Todos andamos con nuestra calculadora en la mano últimamente. Algo de estadística hemos aprendido en sucesivos procesos electorales apretados, con photofinish y mucha adrenalina en juego. Lo cierto es que a tres semanas de la elección más importante en el Perú, nada está dicho, parafraseando a un conocido programa y conductor limeño.
Entre Castillo y Fujimori se están repartiendo más o menos las tres cuartas partes de los votos hoy y lo que queda, que no es poco hoy elige “nadie”. El problema es que ese 25% aproximadamente que queda durante un par de semanas permanece ahí sin que nadie lo capture. Balance de campaña de cualquiera de los equipos: no avanzamos nada. Seguimos en la misma posición.
Castillo sorprende con su casi 40% inamovible. Nada de la campaña contraria logra hacer que retroceda. No hablo de Fujimori aún, solo de Castillo. Se mantiene, resiste, no baja. Empezó en 40, sigue en 40. ¿Variará eso? Es matemática. Si la campaña logra capturar indecisos para uno u otro lado, pues sí. Pero estando a la mitad del camino recorrido parece poco probable.
Fujimori tuvo un para de semanas de subida explosiva. Remontó de manera impresionante entre 10 y 15 puntos de distancia que Castillo le llevaba. Parece que ha entrado a desaceleración, que no es sinónimo de parada. Crece más lento. Es lógico. Es más fácil que el candidato que va segundo capte más rápido aquellos que rechazan al primero. Sobre todo si el que va primero se encarga de alejar a sus votantes.
Entonces, salimos de una semana en la que pasó de todo, pero parece que los votantes ya no nos movemos mucho. Para Ipsos, tres puntos de diferencia, para IEP seis. Casi un tercio sin elegir a nadie. El problema es que solo quedan tres semanas. Hay que acelerar el paso si se desea llegar cómodo al seis de junio.
A continuación algunos elementos que creemos los candidatos pueden aprovechar más para redefinir su alcance y tentar a aumentar algo su intención de voto
El castillo de Lima
El candidato de Perú Libre ha renunciado a la capital o la capital ha renunciado a él. El problema es que se trata de casi el 35% de la población electoral del país. Mucha gente para darla por perdida. La capital concentra un antivoto cercano a 50% para Castillo. Claramente lo rechaza. Pero un 23% capitalino señala también que hoy tiene un voto que puede cambiar. Hasta ahora Castillo se ha sentido cómodo controlando el Perú no limeño, pero no necesariamente ese apoyo se va a mantener así. Buscar revertir algo en Lima debe ser prioridad para estas dos semanas.
El tema de género tampoco lo aprecia Castillo como prioritario, pero como va, el 6 de junio no habrá mujer que vote por él. Ha ido disminuyendo progresivamente su voto en entre mujeres, que ha ido a Fujimori automáticamente por la imagen de ser ella una candidata del mismo género. Pero Castillo no puede ignorar que en su perfil de votante dos terceras partes son hombres. Debe corregir los atributos de imagen que lo llevan a este perfil.
Dijimos hace varias semanas que una de las peleas que pueden asegurar la elección es el NSE C. Castillo ya podría dar por perdido el AB, pero el C aún es un campo de batalla que no debe dejarse de lado. Para Ipsos, la ventaja para Fujimori es clara (10%) en este NSE, pero para IEP se reparten un tercio cada uno. Más allá de ello con los polos decididos, la pelea por el centro por una vez va a ser relevante en esta elección.
Fujimori del Perú
En el otro extremo la candidata de Fuerza Popular se siente cómoda en la capital y parece que centrara sus esfuerzos en retenerla antes que en lograr un mayor respaldo en el resto del país. Esto puede ser muy peligroso. Salvo el norte, Fujimori se ha rendido en el sur y el oriente donde las diferencias con Castillo son mayores a los 20 puntos y en el oriente donde Castillo se ha reacomodado con holgura.
La pelea es en el norte donde tras un escenario difícil, la candidata ha recuperado terreno y está en empate técnico para Ipsos y estrechando el margen para IEP. Ese norte tan favorable a Fuerza Popular durante la primera vuelta hoy parece pensar mejor sus votos y dependerá que la candidata mejore su alcance allí para tenerlo controlado. Recordemos que es el segundo bolsón electoral y teniendo solamente Lima, necesita una buena ventaja también acá para asegurar su victoria.
Los jóvenes forman otro segmento importante para el fujimorismo, pero que ha sufrido, para las dos encuestadoras, un revés importante en esta semana. La juventud hoy no aparece tan cercana e incondicional a Fujimori como parecía hasta hace pocos días. Valdría pensar en mejores formas de hacer campaña con ellos.
La caza del indeciso
Un déficit que notamos en la campaña de la primera vuelta es que nadie quería comprarse el pleito de capturar a los indecisos. Hoy parecemos estar en el mismo escenario. Describamos un poco a ese segmento que no tiene una preferencia marcada por algún candidato para ver si es que las campañas prenden farolas rojas hacia ellos.
Son en mayoría mujeres, de NSE D/E y algo importante, de Lima. Y señala explícitamente que su voto puede cambiar. De alguna manera, que está buscando la opción que mejor los represente y se acomode a sus intereses.
¿A quién parecen más inclinados estos indecisos? Por el perfil, en NSE a Castillo y en género a las mujeres. Al ser limeños, nos podemos atrever a decir que estos votos hoy pueden beneficiar más a Fujimori que a Castillo, a no ser que hayan movimientos en los perfiles en estos días.
En resumen
Mucho aspaviento, poco resultado. Ninguna estrategia está resultando y los movimientos son lentos a estas alturas. Parece calma chicha previa a la tormenta de los últimos días. Pero si no se establecen cambios en las campañas, habrán movimientos inerciales.
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