CUATRO
Lo que vimos el día de hoy fue una Obra de Arte, con artistas de la bola. Fue el mejor partido que vi en mi vida. El mejor partido en una final de la Copa del Mundo. Donde las cosas fueron cambiando de un lado a otro – Walter Casagrande comentarista de la Red Globo.
La táctica argentina acentuó las falencias de Dembelé. Quien fue incapaz de ayudar a su marcador, en bloquear los arranques de Di Maria. Para más inri, cometió un penal tonto. El Fideo los hizo mierda a ambos. Si, un joven entrenador -inexperto en Mundiales- le dio una lección táctica al defensivo y poco creativo técnico francés.
Argentina jugó el mejor partido del Mundial. Me hizo recordar la goleada histórica a Italia en junio pasado. Cada partido, después de la derrota inesperada, fue una final. Se adaptó a los rivales. Fue pragmático. Messi no puede hacer pressing a los 35 años. Imposible. Todos los demás corrieron por él. Lo mejor de todo, es que encontró a jugadores como Enzo Fernández, Mac Allister y Julián Álvarez, que eran oro puro. Le ganaron el medio campo al Campeón vigente. Minimizando a Griezmann. Quien, al ir a tapar la salida argentina, regalaba el control del partido a los rivales. Entre tanto, Francia tenia volantes netamente defensivos y los volantes creativos albicelestes tocaban, tocaban y tocaban. Trataban el balón de la mejor manera posible.
- Si eso no es arte, ¿entonces como carajo lo llamamos?
El segundo gol es un homenaje a la historia del viejo y querido futbol argentino. Donde el toque, el desmarque y la velocidad siguen siendo los paradigmas del futbol siglo XXI.
La dinámica y el despliegue de los albicelestes fue tremendo. La secuela lógica vino al minuto 80 y se llama cansancio.
Recién allí aparece Francia, al ingresar Coman y Camavinga, dos portentosos atletas.
SI bien Scaloni hace ingresar a Paredes, nunca hace la línea de tres para contener la ofensiva gala.
Y apareció el Crack francés.
El suplementario casi infartó a los hinchas rivales; en tanto, que los neutrales no queríamos que termine más. Y Messi -siempre él – aparece en una jugada exquisita y define como los Dioses.
Y volvió aparecer Donatello.
En los penales Dibu fue determinante. No es el mejor arquero del mundo, pero intimida. Es un rasgo de su personalidad. En los penales se siente ganador y lo trasmite a sus compañeros. En la última jugada, que evita el gol francés, se nota la influencia de Neuer y Ter Stegen. Quienes atajan con todo su cuerpo, extendiendo sus extremidades al máximo. Eso también, es futbol moderno.
Los penales consagraron al que mejor jugó.
Y la Copa se engrandece al ser levantada por uno de los Mejores Jugadores del Mundo, sino el Mejor de la Historia.
Y si, así como mi viejo 44 años atrás, se me nubló la vista.
Gracias Argentina, Gracias Francia.