Lo folklórico de la situación -que una inspección de Fiscalía encuentre veinte mil dólares escondidos en el inodoro del baño del secretario general de Palacio, Bruno Pacheco- no debiera hacernos soslayar, sin embargo, los serios alcances posibles de semejante situación.
De hecho, no son los ahorros personales del secretario renunciante (hasta ahora no le aceptan su renuncia, por cierto), tampoco es el acumulado de sus sueldos palaciegos guardado celosamente en un lugar privado, alejado de la curiosidad del prójimo.
Ese dinero tiene mala procedencia. O es una coima por alguna prestación irregular, producto del trasiego de influencias en el que fue descubierto (se le ha visto tratando de favorecer a un contribuyente frente a la Sunat), o el señor Pacheco fungía de emisario, hecho que conllevaría mayores y graves implicancias políticas, ya que comprometería al jefe de Pacheco, que es nada menos que el propio Presidente de la República.
El Ministerio Público tiene que actuar con mayor diligencia y celo respecto de cómo ha actuado hasta el momento, cuando ni siquiera ha sido capaz de retener el teléfono móvil del implicado, objeto clave en el rastreo del mapa de influencias irregulares en las que pueda haber estado comprometido Pacheco y que expliquen el origen de ese dinero sospechoso.
Circulan decenas de versiones empresariales respecto de intentos de varios “emisarios” palaciegos que solicitan dinero a cambio de favores legales o firmas de autorización finales para proyectos de inversión. Los empresarios, curtidos ya en el error de caer en ese juego, han rechazado los envites y los han dado a conocer a la prensa, que investiga los casos, con las dificultades que la falta de pruebas conlleva.
Pero el mensaje implícito es que habría ya corrupción instalada en las altas esferas palaciegas y que este caso de Pacheco podría ser solo la punta del iceberg de una red armada por aventureros e improvisados que habrían visto en su llegada al poder una vía de enriquecimiento rápido e ilícito. Y lo mismo parece estar sucediendo en sinfín de organizaciones públicas (ministerios y demás).
Después de la experiencia de Toledo, un personaje llegado el poder en el olor de anticorrupción y que no esperó a sentarse en Palacio para ya empezar a planificar sus fechorías, es conveniente mantener en alto las suspicacias y las prevenciones del caso. La corrupción, mal endémico de la República, sería el único pasivo que le faltaría al mediocre e incompetente régimen que nos gobierna.
Lo ideal es que un ambiente laboral sea sano, con una comunicación abierta y fluida, pues el bienestar de los trabajadores está íntimamente relacionado con los resultados de la empresa, explica el psicólogo Juan Armando Corbin. Sin embargo, este no es el caso de todos los espacios laborales, en los que se encuentran día a día personas que tienen distintas formaciones e historias.
Muchas veces la persona más complicada del área puede ser el jefe, que incluso podría llegar a ser tóxico. Corbin indica que algunas de las características que ayudan a reconocer a un jefe tóxico son:
Falta de comunicación: No se comunican de manera correcta con los trabajadores. Piensan que siempre tienen la razón y esperan que los demás acepten sus palabras sólo por ser el jefe.
Falta de consideración: No toman en cuenta las necesidades de los trabajadores, que son el motor de la empresa y, por tanto, hay que cuidarlos.
Autocracia: Solo ellos toman decisiones y fijan las directrices sin la participación del grupo. Concentran todo el poder y nadie desafía sus decisiones.
Irritabilidad: Tienen poca paciencia y se irritan con facilidad. No están abiertos a las ideas de los demás, y no desean que les molesten.
Mala gestión del tiempo: No tienen la capacidad de gestionar y priorizar su tiempo de un modo correcto y eficaz, lo que puede llevar a la saturación de tareas y de responsabilidades. Su mala gestión del tiempo la pagan sus trabajadores.
Encuentra el momento correcto: No busques una conversación para presentar alguna queja si es que hay muchas personas presentes, pues esto podría dar a entender que buscas apoyo de los demás. Agenda una reunión privada con tu jefe y expón el inconveniente. Encontrar el momento oportuno demuestra tu coherencia y discreción.
Claridad en el mensaje: Delimita el problema sin miedo a la respuesta que puedas recibir. Si tu queja está relacionada a un tema evidente, es probable que tu jefe lo haya notado también y agradezca tu comunicación al respecto.
Ten profesionalismo: No es necesario atacar, hablar mal de otros, ni buscar responsabilizar a los demás. Llega a la reunión con sugerencias o soluciones prácticas para que este jefe tóxico evite ver en ti a una persona problemática.
Evita las amenazas: Si sabes de antemano que tu jefe es una persona complicada, lo mejor es evitar una confrontación. Las amenazas respecto a una posible renuncia o busca coaccionar al jefe, solo conseguirá instaurar una situación tensa que los haga ver como rivales.
El contenido encontrado en redes sociales puede resultar una gran fuente de inspiración, pero también de inseguridades al ver a los demás siendo exitosos y felices, pero ¿cuán real es lo que estamos viendo día a día?
Según un estudio realizado por el Happiness Research Institute en Dinamarca, las redes sociales nos hacen infelices. Para llegar a esta conclusión, investigadores que separaron a 1.905 sujetos en dos grupos, uno que utilizaban redes sociales con normalidad y otro que fue forzado a no utilizarlas, encontraron que los participantes del grupo, tras una semana sin este tipo de actividad online se encontraban un 55% menos estresados.
En ese sentido, Mike Wiking, CEO del Happiness Research Institute en Copenhague, explicó que se realizó un análisis de distintos datos relacionados con la felicidad, y un aspecto que mencionaban los participantes de forma constante era que la comparación con otras personas les generaba infelicidad. “En redes nos están bombardeando constantemente con las buenas noticias de los demás, pero eso no siempre es cierto. Esto crea un mundo donde todos muestran su mejor versión, una imagen distorsionada de sí mismos”, indicó.
¿Cómo evitar que las redes impacten en mi felicidad?
El psicólogo Javier Ares explica que la hipervigilancia de las redes, genera un estado de sensibilidad muy altapor el que queremos estar altamente atentos a algo que no deja de estimularnos. Por eso, es importante dedicarle un tiempo controlado a la exposición que tenemos a la vida de los demás. Para ello, el experto brinda algunos consejos:
No centres tu ocio en las redes: Puedes aprovechar tu tiempo libre con actividadesmás positivas o productivas, como el descanso, los juegos y practicar tus pasatiempos favoritos. Piensa que puedes haber abandonado una actividad del pasado que te agradaba y mantenía motivado. Es una buena oportunidad para retomarlo. Es importante redescubrir hobbies sin usar pantallas.
Identifica tus bucles: Es probable que te haya sucedido que entras en un bucle infinito de redes sociales, llegando a una hipervigilancia de estas y no dándote por saciado nunca. Es importante que identifiques estos momentos y lo detengas. Revisa el tiempo de uso de tus apps del celular para tomar consciencia de cuáles son las que más usas y así empezar a racionar el uso de ellas.
Trabaja sobre tu vida real: Recuerda que detrás de las caras felices y experiencias que ves en redes, están personas con vidas muy similares a la tuya. Con trabajos, familia, obligaciones y preocupaciones de una persona en el mundo real. Puede incluso que los demás te vean a ti también como una persona feliz en redes.
De acuerdo a la Statista Global Consumer Survey, Perú estaría liderando el uso de las divisas digitales, o criptomonedas, pues el 16% de los encuestados indica que lo usa como alternativa de inversión.
Son cada vez más las personas las que se animan a invertir en este tipo de producto. Un estudio de Binance Research, grupo de investigación y desarrollo en blockchain, reveló que la confianza en las criptodivisas está creciendo en todo el mundo y en Latinoamérica alcanzó el 63%.
De acuerdo a los hallazgos del estudio, el 52% considera la inversión en criptomonedas como un medio para obtener ingresos mientras que el 15% de los usuarios encuestados considera a las criptomonedas su principal fuente de ingresos. Además, dentro de las razones que los usuarios consideran para invertir en monedas digitales se destaca el poseer criptodivisas como parte de una estrategia de inversión a largo plazo y la baja confianza en el sistema financiero actual.
¿Se viene un mayor crecimiento de las criptomonedas?
“Actualmente, estamos viendo una adopción acelerada de las criptomonedas. Para Binance es fundamental comprender las motivaciones, actitudes y comportamiento de los usuarios de criptomonedas, es por esto, que el objetivo de nuestro Índice Global de Criptousuarios 2021es entender los puntos en común y las diferencias entre los usuarios minoristas de criptomonedas según su perfil y contexto local”, señaló Bryan Benson, director de operaciones de Binance Latam.
Uno de los hallazgos de dicho Índice es que los usuarios creen en la libertad del dinero, pues mientras en Latinoamérica existe una confianza del 63% en el ecosistema criptográfico, la confianza institucional financiera se ubica solo en un 13%.
Respecto del tipo de divisa digital más requerida, el Bitcoin sigue reinando. Actualmente valorizada en US$ 54 mil, el Bitcoin, es utilizado por el 65% de los usuarios que poseen cualquier criptomoneda, por lo que continúa siendo la criptodivisa más popular. Además, el 30% de los propietarios de Bitcoin asignan entre el 1 y el 20% de su cartera de criptomonedas a BTC, seguida de Binance Coin y Ethereum.
Respecto de su uso, pese a que la mayoría de las criptomonedas son utilizadas para inversión a largo plazo, los usuarios también usan sus activos digitales únicamente para staking, o dejar guardadas las criptomonedas en el wallet, préstamos y pagos. Otro de los casos de uso es como medio de intercambio. Solo el 33% se destina al uso real, es decir, como dinero para realizar compras.
Este jueves se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres a nivel global, fecha emblemática para la lucha contra esta otra pandemia que año a año vulnera la vida de millones de mujeres.
El origen de la fecha se remonta a la conmemoración del asesinato de las hermanas Mirabal, quienes fueron ejecutadas por el dictador Rafael Trujillo en República Dominicana. Las Mariposas, como desde el feminismo se les suele nombrar, fueron víctimas del autoritarismo y la violencia exacerbada contra las mujeres en contextos dictatoriales. Por ello, en 1981 en el Primer Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe se declara el 25 de Noviembre como el Día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, fecha que fue ratificada oficialmente por las Naciones Unidas en 1999.
¿Cómo lo vivimos en nuestro país?.
En el Perú esta emblemática fecha no ha pasado nunca desapercibida para el movimiento feminista y de mujeres, que desde hace 40 años vienen organizando acciones públicas y movilizaciones para evidenciar que la violencia contra las mujeres es un problema público y no privado; exigiendo que el Estado despliegue esfuerzos para su atención, prevención y erradicación.
Este año los esfuerzos de articulación de las organizaciones feministas, de mujeres, colectivas y activistas diversas se dan desde la Asamblea 25N, espacio de confluencia desde donde se ha venido organizando una movilización descentralizada para este 27 de noviembre. En Lima la movilización partirá de la Plaza San Martín a las 3:00 pm.
La consigna de este año es “Nuestras Voces contra el Machismo y el Fascismo”. Es importante anotar que la reflexión sobre el derecho a una vida libre de violencia no se encuentra aislada de los debates sobre democracia, lucha contra los fundamentalismos, el racismo y el cuestionamiento al modelo económico imperante. Esta ha sido una de las características del feminismo, su capacidad para vincular la reflexionar y no hacer de la lucha de las mujeres una lucha aislada sino articulada a la necesidad de promover un mundo más justo e igualitario.
Soy Cuevista. Me defino en el fútbol como un seguidor de lo Cueva, del Cuevismo. Considero que es una nueva palabra a inventar en el vocabulario futbolístico nacional y latinoamericano. Y por qué no Mundial. Soy hijo de Cueva, respiro de esa camiseta el olor a cerveza, a trasnoche, a campeonato mundial, a gambeta, a tiro libre milagroso, a abrazo con el Tigre Gareca.
Christian Cueva, Aladino, Cholito, Cuevita. La camiseta ocho cuando cede la diez al que reconoce superior. El pequeño, el aplicado, el egoísta, el sacrificado, el criticado, el rebelde, el impredescible. El gordito que corre todas las pelotas. El jugador del desconocido equipo árabe Al-Fateh. El trotamundos que cambia (o lo botan) de equipo más que de ropa interior.
Soy Cuevista porque voy a pedir que siempre esté convocado y como titular, aún cuando salga en un ampay de Magaly, rompa la burbuja del COVID o tire un penal a la luna en el partido más importante de la selección en cuatro décadas. Firmo en tinta indeleble y apuesto todos mis centavos a su titularidad, a su carencia de extinción, a su presencia absoluta cada nuevo partido.
Porque Christian Cueva ha puesto al Perú, una vez más, en la carrera por el Mundial. Ya pasó en el 2017, cuando fue determinante para llegar al resultado. Y todo lo demás no importa, en realidad, pues eso pasa con los jugadores especiales, tocados por una varita. Suelen ser esos jugadores alcanzados además por el escándalo, golpeados por el exceso y afectados por la controversia.
Como Cueva han habido muchos a nivel latinoamericano. Ese volante diez que es la esencia del estilo del buen fútbol. El jugador que todo niño quiere ser, el talento soñado. El hincha natural del deporte es Cuevista por esencia, es consumidor de esa rebeldía en el césped tanto como en la vida regular. Ese que causa representación porque quieres ser cómo él, pero también lo eres.
Como Cueva, hubo muchos en el futbol peruano. Uno que se acaba de retirar a los 26 años, Jean Deza, que pudo haber sido un volante endiablado a la altura o mejor que Carrillo. Reimond Manco, con las habilidades para haber entrado en la élite mundial. O algunos años más atrás, con el fallecido Kukín Flores, un jugador con tanto talento que pudo haber sido el verdadero Maradona chalaco.
Cueva ha sido un jugador malcriado, ha estado al borde de caer en el saco de esas leyendas negras. Y quizás lo habría sido si no hubiera existido el padre fundador del Cuevismo, el propio Gareca. Cuando no existía un volante determinante para el estilo del llamado “talento del jugador peruano”, el técnico apostó por darle regularidad a un gordito desarreglado, uno más producto del fútbol nacional.
Nadie habría imaginado en el 2016 que Cueva sería un jugador indiscutible en el equipo nacional. Tenía talento y era cumplidor en la San Martín, había aparecido sin pena ni gloria en Alianza Lima y más eran notorios sus excesos dentro y fuera de las canchas. Algo encontró Gareca en él, además del talento. Quizás fue su docilidad, el hacerle caso siempre al comando técnico.
Cueva ha jugado 86 partidos en la era de Gareca, que tiene 90 en total. Es el segundo goleador de la misma, con 15 tantos, a penas tres detrás de Guerrero. Cuando anotó en partidos oficiales, más del 80% de sus goles, el equipo siempre sumó puntos. Y por si fuera poco, ha jugado más partidos por Perú que por ninguno de los clubes en los que militó en los últimos diez años.
El vínculo natural de Cueva con la selección y la perseverancia del técnico en acompañar su proceso han convertido su carrera en una realidad exitosa. Por probabilidades y situaciones en su carrera y vida personal, Cueva no debería tener el éxito que ha alcanzado. Pero ese gordito quimboso, vestido de rojo y blanco, se vuelve un jugador que nunca imaginó ser.
El Cuevismo ha comprado con éxito futbolístico y triunfos su importancia. Y ha reafirmado que está listo para más faenas. Siete años sostenido en el equipo son suficientes para colocarlo como una leyenda nacional. Y es tan religioso el Cuevismo que hay una herida como revancha histórica por resolver. Retornar el gol fallado que nos sacó del Mundial, haciendo el gol que nos hará regresar.
Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 267: El gobierno se modera. Comunidades dicen no querer minería en cabecera de cuenca. Y la necesidad de fortalecer el viceministerio de gobernanza territorial
“La vocación nace con uno. No se impone por la necesidad”, escribió en su perfil de LinkedIn Bruno Pacheco. El renunciante secretario general de la Presidencia está en el ojo de la tormenta por presionar al jefe de la SUNAT, Luis Vera Castillo, para beneficiar -entre otros- al grupo Deltron, una compañía de productos informáticos. El escándalo ya es usado como un arma para plantear la vacancia contra el presidente Pedro Castillo. Es uno de los argumentos que plantea la moción redactada por la congresista Patricia Chirinos, de Avanza País, que busca destituir al mandatario, en un escenario de máxima tensión.
“Se ha hecho de público conocimiento otras denuncias por haber presionado al Jefe de la SUNAT para favorecer a empresas que tienen deudas con dicha entidad”, dice una parte de la moción de 13 páginas, redactada por Chirinos el 15 de noviembre. El documento aún no ha sido presentado formalmente al cierre de esta edición. Necesita 26 firmas como mínimo para presentarse, 52 para ser admitido a debate en el Pleno y 87 para concretar la caída de Castillo.
En Palacio estiman que, en este momento, la oposición no tiene los votos para vacar al presidente. Pero aseguran que el escándalo desatado por Bruno Pacheco, quien aún no tiene reemplazo, les da una oportunidad para volver a la carga más adelante. “Si el presidente es salpicado de una u otra manera en la investigación fiscal a Pacheco, la oposición sacará las garras porque el tema de la vacancia ya flota en el ambiente. Los opositores ven más posibilidades en este caso que en los Dinámicos del Centro”, dice una fuente palaciega.
Los casos de Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra vienen a la cabeza ante este despelote. Ambos, como ahora Castillo, se enfrentaron a una feroz oposición congresal. PPK afrontó un proceso de vacancia en diciembre del 2017 por haber ocultado pagos de la constructora brasileña Odebrecht. Kuczynski sorteó la destitución con lo justo tras recibir una ayuda inesperada de Kenji Fujimori. Con la sangre en el ojo, los fujimoristas volvieron a la carga, en marzo del 2018, cuando revelaron los “Mamaniaudios”, donde supuestamente se intentaba comprar votos para salvarle el pellejo al entonces presidente. PPK se vio forzado a renunciar ante su inminente destitución.
Vizcarra pasó por el mismo trance. En septiembre del 2020 esquivó un pedido de vacancia por la contratación del polémico cantante Richard Cisneros, mejor conocido de “Richard Swing”. El asunto fue visto como un globo de ensayo. El plato de fondo llegó dos meses después, en noviembre de aquel año. Vizcarra ya no pudo driblear la vacancia al ser acusado de recibir sobornos en su etapa como gobernador regional de Moquegua.
Castillo parece haber tomado nota del espinoso asunto. Y busca un acercamiento con el ala dura de la bancada de Perú Libre para tener 37 votos seguros. Una fuente del lápiz asegura que hoy estaba pactada una reunión entre Waldemar Cerrón, el vocero del grupo oficialista parlamentario, y el mandatario. Pero el diálogo no se se antojará sencillo. Si bien es cierto los cerronistas han anunciado que no votarán por la vacancia, no están dispuestos a respaldar al gobierno en todos los demás aspectos.
Fuentes de Perú Libre señalan que Waldemar Cerrón, hermano de Vladimir, pediría la cabeza de Auner Vásquez, el poderoso asesor de Pedro Castillo. Y es que el ala cerronista lo responsabiliza también del caos que habita en Palacio. El pedido,sin embargo, no será una condición para que la bancada apoye al mandatario en el trance de la vacancia.
SONDEOS
Con este clima de división y acusaciones, el gobierno afrontaría un primer pedido de vacancia. Mientras tanto, los congresistas de oposición, con Patricia Chirinos a la cabeza, tratan de convencer a los legisladores para que –al menos 52 de ellos– admitan a debate la moción de vacancia y el presidente Castillo responda a los cuestionamientos ante el Pleno.
Chirinos sondeó a algunos parlamentarios de centro, como José Jerí (Somos Perú), para sumarse a su causa. No obtuvo éxito, de acuerdo a fuentes de Somos Perú. Hasta el momento, bancadas como Alianza Para el Progreso y Acción Popular, con 15 y 16 congresistas, respectivamente, rechazan la vacancia. Los dos grupos parlamentarios son claves, numéricamente hablando, en cualquier votación importante.
“Nosotros no vamos apoyar el pedido de vacancia. Siempre respetamos los votos que puedan tener nuestros invitados, a quienes tenemos una gran consideración, que son el general Chiabra y la doctora Echaíz. Pero, como partido, la bancada no va a respaldar en este momento ningún pedido de vacancia. El gobierno, pues, tiene que considerar todo lo que estamos haciendo para darle gobernabilidad”, dice Luis Ibérico, asesor principal de la bancada de Alianza Para el Progreso.
“Me preocupa la situación porque estamos actuando con una gran irresponsabilidad. Yo lamento que haya ciertos políticos que vean la vacancia como deporte nacional.Hay congresistas y políticos que están moviendo el avispero demasiado, que están moviendo el panal demasiado. Y cuando al panal mucho golpeas, salen las abejas. Y las abejas salen de manera furibunda, salen para golpear. Están golpeando demasiado el panal y podría haber una convulsión social sin precedentes en nuestro país”, dice, por su parte, Mesías Guevara, gobernador regional de Cajamarca y dirigente de Acción Popular.
GABINETE EN LA MIRA
En paralelo, el exprimer ministro Guido Bellido apunta sus dardos hacia la vicepresidenta Dina Boluarte. “No podemos tener un acercamiento con una persona que habla mal de sus dirigentes y no reconoce a su propio partido. La vicepresidenta plantea conversar con el fujimorismo y no con Perú Libre. Nada bueno va a salir de una conversación con la bancada fujimorista”, dice Bellido a Sudaca. Esto a propósito de una declaración de Boluarte, en Arequipa, donde dijo que se reuniría con Fujimori “de ser necesario” para que la lideresa pueda hablar con la bancada de Fuerza Popular, que empuja la moción de vacancia.
El ala dura también cuestionan a la primera ministra Mirtha Vásquez y a Verónika Mendoza, aliada del profesor Castillo, por cómo está repartida la torta en el gabinete. “No hay proporción en la cuota de poder. Mendoza tiene, para mí, siete ministerios e incluyo al Midis y Trabajo [ambos dirigidos por las militantes perulibristas Dina Boluarte y Betssy Chávez]. Ella [se refiere a Chávez] ha tomado distancia del partido”, dice Bellido.
La batalla contra Vásquez sigue su curso. La parlamentaria cerronista Margot Palacios pidió –a través de una moción– que la premier dé explicaciones sobre su reunión con el líder de Alianza Para el Progreso, César Acuña, en la casa de este último en La Molina. El encuentro tuvo lugar la noche del 8 de noviembre. “Ahora comprenderá el presidente Pedro Castillo por qué quisimos salvarlo del Gabinete caviar, porque son una plaga si le das chance”, tuiteó el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, el 13 de noviembre pasado, en referencia a la cumbre en la casa de Acuña.
La figura de la primera ministra, adversaria de Perú Libre, ha quedado trastocada luego de anunciar el cierre de cuatro unidades mineras, en Ayacucho, desatando las protestas de las empresas afectadas, los gremios empresariales y la federación de trabajadores mineros. Vásquez tuvo que retroceder y ablandar su discurso ante los reclamos. El desaguisado trató de ser arreglado por el presidente en una actividad en Arequipa. “Para referirme a un tema que ha generado debate en los últimos días, desde aquí [Arequipa] vuelvo a ratificar ante el país nuestro compromiso de respetar y promover las inversiones privadas, entre ellas la minería”, dijo Castillo.
“Todos los ministros trabajan conjuntamente. Pero nada de eso cuenta, porque lo que se quiere es buscar una causal y pedir la declaración de la vacancia del presidente de la República. Y, con respecto a Perú Libre, es normal que haya posiciones diferentes, pero esperamos que no se produzcan divisiones porque perjudica a la democracia”, dice a Sudaca Aníbal Torres, el ministro de Justicia, intentado poner paños fríos.