Jaime Villanueva - Sudaca.pe

Pelotudeces Democráticas

Desde su fundación en Grecia, hace más de 2500 años, la democracia ha sido el mejor sistema de gobierno posible. Sólo en él se ha podido garantizar la libertad de los ciudadanos que la integran. Por eso, es siempre abierta y perfectible, porque está sometida a la crítica racional de los ciudadanos

Por eso, son muy preocupantes las declaraciones del congresista electo Guillermo Bermejo. Nos alerta sobre las reales intenciones del partido, que hoy representa Pedro Castillo, de quedarse de manera indefinida en el poder. Parece que el señor Bermejo y sus partidarios no tienen la mínima noción de lo que implica la democracia y quieren para el Perú una tiranía que restrinja la libertad de los ciudadanos con la justificación de estar viviendo un “proceso revolucionario”. En el país ya sabemos lo que eso significa, a saber, muerte, miseria, destrucción. Las anteojeras filosenderistas por la que Bermejo y Castillo ven la realidad nacional no les permite percatarse que la gran mayoría de peruanos no estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad. Toda tiranía autocrática sea de derecha o de izquierda es igualmente maligna y despreciable.

La democracia implica desde siempre el imperio de la ley y no de la arbitrariedad de una persona (el tirano). Como nos enseñó Perícles: “Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias (…) Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes, en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una injusticia”. Respeto de la ley, defensa de la libertad y alternancia en el poder son los pilares sobre los que siempre se ha sostenido la democracia.

El paso del estado de naturaleza al estado civil supone que en el primero hay una ausencia de derecho o un derecho sólo provisional, es el reino del más fuerte. El Estado civil o de derecho, en cambio, implica que las instituciones, bajo procedimientos estrictamente normados, son las que hacen valer los derechos de los ciudadanos. Por eso, es falso o de una muy pobre comprensión, sostener que la democracia es sólo la democracia burguesa o neoliberal. Si en algo deberían coincidir izquierda y derecha es en que la democracia es el único sistema de gobierno conocido que permite la libre elección de los gobernantes.

Lamentablemente, en lo que coinciden las dos candidaturas que hoy se disputan el gobierno es en su arraigada vocación antidemocrática. La de Castillo es la crónica de una dictadura anunciada y la de Fujimori entraña el peligro de que termine tomando el control de las instituciones para garantizar su impunidad y la de sus cómplices. Así lo muestran sus constantes acciones por dilatar y obstruir el proceso que se le sigue. En lugar de pedir se señale fecha y hora para el inicio del control de acusación, por ejemplo, torpemente su defensa recusa al juez de la causa, dilata, obstruye, hechos que sólo generan sospechas de lo que sería capaz de hacer de llegar al poder.

Respecto de Castillo, ya sabemos lo que piensan él, su jefe Cerrón y su congresista electo y acusado de terrorismo, Guillermo Bermejo, sobre la democracia. Los hemos escuchado decir con todo desparpajo que quieren implantar un proyecto totalitario en el Perú. Por eso, el candidato no ha sido capaz de deslindar enérgicamente de lo que él verdaderamente cree y piensa. Sin embargo, lo que sorprende es el silencio y la actitud de Verónika Mendoza y la izquierda democrática que ella representa. No es posible que por un mendrugo de poder hipoteque un proyecto democrático de izquierda y sus principios, a menos que en el fondo también crea lo mismo que pregonan Castillo y Perú Libre. Su apoyo debe ir más allá del oportunismo y exigir claridad en la defensa de la democracia y la libertad. No debemos caer en la trampa de los estados totalitarios donde la libertad es suprimida en nombre de la libertad.

El peligro al que nos enfrentamos es enorme porque la democracia no es un pelotudez como piensa Bermejo. La democracia es lo que hace posible la vida civilizada y el respeto a la libertad, por lo que se encuentra más allá de un modelo económico y político. Lo que nos toca como ciudadanos es defender la democracia y nuestra libertad de la amenaza autoritaria que como una espada de Damocles se ceñirá sobre nuestras cabezas sea quien sea el que gane en las próximas elecciones.

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Democracia, Elecciones 2021, Guillermo Bermejo

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