La libertad del exdictador también ha generado reacciones entre sus más íntimos partidarios y abre un debate sobre el dominio absoluto de Keiko Fujimori en Fuerza Popular. “La imagen del presidente Fujimori es algo que orienta al partido y al fujimorismo. Su libertad es una especie de fuerza nueva que pueda nutrir al fujimorismo”, dice a Sudaca Ricardo Rivera Romero, uno de los hombres de mayor confianza del exdictador y excandidato al Congreso por Fuerza Popular. Rivera colaboró con el libro de memorias de Fujimori “La palabra del Chino. El Intruso”.
Una fuente cercana al exmandatario, de los llamados “albertistas”, dice que la libertad de Fujimori debe suponer un debate sobre si es conveniente o no que siga Keiko Fujimori como lideresa de Fuerza Popular ante sus fracasos electorales. “Alberto Fujimori no se va a enfrentar a su hija y va a estar enfocado en cuidar su salud. Pero los seguidores del expresidente deben aprovechar la ocasión para exigir cambios, porque el fujimorismo muere con Alberto Fujimori”, dice la fuente.
Keiko Fujimori rompió políticamente con su padre en las elecciones del 2016 y no quiso reivindicarlo, borrando del partido a figuras identificadas con el patriarca. La apuesta no le resultó, pues perdió en segunda vuelta con Pedro Pablo Kuczynski. En los comicios del 2021, la lideresa de Fuerza Popular cambió de estrategia y se reconcilió con la vieja guardia fujimorista por mediación del expresidente, según pudo conocer Sudaca. La elección resultó otro fracaso.
Tras perder en el balotaje, el fujimorismo se rehusó a hacer una autocrítica sobre su desempeño electoral y encubrió el fracaso con falsas denuncias de fraude. “Keiko maneja a una cúpula cerrada. Ella no va a querer ceder espacios. Pero es hora de ver otras alternativas”, dice una fuente cercana al exgobernante, cuya liberación traerá cola, sin dudas.
Fotoportada: Darlen Leonardo