El desarrollo de habilidades blandas es vital para todo buen líder. Además, debe saber motivar a sus colaboradores, ser empáticos y tener un alto nivel de consciencia.
Es sabido que los trabajadores no renuncian a la compañía, sino a un jefe tóxico. Ya sea por su falta de liderazgo o empatía con el equipo que dirige. José Antonio la Rosa, cofundador de Supera World, explica -además- que un líder del 2021 debe ser aquel que desarrolle habilidades como: Buscar el bien mayor con alto nivel de conciencia; alta capacidad de análisis de la realidad; y, tener un pensamiento estratégico claro. Esas son tres características claves, en un contexto tan complicado como el que vivimos en la actualidad.
“Existe un gran número de jefes de empresas que miran solo su propio bien y el de su círculo inmediato o el de sus empleados, pero el líder consciente cuida el bien de todos sus Stakeholders: clientes, vecinos, comunidad, Sunat, la sociedad completa, para que el éxito sea compartido y sostenible” sostuvo.
Por su parte, Alejandra Osorio, gerente de Training & Consulting de Adecco, recuerda que, en un mercado laboral cada vez más enfocado en el desarrollo y bienestar de la persona, las habilidades blandas cobran una especial importancia dentro de la formación de líderes profesionales. Por ello, liderar con el ejemplo es fundamental. No se le puede exigir una conducta adecuada a los colaboradores si quien los maneja no la tiene en su actuar diario.
¿Cuáles es el perfil de un buen líder en estos tiempos?
Debe motivar a sus empleados. Un buen líder es capaz de incentivar a sus trabajadores a mejorar su desempeño y a crecer tanto personal como profesionalmente. Para conseguirlo, es importante que tenga llegada con sus colaboradores y pueda haber un feedback constante. “Es imprescindible que le pueda decir a su equipo qué está haciendo bien y qué está haciendo mal”, explica.
Saber delegar. El peso de la empresa u organización no puede caer sobre los hombros de una sola persona, por eso es importante saber delegar funciones. En este punto es importante mencionar que es fundamental hacer seguimiento a las labores, de modo que el jefe está al tanto del proceso y evitar sorpresas a última hora.
Inteligencia emocional: La empatía es una de las habilidades blandas por excelencia de un líder, quien no debe olvidar que cada empleado tiene una vida personal de la cual no es posible desconectarse del todo cuando se está en el trabajo. Un buen líder tiene en cuenta que, en ocasiones, hay situaciones que pueden afectar a un colaborador y por tanto influir en su desempeño.
Desarrollar equipos: El líder debe saber en qué son buenos sus colaboradores, cuáles son sus competencias, y en qué aspectos necesitan un impulso. Además de saber en qué están en el ámbito personal”, señaló la ejecutiva de Adecco.
¿Se pueden adquirir estas habilidades? De acuerdo con Osorio, si bien para quienes tienen estas capacidades de forma innata se hace más fácil, es posible desarrollar y aprender cada una de ellas. “Actividades como el coaching, mentoring, talleres vivenciales, lecturas y capacitaciones inhouse son herramientas excelentes para trabajar la obtención de dichas habilidades”, enfatizó.
Por su parte, el gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, Giancarlo Ameghino, señaló que un buen líder llega a formar y consolidar equipos altamente productivos y felices asumiendo el rol de coach o mentor con el objeto de facilitar el proceso de cambio y apoyar el crecimiento profesional de sus colaboradores.
“Un buen líder, antes que estar obsesionado por los resultados, se preocupa porque los integrantes de su equipo se sientan bien, estén motivados, desarrollen lo que están haciendo con pasión, y se animen a investigar y aprender por iniciativa propia. Crea y fomenta relaciones de confianza y de respeto recíproco entre los integrantes de su equipo”, señaló.