Covid-19

Un imprevisto puede cambiar el curso de los acontecimientos electorales. Ha ocurrido en otras elecciones. Una denuncia periodística, por más feble que sea, si es escandalosa causa daño (la denuncia de Cuarto Poder le quitó el triunfo a Keiko el 2016); un error inaparente (el chicharrón de Barnechea); una frase infeliz (“nosotros matamos menos”); etc.

Aun estamos a tiempo de que algo así ocurra. Ambos candidatos, Pedro Castillo y Keiko Fujimori, tienen pasivos enormes y flancos débiles que en cualquier momento pueden detonar y generar daño estructural en sus respectivas campañas.

Pero hay un hecho fortuito, ajenos a las veleidades políticas, que merece atención y que sería bueno acometer: evitar la posibilidad de que cualquiera de ellos se contagie de Covid. Si eso ocurriese, el afectado perdería la elección porque tendría que suspender el resto de su campaña y proyectaría, además, una imagen de fragilidad absolutamente contraria a la investidura presidencial que pretende, y viciaría de ilegitimidad el proceso.

El gobierno y el Ministerio de Salud en particular debieran preocuparse en vacunar a ambos candidatos en el término de la hora. La vacuna Pfizer, además, que es la que el Perú tiene, protege hasta en un 80% desde la primera dosis. Acotaría enormemente que alguno de los candidatos corra ese riesgo.

Así como el presidente Sagasti se ha vacunado, como correspondía, es recomendable que cualquiera de los llamados a ocupar el sillón palaciego desde el 28 de julio del bicentenario, lo pueda hacer en justicia de competencia, sin que el virus termine por sacarlo de la carrera.

Ambos están permanentemente expuestos al contagio por el solo hecho de viajar y juntarse con gente que se les acerca y los toca (y lo último a lo que deberíamos aspirar es a que las elecciones del bicentenario terminen definiéndose de modo virtual).

Ello, por lo demás, no generaría ningún rechazo de la población, no sería visto como un privilegio, sino como un acto de justicia, de razón de Estado. Ojalá haya una reacción rápida de las autoridades sanitarias. Merecemos una contienda equitativa hasta el final y que las cruciales elecciones que tenemos en curso no se vean manchadas por un hecho sanitario lamentable e indeseable.

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Covid-19, Elecciones 2021, Vacunación

Con la pandemia, la obligación de contar con un Plan de Vigilancia, Prevención y Control del Covid-19 es la principal condición para tener labores presenciales. Además, las inspecciones de trabajo exigen cumplir también con las medidas de seguridad y salud regulares.

 

Dependiendo la actividad económica a realizar y las condiciones de cada trabajador, los centros de labores están obligados a cumplir con nuevas obligaciones de seguridad y salud durante la pandemia. En el caso de las empresas que tengan labores presenciales, contar con un Plan de Vigilancia, Prevención y Control del Covid-19, y cumplirlo es lo principal.

“Es algo que se ha exigido ya hace algún tiempo para que las empresas puedan operar de manera presencial. Básicamente, se está verificando que las empresas tengan un plan COVID-19 y que lo cumplan. Cuando Sunafil hace la inspección, fiscaliza el plan de COVID-19 y también las obligaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo”, comenta César Puntriano, socio principal del área de Derecho Laboral y Seguridad Social del Estudio Muñiz.

Estos planes incluyen medidas de higiene, distanciamiento en el centro de labores, pero también debe servir para identificar a los trabajadores comprendidos dentro del grupo de riesgo definido por el Ministerio de Salud (Minsa).

“Por ejemplo, un obrero que trabaje en una labor industrial considerada como de riesgo, pero que no tiene contacto cercano con otras personas, probablemente no sea de riesgo ante COVID-19, pero sí para riesgos ocupacionales y accidentes de trabajo”, precisa el especialista.

Obligaciones y trabajo remoto

Cabe indicar que, cuando se trata de un trabajador considerado como población de riesgo, las normas indican que la persona realice trabajo remoto o que reciba una licencia con goce de haber. Si el trabajador insiste en hacer labores presenciales, el empleador puede optar por una declaración jurada que le exonere de responsabilidades ante un eventual contagio.

En el caso de los trabajadores que se encuentran en trabajo remoto, las responsabilidades del empleador son más acotadas, aunque existen cambios legislativos en curso.

“Por las normas establecidas, el empleador está obligado a dar recomendaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo (en trabajo remoto). Desde casa, el empleador podría dar recomendaciones en cuanto a temas de ergonomía. Sin embargo, hace poco el Congreso aprobó un Proyecto de Ley por insistencia que establece que el empleador tiene que hacer la vigilancia epidemiológica para todos sus trabajadores”, advierte.

Se trata del Proyecto de Ley 5474/2020, que propone garantizar el bienestar de los trabajadores, indistintamente del régimen laboral que tengan o de la modalidad (presencial o remota), para que el empleador asuma el costo de los equipos de protección personal y el costo de las pruebas de tamizaje necesarias.

Si el proyecto se publica, estas disposiciones se sumarán a las existentes en materia de seguridad y salud en el trabajo, que han sido las fiscalizaciones más recurrentes por la coyuntura. Sin embargo, Puntriano observa que también se van a dar inspecciones en cumplimiento de beneficios sociales, particularmente en este mes, cuando se realizan los pagos de Compensación por Tiempo de Servicios (CTS).

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Covid-19, sanciones laborales, Teletrabajo

“La semana que viene vamos a iniciar una campaña para ver si nos donan una planta de oxígeno”, cuenta Percy Huamaní, presidente del cuerpo médico del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador (HEVES), uno de los hospitales más grandes de Lima Sur con alrededor de 200 camas de hospitalización. “Se estima que habrá una nueva ola en cualquier momento, entonces nosotros igual necesitamos una planta”, afirma.

 

Sin que el cuerpo médico lo supiera, en diciembre pasado este hospital rechazó una planta de oxígeno que la cementera privada Unacem intentó donar a la Dirección de Redes Integradas de Salud de Lima Sur. ¿Sus argumentos? Que su demanda de oxígeno superaba a la de la planta ofrecida por la cementera y que tenían previsto recibir una idónea vía un convenio del Ministerio de Salud (Minsa) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

El acuerdo establecía que la UNI entregaría 47 plantas de oxígeno a 46 hospitales. Pero el proyecto fracasó, como explicó Sudaca en marzo pasado, y se resolvió por incumplimiento en el plazo de entrega.

A la fecha, el HEVES no ha recibido la planta y continúa dependiendo de proveedores privados externos. En total son 29 hospitales que están en la misma situación y 9 de ellos han sido omitidos en un nuevo proyecto para cerrar la brecha del oxígeno, como veremos más adelante. Sus pacientes son los más perjudicados. Es abril, hasta ahora, el mes más mortal de la pandemia. El Sinadef —una mejor referencia que las cifras oficiales— ha contabilizado en promedio un exceso de 900 muertes diarias. Lima Metropolitana concentró la mitad de los decesos.

En el Hospital Regional Docente de Trujillo, por ejemplo, las escenas son de desesperación. Lo muestra la periodista Silvia Yupanqui en un video: un hombre llora y samaquea a otro que acaba de fallecer en el asiento trasero de un auto negro a las afueras del centro de salud. La falta de oxígeno fue la causa.

En otro momento, una mujer, familiar de una persona que necesita atención, dice a un trabajador del hospital: “Por favor solamente que lo dejen entrar, que lo chequeen. (…) Ahorita está con 70 de saturación, ya no está respirando bien».

Otra señora intenta reclamarle a los funcionarios del centro de salud: «Toda la noche he estado buscando oxígeno. Por oxígeno es que lo traemos acá, para que lo puedan ayudar. (…) Me he ido hasta a Otuzco a buscar y no hay, no hay oxígeno». La mujer hace referencia al Hospital de Apoyo (de Otuzco) ‘Elipidio Berovides Perez’, que es otro de los 29 nosocomios que quedaron a la espera de una planta del convenio con la UNI.

«Estamos así aproximadamente hace tres semanas», cuenta a Sudaca el decano del Colegio Médico de La Libertad, Wilmar Gutiérrez, y precisa que el problema del número de camas se suma al del oxígeno. «No hay ni dónde sentarlos ni acostarlos, y ni hablar de las camas UCI». Su institución advirtió hace unos días que las muertes no contabilizadas en domicilios iban en notorio aumento, sumando alrededor de 20 diarias.

El Hospital de Apoyo de Caraz, en Áncash, es otro de los centros de salud a los que el Minsa les quedó debiendo una planta de oxígeno. Según Augusto Tarazona, presidente del comité de salud pública del Colegio Médico del Perú, tanto las hospitalizaciones como las muertes se han “incrementado terriblemente” en las últimas ocho semanas en el hospital, en gran parte por falta de oxígeno.

“Constantemente viene acabándose el oxígeno. La dificultad es que las empresas proveedoras en las últimas semanas no están abasteciendo por completo, solo una tercera o cuarta parte de lo que se les pide. Entonces eso genera una necesidad de independencia de producción de oxígeno”, explica el médico.

Tarazona comenta que la UNI les había indicado a inicios de marzo que la planta ya estaba lista para ser instalada. “No obstante, como ya se había anunciado la anulación del contrato, ha quedado en stand by. Y se da la situación actual de que la gente se está muriendo por falta de oxígeno», señala. Tanto Ancash como La libertad están entre las seis regiones donde el coronavirus ha alcanzado mayor nivel de letalidad, según el Minsa.

Minsa: nuevamente los muertos antes que las plantas

El pasado 5 de marzo, luego de que el Ministerio de Salud lanzara el ultimátum público a la UNI para la entrega de las 47 plantas, la universidad se comprometió entregar 18 de estas (menos del 40% del total original) e inició un proceso de conciliación con la cartera de salud, específicamente con el Viceministerio de Prestaciones y Aseguramiento en Salud, a cargo de Bernardo Ostos.

A la fecha, la entrega de las 18 plantas ha concluido. Sudaca consultó al viceministerio cuáles fueron los acuerdos finales de la conciliación, pero no obtuvo respuesta.

El mismo 5 de marzo, sin embargo, el ministro de salud Óscar Ugarte anunció en el Congreso que para suplir las plantas faltantes se haría una importación rápida de plantas de oxígeno medicinal a través del Proyecto Especial Legado, una institución pública adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones y creada originalmente para darle sostenibilidad al legado de los XVIII Juegos Panamericanos y Sextos Juegos Parapanamericanos Lima 2019.

Sin embargo, Legado recibió formalmente el encargo recién a inicios de abril a través del Decreto de Urgencia 036-2021. Sudaca consultó al Minsa por qué tardaron casi un mes en asignarle la responsabilidad en medio de un contexto de muertes en aumento, pero nuevamente no obtuvimos respuesta.

¿Qué ocurrió entonces con los 29 hospitales que quedaron en el aire luego de la resolución del convenio? Se trata de hospitales de La Libertad, Lambayeque, Piura, Áncash, Lima Región, Junín, que están entre las 10 regiones donde el Covid-19 ha alcanzado mayor letalidad, según la Sala Situacional del Minsa. Así como hospitales de Ucayali, San Martín, Ayacucho, Huancavelica, Madre de Dios, Pasco, Puno y Cusco.

Ranking de la muerte: proporción de fallecidos del total de infectados con Covid-19. Diseño: Leyla López.

Estos nosocomios siguen esperando por las plantas de oxígeno y el plazo de espera que les han dado es de 4 a 12 semanas. Veamos por qué.

El 22 de marzo, la Defensoría del Pueblo envió al Minsa un oficio (ver documento) preguntando, además de la fecha de entrega, qué se había hecho hasta el momento para lograr la adquisición de dichas plantas de oxígeno y para cubrir la demanda de los 29 hospitales hasta que las plantas estuviesen operativas en ellos.

El viceministro Ostos se tomó casi un mes para contestar, el pasado 20 de abril (ver documento). Adjunta a su respuesta, enviaba la del titular de la DGOS (Dirección General de Operaciones en Salud), Edward Cruz. La escueta nota informativa N° 593-2021-DGOS/MINSA solo precisaba que la DGOS 1) había gestionado y participado en el decreto de urgencia que daba un nuevo marco normativo para la dotación de oxígeno, 2) que las plantas de oxígeno pendientes serían entregadas por el Proyecto Especial Legado en un plazo estimado de 10 a 12 semanas, y 3) que CENARES era el responsable sobre el abastecimiento del oxígeno medicinal a dichos hospitales.

Sudaca se comunicó con el área de prensa del Proyecto Especial Legado y obtuvo detalles importantes sobre el trabajo encargado (ver respuesta). Según su director, Alberto Valenzuela, el Minsa le solicitó buscar 20 plantas para el mismo número de nosocomios. Solo 20 de los 29 hospitales.

¿Por qué dejar fuera 9 hospitales que vienen esperando por las plantas desde el año anterior?». Es el Ministerio de Salud quien debe responder la consulta», se limitaron a decir desde el Proyecto Especial Legado. Al cursar la pregunta, Sudaca no recibió respuesta de la cartera de salud. Entre aquellos excluidos por el Minsa del plan de Legado está el Hospital de Emergencias de Villa El Salvador. Ese cuyo cuerpo médico está ideando una campaña para conseguir una planta de oxígeno donada, después de haber rechazado una porque confiaban en la UNI.

La espera continúa para 20 hospitales, otros 9 quedaron fuera del plan asignado al Proyecto Especial Legado. Diseño: Leyla López.

El Proyecto Especial Legado, por su parte, incrementó en varios casos la capacidad de producción de las plantas que buscarían para cumplir con el encargo. Adicionarían al plan, estaciones de llenado de cilindros de oxígeno en varias regiones. «Con ello hemos logrado aumentar la oferta de oxígeno de 30 toneladas por día [de las plantas de la UNI] a 66», señala Valenzuela.

Lo malo es que nuevamente no sabemos qué llegará primero: si la tercera ola o las plantas. Legado se encuentra actualmente en una fase de estudio de mercado, buscando proveedores internacionales, y calcula que entre 4 a 12 semanas culminará la instalación progresiva de las 20 plantas. Una espera que puede ser mortal.

Fotocomposición de portada por Leyla López.

 

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Coronavirus, Covid-19, Ministerio de Salud, Minsa, Oxígeno, Proyecto Especial Legado, UNI

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 119: Keiko pide que Castillo no se corra del debate. Este propone debatir en Puña, Cajamarca. La segunda tiene un exceso de muertes de 900 al día. ¿Y se vienen más audios de Hinostroza?

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Covid-19, Regiones

“Sí, era frustrante y preocupante”, confiesa Luis Altamirano (26) desde Santiago de Surco, en Lima. A su abuela, María del Consuelo Calderón, de 91 años, no pudieron decirle con anticipación que la iban a llevar a vacunarse. Solo lo hicieron una vez que estaban fuera de la casa, antes de emprender camino al Polideportivo de San Borja. Era el jueves 25 de marzo. Sabían que al enterarse lo primero que preguntaría sería si su esposo, tres años mayor que ella, también recibiría la vacuna. Pero él aún no contaba con fecha para su primera dosis. Entonces a María del Consuelo no le dijeron nada antes de salir de la casa “para que el abuelo no se haga la expectativa y para que la abuela no se cuestione ni le entre la culpa”, explica Altamirano.

 

Los esposos son afiliados a EsSalud y sus familiares habían actualizado sus datos en la plataforma ‘EsSalud Te Cuida’ días antes, pero la buena noticia no llegó por igual. “Mi abuelo, epidemiológicamente, por la edad (94 años), es la prioridad. (…) Yo creo que ha sido un error en el criterio de uso de bases de datos”, dice Luis.

A diciembre pasado, sumaban 172.066 los afiliados a EsSalud mayores de 85 años a nivel nacional, según data estadística publicada en su sitio web. El 59% (100.387) se encuentra en Lima y Callao. A este grupo etario estuvo dirigido el primer llamado vacunatorio del seguro.

Si bien el primer criterio de selección fue la edad, uno complementario fue el último dígito del DNI. Con ambos hubo fallas reportadas por distintos ciudadanos en redes sociales. En el caso de Luis Altamirano, el DNI de su abuelo (94 años) terminaba en 3, y el de su abuela (91 años) en 9. Es decir, tanto por el criterio de la edad como por el del último dígito del DNI, él debió vacunarse antes, o ser incluido a la par por lo menos.

¿Por qué hubo esta clase de inconsistencias?

Desde el área de prensa de Essalud responden a Sudaca que efectivamente se hicieron padrones según el último dígito del DNI y reconocen que sí hubo adultos mayores que se quedaron fuera. Buscaron subsanar los padrones y no emitieron una comunicación oficial al respecto por considerarlos hechos aislados. Intentaron solucionar los casos conforme tenían noticias de ellos, explican.

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Originalmente, EsSalud planeaba inmunizar a todos sus asegurados conforme le fuesen entregando las vacunas, así lo confirmó su presidenta ejecutiva Fiorella Molinellien una actividad pública del 25 de marzo. De hecho, a inicios de ese mes, en su plataforma ‘EsSalud Te Cuida’ habían solicitado la actualización de datos de aquellos asegurados de 60 años a más, de acuerdo a un cronograma que luego tuvo que arrojarse a la basura ante la implementación del nuevo plan.

A lo largo de marzo, llegaron al Perú 367.380 dosis de la compañía Pfizer, de acuerdo a datos del Minsa. Solo fueron entregadas dosis para 50.310 asegurados de EsSalud. Sin embargo, la limitada disponibilidad de vacunas no explica los errores en el orden de la administración de las dosis.

“Si yo no tengo un buen padrón, donde estén todas las personas que merecen ser vacunadas [y] si en base a ese padrón, no calculo bien las vacunas, van a haber fallas”, sostiene Alberto Huerta, jefe de la oficina de Lima de la Defensoría del Pueblo.

Entre fines de marzo e inicios de abril, los 50.310 asegurados que habían recibido su primera dosis, fueron programados para la segunda. Un nuevo listado fue publicado, uno que varios de los erróneamente excluidos miraron con esperanzas. Luis Altamirano lo revisó de inicio a fin varias veces en busca del nombre de su abuelo sin encontrarlo por ningún lado. La espera seguía para su familia.

Otras 800.280 dosis de Pfizer están ingresando progresivamente al país este mes. Con la seguridad de una fluida llegada de vacunas, un anuncio esperanzador surgió el martes 6 de abril: un nuevo plan de vacunación sería puesto en marcha bajo la batuta única del Ministerio de Salud. Este incluiría a los adultos mayores de 85 años faltantes, así como en general a los mayores de 80. Se trata del Plan Nacional Actualizado de Vacunación contra la Covid-19, que tendría un criterio geográfico o de “territorialidad” como eje.

A diferencia del anterior plan que solo había aplicado este criterio en San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres, distritos limeños gravemente afectados por la pandemia, y que daba la impresión de tener a los afiliados a EsSalud como prioridad; esta nueva estrategia busca llegar con el mismo criterio de universalidad a todo el país.

“El Ministerio de Salud debería tener un buen padrón y suficiente cantidad de vacunas para este. Si no, cualquier estrategia, sea la de EsSalud por criterio de condición de la persona (si es asegurado o no y la edad), o sea la de territorialidad como es ahora, va a fallar”, subraya Huerta. “Ese padrón tiene que no ser cerrado, sino abierto a las evaluaciones u observaciones que se le puede hacer”, agrega.

“Queremos corregir todas las dificultades y debilidades que hemos tenido en esta primera experiencia y es nuestra meta llegar de una manera más eficiente a la población peruana”, dijo Gabriela Jiménez, directora de Inmunizaciones del Minsa, al cierre de una entrevista con RPP, a propósito del anuncio.

Una semana después se hizo pública la nueva programación de vacunación para adultos mayores, que tiene como base el nuevo Padrón Nacional de Vacunación Universal contra la COVID-19. “Recién hoy (martes 13 de abril) hemos visto que [mi abuelo] aparece en el nuevo padrón”, cuenta Luis Altamirano. Su primera dosis está programada para el 23 de abril.

El sábado último fue el segundo día de vacunación en Lima bajo el nuevo plan del Ministerio de Salud. Parecía que la esperanza iba ganando terreno en la capital. “Todo está en orden. Yo decía: ahora va a ser una cola interminable, (…) pero ha sido lo más rápido posible, sin aglomeraciones”, cuenta Teofila De la Cruz (83 años), asegurada de EsSalud, a la salida de la Villa Deportiva Nacional (Videna). La acompañaba su hijo, quien verificó la programación de su vacuna en la plataforma Pongo el hombro.

Teófila De la Cruz
El alivio de tener a salvo a tus seres más queridos. Es la sensación del hijo de Teófila De la Cruz (83 años) a la salida del vacunatorio en la Videna. Foto: Luisa García.

Pero también se encontraron críticas. “Mi mamá tiene 83 años y está inscrita en Padomi (el programa de atención domiciliaria de EsSalud). Ella sufre de Alzheimer, está postrada, no camina, no habla, está perdida en su mundo (…). Ha salido en el padrón de acá y he venido a hacer cola para que no se exponga porque es una persona demasiado vulnerable. Veo que no hay cola, (…) y mi hijo es quien la va a traer ahora porque él es quien la carga”, cuenta Martina Santiago.

Desde EsSalud señalan que sí se avanzó con la vacunación de los inscritos en el Padomi en sus respectivos domicilios, pero que no pudieron llegar a todos por falta de dosis. “Yo creo que deben tener criterio para hacer las cosas, no a lo loco, no es así”, añade Santiago en referencia a que hubiera preferido que su madre, María Gutiérrez, fuese inoculada en su casa y no tener que sacarla de allí.

Otras observaciones fueron hechas por la Defensoría del Pueblo en estos tres primeros días de vacunación en Lima. Primero, la falta de información detallada y clara para el adulto mayor (sin depender del acceso a internet), por ejemplo, sobre las puertas de ingreso a los centros vacunatorios. A esto se suma una escasa capacidad de la central de información del Minsa, la línea 113.

Por otro lado, la Defensoría critica un insuficiente número de sillas de ruedas, en tanto varios de los adultos mayores podrían tener algún tipo de discapacidad para desplazarse. Esto se evidenció sobre todo en el Campo de Marte. «Con las sillas estáticas nosotros observábamos que se paraban y se sentaban [repetitivamente], entonces mejor contar con una gran capacidad de sillas de ruedas”, apunta Alberto Huerta.

Deficiencias como la falta de rampas en el caso de El Real Felipe fueron subsanadas, así como la implementación de toldos para procurar mayores zonas de sombra en distintos centros vacunatorios.

Sin embargo, el alivio de la vacuna aún no llega al interior del país. En Lima provincias, por ejemplo, aún los adultos mayores siguen esperando por una fecha. “Mi abuelita (90) y mi tío (92) que viven en Huaral aún no se vacunan y así como ellos ninguno de los adultos mayores de la provincia. ¿Cuándo los empezarán a programar?”, tuiteó la periodista Alejandra Garboza el pasado jueves.

“Acá en Ica aún no ha empezado. Ni tenemos conocimiento de cuándo empezaría. (…) Obviamente se está organizando los puntos de vacunación y en ello estamos coordinando con la Dirección Regional de Salud para apoyar”, dice a Sudaca Julio Torres, decano del Colegio Médico de Ica.

Su homóloga en Huánuco, Darly Del Carpio, confirmó la misma situación en el que fuera el epicentro de la segunda ola del Covid-19 entre diciembre y febrero. “Nosotros hemos pedido que se acelere”, dijo y contó que no han dejado de tener ocupadas todas las camas UCI. “En marzo bajó un poco y se podía liberar alguna cama UCI, pero era ocupada a las pocas horas”. En su región, además, el Instituto Nacional de Salud confirmó la presencia de la variante brasileña en febrero.

Hasta el momento, son solo seis las regiones priorizadas para la vacunación de los adultos mayores: Loreto, La Libertad, Cajamarca, San Martín, Cusco y Arequipa. La fecha exacta en que se comenzaría a vacunar en las otras regiones se empezaría a definir hoy lunes en una reunión programada entre funcionarios del Minsa y de las direcciones regionales de salud. El punto crítico sería asegurar la logística para la adecuada conservación de las vacunas hasta su aplicación. Esa es una carrera contra el tiempo.

“Mi abuela falleció ayer. Las vacunas que llegaban a Lambayeque a inicios de abril, siguen sin aparecer”, reportó ayer en Twitter el periodista Marco Zanelli. Y es que esa es la preocupación: que en la espera de un día más pueda producirse el contagio.

 

Fotocomposición de portada por Leyla López. Imágenes: Pixabay.

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Covid-19, ESSALUD, Ministerio de Salud, Vacunación

“A veces voy al lado de la carpa y grito su nombre. Al menos para que sepa que estoy aquí y esté más tranquila”, dice Rocío Inza. Su novia, Milagros Barreto, cumple una semana sentada en una silla de ruedas del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador (HEVES), uno de los más grandes de Lima Sur. Desde que ingresó, a las 10 de la noche del 4 de abril, no ha podido verla. Y tampoco lleva consigo un celular, porque está prohibido.

Cuando Milagros llegó a una saturación de 76, ambas decidieron que debían correr a un hospital. Allí la conectaron a un balón de oxígeno y le indicaron que tenía comprometido el 70% de los pulmones. Una vez al día, una doctora llama por WhatsApp a Rocío para contarle sobre Milagros. Hoy le dijo que su saturación está en 96. “Pero a veces baja y sube. Estoy insistiendo para que me digan la verdad”. No poder verla le causa desconfianza.

En estos días Rocío le ha mandado cartas escritas a mano, que aprovecha para colocar en la bolsa de ropa que le entrega al personal médico interdiariamente. “Ayer me pidieron papel y lápiz, y se los puse en la bolsa; pero no me escribió de regreso. Eso me preocupa”, dice. Es media mañana y el sol le pega con fuerza a los familiares de pacientes Covid-19. Son unos 20. Algunos se agolpan en la puerta principal del hospital a la espera de que perifoneen los apellidos de su familiar.

Hospitales
Solo unos metros la separan de la carpa donde el personal médico del HEVES atiende su novia, pero desde hace una semana no ha vuelto a verla. Foto: Luisa García.

Rocío esperaba encontrar un mensaje en la bolsa con ropa usada que le devolvieron hace 10 minutos, pero no ha recibido nada. La misma impaciencia se nota en los gestos del resto de personas que esperan noticias sobre sus seres queridos. Otros se cobijan debajo de un toldo, a unos metros, y un par acampa en el pasto. Nadie parece preocupado por llegar a su local de votación.

¿Pensaría usted en ir a votar con la preocupación de que su pareja pueda empeorar en ese interín? Rocío no deja de mirar hacia la carpa, por entre las rejas. Espera que alguien deje la entrada entreabierta y le permita ver a Milagros unos momentos.

“Estar acá es horrible, todos los días veo cómo personas llegan con fiebre o dificultad para respirar. El día que entró mi pareja, vi entrar hasta diez más luego. No solo personas mayores, sino jóvenes también”, cuenta. “Su recuperación es lenta. Está luchando, estamos orando cada día”.

Lima Centro, 11 de abril, 11:30 a.m.

Jorge (usamos un seudónimo a su pedido), de 35 años, traslada a su esposa a la Clínica Internacional de San Borja. Los síntomas son claros: dolor en la espalda y dificultad para respirar. Más temprano, ella no tuvo fuerzas para ir a su local de votación.

La Clínica Internacional es el centro de salud donde la esposa de Jorge suele atenderse vía su plan EPS. Aún no tiene certeza de si su seguro cubrirá todo. Adentro, un toldo le da sombra a alrededor de 15 personas en sillas distanciadas. Todos tienen síntomas respiratorios. Los familiares no pueden acompañarlos. A solo unos pasos, la tranquilidad de los votantes a las afueras del colegio particular Santa Rosa de Lima contrasta con la preocupación de los familiares que rondan la clínica.

Hospitales
Entrada reservada para pacientes Covid. Foto: Luisa García.

La batería del celular de Jorge está por acabarse, pero alcanza a recibir un mensaje de su esposa: acaba de pasar triaje y ha regresado a su asiento por indicación del personal médico. Se toma unos segundos para enviar otro mensaje: es un aviso a su hermana para alertarle de que probablemente luego tenga que ir al Hospital Guillermo Almenara. Su abuela paterna también está internada allí por Covid-19. Tiene ochenta años y ha estado evolucionando bien. Es posible que le den de alta en unas horas, pero él no sabe cuántas le quedan a las afueras de la Clínica Internacional.

El sábado 3 de abril por la noche, al llamarla por teléfono, Jorge había notado que su abuela se agitaba al hablar y que tosía. Fue a su casa y le midió la saturación. Marcaba 85. Debido a su urgente necesidad de oxígeno, no fue fácil conseguir que la ingresen a un hospital. Jorge relata que en el Uldarico Rocca Fernández, de EsSalud, en Villa El Salvador, no tenían el gas medicinal. Tampoco en el Edgardo Rebagliati. “Dejarla acá es maldad”, cuenta que allí le dijo un médico, luego de advertirle que solo podrían tenerla sentada en el patio.

Casi a media noche y en un tercer intento, el Almenara aceptó recibirla. No tenían cama, solo una silla de ruedas, pero sí contaban con oxígeno. Y no hubo cama para ella recién hasta hace tres noches. El nieto subraya su agradecimiento al personal médico porque hoy su saturación ya está normalizada. “Ella pensaba que iba a ir, la iban a revisar y que regresaría a casa ese mismo día. Debe haber sido duro para ella”, comenta.

Lima Norte, 11 de abril, 9:30 a.m.

Rita Palacios acaba de salir de su casa en Los Olivos. Tiene 33 años y es licenciada en enfermería. Siete pacientes Covid-19 la esperan en distintos puntos de Lima Norte. Aunque aún no lo sabe, el llamado desesperado de una hija por la baja saturación de su madre le impedirá votar. Todavía tiene previsto hacerlo por la tarde. Son las elecciones presidenciales del Bicentenario, pero la pandemia ha alcanzado uno de sus picos: tan solo hace dos días el Ministerio de Salud reportó 384 fallecidos confirmados, cifra máxima hasta la fecha.

Hospitales
Rita Palacios coordina al personal de enfermería del área de Emergencias del Centro Materno Infantil Juan Pablo II, en Los Olivos; en sus días libres atiende a pacientes Covid a domicilio. Foto: Archivo personal.

De momento, Comas es su primera parada. La urbanización se llama El Retablo. Allí la espera un paciente de 67 años, luego atenderá otra de 49 en el mismo distrito y uno último en su turno de la mañana, en Pro. Su labor: enseñarle a la familia cómo manejar un balón de oxígeno, así como la aplicación de otros tratamientos previamente recetados por un médico. “A veces me piden quedarme 12 horas, pero yo les indico que no puedo por el tema de la exposición [al virus]. Estar tantas horas en un solo lugar es un poco más complicado”, explica.

“Ha sido un día terrible”, dice a las 5.40 p.m., camino a atender al primer paciente de su turno de la tarde. Aún no ha votado, ni lo hará. “Ahora me estoy yendo a San Miguel, de ahí voy a José Granda, luego a Independencia. Y de allí debo regresar a Comas, [El] Retablo. Pronostico terminar a las 11.30 de la noche”, cuenta a Sudaca. «Hubo un paciente que ya no pude aceptar. Querían que les ayude a conectar el oxígeno. Les dije que podía ayudarles vía videollamada». Las elecciones ocurren en otra realidad. Una que no es la suya. Tampoco la de los pacientes que ve.

 

Fotocomposición de portada por Leyla López.

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Covid-19, Elecciones 2021, Luisa García Tellez, Oxígeno

Ambas figuras suponen una inversión de dinero, pero los instrumentos, riesgos y plazos varían entre uno y otro

 

La incertidumbre económica generada a causa de la crisis sanitaria de Covid-19 ha creado dudas en la ciudadanía y las empresas con respecto a todo tipo de inversiones. Si bien hay que ser cuidadosos con la manera en la cual invertimos nuestro dinero, existen dos figuras de inversión que podrían resultar beneficiosas: los depósitos a plazo fijo y los fondos mutuos.

 

“Si bien ambas son opciones para invertir nuestro dinero, no son lo mismo. Un depósito a plazo fijo es cuando alguien deposita dinero en una entidad financiera, con el compromiso de dejarlo allí por el tiempo pactado. A cambio, la entidad financiera lo devolverá con un porcentaje de interés. Por otro lado, los fondos mutuos son inversiones colectivas. Puede que un grupo de personas o institución desee invertir en  activos como bonos y acciones, proyectos de infraestructura, u otras opciones. Entonces, le dan su dinero a una entidad para que lo administre de acuerdo a una estrategia, y esta, luego de transcurrido un plazo determinado, se lo devuelve con las ganancias (o pérdidas) respectivas”, señaló Luis Chávez Bedoya, profesor del MBA y la Maestría de Finanzas de ESAN Graduate School of Business.

 

En ese sentido, ESAN recomienda considerar la siguiente información antes de invertir en depósitos a plazo o fondos mutuos, relacionada a los riesgos y oportunidades de estos mecanismos de inversión:

 

¿Existen plazos y montos mínimos?: Si se retira el dinero antes del tiempo pactado en el contrato del depósito a plazo fijo, se cobra una penalidad y por lo general se paga un interés menor al pactado. En el caso de los fondos mutuos, el dinero puede retirarse en cualquier momento; aunque en algunos casos existen penalidades por un plazo mínimo de tiempo. Con respecto a los montos mínimos de inversión, no hay una cantidad mínima para el depósito a plazo fijo, pero si es muy poco dinero, los intereses también serán reducidos. En el caso de los fondos mutuos, esto puede variar de acuerdo al instrumento en el que se invierta.

 

¿Cuáles son los riesgos?: Como en toda inversión, ambas figuras implican riesgos. En un depósito a plazo fijo, la entidad financiera puede quebrar y no devolver el dinero. En el caso de los fondos mutuos, estos adoptan el riesgo de los instrumentos en los cuales se invierte. Por esta razón, hay fondos mutuos de bajo riesgo, como aquellos que invierten en depósitos a plazo fijo, y otros más volátiles, como aquellos que invierten en acciones.

 

En esta época de incertidumbre ¿es seguro invertir en alguna de estas dos figuras?: En estos momentos, uno debe tener mayor cuidado con la entidad donde abre un depósito a plazo fijo, ya que algunas tienen estrés financiero por el no pago de créditos durante la pandemia, por eso se recomienda depositar en una entidad financiera supervisada y con fondo de seguro de depósitos. Para los fondos mutuos, se recomienda tener una estrategia de inversión clara, dependiendo de nuestra visión de lo que pasará más adelante. Sin embargo, durante esta crisis, el mayor problema ha sido retirar el dinero de las inversiones antes del plazo pactado por temor a perderlo.

 

¿Qué diferencia la inversión en un banco, caja o financiera?: Los tres tipos de entidades ofrecen depósitos a plazo fijo, pero con distintas características. El tamaño, las actividades crediticias y productos financieros de cada entidad son diferentes. Por ejemplo, los bancos atienden mayormente a empresas  grandes y medianas, ofrecen tarjetas de crédito, préstamos personales, e hipotecarios mientras que las cajas y financieras suelen ser para créditos de consumo o emprendimientos pequeños o medianos. El perfil del cliente tampoco es el mismo, por lo cual las cajas y financieras ofrecen una tasa de interés por el depósito a plazo fijo mayor, ante un riesgo que también es mayor.

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Ahorros, Covid-19, Fondos mutuos, Plazo fijo

Por Luisa García y Alejandro Guzmán

M.C. llegó a Lima, desde Bogotá, el 11 de enero en la aerolínea Viva Air. Viajó con su novio y asegura que ninguno de los dos ha recibido llamadas de seguimiento del Ministerio de Salud (Minsa) para verificar que están cumpliendo con su cuarentena. Hoy miércoles es su noveno día de confinamiento. Le quedan, teóricamente, cinco más.

Con Y.D. tampoco se ha comunicado aún el personal del Minsa. Ella arribó a Lima un día antes que M.C. desde La Florida, un estado que reportó más de 30.000 infectados el segundo día del año, según informó el New York Times. La segunda ola en Estados Unidos es gigantesca: solo dos días antes de su viaje, se contabilizaron más de 300.000 nuevos contagiados en ese país.

En un intento por dimensionar cuánto puede afectar al Perú el aumento de casos en el extranjero, Sudaca pidió a la Superintendencia Nacional de Migraciones el número de pasajeros que ingresaron al país vía aérea en lo que va de enero, así como las ciudades de origen de sus vuelos. La información, sin embargo, fue negada por la oficina de prensa. ¿La excusa? Que los datos −que normalmente sí son proporcionados como información periodística− son considerados sensibles en el contexto de la pandemia.

Pero la data ya publicada es, de todos modos, reveladora: según una nota de prensa del Minsa, 121.455 viajeros arribaron al país entre el 5 de octubre −cuando se reabrieron las fronteras aéreas para vuelos comerciales− y el 9 de diciembre. En ese periodo estuvo vigente un protocolo sanitario que estipulaba que el Minsa debía monitorear la aparición de síntomas que pudieran indicar casos positivos.

De ese monitoreo, apenas tres casos de Covid-19 fueron identificados por el Centro de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC), organismo del Minsa encargado de hacer el seguimiento a la cuarentena de los pasajeros internacionales. Tres entre más de 120.000 equivale a un insignificante 0.0024%. Ese resultado es engañoso.

Los números detrás de los números

Según el Minsa, de octubre a diciembre se realizaron 186.807 llamadas al grupo de 121.455 viajeros mencionado líneas arriba. Con una división simple, eso implicaría menos de dos llamadas por pasajero a lo largo de su cuarentena, cuando el monitoreo debería ser diario. Este medio solicitó una entrevista con un vocero del Minsa sobre el tema, pero tras varios intentos no obtuvo respuesta. También pidió en numerosas oportunidades una entrevista con el director del Centro de Epidemiología (CDC), sin éxito.

¿Qué tan eficiente fue el seguimiento para afirmar que la “Reanudación de vuelos internacionales no tuvo impacto en incremento de casos COVID-19 en el país”, como tituló el Minsa la nota de prensa donde publicaba estos números? De las mencionadas 186.807 llamadas realizadas por personal del CDC del Minsa, solo el 55.37% fueron efectivas (es decir, contestadas). Así, solo se logró establecer comunicación con el 63% de los pasajeros.

Con ese porcentaje de efectividad, se identificaron apenas 610 casos sospechosos. Sin embargo, solo al 22,39% −menos de un cuarto− de ellos se le tomó alguna prueba, ya sea la molecular o la de antígenos. Al 68.36% no se le tomó muestra por “diversos motivos”. El 8.85% de los casos sospechosos no respondió el teléfono tras varios intentos. Y no hubo mucho más que hacer con ellos.

Quizá lo más preocupante son las conclusiones erróneas −como la del titular de la nota de prensa del Minsa− a las que puede llevar una metodología mal diseñada, que no contempla una recopilación diaria de los síntomas. La médico epidemióloga de la Cayetano Heredia Larissa Otero afirma que solo luego de tener a los viajeros en constante vigilancia se podría concluir que no están siendo una fuente importante de transmisión, si es que muy pocos o ninguno desarrolló la Covid-19.

Diseño: Leyla López.

¿Sigue la coladera?

Desde el 4 de enero, el gobierno peruano exige una cuarentena obligatoria de 14 días para todos los viajeros que ingresen al país. ¿Cómo se le hace seguimiento? A través de escasas llamadas telefónicas con un bajo nivel de efectividad. Lo escaso e ineficiente de este proceso puede cotejarse con los testimonios de viajeros a los que ha entrevistado Sudaca, quienes arribaron pasada esa fecha. Algunos no han recibido ninguna llamada y, los que sí, aseguran que se trató de una o −en el mejor de los casos− dos.

El 4 de enero, el director del CDC del Minsa Luis Rodríguez actualizó el dato del porcentaje de llamadas efectivas: el 50% de los viajeros entrantes “no responden las llamadas o dan números telefónicos falsos”, mencionó. Un porcentaje aún peor que el reportado en diciembre.

“Eso es muy grave. Si efectivamente eso es real, es crítico, porque otra vez volvemos al tema de la responsabilidad individual”, opina Theresa Ochoa, médica infectóloga y profesora asociada de Epidemiología en la Universidad de Texas en Houston. “De nada nos sirven estas normas [cuarentena obligatoria para los viajeros] si el individuo no va a ser consciente de que sus acciones pueden tener una repercusión en general, para infectar a otras personas”, agrega.

“Creo que monitorizar los síntomas a diario es importantísimo”, dice Larissa Otero. También apunta que, por eficiencia de recursos, eso se podría hacer a través de una web o app a la que los viajeros estén obligados a reportar sus síntomas. Luego solo se llamaría a los que no cumplen con el monitoreo o que sí presentan algún síntoma y, como refuerzo, podría haber un contacto telefónico aleatorio con parte de los que cumplen con su reporte diario. “Esto debería usarse para viajeros y para contactos cercanos”, agrega. En el protocolo de octubre se estipulaba que los pasajeros deberían realizar un ‘autotriaje’ a través de un aplicativo del Minsa. Ninguno de los viajeros consultados por Sudaca fue informado de dicho aplicativo.

Este lunes, L.L. y su familia acabaron su confinamiento. Llegaron a Lima el mismo 4 de enero, cuando empezaba a regir la cuarentena obligatoria por dos semanas para los viajeros internacionales. Ella dice simplemente no entender cómo controlan la cuarentena, pues en su casa son tres los que viajaron y solo llamaron a su esposo y a su hijo en una oportunidad a cada uno. A ella, en ninguna.

Aunque las comparaciones son odiosas, en este caso pueden ayudar. Al igual que Perú, Chile también ha normado que los viajeros que ingresen al país deben realizar una cuarentena obligatoria. La diferencia es que el seguimiento chileno sí es diario: según estipula la normativa local, los viajeros reciben cada día un correo con una encuesta sobre su estado de salud y su ubicación, a la par de tres recordatorios de que deben llenarla como parte de su declaración jurada. Sudaca pudo confirmar, de acuerdo a experiencias de viajeros chilenos, que dichos mensajes y recordatorios llegan diariamente.

Diseño: Leyla López.

Los aeropuertos, focos infecciosos

“Recuerdo el caso de dos chicas: se hicieron pruebas el viernes en Estados Unidos, con resultados negativos. Viajaron el sábado. El martes las dos tenían pruebas positivas. Se infectaron o en el aeropuerto en Estados Unidos o en el avión o al llegar, no se sabe, pero se infectaron”, apunta el médico infectólogo Eduardo Gotuzzo. Aunque es algo que las aerolíneas preferirían no decir, el especialista considera que los aeropuertos sí son focos de contagio para personas que han dado negativo a las pruebas antes de tomar sus vuelos. Por norma, estas deben realizarse hasta 72 horas antes del viaje.

M.C. cuenta, por ejemplo, que cuando partió a Colombia, a fines del año pasado, no le exigieron usar protector facial. A los aeropuertos llegan personas que viajan a diferentes destinos, cada uno con sus propios protocolos. Antes de abordar, los viajeros deben compartir colas, procesos y salas de espera. Pero para M.C. los patios de comida son los lugares más riesgosos. Los viajeros se quitan la protección para comer, cerca de otros pasajeros. No escapa a este párrafo el Jorge Chávez.

Los pacientes demoran en promedio cinco días en manifestar sus síntomas, pero pueden contagiar a otros individuos desde antes, explica la infectóloga Theresa Ochoa. Un viajero podría creer, durante todo su trayecto, que no está infectado. Mientras en realidad está, además, contagiando a otros. Para saber si se estuvo o no frente a un viajero agente de contagio, la calidad del seguimiento de su cuarentena es clave. Es la única forma de conseguir un mapeo más acertado de los posibles infectados que llegan de otros países. Pero ya vimos que la calidad del seguimiento en el Perú no es muy útil.

Geolocalización: ¿real o no?

Al ingresar al país, M.C., Y.D. y L.L. llenaron y firmaron una Declaración Jurada de Salud y Autorización de Geolocalización de su celular. La declaración y la autorización aparecen en la web de Migraciones en un solo formulario. ¿Se realiza o no esa geolocalización para controlar que los pasajeros recién llegados no estén violando su cuarentena?

Fuentes del Minsa dijeron a Sudaca que la geolocalización no se efectúa. Las personas positivas a Covid-19, hayan sido identificadas en el Jorge Chávez o luego, sí tendrían un seguimiento diario, aseguraron las mismas fuentes, que pidieron anonimato por no tratarse de voceros oficiales o autorizados. Recordemos, sin embargo, que de octubre a diciembre solo se identificaron tres positivos entre más de 120.000 viajeros.

“Ahora con los sistemas electrónicos no debería ser tan difícil [implementar una vía de seguimiento a los viajeros]. Uno lo registra con el código de pasaporte o DNI, sus datos deberían entrar a una base [de datos], se registra su celular, lo compruebas en ese momento, y registras otros celulares de back-up“, sostiene Larissa Otero.

Los viajeros entrevistados por Sudaca tampoco recuerdan que el personal sanitario que verificó su declaración jurada al ingresar al país haya comprobado su número de celular. En su cuenta de Twitter, la periodista Alejandra Cruz llamó la atención, además, sobre la obligatoriedad de proporcionar un teléfono fijo, cuando muchos ya no tienen uno. “Creo que coloqué el de mi abuela”, dijo Y.D, por ejemplo.

A la deriva

Sin una recopilación diaria y sistemática de los síntomas de los viajeros internacionales, se deja a la deriva su seguimiento epidemiológico. La necesidad del Minsa de cambiar de metodología, a una que sí sea eficiente, es clara. Pero también hay otra urgencia: “insistir en la educación sanitaria para que seamos conscientes de cómo debemos actuar”, opinó la infectóloga Theresa Ochoa. Ella lo plantea como prioridad frente a la opción de volver a cerrar fronteras, por ejemplo. “Cualquier medida es imperfecta si la gente no cumple bien”, reflexiona su colega Eduardo Gotuzzo.

“Tenemos que apelar a ese sentido de la responsabilidad, es un sentido moral. Uno no quiere contagiar a otras personas. La gente dice: no va a pasar nada, prefiero que ya me dé Covid. ¿Pero de dónde creen que se contagiaron los que han muerto?”, cuestiona Larissa Otero.

El último viernes 8 de enero la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, confirmó la primera detección de una persona portadora de la variante británica del virus. Una persona que reside en Perú. Lo más probable es que la variante haya entrado por el aeropuerto. Con un seguimiento epidemiológico más eficiente de los viajeros internacionales, un mejor rastreo de los contactos portadores de esa variante habría sido posible.

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Aeropuerto, Aeropuerto Jorge Chávez, Coronavirus, Covid-19, Lima, Migración

En agosto de 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que, en Lima Metropolitana, el 75.5% de las empresas se encontraban operativas. De las que tenían actividad al momento, el 67.4% señaló una disminución en sus ventas, y un 11.7% no registró ventas. Todo esto en el marco del impacto económico que la pandemia trajo consigo.

Dada la situación actual, y a puertas de un nuevo año, es importante reinventarse y explorar nuevas estrategias para potenciar el negocio. Para Sage, consultora internacional de emprendedores, las claves están en la colaboración, la capacidad de adaptación y la estrategia de marketing. ¿Cuáles son las claves para reinventar tu negocio en medio de una pandemia?

Colaboración

Facilitar el flujo de trabajo y los procesos son el primer paso. Es importante brindar las herramientas necesarias para que los trabajadores puedan realizar sus labores con total funcionalidad y eficiencia, ya sea mediante el teletrabajo o de forma presencial con todos los protocolos de seguridad.

Apóyate en tus colaboradores. Si hay momentos de dificultad, no dudes en pedir opiniones hacia vías de mejora. Los trabajadores suelen estar conscientes de los problemas que aquejan al negocio y las posibles soluciones.

Adaptarse

Puede que en los últimos meses hayas modificado tu oferta para adaptarla a las nuevas necesidades que aparecieron durante la pandemia, pero siempre existen más formas de potenciarla. Hazle saber a tus clientes actuales y potenciales, que tu negocio está evolucionando y transformándose en su beneficio. Concéntrate en el valor que aporta tu producto o servicio, las posibles combinaciones de tu stock y la asistencia posventa. Brinda al cliente una óptima experiencia de compra.

Estrategia de marketing

Existe la posibilidad de que tu competencia reduzca la publicidad, ya sea por cambios del presupuesto o por la fluctuación del mercado. Esto representa una oportunidad para aumentar la presencia en el mercado. Las campañas de marketing vía redes sociales ofrecen múltiples ventajas y soluciones si son dirigidas de la manera correcta. Las plataformas digitales en las que publicites tu negocio ofrecen la herramienta de segmentación por público, que muchas veces puede resultar más determinante en el éxito de una campaña, que la inversión realizada. Esto te permite encontrar usuarios según parámetros particulares como ubicación, edad, intereses, experiencias, gustos personales y otros.

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