fapjunk.com teensexonline.com
Sátira archivos | Página 3 de 4 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Sátira

Entretelones de la campaña de Guzmán y una anécdota musical con Hernando De Soto. Esto y más en el primer episodio de NOT Noticias, información hecha en casa.

Guión, voces y música original: Juan Luis Nugent

Edición y postproducción de audio: Carlos Mejía V.

Ilustración y diseño: Adriana Galbani

En Soudcloud:

Tags:

Juan Luis Nugent, Not Noticias, Noticias

Tuesday 5 January – An Exceptional Bad Start

Today I start my diary, at last. Ayer miraba Bridget Jones mientras comía panetón y me dije Why not? Anyway, I’m tired of this campaign, darling, y quizá el diario lo emblese un poco.

Si no salgo elegido, se lo doy a Ghibellini para que lo corrija y me lo vuelva libro, ha ha, how funny I am.

Tuesday 12 January – Factor 100

Otra vez han venido estos niños extraños que no conozco bien I forget their names baby but they feel fine when I call them Albino Kids so Albino Kids it is I must say que son un poco aterradores porque siempre se ponen uno al lado del otro y parecen las gemelas de The Shining anyway hoy vinieron a besarme los pies y a traerme el último panetón de la temporada entonces aproveché y les dije Kids hay otro gordito que también postula para presidente uno medio chusquito que siempre dice “hermano hermano” como si fuese Ricardo Belmont y dice que viaja siempre a Londres cuando en verdad es parochial very very parochial do you know about him? y ellos Sí señor Hernando él nos contactó para ir en su lista pero al final escogió a otro joven con apellido de criminal de guerra So Kids are you loyal to me? I have this crazy feeling that people will betray me Jamás señor Hernando nosotros somos cien por ciento leales señor Hernando How loyal? Ni siquiera es quincena de enero y ya nos insolamos haciendo campaña por usted señor Hernando nos estamos pelando por el sol señor Hernando nos va a dar cáncer a la piel por defender sus ideas señor Hernando factor 100 por favor señor Hernando factor 100

I’m starting to love them

Sunday 14 February – Longing for the good old days

Ugh, this is horrible. I’m estancado. Four percent. Four. No subo nada y todos hablan en español. Hasta The Albino Kids, aunque I must admit que cuando Ivanka se molesta habla en alemán y se presenta como Obergruppenführer Tüdhel y le dice a Stuart que le va a poner un triángulo rosado -poor Stuart.

I’m starting to think about leaving, you know? I don’t care about this election anymore. I never cared about Peru, anyway.

Hoy miraba las fotos en mi sala. Todo en mi sala son fotos, of course. Cogí una en la que salgo con Alfredo Barnechea y Daniel Kahneman. Salimos lindos, rosados, a nice selfie. La saqué del vidrio y le di la vuelta: New York, The Slaughtered Lamb, 2014. Nice memories. Ese día Alfred se hizo pasar por Vargas Llosa, esa escoria, y solo así Kahneman aceptó el selfie.

I miss him.

Saturday 20 February – Ulysses

I was really sad walking by my pantano at night. Alimentaba a mi puma mientras pensaba una vez más en dejar la campaña. ¿Qué es el Perú sino un accidente en mi vida, un error de la geografía? Nobody wants me here y yo no los quiero either. ¿Cómo voy a tener 4% si soy Premio Nobel, si en todo el mundo me leen, si Michael Reid me pide publicar mi plan?

Mi puma me miraba con pena. El calor de la noche aliviaba my sadness. El viento hacía que el olor de las plantas llegasen a mis nostrils.

Then, the call.

-Alfred yo sé que me odias pero por favor este no es el momento I’m deeply sad.

-¡Gordo, no! Llamo por los buenos tiempos, de verdad.

-…

-La vacuna, gordo.

-A scandal, darling, I know.

-No, gordo, vacunarte tú. Te he conseguido una vacuna.

-What?

-En Houston, gordo. Un amigo puede hacerte pasar por un cocinero guatemalteco.

-But honey, that would be a privilege.

-¿Y?

-Que a mi no me gustan los privilegios.

-Jaja gordo no seas pendejo te conozco 40 años.

-That’s true, honey, I love them.

-Piénsalo, gordo. Ya estás viejo. Y gordo.

-But honey, si hago eso pierdo todo. It would be a scandal.

-No tienes que decirle a nadie pues, gordo. Será un secreto entre los dos.

-This smells like betrayal, darling. Seguro quieres vacunarme para luego filtrarlo a la prensa y ayudar a tu new buddy Johnny.

-No, gordo, nadie se va a enterar. Vamos a escondidas y disfrazados. ¿De nosotros quién va a hablar si no nos dejamos ver?

-I don’t think so, Alfred. Really.

-Además volverías a Estados Unidos por un rato, gordo. ¿Qué más quieres?

-…

-Te dejé pensando, ¿no?

 

-Sería como volver a Ítaca, Alfred.

 

-Serías Ulises, gordo.

 

I stopped talking. That was a good argument. I’m tired of my Peruvian life.

-Déjame pensarlo, Alfredo. Llámame en 20.

Me quedé pensando paseando en mi pantano sin saber what to do with myself miraba mi jardín revisaba mis plantitas y mi puma and the rosegardens and the jessamine and geraniums and cactuses and Houston déjame pensarlo Alfredo and then he asked me would I yes to say yes gordo ya pasaron 20 nos vamos o no y le dije a Alfredo yes and his heart was going like mad y me repetía vacúnate gordo vacúnate nadie se va a enterar and yes I said yes I will Yes.

Tuesday 23 February – Keiko’s show

I’m pretty happy darling porque hoy me toca hablar con Keiko después de tiempo. En la tarde mi jefe de prensa me dijo si quería una entrevista mañana con La Encerrada y yo por supuesto, honey, feliz de hablar con Keiko, no sabía que tenía su programa propio pero es regia y se lo merece y su prisión fue muy injusta, I must say. Me he preparado very toroughly para hablar con ella: he sacado unas fotos con su papá y otras comiendo rissotto con Carlos Boloña y al final de la entrevista le diré que I’m tired of this shit, baby, no levanto en las encuestas y no me gusta el sol y mis Albino Kids van gastando medio millón de soles en bloqueador así que prefiero irme a vacunar con Alfredo y a la mierda, Keiko, aquí en tu programa La Encerrada anuncio que voy a declinar mi candidatura para endosar la tuya y así estaremos juntos como en el 90 95 2000 2011 y 2016 viva Keiko let me go.

Wednesday 24 February – Where is Breña?

Funny thing! El programa no se llamaba La Encerrada. I don’t recall the name either, I think it’s El Encierro. Anyway, estaba yo en mi baño poniéndome mi Ceravé cuando me dijeren“conéctese don Hernando ya es hora”. Yo estaba sin polo, honey, pero como es Keiko y ella ya me ha visto semidesnudo en el SIN yo me dije “who cares, estamos entre buddies”, pero en la pantalla no estaba Keiko sino un jovencito con lentes que parecía Milhouse inflado.

¿Quién es usted?, le dije.

Soy el conductor de El Encierro o El Encerrado, I don’t recall the name, darling, sorry.

Entonces me puse camisa y le dije al muchachito que se espere a little bit. Tuve que cambiar de planes y esconder mis fotos con Alberto y Boloña, pero como las tenía pegadas en la pared de mi oficina tuve que irme a la sala y se me iba la señal, it was a mess, darling, the horror: yo que soy el candidato globalizado y mi internet que no funciona. Además ya no podía decir que iba a endosar a Keiko. Yo que ya quería vacunarme estaba ahora de vuelta en Perú, back again in the misery the informality el sudor los olores la gente la comida la altura the sun.

Pero me cayó muy bien el muchachito, you know?. Le pregunté sobre su vida. ¿Eres periodista? Sí, señor De Soto. ¿De qué universidad? De la Católica. Oh, nice, like me, haha, ¿y de qué colegio eres? De un colegio parroquial de por mi barrio no más. ¿Y cuál era tu barrio, honey? ¿Las Casuarinas, La Planicie, La Aurora? ¿El Pestalozzi es parroquial? No, señor de Soto, soy de Breña. I don’t know Breña, honey, it sounds like Brea. Where is Breña? Is it in Lima? Tú seguro votas por Pedro Castillo. Anyway, empecemos la entrevista, darling, ya vi que no podremos congeniar.

But we did. He was amable, aplicadito, a very nice guy, and he lives in Madrid so I asked him si conoce al Rey Juan Carlos, que es alto y regio y canta Chabuca Granda, pero me dijo que no. Le pregunté si había estado alguna de las tres veces que me dieron el Príncipe de Asturias pero me dijo que tampoco, but I understand this since he is from Breña Tingo María bajan.

There was a nice question, I must say. Me preguntó si me habían ofrecido la vacuna. I couldn’t lie: le dije que sí, que me la había ofrecido un amigo. Casi digo “my Alfred, of course”, pero no, ese es un secreto que solo puedo revelar a my diary.

Monday 1 March – Houston

I’m finally in Houston, darling. Todavía me duele mi hombrito, but I’m relieved

Alfredo me llamó ayer a la mitad de Cuarto Poder y me dijo “gordo, es ahora o nunca, tienes que reemplazar al guatemalteco máximo mañana” y yo “pero honey I’m not ready además ahorita salgo con Gastelumendi, que es un regio y me adora” y él “gordo di que tienes un problema familiar y escápate igual nadie conoce a tu familia” y a las 11 de la noche estábamos Alfredo y yo en la puerta del Jorge Chávez: yo me había disfrazado de Porky y él de jeque árabe. Gordo, me dijo, ¿por qué estás disfrazado de chancho? ¿Y por qué tiene ropa celeste?, y yo I don’t know, Alfred, se lo robé a uno de mis Albino Kids, I don’t know what this means. Pasamos controles, la señorita de Migraciones me miró con pena, hija de puta, nos sentamos en primera clase, tomé un Clonazepam y dormí like a king las siete horas de vuelo.

The thing I like the most about Houston is the name of the airport, I must say. Todo fue muy rápido: salimos, Alfredo me llevó al centro de vacunación, me dio la Green Card del guatemalteco, me pincharon sin bajar del auto, Alfredo me tomó una foto, me llevó a comer, y estamos esperando el vuelo de retorno. Le dije que a mi regreso me iría de viaje with a guy called Little Young Boy por todo el Perú. Alfredo no entendía.

-It’s Little Young Boy. That’s his name.

-Gordo, ¿te refieres a Chibolín?

-I think so.

-Gordo, ¿conoces a Chibolín?

-Kind of.

-O sea que a nuestro regreso te vas a ir de viaje con él, y no conmigo.

-But Alfred, yo sigo en campaña. Tú sigues with that Johnny guy. We can’t be together until April 11.

-Ya gordo, como quieras.

-Pero Alfred…

-Ahí está el avión, gordo. Vamos no más, ¿ya?

Friday 5 March – The betrayal

I’m sad again because of the Albino Kids. They betrayed me: a mis espaldas se visten de chanchos y van a apoyar a López Aliaga, that nasty guy. Hoy me obligaron a ir al Jurado a apoyarlo, ugh. Llamé a Alfredo buscando consuelo pero sigue molesto conmigo, honey, me dijo que El Perú no es para nosotros and I know that. Además odia hacerle campaña a Johnny Lescano. Lo obligaron a pegar sus gigantografías en San Isidro y le dio sarpullido, my poor Alfred, el otro día fue a El Virrey a dejar sus volantes y la gata lo arañó.

He’s depressed, I got it, but I he’s still mad at me and I don’t know why.

Monday 22 March – Houston, again

Alfredo me llamó ayer de nuevo, esta vez en medio del debate. “Gordo, tenemos que ir a Houston para la segunda dosis”. “Alfred, I totally forgot, estoy en el debate”. “Gordo tú no estás en el debate, eso es solo para los que están arriba en las encuestas y tú estás peleando con Ollanta”. “Pero estoy aquí con Little Young Boy mirando las performances y comiendo Chizitos”. “Gordo, carajo, tenemos que vacunarnos. Te espero mañana en el Jorge Chávez. No faltes o te mueres”.

En la sala VIP noté a Alfredo contrariado, distinto, distante. Pensé que nos habíamos reconciliado la vez anterior, pero no. Pedí Coca Colas para nosotros y me la devolvió, no quiero nada, gordo, tómate las dos. Yo estaba really tired, honey, me había quedado charlando con Little Young Boy, se me caía la cabeza del sueño y Alfredo, en lugar de sentarse a mi lado, se fue a una esquina a jugar con su celular y a tomarme fotos, I don’t know why.

-Gordo, ya es hora de abordar.

-Excuse me, Alfred, is everything alright?

-Eres de lo peor, gordo.

-Why?

-Te consigo la vacuna y tú no puedes siquiera invitarme a tu equipo de campaña.

-Pero Alfredo, tú estás con Johnny

-En lugar de eso, te vas a viajar por el Perú con Chibolín. Y encima le prestas tus casacas North Face. Las que yo te regalé.

-Alfred las que tú me regalaste las tengo bien cuidadas. En total tengo 241 North Face negras, honey, y a Little Young Boy le di la 137.

-Eres de lo peor, gordo. Ya vámonos que ya sale el avión. Sí, gordo, es por ahí. Sube, sube. Espérame un rato, que tengo que mandar una foto.

 

Tuesday 23 March – Houston, there’s a problem

Today I woke up with a little rash in my arm. I was glad: that was the vaccine. I’m inmunizado, baby.

The day went well, everything as planned. But then, around 9 pm, I received a strange call. It was my Chief of Staff.

-Señor Hernando, ¿de verdad usted se vacunó?

-What?!

-Que si de verdad se vacunó. Han sacado una foto suya en el aeropuerto junto a su reporte migratorio.

-No, honey, cómo crees -le dije mientras me sobaba mi rash-, yo jamás haría eso a sus espaldas.

-Hay que desmentirlo entonces. Esto puede ser una bola de nieve.

-Of course, darling. Tenemos la verdad de nuestro lado.

A los 5 minutos me volvió a llamar.

-Señor Hernando, no me joda, usted sí se vacunó.

-Que no, he dicho. ¿No crees en mi palabra?

-Me han mandado una foto suya recibiendo una inyección y atrás se lee grandazo COVID 19 VACCINATION SITE.

-Bueno es cierto, darling, me vacuné, what can I say? Ya estoy viejo. Y gordo.

Solo había una persona en el mundo que tenía esa foto. Solo una.

-Dime, gordo.

-Alfredo, it was you? Et tu, Alfred?

-Si, yo lo filtré, gordo pendejo. Te dije que sabía todas tus cochinadas. Sabía que ibas a caer con esto.

-But, why, Alfred? Why?

-Porque me hiciste perder el 2016, gordo traidor, y porque preferiste a Chibolín en vez de a mí. ¡A Chibolín! ¿Yo te pago el pasaje a Houston y tú no me puedes llevar a Llacuapampa, gordo ingrato? Ojalá te dé trombosis.

I was in shock.

The campaign was over.

I was all alone.

But then, The Albino Kids appeared.

They had a particular shine on their faces.

Se arrodillaron y me besaron los pies. No importa que no nos haya contado lo de su vacuna señor Hernando lo importante es que nos hemos dado cuenta que usted sí es como nosotros señor Hernando usted usa sus privilegios como debe ser señor Hernando estuvimos dos semanas con López Aliaga pero él paraba borracho señor Hernando todo el día huele a alcohol en vez de desinfectarse se lo chupa señor Hernando y luego nos dijo que nos iba a azotar a los dos por ser malos corderos de Dios señor Hernando.

Y se la agarró especialmente con Stuart, dijo Ivanka insolada, a mí me puso a un lado y a él lo persiguió tres días y tres noches con sus amigos del Opus al pobre Stuart tuvimos que echarle betún teñirle el pelo de negro y ponerle un polo del FREPAP para que lo dejaran en paz.

Hemos vuelto señor Hernando, dijo Stuart asustado, porque usted es la opción más parecida a nosotros en todo sentido en el Perú no se está con quién más piense como uno sino con quién más se parezca a uno así que hemos vuelto porque con López Aliaga era pura fantasía nuestro amor ilusiones que se forjan con el tiempo será millonario pero no es nice y cosmopolitan como usted y es tanta la distancia entre los dos que es difícil que podamos entendernos y además vive en el malecón pero su casa no tiene vista al mar para con moho tiene cuadros viejos fotos feas muebles antiguos todo huele a naftalina sería como votar por mi abuela no podemos señor Hernando en cambio usted tiene un pantano un puma y una foto con Bill Clinton señor Hernando acéptenos de vuelta por favor señor Hernando si quiere me visto de pollo por usted pero acéptenos señor Hernando.

Ok, Kids, levántense, I told them.

Let’s lose, but let’s lose together.

 

Sunday 28 March – Resurrection

7 am. I woke up.

7:15 am. I opened my tamal de pollo y lo metí en mi pan. Me hice dos panes por si acaso.

7:30 am. Maybe a third pan won’t be that bad.

7:43 am. Ivanka llegó corriendo seguida de mi puma Señor Hernando gritaba Señor Hernando estamos subiendo al fin.

 Me mostró la portada del diario: 8.5%. De Soto, cuarto puesto.

-Es la primera vez que mi papá compra La República. No lo hacía desde el 4 de abril del 92.

Vi su cara, the tear in her eye: insolada, pero feliz al fin.

7:48 am. Mi puma me trajo un pollo de espuma moribundo. Era Stuart que también había corrido a verme pero el traje de pollo hizo que no corriese tan rápido, poor boy. Lo dejamos en el piso.

7:51 am. “Señor Hernando”, me dijo Ivanka, “¿quiénes lo han llamado hasta ahora?”. “Nadie, honey”, le dije. “¿Cómo nadie? Debe tener 400 llamadas perdidas”. No había visto mi celular, lo había olvidado completamente por mi pan con tamal.

And yes, 403 missed calls. Banqueros, magnates, ex fujimoristas, pitufeadores, todos me habían llamado. Vi mi Whatsapp: ofrecimientos, editoriales, te damos todo para que no pase la comunista Hernando, López Aliaga nunca me ha gustado tanto Hernando, Keiko ya fue Hernando ahora todos estamos contigo.

Pero un mensaje me enterneció más que todos.

Dionisio Jr., 7:14 am: “te llamé gordo bandido felicitaciones por el ascenso! avísame si necesitas ya sabes qué de la bóveda… y no te preocupes que a keiko no le daré nada, yo solo doy del quinto para arriba jajaj, slds”.

It was my moment, finally.

11:19 am. Por supuesto, alguien me tenía que llamar.

-No cantes victoria gordo de mierda que ese campo no ha medido tu vacunación.

-I will wait, honey, I will wait.

-No sé cómo has podido subir, pero pronto bajarás, gordo, todos sabemos tus mentiras.

-Tengo que colgarte, Alfred. Nos vemos en segunda vuelta.

 

Tags:

Carlos León Moya

todos estaban asados conmigo todos me decían oe George paras bajando no más ponte serio que tu papá se va a asar y yo “jaja no es mi culpa es culpa del comando técnico” hasta que Coco Nieto me convocó a una reunión de emergencia para el 28 de febrero “no no Coco tas bien huevón” le dije “el 28 es el último domingo de febrero y yo quiero jugar carnavales jaja me llega al pincho la campaña yo voy a jugar carnavales así sea solito” además ya me tenían cojudo todo los días viaja que viaja haciendo que escucho a la gente oe a la gente se le entiende menos que a mí jaja yo no sé qué mierda piden Señor Forzay me dijeron Queremos Que Esta Zona No Sea Declarada De Riesgo No Mitigable Qué Opina Usted y yo oe tía no sé qué chucha hablas jaja yo vine a escuchar no más tú habla yo escucho arriba alianza abajo stein

 

y ya pe el 28 en la mañanita me levanté bien contento desayuné mis zucaritas y me fui a llenar mis globos Payaso jaja y ahí mientras los ponía en el balde llamé al pastor Lay para que vaya a mi jato pero pa mojarlo jaja y como ese viejo para con terno más bacán pe ya yo estaba preparado para masacrarlo me puse mi bividí y mi chor jaja por qué te sorprendes amigo es chor pe chor jaja pa qué voy a escribir short si nadie en Lima dice short todos decimos chor no seas cojudo es chor no más taba con mi bividí y con mi chor y de repente la llamada de siempre

 

-adó

 

-¡George! Deja de responder así, hombre. Eres un candidato presidencial.

 

-ay ya apá qué pasa

 

-¿Qué estás haciendo? Jorge Nieto me dijo que saboteaste su reunión.

 

-estoy jugando carnavales apá ahorita viene el pastor Lay pa agarrarlo a globazos

 

-George, escúchame, por favor: estamos perdiendo.

 

-ya sé apá

 

-No, de verdad. ¿Has visto la encuesta de hoy?

 

-no apá estaba en el caño llenando globos

 

-George, ya no estás en el primer lugar. Ni siquiera segundo. Estás tercero, George, tercero. Cada semana bajamos más. Tienes que enfocarte en la campaña.

 

-no sé apá yo ya te dije que me llega al pincho si hasta tuviste a patricia esperándome dos semanas en la puerta jaja cuando le abrí su quiche de poro tenía vida

 

-Mira, George, el centro está vacío. Con Coco Nieto pensamos que el país se va a polarizar entre derecha e izquierda, y eso, sumado al desplome de Guzmán, nos abre un espacio que podemos…

 

-jaja apá no te entiendo ni mierda y además me aburre lo que dices mira zzz zzz me aburro

 

-A ver, George, piensa la campaña como si fuese un partido.

 

-ya

 

-Imagina que estás en Alianza…

 

-estaría en segunda jaja

 

-Piensa que estás en primera, George, por favor. Ha acabado el apertura y estamos terceros. ¿Me entiendes? ¿Está todo perdido?

 

-no pe apá falta el clausura

 

-Exacto.

 

-hay que ponerle huevo y hacer los ajustes necesarios para lograr el título

 

-Perfecto.

 

-tenemos que traer un par de refuerzos de jerarquía para mejorar el plantel y si es necesario cambiar al comando técnico

 

-¡Ese es mi hijo!

 

-Con un nuevo técnico el plantel va a ganar confianza y así podremos lograr el objetivo

 

-¿Y cuál es el objetivo?

 

-dar la vuelta

 

-Eso quería escuchar, George, ¡al fin! Vamos a ganar el clausura y luego dar la vuelta. Yo me encargo de cambiar al comando técnico y tú concéntrate en el siguiente partido. ¿Está bien?

 

-sí apá pero una cosa

 

-Dime, hijo.

 

-puedo tirarle globazos al pastor Lay?

 

-Échale betún si quieres.

 

al día siguiente apareció mi apá en la casa con un señor que no conocía

 

-jaja apá eres pendejo por qué me traes a edwin oviedo

 

-George, él es Rennán Espinoza. Es el nuevo jefe de campaña.

 

-no apá me llega al pincho ya te dije

 

-Perdón, George, me equivoqué. Quise decir que Rennán es el nuevo director técnico. Él viene a hacerse cargo del plantel.

 

-ah ya mucho gusto señor oviedo

 

-No me digas señor, George. ¿Te parece si me dices profe?

 

-claro profe jaja

 

-Mira, George, voy a ponerme mi buzo y preparar la charla técnica. ¿Nos encontramos en media hora en los camerinos? Te dejo con tu papá mientras tanto.

 

-por supuesto profe ahí lo veo

 

-¿Y, George, ganamos o no el clausura?

 

-hay que tomarlo con tranquilidad apá la ilusión está intacta y todavía queda mucho para el fin del torneo

 

-¡Muy bien! ¿Y, qué te parece el nuevo técnico?

 

-jaja el profe parece earl sinclair de los dinousarios apá pero con el peinado de robbie

 

-¡George, listo, a camerinos!

 

-ya voy profe oviedo

 

-Quiero empezar la charla con una pregunta. ¿Tú sabes, George, cuál es el resultado más peligroso en el fútbol?

 

-el 2 a 0

 

-¿Por qué?

 

-porque si el equipo que está abajo mete un gol queda 2 a 1 y se enchufa pe profe está de vuelta en el partido y vamos concentrados y motivados a sacar adelante el resultado y si metemos otro gol más ya estamos 2 a 2 ya y el rival se tira atrás y nosotros vamos con todo a voltear el partido

 

-Eso mismo, George, eso mismo. ¿Tú sabes qué dicen las encuestas?

 

-no jaja

 

-Que estamos 2 a 0 abajo, George. Estamos perdiendo el partido y el equipo está replegado. Tenemos que concentrarnos y recuperar la pelota, George, y para meternos al partido necesitamos meter un gol no más. Solo un gol. Con eso estamos 2 a 1 y ya listos para remontar. ¿Y sabes cómo es un gol aquí en las encuestas?

 

-no jaja

 

-Es pasar de terceros a segundos, George. Es detener la caída. ¿Ves esta línea? Es tu intención de voto.

 

-ala mierda

 

-Digo, son tus puntos en el acumulado.

 

-ah ya

 

-¿Ves? Estamos terceros. Pero tenemos que quedar segundos para llegar a la segunda vuelta.

 

-carajo

 

-Digo, a los playoff.

 

-ah ya

 

-Solo tenemos que contener la caída. Romper la mala racha. Ganar de visitante. ¿Me entiendes, George?

 

-todito profesor sinclair

 

-Mira a Lescano, por ejemplo. Es difícil ganarle porque él juega de local en el sur, ¿me entiendes? Tiene a favor la altura.

 

-por supuesto profe ahí somos visitantes y el objetivo es sacar un empate aunque sea o perder por la mínima diferencia y ya aquí en Lima con nuestra gente hacer respetar la localía

 

-Exactamente, George, exactamente. Nuestros rivales directos son Keiko Fujimori, Verónika Mendoza y Rafael López Aliaga. Son equipos sin roce internacional, George, no tienen jerarquía. No están acostumbrados a jugar finales, y Keiko las juega pero nunca las gana. No tienen ni la historia ni la tradición de Alianza.

 

-entiendo profe oviedo

 

-Estamos en una posición difícil, pero el fútbol da revanchas. Quedan seis fechas hasta el 11 de abril, George, hay que sacar la mayor cantidad de puntos posibles para llegar al playoff, ¿me entiendes?

 

-todito profe jaja esto me parece fácil

 

-Ahora, ¡vamos a la cancha!

 

el domingo 14 me levanté a las 7:05 porque debía entrenar a las 9 con el profesor sinclair estaba alistando mis chimpunes cuando alguien tocó mi puerta pensé que sería otra vez patricia con su quiche pero no esta vez era mi propio apá

 

-apá qué sorpresa qué haces visitándome no te habrás confundido de hijo? jaja

 

-Vengo a celebrar, George. ¿Has visto la portada de El Comercio?

 

-no apá estaba lustrando mis chimpunes

 

-Mira, mira, mira, ¡mira tu carita, hijo! ¡Estás segundo! ¡Metiste el gol! ¡Vamos 2 a 1!

 

-jaja o sea que sí se puede remontar?

 

-Ya estamos, George. Con esto ya pasas a la segunda vuel…

 

-tamare

 

-¡Con esto juegas el playoff, George! Con esto jugamos el playoff.

 

-ah sí pude jaja qué bien apá

 

-Mira, traje chicharrón. Quizá podemos desayunar juntos. ¿Te parece?

 

-claro apá desayunemos desde 1988 no me das cariño pero desayunemos

 

mi apá sacó dos panes un kilo de chicharrón y una bolsa con camote frito me pidió que hiciese café y luego nos sentamos a conversar como padre e hijo algo que nunca hizo agarró el comercio con sus manos de chicharrón y empezó a explicarme los cuadros “mira George” me dijo “esta es la distribución del voto, ¿alguna vez te he explicado qué es eso?” “no apá nunca” “Sí pues, yo no veía estas cosas contigo, yo pensaba solo en mí, solamente en mí” sus dedos dejaban manchitas oscuras en el papel “sí apá es verdad y esto qué es ah?” “Esta es la distribución por nivel socioeconómico, George. Es como las tribunas del estadio, ¿me entiendes? A/B sería occidente, C sería oriente, y D/E serían populares, norte y sur” “ah ya entiendo apá o sea que yo tenía el apoyo de occidente y lo he ido perdiendo jaja” “Sí, eso ha estado pasando” “pero no es mejor que me apoyen los que van a popular? a esas tribunas va más gente y hacen más bulla y son más alegres y siempre se llenan no como occidente que para con huecos y además esa gente es bien aburrida jaja me llegan al pincho” “Es totalmente cierto, George. Para ganar tenemos que lograr que te quieran los que van a popular, los que se sientan en las gradas” “entonces dile al profe oviedo eso pe apá si lo hacemos podemos dar la vuelta”

 

mi apá me puso la mano en el hombro me miró a los ojos los suyos se pusieron vidriosos se puso coloradito y me sonrió

 

-Tienes toda la razón, George. Tienes toda la razón.

 

lo vi feliz

 

-George, ¿recuerdas que hace un mes te dije que eras una mierda y que hubiese preferido canjearte por un dóberman o por Joaquín Rey?

 

-sí apá me acuerdo

 

-Nada de eso es cierto, George. Nada. Tú eres mi hijo, y pase lo que pase yo estaré orgulloso de ti.

 

volví a mirar a mi apá allí seguía su sonrisa tranquila su frente de rodilla su bronceado de camarón me miraba con cariño con ternura de verdad parecía quererme

 

-apá

 

-Dime, hijo.

 

-ya sé que tú solo quieres ser canciller ya comamos el chicharrón con camote y no finjamos ser lo que no somos

 

-Pero George…

 

-el playoff apá lo importante es el playoff

 

-Está bien, está bien. Yo solo quería acercarnos un poco más.

 

-apá todavía estamos 2 a 1 cuando estemos 2 a 2 me abrazas y si nos ponemos 3 a 2 me pides perdón si quieres jaja pero vamos paso a paso

 

mi apá no se lo esperaba

 

se llevó el pan con chicharrón a la boca y lo masticó en silencio

 

ahora pe

 

el fútbol da revanchas jaja

Tags:

Carlos León Moya

Por: Carlos León Moya

2021 – 5 de marzo – Casa pantano de Hernando de Soto

 

I was in my bosque, darling, comiendo mi pan con salchicha huachana antes de ir a jugar con mi puma. I was really happy, y como hacía un poquito de calor I turned on my fan, un Miray que compré en Hiraoka pero que escondo cuando vienen las visitas porque luego piensan que soy peruano and that’s not who I am.

 

Anyway, estaba en el último mordisco de mi pan cuando apareció my butler.

 

-Mister De Soto, lo buscan un par de menonitas.

 

-Really, Johnny? I’m not expecting anybody, pero igual hazlos pasar.

 

Quise acabar mi pan as soon as possible pero me apuré tanto que me atoré, darling, it was horrible. Tenía el bolo en la garganta y lagrimitas en los ojos y al final escupí naranja, como en los noventa. Cuando alcé la mirada estaban ya los menonitas.

 

-Albino Kids! Guten Morgen.

 

-Buenos días, señor Hernando.

 

Their voice was strange, horizontal, defying. Ivanka insolada tenía el polo azul que usa everyday y Stuart Little un polo blanco tan blanco que parecía calato y hasta pensé que se había tatuado el símbolo.

 

-Tell me, Kids, what’s going on?

 

-¿En serio ese ventilador es suyo, señor Hernando? -Ivanka señalaba mi Miray con su nariz, goddamit.

 

-No, darling, cómo crees. Debe ser de mi butler.

 

-Venimos con un pedido muy concreto, señor Hernando -dijo Stuart.

 

-Tell me, Little.

 

-Hoy el Jurado va a decidir si López Aliaga sigue o no en carrera.

 

-Ugh, darling, I know. He’s disgusting and so parochial, don’t you think? Y él…

 

-Señor Hernando…

 

-…nunca estudió fuera del Perú, darling, solo en Piura y Chiclayo. You know…

 

-Señor Hernando…

 

-…once I talked to him in english y no me entendió. Poor parochial boy.

 

-¡Señor Hernando!

 

-Oh, sorry, Ivanka, el ventilador no me deja escucharte.

 

-Venimos a pedirle que vaya a apoyarlo al Jurado.

 

-Ahora mismo -dijo Judas Stuart.

 

Sus miradas ya no eran de adulación, darling. Eran de furia.

 

-That’s not possible.

 

-Esto no es un pedido -dijo Stuart.

 

-Se lo exijimos -dijo Ivanka, cada vez más insolada.

 

-No no no no no. You are my Albino kids, remember? Yo era su Margaret Thatcher y ustedes mi Hitler Youth. No me pueden pedir eso. ¿Cómo voy a apoyar a un candidato que parece un puerco? Come on, honey. Que lo apoye Otto Kunz.

 

-Si no lo hace, renunciamos a su campaña -dijo Stuart, jalándose los deditos.

 

-Recuerde que nosotros somos lo único que tiene, señor Hernando. Lo único que le queda. Avanza País no existe. Usted no tiene a nadie más.

 

-Ni política ni ideológicamente.

 

-Ni étnicamente -completó Ivanka.

 

-This is a betrayal. You cheaters. Deceivers!

 

-Mire las encuestas, señor Hernando. Usted no tiene opción. López Aliaga sí.

 

-Stuart y yo lo acompañaremos al Jurado. Solo tiene que pararse junto a López Aliaga y levantarle la mano.

 

-I won’t touch that bacon, never! Además nosotros somos liberales. Ellos no.

 

-En el Perú no hay liberales, señor Hernando -interrumpió Ivanka.

 

-Menos en campaña -dijo Stuart.

 

-Menos usted.

 

-Solo López Aliaga nos puede salvar del comunismo -dijo Stuart.

 

-Macht Deustchland vom Marxismus frei -sagte Ivanka.

 

-I feel betrayed, darlings. But apparently, I have no choice. Díganle al butler que prepare el auto para ir a donde me digan.

 

-López Aliaga über alles! -sagte Ivanka.

 

-Ja! -sagte Stuart.

 

-Pero antes voy a hacer una llamada, Hitler Jugend, wait for me.

 

Salí a mi bosque, solo, triste, betrayed, y llamé a la única persona que me puede entender en estas ocasiones. A la única persona que me puede entender siempre.

 

-Qué mierda quieres, gordo.

 

-Alfred, you don’t know what happened.

 

-Te traicionaron seguro.

 

-How did you know?

 

-Tienes 4% en las encuestas. Estás empatado con Acuña. Das pena, gordo.

 

-Pero Alfred, I still have chances.

 

-Tú siempre decías que el Perú no era para nosotros. Acéptalo, gordo. Deja de hacerte el cojudo que no vas a ganar. Anda juega con tu puma. Dale tu muñeco vudú de Vargas Llosa para que se lo coma.

 

-Alfred, my Kids quieren que vaya a apoyar a López Aliaga.

 

-Ve pues, gordo, quién te agarra.

 

-I don’t want to, darling, es un simplón. Yo vengo de apoyar a Bill Clinton y a Vladimir Putin. ¿Qué hago con un hombre que se hace llamar Porky?

 

-Yo estoy apoyando a una persona que se llama Yonhy, gordo, no jodas.

 

-We are on the same page, Alfred. Y ahora que los Albino Kids se me voltearon I’m all alone, again.

 

-Así es el Perú, gordo. No es para nosotros. Nunca lo fue.

 

2021 – 4 de marzo – Estudio Ghersi

 

-Ustedes tienen que traicionarlo primero -les dijo Enrique Ghersi-. Ese gordo no cree ni en su madre. Apenas pueda los va a acuchillar por la espalda.

 

-Pero no nos ha hecho nada -dijo Ivanka.

 

-Todavía -atajó Ghersi-. Pero pronto lo hará. Hernando de Soto es sinónimo de traición, Ivankita: cuatro décadas de traiciones.

 

Stuart e Ivanka lo miraban en silencio.

 

-Yo también fui un Albino Kid -dijo Ghersi, la voz quebrada-. Yo también creí en él. ¿Ustedes se amanecen haciéndole campaña? Ghibellini y yo nos amanecimos haciéndole El Otro Sendero. Día y noche a la luz de una vela, porque el  gordo era tacaño y nos dio un cuarto sin foco. ¿Y sabes con qué nos pagaba? Con Kekitos Pyc.

 

Ghersi se sentó. Suspiró hondo.

 

-Él nos decía “el libro es de los tres, tu nombre y el de Mario van a estar grandazos en portada, cómo te voy a cerrar, Enrique, si tú eres mi mano derecha”. Y miren lo que pasó, apenas pudo nos sacó. Y si me lo hizo a mí, también se los hará a ustedes.

 

-Entonces, ¿qué hacemos? -preguntó Stuart.

 

-Váyanse con López Aliaga. Todos estamos con él: Jaime, Beto, Willax, yo. ¿Quién está con Hernando? Nadie. Por traidor. Ni Erasmo Wong, que lo convenció de postular. Ni Alfredo Barnechea, que era su mejor amigo. Está más solo que su puma.

 

-Es un poco difícil. No podemos hacer eso -dijo Ivanka.

 

-Yo los entiendo, pero se los digo de corazón. A ti Ivanka te he visto crecer, luego los vi robarse mis tequeños cuando visitaban a Lucas. Ustedes son como mis hijos y no quiero que pasen lo que yo pasé con Hernando.

 

-Entonces, ¿renunciamos a la candidatura? -insistió Stuart, incrédulo.

 

-No, no, eso los daña a ustedes. Hagan algo más inteligente: exíjanle que vaya mañana al Jurado a apoyar a López Aliaga. Así Hernando se hunde solito y López Aliaga sale empoderado, como gran líder.

 

-Pero y nosotros, ¿qué? Ni siquiera hemos hablado con López Aliaga.

 

-Pueden hablar con él ahorita.

 

-¿Cómo?

 

-Oink -se oyó detrás de la puerta.

 

 

2020 – 15 de diciembre – Casa pantano de Hernando de Soto

 

Ay, estos jóvenes, darling, cada vez los hacen peor. Antes hacían libros y ahora no pueden ni llenar una hoja de vida. Le pedí a unos muchachitos suizos que postulan al Congreso que llenasen mis datos y lo hicieron mal. Pusieron que había acabado la Católica, darling, cuando yo solo estuve 15 minutos en el patio de Letras: perdónenos señor De Soto nosotros creíamos que usted había acabado la Católica señor De Soto también pusimos que tiene 40 doctorados señor De Soto usted es mejor que Milton Friedman señor De Soto.

 

-Los perdono, Kids, los perdono -is good to be recognized at last.

 

Anyway, I’m a good mood today. Ayer presenté en Willax una encuesta falsa donde me puse primero y fue una sensación, darling, la gente empezó a escribirme, Felicitaciones Hernando ya te vemos en segunda vuelta, Qué bien te ves Hernando ya voy pidiendo mi embajada, Solo te falta decir que tienes pareja y ya eres presidente Hernando.

 

Pero la mejor llamada fue la de Erasmo Wong: te dije, gordo, carajo, había que tunearte no más. Willax es todo tuyo, Hernando, tú haz lo que quieras. Si quieres te doy otro programa. Sí, ponerle “Soluciones” al tuyo fue un error, hermano, nadie lo veía, pero podemos darte un programa de cocina con Ximena Llosa para que se pongan a hacer postres juntos, ¿qué dices?. Claro, gordito, tú pide no más. Ya te veo en segunda vuelta. No, Hernando, cómo crees. Willax es para ti y para nadie más. Yo jamás voy a apoyar a un candidato que no seas tú. Yo te he empujado a postular, hermano, yo me quedo contigo hasta el final. Más bien, vente a mi casa para conversar unas cositas. Dale, te espero, gordo.

 

Fui a mi sala a pedirle a alguien que me lleve -I hate driving, darling, I hate driving in Lima-, pero solo estaban those Swiss Kids y Diego Usado, un hombre reciclado que postula conmigo y siempre me quiere llevar en su auto. Por suerte, Diego Usado fue al baño y aproveché el momento: you, Kids, ¿alguno de ustedes maneja? Great, can you take me to la casa de Erasmo Wong? Hurry up, please. Sí, yo sé que a Diego Usado le encanta manejar, pero mejor llévenme ustedes porque él no puede manejar sobrio, darling, es un horror, para a cada rato en los grifos y dice “voy a echar gasolina”, pero no es al carro sino a él: entra a los Listo y se compra unos whiskies enanos y se los zampa en cada semáforo. Sí, este es mi carro, honey, ¿cómo se llaman ustedes? No los conocía, chicos, ¿postulan conmigo también? That’s sweet. Yo siempre me olvido de los nombres, así que seguro se los preguntaré de nuevo. Sorry, Ivanka, ¿crees que podamos pasar antes por un Hiraoka?

 

2016 – 5 de junio – Hotel Meliá

 

-Keiko, darling, ¿nos conocemos hace cuánto?

 

-Veintiseis años, Hernando.

 

-Veinteseis años, darling, y nunca te he abandonado. Esto es un traspiés, honey, a little setback. Hay que esperar el voto rural, pero pase lo que pase yo siempre estaré para lo que quieras. No, Keiko, don’t cry, put your head on my shoulder, hold me in your arms, baby. No fue tu culpa, Keiko, tú hiciste todo bien. Fue Chlimper, I know, pero mañana is a new day y allí estaremos todos contigo.

 

-Gracias, Hernando.

 

-Ahora te dejo, ¿sí? Voy afuera un rato y mira qué ven mis ojos por allí: Panchi Tudela, my darling! Long time, no see.

 

-Buenash nochesh, Hernando. Aunque de buenash no tienen nada: qué día másh eshpantoso.

 

-Ugh, Panchi, esto parece un velorio. Yo solo vine por los bocaditos. Mañana mismo me voy del Perú, honey, yo no tengo nada que hacer acá.

 

-Pero Hernando, Keiko necesita de nosotrosh en eshte momento.

 

-Not me, Panchi, not me. Yo no tengo nada qué hacer en este país.

 

-Mira, Hernando, perdón que te interrumpa. Te preshento a Rafael López Aliaga. Rafael, él es Hernando de Shoto.

-Buenas.

 

-Hi, darling! Nice to meet you. Oh, you look so pink! Nice skin. Do you use a cream or something?

 

-¿Ah?

 

-For your skin, honey. Because you are very pink, you know?

 

-¿Pin?

 

-Anyway, Panchi told me that you have trains.

 

-¿Qué?

 

-Trains, darling, trains. Choo-choo, choo-choo.

 

-Sí, chu-chú, chu-chú, trenes tengo. Varios

 

-Great. Maybe you can lend me one someday, you know, for me and my friends.

 

-¿Qué?

 

-Ugh, Panchi, ¿por qué me dejaste con ese sujeto?

 

-Perdóname, Hernando, Rafael no esh muy, ya sabesh, pero tiene shus cualidadesh.

 

-The horror, Panchi, the horror. He’s so parochial, so monolingual. Más bien, me voy con Kenji que está comiendo tierra en un rincón y nadie le habla. Ya vengo.

 

 

2016 – 10 de abril – Casa de Alfredo Barnechea

 

-Alfred, my darling?

 

-Qué quieres.

 

-Soy yo, Alfred.

 

-Ya sé que eres tú, gordo de mierda.

 

-No, Alfred, entiendo que estés dolido, pero somos amigos.

 

-Por tu culpa he perdido, gordo salado. Todo lo que tocas lo arruinas. Llegaste y con tus títulos esos creías que ibas a convencer a alguien pero no, gordo, nadie te cree, eres un fanfarrón. Y seguro vienes a despedirte porque mañana te vas con Keiko, como siempre.

 

-No, Alfred, entiendo que estés dolido, pero somos amigos. Más que eso: we are partners. Esto es un traspiés, honey, a little setback. Ahora tú eres una figura con un peso político propio, y yo siempre estaré para lo que quieras. Oh, come on, Alfred, don’t cry, put your head on my shoulder. No fue tu culpa, Alfred, fue el chicharrón, pero mañana is a new day y allí estaremos todos contigo. Hay que preparar tu candidatura al 2021 desde ahorita.

 

-Gracias, Hernando.

 

-Ahora te dejo, ¿sí? Voy afuera un rato y, mozo, mozo, sí, le dejo mi vaso.

 

-Yo no soy el mozo oiga usted.

 

-Sorry?

 

-Yo soy el congresista Yohny Lescano.

 

Johnny! Just like my butler.

 

2012 – 10 de diciembre – Manhattan, 42nd street and 5th Avenue

 

-Alfred, my god! What are you doing here? Are you going to the library?

 

-No, gordo. Hago pura finta. Me fui a tomar una foto con el león. Y me encontré con Salman Rushdie en el Chipotle. Mira, me tomé esta foto con él pero salió chueca.

 

-Ay, honey, ¿cuándo cambiarás? ¿Algún día dejarás de tomarte foto con everybody in the world?

 

-Sí, el día que Caretas quiebre.

 

-Ni digas, darling. ¿Te conté que tengo en mi sala una foto con Bill Clinton?

 

-¡No, gordo! ¡Qué paja! ¿Y qué te dijo? ¿Te preguntó por tus libros?

 

-No, darling, me preguntó si conocía a Susana Baca.

 

-Algo es algo, gordo.

 

-Bueno, I’m leaving, darling. Tengo que verme con Ban Ki Moon para tomar té burbuja.

 

-Pucha, gordo, tú estás en todas. Oye, más bien, necesito un consejo. Tú que eres un semi-Dios.

 

-Dime, honey.

 

-Javier Alva Orlandini me ha invitado a Acción Popular. Me ha dicho que si me porto bien puedo ser su candidato presidencial para el 2016. Pero no sé, gordo.

 

-¿Volver al Perú? ¿Para qué, darling? Si aquí tenemos todo.

 

-Eso, pues. ¿Pero y si gano?

 

-Mira, si postulas, me llamas y yo voy como tu asesor. Propongo títulos de propiedad y ganamos con 70%.

 

-Verdad, ¿no?

 

-Claro, Alfred, confía en mí. Y si pierdes, no pasa nada, darling. Además, como siempre te digo…

 

-“El Perú no es para nosotros”.

 

-That’s our motto, honey.

 

-Muchas gracias, gordo. Siempre seré tu amigo. Siempre a tus pies.

 

 

1985 – 2 de abril – Instituto Libertad y Democracia

 

En un cuarto oscuro trabajan codo a codo dos jóvenes llenos de energía: revisan hojas escritas a mano, dibujan cuadros en la pizarra, golpean con fuerza la máquina de escribir. En medio de la mesa hay tres velas, un rin y dos kekitos Pyc. Al fondo, un sonido: mi novia tiene bíceps, ojo con lo que le dices.

 

Se abre la puerta. Aparece alguien con una linterna.

 

-Enrique, Mario, darlings: ¿cómo va ese libro?

 

-Mejorando, Hernando, mejorando.

 

-Apúrense, please, que tengo que sacarlo as soon as possible.

 

-Por supuesto, Hernando, ¿pero crees que podrías instalarnos un foco?

 

-Pronto, Enrique, pronto. ¿Y esos kekitos?

 

-Son de Ghersi.

 

-Enrique, stop eating kekitos. Mírame a mí: yo era esbelto y regio y un día me puse a comer kekitos sin parar en Suiza y mira cómo quedé, parezco el oso Misha.

 

-Pero eso nos traen de almuerzo, pues, Hernando, ¿qué quieres que coma? Nos dijiste que darían comida de verdad pero solo nos dan kekitos Pyc y Pasteurina.

 

-Y un Tico Tico.

 

-No se preocupen, Kids. Cuando este libro salga será un best seller mundial y ya dejarán de cenar Chocomel.

 

-Hablando de eso, Hernando, ¿cómo vamos a hacer con los créditos?

 

-Cuánta codicia, Enrique.

 

-Soy abogado.

 

-Los tres pues, honey, los tres. ¿Tú crees que yo, a firm believer in property rights, te voy a cerrar y quitar tu autoría? ¿Crees que sería tan incoherente, tan patán, tan traidor? ¿A ti, Enrique, que eres mi brazo derecho?

 

-Nunca, Hernando, nunca.

 

-Nuestros nombres estarán siempre juntos, darling, forever and ever. ¡Y a que no saben quién me hará el foreword!

 

-¿Ferrando?

 

-No, ¡Vargas Llosa! ¡The most beautiful man in the world! Es un regio, Marito, así todo dientón y engominado. Como somos arequipeños comimos un chupe la semana pasada y ahí le dije. Aceptó encantadísimo. Al final nos pusimos a jugar con las antenitas del camarón de la alegría. He is the best, really. Te estaré eternamente agradecido, Mario, le dije, yo siempre estaré para lo que quieras.

 

Tags:

Carlos León Moya

Resumen de la primera parte:

https://sudaca.pe/noticia/satira/veronika-mendoza-exiliada-en-bolivia-primera-parte

 

Luego de que la nueva Constitución ilegalizara a la izquierda y al Partido Morado, Verónika Mendoza cruzó a pie la frontera peruano-boliviana y se exilió en La Paz, zona Sopocachi, bajo el nombre Marisa Glave. Sola y deprimida, su única diversión era viajar tres horas seguidas en el teleférico y tomar Inca Kola caliente mirando la ciudad desde El Montículo. A veces sentía que estaba en un Cusco con edificios. A veces se confundía y alzaba el brazo para tomar el Correcaminos, el Zorro, el Batman.

 

A veces pensaba que nunca volvería a la patria.

 

Finalmente, las Fuerzas Armadas depusieron al presidente Daniel Urresti, que había reemplazado al ahora ilegal Julio Guzmán, y convocaron a nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, mantuvieron en la Constitución los artículos 91 y 114 que proscribían a la izquierda y al Partido Morado. “Por cojudos”, fue la explicación oficial.

 

Entristecida, exiliada, sola, Verónika Mendoza estaba en una banca de la Plaza Avaroa comiendo un trancapecho cuando apareció Julio Guzmán en ropa de correr: él también estaba exiliado.

 

Sentados juntos en una banca, Guzmán y Mendoza empezaron a contarse las cosas y a confesar sus errores mientras se pasaban el trancapecho. ¿Debimos colaborar entonces? ¿No era mejor competir, tal como hicimos? Competir, colaborar, ¿no nos iban a almorzar igual? Además, ¿qué clase de baboso colabora en el Perú? ¿No te parece desabrido el trancapecho? Ya que estaremos aquí un tiempo más, ¿no se te antoja hacer algo? Podemos pasear en el teleférico, ¿no crees? ¿Sabías que acá también hay pollo broaster? Tienen hasta salchipapa. ¿Y si vamos un día a correr juntos?

 

Segunda parte:

 

Sábado, 6:52 am.

 

Verónika despertó azorada. Miró a la izquierda de su cama: vacío. Su último recuerdo: Julio Guzmán en la banca diciéndole para correr un día juntos.

 

¿Qué había pasado?

 

Se levantó para lavarse los dientes e intento reconstruir el día anterior: Julio, la banca, el trancapecho. Eso era, el trancapecho. Los recuerdos aparecían como burbujas. Siguieron comiendo, claro, y conversando. Hablaron toda la tarde, sentados en la banca como adolescentes. Hacía tiempo no hablaba con nadie. Julio tampoco.

 

Hablas como vendedor de Natura, le dijo ella.

 

Tienes voz de profesora de nido, le dijo él.

 

Rieron.

 

Hace hambre, dijo ella.

 

El sol a medio caer, el Illimani anaranjado, el vientecito en las gargantas.

 

Vamos a cenar, dijo él.

 

Verónika quería otro trancapecho: hay un Sillpichs en la esquina, allí me compré el mío.

 

Julio tenía su propio antojo: yo quiero falso conejo.

 

¿Y dónde venden eso?, preguntó ella.

 

En El Caldero Chorreante, respondió él con su falsa sonrisa.

 

Con los platos ya servidos, Julio le explicó por qué era ese su restaurante preferido: toda la temática era de Harry Potter. “Nunca vi El Padrino, pero me leí los siete libros”, le dijo ahora sí sonriendo de verdad. “Si no tienes con quién almorzar un día, ven a El Caldero Chorreante y aquí me encontrarás sentado, sin falta”.

 

Se empacharon con comida, pero no recuerda con qué. ¿Cómo acabó la noche? No lo sabe. De pronto, una burbuja: al volver al edificio el portero la saludó como siempre, “buenas noches, señorita Glave”, y Verónika, borracha de comida y empoderada al haber sido llamado por su verdadero nombre durante cinco horas, le dijo al fin lo que había callado durante sus 194 días de exilio:

 

-Mi nombre es Verónika, carajo.

 

*

 

7:01 am.

 

Salió del baño y abrió la refrigeradora para hacerse el desayuno de siempre: Chocosoda con leche. Empezaba a cortar la bolsa de leche con los dientes cuando alguien tocó la puerta.

 

Se le heló la sangre.

 

Nadie tenía su dirección.

 

Nadie tocaba nunca su puerta.

 

Volvieron a tocar.

 

Me encontraron no debí decir mi nombre anoche vienen por mí es la policía las Fuerzas Armadas la DINI serenazgo no sé pero vienen por mí.

 

Corrió inmediatamente a su cuarto a quemar documentos, lo primero que debía hacer según el Departamento de Operaciones Clandestinas del partido. Sacó de su cajón un vinifile con los papeles más comprometedores: un recibo de luz de Bolognesi 590, el estado de cuenta de su tarjeta MiBanco, una foto con Indira Huilca en el Parque de las Leyendas.

 

-¡Verónika! -un grito.

 

Tiró el vinifile a la papelera. Prendió el fósforo.

 

-¡Soy yo, Julio Guzmán! ¡Ya son las 7!

 

-¿Qué haces aquí? -le dijo furiosa tras abrir la puerta.

 

Guzmán trotaba sobre su sitio: zapatillas, buzo, Apple Watch, cara de asáltame.

 

-Pero si quedamos en correr…

 

-¿Cuándo?

 

-Ayer después de comer el quinto trancapecho.

 

Verónika lo hizo pasar.

 

-Perdóname, Julito, de verdad no me acordaba.

 

-No te preocupes. Ayer comimos mucho. Oye, huele a quemado… otra vez.

 

-Sí, son unos papeles no más. Tranquilo que no se va a quemar el departamento.

 

-Bueno, ¿estás lista? Ya tengo la ruta definida: vamos a dar cinco vueltas a la plaza y luego…

 

-No, Julito, no voy a poder. Todavía tengo pesadez. Además ni ropa de deporte tengo. Solo traje cuatro politos y mi pijama de Alf.

 

-Pero Vero, tienes casi seis meses exiliada.

 

-Es que el Nuevo Perú no tiene plata y aún no me mandan mi ropa. Fíjate que no tenemos Wifi desde el 2019.

 

-Mira, si quieres nos encontramos abajo a las 9 y desayunamos por aquí.

 

-Ya pues.

 

*

 

8:59 am.

 

Verónika salió con su camisa fucsia de la suerte. Al lado del portero estaba Julio Guzmán, esperándola.

 

-Buenos días, señorita Glave -le dijo el portero.

 

-Buenos días -respondió ella, sonriente.

 

Guzmán la miró extrañado.

 

-Es una larga historia, Julito.

 

-Te entiendo, Vero -dijo Guzmán-. Yo hago lo mismo.

 

-¿Y cómo te llamas aquí?

 

-Buenos días, señor Curwen -le dijeron a Guzmán esa mañana.

 

Ya sentados, pidieron cuatro salteñas de carne -dos normales, dos picantes-, un jugo de tumbo y un jugo de plátano, muchas gracias.

 

-Oye, Julito, tengo una duda.

 

-Dime Vero.

 

-¿Qué hicimos ayer después de comer tu falso conejo?

 

-Fuimos a pasear en el Teleférico.

 

-¡Lo sabía! A mí me encanta hacer eso.

 

-Estuvimos tres horas dando vueltas por todas las líneas y luego compramos cupcakes en la avenida Arce.

 

-Eso imaginaba. ¿Sabes?, ahora en la mañana no me acordaba de eso.

 

Les dejaron las salteñas y los jugos sobre la mesa. Guzmán agarró el jugo de tumbo y se lo tomó de un solo sorbo.

 

-Verónika, ¿estás teniendo problemas de memoria?

 

-No, Julito, para nada. ¿Por qué?

 

-Porque nunca fuimos al Teleférico.

 

-¿Entonces?

 

-Fuimos a seguir comiendo.

 

Luego de escuchar a Guzmán resumirle la trama de Harry Potter durante 24 minutos, Verónika le ofreció ir al Sillpichs: me toca escoger a mí, vamos por otro trancapecho.

 

Se sentaron -dos trancapechos, por favor- y empezaron a recordar anécdotas. ¿Te acuerdas del primer debate, del escándalo de las vacunas, de la vez que Forsyth dijo cerumen? Qué bellos momentos. ¿Cuando convocaron a la Constituyente, cuando creíamos que el Perú iba a mejorar, cuando nos dejamos de hablar para siempre? Qué nostalgia. Dos trancapechos más, por favor.

 

¿Cómo te exiliaste, Vero? Tuve que caminar 40 días hasta llegar a Desaguadero y cruzar Bolivia a pie, ¿y tú, Julio? Yo viajé a Maryland, luego a Tel Aviv, después me fui a pasear a Roma y llegué a La Paz hace unas semanas para preparar mi regreso, pero seguimos proscritos. Eres un pituco, Julito. No es mi culpa que seas pobre, Verito. ¿Te ves con alguien, Julito? Con nadie, Verito, con nadie. Úrsula Moscoso estuvo 7 horas en mi casa, pero la mandé a pescar al Lago Poopó y debe volver el 2034. ¿Y tú?

 

-Yo tampoco, Julio. Ni me veo ni hablo con nadie.

 

-¿Hace cuánto que no hablas con alguien?

 

-Meses, Julito, meses. Desde que llegue a La Paz solo hablo con Álvaro Campana.

 

-¿Y quién es él?

 

-Es un cuadro clandestino.

 

-Ah.

 

-¿Y tú, hablas con alguien?

 

Por supuesto, le dijo Guzmán. Por las noches iba al karaoke a cantar los mejores éxitos de José José, y ya se había hecho amigo del dueño. En las mañanas salía a correr con sus vecinos, quienes realmente creían que se llama Curwen de Belaúnde. Luego almorzaba en El Caldero Chorreante y, al volver a casa, hacía Zoom parties toda la tarde: con Daniel Olivares que ahora vive en Jamaica, con Víctor Caballero que ahora vive con Marco Sifuentes en Madrid, y hasta con Susel Paredes que ya está grabando la cuarta temporada de The Mandalorian. Dos trancapechos más, por favor.

 

-Hablo con todo el Partido Morado en el exilio. Así me mantengo tranquilo. Si no, no podría.

 

-…

 

-¿De verdad no hablas con nadie?

 

De verdad, le dijo Verónika. El Departamento de Operaciones Clandestinas del partido, fiel a las enseñanzas de Manuel Piñeiro, se lo prohibió de manera tajante.

 

-Y creo que eso me está afectando -dijo ella.

 

-El exilio es traumático, Verito, muy duro. Y no hablar con nadie lo hace peor. ¿Dos trancapechitos más?

 

Al inicio, le contó Verónika, el Nuevo Perú intentó traerla de vuelta. El plan A era llevar un equipo de élite de compañeros entrenados en la Escuela de Cuadros de La Habana para ingresarla de manera clandestina al Perú y desde allí agitar al pueblo organizado. El plan B era hacer tuitazos con el hashtag #QueVuelvaVero

 

Al final, solo hicieron el plan B.

 

-Conforme pasan los días he ido perdiendo las esperanzas de volver. Ya llevo 194 de exilio, Julio, 194 días en los que no hablo con nadie. Jamás pensé decir esto, pero por suerte te encontré. Ya me estaba desesperando. Últimamente siento que me olvido las cosas.

 

-Creo que me he llenado, Vero. ¿Cuántos trancapechos vamos?

 

-No me acuerdo.

 

*

 

9:45 am.

 

Julio Guzmán intentaba consolar a Verónika con su mejor voz de vendedor de licuadoras: olvidarse las cosas debe ser estrés postraumático, Verito, es totalmente normal. La hemos pasado muy mal, tú mucho peor que yo. Lo importante es mirar el futuro y regresar al Perú, y una vez allí seguir enfrentados y odiarnos mutuamente.

 

-Y mañana son las elecciones presidenciales, Julito.

 

-Qué nostalgia, ¿no?

 

-Pensar que hace dos años nos enfrentamos.

 

-Es verdad, y nos peleábamos duro.

 

-Pero tú ganaste.

 

-¿A quién?

 

-A todos.

 

-¿A quién “todos”?

 

Julio Guzmán la miró fijamente y se inclinó sobre la mesa para escudriñarla.

 

-A todos, pues. Si ganaste la elección.

 

-Yo no gané la elección, Verónika. Ni siquiera le gané a Acuña.

 

Ella se quedó en silencio, las manos sobre la mesa, la mirada perdida.

 

-Es cierto… -murmuró.

 

-Yo nunca fui presidente -le dijo Guzmán-. El único presidente que ha tenido el Partido Morado ha sido…

 

-Sagasti -completó ella.

 

-Exacto, pero su gobierno no era del partido porque una cosa era el gobierno y otra el Partido Morado. Yo ni siquiera hablaba con…

 

-Ay ya cállate que nadie te creyó eso.

 

-Perdón. Es la costumbre.

 

-¿Entonces, Julio, qué pasó?

 

-¿En serio no te acuerdas?

 

-No, pero estoy a punto.

 

-Lescano, Verónika.

 

-¡Es verdad!

 

Los puntos en su memoria se fueron conectando al fin: Julio Guzmán no había ganado, claro que no, se desinfló tristemente. Pero ella tampoco pasó a segunda vuelta. Lo tenía muy cerca hasta que apareció Yohny Lescano. Primero le arrebató el sur y luego le quitó a la clase media limeña que siempre consideró a Lescano de centro-izquierda. Cuando a ella la acusaban de comunista no tenía cómo defenderse. Cuando a él lo acusaban de comunista decía “soy de Acción Popular”. Cuando decían que Acción Popular era un partido golpista él decía que nunca apoyó el golpe. Era resbaladizo. Viscoso. Difícil de chapar.

 

-Y así me jodió -dijo Verónika.

 

-Nos jodió -dijo Guzmán.

 

Los recuerdos aparecían nuevamente como burbujas.

 

-Fue Lescano quien convocó a una Asamblea Constituyente, Julio, no tú.

 

-Así es.

 

-¿Y las Fuerzas Armadas?

 

-Salieron a apoyar la nueva Constitución, y dijeron que estaban de acuerdo con los artículos que nos proscribían porque lo merecíamos, por cojudos.

 

-Eso sí me acuerdo. Entonces las elecciones de mañana son…

 

-Convocadas por Lescano para elegirse de nuevo.

 

-…

 

-…

 

-Entonces, Julio, nunca ganamos nada…

 

-Perdimos todo, Vero. El lado oscuro ganó. El lado oscuro siempre ganó: las presidenciales del 2021, la Asamblea Constituyente, el referéndum. La gente los prefiere a ellos, Verito, los odia pero vota por ellos. Nosotros somos los perdedores. Ni siquiera nos dejan jugar. Por eso estamos aquí, desayunando salteñas.

 

-Quizá nunca podamos volver al Perú, Julio.

 

-Quizá ya perdimos al país para siempre, Vero. Quizá un día nos matarán a lampazos y a nadie le importará.

 

-¿Debimos colaborar entonces?

 

-Ya no hay vuelta atrás, Verito. No te tortures.

 

-¿Dónde está nuestro error sin solución? ¿Fuiste tú el culpable o lo fui yo?

 

-Eso no importa ya, Verónika. Si en algo soy muy firme es en que no tiene sentido llorar sobre la leche derramada.

 

*

 

10:04 pm

 

Julio Guzmán entra al karaoke vestido como Ziggy Stardust. Busca al dueño. Le pide que le ponga ya no José José sino Alaska y Dinarama. ¿Cuál de todas, Julito? Ni tú ni nadie. ¿Estás borracho? Un poquito.

 

Sostiene el micro. En noviembre creía que sería Presidente. Las letras empiezan a aparecer. Ahora nunca lo será. Qué fácil es atormentarse después. Canta a voz en cuello. Mil campanas suenan en mi corazón. Llora. Qué difícil es pedir perdón. Salta. Ni tú ni nadie nadie puede cambiarme.

 

Tags:

Carlos León Moya

Rafael López Aliaga no lo comprendía. Si él era defensor de la familia y fundador de un colegio y hasta de un nido, ¿por qué le temían los niños? ¿Por qué huyen cuando lo ven? ¿Por qué gritan cuando sonríe?

 

-Es que tienes cara de jeje -le dijo Castañeda Lossio una vez.

 

-¿De qué? -preguntó López Aliaga

 

-De jeje.

 

Los focus groups tampoco le fueron favorables. ¿Saben quién es Rafael López Aliaga? No, señor, quién será. Esta es su foto, ¿qué les parece? Qué horror, señor, parece el abuelo de Chucky, es un Cicciobello inflado, creo que se llama Clarence y tiene un programa en Cartoon Networks.

 

Una de las participantes (Luzmila, 49 años, Rímac) fue un poco más allá:

 

-Quién va a votar por ese care’mañoso.

 

Pero López Aliaga no tenía otra opción.

 

*

 

A fines del 2019, López Aliaga tuvo la brillante idea de convertir a Solidaridad Nacional en el procesador de residuos orgánicos del fujimorismo. Todo aquello que botaban, López Aliaga lo recogía, le pasaba un poco de alcohol, le sacaba las moscas y le ponía polo amarillo.

 

Se sentía un genio. Creía que llenaba un vacío. El fujimorismo se iba al centro y le dejaban la derecha. ¿Pero qué derecha? El Perú no quería técnicos neoliberales que hablasen solo de la inversión privada: esa es la derecha elitista. El Perú quería religiosos acusados de lavado de activos y mafiosos mediocres que van a insultarte en la calle: esa es la derecha popular.

 

Se sentía un genio. López Aliaga se creía Steve Bannon. Expreso era su Breitbart. La Resistencia usaría la bandera de la Confederación.

 

Por supuesto, se equivocó.

 

En enero del 2020, el partido de Rafael Bannon obtuvo 221 mil votos a nivel nacional.

 

1.49%

 

Una mierda.

 

Cuando le dijeron que Alberto de Belaúnde había sacado 45 mil votos más que toda su lista casi se mata.

 

Le dio una depresión tonta.

 

Lloró cuatro días seguidos.

 

Se estriñó.

 

La última noche de aquel cálido enero, después de comulgar, López Aliaga se quedó horas sentando en su cama mirándose al espejo. Buscaba una respuesta. Si había hecho todo bien, ¿por qué le iba tan mal? Eli, Eli, ¿lama sabachtani?

 

De pronto, sintió que una súbita sabiduría se apoderó de él. “Debe ser el cuerpo de Cristo”, pensó, “comulgué hace horas pero llevo días con la digestión lenta”.

 

Tuvo una revelación.

 

Había pasado gran parte del 2019 buscando al Bolsonaro peruano.

 

Qué tonto. No se había dado cuenta de que lo tenía al frente.

El Bolsonaro peruano era él.

El país anhelaba un líder violento y masculino dispuesto a defender los valores tradicionales. Un líder como él. Sí, Bolsonaro parece el jefe de un escuadrón paramilitar y él parecía un Teletubbie, pero no importaba. Su error había sido jugar al Steve Bannon cuando su verdadero rol era ser Rafael Bolsonaro.

 

Se paró de la cama, alegre. Se secó las lágrimas y salió del cuarto tarareando una de esas canciones que estaban de moda y que escuchaba a escondidas, dice que por otro man no llora, no.

 

A mitad de camino dobló hacia el baño. Había vuelto la digestión.

 

*

 

Aunque los focus group salieron mal, las encuestas consolaron a López Aliaga. Según una de ellas, el 47% de peruanos cree que el candidato ideal de derecha es un blanco pelado. Así las cosas, la pelea estaba entre De Soto y él.

 

No estaba tan difícil, pensó, pero había que prepararse para la batalla.

 

Lo primero fue cambiarle el nombre al partido: de Solidaridad Nacional a uno que nadie recuerda y a nadie le importa. Lo segundo fue cambiar el color: del amarillo patito a un celeste pitufo. Lo tercero fue crear recordación: se mandó a hacer veinte polos celestes con cuello, sin darse cuenta que parecía un Squirtle.

 

Ahora faltaba lo central: llamar la atención de la prensa.

 

López Aliaga sabía que la prensa televisiva está necesitada de noticias estrambóticas, demenciales, cojudas. Justamente por eso había reclutado antes a Yeni Vilcatoma y Rosa Bartra. Y aunque con ellas aprendió que mucha exposición no se traduce necesariamente en votos, de todas modos necesitaba aparecer en cámaras, volverse conocido, que la gente recuerde su nombre.

 

Para eso, la noticia estrambótica tenía que ser él.

 

Ya disfrazado de Squirtle, López Aliaga fue tras su objetivo: alojamiento en un hotel cinco estrellas con piscina para las víctimas de violación, desacato a la cuarentena e ivermectina gratis para todos, no a las vacunas porque modifican nuestro ADN pero si vienen las Pfizer vacúnenme a mí también, por favor.

 

Y la prensa, necesitada de noticias, mordió el anzuelo: les presentamos al Bolsonaro peruano, el candidato de derecha que parece Hernando de Soto pero no es Hernando de Soto, conozca al hombre que se lleva todas las sobras de Keiko Fujimori.

 

Pero aún así, Rafael López Aliaga no subía. Vio la encuesta del IEP con ansías infantiles y se topó con la dura realidad. Aparecía en “Otros”. Le ganaba Ollanta Humala y estaba empatado con Pedro Castillo.

 

La última noche de este frío enero, después de rezar el rosario, López Aliaga se quedó horas sentando en su cama, mirándose nuevamente al espejo.

 

¿Qué más debía hacer para subir su intención de voto? ¿Pelearse con Hernando de Soto por haberle quitado a Eugenio D’Medina? ¿Proponer matar a los delincuentes como hace Keiko para que la gente crea que él es el verdadero Keiko? ¿Aliarse con un puñado de apristas sin madriguera electoral? ¿Aparecer por quinta vez con Chibolín? ¿Pagarle a Agustín Laje para que lo entreviste 15 minutos?

 

¿Negarse a usar mascarillas en televisión nacional, como Bolsonaro?

 

¿Subir fotos suyas portando armas largas, como Bolsonaro?

 

¿Armar un atentado en su contra, como Bolsonaro?

 

Se paró de la cama, con pena. Se secó las lágrimas y salió del cuarto repitiéndose que no debía llorar no debía llorar no debía llorar. Él era el hombre fuerte que impondría la mano dura que necesita el país. No debía caer en esa depresión tonta.

Tags:

Carlos León Moya

me he enviciao jaja toda la semana he jugado fútbol excitante −horrible oye− y es pajaza antes venía Coco Nieto a despertarme a las 7 “ya George, arriba” me gritaba y me hacía ver RPP con él “toma tu Nesquik y mira para que aprendas” me decía “oe Coco ya pe pon ESPN que hay repetición de la Champions” decía yo y él “así no vas a ser Presidente, George, tienes que aprender”.

—pero yo no quiero ser presidente pe Coco jaja el que quiere ser es mi viejo pero no puede por chinchoso

hasta que un día Coco dejó de venir y así empecé a enviciarme me levantaba a las 10 y en vez de Nesquik desayunaba Coca Cola jaja todavía tengo un cajón llenecito de cassettes con juegos −como de niño mi apá no me daba cariño me compró como mierda de juegos para que no lo jodiera jaja pendejo mi viejo− y así buscando encontré que tenía fútbol excitante y lo puse

y estuve una semana con eso jaja me llamaban por huevadas y yo los mandaba a la mierda “hola George tenemos un candidato con juicios por alimentos” y yo “jaja a mí qué chucha estoy a dieta” y otro “George tenemos que ir a La Libertad hay que disputárselo a Acuña” y yo “jaja a mí qué chucha ese gremlin” y ya estaba enviciadazo ganando la copa mundial con Irak cuando de repente me llamó mi apá

—Adó

—¿Qué?

—¿Adó?

—¡Qué es eso de Adó, George! ¡Habla bien, inútil!

—ay ya apá qué pasa no me dejas jugar

—¡La campaña, George! ¡Ya levántate!

—apá cómo jodes tres años en Japón y sigues con el horario invertido jaja acá son las 7 de la noche qué me voy a despertar

—Tienes que ponerte serio, George. La campaña tiene días a la deriva. Patricia me ha dicho que no contestas los mensajes y Joaquín ya se aburrió de reemplazarte.

—apá ya sabes que la campaña me llega al pincho yo solo quiero jugar nintendo además para qué voy a estar viajando

—¿Cómo para qué? Tenemos que ser Presidentes, George.

—yo no quiero apá

—¿Ya viste a Jorge Nieto?

—jaja claro pe apá si es bien visible

—Quiero decir si ya lo visitaste.

—no apá, pa qué?

—Tiene Covid.

—chucha

—¿Cómo no vas a enterarte?

—no sé apá hace una semana que no viene a darme mi Nesquik

—¿Y qué has estado haciendo?

—jugando fútbol excitante

—George, así no puede…

—horrible oye!

—George, ¿vas a hacer que vaya a Perú solo por ti? No contestas los mensajes, no abres la puerta, no te involucras en la campaña. ¿De verdad quieres ser Presidente?

—no

—Pero yo sí. Así que escúchame.

—ya

—Rosa María está criticándonos cada semana, George, cada semana. Ayer leyó una encuesta y a propósito lo hizo mal.

—ya pe hay que sacarle amarilla

—Así no funcionan las cosas, George. Voy a escribirle una carta para que se la envíes desde tu correo pidiéndole una rectificación.

—jaja así no es pe apá yo he crecido con internet y soy tecnológico mándale un whatsapp con un sticker de gato

—George, tú haz lo que te digo. Te mando la carta en unas horas y tú se la envías.

—ya apá ya

—Ahora te me levantas y vas al local de campaña, que no puedo perder esta elección.

***

siempre que estoy en el local la gente me huevea me dicen “hola George” pero no me cuentan nada creen que soy idiota jaja y que si meto mi cuchara la voy a cagar por eso entré de frente al local y me metí a la sala donde estaba el equipo de programa el director técnico es un señor con nombre de aeropuerto creo que es mi vicepresidente jaja

—señor aeropuerto buenos días

—George, buenos días. Qué gusto verte de vuelta.

—a ver cuéntenme de qué están hablando cuál es la formación quiénes son los laterales

—Mira, George, estamos haciendo el cronograma para el uso de la publicidad estatal.

—no me hable en chino señor faucett explíqueme bonito

—Mi nombre es Jorge Chávez, George.

—jaja ya pero explícame pe frentón

—La ONPE nos ha otorgado espacio para publicidad.

—ya

—Y nosotros tenemos que escoger en qué medios, qué días y en qué horas la vamos a usar. Justo hemos hecho un cronograma aquí con Joaquín…

—no no me llega al pincho no quiero usarlo off side

—George, pero eso es…

—no señor latam yo no quiero nada además es mucha plata quiero que se la yapeen a waldir y que reabra el kimbara

—George, así no funciona el presupuesto del Estado. Esto ya está asignado. Hay una partida que…

—jaja pero quién es el candidato oe gaviota vieja? tú o yo?

—Tu papá.

—mi papá está en japón así que soy yo jaja ahora mismo voy a grabarme pidiendo que le den la plata a waldir

—George, por favor, al menos pide que vaya para el Minsa.

—y él dónde juega?

—No, George, para el Ministerio de Salud. Si vas a rechazar la publicidad, al menos pide que vaya para ellos y no a Waldir.

me achoré jaja pero es culpa de ellos pe no me querían de vuelta? no es esta mi campaña? no es mi nombre el que escriben en todos lados? además mi viejo ya es muy amarrabola el año pasado le dije “oe apá por qué ponen Forzay? Mejor que pongan Yorch si ese es mi nombre” pero me dijo “Forzay también soy yo, George, y yo quiero verme en todas partes” jaja mi viejo es pendejo lo estoy empezando a odiar

***

ahora sí lo odio

pasa que tuve que ir a La Libertad porque ya pe me tocaba pero me mandaron con mi doble Joaquín y aunque siempre le quiero meter combo esa vez fui bien paciente ah lo aguanté todo el día caminé por pura obra que no entendía como el proyecto de irrigación pachamanca que estaba en el segundo tiempo pero le faltaba irse a un suplementario una cosa bien aburrida por eso al final pedí que me llevaran al mansiche para proponer desde allí el ministerio del fútbol pe para que se encargue de todo jaja pero salió Joaquín con su traje de luces pegadito a decir que en realidad debería ser el ministerio del deporte e incluir allí a las corridas de toros o mejor en cultura por el mestizaje y ya pe me crucé jaja le aventé mi gorro en el hocico gritándole “O’ YA CÁLLATE O’ TARAO” y pam su kechi “todo el día que tus zapatos que la media verónica que andrés roca rey ya me llegas al pincho en alianza el tío jayo ya te habría masacrado a patadas en la banca de suplentes”

me desquicié jaja

pensé en mi viejo, siempre obligándome a hacer cosas que no quiero

me di cuenta que él hubiese querido un hijo como mi doble y no como yo

blanco y baboso pero torero en vez de futbolista

me dio más rabia jaja

pero todos me agarraron “ya déjalo George, su familia tiene plata, déjalo por favor” hasta me dio pena porque le cagué su traje jaja era todo doradito y se lo dejé marrón

nadie habló en el camino a Lima yo estaba asao asao y escuchando franco de vita todo el rato jaja llegamos y de frente me fui a jato a encerrarme de vuelta con el super nintendo pero ya sabía qué iba a pasar ya sabía qué me iba a decir así que esperé no más a que entrase su llamada

—hola apá

—Le volviste a pegar a Joaquín.

—es tarao pe apá todo el día habla de toros y que extraña acho y que ya quiere que lo vacunen para ir a sombra

—¿Y eso te incomoda?

—yo no soy así pe apá tú me llevabas a acho y yo no quería te acuerdas?

—Sí.

—te acuerdas que te decía “llévame a matute apá pero no a occidente jaja no seas maricón”?

—Sí. Qué decepción.

—eso apá tú no me aceptas como soy tú quieres que sea un joaquín pero yo no soy así yo quiero ser feliz y jugar fútbol playa con puchungo yáñez no estar mirando el proyecto de irrigación pachamanca ni hablar del mef a mí eso no me importa

—No interesan tus gustos, George. Tú tienes una responsabilidad que cumplir.

—no apá si tanto quieres ser presidente por qué no postulas tú?

—Porque nadie me quiere. Ni tú.

—es que no basta pe apá no basta

—¿Cómo que no basta?

—como la canción de franco de vita apá donde habla de un chibolo al que lo obligan a ser lo que su padre no pudo ser y soy yo jaja

—No es así, George. Esto es un acuerdo entre los dos.

—nunca hubo un acuerdo apá además ya me cagaste porque el correo para Rosa María se lo mandaste a ella de frente y ahora todos van a creer que soy imbécil jaja

—Ya está, George, fue un errorcito.

—te dije que era mejor un whatsapp con sticker de gato pero tú nunca me escuchas nunca nunca nunca

—Estás desviando el tema, George. El punto es que debes enfocarte más en la campaña.

—no apá ya te aguanté 38 años y ya no te aguanto si no has caído ya tu chico es un hombre ahora más alto y más fuerte que tú

—George, escúchame…

—anda atórate con un ramen apá. ya no quiero hablar contigo

le colgué y le apagué el celular jaja a los diez minutos apareció patricia en mi puerta pidiéndome que le abra y que me había traído quiche de poro para comer jaja qué mierda será eso en alianza pepe soto me hacía comer sus medias

y me puse a jugar

cada que pongo fútbol excitante recuerdo lo feliz que era de chibolo en 1995 mi apá había sido elegido congresista y creía que su carrera política estaba en ascenso y yo le dije apá de verdad quiero ser futbolista quiero ser mejor que pancho pizarro y él me dijo “Por supuesto, George, haz lo que quieras: yo seré Presidente y tú podrás ser lo que quieras” pero ahora no me deja y yo quisiera volver a ser chibolo cuando mi apá no se interesaba por mí pero tampoco me pasaba sus planes sus frustraciones sus errores sus tarjetas amarillas jaja por qué tengo que cargar con todo eso? por qué los padres son así? yo quiero ser feliz y simple como un 0 – 0 y sentarme solo en mi sala con mi super nintendo y contestar adó en vez de aló

y poner fútbol excitante horrible oye

y tomar tranquilo ni Nesquik

sin que nadie me joda

 

Tags:

Carlos León Moya

I’m tired of this campaign, darling. Really tired. Me pasé el 25 de diciembre en mi cama haciendo Cisco Webex con mi equipo de campaña (Zoom es para cholos, ugh). “Let me sleep”, les decía, pero ellos me gritaban “quítate la bata, Hernando, que así no podemos capturar pantalla”.

Obviously, no me la quité. Y con la misma bata me reuní el 31 de diciembre con un par de niños albinos. Cuando los vi sentaditos en la sala me enternecí.

—Welcome to Perú, dear kids. Where are you from? Switzerland? I studied in Genève, did you know?

—Somos sus candidatos al Congreso, señor De Soto.

Cómo sospecharlo, darling. Uno parecía Stuart Little y tenía un escudo del Perú tatuado en el cachete. “Es por campaña”, me dijo. La otra parecía Ivanka Trump con insolación.

—¿Qué desean, muchachos? —les pregunté acomodándome la bata.

—Solo queremos mirarlo y adorarlo, señor De Soto. Usted es nuestra Margaret Thatcher.

Enrojecí.

El Perú no era tan ingrato, after all.

Valió la pena el maltrato, los rechazos de Alfredo Barnechea, dormir en el sillón de Roque Benavides: por fin me daban el trato que merezco. De la emoción les regalé unos adornos huaqueados que tengo detrás del sillón.

Then came January 1st. I was alone y en bata, of course, eating my pavo relleno con mi panetón D’Onofrio a escondidas, detrás de una palmera. ¿Te imaginas que la prensa me viera comiendo panetón con mantequilla? Pensarían que soy peruano.

Anyway, estaba quitando las frutas confitadas −that horror− cuando recibí la llamada mágica, la única llamada que me levanta el ánimo. La única llamada que espero.

Aparte de la de Keiko, claro.

—Alfred Barnechea, my darling! Happy new year! Dime que vendrás a casa para echarte cotillón.

—Gordo de mierda, ya me contaron.

—What?

—Que vas a salir mañana con una mujer en Somos.

—Ugh, darling, ¿Somos? ¿Yo, en una revista frívola para señoras pitucas que no tienen nada mejor que hacer los sábados por la mañana?

—¡Por supuesto!

—Sí, es cierto, darling. Allí estaré.

—Gordo, no puede ser.

—What, Alfred, what? Nosotros no tenemos nada de qué hablar. Yo te canté Hawái de vacaciones y me colgaste, mis felicitaciones.

—Lo tuyo es traición, Hernando. ¿No éramos Batman y Robin? ¿Jesse y James? ¿Chuiman y Machucao?

—We were, Alfred, we were, pero cada que te busqué me tiraste arroz. Me has tratado como una mierda, Alfred. I’m sorry but I had to move on.

—¿Quién te va a creer, gordo? No jodas. Además, ¿quién es esa chica, ah?

—She’s my girlfriend, Alfredo, y tenemos nueve años de relación.

—No seas pendejo, gordo. Cómo estáras de solo que vives en bata comiendo panetón todo el día.

—¡Alfredo, no te lo permito! —guardé mi Donofrio.

—Nadie te va a creer, gordo, nadie. Y no, no quiero que me eches cotillón. Hasta nunca.

***

But they believed me. El sábado me llegó una lluvia de mensajes: qué guardadito te lo tenías, Hernando; me encanta que sea una pituca homofóbica, Hernando; me alegro que hayas superado la muerte de tu gato, Hernando. Yo los leía echado feliz en mi jardín, con la bata abierta y con mi Marito al lado, my beautiful chihuahua.

Así estuve hasta las cinco de la tarde, darling: echado calato en mi jardín como un teletubbie leyendo Somos una y otra vez. Then I stood up, caminé 4 kilómetros hasta mi sala y allí estaban de nuevo los niños albinos.

—Dear kids, what are you doing here?

—Estamos aquí desde las nueve de la mañana, señor De Soto —dijo Stuart Little, que estaba vestido como danzante de tijeras para parecer peruano—. Solo quería decirle que leí Somos hoy y lo admiro y quiero ser como usted.

—Thank you, Stuart. What about you, girl?

—Me encantó. Yo soy liberal en lo económico pero odio a los maricones —me dijo Ivanka insolada—. O sea, sí, “El Otro Sendero” me pareció inédito, pero ahora que sé que le gustan las mujeres estoy más aliviada.

—That’s nice, you little nazi. By the way, ¿tú eres hija de…?

—Sí, él es mi papa.

—And what about him? ¿Sigue con la cadera dislocada por…?

—…por bailar technocumbia el 2000, sí. Cada que pisa un escalón suena “crack”.

—What a shame, darling, what a shame. Send him my regards. Tu papá tiene el apellido materno más regio de todo el Perú. Hold on, hold on: Stuart Little, ¿estás llorando? ¿Qué por qué no digo nada de tus apellidos? No, Stuart, no llores: you look fine, pero tienes apellido de cantante criollo. I don’t know why. Ven, toma, recoge tu tijera.

***

The Albino Kids made the campaign a little bit funnier on Sunday morning. Yo les mandé a hacer encuestas falsas en Excel y las armaron encantados: aquí está su encuesta, señor De Soto; le puse 86% de intención de voto en Puno, señor De Soto; perdón por dejarlo en ridículo, no me dí cuenta que todo sumaba 102%, señor De Soto. También pasearon a Marito y hasta me llevaron mi último panetón a escondidas (“¿Está seguro que quiere un D’Onofrio, señor De Soto? ¿No querrá un Antica o un Bonifanti, algo mejorcito?”. Hijos de puta. “No, no, déjenlo, es para mi jardinero, of course. Pero no le digan a nadie, chicos: es una sorpresa”).

But, as I told you, I’m tired of this campaign, darling. Quisiera seguir en bata, pero mi equipo no me deja: tiene que vestirse, señor De Soto, no puede salir así en la tele. Empiezo a entender el sufrimiento de my Alfred cuando me llamaba llorando a decirme que ya no quería volver a Sicuani, que estaba harto de comer choclo, que quería que sea 11 de abril para volver a su cama.

On Monday I was in my garden alimentando a mi puma cuando uno de mis subordinados me llamó: señor De Soto, no se olvide que hoy tiene un debate sobre ciencia con otros candidatos.

—¿Quién lo organiza, darling? ¿Science magazine, The Lancet, National Geographic?

—El señor Modesto Montoya.

—Ugh, I’m tired of this campaign.

—Es a las 6 de la tarde, señor De Soto. Por favor, no llegue tarde. Es solo conectarse por Zoom.

—Please, subordinate, leave me alone que estoy jugando con mi puma.

—En su biblioteca le dejamos tres fólderes con apuntes para el debate, señor De Soto. ¡Y no salga en bata, señor De Soto! Le dejamos un terno con corbata para…

—Ugh, shut up!

Colgué. Me despedí de mi puma y caminé 3.8 kilómetros hasta mi sala. Qué paz. It was empty. I was alone again. The Albino Kids habían dejado el panetón D’Onofrío con un post it fucsia: para su jardinero. No había moros en la costa: abrí la bolsa y empecé a comérmerlo with my own hands y a echarle mantequilla con los dedos. I looked at my watch: 11 am. Still early. I turned on the TV y puse something nice para pasar el rato, the best movie para la primera semana de enero: Bridget Jones’s Diary.

Después de 79 años de frustraciones I was happy at last, darling. Maybe this was life: me, a solas, echado en bata en mi alfombra mirando el diario de Bridget Jones mientras le unto mantequilla a mi panetón D’Onofrio. No worries. No pretentions. Qué importa que nunca sea Nobel. Qué importa que no me llame David Remnick. Qué importa que solo me busque Beto Ortiz. Who cares. Maybe I’m peruvian after all. Maybe si le quito las frutas confitadas… maybe si Hugh Grant no… maybe si…

I woke up at night.

El panetón al lado.

La bata mal puesta.

Arriba mío, The Albino Kids.

—¡Señor De Soto, el debate! —gritaba Ivanka insolada, llorando— ¡Despierte, por favor!

—What time is it, darling?

—¡Las 7:10, señor De Soto! ¡Hasta Antauro ha hablado y usted no!

—Ugh.

I stood up. Me cerré la bata –“sorry, kids”– y fui a encender my Macbook.

—¡Señor De Soto, no puede salir así!

—¿Cómo así, Stuart Little?

—En bata.

He was right. Se quitó su polo y me lo dio.

—Why is it yellow, darling? It looks old and rusty.

—Era negro, señor Hernando, pero su puma nos persiguió por el jardín y en el ajetro me cayó lejía.

—¿Ya leyó sus apuntes señor De Soto? -nuevamente Ivanka.

—¿Qué apuntes, darling?

—Los que dejaron en su biblioteca.

—Yo no necesito apuntes, honey.

En mi pantalla aparecieron 15 personas, the horror, pero allí estaban my Cillóniz −dumb but cute− and my old friend Roque. So I just said they were right and Verónika was wrong and Peru is a failed state and I’m a scientist, too, because I invested in blockchains and I hate Johnny Lescano (or it was Yohny? Anyway, tiene nombre de mozo y Alfred lo odia también) and that property rights and investment and Elon Musk and la minería and then Stuart Little me pasó una lámina plastificada donde dibujé el proceso de producción del panetón D’Onofrio y se lo mostré a todos diciendo que eran 21 maneras distintas de invertir. Muchas gracias, buenas noches.

Miré al lado y allí estaban The Albino Kids, con lágrimas en los ojos: qué maravilla, señor De Soto; valió la pena que nos persiga su puma, señor De Soto; deberían llamarlo a The Crown para hacer de Margaret Thatcher, señor De Soto. Me paré y los abracé, thank you kids, I know I’m great.

Miré mi jardín a través de la ventana.

Quizá la campaña no estaba tan mal, después de todo.

Quizá sí puedo ser presidente.

Suddendly, un Whatsapp.

“hasta las huevas lo que dijiste, gordo dormilón”.

It was Alfred.

“What’s the matter with you, Alfred?”.

“llegas una hora tarde y te pones a florear a la gente, gordo mentiroso. seguro te quedaste dormido en tu alfombra tragando panetón”.

“Te voy a bloquear, Barnechea”.

“bloquéame pe gordo pero yo no soy Somos: yo sé todas tus mentiras, jajajaj jjajajja JAJAJAJAJA”

Y un emoji de payaso.

I was shocked. Había logrado algo insospechado: que Alfred tenga deseos de venganza. Y apenas es 4 de enero. ¿Cómo afrontaré lo que sigue? ¿Dejaré de usar mi bata? ¿Qué será de mí?

I’m tired of this campaign, darling. I can’t take this anymore.

But then, one of the Albino Kids touched my shoulder.

—Señor De Soto, ¿quiere que le traigamos otro panetón?

—Mi jardinero no…

—Sabemos que es para usted, señor De Soto, pero podemos guardar el secreto…

I looked at them: young, nice, warm. My own Hitler Youth.

—…ese secreto y otros más.

“Do what you want, Alfredo Barnechea” le respondí esa noche. “Maybe ya tengo tu reemplazo. Maybe I don’t need you anymore”.

Tags:

Carlos León Moya

I

Verónika Mendoza volteó la cabeza y vio por última vez el Perú: ladrillos sin pulir, triciclos, cambistas. Miró nuevamente al frente: el puesto fronterizo de Desaguadero, Migraciones, Bolivia ¿Cuándo podría volver? Yo solo quería refundar la patria.

Cruzó finalmente el puente. En su mano, el pasaporte falso. En la espalda, una mochila. Llegó sola para no levantar sospechas. La única persona que la acompañó, de lejitos, fue Álvaro Campana: no solo por ser el secretario general, sino porque nadie lo conoce. Álvaro es casi un cuadro clandestino. Por eso nunca sonríe.

Verónika debía pasar los controles: se acercaba la hora del adiós. Álvaro le entregó una bolsa con nabo jaucha.

—Para el camino —le dijo.

Verónika la agarró con pena. El nabo jaucha no resistiría hasta La Paz. Mejor se lo iría comiendo ahora.

Álvaro sacó otra bolsita. Se le quebró la voz:

—También te traje tocto.

Ambos se abrazaron. Una lágrima cayó sobre el pasaporte.

Ya en el lado boliviano, Verónika hizo su cola como cualquier mortal y abrió con expectativa su pasaporte falso: ahora viviría con un alias. ¿Qué nombre le habría puesto el Departamento de Operaciones Clandestinas del partido? ¿Cuál sería su nueva identidad?

Miró la segunda hoja y encontró una foto conocida. Leyó en voz alta: Marisa Glave Remy, 16 del 5 del 81.

—Carajo, Álvaro. ¿Por qué le robaron el pasaporte a Marisa?

—Fue lo único que encontramos, Vero, perdona.

—¿No iban a hacerme un pasaporte falso?

—También íbamos a conseguir firmas para la inscripción…

—Siguiente —dijo el oficial de migraciones.

Verónika Mendoza –convertida ahora en Marisa Glave– pasó los controles de rutina. Le tomaron una foto, le sellaron el pasaporte: bienvenida a Bolivia, señorita Glave.

—Ya está todo, Alvarito —le dijo al salir.

Caminaron en búsqueda de un colectivo que la lleve a La Paz. Escogieron una combi con el asiento delantero vacío. Verónika se quitó la mochila y abrió la puerta, pero Álvaro la detuvo con el brazo.

—Vero…

—Dime, Alvarito.

—¿Dónde está nuestro error sin solución? —le preguntó.

Verónika cerró la puerta. Lo miró a los ojos. Estaban vidriosos.

—¿Fuiste tú el culpable o lo fui yo? —le contestó.

Se dieron el abrazo final.

La combi inició su marcha, ah-ah, ah-ah. Sin darse cuenta, Verónika había empezado a tararear la canción, movía la cabeza de un lado a otro como un perrito de taxi, qué fácil es atormentarse después.

Con el auto en movimiento, sacó la cabeza por la ventana y volteó a mirar a Álvaro, que estaba cada vez más chiquito, más lejos, más triste.

—Sé que podré. ¡Sobreviviré! —le gritó, sonriente.

II

Cuando el flamante presidente Julio Guzmán convocó a una Asamblea Constituyente nadie entendió nada. ¿Por qué lo hacía, si dijo que no lo haría? Luego recordaron que se trataba del Partido Morado y que cambiaban de posición lanzando una moneda al aire.

Cada flanco político lo interpretó a su modo. Para la derecha y su miopía intelectual, era la comprobación de la alianza entre el Partido Morado y los comunistas, como si Marx hubiese escrito el Manifiesto Constituyente en 1848. Para la izquierda, en cambio, era un triunfo: ellos venían pregonando como loros la necesidad de una nueva Constitución. ¿Mejorar servicios públicos? Nueva Constitución. ¿Aumentar la recaudación tributaria? Nueva Constitución. ¿Lograr que Lima no sea tan gris, que el panetón no tenga pasas, que el pan con pollo sea sin apio? Nueva Constitución. ¿De entrada sopa o wantán? Nueva Constitución. ¿Pecho o pierna? Nueva Constitución.

Y así empezó la campaña. Guzmán prometió los primeros artículos: que los partidos tengan 80% de invitados, convertir en delito el racismo inverso, volver a Barranco provincia constitucional. Y la izquierda, dividida en diez pero con un único liderazgo, hablaba del futuro con su optimismo cautivante de siempre:

—Vamos a derrotar a las mafias corruptas que nos han robado la patria y la esperanza y también a los morados neoliberales y corruptos porque en esta Constitución todo es corrupción y uy qué pasó se nos perdió el Perú vamos a recuperar el Perú porque tenemos el sueño zzzz de una patria con igualdad y justicia y mafias mafias corrupción corrupción ¿ya te devolvimos la esperanza? alegría

Mientras tanto, en el lado oscuro de la fuerza, los derrotados de siempre seguían vivos y mantenían una esperanza aritmética: sí, era cierto que habían perdido las últimas cinco segundas vueltas como unas ratas, pero la única elección al Congreso donde no hubo candidato presidencial fue muy fragmentada. Puro pedacito. Nadie pasó del 20%. Y si se mantenía esa tendencia, quién sabe, podían sumar pedacitos de bancadas y conseguir lo mismo que en el 2020: agrupar el estiércol y controlar el país. Quién sabe.

III

Verónika empezó su exilio en un alojamiento amable, al menos: un edificio en Sopocachi desde donde veía día y noche la Plaza Avaroa. Los compañeros le habían dicho que no salga porque la podían apresar y deportarla, pero ella no lo hacía para evitar que el portero le diga “buenos días, señorita Glave”.

Exiliada, sola, triste, Verónika no quería hacer nada: no prendía la computadora, no leía, no veía Netflix. Solo se dejaba ganar por la nostalgia y veía día y noche la Plaza Avaroa como una paloma, mientras comía Chocosodas compradas en Fidalga y tarareaba la misma canción de mierda que se le pegó en Desaguadero.

—¿Dónde está nuestro error sin solución? —cantaba.

—¿Fuiste tú el culpable o lo fui yo? —preguntaba por teléfono.

—Fue el modelo económico —respondía Campana.

“Nadie tiene la culpa, compañeros” fue la posición oficial del partido cuando decidieron mandarla al exilio, luego de que la policía entrara a su casa. La televisión mostró en vivo lo que ocurría. El cintillo: Se aprueba nueva Constitución que ilegaliza a la izquierda. Las imágenes: veinte ternas revolviendo sus cosas, buscándola debajo de su colchón Paraíso, abriendo su refrigeradora y botando los sobrecitos de mayonesa Alacena que guardaba con amor. Al rato apareció Daniel Urresti, ex presidente de la Asamblea Constituyente, a anunciar el resultado de la redada: no encontramos a la delincuente Mendoza, sí, delincuente, porque lo que ella hace es ahora un delito; los servicios de inteligencia tienen información fidedigna de que ella está ahora mismo en un vuelo rumbo a Suecia pagado por los senderistas nórdicos.

Los resultados electorales no habían sido tan malos, en verdad. La izquierda había conseguido un respetable 18%, al igual que el Partido Morado. Pero el 64% restante de votos se repartió entre el lado oscuro de la fuerza.

Un 64% suficiente para que hicieran con la Constitución del 2022 lo que les diese la gana.

Y así, luego de declarar como feriado el Día del Pollo a la Brasa y convertir al lavado de activos en deporte nacional, la Asamblea Constituyente –poder del pueblo emanado del pueblo– aprobó el artículo 91, que declaraba ilegal a la izquierda en el Perú.

—Ni tú ni nadie, nadie, puede cambiarme —seguía cantando Verónika.

La supervivencia del Partido Morado también entró en cuestión: el artículo 114 ilegalizaba a los partidos que tuviesen nombres de color, por ser considerados cojudos. Y aunque eso es totalmente cierto, el móvil no era la cojudez cromática sino la fascinación del lado oscuro por ilegalizar a sus rivales.

Luego de redactada la Constitución, había un último paso para salvar la sensatez: esta debía ser aprobada vía referéndum. Parecía imposible que la mitad del Perú optase por una Carta antidemocrática, esperpéntica, llena de vacíos.

Pero sucedió lo previsible: la izquierda y los Morados se pelearon toda la campaña, se lanzaron avioncitos de papel, huevitos de codorniz, pollazos con flema en espalda. El presidente Julio Guzmán no podía creer lo que veía: él mismo estaba a punto de ser ilegalizado. ¿Qué debía hacer? ¿Cancelar el referéndum y salvar la democracia? ¿Salir corriendo por toda Alcanfores? Decidió hacer lo más sensato: limar asperezas con Verónika Mendoza y encontrar una salida conjunta.

La llamó: su línea estaba suspendida. El Nuevo Perú no había pagado su recibo.

Le escribió al Whatsapp: solo salió una rayita. El Nuevo Perú no tenía Wi-Fi.

Desconcertado, Julio Guzmán llamó a Marco Arana, ya qué chucha, pero este le dijo que no importaba que lo ilegalicen porque el pueblo se levantaría masivamente para salvarlo y al tercer día lo liberarían porque él es el Mesías hosanna en el cielo.

Julio Guzmán se resignó. Su ilegalización era inminente. Se puso sus zapatillas, pero hasta se le fueron las ganas de correr.

IV

Recostada en su ventana, Verónika Mendoza sacó el último toctito que quedaba en su bolsita. Movía la cabeza cada vez más lento, miro el reloj, es mucho más tarde que ayer, te esperaría otra vez y no lo haré. Se lo llevó a la boca: ya ni siquiera crujía.

Sonó su celular.

—¿Álvaro?

—¡Se acabó! ¡Los sacaron!

Al fin, tras varios días de protestas, las Fuerzas Armadas salieron al frente y depusieron a Daniel Urresti, que había asumido la presidencia luego de la ilegalización de Julio Guzmán. El jubilo fue tal que la gente decidió hacer justicia con sus propias manos y colgaron calato a Manuel Merino de la torre de la Catedral con dos años de retraso.

—Entonces, ¿ya puedo volver? —preguntó Verónika, sonriente de vuelta.

—Hay un problema —contestó Campana.

Las Fuerzas Armadas convocaron a nuevas elecciones, sí, pero mantuvieron la Constitución del 2022. A fin de cuentas, nadie quería a la de 1993. Pero cuando la prensa les preguntó si quitarían los artículos 91 y 114, la respuesta fue simple: se mantiene toda la Constitución, ¿qué seremos nosotros para escoger qué cambiar? El Jefe del Comando Conjunto fue un paso más allá:

—Sí, sí, ¿sabe qué, señorita? Van a seguir ilegalizados, pero por cojudos. ¿Quién pide una elección que no puede ganar?

Verónika colgó. ¿Cuántos meses más de exilio le quedaban?

Volvió a mirar por la ventana. ¿Cómo se llamaba ese nevado de mierda? ¿Quilapayún?

Ofuscada, lanzó la bolsa vacía sin tocto a la Plaza. Llena de culpa, corrió a recogerla porque está mal ensuciar el ornato. Enrojecida, tuvo que responderle “buenas tardes” al portero cuando este le dijo “buenas tardes, señorita Glave”. ¿Se quedaría entonces para siempre en Bolivia, exiliada? ¿Esa sería su vida, esa su última bolsa de tocto? ¿Siempre le dirían señorita Glave? Qué difícil es pedir perdón.

Las siguientes semanas pasaron muy lentas, las encuestas lucían cada vez más trágicas. Sin ella como candidata, la izquierda no tenía ninguna posibilidad. Todo estaba tan mal que hasta Marco Arana parecía interesante. ¿Cómo así pasaron de soñar con una nueva Constitución a luchar de nuevo por pasar la valla? Qué fácil es atormentarse después.

El viernes anterior a las elecciones, mientras comía entristecida un trancapecho sentada en una banca, vio a una figura familiar: zapatillas, buzo azul, cara con calambre. Lo vio dar vueltas a la Plaza Avaroa una y otra vez: cuarentón, atlético, asaltable.

Sí, sí, era él: el ex presidente Julio Guzmán.

—¡Julito! —le gritó, alegre: hacía tiempo que no hablaba con nadie en persona.

Guzmán se le acercó con su típica sonrisa de Chucky. ¡Verito!, le dijo. Casi la abraza. Yo también estoy exiliado, le contó, pero vivo más abajo, en Calacoto. También vino Úrsula Moscoso, pero como es insoportable la mandamos a pescar al Lago Poopó. ¿Me invitas tu trancapecho?

Sentados juntos en una banca, Guzmán y Mendoza empezaron a contarse las cosas y a confesar sus errores mientras se pasaban el trancapecho. ¿Debimos colaborar entonces? ¿No era mejor competir, tal como hicimos? Competir, colaborar, ¿no nos iban a almorzar igual? Además, ¿qué clase de baboso colabora en el Perú? ¿No te parece desabrido el trancapecho? Ya que estaremos aquí un tiempo más, ¿no se te antoja hacer algo? Podemos pasear en el teleférico, ¿no crees? ¿Sabías que acá también hay pollo broaster? Tienen hasta salchipapa. ¿Y si vamos un día a correr juntos?

Tags:

Carlos León Moya
Página 3 de 4 1 2 3 4
x