“Las “conquistas” en general, son parte
 de la historia viva de los migrantes”

 

Los aportes académicos de análisis social, cultural y económico de la sociedad, realizados por expertos en las ciencias sociales, son muchos y cada uno de ellos de seguro tiene mucha validez, sobre todo cuando se miran las potencialidades emprendedoras. Siempre se coincide que el Perú tiene una población que, tanto urbana como rural, representan una realidad de futuros generadores de un mercado interno fuerte y no reconocido y que muchas veces raya en la informalidad y para “otros” en la “ilegalidad”; por lo general estos análisis que menciono, siempre parten de la gran premisa de considerar en las migraciones masivas internas ocurridas en el Perú a partir de la segunda mitad del siglo XX, el inicio de esta aventura emprendedora.

Este es un detalle importante pues de ahí parten muchas aristas de investigación futura aún y que no debemos perder de vista, puesto que éste fenómeno propiamente social, como bien se sabe, genera un cambio fundamental en la sociedad peruana; y es allí donde pretendo contribuir con un análisis más, que debería ser desarrollado y que tiene que ver con las percepciones y los condicionantes culturales que se van generando a partir de estos años de movilidad social fuerte y que forjan conductas y particularidades en las generaciones posteriores a estos años.

Hace unas semanas en un artículo anterior, mencioné la gran riqueza existente en las regiones de nuestro país y con un enfoque cultural de respeto ancestral y conocimiento de técnicas, se podría generar un mercado fuerte comunal y con una positiva visión al futuro rural. En el caso urbano y centralista de una Lima global y capitales de provincia, la medición pasa, creo yo, por otro tipo de enfoque, que, siendo cultural también, se acerca más a la condicionante cultural de un mundo rural que con particularidades perceptibles, ven el mundo que les rodea desde puntos de vista distintos y con historia ancestral muy fuerte de situaciones que fortalecen y generan espíritus de lucha, resaltando la característica resiliente del hombre rural.

Las “conquistas” en general, son parte de la historia viva de los migrantes y los riesgos afrontados por el hombre andino se reflejan día a día en las ciudades, y no es el logro de haber conquistado mercados o ciudades, ese es el resultado de toda una historia detrás, que muchos autores han plasmado en textos y libros que identifican los riesgos propios de las geografías andinas que obligan al poblador a afrontar al doble las cosas. Esto es el reto diario andino al cual están acostumbrados. Clima, geografía, dispersión social, espacios, etc., elementos que son muy tratados en las ciencias sociales.

El punto es entender, que muchas veces, los grandes emprendedores en el Perú, hijos y nietos de los primeros migrantes rurales, conservan en sus mentes una historia de “conquista” diaria en el mundo urbano y por ende aquellos retos comunes de la geografía que se trasladaron a las ciudades se convierten en fuertes recuerdos de infancia llena de obstáculos y esto se revierte en el ímpetu para poder sobrellevar los ya normales avatares de una crisis económica, logrando en muchos casos vencer las trabas propias del mercado. El haber sido testigos de “la conquista del agua en sus casas”, “las pistas asfaltadas” después de duras luchas o “la llegada del alumbrado público”, no se deben descartar en importancia, al contrario, es un elemento fuerte a considerar, es una fortaleza extra muchas veces no asumidas, para el crecimiento de las llamadas “empresas populares”.

El tema de emprender, es identificar oportunidades, mirar a tu entorno y encontrar en estos detalles la fuerza para empezar una empresa, y es ahí donde radica el argumento de este artículo, no perder de vista esa historia viva del hombre rural en su aventura urbana del siglo pasado.

En este contexto, lo dicho líneas arriba tiene que ver con el enfoque y comprensión que le podemos dar al emprendedor en el Perú, considerando su espíritu resiliente, porque tener un negocio o una empresa en formación significa enfrentar muchas adversidades, muchos desafíos, y aunque no lo pensemos a priori, muchas veces, el hijo de migrantes, por lo general, esta ya preparado desde su condición cultural a enfrentarlos y no decaer en su proyectos, en sus modelos de negocios y se transforma y se adapta a los cambios.

Es ahí donde cabe la resiliencia como una característica propia de los emprendedores, y más aún como una característica innata en los emprendedores peruanos, el sentido de adaptación no es una característica comercial es una aventura diaria en la historia de la población peruana.

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Emprende, Emprendedor, Hans Behr

Desde las ciencias sociales, es bueno recalcar el valioso rol que cumple la antropología, para colaborar en el análisis y en el ejercicio de pensar siempre a nivel país.

Son muchas las definiciones que se le pueden dar a esta ciencia, al tratar de descubrir su real concepto, considerando además que la base principal y fundamental de su enfoque, cual latidos de corazón para el ser humano, es el estudio de la Cultura, que además tiene muchas, muchas definiciones e interpretaciones, entre las reales y las puramente interpretativas, y unas tantas mal interpretadas.

No es el afán, definirlas en este artículo, pero es importante, considerar qué, para este caso, podríamos hablar de la cultura y por ende de la antropología, como aquellas que nos permiten palpar aquellas particularidades de los grupos humanos que habitan las regiones de nuestro país.

Y es ahí, donde se abre el debate. Estas particularidades que se transforman en características diferenciadas por región, se convierten en fortalezas que muchas veces perdemos de vista.

Y entendido desde el punto de vista cultural, es muy importante que ya sea tiempo de considerar estas fortalezas de los pueblos, comunidades y grupos culturales para beneficio de ellos mismos y que permitan abrir una ventana mas para su tan bien deseado desarrollo autosostenido y se puedan plasmar asociaciones que lleven adelante proyectos de negocios que tengan como base fundamental su particularidad cultural y por ende aquellos saberes ancestrales que muchas veces son dejados de lado y alimentan un bajo porcentaje en las estadísticas. Dándole relevancia a lo que el folklore netamente comercial descubre.

Pero es el mismo sector andino o amazónico donde la antropología puede ayudar a redescubrir y agregarle el verdadero valor no solo a los recursos naturales aprovechables de cada región sino al manejo ancestral de ellos, que van desde el aspecto gastronómico hasta el medicinal, pasando por un sin número de características aprovechables y que parten de los mismos espacios geográficos de donde se desarrollan estas poblaciones y cuya cultura debe potenciarse.

Entonces, sería más sostenida y firme la mirada al mercado que obliga a una adaptación y no a la adopción de los productos a comercializar, todo esto con miras a ubicarse, repito, en un mercado que puede dar resultados.

Se afirma que la globalización de la economía y los avances de la tecnología, son fenómenos que en los últimos años están marcando una nueva tendencia en el entorno productivo en el que los trabajadores independientes autónomos consolidan un creciente protagonismo y, a la vez, ocupan espacios hasta hace poco reservados al trabajo dependiente, si a esto se le suma el aumento de la población joven que demanda empleo cada año, se reafirma la necesidad y el hecho que darle sostenibilidad a iniciativas individuales y/o comunales que se sostengan en un fuerte componente cultural es muy importante.

No digo que no haya prácticas comerciales y hasta empresariales, que se generen de esta base ancestral de los recursos naturales, pero es importante que se masifiquen a nivel de las poblaciones y las comunidades, generando un nuevo y diferenciado mercado interno  que de una vez por todas sea un reto para cada población que aun se siente discriminada por el mercado occidental. Y además que sean los jóvenes, los que demandan empleo quienes  descubran el verdadero potencial que la cultura misma de adaptación al entorno les brinda.

Entonces, es muy importante, generar estos espacios de fortalecimiento, recuperación y apuesta que permitan el desarrollo económico de las poblaciones con un gran componente cultural, dando paso a la construcción de empresas comunales, en diversos rubros que sumen a los que ya se tienen.

Es una manera de hacer frente a una crisis que es inminente recibiendo aquellas herramientas de trabajo que van a la par de las necesidades que la coyuntura exige permitiendo su aceptación en el mercado.

Desde la experiencia, se puede afirmar que el potencial de recursos y el manejo de ellos desde el punto de vista ancestral, llámese también cultural, se convierte en un poderoso instrumento de desarrollo de aquellas poblaciones que con sus comunidades pueden encontrar el camino del gran desarrollo deseado. Y podemos comenzar a hablar de un verdadero y muy venturoso camino hacia los emprendimientos comunales.

Se abre el debate.

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Empresa Comunal, Hans Behr, Saberes ancestrales

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del año 2019, señala que el grupo etario de 18 a 29 de la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada, es del 21.13% que son los que participan en el mercado laboral como trabajadores independientes. El 64.8 % son trabajadores asalariados (obreros, empleados y practicantes), el 10.97% son trabajadores asalariados no remunerados y el 1.45 % son empleadores o patronos, mientras 1.66 % son trabajadores del hogar. En los últimos casi 15 meses la PEA ocupada en sus diferentes categorías se ha visto afectadas cuarentenas establecidas para enfrentar la pandemia del COVID-19; y también por situaciones económicas propias de esta coyuntura. Esto pone como resultado que gran parte de los empleos de trabajadores independientes se redujo casi casi a cero.

En este contexto, observamos que se ha dado un impacto desigual en las categorías de ocupación de la (PEA) Ocupada (72,5% según el último Censo del INEI, 2017), perjudicando en mayor grado a los trabajadores independientes llamados informales, que debido a la paralización económica han reducido sus ingresos afectando su ya deteriorada calidad de vida.

Ante esta situación, el escenario se presentó y se presenta desolador para nuestro país, y se va incrementando el inicio de estrategias de subsistencia por parte de las familias y también de los jóvenes, generándose el autoempleo en todas sus manifestaciones, y sumando un alto porcentaje de trabajadores independientes informales (autónomo o trabajador por cuenta propia) y que son más vulnerables a las situaciones de pobreza, y sobre todo en este contexto de crisis que estamos viviendo producto de la pandemia mundial COVID-19.

Es necesario entonces entrar al análisis profundo y serio de esta realidad innegable y necesaria como modelo de subsistencia y buscar fortalecer o recuperar aquellas iniciativas que permitan y reactivar la situación laboral.

Pienso que no es suficiente (pero no es menos importante), capacitar o proponer políticas que apunten al trabajo dependiente como cuando capacitas para reinsertar laboralmente a la población y sobre todo aquella se encuentra el rango de las dos o tres décadas en edad, ya que la demanda siempre va estar por encima de la oferta laboral;

Es por eso, que considero muy necesario buscar las formas de construir espacios de fortalecimiento, recuperación y apuesta por un resurgimiento económico que no le dé la espalda al tema del autoempleo, que, como una necesidad, podría permitir la consolidación y sostenibilidad de las personas que buscan individualmente hacer frente a una crisis que es inminente.

El autoempleo muchas veces y casi todas, se va a dar por necesidad extrema, sin embargo, es labor de las instituciones, evaluar éstas situaciones extremas y convertirlas en oportunidades de crecimiento y desarrollo  en todos los ámbitos, ya sea rural o urbano. Muchas experiencias rurales con categorías de autoempleos pasan por la oportunidad de desarrollos autosostenidos muy importantes. Ni que decir de las experiencias urbanas, estrategias utilizadas para subsistir, creando oportunidades de desarrollo y crecimiento parejo, es por eso muy necesario el apoyo del Estado, creando los espacios para fortalecer de alguna forma el mercado interno.

Fortalecer las habilidades y capacidades del autoempleado, va a permitir, en un buen porcentaje, mirar la necesidad y convertirla en una oportunidad. La informalidad dejará de serlo si sumado a esto, se dan las condiciones de apoyo a la generación de futuros emprendimientos serios y sostenibles, dándole la categoría real a este sustantivo, tan utilizado en todos lados.

HANS BEHR LESCANO
ANTROPÓLOGO

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Autoempleo, Oportunidades
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