[La columna deca(n)dente] En una reciente entrevista, el congresista fujimorista Fernando Rospigliosi, otrora recalcitrante antifujimorista, argumentó que la aplicación de la figura de lesa humanidad a militares y policías que participaron en la lucha contra el terrorismo en el país es injusta y contraria a la legalidad. Según Rospigliosi, la aplicación retroactiva de este concepto busca perseguir políticamente a quienes defendieron al país de la barbarie terrorista en las décadas de 1980 y 1990. Sin embargo, este tipo de afirmaciones, aunque atractivas para ciertos sectores, ocultan una peligrosa distorsión de lo que verdaderamente significa la justicia para crímenes de lesa humanidad y los compromisos internacionales asumidos por el Perú.

Primero, es importante aclarar que la figura de los crímenes de lesa humanidad no es un capricho político ni una invención local, sino un concepto profundamente arraigado en el derecho internacional. Los crímenes de lesa humanidad, como las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, las desapariciones forzadas y la violación sexual, entre otros, son considerados tan graves que no prescriben y no pueden ser amnistiados. Esto se debe a que estos delitos violan derechos humanos fundamentales y afectan no solo a las víctimas directas, sino a la humanidad en su conjunto.

El principio de no retroactividad no es aplicable en estos casos debido a la naturaleza de los crímenes. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha subrayado repetidamente que los Estados tienen la obligación de investigar, juzgar y sancionar estos delitos, independientemente de cuándo se cometieron. En este sentido, la justicia transicional busca asegurar que no haya impunidad y que se haga justicia para las víctimas.

Además, es preocupante que se minimicen y olviden los crímenes cometidos por agentes del Estado durante el conflicto armado interno, bajo el argumento de que «salvaron al país». Rospigliosi pasa por alto principios fundamentales, como que el fin no justifica los medios y que la barbarie terrorista no se combate con barbarie estatal. También ignora que el uso de la violencia y la violación de derechos humanos por parte del Estado no pueden ser tolerados ni olvidados, y que la justicia para las víctimas de abusos estatales es tan esencial como la justicia para las víctimas del terrorismo. Su discurso ignora las obligaciones internacionales del Perú y socava los esfuerzos por establecer una justicia equitativa y completa. La justicia no es venganza, sino un proceso necesario para sanar las heridas de la sociedad y construir un futuro en el que los derechos humanos sean respetados de manera irrestricta.

En lugar de cuestionar la aplicación de la figura de lesa humanidad, deberíamos apoyar y promover los esfuerzos para garantizar que todos aquellos que cometieron crímenes atroces, sin importar su bando, rindan cuentas ante la justicia. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad verdaderamente justa y democrática.

Tags:

Fernando Rospigliosi, Fuerza Popular, Fujimorismo, lesa humanidad

[Migrante al paso] Casi tres años. Regresos esporádicos, navidad y esas cosas. Salvo uno que otro capricho necesario. Los aviones y trenes ya no me causan sorpresa. El goce sícontinúa. La belleza peculiar de las nubes probablemente jamás deje de encantarme, en el sentido literario. Al verlo sientes una quimera emocional entre lo diminuto del individuo y lo infinito de la humanidad. Eres un insecto en mitad del cielo, el progreso te permite volar. He sido mucho tiempo un extranjero, explorando tierras y lenguas desconocidas, planeo serlo con mayor frecuencia. Existe una connotación negativa de lo foráneo, tal vez es así en mi caso debido a ser de una nación producto de la colonización. Ahora mi asociación ha dado un vuelco. Hay algo placentero en implantarte en terreno desconocido. Como un espantapájaros en un campo de maíz. Cada cierto tiempo te encuentras a personas espantapájaros y no como algo malo. Nadie te conoce y no conoces a nadie. Tu propio ser es el único referente de identidad.

Es fácil sentirse ganador arrimándote al equipo campeón. Pero este mundo no está hecho de clubes de fútbol. En el primer recorrido de una calle sólo puedes arrimarte hacia adentro, es lógicamente imposible, pero me gusta. Después de todo, en ese momento, tus pensamientos son lo único que conoces. En tu mente tienes que sentir confianza maradoniana y la calma para sentirte natural del lugar, por más que no sepas ni que hay más allá de la esquina. Por ahí camina un espantapájaros que no quiere camuflarse, orgulloso de ser ciudadano de la nada. Todo te agarra por sorpresa; están todas las señales, solo tienes que saltar donde va a caer el rayo. Nosotros, hombres de paja, estamos hechos de material sensible. Sientes que te prendes en llamas. Todos los sentidos se encienden. Caminas con el ritmo del beat de cada estimulo. Electrizante. Todas las neuronas del sistema nervioso fluyendo a gran velocidad. Pura sinapsis.

Amsterdam. Sin año. Saliendo de un coffee shop, preparado para un paseo inmersivo entre canales y calles angostas. Cuidado con las bicicletas. Después que casi me atropellen, paré en una bodega, agitando mi casaca negra, eufórico y con audífonos. La chica tatuada me dijo: buen estilo, mientras me daba la bolsa. Ya tenía a mis acompañantes más leales, cigarros y coca cola. Un par de sonrisas y un rostro más que nunca más veré. Metro a metro la ciudad se apagó. Ya era de madrugada, pero estaba en una de mis noches de insomnio, una de las buenas. Los locales cerrados. Me senté al borde de un canal y uní la silueta del espantapájaros al reflejo de los pequeños edificios antiguos, esta vez con el pelo largo y alborotado. No tienes por qué voltear. Nadie te llama.

¡Ves esta rama rota!, me dice Jack emocionado, tratando de explicarme que por ahí había pasado un conejo. Un viejo que vive tranquilo, sólo le gusta el golf y caminar por el bosque. Tenía la paciencia en sus venas. Me quedaba en su casa, con su esposa y otro chico noruego. 2 meses en Kelowna. Un pueblo remoto en mitad de los bosques canadienses. ¿Qué hacía ahí a los 17?, pregúntenle a mi madre. Y no se preocupen, no tienen por qué saber que es Kelowna, no la conocen ni sus pobladores.

Esta vez ahí estaba el espantapájaros, supuestamente debería ser estático, pero andaba por ahí caminando entre robles, pinos y algo inesperado. Supuestamente debía ir a un instituto escolar. En una de las aburridas sesiones de golf, le propuse al viejo Jack limpiar el segundo piso de la casa a cambio de que me den la libertad de hacer lo que me la gana. Su bigote blanco parecía que se le iba a salir de la risa. Finalmente, aceptó. Es así como me vi envuelto en sus excursiones boscosas. Esas sí eran divertidas. Era un gran maestro, con una familia excelente, sabio, progresista para su edad, pero había un problema. En cuestión a excursiones era el peor. Yo le ponía toda mi confianza, pero a 30 metros, un oso marrón caminaba campante. Congelado es poco comparado a como estaba. Soy un chico Discovery Chanel, sabía que si estábamos en su territorio era mejor rendirse ante la muerte. Estaba entre escaparme o ahorcar al anciano. Fue aterrador y majestuoso, estábamos en manos de la naturaleza al cien por ciento. Conejo, me dijo, casi hace que nos mate un oso. Pobre espantapájaros.

Ya en mi ciudad, yendo a visitar mis amigos, no recuerdo el camino. Solo llegué a sus casas por instinto. Como si hubiera perdido la capacidad de pertenecer. Así estuve las primeras semanas. Ya no recordaba las calles ni las personas de siempre. Un extranjero en su propia ciudad. Poco a poco las estacas de madera se transformaban en una estructura ósea y mi interior hecho de paja se convertía en carne y órganos. El espantapájaros se transformó en humano nuevamente. Otra vez uno más del montón, no sabía cómo comportarme. Desconocía en qué trinchera acurrucarme. Sin poder distinguir si era la soledad de siempre o mi propia transformación me obligaba a estar solo. Tal vez todos los viajeros somos huérfanos de nación y territorio. Pero no es así, quiero demasiado a mi país cayéndose a pedazos. Cuando pasas mucho tiempo apreciando el exterior te olvidas de que en algún momento tienes que quererte nuevamente. Al final todos mueren solos, pero prefiero enfocarme en la vida. Recién hace unos días, mientras escribía lo recordé. Quiero vivir acompañado, rodeado de gente que quiero y admiro, no abandonado por mi propio idealismo. Quiero vivir libre como un espantapájaros ambulante, pero la libertad es poderosa y solo quiero encontrar la manera de que ésta no excluya el vivir rodeado de otras personas. A pesar de todo, vuelvo a partir en un mes y esta vez quiero que mi regreso sea acogedor sin sentirme rechazado.

Tags:

vida

Es tal la penetración de las economías ilegales en la política peruana, generada con mayor impunidad desde el gobierno de Pedro Castillo, pero mantenida y acentuada por el régimen actual, que recuperar el país de esas mafias le va a costar al gobernante que emprenda esa tarea una resistencia violenta y sangrienta.

De por sí, que no sorprenda si durante la campaña algún candidato que ponga especial énfasis en ello pueda ser víctima de un atentado. Los miles de millones de dólares que mueven la minería legal, la tala de maderas, el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, el transporte informal, los sindicatos mafiosos de la construcción civil, las bandas extorsivas de cupos, los ha empoderado al punto de animarse a infiltrar la política y las principales instituciones del país.

¿Se ha preguntado por qué no hay “operaciones Walquiria” contra estas mafias? ¿Por qué no hay megaprocesos judiciales? ¿Por qué no hay operativos policiales o recursos de inteligencia destinados a capturar a los cabecillas de estas verdaderas organizaciones criminales? ¿Por qué en el Congreso se dictan normas recurrentes a su favor? ¿Por qué los gobiernos regionales no mueven un dedo por tocar sus intereses y más bien conviven “armoniosamente” con ellas?

El país que, con sus terribles defectos y ausencias reformistas, padecimos entre el 2001 y el 2021, ya lo hemos perdido. La transición no fue hacia una mejor democracia, más arraigada y sólida, sino hacia la conformación de una sociedad cercana a la categoría híbrido criminal que portales de investigación como Insight Crime le asignan a regímenes como el de Maduro, en Venezuela.

Va a costar sangre romper ese statu quo. Laresistencia de estos grupos criminales será violenta. Ocurrirá como en México cuando el presidente Felipe Calderón decidió darle lucha frontal al narcotráfico (nunca México tuvo tantos muertos como en esa época). No vienen tiempos fáciles para el país, sobre todo, si nos toca en suerte un gobernante democrático decente, decidido a acabar con estas mafias.

Pero queda claro que esta es la primera tarea gubernativa por desplegar si se quiere que la democracia y la economía de mercado sigan siendo los ejes vitales sobre los cuales se mueve el carromato de la nación peruana.

-La del estribo: una recomendación insoslayable. ¡Acudan a ver Como una uva seca al sol, de Lorraine Hansberry, que dirige magistralmente Ebelin Ortiz, con actuaciones de primer orden de un elenco mixto, de experimentados y noveles! Es, de lejos, lo mejor que se ha puesto en teatro este año en la cartelera limeña. Va en el Centro Español del Perú hasta el 7 de octubre. Entradas en Teleticket.

Siguiendo con la saga: a leer Crónicas con garra, del gran periodista Rubén Marruffo. No es la historia del centenario del equipo más grande del Perú, sino un conjunto de anécdotas interesantísimas, muy bien narradas y con solvencia de datos. Como dice su autor, es el “detrás de cámaras” con historias desconocidas para la mayoría de hinchas cremas.

El asesinato de Arturo Cárdenas, secretario general del Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil de Lima y Balnearios es tremendamente grave. Es el equivalente a que las mafias del oro ilegal hubieran asesinado al gerente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.

Constituye un escalamiento de la violencia asesina por parte de los sindicatos mafiosos que quieren controlar los cupos que se pagan en las obras de construcción y que el gremio formal combate desde hace décadas.

Si tuviéramos un gobierno decente y solvente, ello hubiera merecido de inmediato una convocatoria de emergencia al ministro del Interior por parte de la presidenta Dina Boluarte, la convocatoria del Consejo de Estado, la invitación a una conferencia de prensa o un mensaje en cadena nacional.

Pero no, nada de eso ocurrió. La presidenta no convocó ni al ministro del Interior (no figura en su agenda y aquél se la pasó reunido con el titular del Congreso hablando sabe dios de qué pavadas), no invitó a las principales autoridades llamadas a combatir la delincuencia, más bien, se entretuvo dando un espectáculo penoso junto a su ministro de Educación jugando una pichanguita de vóley en el patio de honor de Palacio de Gobierno.

Han hecho bien los principales gremios empresariales y sindicales en hacer un enérgico llamado conjunto a que el gobierno tome acciones, han actuado con propiedad los líderes políticos que le exigen al régimen mayor seriedad y desvelo en el manejo del tema.

La mediocridad y frivolidad de este gobierno ya no admite tolerancia. Y hace bien la derecha fáctica y política en manifestarse irritada. El monopolio de la indignación por un gobierno chicha, corrupto, incapaz y mercantilista no puede ser de la izquierda.

No hay nada, lamentablemente, que nos haga pensar que este gobierno va a ser algo serio, coherente y bien diseñado sobre el tema de la creciente inseguridad ciudadana. El país será dominado por las mafias delictivas, por las verdaderas organizaciones criminales y no por las inventadas abusivamente por fiscales ignorantes o envenenados por el odio a sus adversarios.

Como en muchas otras cosas, habrá que esperar a que el 2026 -u ojalá antes- las urnas lleven a Palacio a alguien que mire el país con seriedad y sentido del deber cívico, lejos del dechado de frivolidad e indolencia que hoy nos gobierna.

 

[El dedo en la llaga] Apulia es una árida región del sureste de Italia, a orilla del Mar Adriático, de anchas llanuras y onduladas colinas. Allí se encuentra el pueblo de San Giovanni Rotondo, una pintoresca localidad de poco más de 27,000 habitantes, recordada por haber sido el lugar de residencia entre 1916 y 1968 de San Pío de Pietrelcina (1887-1968) —más conocido como el Padre Pío—, un sacerdote capuchino que llevaba en su cuerpo los estigmas de Cristo, al cual se le atribuían curaciones milagrosas y que tenía el don de ver los pecados de aquellos que se acercaban a él para confesarse sacramentalmente.

Pero actualmente sería el lugar de residencia de alguien mucho menos santo, a saber, Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, quien, como señala un decreto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del 9 de agosto de 2024 —que lleva la firma del mismo Papa Francisco además de las firmas de oficio— ha sido expulsado de la institución que él mismo fundó. Sin embargo, este decreto presenta muchas ambigüedades.

Se señala que la expulsión se efectúa «por causa de circunstancias distintas de las previstas en el can. 695 y can. 696», por lo cual quedan excluidos «el descuido habitual de las obligaciones de la vida consagrada; las reiteradas violaciones de los vínculos sagrados; la desobediencia pertinaz a los mandatos legítimos de los Superiores en materia grave; el escándalo grave causado por su conducta culpable; la defensa o difusión pertinaz de doctrinas condenadas por el magisterio de la Iglesia; la adhesión pública a ideologías contaminadas de materialismo o ateísmo» (can. 696).

El canon 695 señala «los delitos de los que se trata en los cc. 1397, 1398 y 1395» como posibles motivos de expulsión. Los delitos señalados en el canon 1397 no son evidentemente aplicables a Figari, pues se refieren a «quien comete homicidio, o rapta o retiene a un ser humano con violencia o fraude, o lo mutila o lo hiere gravemente» o a «quien procura el aborto», pero sí podrían aplicarse delitos señalados en el canon 1395 —el «que, con violencia, amenazas o abuso de su autoridad, comete un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo u obliga a alguien a realizar o sufrir actos sexuales»— o en el canon 1398 —el «que comete un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo con un menor o con una persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón o a la que el derecho reconoce igual tutela»—.

Sin embargo, cómo señala el decreto de expulsión, no son éstos los motivos que fundamentan la medida sino circunstancias distintas, «en cualquier caso incompatibles y por tanto inaceptables en un miembro de una institución de la Iglesia».

¿Se indica cuáles son esas circunstancias? Por ningún lado. Es decir, no sabemos cuál es el verdadero motivo de la expulsión, pero se deja en claro que no es por los abusos sexuales cometidos.

Una interpretación plausible de este proceder sería que en 2017, cuando Figari fue sancionado por primera vez por el Vaticano, no había una norma en el Código Derecho Canónico que permitiera sancionarlo por un delito grave, dado que este tipo de delitos —incluidos los abusos sexuales— se castigaban sólo cuando eran cometidos por clérigos. Y Figari no lo es: es un laico. Consagrado, pero laico al fin y al cabo. Inimputable, por así decirlo.

Esto ha cambiado con las reformas del derecho eclesiástico introducidas por el Papa Francisco en los años 2021 y 2022, de modo que ahora un miembro de un instituto de vida consagrada puede ser sancionado por esos delitos. Sin embargo, esas nuevas leyes no se pueden aplicar retroactivamente a Figari. Ésta es la razón por la que no habría sido expulsado por abusos sexuales, sino por algún otro delito que el Vaticano ha indagado y encontrado para sancionarlo.

El segundo motivo es «por causa de escándalo y grave daño al bien de la Iglesia y de cada uno de los fieles». Como de costumbre, la Iglesia está protegiendo su imagen y omitiendo cualquier mención de las víctimas. Si los delitos de Figari hubieran permanecido en secreto, este motivo de expulsión no aplicaría, pues no habría escándalo. Téngase en cuenta que la justicia no es una prioridad para el derecho eclesiástico, sino “la salvación de las almas”, aunque se tengan que cometer injusticias en el camino.

Por otra parte, queda claro que se trata de una decisión del Papa Francisco, expresada en una carta del 6 de agosto de 2024 al dicasterio en cuestión. La decisión se toma pro bono Ecclesia, por el bien de la Iglesia. ¿Por qué se requería una intervención del Papa Francisco? Simplemente porque quien tenía la potestad —otorgada por la ley eclesiástica— de expulsar a Figari —a saber, el Superior mayor del instituto— nunca lo hizo. De este modo, Eduardo Regal, Alessandro Moroni y José David Correa, superiores generales del Sodalicio después de la dimisión de Figari en diciembre de 2010, tienen responsabilidad en no haber tomado las medidas del caso y haber protegido a un miserable que tiene en su haber delitos graves.

No queda claro cuál será la situación de Figari de ahora en adelante. El decreto no lo aclara. ¿Seguirá viviendo en San Giovanni Rotondo u otra localidad italiana con todos los gastos pagados por el Sodalicio? ¿Se le seguirá prohibiendo hablar con los medios? ¿Y qué pasará con todos aquellos que lo protegieron y encubrieron, comenzando por las autoridades del Sodalicio?

Por otra parte, ¿es esto un paso más hacia la supresión del Sodalicio? ¿O se trata de una operación quirúrgica que buscará rescatar la institución, aduciendo que el tumor ya ha sido extirpado y que todo el cuerpo restante está sano? Esperamos que sea lo primero, pues el Sodalicio sin Figari en su conducción ha seguido cometiendo diversos abusos, siendo el principal el maltrato de las víctimas y la falta de una reparación simbólica y pecuniaria justa y adecuada.

Una muestra de este maltrato es el “Comunicado sobre la expulsión de Luis Fernando Figari del Sodalicio de Vida Cristiana” del 14 de agosto de 2024, firmado por José David Correa, el actual Superior General. Se trata de un comunicado lleno de mentiras y omisiones. Dice que «las autoridades del Sodalicio hemos colaborado estrechamente con la Santa Sede en la búsqueda de la verdad y la justicia», cuando en realidad lo que hizo el Sodalicio desde un principio es aplicar una estrategia de control de daños, obstaculizando que toda la verdad sobre las víctimas salga a la luz, persiguiendo judicialmente a los periodistas que destaparon el escándalo directamente —mediante querellas interpuestas por Mons. José Antonio Eguren— o a través de terceros, mintiendo descaradamente en la Fiscalía, moviendo influencias en el Ministerio Público a través del Estudio de Abogados Hauyón & Hauyón a fin de que se archiven las denuncias contra miembros y exmiembros del Sodalicio y se mantengan abiertos las denuncias interpuestas contra los periodistas Pedro Salinas, Paola Ugaz y Daniel Yovera. Se ha de suponer que la “colaboración” con la Santa Sede ha ido en la misma línea, haciendo necesarias las intervenciones de Mons. Charles Scicluna y Mons. Jordi Bertomeu para que comience a haber justicia y se reconozca a varias víctimas deliberadamente ignoradas, además de reconocer lo insuficiente y ofensivo de las reparaciones ofrecidas por el Sodalicio a las 67 víctimas que hasta ahora han admitido oficialmente.

También miente José David Correa cuando dice lo siguiente:

«En 2019, la V Asamblea General del Sodalicio en Brasil expresó el pedido de perdón institucional a todas las víctimas que han sufrido algún tipo de abuso de parte de Luis Fernando Figari y me encargó, como Superior General, que examine la pertinencia de iniciar un proceso canónico para su expulsión. Después de mucha reflexión y diálogo, en diciembre de 2019 solicité a la Santa Sede la expulsión del Sr. Figari».

El pedido de perdón institucional fue puramente declarativo —pues en ese entonces nunca se comunicaron personalmente con las víctimas para pedirles perdón— y tampoco tuvo ningún efecto en las reparaciones. Por otra parte, recién nos venimos a enterar que habían decidido la expulsión de Figari. ¿Por qué no lo comunicaron en su momento? ¿Por qué no hicieron efectiva la expulsión ellos mismos, considerando que el Superior mayor de un instituto, después de haber consultado a su consejo, tiene la facultad de expulsar a un miembro, sin tener que pedirle permiso previo a la Santa Sede?

No satisfecho con mentir descaradamente, José David Correa nos relata el siguiente cuento de hadas:

«El Sodalicio cuenta con una Oficina de Escucha y Asistencia, que desde el año 2016 recibe a personas que han sido víctimas de diversos tipos de abuso por miembros y ex-miembros del Sodalicio desarrollando procesos de reparación».

El informe sobre abusos del Sodalicio de los expertos Ian Elliott, Kathleen McChesney y Monica Applewhite de febrero de 2017 señalaba como completada la siguiente recomendación:

«Publicar la información de contacto de la persona que recibirá los reportes de abuso en varios medios y en el sitio web del SCV».

Hasta el 4 de noviembre de 2019, cuando me comuniqué telefónicamente con la Oficina de Comunicaciones del Sodalicio para preguntar por estos datos —pues no se hallaban en el sitio web del Sodalicio ni en ningún otro medio— no había manera de contactar esta oficina. El 7 de noviembre me respondieron y ¡oh maravilla! apareció un link en el sitio web con el título de “Ambientes seguros”, indicando la dirección de correo electrónico con la cual se podía uno comunicar para reportar casos de abusos. Sin embargo, no había dirección física ni número telefónico, pues esta oficina no dispondría propiamente de un local. Además, no se tiene conocimiento de que el Sodalicio haya admitido posteriormente más casos de abusos que los que reconoció oficialmente cuando se publicó el informe de los expertos internacionales.

Por todo lo dicho resulta ofensiva y alejada de la verdad una frase como:

«Reconocemos profundamente el dolor de las víctimas y reiteramos nuestra solidaridad con ellas».

Quisiera concluir con una frase del comunicado capaz de suscitar una sonrisa irónica en cualquiera:

«Como hemos declarado anteriormente, Luis Fernando Figari es el fundador histórico del Sodalicio de Vida Cristiana, pero no es un referente espiritual para nuestra comunidad ni para la Familia Sodálite».

Y si Figari no es un referente espiritual, ¿por qué siguen manteniendo en pie la misma ideología inculcada por el fundador? ¿Por qué muchos de los textos que escriben algunos sodálites podrían haber sido escritos por el mismo Figari, pues contienen su misma doctrina y su mismo estilo? ¿Por qué el supuesto carisma que dicen tener es el mismo que inculcó Figari a sus incondicionales seguidores?

A decir verdad, el único pensamiento admitido en el Sodalicio desde sus inicios fue el de Figari. Nunca hubo lugar para una pensamiento o doctrina distintos. Sin Figari, el Sodalicio no es nada. No tiene ideología, espiritualidad ni carisma, pues todo lo que había quedado de eso después del destierro de Figari en Italia se basaba sobre lo que este les había inculcado a sus leales discípulos. El siguiente paso lógico sería que el Sodalicio fuera suprimido.

Llegó la hora de bajar el telón. Y que el último apague la luz.

Tags:

Abusos sexuales, fernando figari, Iglesia católica, Papa Francisco, sodalicio de vida cristiana, víctimas

[Música Maestro] A las tres y media de la mañana de un día como hoy, hace 55 años, Sly & The Family Stone alborotó a una multitud de hippies en el festival de Woodstock. Pocos minutos antes, The Kozmic Band Blues había hecho lo propio, con la extraordinaria pero depresiva descarga bluesera de la inolvidable Janis Joplin (1943-1970). En cambio, el septeto iluminó la oscura madrugada de aquel campo neoyorquino con el electrizante positivismo de sus canciones, una mixtura de soul y funk con rock psicodélico que venía sentando las bases para un nuevo capítulo en la forma que tenían los afroamericanos de hacer y entender la música popular.

Quienes han visto el legendario documental que resume los tres días de paz, amor y música de agosto de 1969 saben perfectamente de quién estoy hablando. La frenética versión deI want to take you higher, single de su cuarto LP titulado Stand! -lanzado tres meses antes del festival- que se incluyó en el largometraje dirigido por Michael Wadleigh condensa la intensidad del mensaje de esta banda, pero no bastan para entender su importancia, en términos más amplios. El concierto completo duró poco menos de una hora y fue una catarsis rítmica cargada de significados que mereció ser tan recordada como las actuaciones de Santana o Jimi Hendrix (1942-1970). Sin embargo, por algún motivo, el legado de Sly & The Family Stone quedó encapsulado y reducido a esos diez minutos de algarabía e interacción con el público, liderados por el compositor, arreglista y multi-instrumentista Sylvester Stewart.

Para cuando Sly & The Family Stone llegaron a Woodstock, ya eran un grupo reconocido que venía lanzando discos desde 1966. Los expertos coinciden en que Sly Stone es, junto a James Brown (1933-2006) y George Clinton (Parliament-Funkadelic), una de las columnas vertebrales de la identidad musical afroamericana. Si en el rock y el jazz fueron Jimi Hendrix y Miles Davis (1926-1981) respectivamente, Stone impulsó con su creatividad melódica las ramificaciones del gospel y el R&B hasta convertirlas en parte de la subcultura hippie, haciendo disfrutar a públicos blancos y negros de estas odas a la diversión y la armonía que, poco a poco, fueron adquiriendo más peso ideológico, en un tiempo de diversos activismos que marcaban la agenda diaria en los Estados Unidos.

La visión musical y social de Sylvester “Sly” Stewart fue, sin embargo, varios pasos más allá, dispuesto a hacer que elpúblico que entraba en contacto con sus propuestas reflexione sobre conceptos como la integración interracial y de género, muchas décadas antes de que se convirtieran en supuestas banderas de lo que hoy suele llamarse “progresismo”, término que es, a la vez, peyorativo y vanguardista. Para comenzar, The Family Stone era, literalmente, un colectivo familiar, lo cual le daba un carácter confiable, cálido. Los hermanos Sylvester(voz, teclados, guitarra), Freddie (guitarra) y Rose Stewart (voz, teclados), nacidos en Texas y criados en California, comenzaron a tocar juntos desde niños, bajo el nombre The Four Stewart. Sobre esa base, Sly convocó a los primos Larry Graham (bajo) y Cynthia Robinson (voz, trompeta). Y para completar, dos músicos blancos, el saxofonista Jerry Martini y el baterista Greg Errico.

Entonces tenemos, por un lado, un combo que tenía en su formación estable a dos mujeres, algo inusual para la época. Si bien es cierto eran comunes los tríos vocales femeninos -Diana Ross & The Supremes, Martha & The Vandellas, The Ronettes-, lo común era que, en contextos de bandas lideradas por hombres, ver a las chicas cumpliendo roles secundarios (coros, coreografías, percusiones menores) y no tocando sus propios instrumentos. En ese sentido, Cynthia Robinson y Rose Stone fueron anónimas pioneras de la inclusión en la historia del rock. Y, por el otro lado, la presencia de Errico y Martini le generó más de una crítica a Sly por parte de grupos defensores de los derechos civiles, desde los más moderados hasta radicales como “Las Panteras Negras” que, incluso, llegaron a exigirle que los expulsara de su banda, tanto a ellos como a su manager, David Kapralik (1926-2017).

La discografía de Sly & The Family Stone consta de diez álbumes oficiales en estudio y un LP recopilatorio. En solo tres años, la banda construyó el legado que le dio imperecederoprestigio en el universo del pop-rock de los sesenta, con sonidos anclados en los mejor de la música negra norteamericana y una actitud/aspecto que redondeaba una utopía artística y social. Los álbumes A whole new thing (1967), Dance to the music(1968), Life (1968) y Stand! (1969), contienen todos los elementos que hicieron de este grupo una poderosa e influyente fuerza musical y de movilización de ideas.

A diferencia de las fórmulas repetitivas de James Brown y la dureza conceptual del colectivo P-Funk de George Clinton, los dirigidos por Sly Stone mostraban frescura y plasticidad en el terreno sonoro -el bajo redondo de Larry Graham, la diversidad de recursos en teclados y guitarras tanto de Sly como de su hermano Freddie, los metales bien colocados, las voces múltiples– y una riqueza lírica que le permitían elaborar mensajes profundos sin caer en lo panfletario y siempre con la capacidad de generar una atmósfera vital e inspiradora.

Mientras que los tres primeros álbumes contienen melodías hechas para el disfrute y la liberación a través del baile, como Dance to the music, M’ Lady o Underdog -el primer tema del primer LP, un anticipo de las temáticas sociales que serían más adelante su materia prima, en su cuarta producción discográfica, Stand!, aparece esa orientación hacia los aspectos más sensibles de las relaciones humanas. Composiciones incluidas en este disco como You can make it if you try, Stand!o Everyday people sirven para exponer esas preocupaciones por mantener la armonía, respetar al prójimo y divertirse sin límites ni prejuicios.

Por su parte, Sing a simple song y la mencionada I want to take you higher, cuyo título puede interpretarse de varias maneras, especialmente por la acepción coloquial que tiene el vocablo “high” en inglés -que alude a estar drogado- retoman la intención más relajada de sus inicios. Ese disco también presenta dos adelantos de la onda experimental y de críticas más agudas que desarrollaría en años posteriores.

Uno de ellos es un extenso jam instrumental titulado Sex machine, publicada un año antes del superéxito de James Brown del mismo nombre, que presenta un intenso trabajo de Freddie Stone con el pedal wah-wah y una interacción magnética entre la batería de Greg Errico y el bajo de Larry Graham (además de un solo ultra distorsionado de este último, casi al final). Y la otra es, probablemente, la composición más controvertida de Sly & The Family Stone, Don’t call me nigger, whitey (“No me digas negro, blanquito”) que en su coro incluye la contraparte de esta llamada de atención –“don’t call me whitey, nigger”- que, seguramente, debe haber inspirado a los mexicanos Molotov cuando comenzaron a escribir su éxito de 1999, Frijolero.

Casi un año después del festival de Woodstock, la casa discográfica Epic Records organizó todo para capitalizar el gran impacto que había tenido la banda, a través de la publicación de un LP titulado Greatest Hits, doce canciones de las cuales nueve provenían de los discos previos, con excepción del álbum debut. Además, presentó tres temas que se habían estrenado entre julio y diciembre de 1969 como singles y que, a la larga, se convertirían en clásicos de su repertorio en estudio, Everybody is a star, Hot fun in the summertime y Thank you (Falettinme be mice elf agin), título con una deliberada deformación de las palabras, para reflejar en textos escritos la mala pronunciación que suelen tener las poblaciones de barrios negros pobres. La frase correcta sería “for let me be myself again” que, literalmente significa “por dejarme ser yo mismo de nuevo”.

Con el inicio de la nueva década, las composiciones de Sly dieron un giro de 360 grados, pasando del optimismo abierto a una postura un poco más crítica, con un enfoque algo amargado y cínico, si lo comparamos con sus producciones anteriores.There’s a riot going on (1971), el quinto disco del grupo, encara temas como los derechos civiles y las luchas sociales afroamericanas pero desde un punto de vista desafiante, con canciones como Family affair o Running away que funcionaron como singles, con las letras de cuestionamiento o desilusión hacia lo que se conoció como contracultura. Musicalmente prosigue la senda del soul pero también comienza a introducir baterías programadas, efectos de sonido y un acercamiento al estilo de Parliament Funkadelic, más duro y arriesgado que el de sus primeros discos más relacionados al amable sonido de Earth Wind & Fire.

Para este momento, las profundas adicciones de Sly Stone ya lehabían comenzado a pasar factura. Las fricciones que tenía el compositor y líder con sus compañeros eran constantes y eso generaba diversos niveles de frustración en la estructura interna de la banda. Como recuerda Greg Errico, quien fue el primero en retirarse en 1971, la química existente entre Sly y el resto inició un proceso de deterioro que afectaba el cumplimiento de contratos, las sesiones de grabación y los conciertos, especialmente desde que el cantante decidió mudarse a Los Angeles. Errico desarrolló una muy interesante carrera como baterista con Santana, Weather Report, Tower Of Power, entre muchos otros. Su lugar en The Family Stone fue ocupado por el neoyorquino Andy Newmark, músico de sesión que posteriormente alternó con superestrellas como John Lennon, David Bowie y Roxy Music, solo por mencionar algunos de sus trabajos.

Un año después, en 1972, se produjo la segunda gran deserción en la banda. El bajista Larry Graham tenía tantas discusiones con Sly Stone que era casi imposible hacerlos coincidir en un mismo lugar sin que terminaran peleándose. Después de un concierto, los guardaespaldas de Sly prestaron oídos a un rumor no confirmado de que Graham había contratado a un sicario para eliminar a Stone. Para evitarlo, los matones atacaron a los colaboradores del bajista quien tuvo que huir por la ventana de la habitación que ocupaba con su esposa. Dos años después, Larry Graham -creador de la técnica de slapping muy usada por bajistas como Flea (Red Hot Chili Peppers), Les Claypool (Primus) o Marcus Miller (Miles Davis, David Sanborn), entre otros- lanzó su propia banda, Graham Central Station, jugando con el nombre de la centenaria estación central del metro de New York y su apellido– con la que se mantuvo activo durante el resto de la década.

Entre 1973 y 1976 la banda lanzó tres álbumes más, Fresh(1973), Small talk (1974) y Heard ya missed me, well I’m back(1976), acompañado siempre de sus hermanos Freddie y Rose, así como del saxofonista Martini y la trompetista Cynthia, con quien Sly mantuvo una fugaz relación de la cual nació su primera hija. En estos discos la banda todavía mantiene ese toque mágico, gracias a la musicalidad de Sly, y generó algunos éxitos como If you want me to stay o Loose booty. En medio, un disco en solitario llamado High on you mostró a Sly Stone dispuesto a retomar sus glorias pasadas, con canciones salidas de su inagotable fuente de sonidos y melodías de orgánico funk,soul y R&B, además de ciertos acercamientos a la música disco. El álbum contiene canciones notables como el tema-título, So good to me o el instrumental Green eyed monster girl.

En el año 2009 el mundo quedó estupefacto al enterarse de que el creativo músico, uno de los líderes de la cultura musical afroamericana, vivía desamparado en un asilo. Las complicaciones económicas y de salud asociadas a las drogas más las sucesivas estafas de managers que se las arreglaron para quedarse con sus regalías, lo dejaron en bancarrota. Sin embargo, poco a poco, el músico fue reapareciendo por aquí y por allá. Reportajes, invitaciones fugaces en conciertos, intentos de retomar sus actividades artísticas, documentales como On the Sly: In search of the Family Stone (2017) y hasta un excelente álbum de dúos con importantes colegas como I’m back! Family & Friends (2011) hicieron saber a sus seguidores que Sly Stone aun estaba vivo.

El catálogo de Sly & The Family Stone debe ser uno de los más revisitados por otros artistas, señal inequívoca de su influencia en diversas generaciones. Desde sus pares como George Clinton, Prince o The Jackson Five hasta modernos ensambles de hip hop como A Tribe Called Quest y electrónicos como Fat Boy Slim -que usa la intro de Into my own thing (Life, 1968) en su éxito Weapon of choice, del año 2001, los Red Hot Chili Peppers o los Beastie Boys han usado samplers de sus éxitos. Uno de los covers más conocidos fue el que incluyó Joan Jett & The Blackhearts en su tercer LP Album (1983), del clásico Everyday people (Stand!, 1969). Y el bajista y cantanteargentino Pedro Aznar grabó una versión en español de Stand!en su séptimo álbum como solista, David y Goliath (1995).

La publicación, en octubre del año pasado, de la autobiografía de Sylvester “Sly Stone” Stewart, volvió a poner sobre la mesa una trayectoria brillante que fue sepultada por los excesos y las adicciones. Como ocurrió con Brian Wilson de The Beach Boys o Syd Barrett de Pink Floyd, la estrella de Sly Stone se apagóde manera prematura y definitiva, cayendo en una oscura espiral que lo hizo desaparecer del ojo público durante más de dos décadas. Apoyado por el cronista de The New Yorker Ben Greenman, el libro Thank you (Falettinme be mice elf agin), Sylvester Stewart, actualmente de 81 años, recorre su accidentada vida personal y cuenta con detalle los vericuetos de aquella utopía artística que lideró en los gloriosos años sesenta.

Tags:

Funk, Psicodelia, rock clásico, Sly & The Family Stones, Soul, Woodstock

La madrugada del 4 de agosto los asistentes al bar “La Noche” de Barranco reconocieron a una recién llegada al local, la congresista Patricia Chirinos, quien se hallaba acompañada y ya sentada en una mesa como una asistente más. El bar “La Noche” es conocido por ser uno de los centros de la bohemia limeña barranquina, que no está compuesta por barranquinos sino por los usuales visitantes del distrito de Barranco, el más pequeño de Lima metropolitana y que es reconocido por ser un centro de atracción turística. Hace cien años Barranco era un balneario de lujo y hoy es un distrito partido en tres: una zona de clase alta, que vive en edificios de alta gama aledaños a la zona del mar, otra de clase media ubicado a solo unas cuadras en donde abundan restaurantes, peñas y bares y una zona pobre notoriamente marginada de la prosperidad que abunda en el resto del distrito. Por su singular arquitectura republicana, que aún subsiste a pesar de la modernización, Barranco es una de las joyas de la capital que ha sufrido durante décadas la maldición de la mala gestión de sus alcaldes, con muy pocas y contadas excepciones, y que terminó de ser partido en dos con la construcción del Metropolitano por el alcalde metropolitano Luis Castañeda. Barranco ha sido y es el hogar de artistas ilustres como José María Eguren, Julio Ramón Ribeyro, Mario Vargas Llosa y Ramiro Llona; otros personajes importantes vinculados al barrio fueron el historiador José Antonio del Busto, la dirigente de Villa El Salvador María Elena Moyano, allí nacida, y los políticos Alan García y Jorge del Castillo, este último que inició su carrera en la cuestión pública como alcalde del distrito. Hoy cuenta como su más importante atracción el Museo de Arte Contemporáneo. 

La belleza del distrito es tan obvia como el descuido que padece. Su ambiente artístico y cultural, que lo identifica como el barrio más “hípster” de la ciudad, contrasta con la nula identificación con estos valores por parte de la mayoría de sus gestores municipales. “La Noche” es un bar que ha logrado crear un ambiente nocturno típicamente progresista. Hace unas décadas podías toparte allí con personajes como Paco de Lucía o Joaquín Sabina y seguramente sigue siendo un bar visitado por otros artistas internacionales que no logramos reconocer. Para estos lugares, es el ambiente creado por los mismos asistentes y no tanto la calidad del servicio la principal razón de su atractivo.

Patricia Chirinos se hallaba en compañía de Luis Aragón otro congresista quien, a pesar de tener nombre de poeta, no tiene mayor relación con los círculos bohemios y artísticos limeños. Chirinos, en cambio, sí es conocida por muchos miembros dentro de tales tertulias, ya que mucho antes de entrar a la política era una asidua visitante de la zona artística de la calle Quilca, en el Centro de Lima.

 Al ser reconocida por los asistentes, fue abucheada de manera agresiva por los asistentes, quienes exigían que se retirara del lugar. Los insultos se volvían cada vez más sonoros y violentos. En algún momento, fue lanzado un vaso de vidrio que por fortuna no causó daños. Un grupo de meseros tuvo el tino de formar un cordón frente a los dos congresistas para evitar que la agresión verbal pasara a mayores. Los congresistas decidieron retirarse a regañadientes del lugar.

Se supo de la noticia porque fue grabada desde varios ángulos y fue publicada en las redes digitales por los mismos agresores, quienes fueron aplaudidos por miles de comentaristas que apoyaban ese acto espontáneo de repudio. Las razones de ese rechazo no son, ciertamente, inexplicables. El Congreso del Perú es la institución que causa la mayor desaprobación de la población peruana y que, según varias encuestas, supera el 90%. Todo parece indicar que nunca antes nuestro parlamento ha soportado tanto repudio, por parte de todos los sectores, desde la izquierda hasta la derecha. El desprestigio de la institución parlamentaria ha sido bien ganado. Lo que hace solo dos décadas era un puesto de autoridad que merecía aún cierto respeto, hoy es visto por una apabullante mayoría como un trabajo ocupado por personas ineptas, corruptas y abusivas que han dejado ya no son representantes de sectores ideológicos o gremiales y son más bien lobistas de sus propios intereses y de pactos infames. Ya todos entendemos que las etiquetas que identifican a los parlamentarios como conservadores, liberales, socialistas o sindicalistas están completamente vacías, salvo una o dos excepciones a lo sumo. Desde que existe la política, siempre ha habido cinismo y negociaciones encubiertas porque el manejo del poder opera de esa manera. Como lo explicaba Max Weber hace más de cien años, la política es el arte de los fines, no de los principios, y por ello sentenciaba que todo aquel que se involucra en la política firma un pacto con el Diablo. No se puede juzgar a un político por la pureza en sus convicciones sino por sus logros. La gran diferencia con lo que el Perú y otros países experimentan es la pérdida de las formas, la degradación de la formación política, que exigía a quienes la ejercían el entendimiento y el uso correcto de las formas y, sobre todo, la capacidad de mostrar resultados. Muy lejanos están ya los tiempos en los que se llegaba ser diputado o senador junto con alguna destacada carrera como académico, industrial, sindicalista o líder de una corriente ideológica. Personajes como Ernesto Alayza Grundy, Róger Cáceres Velásquez, Roberto Ramírez del Villar, Javier Valle Riestra, Javier Diez Canseco, Rolando Breña Pantoja, Manuel Dammert o el mismo Enrique Chirinos Soto, padre de la congresista Patricia Chirinos, poseían caracteres y visiones distintas y con frecuencia enemistadas pero tenían no pocas características en común: una larga carrera política que los había llevado a ganarse su puesto frente a otros contrincantes dentro de su mismo partido y una amplia cultura sobre temas nacionales e internacionales ganada por cierto esfuerzo intelectual y la experiencia en innumerables viajes por el país y el mundo. Ello les permitía ser considerados representantes de un sector ideológico o social. Eran además buenos oradores y demostraban con sus gestos y su capacidad de movilizar a sus seguidores ser partes de una élite que podía ser respetada al menos por los suyos.  

Esa falta de representatividad está conectada con la percepción de que para llegar a ser congresista no se requieren mayores méritos. El anti intelectualismo y el anti elitismo, que en principio parecen ser más democráticos e inclusivos que sus contrarios, abonan en esta creencia cada vez más extendida. El ciudadano y la ciudadana de a pie ya no tiene una buena respuesta a la pregunta de por qué cierto personaje ha llegado al puesto de congresista y no él o ella misma. La carencia de ese distanciamiento impide que el político posea una mínima aura de admiración o respeto. Por tanto, sus sueldos y sus privilegios son percibidos como injustificados y sus intentos de baños de popularidad son comprendidos como falsos. Dado que dicha aura de importancia y respetabilidad son inexistentes, insultar directamente a un congresista e incluso a la presidente es mucho más fácil, ya que no hay ninguna barrera simbólica que romper. 

Por más que se insista en lo contrario, para el funcionamiento de la vida pública las formas son más importantes que los llamados “asuntos de fondo”. Por ello, el político que no comprende o se empeña en no cumplir con las formas que se esperan de él o de ella se enfrenta con mayor probabilidad al escarnio público. 

Definir si las personas que participaron del abucheo han cometido algún delito, es decir, un acto penalmente punible, corresponde al campo del derecho. En mi opinión, esta es una cuestión secundaria frente a la pregunta de si ese tipo de acoso es socialmente aceptable. Para mí (aunque sean pocos los que compartan mi idea) esta pregunta se resuelve cuestionando en qué tipo de sociedad queremos vivir, es decir, si ese tipo de acción, independientemente de que sea espontánea, independientemente de que esté propiciada por los efectos del alcohol que facilitan la ira, contribuye a una mejor convivencia. Mi respuesta es que no. Las funas, los escraches, los acosos contra las personas que repudiamos, pero también los juicios sumarios y las cancelaciones, debilitan aun más la frágil democracia que padecemos. Algunos olvidan que Piero Corvetto, jefe de la ONPE, fue acosado en un restaurante del Club Regatas por un socio convencido de que el funcionario era parte de un complot para sostener unas elecciones fraudulentas. Además ¿basta una acusación en las redes para que un docente sea separado de su institución? ¿No es necesaria una investigación y un consecuente proceso para definir si hay responsabilidad y se ha cometido un acto sancionable?

Sin duda los personajes públicos deberían ser los primeros en defender el respeto a las formas. Pero los ciudadanos también tenemos una responsabilidad, que incluye cumplir con las indicaciones de los semáforos, con las exigencias de nuestras labores, con la tolerancia a quien piensa distinto, así como no dejarse llevar por la ira. La construcción de una sociedad democrática requiere de ciudadanos capaces de contenerse, de expresar su oposición al poder mediante canales institucionales y normativos que sean más efectivos. La cancelación mutua no parece ser la reacción más sensata si se desea observar el objetivo de una convivencia propiamente política.

He expresado en múltiples ocasiones desde mis propias redes la repulsión que me causa un grupo fascistoide como “La Resistencia”. Sus lemas reaccionarios, sus gestos nacionalistas y patrioteros me resultan despreciables. En ellos resuena de manera notoria la imaginería matonesca de las SA y de los “fasci di combattimento” que florecieron en la Europa de los años 30. Las consecuencias de ese espíritu sectario, supremacista y anti social son conocidas. Nadie que posea convicciones democráticas puede desear convertirse en un espejo de tales tácticas. La ciudadanía debe prevalecer sobre la masa.

Tags:

Escrache, Funa, La Noche, Patricia Chirinos

Vengo escribiendo columnas diarias desde el año 2000, cuando era director de Correo. Con intermitencias, por renuncias o despidos, me he pronunciado cotidianamente sobre la realidad política casi veinticinco años. Y por lo general, a la hora de sentarme frente a la computadora a expresar una opinión, tenía tres o cuatro temas sobre los que escribir y debía elegir el que me parecía más interesante.

Desde hace un par de años, esa variedad electiva se ha perdido. Me paso minutos varios pensando sobre qué escribir. No encuentro tema. A pesar de lo folklórica y variopinta de la política peruana, no hay asuntos relevantes de los qué opinar.

El gobierno no despliega políticas públicas, basadas en evidencia. Gobierno en plan de supervivencia, con gazapos ministeriales contínuos (ya el periodismo de investigación se centra especialmente en contrataciones cuestionables de organismos públicos), pero es un páramo.

El Congreso es una fuente de desastres permanentes, pero se comenta una vez sobre ello y paremos de contar. No hay reformas legislativas importantes, no hay grandes debates legislativos, no hay siquiera propuestas de interés.

Los partidos políticos, a pesar de que, al parecer, van a llegar a la cincuentena para el 2026, aún preparan sus planes de gobierno -los que buenamente los van a preparar, ya que la mayoría llenará de lugares comunes sus programas gubernativos- y no entran al debate frontal de ideas. No hay grandes enfrentamientos entre la izquierda y la derecha y el debate ideológico es un desierto.

Hay que aguzar la imaginación para poder escribir diariamente sobre la política peruana y se corre el riesgo de tener que ser reiterativo sobre ciertos temas, aunque ciertamente vale la pena hacerlo hasta el cansancio sobre algunos (por ejemplo, sobre la punible irresponsabilidad de que la derecha vaya tan fragmentada al proceso electoral, o que la izquierda ha abandonado los cartabones democráticos radicalizándose cada vez más).

A seguir remando, sin embargo, con mucha paciencia, tesón y sentido de responsabilidad. Ante la ausencia de debate y polémica en nuestra paupérrima clase política, corresponde a los espacios de opinión periodísticos, trazar derroteros, abrir espacios de reflexión, encontrar con esfuerzo líneas interpretativas no tan evidentes, y apostar a que ello mejorará en algo el panorama político de acá al crucial y definitorio 2026, fecha electoral en la que el Perú se juega mucho. No se puede tirar la esponja.

Tags:

Congreso, política peruana

Antiguos integrantes de Solidaridad Nacional, excandidatos de Renovación Popular y hasta personajes del partido del teniente alcalde forman parte de la lista de personas que el alcalde ha elegido para ocupar puestos claves en la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA).

Aunque en  los últimos meses se ha vuelto común ver a Rafael López Aliaga asistiendo y protagonizando mítines políticos de su agrupación Renovación Popular con miras a las elecciones presidenciales del año 2026, el alcalde de Lima no ha olvidado su trabajo en la Municipalidad de Lima, o al menos no ha descuidado las designaciones que tenía pendientes.

En los últimos días del pasado mes de julio, mientras la atención política del país se centraba en la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso y lo que diría la presidenta Dina Boluarte en su mensaje a la Nación, en la Municipalidad de Lima se estaban firmando una serie de designaciones que resultaban más que cuestionables.

Más precisamente el jueves 25 de julio, el burgomaestre limeño firmó tres designaciones para ocupar puestos muy importantes en la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA), la cual se encarga de administrar las propiedades de la Municipalidad de Lima y la formulación y ejecución de proyectos de inversión. Sin embargo, acorde a los documentos a los que accedió Sudaca, las personas elegidas para ocupar estos cargos tendrían, casualmente, una gran cercanía al alcalde López Aliaga.

EL HIJO PRÓDIGO DE SOLIDARIDAD NACIONAL

En mayo del año 2019, la carta de renuncia de un alcalde ocupó un lugar en diversos noticieros. Se trataba de un escrito correspondiente a Luis Molina, quien por aquel entonces era alcalde del distrito de Miraflores. En esta misiva, alegando que buscaba cumplir con su compromiso con los vecinos del distrito que tenía a su cargo, Molina Arles anunciaba su renuncia irrevocable a Solidaridad Nacional, el nombre original de Renovación Popular.

Luis Molina, tal como él mismo lo señala en su carta, había tomado esta decisión debido a una noticia que por aquel entonces sacudió la política peruana y tenía que ver con los aportes que la empresa brasileña OAS habría realizado para la campaña municipal de Luis Castañeda Lossio en el año 2014.

Sin embargo, esta separación entre el exalcaldemiraflorino y López Aliaga no fue para siempre. El 25 de julio de este año, el alcalde de Lima designó a Luis Alfonso Molina Arles como presidente del directorio de la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA) y con ello quedó más claro que nunca que la renuncia sólo tuvo el carácter de irrevocable hasta que la agrupación política de Rafael López Aliaga le consiguió un nuevo puesto de trabajo.

No obstante, este no fue el reencuentro entre Molina Arles y López Aliaga. En 2023, el exalcalde de Miraflores había sido designado por el líder de Renovación Popular para encabezar la gestión del Servicio de Parques de Lima (Serpar) en lo que fue una experiencia muy cuestionada por la Contraloría General de la República.

Según información que publicó el medio Infobae, la gestión de Luis Molina en Serpar fue señalada por la Contraloría por tener funcionarios de confianza que no contaban con los requisitos necesarios para ocupar los cargos que ostentaban.

La Contraloría no sólo encontró Serpar no había acreditado que nueve funcionarios cumplan con la documentación requerida sino que la Subgerencia de Recursos Humanos emitió informes de revisión del cumplimiento del perfil e impedimentos para funcionarios que ya habían sido designados.

Al historial de Molina se le suma que en el año 2022 fue protagonista de un informe de Sudaca en el cual se relataba que varios vecinos de Miraflores habían sido querellados por el alcalde Molina debido a que habían tenido el atrevimiento de cuestionar su gestión en Miraflores y, no conforme con acusarlos de difamación, Molina Arles les exigía medio millón de soles como reparación civil.

Aunque, evidentemente, estos alarmantes antecedentes en Miraflores y en el Servicio de Parques de Lima (Serpar)no fueron lo suficientemente graves como para evitar que Rafael López Aliaga premie a Luis Molina con un nuevo cargo, esta vez en la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA).

LA CUOTA REGGIARDO

Pero la de Luis Molina no fue la única designación que se produjo el último 25 de julio en la Municipalidad de Lima. Ese mismo día, con la anuencia de Rafael López Aliaga, José Antonio Cacho Sousa de Cárdenas fue nombrado como miembro del directorio de la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA).

Aunque José Antonio Cacho Sousa de Cárdenas no es un nombre tan conocido como el de Molina, sus vínculos con quienes hoy ostentan el poder en la municipalidad son imposibles de ocultar. En 2021, José Antonio Cacho Sousafue candidato al Congreso de la mano de la agrupación política Perú Patria Segura, cuyo secretario general era Renzo Reggiardo, el actual teniente alcalde de Rafael López Aliaga.

Cabe señalar que esta no es la primera vez que un exintegrante de la agrupación política de Renzo Reggiardoobtiene un cargo gracias a la gestión de López Aliaga en la Municipalidad de Lima. Rafael Santos Normand, quien fue el candidato presidencial de Perú Patria Segura en las elecciones del 2021, ha logrado convertirse en el asesor principal de la Beneficencia de Lima Metropolitana.

“Por encargo del alcalde hemos venido a transparentar una gestión de una institución que se creó para apoyar a los más necesitados”, declaró Santos Normand sobre su llegada a la Beneficencia de Lima, aunque en sus redes sociales muestra que su tiempo está enfocado en las actividades partidarias de Renovación Popular y en las cuales se muestra dando las pautas para la formación de los nuevos cuadros políticos de esta agrupación.

CAMBIOS QUE NO CAMBIAN NADA

Por supuesto es lógico preguntarse qué ocurría con estos puestos importantes en la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima (EMILIMA) hasta antes del 25 de julio. Aunque probablemente, teniendo en cuenta los antecedentes de la gestión de Rafael López Aliaga, no cause una gran sorpresa saber que el predecesor de Luis Molina como presidente del directorio de EMILIMA fue Celso Alfredo Saavedra Sobrados, quien años atrás fue candidato a la alcaldía de La Molina por el partido del alcalde cuando todavía usaban el nombre de Solidaridad Nacional.

A ello se le suma que Saavedra Sobrados era acompañado en el directorio por Maritza Adela Gonzáles Polo, quien previamente había ocupado el cargo de gerente de Desarrollo Urbano durante la gestión de López Aliaga. Sin embargo, su paso por este puesto de trabajo no había estado libre de cuestionamientos debido a que, tal como lo señaló un informe de la Contraloría, Gonzáles Polo no contaba con especializaciones relacionadas a sus funciones.

Si bien tanto Saavedra como González no ocupan más un cargo en EMILIMA quienes han llegado para reemplazarlos no muestran un perfil muy distinto y la repartición de la Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima parece haber privilegiado, una vez más, al círculo de conocidos de Rafael López Aliaga.

Página 5 de 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
x