[MÚSICA MAESTRO] Desde las primeras semanas tras su amarga separación en 1970, las noticias de una posible reconciliación de The Beatles comenzaron a rondar, entre medias verdades y abiertos inventos, las redacciones de los medios especializados en música popular más importantes de Inglaterra y Estados Unidos.
Rumores de conversaciones telefónicas entre Paul y John, colaboraciones de Ringo y Paul en los primeros discos solistas de George, cualquier movimiento o comunicación entre los cuatro camaradas, todo era buen motivo para que las páginas de New Musical Express y Melody Maker crearan ilusiones entre los seguidores del grupo.
Se llegó a especular, casi a finales de los setenta, que los cuatro de Liverpool se habían juntado a escondidas bajo un extraño nombre, Klaatu, para hacer de las suyas (ver nota aquí). Por cierto, todas estas ilusiones tenían pleno sentido pues los músicos seguían productivos, publicando discos individuales -entre 1970 y 1979 Ringo lanzó siete álbumes, George ocho, mientras que John y Paul, diez cada uno- y cruzando, de vez en cuando, sus caminos personales y artísticos.
El asesinato de John Lennon (40) en 1980 en New York anuló para siempre la posibilidad de que los Beatles se reunieran de nuevo en el mundo de los vivos. Y dos décadas después del lamentable crimen de Mark David Chapman, en el 2001, el sensible fallecimiento de George Harrison (58), fue un nuevo latigazo de aquella inexorable realidad.
A pesar de ello, los Beatles y su impresionante legado artístico jamás abandonaron el imaginario colectivo de las siguientes generaciones. A través de los años, la vigencia de sus canciones ha perdurado venciendo tendencias, colocándose varios niveles por encima de las categorías que ellos mismos ayudaron a crear -rock clásico, pop barroco, psicodelia, avant-garde- y convirtiéndose en figuras legendarias ajenas a la paulatina y creciente decadencia de los gustos de las masas modernas, negándose a desaparecer. Gracias a su auténtica calidad y trascendencia, las grabaciones que John, Paul, George y Ringo realizaron entre 1962 y 1970 son obras maestras del arte mundial, reverenciadas como las pinturas de Leonardo da Vinci, las películas de Charles Chaplin, los personajes de Walt Disney o los libros de Miguel de Cervantes Saavedra.
Pese a las ausencias físicas de Lennon y Harrison, los amantes de la música de los Beatles pudieron siempre mantenerlos unidos, a través de dos misteriosos mecanismos naturales: los recuerdos y los sueños. Las miles de personas que los vieron por televisión en 1964 en el show de Ed Sullivan, los enfervorizados fanáticos que ni siquiera los dejaron cantar en el Shea Stadium de New York un año después o los atónitos transeúntes que se ganaron con su concierto en el techo de Savile Row, Londres, el 30 de enero de 1969, deben haberlos recordado y soñado infinidad de veces durante sus vidas, iluminadas por la fortuna de haberlos vistos juntos haciendo lo suyo, en pleno uso de sus facultades.
Hace unas semanas la tecnología, esa creación artificial que el ingenio humano ha puesto al servicio de las civilizaciones para toda clase de fines, se une esta vez a los naturales recuerdos y sueños para devolvernos al grupo y traernos una nueva canción, trabajada en 2023 por Paul McCartney (81) y Ringo Starr (83), los dos Beatles que aún están entre nosotros, usando para ello grabaciones recuperadas de John Lennon y George Harrison, fechadas en 1977 y 1995, respectivamente.
La canción se llama Now and then (De vez en cuando) y representa, más allá de las razones que se puedan esgrimir para no considerarla un nuevo clásico beatlesco, comparable a gemas de la música pop como I want to hold your hand, Strawberry fields forever, Penny Lane, Something o Let it be, un homenaje y un trabajo de amor a una herencia artística entrañable e imperecedera. Como anotó hace unos días un crítico musical en una publicación británica, su sola existencia es más importante que los detalles de su sonido. Por otro lado, no es la primera vez que los Beatles regresan en formato tecnológico.
Now and then pertenece a un grupo de canciones que John Lennon compuso y grabó de manera artesanal en su departamento del edificio Dakota, a pocos metros del Central Park en el corazón de New York, allá por 1977. Yoko Ono, viuda de Lennon, le alcanzó esas cintas a Paul McCartney en los años noventa, proponiéndole que la banda se encargara de terminarlas. Así, la mujer históricamente sindicada como responsable de la ruptura de la mágica amistad que unía a los Beatles desde sus años escolares, se encargó de reunirlos en un acto de (in)voluntaria justicia.
De ese mismo paquete de temas inconclusos salieron los singles Free as a bird y Real love, que McCartney, Starr y Harrison construyeron en 1994, junto al productor Jeff Lynne, líder de Electric Light Orchestra y colaborador de Harrison, tanto en su álbum Cloud nine de 1987 como en el supergrupo Traveling Wilburys (junto a Bob Dylan, Tom Petty y Roy Orbison) y que fueron incluidos en el megaproyecto The Beatles Anthology -tres álbumes dobles y una colección de videos con materiales nunca antes vistos y oídos del Fab Four-, que vio la luz en 1995 y fue éxito de ventas millonarias a nivel mundial.
De hecho, Now and then fue también revisada para formar parte de esas antologías pero no logró superar las dificultades técnicas que planteaba la baja calidad de la cinta original. Como se viene contando con amplio detalle en notas de diversas webs especializadas en todo lo relacionado a los Beatles, George Harrison rechazó, en su momento, la canción Now and then por estos problemas y Jeff Lynne consideró muy difícil recuperar la voz de Lennon pues no contaban con la tecnología suficiente para alcanzar un resultado óptimo que hiciera justicia al esfuerzo. Casi treinta años después, los nuevos softwares de edición de sonido han hecho posible el procesamiento de aquella demo casera para, a partir de allí, redondear lo que se lanzó a principios de noviembre de este año como «la última canción de los Beatles».
Como ocurrió con Real love y Free as a bird, Paul y Ringo grabaron pistas nuevas de bajo, batería y voces, mientras que la guitarra acústica y el solo de slide de George provienen de las sesiones de 1995, todo unido al piano y voz de Lennon, extraídos de la grabación original de finales de los setenta. Un trabajo de edición sonora que no es para nada una novedad en el mundo del pop-rock pues se practica desde mediados de los años sesenta, con la salvedad de que aquí se usaron fuentes de audio registradas con veinte y treinta años de distancia entre ellas.
Gracias a la sofisticación de la tecnología actual, el resultado final elimina toda imperfección que pudiera esperarse del copy-paste de registros tan diferentes/desiguales. McCartney además agrega pianos, órganos y colabora con Giles Martin -hijo de Sir George Martin, «el quinto Beatle» fallecido en 2016- para los arreglos de una sección de cuerdas que le da a Now and then un acabado sinfónico elegante y profundo, una característica del sonido clásico del grupo, especialmente si pensamos en su etapa intermedia a la que pertenecen temas como Eleanor Rigby, A day in the life o Here, there and everywhere.
Now and then debutó como #1 en Inglaterra y Estados Unidos, como era de esperarse. El videoclip combina imágenes de las diversas etapas de la banda -la Beatlemania de monocromáticos uniformes y peinados idénticos, la psicodelia de Sgt. Pepper/Yellow Submarine/Magical mystery tour, las grabaciones de Let it be y el álbum blanco, los videos finales de Abbey Road- con las sesiones de 1995 para The Anthology y las más recientes de Ringo y Paul, en un collage audiovisual que despierta emociones en todos nosotros, fans incondicionales y agradecidos por tantas imágenes y sonidos que aportan luminosidad en momentos grises como los que hoy padecemos a nivel nacional e internacional. El video acumuló más de 30 millones de reproducciones en YouTube a poco más de un mes de haberse publicado. Paralelamente, un video de doce minutos titulado Now and then: The last Beatles song, presenta la historia del tema contada por sus protagonistas.
El tema ha sido incluído en una nueva edición de la clásica recopilación 1967-1970 -el recordado álbum doble de la carátula azul- y, como single, viene acompañado de una nueva mezcla de Love me do, en la versión definitiva con Ringo Starr en batería -grabada originalmente el 4 de septiembre de 1962, toda una simbología que une la primera y la última -hasta ahora- grabación de la formación definitiva de los Beatles en un solo disco, oro en polvo para coleccionistas. La prensa cultural de Inglaterra no hace más que hablar del tema, lo cual nos ofrece una oportunidad para liberarnos por un rato de las babosadas a las que nos somete la actualidad musical en lo que respecta a las modas reinantes en nuestro medio.
En el universo del pop-rock clásico, hay artistas que han hecho de los lanzamientos póstumos un camino discográfico aparte, incluso más copioso que el que dejaron grabado en vida. Casos especiales son, por ejemplo, los de Jerry García (Grateful Dead) y Frank Zappa, quienes solían grabar todos sus conciertos y sesiones con la intención de convertirlos, posteriormente, en colecciones de LPs y CDs. Cada uno de ellos tiene hasta hoy, más de cien discos publicados después de sus fallecimientos en 1993 y 1995, respectivamente, y siguen sumando títulos.
En el caso de los Beatles, por el contrario, los lanzamientos póstumos han sido muy pocos y espaciados. No las recopilaciones, conciertos y remasterizaciones, que son numerosas, desde los dobles 1962-1966 y 1967-1970, editados originalmente en 1973; las dos colecciones de singles Past Masters (1988); hasta el CD 1 (2000) o el documental de tres episodios Get back (Peter Jackson, 2021) que causó gran revuelo desde su estreno en la plataforma Disney +; sino a aquellos lanzamientos que (re)descubren grabaciones inéditas, tesoros escondidos. Después de la mencionada The Beatles Anthology (1995-1996) y Let it be… naked (2003), en el que se escucharon por primera vez las canciones de aquel accidentado álbum sin los arreglos orquestales de Phil Spector, Now and then se inscribe en esta tradición de ediciones póstumas que causan emoción y expectativa por sus contenidos.
El impacto mediático, artístico y comercial de Now and then demuestra que siguen siendo los mejores de todos los tiempos. Los Beatles lo hicieron de nuevo.
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