital inicial, el interés compuesto permite que esos intereses se reinviertan y se sumen al capital original, lo que genera un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo.

En las finanzas, el interés compuesto se aplica en una variedad de situaciones, como inversiones, préstamos y cuentas de ahorro. Por ejemplo, si invertimos una cantidad de dinero en una cuenta de inversión con una tasa de interés compuesto anual del 8%, al cabo de un año obtendremos intereses sobre el capital inicial. Sin embargo, en el segundo año, los intereses se calcularán no sólo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses generados en el primer año. Esto crea un efecto de «bola de nieve» donde los intereses se acumulan y se multiplican año tras año.

El interés compuesto en las finanzas puede ser una herramienta poderosa para hacer crecer nuestro dinero a largo plazo. Cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor será el efecto del interés compuesto. Por esta razón, es importante comenzar a invertir lo antes posible y ser disciplinado en la reinversión de los intereses generados.

Sin embargo, el interés compuesto no se limita solo a las finanzas. También tiene aplicaciones en nuestra vida diaria. Por ejemplo, si establecemos metas personales o profesionales y trabajamos de manera constante para alcanzarlas, el interés compuesto puede jugar un papel importante en nuestros resultados a largo plazo.

Imaginemos que queremos aprender un nuevo idioma. Si estudiamos regularmente y nos esforzamos por mejorar cada día, el conocimiento y las habilidades que adquirimos se acumularán con el tiempo. Cada palabra aprendida, cada concepto dominado se suma a nuestro «capital intelectual». Con el tiempo, nuestro progreso se acelera y estamos en una posición mucho más fuerte que cuando empezamos. Este efecto acumulativo se asemeja al interés compuesto en las finanzas.

Del mismo modo, en el ámbito de la salud y el bienestar, el interés compuesto puede ser aplicado. Adoptar hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y mejorar la alimentación, tiene un efecto acumulativo en nuestra salud con el tiempo. Pequeñas mejoras diarias se suman y contribuyen a un bienestar general sostenible.

En resumen, el interés compuesto es una fuerza poderosa tanto en las finanzas como en nuestra vida cotidiana. Comprender cómo funciona y aprovecharlo a nuestro favor puede marcar una gran diferencia en nuestro éxito financiero a largo plazo y en el logro de nuestras metas personales y profesionales. Ya sea que estemos invirtiendo dinero o esforzándonos por mejorar en algún aspecto de nuestra vida, el interés compuesto puede ser un aliado valioso para alcanzar el crecimiento y el éxito continuo.

Ya lo decía Albert Einstein: “El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que lo entiende se beneficia, aquel que no, lo paga”.

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crecimiento personal, Decisiones Financieras, Finanzas personales, Interes Compuesto

[PIE DERECHO] Según señala un último informe de Apoyo Consultoría, desde el 2019, las denuncias per cápita por casos de extorsión han aumentado más de 400%. “En el 2023, de acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos, más de un millón de peruanos reportó pagar frecuentemente algún tipo de cupo para poder trabajar y el 82% afirmó sentirse inseguro al caminar por las calles en Lima”, señala textualmente el mismo.

Las cifras son de espanto. Ya no se descubre nada diciendo que nuestro país está gobernado por la delincuencia. Una oligarquía del delito, porque unos pocos, organizados en bandas, someten la voluntad de la mayoría de ciudadanos peruanos de bien, pacíficos y respetuosos del orden social.

El daño que eso le genera a la viabilidad democrática del país es enorme. No solo porque desafecta a las víctimas, quienes sienten la ausencia del Estado y alimentan un resentimiento por ello, sino porque alienta la aparición de fenómenos políticos autoritarios que prometen la solución fácil frente a la problemática descrita.

Además, golpea duramente a la economía. Según la referida encuesta de IPSOS, “realizada para APOYO Consultoría y Backus, el 86% de las bodegas encuestadas en Lima califica a la inseguridad o extorsión como un problema grave para el crecimiento de su negocio, porcentaje que asciende a 90% en el norte”.

Uno esperaría que ante un problema de carácter social y, por ende, responsabilidad de los gobiernos, éstos actúen buscando una solución al mismo, con estrategia y conductores afinados, pero no, se aprecia absoluta indolencia y desaprensión. Baste decir que en los últimos cinco años, hemos contado con 20 ministros del Interior y 11 jefes de la Policía Nacional del Perú (PNP). Inestabilidad que atenta contra el despliegue de una política pública que pretenda ser eficaz.

No debemos esperar a que el 2026 advenga un nuevo gobierno que plantee y ejecute soluciones efectivas al respecto. Debemos exigirle ello al gobierno actual. No debería equivaler a pedirle peras al olmo. Por más mediocre que el régimen de Boluarte sea, tiene entre sus obligaciones básicas la resolución de dos problemas: la inseguridad ciudadana y la crisis económica. Si no es capaz de resolverlos, debe dar un pase al costado, por mano propia o congresal. No podemos aguantar como sociedad que la situación siga empeorando dos años y medio más.

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Extorsión, Gobierno, Informe Apoyo Consultoria, inseguridad ciudadana

[EMPRENDE]  Comienza un nuevo año, y con él un cúmulo de retos y nuevas perspectivas para el cambio, en lo social, en lo económico y por qué no en lo político, nuevos rumbos son necesarios y repensarlos es deber de todo aquel que tiene la posibilidad de hacerlo. Desde toda trinchera es necesario y urgente aportar para construir y no limitar conceptos de lamentaciones, se hace docencia en el aporte constante. Considerando este detalle, el emprender es un gran encargo.

Por eso en esta columna se trata de definir o avistar lo que es emprender y para tales efectos, cabe muy bien, buscar la manera más fácil de mostrar lo que significa y en qué circunstancias se convierte en una palabra que abarca no solo un sueño personal sino también un sueño país. El Perú debe emprender, y para eso es necesario un gran esfuerzo. Las instituciones deben apostar seriamente por hacer cambios, por construir, por gestionar y no todo es presupuesto, es tener la mirada emprendedora a esos niveles.

Emprender significa tener la oportunidad de poder desarrollar al máximo las habilidades tanto profesionales como también las personales. Para ello, es muy importante aprender a emprender, no limitarse a la creación de una empresa, sino a la gestión sacrificada para impulsar un proyecto que tenga líneas de largos plazos, por ello, emprender es también encontrar la oportunidad de convertirse en personas más creativas, innovadoras y por supuesto proactivas. Empezar “algo”, que tenga dosis de dificultad o de peligro, siendo consciente de ello asumirlo, he ahí cuando se emprende.

Es por eso, que encontrar un único concepto de emprender es difícil y por eso es factible de atribuirle varias acciones, pero en un sentido bastante general podemos entender que el emprender es tener la posibilidad de comenzar un proyecto sustentado por una idea o un deseo que va a buscar satisfacerlo. Es por ello, que no solo el emprender es llenarse de personalismos y oportunidades o necesidades, es también, encontrar y descubrir que las condiciones pueden darse también a nivel de todo un pais, en el lado social, un cambio estructural de la sociedad como tal, mucho se ha escrito sobre eso, en lo cultural, buscar una transformación que conlleve a aceptarnos y adaptarnos a lo nuevo, la identificación de brechas y necesidades es una constante que nos posibilita visualizar los cambios, la construcción de una nueva cultura popular urbana es una tarea que el Perú debe emprender, y no lo hace. Es una tarea urgente y necesaria. Hay la institución rectora de esa mirada y no lo está haciendo. En fin.

Al final no es solo atribuir el emprendimiento al entorno empresarial, aunque quizás en el lado de los negocios se entienda y visualice mejor este concepto, lo importante es que por hoy no quisiera entrar en solo un concepto que por costumbre se ha consensuado a nivel nacional, sino poner en el tapete que si el Perú es un país emprendedor pues lo debería ser en todo terreno. Y las diversas definiciones que se pueden encontrar amplían y permiten generalizar el significado de esta palabra, me permito transcribir algunas de ellas:

“Emprender es expandir tu zona de confort”

“Emprender es tomar y afrontar riesgos con el propósito de cumplir objetivos”

“Emprender es materializar las ideas creativas de uno mismo en las que estas generen un beneficio”

“Emprender es un pensamiento del deseo de cumplir un propósito pese a las dificultades”.

“Emprender es ver desde un punto de vista diferente a la sociedad”.

“Emprender es huir de la calma y afrontar la lucha”

Existen muchos más significados, generados por la subjetividad con los que puedan ser entendidos, marcando distintas líneas. Lo cierto es que EMPRENDER, como se ha dicho es un reto, es voltear la mirada a lo no obvio, mirar lo imposible, entender la necesidad del cambio, arriesgarse a comentar lo que no funciona, aceptar, tolerar, apostar, en fin, un buen emprendedor es el que considera siempre que los puentes se deben construir, con sacrificio y sin temor. Creo que yo ya empecé a emprender también. Un abrazo y feliz año 2024.

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Cambio Cultural, Cambio social, Desafío Emprendedor, Emprendimiento

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] Durante el 2023, la deslegitimación del poder ejecutivo y del poder legislativo fue notoria. Tanto la presidenta Boluarte como los congresistas han perdido el respaldo y la aceptación de la población, lo que lleva a una falta de confianza en su capacidad para gobernar y legislar de manera justa y efectiva. Esta pérdida de legitimidad se relaciona con varios factores, como la ausencia o debilidad de los partidos políticos, los abusos de poder, la violación de derechos humanos, la recesión económica, la corrupción, entre otros más.

En cuanto al poder ejecutivo, la falta de un partido político propio fue un gran obstáculo para la gestión de la presidenta Boluarte. Sin un respaldo orgánico, Boluarte tuvo que depender de los partidos políticos presentes en el legislativo. Esto la llevó a establecer relaciones estrechas con aquellos partidos, los cuales, guiados por sus propios y particulares intereses, colocaban sus temas en la agenda legislativa sin mayor objeción del ejecutivo. Las relaciones con los mismos debilitaron la autoridad de Boluarte. Al depender de ellos para aprobar sus leyes, Boluarte se vio obligada a ceder a sus demandas. Esto le dio a los partidos políticos un gran poder sobre el gobierno, lo que erosionó la autoridad presidencial.

Además, la ausencia de un partido propio y la necesidad de negociar constantemente para obtener apoyo dificultaron el diseño e implementación de políticas a largo plazo. Por eso mismo, la atención presidencial se centró más en mantener alianzas políticas inmediatas que en la planificación estratégica a largo plazo.

En relación con el poder legislativo, una de las causas de su pérdida de legitimidad fueron los escándalos de corrupción en los cuales se vieron envueltos muchos congresistas, como en el caso de “Los Niños”. Gracias al “operativo Valkiria”, se cuenta con indicios razonables de que la presunta organización criminal, liderada por la suspendida Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, habría ofrecido impunidad a los congresistas a cambio de sus votos para inhabilitar a la fiscal Zoraida Ávalos, designar al Defensor del Pueblo e investigar y destituir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia.

La deslegitimación del poder ejecutivo y del poder legislativo ha tenido un impacto negativo en el país. Cuando los ciudadanos pierden la confianza en sus gobernantes, es más difícil para ellos tomar decisiones y alcanzar consensos. Esto puede conducir a una gestión pública lenta e ineficaz. Asimismo, pierden la confianza en la democracia en general. Esto puede conducir a un aumento de la polarización política y de la desilusión con la democracia. De igual modo, es más probable que surjan movimientos populistas o autoritarios que puedan amenazar la democracia.

La deslegitimación del poder ejecutivo y del legislativo, así como sus efectos negativos en la confianza ciudadana y en la estabilidad democrática, requiere medidas como el combate a la corrupción, la transparencia y la rendición de cuentas, y el fortalecimiento de los partidos políticos. Sin embargo, ni el ejecutivo ni el legislativo tienen incentivos para implementar estas medidas, pues consideran que el país ha logrado estabilidad al finalizar el 2023, tal como afirmó el premier Otárola.

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congresistas, Congreso, corrupción, Democracia, Ejecutivo

[PIE DERECHO] El gobierno no puede confiar en su frágil alianza con el Congreso para permanecer incólume hasta el 2026. La precariedad de los propios grupos políticos que componen el Legislativo hace que esa apuesta sea de alto riesgo. Apenas se den cuenta en el Parlamento de que su simbiosis de intereses con el Ejecutivo arruinaría las posibilidades electorales futuras de los partidos que conforman esta suerte de alianza tácita, se producirá un quiebre que, si coge al Ejecutivo pasmado, se lo llevará de encuentro.

Muchos en el gobierno, particularmente el premier Otárola, parecen convencidos de que haber superado relativamente airosos la confrontación social violenta que aconteció al poco de tiempo de haber asumido la transición post Castillo, ya los blinda frente a cualquier otro escenario de aparente menor intensidad, y ello quizás sea el motivo por el cual su gestión brilla por su medianía y ausencia de objetivos de trascendencia.

Se equivoca garrafalmente el Ejecutivo si comparte esa hipótesis. Más que ninguno otro, el actual régimen está obligado a hacer dos o tres cosas bien (entre ellas, resolver la crisis económica y el lacerante problema de la inseguridad ciudadana) si quiere mejorar en sus niveles de aprobación en las encuestas y obtener así capital político que eventualmente le dé sostén, desalentando al Congreso a enfrentársele.

El inefable Vizcarra, sin bancada, pero con una inmensa aprobación, fue capaz de tumbarse un Congreso adverso, pero sin ese respaldo ciudadano no lo hubiera podido hacer. Esa lección debe ser extraída por Boluarte. Si ella no eleva dramáticamente sus índices de popularidad, hoy tan ralos, no tendrá parapeto alguno frente a un Legislativo que empiece a ponerse arisco conforme se acorten los plazos electorales.

La única manera de que el gobierno dure hasta el 2026 no será en base a astutas jugadas de intercambios políticos con el Congreso, porque éste no dudará un segundo en vacar a Boluarte si así lo considera conveniente para sus intereses. En cambio, si el gobierno crece en su aprobación popular, será difícil que un Legislativo que anda casi a la par en impopularidad, se atreva a destronarlo (al gobierno emergente de esa situación le pasaría algo semejante a lo que le pasó a Merino).

La dupla Boluarte-Otárola está obligada a gobernar superlativamente mejor si quiere llegar hasta el final de su mandato constitucional. Si no lo hace, seguirá siendo un factor de inestabilidad, desconfianza y precariedad política, causando un efecto perverso de obstaculización de las propias expectativas de mejora.

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Congreso, Estabilidad Política, Gobierno peruano, Popularidad Gobierno

[EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS] La semana pasada circuló el pronunciamiento de un colectivo denominado Coalición Ciudadana. Entre tantos manifiestos que circulan últimamente en nuestro medio, este ha llamado la atención y ha suscitado reacciones, algunas de ellas críticas destempladas, otras comedidas en el lenguaje, pero bastante duras en los reparos que le plantean.

El pronunciamiento llama a la unidad de las organizaciones y colectivos democráticos de la sociedad. La meta es revertir la captura de las instituciones del Estado por poderes subalternos, así como promocionar el crecimiento del país a través de un Estado honesto y técnico, que aliente el desarrollo de sectores claves como la salud, la educación y la infraestructura. El documento contiene también llamamientos a la justicia social, la lucha contra la pobreza, contra la violencia de género, entre otras.

Se ha dicho que el pronunciamiento de Coalición Ciudadana reúne una serie de lugares comunes y que las metas que propone son por todos compartidas. Respecto de estas dos premisas anteriores voy a suscribir la primera, pero no la segunda. En efecto, quién no quiere un Estado moderno que a través de sus servicios promueva el desarrollo del país en alianza, por supuesto, con el sector privado. La pregunta que queda en el tablero es qué sector de la política ha hecho realmente suyas estas metas tan obvias y que, en el Perú, desgraciadamente, no son más que una utopía.

Si nos detenemos a observar la actuación de las fuerzas políticas en el Congreso, nos quedamos absolutamente vacíos, salvo uno que otro esfuerzo individual. Está claro que las agrupaciones que se sitúan a la derecha del espectro están más preocupadas por cooptar las instituciones del Estado, y no es necesario que te chanten el manido sambenito de “caviar” -otro lugar común– para constatarlo: salta a la vista. Todo el Perú se ha dado cuenta y el Ejecutivo, deslegitimado desde las lamentables muertes de hace un año, no ha logrado, ni parece interesarle mucho tampoco, erigirse en ese poder que establezca el balance y el equilibrio que constituyen los pilares más importantes de cualquier democracia.

Hay otro aspecto relevante del llamado de Coalición Ciudadana que se les ha pasado a sus críticos. El pronunciamiento impulsa el diálogo, el intercambio, buscar las coincidencias mínimas para la constitución de un centro político democrático que abarque derechas e izquierdas, siempre y cuando se mantengan dentro de los contrapesos republicanos y constitucionales. En tal sentido, la presencia de la historiadora del periodo republicano, Carmen Mc Evoy, en la plataforma, es la que mejor garantiza la búsqueda de un lugar común democrático. El mismo efecto genera la presencia en la plataforma del rector de la UNI, Dr. Alfonso López Chau, cuyas ideas, que sintetizan diversas visiones del Perú, apuntan en la misma dirección. En efecto, hablamos de un lugar común para todos los que creemos que la deliberación democrática es aún posible cuando arrecian los extremos de derecha, de la izquierda marxista y del progresismo radical.

Este no es un objetivo menor pues el debate político lo venimos perdiendo hace años. Hoy prevalece el griterío histérico de los extremismos, y este es un fenómeno global. La democracia está contra las cuerdas, se bate en retirada y nuestros derechos, conquistados en siglos de desarrollo constitucional, son cuestionados cuando no trasgredidos con total impunidad por tirios y troyanos. Volver a situarnos dentro de los límites de los derechos fundamentales, de la democracia y de sus instituciones resulta pues un lugar común fundamental, que de tan común parece que lo damos por sentado cuando en realidad se esfuma entre nuestras manos sin que siquiera tomemos nota de una tragedia cívica cuyas consecuencias ya estamos pagando y pagarán aún más las próximas generaciones si no hacemos algo al respecto.

Otra crítica a la nueva plataforma política es la presencia en ella de Marisol Pérez Tello y Mesías Guevara. Quienes vemos la política desde fuera, hemos notado claramente que, en estas duras circunstancias políticas y sociales, algunos partidos de larga data han preferido sumarse a las consignas de las fuerzas que apuestan por el copamiento institucional, antes que convertirse en bastiones de la defensa de la democracia. Así las cosas, Pérez y Guevara buscan una nueva trinchera para luchar por los principios que siempre han defendido. ¿Debemos impugnarlos por ello?

El pronunciamiento, y la conferencia de prensa que Coalición Ciudadana le han ofrecido al país constituyen una suma de lugares comunes. Pero se trata de los lugares comunes con los cuáles el Perú podría combatir la corrupción, desarrollar y modernizar el Estado, y extender la justicia social entre todos sus ciudadanos. Suerte en el empeño.

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Coalicion Ciudadana, Democracia, Estado Tecnico, Justicia Social

-Que Alianza le renueve contrato a Carlos Zambrano y a Christian Cueva.

-Que en la U, Alex Valera no falle tantos goles, en desproporción de las oportunidades que él mismo contribuye a generar. Si acertara un 30% las que se encuentra, nos garantizaría el bicampeonato anhelado.

-Que a Fossati, a pesar de no haberle jugado correctamente a la U, le vaya bien con la selección y que su esquema 3-5-2 (del cual no se mueve ni aunque lo amenacen de muerte) encuentre los jugadores para desplegarse con éxito.

-Que Vargas Llosa acabe pronto su libro de ensayos sobre Sartre, a ver si en una de esas se anima y saca fuerzas para entregarnos una nueva novela.

-Que a las librerías les vaya bien y no se vean obligadas a cerrar.

-Que se acaben las mafias que aprisionan nuestro mayor imán turístico, Machu Picchu.

-Que Francisco I tenga el vigor de hacer la purga masiva que la iglesia católica necesita, dada la abrumadora cantidad de casos de pedofilia.

-Particularmente, que las autoridades eclesiásticas tomen la decisión de disolver el Sodalicio, incautar sus bienes y ponerlos a disposición de alguna otra orden o de alguna institución social de la propia iglesia.

-Que acabe la persecución judicial a los colegas Pedro Salinas y Paola Ugáz.

-Que vuelvan César Hildebrandt y Rosa María Palacios a la televisión abierta.

-Que Hildebrandt en sus trece resista y no deje de salir, aun cuando a veces los valientes y acuciosos colegas que lo componen le agreguen demasiado barullo a sus notas.

-Que acabe la campaña alcanterillesca contra un periodista honesto y corajudo como Gustavo Gorriti.

-Que los directores de diarios entiendan de una vez por todas que ya no pueden ofrecer noticias como producto central de sus impresos. Si siguen haciéndolo, van a desaparecer. Los kioskos no pueden convertirse en bodeguitas ambulatorias.

-Que retorne la paz a Medio Oriente, bajo la asunción de que se reconozca al Estado israelí, pero también al Estado palestino y su territorio originalmente asignado.

-Que a Putin lo saquen del poder como sea y acabe la prepotente invasión a Ucrania, que tanto daño le ha hecho a la economía mundial.

-Que a Milei le vaya bien en Argentina. Si ocurre ello, será un envión anímico para las derechas liberales de la región.

-Que se produzca un milagro y fenezcan las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y que sus conductores acaben en la cárcel por tiranos y por corruptos.

-Que el fiasco de Boric en Chile sirva de lección continental.

-Que se empiecen a construir las líneas 3 y 4 del Metro de Lima, sin esperar a que acabe la 2.

-Que se contrate a una consultoría especializada y, sin necesidad de construir puentes o bypasses, se resuelva el problema del tránsito en la capital peruana.

-Que saquen a los ministros de Economía y del Interior, una nulidad para resolver los dos más grandes problemas del país: la recesión económica y la inseguridad ciudadana.

-Que se entienda que la ola delincuencial que sufre Lima no es producto de la bienvenida migración de compatriotas venezolanos. Que no suframos de la xenofobia que en otros países ha sido el caldo de cultivo para el surgimiento de derechas autoritarias y extremadamente conservadoras.

-Que el centro y la derecha peruanas no cometan el suicidio de ir con más de veinte candidatos y este año se empiecen a consolidar alianzas.

-Que el país madure políticamente y se aleje de las narrativas radicales de los Aníbal Torres, Antauro Humala o Guido Bellido.

-Que en Barranco vuelva la bioferia, punto de encuentro colectivo que le hacía mucho bien a la vida cívica del distrito.

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Alianza Lima, Deseos 2024, Economía Perú, seguridad ciudadana
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