Acta de sujección

Congresista, usted dice que el 13 de marzo de 1999 no firmó un acta de sujeción, sino una lista de asistencia. Pero el 2001 los altos mandos de las Fuerzas Armadas reconocieron que esa acta existió y que se acordó, por ejemplo, respaldar el autogolpe [de Fujimori] y la impunidad para miembros de las instituciones castrenses.

No fue un acta, fue una comunicación que tomó el Comando Conjunto, el alto mando. Un acta es cuando yo participo en la discusión, me convocan para tal fin y luego me la pasan para estar de acuerdo en la redacción y firmo cada una de sus hojas. Cuando me comunican una información, un resumen de la reunión, simplemente firmo mi asistencia. No doy mi aprobación ni nada.

El contenido del acta está en una publicación del Congreso de la República. De acuerdo a la transcripción, el entonces jefe del Ejército, César Saucedo, dice: “Luego de haber manifestado esto, voy a permitirme leer los acuerdos que van a figurar posteriormente en un acta”. Es decir, estaban tomando acuerdos, no era una reunión sobre cualquier tema.

Estaban comunicando sus decisiones. Las Fuerzas Armadas tienen sus organizaciones. El jefe del Comando Conjunto es una de ellas. En esa época existía una división para el tema de la subversión y había dos cabezas. Luego estaban los comandantes generales de cada una de las instituciones. Ellos, a través de sus estados mayores, sus consejos consultivos, determinan acciones y esas acciones las comunican por escrito o verbalmente. En este caso, ellos estaban comunicando lo que habían hecho. Mi trabajo en ese momento estaba en el norte del país, no estaba en Lima.

Pero el corrupto general Saucedo no habla de acciones, habla de acuerdos.

Son acuerdos de ellos, del alto mando, no de nosotros.

¿Puso algún “pero” sobre aquella sesión?

No, fuimos como oyentes.

¿Y en la totalidad de lo acordado usted estaba a favor?

Ni siquiera me acuerdo de cuál fue el primer punto.

Apoyar el autogolpe.

En ese momento todos apoyaban el golpe. Parte de nosotros no participamos. Yo no participé. Fue un tema más civil que militar.

Que los altos mandos el 2001 hayan reconocido que se trató de un acta vergonzosa para la institución y que usted diga que solo firmaron una lista de asistencia, ¿no lo hace un negacionista de la historia?

No es cambiar la historia, es decir lo que sucedió realmente. Y en ese momento también estuve en contra de lo que ellos comunicaron. Estaba en una situación en que no podía hacer nada más que decir ‘estoy en contra’. Era contralmirante.

 

montoya publicacion de el congreso
La sesión del 13 de marzo de 1999 se encuentra transcrita en el libro ‘La sala de la corrupción’ publicado por el Congreso de la República. En este extracto, el general César Saucedo señala que lo que allí se trataron fueron «acuerdos». Montoya asegura que él no suscribió ninguno de estos y que fue un asunto de los altos mandos de la época.

 

Congresista, antes de la segunda vuelta dijo que estábamos entre la democracia y la dictadura comunista. Pero hoy los renunciantes de su bancada lo acusan precisamente de tener actitudes dictatoriales y posiciones antidemocráticas. ¿Qué responde?

Creo que debería preguntarles a los miembros de mi bancada, porque decirlo yo… no saco nada. Defenderme de algo que no he hecho… Más bien, pregúnteles a los miembros de mi bancada sobre mi manera de trabajar y de actuar. Esas personas salieron porque fueron desleales con el partido. Esa es la realidad.

Dicen los renunciantes que usted no les avisó que estaba presentando su lista a la Mesa Directa, ¿es eso cierto?

No. En reunión de partido se autorizó mi participación para el proceso electoral para la Mesa Directiva como candidato a la presidencia. Se descartó la posibilidad de ir como vicepresidente. Yo he hecho las negociaciones, he conversado con los partidos, he estado haciéndolo de manera activa para conseguir una lista o con otros partidos o con el nuestro. No estaba prohibido. Tenía autorización libre para operar y así lo hice. Cuando vi que el cambio de actitud de los partidos con los que había hablado se dio un día antes, decidí participar sí o sí.

Entonces, para el momento de la inscripción, usted ya sabía que se habían volteado las cartas, ¿por qué insistir si al final perdió por goleada?

Porque el asunto es participar, tener presencia, cumplir lo que uno dice. Y a nuestros militantes les dijimos que íbamos a participar de la contienda electoral para la Mesa Directiva. Los principios valen más que los resultados.

¿Le molestó más perder por goleada o la traición de sus excompañeros de bancada?

No me molestó perder por goleada, porque eso fue un acuerdo entre las bancadas con intereses parlamentarios diferentes a los nuestros. Eso es parte de la democracia y lo acepto tal como es. Pero la falta de lealtad nos indignó a todos los miembros de la bancada. Ellos [los renunciantes] mostraron su voto haciendo escarnio y eso para mí es lapidario.

El jueves, Norma Yarrow dijo en una entrevista que luego de esta votación usted los apartó, que sacaba comunicados sin consultarles y los ignoraba de cara al reparto de las comisiones, ¿ese ha sido su comportamiento?

Le voy a explicar qué pasó, ya que ella ha sacado cosas internas de la bancada. Luego de esa actitud, pedí una reunión en el partido para someter a disciplina a los tres miembros y fue una larga reunión para tomar decisiones y acuerdos. Yo pedí que saliera la señora Yarrow de la bancada. Yo no podía trabajar con alguien que trabaja en contra de uno. Y se votó y ganó mi posición para que saliera de la bancada. Por eso no le comunicábamos a ella específicamente del tema.

En el caso de las otras dos personas, se les dio una oportunidad. Le retiré la confianza al vocero alterno, que era Bazán, porque no podía tener de vocero a alguien que opinaba opuesto a lo que había opinado yo. Pero se le ha comunicado de todas las sesiones que hemos tenido. El único que ha asistido ha sido Bazán y en algunas se retiraba apenas empezaba. La otra señora, Jéssica Córdova, no asistió a ninguna. Los chats de comunicación existen. Saben que yo no iba a hablar, porque no me gusta hablar de las cosas internas, pero si me hacen una pregunta como la suya y estamos tratando de encontrar la verdad, sí le contesto de esa forma.

En efecto Yarrow ha brindado detalles que no lo dejan muy bien parado. Dijo, por ejemplo: “Nosotros no tenemos trolls, somos tres personas que afrontamos la dura realidad que existe cuando no hay una democracia dentro de la bancada”, ¿tiene usted una horda de trolls?

[ríe] No. Yo mismo manejo mis redes y lo hago con muchas limitaciones. He aprendido en el camino. Trolls no tengo.

Congresista, ¿qué opinión tiene de Rafael López Aliaga?

Es nuestro líder del partido. Entré al partido justamente por él, desde agosto del año pasado. Me convocó y, conociendo sus cualidades personales, decidí entrar a la política.

El señor Beto Ortiz ha dicho ayer en su programa que López Aliaga está decepcionado”, que “siente que se equivocó al convocarlo” a usted al partido. Esto a raíz de una reunión de su bancada con el señor Castillo supuestamente sin el conocimiento de él. ¿Le ha manifestado su decepción?

No. Esa es una opinión de Beto Ortiz y me llamó la atención de cómo trata de destruir una acción [la reunión con Castillo] que no tiene nada que ver con lo que él ha dicho. Me ha llamado seriamente la atención cómo puede manipular la información de esa manera.

Pero Ortiz afirma que López Aliaga piensa así. Da a entender que ha hablado con él.

Si piensa así, López Aliaga ya lo dirá en su oportunidad. Pero no hemos hablado nada de eso.

Lo otro que dijo Ortiz fue lo siguiente: “El almirante (r) Montoya puede ser el congresista más votado que sea, pero el presidente del partido es López Aliaga”. ¿Es así? ¿López Aliaga es el mandamás y usted su subordinado?

No. López Aliaga es el presidente del partido. El secretario general es Gustavo Pacheco. Yo soy un militante y, dentro de las elecciones, he salido como congresista. Eso es todo.

Tomo las declaraciones de Ortiz porque el señor López Aliaga es muy asiduo a Willax. ¿Lo llegó a ver la semana pasada en una entrevista que le dio a Carla García?

No tuve oportunidad de verla. He visto los comentarios.

¿No ha visto la actitud del señor López Aliaga? Parecía estar bajo efectos de alguna sustancia.

No, no lo he visto.

Se lo pregunto porque hace unos meses la abogada Beatriz Mejía describía al líder de su partido como un constante bebedor, prepotente y lisuriento, ¿usted no lo ha visto en circunstancias similares?

Yo soy abstemio, no tomo. Nuestras reuniones siempre son tomando una taza de café y comiendo algunos dulces.

Congresista, ¿piensa en la vacancia presidencial?

No. Yo pienso en solucionar el problema. El gobierno tiene que cambiar de Gabinete, no puede seguir un Gabinete en el que buena parte de sus miembros son impresentables. Tendría que cambiarlo si quiere tener continuidad.

¿Y al premier, le dará la confianza?

Dependiendo de cómo lleguemos ese día. Y la decisión no es mía solamente, sino de la bancada completa. Vamos a conversar, discutir y tomaremos una decisión. Si no cambia la situación, veo muy difícil darle la confianza.

Usted en algún momento defendió a Bellido de la acusación por apología al terrorismo. Dijo: “He escuchado sus declaraciones y se han sacado de contexto realmente. No ha dicho lo que dicen que dijo”. ¿Se mantiene en esa declaración?

El video se toma antes de salir al aire. Se grabó lo que hablaba él con la conductora antes de salir al aire. Lo que han sacado es lo previo. Como usted sabe, muchas veces se conversan cosas off the record.

Pero usted hizo una defensa.

No, era tratar de poner la situación en blanco y negro. Si antes de esta entrevista hablamos entre los dos temas particulares que no tienen que ser publicados, no significa que yo piense eso exactamente. No hay que perder de vista cuál fue mi intención, que fue generar un diálogo en el gobierno. En ese momento no se había nombrado los ministros todavía.

¿En todo caso, la investigación al señor Bellido por apología le parece abusiva, fuera de lugar?

No, está de acuerdo con lo establecido y debería retirarse del premierato.

Usted ha anunciado que la estrategia del Congreso ahora es ir ministro por ministro. Los primeros serían Héctor Béjar (Relaciones Exteriores) y Juan Carrasco (Interior). ¿Tiene planeada la censura?

Tenemos listo todo para proceder poco a poco con estos temas. Esperemos que se pueda solucionar sin llegar a esa situación.

¿Y no teme que Castillo haga cuestión de confianza por su gabinete?

Podría ser, pero una amenaza de esa naturaleza no debe implicar que uno no deba actuar como considera que debe hacerlo. Tenemos que decir lo que pensamos y hacer valer nuestras decisiones.

Si se logran sortear las amenazas de cierre, ¿cuáles son los proyectos que impulsará desde el Congreso?

Lo que tenemos que hacer todas las bancadas es ponernos de acuerdo en punto comunes para darle gobernabilidad al país y salir de la crisis económica y sanitaria en la que nos encontramos. Eso es lo primero que haría, tratar de concertar para encontrar una agenda común. Y esto tiene que nacer más del Ejecutivo que del Congreso, porque no sabemos cuáles van a ser sus líneas de acción. Nosotros estamos para facilitar las cosas.

Usted anunció que promoverá una ley para que los partidos comunistas no puedan participar en las contiendas electorales. ¿Eso no le parece poco democrático?

No, porque los partidos comunistas no creen en la democracia. Ahora, lo dije en una forma gráfica para que quede en la mente de las personas qué era lo que pensaba. Pero sí vamos a trabajar una ley que proteja al Parlamento y a la democracia de actitudes que no son democráticas. No va a haber un proyecto para prohibir un partido, porque no se puede prohibir la existencia de un partido. Pero sí para no tener en el Congreso a gente que ha estado en Sendero Luminoso, o gente que tiene acusaciones por terrorismo, o ministros que tengan ese perfil.

¿Pero una persona que ya pagó su condena, no debería ser libre de participar en democracia?

No a los que son terroristas, de ninguna manera.

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