Encuestas

No encuentro las condiciones autoritarias predisponentes que Steve Levitsky halla en el proyecto fujimorista actual. Nadie duda, por cierto, del gen autócrata que anida en una candidata que, inclusive, basó su estrategia de primera vuelta en resaltar la “mano dura”.

Pero no le sería posible emprender esa ruta, reeditando los parámetros autoritarios de los 90, así lo quisiera. ¿Puede controlar el Poder Judicial y el Ministerio Público? No puede. Hay una flamante Junta Nacional de Justicia que ha reemplazado al corrupto Consejo Nacional de la Magistratura y la JNJ está blindada constitucionalmente. Para tumbárselo necesitaría controlar siete poderes del Estado.

¿Puede tumbarse el Tribunal Constitucional y lograr así una última instancia que avale sus eventuales devaneos autoritarios? Es imposible. Es cierto que toca cambiar a seis de los siete magistrados del TC que ya cumplieron su mandato, pero para hacerlo, se requiere de 87 votos que no tiene.

Keiko Fujimori podría lograr en el Parlamento una coalición de 65 parlamentarios a lo sumo, sumando los propios de Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación Popular, Avanza País y hasta los de Somos Perú. Con ese número apenas logrará aprobar leyes, evitar que la vaquen o que le censuren ministros a cada rato. No más que eso.

Levitsky no le da relieve a que el experimento autoritario de los 90 fue posible gracias a un golpe respaldado por las Fuerzas Armadas y a una elección posterior del Congreso Constituyente Democrático donde Fujimori obtuvo mayoría absoluta. Y Montesinos labró el control de ciertos circuitos del Poder Judicial en labor de años, con el objeto paralelo de administrar la autoridad electoral.

¿Eso puede o quiere hacer Keiko? Es imposible. Los poderes fácticos que supuestamente la podrían respaldar están muy venidos a menos. Los gremios empresariales, los medios de comunicación y la tecnocracia liberal -la trenza derechista- no pesa hoy ni la mitad de lo que podía hacerlo hace diez años. Y las FFAA de hoy están dirigidas por quienes eran jóvenes oficiales que vieron la podredumbre del montesinismo y la cárcel de sus superiores. ¿Se sumarían graciosamente a un proyecto autoritario?

Keiko va a tener una oposición fuerte en el Congreso por más que Perú Libre se parta en tres si Castillo pierde. Y tendrá además una calle antikeikista dispuesta a movilizarse al menor atisbo de autoritarismo. Y ya vimos cómo bastaron algunos miles para tumbarse a un gobierno.

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Encuestas, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Después de esta primera semana de campaña electoral ya tenemos el primer punto de partida. Pero consideramos que es apresurado sacar conclusiones sobre un potencial ganador o ganadora. Lo que no es apresurado sino más bien urgente es conocer cómo podemos generar la obligación de los candidatos a establecer compromisos sobre sus propias acciones. 

Ha sido una semana de encuestas, de inicios de giras, de entrevistas, de destapes sobre Cerron y Castillo (ninguno sobre Fujimori y creo que no tendremos ninguno en seis semanas más). De todo un poco. Aunque para ser sinceros, lo que no se define esta semana es la composición final del Congreso. Esperaremos lo que pasa con ello para el análisis respectivo.

Después de ver los números, incluyendo los de Idice como ejercicio lúdico, lo central es que Castillo bordea el 40% de intención de voto y Fujimori el 20%. Suben y bajan pero por ahí van.

Lo siguiente que hay que decir es que no hay grandes movimientos con respecto a la primeras vuelta. Los candidatos ganadores mantienen el 90% de su discurso. Pero la percepción de las personas para justificar su voto por uno u otra sí tiene elementos que valen la pena mirar, de acuerdo con la encuesta del IEP. Se presenta esa porque además es la única con una respuesta espontánea, sin mostrar una tarjeta que influencia su voto:

Si bien es cierto que ambos candidatos tienen una mayor explicación por el “anti” hay diferencias notables. Hay una explicación sectorial relevante del voto por Perú Libre y una explicación de “defensa del modelo” -economía y democracia- y el recuerdo del padre en el voto de Fuerza Popular. Si uno lee el cuadro, es evidente que a Castillo le adjudican un mejor plan de gobierno (¿?) en sectores clave, mientras que a Fujimori la sienten como una alternativa, pero con menor entusiasmo. Es bien claro que en el lado de lo programático, se siente un mayor peso de Castillo. Entonces, punto de partida, Castillo ya tiene una identidad y Fujimori tiene una asignación “anti”. Sacar a Castillo de esa identidad es una tarea muy difícil.

Menos cuando lo que se hace es el “terruqueo”. Observen las respuestas. Nadie hace una referencia explícita a SL. A una lógica de izquierda y comunista, sí. Pero no al terrorismo. Por más portadas que se hagan a diario, y centrar los argumentos anti Castillo hacia esa zona peligrosa, la opinión pública no está reconociendo esa relación de manera espontánea. Mucho menos el vínculo con Venezuela o Bolivia, que fue el centro del ataque de Fujimori en esta semana.

La precariedad de la representación seguirá siendo el sanbenito de las elecciones del bicentenario. El 37% hoy opta por la opción “ninguno”, ya sea viciando, votando en blanco o aún no sabiendo por quién hacerlo. Esa opción pelea el primer lugar hoy y le ha sacado una buena ventaja a la candidata Fujimori. Mantiene la proporción de las semanas previas a la primera vuelta, pero hay un giro en los indecisos relevante, se vuelven más limeños, más masculinos, aunque siguen siendo mayoritariamente de NSE muy bajos.

Frente a eso, voces sensatas señalan que la acción ciudadana debe exigir garantías a los candidatos y estos deben ofrecerlas. Desde este humilde rincón somos escépticos de lo etéreo de esa acción que no tiene hoy el espacio del ejercicio para poder hacerse realidad. Queda en la cancha de los candidatos hacerlo y no parece que estén muy dispuestos a hacerlo. Llama la atención que los “compromisos” que antes Fujimori firmaba con tanta soltura, hoy no aparezcan en ninguna parte de su discurso. Menos en el de Castillo que desde arriba de las preferencias va a esperar a ver qué necesita hacer o decir según se vaya moviendo su rival.

Por ello, en ese escenario y también en función de lo que se expresan en la diferentes mediciones, proponemos algunos puntos de compromiso que podrían generar un poco más de confianza para que los candidatos tengan candados. Van a sonar quizás ingenuos, pero que sirvan para empezar a discutirlos en serio:

  1. Gabinetes nombrados. Los candidatos se muestran seguros de lo que van a hacer desde el 29 de julio. Ya lo tienen “todo listo”. Si es así, que comprometan a su primer gabinete. Que haya “nombramientos” al menos de los ministerios clave. Que el Premier sea conocido y forme parte integral de la campaña. Que se tangibilice así el estilo de gobierno y la capacidad de convocatoria que tendrá una u otra opción. Que el futuro o futura Primer Ministro se someta también al escudriñamiento público. Porque ya tienen idea de a quiénes van a nombrar, ¿o no?
  1. Renuncias. Renunciar al protagonismo en el Congreso. A la presidencia de comisiones clave. No presidir presupuesto. No presidir fiscalización. No presidir economía. Renunciar a la privacidad de lo público. Toda la agenda presidencial y ministerial debe ser transparente, conocida y auditada. Renunciar a los secretos bancarios y de comunicaciones. Renunciar.
  1. 21 acciones concretas generales y sectoriales para los primeros 100 días. Con control del Congreso, de auditores y de la opinión pública. Que especifiquen hoy cuáles son, su presupuesto, sus responsables y su forma de ejecución. Es muy importante conocer el shock de propuestas que los candidatos tendrán para ejecutar en el inicio de sus gobiernos.
  1. Atención específica de la pandemia. Que nada distraiga de ese objetivo. Ordenada en siguientes puntos: médico, sanitario, económico y social. Con criterios de impacto y de realidad.
  1. Nombrar una comisión de seguimiento de promesas electorales. Formada desde luego por miembros de la oposición y “notables”. Pero que sea tangible que habrá explicación y detalle de lo que se hace. Que además tenga exposición mediática y un vínculo al Congreso que ayude a su función fiscalizadora. Pero que no nos hagan de nuevo el perro muerto habitual. Si los elegimos por algo, que hagan ese “algo”.
  1. Accountability. Propuesta de rendición de cuentas. Obligatoria y comunicada a la opinión pública. Con formatos claros y simples. Que se sepa y conozca lo que se está haciendo, cómo se está haciendo y para qué se está haciendo.

Estas seis medidas pueden ser un punto de partida real y concreto. Seguramente caerán en saco roto. Pero desde esta posición ciudadana las ofrecemos de buena fe.

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Encuestas, IEP

¿Qué nos deja la tormenta de números de ayer? Demasiada adrenalina tal vez. Pero debajo de todo ello, en el fondo, la constatación de que nada se mueve. Y que seguimos esperando a los indecisos, a los del extranjero y al voto rural.

 

Tuvimos encuestas, simulacros, empresas nuevas, las de siempre… Distintos criterios. Pero hay ideas centrales que tienen que permanecer así en la cabeza de los lectores. Las reseño:

 

Un tercio elige nadie

 

No se mueve, está quieto. Se tapa los ojos. Inédito. Ya hemos hecho bastante hincapié en que es una cifra difícil de mover esta de los que eligen “nadie”. Pero lo terrible es que nadie ha tratado de hacerlo. Su perfil es: mujeres, de edad media hacia arriba, de NSE bajos del interior. Cuando les hablamos nos dicen que las elecciones son un tema secundario frente a convivir con la pandemia, con las muertes por salud y por bolsillo, por educación. ¿Cómo quieren que el debate ayude si nadie les dijo nada? ¿Qué se ha hecho desde la oferta y el discurso por convencerlas? Nada. Esto es claro desde enero. Y se mantiene así. Es cierto que en el simulacro de IPSOS baja algo, pero en las encuestas IEP e IPSOS se mantiene así.

 

La pelea por el primer lugar

 

Ya no podemos hablar de que hay un candidato fijo en segunda vuelta. Eso se lo llevó el río. Lescano no está más seguro aunque sigue teniendo opciones. Pero va a la baja. Notable en Ipsos, progresiva en IEP. Las mujeres candidatas suben algo, pero el fenómeno es De Soto y es Castillo. Ambos generan un “salto cuántico” (Urresti dixit) y se ubican expectantes. De Soto con mejor posición. Pero ya venía siendo parte del pelotón que se presta y se quita votos semana a semana. El que parece perdido irremediablemente es Forsyth. Ya no logra consolidarse en los primeros lugares ni siquiera para Ipsos, que siempre lo había registrado como peleando más arriba.

 

¿Quieren ver bien las tendencias? Pues Paolo Sosa hizo un estupendo trabajo para graficar esto (desde su cuenta de twitter: @paolososa) y acá las pueden ver (tomo prestado, con la debida mención, este cuadro):

 

Evolución del voto

 

Se ve con claridad el descalabro de Forsyth, la caída de Lescano y López Aliaga, y la tendencia al alza de De Soto y Castillo. Ligero repunte de Vero y Keiko. Nos falta más de esto en el análisis.

 

El Congreso y los votos BV

 

Provoca inspirarnos y dejar nuestro voto con alguna obra de arte impresa. Pero esta vez mientras menos votos, más se incrementan las curules y el pase de la valla de las distintas agrupaciones que pueden hoy tener menos de 3% de intención de voto. ¿Por qué? Porque se descuentan los válidos y se hace un prorrateo solo con ellos. ¿73 curules te dicen algo? Fue lo que obtuvo Fuerza Popular el 2016 con menos del 30% de los votos totales. Así que aunque tengas que ponerte un gancho en la nariz, mejor vota.

 

¿Dónde nos deja todo esto? En el medio de la nada. En el cierre de la publicación de encuestas, ninguna certeza. No hagan caso a los órdenes de los candidatos. Todos están empatados como el IEP prueba al hacer cálculos de intervalos de confianza. Las tendencias mostradas arriba son las que mandan. Las que hay que mirar si queremos comprender cómo llegarán.

 

¿Predicción? Ninguna. Irresponsable sería dar alguna. Solo entender quién va para arriba y quién para abajo.

 

Hay cosas que debemos cambiar

 

Ahora bien y, ¿estás tranquilo con la forma en que las cosas se llevan en esta campaña? ¿O cierras los días con más angustia que tranquilidad por lo que se viene? ¿Crees que las cosas han sido violentas, mentirosas, poco claras?  Hemos vivido una campaña rápida y no por eso calmada. Por el contrario, es una carrera electoral que nos deja agobiados. Muy seguro que el 12 de abril vamos a seguir igual. Una sensación rara, ¿no? No hay horizonte. Entre fake news, candidatos que no despegan, que despegan a punta de violencia, un debate mediocre y mucho ataque sin sustento. Con pandemia. Con encierro, sin plata. Una campaña sin alegría, sin esperanza. Casi como una serie europea de Netflix. De las que solo te golpean y no hay final feliz.

 

¿Se pudo haber hecho mejor? En este país la respuesta no sólo siempre es sí, sino que es urgentemente sí. Por eso, algunas medidas que creo que son relevantes no desde el accionar de los políticos, sino desde acá, desde el análisis y de los medios. Vamos a tratar de exponerlas:

 

Rol educador del JNE

Ya sabemos que las encuestadoras no lo haremos. Los medios parece que tampoco quieren comprarse ese pleito. Pero estamos tan acostumbrados al hecho de que 10 es más que 9 que entender lo que es una estimación, que no es tan precisa como eso, requiere seguir trabajando.

Si las encuestas son un medio de información -quizás el más importante de todos durante la campaña- tal vez el JNE puede ayudar educando sobre cómo leerlas, interpretarlas, presentarlas. Desde las técnicas hasta la comprensión de sus resultados.

Si hay un tufillo estatista por decir esto, que lo haga Transparencia, o IDEA, no importa quién. Pero que sea eficiente. Necesitamos mayor transparencia.

 

Consejo de Ética de la Encuesta Peruana

Así rimbombante para que suene más chévere. Necesitamos ser más orgánicos en esto. Discutir más las diferencias y que sean más explícitas. Que haya un manejo más técnico. Que se deje en ficha a los que no tengan este manejo.

Ayer tuvimos encuestas y simulacros. ¡Las grandes diferencias! ¡Cómo es posible! Son mermencuestas, sin credibilidad, ¡pagadas! (todas los son, ¿no?), a cuánto el punto, etc.

Cuando era más fácil tomar lápiz y papel, armar un cuadrito y comparar encuestas con encuestas. ¿Saben cuál era el margen promedio de diferencia total entre las encuestas? Menos del 2%. Hernán Chaparro hizo el cálculo y era clarísimo.

Con un poco de discusión y buena disposición a abrir un poco aquello que está en una suerte de “caja negra” para la opinión pública podemos regular y guiar mejor. Todo depende de la buena voluntad, si eso existe.

 

La prensa peruana

O los medios. Ya hemos analizado en esta columna la relación entre la aparición de candidatos en entrevistas con la intención de voto. Deben regularse. Este ha sido el más roto de los acuerdos. Los PR son los nuevos jefes de campaña. No lo sé, no me consta, si es que se monetariza el ser invitado a una entrevista. Pero hay partidos que se juegan allí también. Y en programas no políticos que “regalan” su tiempo a candidatos. O en portadas de impresos, que descaradamente -incluso en palabras de sus directores- buscan bajarse candidaturas y subir otras.

 

Hay que repensar todo esto, ¿o no?

 

 

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Encuestas, JNE, Mauricio Saravia

A diferencia de la encuesta del IEP, que mostraba al terceto derechista (De Soto, Fujimori y López Aliaga), encabezando la encuesta, la de Ipsos, que es simulacro de votación (con cédula y urna), pero efectuada sin medir todos los debates de la semana pasada, coloca en alta probabilidad una final de izquierda, con Lescano y Verónika Mendoza.

Las tendencias son las importantes, sin embargo. Lescano lidera la encuesta, pero viene cayendo de modo significativo. En la anterior medición tenía 15% de intención de voto. En la última baja a 10%, una caída del 33%. De sostenerse, de acá al 11 de abril, la semifinal de la izquierda la ganaría Verónika Mendoza.

La lideresa de Juntos por el Perú aparece empatando el segundo lugar con Hernando de Soto, habiendo subido de 6% a 9%. De Soto, por su parte, crece enormemente, de 4% a 9%, más que duplica su intención de voto. Se mete con fuerza en la pelea.

Siguen Keiko Fujimori y George Forsyth, muy cerca, con 8%, pero Keiko subiendo (es una constante su subida, lenta pero sostenida) y el candidato de Victoria Nacional más bien viene de caída (pasa de 10% a 8%).

Más abajo ya vienen empatados en 6% Pedro Castillo y Rafael López Aliaga, duplicando Castillo su intención de voto (de 3 a 6%), y López Aliaga confirmando su tendencia a la baja.

Va a empezar a funcionar la tesis del voto perdido. ¿Migrarán los votos de Lescano a Mendoza? ¿Adónde irán los votos de López Aliaga? Y allí es interesante ver en la propia encuesta de Ipsos qué sucede. Según Ipsos, si López Aliaga no postulase, el 24% de sus votos se irían con De Soto. Si Beingolea no postulase, el 29% también iría con De Soto. Ello haría pensar que De Soto podría seguir subiendo.

Lo propio ocurre, sin embargo, con Mendoza. Preguntada la ciudadanía qué pasaría si Lescano no postulase, un 25% de sus votos se iría con Mendoza y un 13% con De Soto. Si el candidato de Acción Popular sigue cayendo, ese sería el destino de sus votantes.

A tenor de la encuesta de Ipsos, de mantenerse las tendencias, más que una final de izquierdas veríamos una entre Hernando de Soto y Verónika Mendoza, con Keiko Fujimori aguardando expectante.

La única conclusión firme es que va a ser una final de infarto. Hasta el propio 11 de abril, no habrá certeza del resultado.

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Encuestas, IPSOS, Juan Carlos Tafur

La última encuesta del IEP, que a diferencia de la de Ipsos, ha sido hecha después de la jornada de debate, avizora una final de derechas. En primer lugar figuran empatados Keiko Fujimori y Hernando de Soto con 9.8% y en tercer lugar Rafael López Aliaga, con 8.4%.

Luego de ellos vienen Lescano (8.2%), Mendoza (7.3%) y Castillo (6.6%), muy apretados. Claramente, según esta encuesta, Castillo les ha quitado votos a Lescano y Mendoza y los ha hecho bajar en el escalafón general.

En la derecha, la cosa puede definirse aún más por la tesis del voto perdido. López Aliaga viene en caída. Creció muy prematuramente y no soportó el vendaval de ataques políticos y mediáticos, poniéndole la cereza al postre con el papelón del debate. El candidato de Renovación Popular cae de 9.7% a 8.4%. Sus votos se pueden terminar yendo donde De Soto o Fujimori.

Keiko Fujimori crece mucho en el Perú rural (pasa de 4.7% a 11.2%), y en el norte -bastión tradicional del fujimorismo- sube de 6.5% a 14.9%. En el caso de De Soto, crece en Lima de 10.8% a 14.5% y también en el sector rural (de 1% a 3.8%).

Mañana analizaremos la encuesta de Ipsos, que es simulacro, pero mal que bien algunas tendencias se comparten (aunque varíen en los resultados finales): De Soto y Fujimori crecen, López Aliaga cae, en la derecha; Lescano se cae y Castillo sube (en Ipsos, a diferencia de IEP, Mendoza pega un salto de 8.4% a 10.2%), en la izquierda.

Una final de derechas sería una gran noticia para el país. Claramente, por encima de cualquier otra urgencia -habiendo varias en el horizonte-, el Perú necesita un shock de inversiones privadas, acompañadas de la construcción de mercados competitivos allí donde no los haya. Y eso no lo garantizan ni Lescano ni Mendoza (por más que nos parezca un delirio paranoide atribuirle a la lideresa de Juntos por el Perú un chavismo embozado).

Sería factible además, armar pactos de gobernabilidad, a la espera de que se hayan aprendido las lecciones del 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski debió buscar y Keiko Fujimori aceptar un gran pacto derechista.

A pesar del entusiasmo, sin embargo, nada está dicho. Las cifras son muy ajustadas. En una semana hay margen aún para sorpresas. Las semifinales de derecha e izquierda todavía no están definidas.

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Encuestas, IEP, Juan Carlos Tafur

Una encuesta de determinada empresa no se puede comparar con otra. Tienen metodologías distintas y muestreos diversos. Pero sí es factible compararlas entre ellas mismas y en esa medida, la última encuesta de Datum arroja resultados interesantes a comentar. Cabe mencionar que ha sido hecha antes del debate dominical.

Lescano (14%, +1): Empieza a lentificarse su crecimiento. Es curioso que en el oriente sea donde peor le vaya en cuanto a región geográfica siendo una zona tradicionalmente populista. No le fue bien en el debate.

López Aliaga ((9%, +2): también ya se detiene su boom de crecimiento. Está asentado sobre todo en el sector AB, hombres y en Lima. Va a ser difícil que crezca en otros segmentos. Ya habría llegado a su techo y puede empezar a descender. No participar en el debate fue un error.

Forsyth (8%, +1): El debate lo va a afectar. Tiene más arraigo en jóvenes limeños y del oriente, del sector AB. Si la da un giro a su campaña podría mantenerse y tentar la segunda vuelta. Deberían salir más sus voceros y no sólo él.

Fujimori (8%, +1): crece lenta, pero sostenidamente. Es la que mejor está llevando su estrategia, sin perder los papeles. Sabe que el partido dura 90 minutos y no se aloca. Debe trabajar el sur y el oriente. Tiene buena votación femenina (más que Mendoza).

Mendoza (6%, =): su mensaje cala más en el sector E. Después del debate puede crecer. La atenazan Lescano y Castillo. Le han quitado el sur. Lescano tiene 18% en esa región, Mendoza 8% y Castillo, allí cerquita, 7%. Y en el centro, Castillo le gana.

De Soto (5%, =): en el centro (1%) y el oriente (3%) casi no existe. Lo mismo en el sector E (1%). Debe hacer campaña allí. Se está desplegando bien en medios y en visitas. Va a crecer. No se puede asegurar si al punto de aprovechar la probable caída de López Aliaga o si le dé como para alcanzar a Keiko.

Urresti (5%, +1): es el que votación más homogénea tiene (género, edad, región y nivel socioeconómico). No le fue bien en el debate, aunque quizás su efectismo gestual logre calar.

Castillo (3%, +1): si hace campaña en Lima, donde tiene 0% de intención de voto, podría dar la sorpresa y superar la valla. Tiene 10% en el centro y 7% en el sur.

Acuña (3%, =): le va bien en las entrevistas. En el AB le va pésimo. Debería hacer hablar a sus voceros económicos que pueden sintonizar con ese segmento. No está descartado.

Quizás lo más importante de esta encuesta de Datum es que el 45% aún está pensando por quién votar y un enorme 25% no ha pensado nada sobre estas elecciones. Solo un 28% dice ya haber decidido su voto.

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Datum, Elecciones 2021, Encuestas

Sin duda, las ganadoras del debate electoral protagonizado anoche en América Televisión, son -en ese orden- las candidatas de Juntos por el Perú, Verónika Mendoza, y de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.

Más solventes, más directas, más confrontacionales cuando la ocasión lo ameritaba, dejaron deslucidos a Lescano, Forsyth y Urresti, que más bien mostraron sus flaquezas antes que sus fortalezas.

¿Les alcanzará a ambas para avanzar en las “semifinales” que disputan? Mendoza tiene que derrotar a Lescano si quiere pasar a la segunda vuelta y tiene, además, que contener el crecimiento de Pedro Castillo, el candidato de la izquierda radical. Anoche ha anotado un gol, ha achicado la diferencia con Lescano y de mantener ese perfil (es injusta, por cierto, la poca cobertura mediática que recibe), puede trepar y meterse por los palos a la segunda vuelta. Tres semanas para la elección es mucho y faltan aún los debates del Jurado Nacional de Elecciones. Ha dejado de ser la Mendoza modosita que a nadie del centro iba a conquistar en esta primera vuelta.

Por su parte, Keiko Fujimori también redondeó una buena faena, contando con el beneficio adicional que su rival directo, Rafael López Aliaga, perdió por walk over al no asistir al debate. El candidato de Renovación Popular pudo haberlo hecho y haber aprovechado para zaherir al grupo El Comercio -si era eso lo que le molestaba- y eso, inclusive, le habría dado votos, dado el desprestigio social que sufre el principal conglomerado mediático del país, pero prefirió ir a una entrevista con Mónica Delta en Latina Televisión y salió trasquilado.

Al parecer, Keiko va a ir subiendo, lenta, pero sostenidamente, y López Aliaga no solo habría llegado a su techo sino que podría empezar a descender. Keiko aparentemente la tiene más fácil que Verónika Mendoza porque está a pocos puntos de López Aliaga, pero se le complica por la presencia creciente de Hernando de Soto, que también quiere jugar este partido de la derecha y su campaña ha agarrado vuelo (estuvo muy bien anoche en sendas entrevistas con Mónica Delta y Jaime Bayly).

Las semifinales de la izquierda y la derecha aún no están definidas. Apenas está culminando el primer tiempo. Hay cambios de estrategia y eso va a influir en los resultados finales.

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Debate, Elecciones 2021, Encuestas

Para utilizar una metáfora deportiva, podríamos decir que las elecciones ya van definiendo dos semifinales: una en la izquierda entre Yonhy Lescano y Verónika Mendoza, y otra en la derecha entre Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga.

La semifinal de la izquierda la viene ganando Lescano con amplia ventaja. Según la última encuesta de Datum, publicada hoy, el candidato de Acción Popular (13%) duplica la intención de voto de la lideresa de Juntos por el Perú ((6%). Lescano tiene más experiencia política, es curtido en el juego de los mensajes efectistas y populistas, es muy conocido y además su camiseta pesa (la marca Acción Popular es fuerte); en cambio, Mendoza se ha dedicado a hacer una campaña ideologizada, que no cala, y además su camiseta es poco conocida (hay gente que la sigue asociando al Frente Amplio).

En la semifinal de la derecha la cosa está más peleada. Datum muestra a ambos (Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga) empatados en 7%. Es de difícil pronóstico. Es probable que el candidato de Renovación Popular esté llegando a su techo, sobre todo si sigue creyendo que aquello de estridencia que le sirvió para crecer (estaba en 3% en la encuesta anterior), le va a servir para mantenerse, que es más difícil. En cambio, Keiko juega a la segura. Viene creciendo lenta, pero sostenidamente. No puede mostrarse disruptiva porque afecta el mensaje esencial de su campaña que es que ella ha cambiado y no es la Keiko desaforada que se tumbó a PPK. Ella, además, tiene voto escondido. Si mañana fuesen las elecciones, creo que la lideresa de Fuerza Popular pasaría a la segunda vuelta con un gol con el tiempo cumplido.

El centro no juega. Forsyth y Guzmán siguen cayendo. La polarización social que vive el país diluye el centro. La simultaneidad de crisis (sanitaria, económica, política y social), radicaliza al electorado. Recién en la segunda vuelta, el centro volverá a jugar su propio partido. Hoy sale sobrando.

¿Ya está todo dicho? No, Cuatro semanas es una barbaridad de tiempo. Recién estamos en los iniciales veinte minutos del primer tiempo. Un error, un traspiés, un chicharrón, un escándalo, una denuncia fuerte, etc., pueden tumbarse a un candidato. Y hay todavía margen de crecimiento de algunos. César Acuña y el propio Hernando de Soto han mejorado su performance mediática y política en los últimos días y no está descartado que empiecen a subir. Falta mucho.

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Candidatos presidenciables, Elecciones 2021, Encuestas

Según la última encuesta del IEP, se empieza a polarizar ideológicamente el país. La gente que se autopercibe de izquierda crece de 20 a 30%, lo mismo sucede con la derecha, que pasa de 21 a 30%, mientras que el centro se reduce, pasando de 42 a 36%.

De hecho, es una clara muestra de que las crisis simultáneas por las que el país está pasando (sanitaria, económica, social y política) ha extremado las posturas a favor de uno u otro bando. El viejo axioma de que al poder en el Perú se sube por el centro parece estar perdiendo paulatina vigencia.

Ir por posturas centradas puede no ser tan rentable en estos momentos aunque cuando las encuestas aún favorecen a sus portavoces (Forsyth, Guzmán y Salaverry), y además el problema que tiene este sector es que va a sufrir el crecimiento del candidato de Somos Perú, quien con la inclusión de Vizcarra en sus listas al Congreso dispara sus posibilidades (un 56% de la población, según la propia IEP está de acuerdo con su postulación al Congreso y cuando se pregunta por preferencias electorales al 2021 -sin colocar nombres en la cédula-, el expresidente supera inclusive a Forsyth en intención de voto). Dicho sea de paso, me parece un caso digno de estudio el alto nivel de popularidad de Vizcarra luego de su mediocre gestión, coronada por la noticia de que respecto de la provisión de las vacunas no hizo nada consistente.

Conforme se acerque la fecha de las elecciones, la ciudadanía va a demandar posturas firmes y claras que le den el aliento de poder salir del desmadre en el que nos encontramos. La izquierda, en ese sentido le está ganándola batalla a la derecha y por eso aparece mejor colocada. Ni Cillóniz, ni López Aliaga, solo Keiko Fujimori y apenas en algunas encuestas Hernando de Soto adquiere relevancia creciente.

Ya de por sí, esta elección está plagada de candidatos que se necesitan distinguir. Va a destacar quien hable más fuerte y más claro. No va a ser una elección para aguas mansas o tibias.

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Elecciones 2021, Encuestas, IEP
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