“Sobre la muerte, sin exagerar”, poema de la poeta polaca Wislawa Szymborska, nos ofrece una mirada irónica y reflexiva sobre la muerte, desmitificándola y presentándola como un proceso imperfecto e incluso torpe. A partir de esta visión, podemos abordar el tema del derecho a la muerte digna, un asunto complejo y fundamental en la sociedad actual, ejemplificado en el caso de Ana Estrada y la labor de su abogada Josefina Miró Quesada Gayoso.

La muerte, como bien describe Szymborska, es un evento inevitable. No sabe de estrellas, de puentes, ni de las maravillas que la vida nos ofrece. Sin embargo, a pesar de su naturaleza inevitable, la muerte no debería ser un proceso indigno o lleno de sufrimiento. El derecho a la muerte digna, como lo luchó Ana Estrada, implica garantizar que las personas que se enfrentan al final de su vida puedan hacerlo de manera pacífica, con autonomía, sin dolor innecesario y dignidad.

Ana Estrada, diagnosticada con polimiositis, se convirtió en un símbolo de la lucha por el derecho a la muerte digna en el Perú. Su caso marcó un hito al ser la primera persona en el país en acceder a la eutanasia, tras una larga batalla legal liderada por su abogada Josefina Miró Quesada Gayoso.

Estrada, quien padecía una enfermedad progresiva e incurable que le causaba un deterioro físico irreversible, solicitó la eutanasia como una forma de evitar un mayor sufrimiento y preservar su dignidad. Su caso generó un intenso debate en la sociedad, poniendo sobre la mesa la necesidad de legislar sobre la muerte digna y garantizar el derecho de las personas a tomar decisiones sobre su propio final de vida.

Miró Quesada Gayoso, defensora incansable de los derechos humanos, acompañó a Estrada en su lucha legal con valentía, solvencia, empatía y determinación. Su labor fue fundamental para visibilizar el caso y generar conciencia sobre la importancia del derecho a la muerte digna. Gracias a su trabajo, Estrada pudo acceder a su deseo de morir en paz y con dignidad, marcando un precedente histórico en el Perú.

La muerte, como bien describe la poeta, no es todopoderosa. «No existe vida, que, aun por un instante, no sea inmortal». La vida, en todas sus formas, es un bien preciado que debe ser protegido y celebrado. El derecho a la muerte digna, como lo defendieron Ana Estrada y Josefina Miró Quesada Gayoso, no busca acelerar la muerte, sino ofrecer un marco de respeto y compasión para que las personas puedan afrontar su final de vida con dignidad y autonomía.

Es importante destacar que el derecho a la muerte digna no es un tema homogéneo. Existen diferentes perspectivas éticas, religiosas y culturales que deben ser consideradas y respetadas. Sin embargo, el diálogo abierto y honesto sobre este tema es fundamental para avanzar hacia una sociedad más justa y compasiva, donde todas las personas puedan tener la libertad de elegir cómo y cuándo quieren morir.

La muerte, como bien describe Wislawa Szymborska, siempre llega con «ese instante de retraso». No debemos temerle, sino afrontarla con valentía y dignidad, reconociendo la fragilidad de la vida y la importancia de vivirla al máximo. El derecho a la muerte digna, como lo ejemplifica el caso de Ana Estrada y la labor indesmayable de Josefina Miró Quesada Gayoso, es un canto a la vida, un reconocimiento a la autonomía de las personas y un compromiso con la construcción de una sociedad más humana y compasiva. 

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Fernando Puelles Morales | Director de Finanzas Corporativas – Grupo PRACDA

La Junta de Normas Internacionales de Contabilidad – IASB por sus siglas en inglés, (International Accounting Standards Boards), emitirá la NIIF 18: Presentación y revelación en estados financieros. Esta norma diseñada para mejorar la utilidad de la información presentada y revelada en los estados financieros promete brindar a los inversionistas una visión más transparente y comparable del desempeño financiero de las empresas.

Desde su creación hace más de dos décadas, la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB) ha sido una fuerza motriz en la estandarización de la contabilidad a nivel mundial. Su última contribución, la Norma Internacional de Información Financiera (NIIF) 18: «Presentación y revelación en los estados financieros», marca un hito significativo en la evolución de la normativa contable.

La NIIF 18 representa una revisión sustancial de las reglas contables para la preparación de estados financieros, reemplazando a la Norma Internacional de Contabilidad (NIC 1): «Presentación de estados financieros», que ha estado en vigor a nivel global desde 2001. Este cambio no solo promete mejorar la transparencia y comparabilidad de la información financiera, sino que también plantea una serie de desafíos para las empresas que aplican NIIF.

Una de las principales características de la NIIF 18 es su alcance universal, ya que afectará a todas las entidades que apliquen las NIIF, independientemente de su sector. Además, su entrada en vigor el 1 de enero de 2027, con la posibilidad de adopción anticipada, obliga a las empresas a prepararse para cumplir con los nuevos requisitos en un plazo determinado.

Entre los cambios más destacados que trae consigo la NIIF 18, para mejorar la utilidad de la información presentada y revelada en los estados financieros, se encuentran:

  • Comparabilidad mejorada en el estado de pérdidas y ganancias. Esta nueva NIIF introduce tres categorías definidas de ingresos y gastos (operativos, de inversión y financieros), así como nuevos subtotales definidos, incluida la utilidad operativa. Estos cambios proporcionarán a los inversores un punto de partida consistente para analizar el desempeño de las empresas y facilitarán la comparación entre ellas.
  • Mayor transparencia de las medidas de desempeño definidas por la administración. La NIIF 18 requiere que las empresas revelen explicaciones de las medidas específicas de la empresa relacionadas con el estado de resultados, denominadas medidas de desempeño definidas por la administración. Esto mejorará la transparencia y la comprensión de estas medidas, haciéndolas sujetas a auditoría.
  • Agrupación de información más útil en los estados financieros. La norma establece una guía mejorada sobre cómo organizar la información en los estados financieros principales o en las notas. Se espera que esto proporcione información más detallada y útil para los inversores, incluyendo más transparencia sobre los gastos operativos.

Sin embargo, la implementación de la NIIF 18 no será tarea fácil. Se requerirá una aplicación retroactiva, lo que significa que las entidades deberán reformular la información comparativa de los estados financieros y las notas aplicables. Esto puede representar un desafío significativo, especialmente para aquellas empresas que operan en mercados bursátiles como la Bolsa de Valores de Lima.

Andreas Barckow, presidente del IASB, comentó: «La NIIF 18 representa el cambio más significativo en la presentación del desempeño financiero de las empresas desde que se introdujeron las Normas de Contabilidad NIIF hace más de 20 años. Brindará a los inversores mejor información sobre el desempeño financiero de las empresas y puntos de anclaje consistentes para sus análisis».

Es evidente que los costos de implementación y aplicación continua de la NIIF 18 variarán para cada empresa, dependiendo de una serie de factores como los sistemas contables, las prácticas de presentación actuales y la naturaleza de las actividades comerciales. Sin embargo, esta transición también ofrece una oportunidad única para que la administración comprenda y aborde anticipadamente los desafíos, identificando oportunidades para optimizar los beneficios que la nueva norma traerá a los usuarios de los estados financieros.

En conclusión, la emisión de la NIIF 18 marca un cambio significativo en el panorama contable global. Si bien presenta desafíos, también ofrece la oportunidad de mejorar la calidad y la relevancia de la información financiera, lo que beneficiará a las partes interesadas y contribuirá a una mayor transparencia en los mercados financieros.

Según reciente encuesta de Ipsos, un 25% de la población cree que el APRA volverá al Congreso y un 14% que volverá a la Presidencia. Estas cifras deben haber caído como maná del cielo en los predios de la avenida Alfonso Ugarte.

La encuesta no es un buen predictor, por cierto, pero revela que puede estar reconstituyéndose una base de apoyo popular a un partido que en su segundo mandato no lo hizo mal y podría estar recuperando justicieramente un lugar que, por ejemplo, sin justicia alguna, logró recuperar Acción Popular.

Se ve difícil que el APRA pueda armar una buena plancha presidencial, aunque ya lo hemos dicho antes, una tríada Roque Benavides-Carla García, Renzo Ibáñez sería muy potente y atractiva. Quizá su rol político esencial, dada su experiencia, sea ser la bisagra que permita a la centroderecha unirse y no presentarse suicidamente fragmentada como lo viene haciendo hasta ahora.

En ese pacto, el APRA obviamente tendría que subordinar apetitos y ceder lugares, pero tiene varios cuadros capaces de ser buenos candidatos al Senado (Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Luis Gonzáles Posada, entre otros) y una miríada de jóvenes que pueden sorprender como candidatos a la cámara baja.

El APRA merece un sitio en la historia. Reiteramos que, como lo dijimos en columna reciente, le corresponde, corrigiendo las omisiones del segundo mandato de Alan García, ocupar el espacio de una centroizquierda liberal y contribuir, con su sapiencia adquirida, a conformar uno o dos grandes frentes de centro o centroderecha en el país, si no queremos regalarle el país a la extrema izquierda.

Es tarea difícil, por el enorme desprestigio que arrastran los partidos tradicionales, pero las encuestas señaladas son propicias y debería reanimar las voluntades al interior del partido y abocarse a superar las cruentas rencillas internas que hoy lo tienen paralizado y atrapado. Ya es tiempo de que las resuelvan y dediquen sus energías políticas a afrontar el gran desafío nacional que la democracia peruana tiene por delante, el 2026, circunstancia en la que se va a requerir el concurso de todos los partidos democráticos, entre los cuales destaca el aprismo.

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Apra, Carla García, Partido Aprista Peruano

Aparece nueva evidencia que expone a los infiltrados que el gobierno de Pedro Castillo había colocado en puestos estratégicos para beneficiar, entre otros, al prófugo sobrino del exmandatario.

Este último viernes 26 de abril se produjo la detención de un coronel de la policía de nombre Martín Gonzáles Sánchez, quien en su momento ocupó el cargo de jefe de la Dirección General de Inteligencia (Digemin). Sobre González pesa la acusación de pertenecer a una red criminal cuyo objetivo era obstaculizar los trabajos de captura a personajes vinculados con el expresidente e incluso hasta habría facilitado la fuga del juez César Hinostroza.

Sin embargo, que estas personas colaborasen con Castillo y sus allegados no se debería a una simple casualidad. Sudaca accedió a estos documentos que comprometen a González Sánchez y que también ponen al descubierto a los que colaboraron para que se puedan colocar a estos infiltrados en puestos clave. 

LA BANDA DE ACCIÓN

Acorde a los documentos revisados por este medio, Gonzáles Sánchez es señalado como uno de los integrantes de la presunta organización criminal llamada “Red Criminal en el Poder” que habría sido liderada por Pedro Castillo durante su paso por la presidencia.

Cristian Rebosio

Aprovechando el cargo que ostentaba, Martín Gonzáles se habría encargado de la filtración de información que ha sido calificada como “sensible y confidencial”. Con ello, este coronel de la policía ponía en alerta a los integrantes de la presunta organización criminal sobre las investigaciones así como las acciones de inteligencia de búsqueda y captura de prófugos.

Cristian Rebosio 

Claro que esta labor de filtración no fue realizada únicamente por Gonzáles. Haciendo un uso indebido de su cargo como director de la Digemin, el coronel Gonzáles promovió las designaciones de José Luis Alarcón Camacho y Martín Hanns Barco Rivadeneyra en posiciones claves en la División de Búsqueda de Personas (DIVBUS) para poder acceder con mayor facilidad a la información que Pedro Castillo y su entorno necesitaban para evitar ser capturados.

¿EL RECOMENDADO DE CARRASCO?

Sin embargo, la participación de Martín Gonzáles se habría originado tras la recomendación de uno de los minsitros que formó parte del gobierno castillista. Esta persona ha sido identificada como el exministro Juan Carrasco Millones. Acorde a las declaraciones que brindó un colaborador eficaz, Carrasco Millones se refirió a Gonzáles Sánchez como “una persona que tenía cercanía a la fiscalía y otros contactos”.

Además, el extitular del Ministerio del Interior habló de Martín Gonzáles como alguien que “podía ayudar con sus problemas de investigación” antes de brindar el número de contacto de este coronel de la policía.

Cristian Rebosio

Tal como se pudo comprobar en la resolución suprema de su nombramiento, Juan Manuel Carrasco Millones se encontraba al frente del Ministerio del Interior en la fecha en la que Martín Gonzáles Sánchez fue designado como director general de la Dirección General de Inteligencia.

Cristian Rebosio

A ello se le suma que se ha señalado a Carrasco Millones como la persona que intermedió para que el prófugo sobrino del expresidente Castillo se contacte con Martín Gonzáles Sánchez para conversar con respecto a la información que le iba a filtrar sobre las investigaciones y acciones de búsqueda que se venían realizando para capturar a Fray Vásquez Castillo.

Cristian Rebosio

Con respecto a la cercanía de Carrasco Millones con el entorno de Pedro Castillo, cabe señalar que el ahora exministro incluso quedó registrado como uno de los visitantes a la polémica casa de Sarratea. Sin embargo, pese a las pruebas existentes, Carrasco no ha sido incluido, por ahora, en esta detenciones, aunque la situación podría experimentar un cambio radical en caso se presente una denuncia constitucional y el Congreso decida efectuar dicha acusación.

Si hasta la fecha existían cuestionamientos al gobierno de Pedro Castillo por los casos de corrupción que involucraban a sus funcionarios, estos nuevos testimonios ponen en evidencia que, durante su paso por Palacio de Gobierno, Castillo Terrones no sólo era indiferente a estos casos sino que hasta existía la voluntad de favorecer a los involucrados.

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Fray Vásquez, Juan Carrasco, Martín Gonzáles, Pedro Castillo

Sol, frio y un parque japonés. La combinación perfecta para relajarte, tomarte una coca cola y admirar todo. Desde los árboles, piedras y mujeres que caminan por ahí. Obvio, siempre con respeto. Me quedé un rato frente a las ruinas del antiguo castillo de Hiroshima, destruido por la bomba atómica, y de pronto se llenó de niños. Todos con gorras del mismo color y el mismo uniforme. Jugaban sobre las bases que quedan del antiguo castillo. Fue la representación perfecta de prosperidad. Lo que una vez fue un completo desastre ahora es patio de contemplación y diversión para los niños. No es una falta de respeto.

La educación de este país tiene una calidad admirable y los niños pequeños solo dedican su tiempo al desarrollo de una personalidad propia e interiorizar principios morales necesarios para la convivencia. La mayor parte de su tiempo lo usan para jugar. El juego es algo desvalorizado en occidente, donde abruman a los pequeños con exámenes que no sirven para nada, cuando jugar en la infancia tiene una importancia fundamental. Al jugar uno aprende a ganar y a perder, ámbito totalmente imprescindible para desarrollar un carácter fuerte y positivo. Seguí caminando y me encontré con el nuevo castillo rodeado por canales y árboles de cerezo creando un ambiente atemporal. Todos los turistas se quedaban pasmados ante semejante belleza y todos sonreían o se sacaban fotos. Yo tuve que pedirle a alguien que me tome una. 

Francisco Tafur

Por solo 500 yenes, menos de 3 dólares, compras el ticket para acceder a la nueva estructura. Es un castillo moderno que honra al pasado, al ser una réplica exacta del antiguo que fue fundado incluso antes que la ciudad, a finales del siglo XVI. Cuenta con cinco pisos y cada uno explica distintos sucesos de su historia. Me di cuenta de que estaba sin físico porque llegué sudando a la cima.  Igual, en los viajes uno saca energía de donde puede. En los alrededores de la fortaleza hay tres árboles sagrados que sobrevivieron a la explosión y ahora son símbolos de fortaleza y superación. Al salir, me despedí con una reverencia como es costumbre acá y fui hacia la estación de tren con destino a Miyajima, pero antes disfruté de un Okonomiyaki. Este plato típico de Hiroshima consiste en una base de masa donde le ponen lo que tú quieras, la traducción literal del nombre es: cocinado a su gusto. Debo admitir que por miedo a que me dé una alergia no comí ostras, es casi un pecado ya que esta ciudad es la capital de este manjar. 

Luego de 30 minutos en metro, llegué a la estación de ferris que se dirigen a la isla de Miyajima. A bordo, en el transcurso de 10 minutos recordaba la primera vez que me subí a uno. Estaba con mi padre, en Brasil, por el mundial del 2014 y él insistió que esa isla, cuyo nombre no recuerdo, era un paraíso. Cuando llegamos estaba todo oscuro y la única impresión que tenía fue que en cualquier momento nos iban a robar. Claramente fue un error de mi padre y regresamos rápidamente después de una acelerada vuelta. Mientras te vas acercando a la isla, se logra visualizar la famosa puerta Otorii de color rojizo que aparenta estar flotando en el mar, es enorme. La verdad es que sus cimientos llegan hasta el piso y cuando la marea está baja se puede apreciar en su totalidad. 

Francisco Tafur 

Al llegar, sales de la estación, caminas unos pasos y te reciben decenas de venados sagrados que están tan acostumbrados a las personas que se acercan para jugar, ser acariciados y pedir comida. Son enormes, pero son tan dóciles que yo los veía como si fueran perros gigantes. Me quedé un rato jugando con ellos y me compré un teppanyaki de pulpo para comérmelo sentado en una banca. Fue un error, se me acercó uno de los venados y comenzó a mirar mi pulpo a la parrilla. No sabía si invitarle, tal vez le caía mal. Me lamió la cara, metió su hocico en mis bolsillos y hacia sonidos. Yo solo me mataba de risa. Lo acariciaba mientras le hablaba diciéndole que no le iba a dar mi pulpo. Me seguía a todos lados, así que compré un pepino y se lo di. Después de eso comimos juntos y me despedí de él con unas palmadas en la frente y lomo. Fue divertidísimo.

La isla, cuyo verdadero nombre es Itsukushima, ha sido venerada desde tiempos antiguos. Los arqueólogos han encontrado vestigios del año 500. El santuario del mismo nombre que la isla ha sido proclamado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, está construido sobre el mar y le rinde tributo a la deidad del océano. Suele ser adorado por pescadores, marineros y comerciantes. Al entrar se puede ver la puerta Otorii en su máximo esplendor. Caminas entre linternas de bronce y columnas, también rojizas. Todo parece estar en armonía con el paisaje. Este santuario se encuentra a pies de una cadena montañosa donde el pico más alto es el monte Misen de casi 600 metros. Todo lleno de árboles y miles de aves que cantan sobre uno. Parece que estás sumergido en las novelas de Osamu Dazai o de Ryunosuke Akuyagawa, famosos escritores japoneses que recomiendo bastante.

Francisco Tafur 

Al salir, por el otro extremo del santuario, encuentras unas escaleras, sí, más escaleras, mis piernas ya no daban más, pero encontré fuerza en mi alegría. Las escaleras se elevan hasta la cima del monte Misen y a mitad de camino está el templo Daisho-in, del año 806. Fue fundado por uno de los monjes más famosos de la historia japonesa llamado Kukai o Kobo-Daishi. Mientras subía arrastrándome, lleno de sudor, me crucé con una enorme campana, se les llama Furin o campanas de viento. Para mi suerte estaba permitido tocarla. Agarré una cuerda gruesa que estaba amarrada a un pedazo de tronco. Jalé la cuerda e impacté la campana con todas mis fuerzas, casi me quedo sordo, pero el sonido es peculiar, parece retumbar por toda la isla. 

Antes de llegar al templo, me desvié del camino para caminar por un jardín repleto de estatuas de Buda en piedra. De distintas formas y todas adornadas con gorros rojos. Estas son conocidas como estatuas Jizo y se les suele decorar con estos gorros y también baberos de este color. La razón es que en el folclore se considera que el rojo aleja a los demonios o yokais. También, se cree que espanta a las enfermedades. Se les considera guardianes de los niños y viajeros. Es por esto que en múltiples caminos a lo largo del país se encuentran estas figuras. Mientras caminaba por estos pequeños senderos regaban el jardín y parecía estar todo rodeado de niebla, le daba un toque místico que te atrapaba en el lugar por varios minutos. Retomé el camino y llegué al templo. Tomé de las fuentes de agua sagrada y, por si acaso, lancé unas monedas como ofrenda. No soy supersticioso, pero me compré un omamori, talismán de la suerte. 

Francisco Tafur

 

Después de varias horas en la isla, regresé a la estación de ferry para volver a Hiroshima. Me impresionó que salieron como 10 personas en las famosas motos deportivas, Kawasaki, reconocidas a nivel mundial. Existen distintos tipos de viajeros y los motociclistas son uno de ellos. Me encantaría hacerlo algún día, pero la única vez que manejé una casi me caigo, por suerte no pasó nada. Subí al ferri y miraba cómo la enorme puerta roja iba desapareciendo mientras el barco se alejaba. Me preguntaba si regresaría algún día o si esta sería la última vez que pise la isla sagrada. Una vez más, Japón, me sorprendió por su capacidad de hacerte creer que estas en una épica antigua. Es un territorio que contiene ese poder. La magia se entremezcla con la realidad y te invade de manera potente. Aprendes que hay mil mundos en uno solo y que conocerlos todos es imposible para una vida. Ya voy más de dos semanas aquí y la potencia del lugar hace que parezca que el tiempo vuela. Nunca había sentido mi espíritu viajero tan alimentado.

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Es una terrible injusticia histórica y política que la izquierda radical -o en cualquiera de sus variantes- reaparezca con posibilidades ciertas para el escenario del 2026.

Porque ella fue socia o cómplice del corrupto, golpista y terriblemente ineficiente régimen de Pedro Castillo, que causó en poco tiempo la ruina del país y lo hubiera destruido si no fuera porque, ajochado por las investigaciones de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y su sentido de culpabilidad, quisiese patear el tablero el 7 de diciembre del 2022 (si Zoraida Ávalos hubiera conducido la Fiscalía de la Nación, hasta hoy estaría Castillo y con 80 “niños” destruyendo el país).

Ese lapso de gobierno fallido debiera haber servido para curar en salud a los peruanos que lo votaron y llevarlos a una reconvención de sus principios, pero lamentablemente eso no ha ocurrido así. La centroderecha cometió el gravísimo error de sostener el mandato de Dina Boluarte hasta el 2026 y con ello le ha dado oxígeno a la izquierda para salir de cuidados intensivos y presentarse -¡oh paradoja!- como opción nueva frente al electorado.

El Congreso adefesiero que tenemos, coludido con una mediocre gestión, como la de Boluarte, percibida como una coalición derechista por las mayorías, le ha servido de pólvora a los discursos radicales de Antauro Humala, Guido Bellido o Aníbal Torres, quienes se perfilan como las más potentes cartas de esa izquierda para los venideros comicios.

Si le sumamos la manutención de las condiciones sociales que explicaron el estallido electoral de Castillo, la absoluta desigualdad en los servicios de salud, educación, seguridad, infraestructura básica que existe entre la Lima acomodada y el resto del país, se entenderá por qué puede seguir prendiendo un discurso que, llevado a la práctica, ya demostró su inviabilidad.

Si se hubiese adelantado el proceso electoral, como inicialmente aprobó el Congreso, el país se hubiera volcado masivamente por alguna opción de centroderecha sensata y moderna -claro está, sin la fragmentación suicida que hoy muestra- y el país hoy estaría reconducido por la senda de las reformas que tanto se esperan. Perdimos una oportunidad histórica que ahora nos pasa factura al resucitar una seria amenaza al orden democrático y económico hasta hoy relativamente vigente.

La del estribo: dos recomendaciones imperdibles. La primera, la notable película La piel más temida, de Joel Calero, que como parte de la saga estrenada en La última tarde, ahonda en los grises de los rezagos del conflicto armado interno. Actuaciones sobresalientes de Juana Burga y Luis Cáceres. La segunda, Maquillage, obra de hace más de 70 años, de Jorge Eduardo Eielson, como parte de los homenajes que se están efectuando en el país, por los cien años de su nacimiento. Va en el Británico solo hasta el 5 de mayo. Es una gran comedia, brillantemente protagonizada por un elenco actoral de primera. Entradas en Joinnus.

¿Cuándo empezó la lucha de Ana Estrada?

Ella tuvo un episodio muy fuerte en 2015 y estuvo internada por seis meses en el Hospital Rebagliati. Hay que recordar que lleva más de treinta años padeciendo la polimiositis. Su cuerpo iba deteriorándose y ese punto de quiebre que para ella significó casi una muerte en vida, una experiencia de terror que marcó la ruta para que ella pudiese renacer y conquistar su derecho a elegir los términos en los que iba a vivir y morir con dignidad. Cuando le dan de alta en 2015, ella cuenta que era un pedazo de piel con huesos de 35 kilos y que había salido otra persona de allí, que ya no era más ella, pero estaba determinada a empezar una nueva lucha para buscar su derecho a una muerte digna.

¿Cómo empezó a trabajar en el caso de Ana?

En 2019, Ana abre su blog para compartir su historia y luego tuvo una serie de reportajes que dieron eco de su voz hasta que, en noviembre, sale en Cuarto Poder y eso le da más visibilidad a su caso. La conozco a partir del reportaje, yo estaba en la Defensoría del Pueblo y ahí se inicia el trabajo para representar su caso y acompañarla desde la defensa jurídica.

Por las dificultades que representa encontrarse en un país en el cual la eutanasia no sólo es ilegal sino que, además, existe mucho desconocimiento al respecto, ¿se pensó en alguna otra alternativa?

Ella incluso buscó hasta la posibilidad de viajar. Porque en Perú la eutanasia es un delito, pero esto es algo que se practica. Ella pudo buscar la práctica en la clandestinidad, pero era poner en riesgo a las personas involucradas como su familia y a un médico si se ofrecía. También exploró la posibilidad de ir a Suiza pero costaba un montón de dinero. Son costos que no tenía la posibilidad de solventar. Después de explorar las alternativas ahí decide alzar la voz.

Durante estos años, ¿encontraron grupos que se convirtieron en los adversarios de esta lucha?

No es que hayan ido a plantarse a la casa de Ana, pero muchas de las voces disidentes se esconden en el anonimato y esto los envalentona a hablar en términos muy violentos. Es como si naturalizaran el odio. Estos personajes que en algunos casos son trolls, pero en otros tienen plataformas y minimizaban el coraje de Ana o, porque discrepaban de sus ideas políticas, la odiaban más. Es increíble cómo una mujer determinada, firme, con coraje y con las ideas bien zanjadas, pese a las limitaciones, se vuelve una amenaza. Casi dicen que es una cortina de humo. Por parte de la Iglesia también hubo pronunciamientos que develan la hipocresía de ciertos sectores que dicen ser afines a una religión que debería basarse en compasión y amor y, sin embargo, las acciones son contradictorias.

¿Cómo se comportó el sector salud?

Lo que sí tuvimos fue que el Colegio Médico del Perú se pronunció en su momento con una posición no muy clara. Por un lado decían que apoyaban el pedido de Ana, recuerdo un video que le mandó el decano mostrando su apoyo, pero a la vez decían que estaban a favor de la muerte digna de los cuidados paliativos. Utilizaban términos que, a nivel mundial y desde los más avanzados estudios de la bioética, ya no se utilizan y son terminologías desfasadas. Desde el Colegio Médico hay un desfase y se han quedado atrapados en el siglo pasado. La posición era un poco ambigua. Eran muy cautelosos. Creo que tienen una idea muy obsoleta de lo que significa el juramento hipocrático y lo invocan para decir que están en contra de la eutanasia, pero tampoco hablan de las condiciones de una persona que vive con altos niveles de sufrimiento y una enfermedad para la cual la medicina no tiene ninguna cura. La medicina más avanzada te dice que hay que respetar la autonomía y la dignidad del paciente, y eso, en algunos casos, involucra realizar procedimientos como la eutanasia sabiendo que siempre debe ser conforme a la autonomía de la persona que está perdiendo la dignidad a tal punto por el sufrimiento que vive que no tiene sentido preservar la vida biológica por encima de la vida biográfica. Hay todavía un trabajo por hacer con los médicos.

¿Por qué cree que entre los médicos existe esta resistencia?

Todavía están formados por un paradigma de la medicina obsoleto que no toma en cuenta las realidades que hoy tenemos. El paciente es un sujeto de derechos y el médico tiene que entender que su deber es servir al paciente y hacer valer la voluntad del paciente respetando su autonomía. Esto tiene que ver con una formación obsoleta de lo que ha sido la medicina muy divorciada de la ética médica y es una medicina muy paternalista en la cual el  medico sigue teniendo la última palabra. También hay un factor muy importante que es la religión. Lamentablemente, hay una distorsión de lo que son los preceptos católicos que terminan interviniendo en la práctica médica y, por ejemplo, la interpretación que se tenga del juramento hipocrático es antojadiza y permeada por sesgos religiosos que terminan desnaturalizando la prácticas y sobre todo si hablamos de hospitales públicos y cuando el médico no solamente es médico sino también funcionario público se quiebra altamente el principio de laicidad que debería garantizar esa separación de Estado e Iglesia que debería permitir que los medidos por mas creencias religiosas estas no pueden obstaculizar el servicio médico.

Luego de la experiencia que ha vivido con este caso, ¿se podría decir que el Perú es un Estado laico?

En la práctica no. Creo que estos casos ponen de relieve que el máximo pendiente que tenemos a secularizar el estado. La libertad de religión tiene que protegerse, pero lo que no se puede hacer es imponer esas ideas no sólo sobre otras personas sino en el actuar del Estado, el cual debe ser divorciado de lo que diga cualquier religión. Cuando existe un posicionamiento de la Iglesia que son contradictorios en temas de derechos humanos, el Estado no puede actuar desprotegiendo estos derechos porque la Iglesia tiene una posición. El tema es que el Estado está conformado por seres humanos que tienen sesgos impactados por la religión. Está bien tenerlo en tu casa, pero eso es Estado y no se puede naturalizar que se intervenga en la función pública. Ayer el Colegio de Abogados de Lima me llama para hacer una conferencia por el caso de Ana e invitan como la contraparte a un reverendo. Qué tiene que hacer un reverendo en una discusión que es jurídica y, además, es patrocinada por el Colegio de Abogados. Estamos muy mal en eso. El caso de Ana no solamente es una conquista, también es una lucha por secularizar el estado.

¿Cómo lidiaba Ana con esta influencia de la religión que no sólo se oponía a su pedido sino que también tenía integrantes que la ofendían?

Las dos llegamos a tener la piel curtida. Intentábamos no estar expuestas a ello. Por un tiempo, Ana cerró sus redes sociales por la cantidad de cosas que recibía. Era muy violento. Ambas lo interpretábamos como de quien venía, de un pobre alma cuyo odio venía de una carencia de amor. Te generaba un enojo por pensar quién se creían para decirle eso a Ana sin haber vivido lo que ella. Daba lastima esa persona por el enojo que tenía. Pero habían momento en los que sí afectaban.  Pero sabíamos que siempre iba a haber una reacción y es parte de la resistencia y el mover el status quo.

¿El camino legal que siguió Ana puede servirle a otras personas que buscan una muerte digna o fue un caso particular?

Hay una sentencia que  va a sentar un precedente y reconoce que la muerte digna es un derecho fundamental. Ahí hay un desafío en la definición, yo trato de dar pedagogía para definirlo de acuerdo a los tribunales que mejor lo han hecho, como es el caso de la Corte Constitucional de Colombia que el derecho a la muerte digna como el derecho a poner fin a la vida cuando seguir prolongándola es contraria a la idea propia de dignidad. Ese derecho se basa en la autonomía y la dignidad. La existencia al derecho a la muerte digna, que antes ningún juez lo había reconocido, sienta un precedente para que otras personas puedan invocarlo a través de un proceso judicial. Lamentablemente, en el caso de la eutanasia como forma de ejercer a la muerte digna, la excepción que se hizo solamente se restringió al caso de Ana. Creo que el reconocimiento al derecho de la muerte digna debería llevar a la despenalización de ese delito. No se puede hablar que existe un derecho a decidir si me estas restringiendo una opción que es una forma de ejercer ese derecho a una muerte digna.

¿Existen otras alternativas?

Existe otra forma de ejercer el derecho a la muerte digna que no es un delito y es lo que en términos técnicos se llama la adecuación del esfuerzo terapéutico o lo que está reconocido en la ley como el rechazo al tratamiento médico. Si una persona es dependiente de una medida sin la cual no podría segur prolongando la vida, puede decir que no consiente más esta medida y la obligación del médico es retirarla para que esta pueda dar pase a una muerte natural. La justicia ya ratificó que es legal y los médicos tienen que respetar esta voluntad. Eso no se sabe con mucha frecuencia y algunos médicos siguen pensando que es eutanasia, pero no es un delito y está contemplado en la ley general de salud.

Si bien la eutanasia todavía no fue legalizada, ¿considera que a nivel social existe más aceptación por esta alternativa?

Creo que son muchísimos más los que están a favor. Nuncia había recibido tantas muestras de admiración, amor y cariño a nivel mundial. En Sudamérica tienen a Ana como un rostro firme en la defensa de un derecho. En el caso de Ecuador, Paola Roldán utilizó la jurisprudencia del caso de Ana y ella ha sido testigo de cómo su caso estaba permitiendo que en otros países se estuviese librando la lucha para despenalizar la eutanasia. Creo que son muchísimas más las personas que están sensibilizadas sobre la importancia de garantizar el derecho a una muerte digna y esto poco a poco ira llegando a una discusión abierta .

¿Cuál era el legado que Ana Estrada deseaba dejar al partir?

Ana luchó para conquistar su derecho a la muerte digna, pero al hacerlo robusteció la defensa no sólo de su derecho sino de los derechos del resto. Luchaba pensando también en el resto y en el legado que deja para la sociedad peruana. La lucha por el derecho a la muerte digna no es solamente para morir con dignidad sino para vivir con dignidad. Es una lucha que converge una serie de principios que debe orientar el actuar del Estado y derechos que tienen que ver con la dignidad y respetarla de principio a fin. La muerte es un proceso por el que todos vamos a transitar y no tiene que ser en sufrimiento. Ana nos enseño que se puede tomar el control de la vida hasta el final y ese es el justo actuar si uno quiere hacerlo. El derecho está para el que lo necesite. El que piense que solamente Dios te puede quitar la vida está bien, pero estas opiniones no pueden imponer a quienes no desean este curso de acción. Ana también luchó por estos derechos que son obstaculizado por un Estado que se niega a ser laico. Es una lucha que comprende varias luchas que no son individuales sino colectivas, y eso lo sabía bien Ana.

Los candidatos de izquierda radical recorren el país de cabo a rabo. Lo hacen especialmente en la zona del sur andino, su bastión electoral más importante. Su cálculo es sencillo: allí los ciudadanos van a votar en la primera vuelta del 2026 como lo hicieron en la segunda vuelta del 2021, es decir 80% a favor de un candidato de izquierda extrema.

El sur andino representa el 20% del electorado nacional y si logran ese porcentaje ya tendrían el 15% de la votación nacional asegurada. Si le suman el resto del mundo andino y los bolsones de pobreza de la costa y la selva peruana podrían trepar hasta un 25% o más.

Y hablamos de los votos totales, eso se traduce luego en votos válidos en cerca del 30% o más. No solo se aseguran el pase a la segunda vuelta y el colocar una voluminosa bancada parlamentaria, sino eventualmente -si subsiste la fragmentación de la derecha y el centro- de repente colocar a dos candidatos de izquierda en la jornada definitoria del 2026.

Mientras eso ocurre, los candidatos de la centroderecha -para englobar a todos- se dedican a salir en Willax, canal N y RPP, algún canal de señal abierta y a escribir en periódicos limeños. Así creen que se hace política y que ello les va a redituar en votos en el proceso electoral. Craso y trágico error.

La visita presencial no tiene reemplazo. Se pueden acompañar de estrategias modernas de microsegmentación social para hacerlas más eficaces, pero no hay nada que sustituya la llegada al mercado, a la plaza, comer algo del puesto de comida ambulante, dar entrevistas a los medios locales, recorrer sus calles, dejarse ver, conversar con la gente humilde, escucharlos y aprender de la realidad nacional. El día que se acerquen los votantes a las urnas, ese recuerdo pesará más que haberlo visto al candidato en televisión limeña, sin lugar a dudas.

No es prematuro empezar desde ya. El grado de malestar e insatisfacción ciudadana en el sur andino es casi refractario al cambio. Se van a tener que redoblar esfuerzos para conseguir algo del fondo de la olla. Se necesita, por ello, un trabajo de largo aliento. Ya los tiempos son cortos. Queda apenas año y medio de campaña por delante. Ojalá se tome conciencia de ello.

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Candidatos de Izquierda, Democracia

El pasado jueves 18 de abril, en su casa de Florida, falleció el guitarrista, compositor y cantante Forrest Richard Betts, conocido entre los amantes del rock clásico como Dickey Betts, integrante original de uno de los grupos más influyentes de lo que terminó llamándose “southern rock”, pero no solo de su sonido sino también de su imagen y actitud. Sus inspirados y electrizantes solos pasaban del country al blues, del blues al jazz y del jazz a la improvisación libre en un abrir de cerrar y ojos, construyendo impredecibles fraseos de puro sentimiento y filo, enmarcados en estructuras musicales fijas que evolucionaban hasta convertirse en extensos “jams” (*). Aunque su nombre no es conocido para nadie -salvo para expertos-, su inflamada Gibson Les Paul -a la que llamaba Goldie- y sus composiciones aseguraron la supervivencia del grupo, tras los trágicos decesos, en poco más de un año, de dos de sus miembros fundadores. Betts había cumplido 80 en diciembre del 2023.

(*) En terminología musical, “jam” o “jam session” es lo que pasa cuando músicos -a veces de un mismo grupo, a veces de varios- se juntan para tocar sin previo ensayo o preparación y van elaborando pasajes instrumentales por inspiración espontánea. Aunque proviene del jazz clásico, se comenzó a aplicar también, en los setenta, en contextos rockeros. En el universo de la salsa/latin jazz el equivalente es “la descarga”. Y en Argentina se acuñó el término “zapada”, para referirse a lo mismo. 

En la larga tradición del rock norteamericano, The Allman Brothers Band es una de las columnas vertebrales, un crisol de influencias y virtuosismos que, en su momento, dejó boquiabiertos a quienes tuvieron la fortuna de verlos en vivo y en directo. El nombre del grupo alude a una pareja de hermanos nacidos en Nashville (Tennessee) pero criados en Florida, que venían tocando en diversos ensambles de rock y blues desde comienzos de los sesenta hasta que el mayor, Duane, consiguió trabajo como guitarrista de sesiones al otro lado del país, en los históricos Estudios FAME (Muscle Shoals, Alabama), donde grabó con astros del R&B y el soul como Aretha Fanklin, Wilson Pickett, entre otros; mientras que el vocalista/tecladista Gregg, un año menor, se mudó a Los Angeles, California. Allí, los “brothers” se reunieron nuevamente en 1969 con intención de armar un grupo para hacer música propia.

En solo dos años y medio, entre diciembre de 1969 y marzo de 1972, la banda de los hermanos Allman cambió el panorama del blues-rock que se tocaba hasta entonces. Sus álbumes The Allman Brothers Band (1969) e Idlewild south (1970) mostraron a dos guitarristas extremadamente virtuosos que, aun bajo las restricciones de los estudios de grabación, sorprenden por su ilimitada capacidad para combinar estilos y cruzar funciones. Por un lado, Duane Allman, intuitivo y sinuoso gracias a su dominio de la slide; y Dickey Betts, contundente y creativo, de inagotable precisión, con canciones que pasaron de inmediato al canon del rock clásico como Dreams, It’s not my cross to bear, Trouble no more -original de 1955 del bluesero Muddy Waters (1913-1983), Midnight rider o el instrumental Don’t want you no more, del británico Spencer Davis. 

Pero si uno quiere realmente introducirse en el universo sonoro del sexteto original -que completaban el bajista Berry Oakley y los bateristas/percusionistas Jai Johany “Jaimoe” Johanson y Butch Trucks-, lo mejor es escuchar el disco doble en directo At Fillmore East, que resume dos noches de marzo de 1971 en la legendaria sala de conciertos neoyorquina, regentada por el productor Bill Graham (1931-1991). Desde el poderoso inicio con Statesboro blues -adaptación de un tema escrito en 1928 por Blind Willie McTell (1898-1959) hasta los más de veinte minutos de Whippin’ post, compuesta por Gregg Allman para el LP debut y que se convertiría en uno de sus imperecederos emblemas, este álbum es un viaje, en todos los sentidos posibles, que recoge la intensa dinámica de The Allman Brothers Band en vivo.

Aunque los reflectores solían concentrarse en los Allman, esto no dañó para nada el funcionamiento colectivo del grupo, que se entendía a sí mismo como una familia, más allá de los apellidos. Betts y Oakley venían de tocar juntos en una banda llamada The Second Coming y fueron siempre muy unidos, mientras que Trucks y Jaimoe conocían a Duane desde sus sesiones en Muscle Shoals. La unidad de este combo imbatible de blues-rock pudo haberse quebrado para siempre tras las muertes de Duane Allman y Berry Oakley, ocurridas en octubre de 1971 y noviembre de 1972, respectivamente. Ambos murieron a la misma edad, 24 años. Y por el mismo motivo, accidentes en sus motocicletas. Sin embargo, el grupo siguió adelante y, casi sin descansar, decidieron homenajear de manera permanente a sus hermanos caídos con interminables giras y una cadena de álbumes hasta su primera separación en 1976.

“Yo soy el guitarrista famoso, pero Dickey es el mejor” solía decir Duane, cuando le preguntaban por su cómplice en esto de las guitarras dobles, una práctica en la que fueron pioneros. El joven guitarrista había adquirido estatus de leyenda de las seis cuerdas e incluso gozaba de la admiración de connotados colegas como Eric Clapton, con quien trabajó en el disco Layla and other assorted love songs (1970), uno de los mejores álbumes de esa época. Tras su mortal accidente, Betts asumió las funciones de líder, apoyando a Gregg durante la profunda depresión en la que cayó por la muerte de su hermano. Pero, además de esa valentía y voluntad de hierro, Betts contribuyó con composiciones originales que, con el paso de los años, fueron conformando el catálogo básico para cualquier lista de reproducción o recopilación de éxitos de la banda. Por ejemplo, tenemos Revival (Idlewild south, 1970), Southbound (Brothers and sisters, 1973) o Blue sky (Eat a peach, 1972). Y están, por supuesto, los instrumentales.

In memory of Elizabeth Reed -nombre que Betts sacó de una de las lápidas del cementerio Rose Hill de Georgia para ocultar la verdadera identidad de la mujer que lo inspiró para componerla- condensa, en los casi siete minutos de la versión original, incluida en el segundo álbum del grupo (Idlewild south, 1970), la quintaesencia del sonido de The Allman Brothers Band: el intercambio entre solos y riffs de las dos guitarras, el crecimiento paulatino de acordes suaves a la frenética parte final, la base rítmica del bajo y las dos baterías, el profundo y casi litúrgico Hammond B-3. Se trata de uno de los momentos cumbre del rock de los setenta, en una época de enorme creatividad esparcida por todos lados y la aparición permanente de bandas dispuestas a destronarse mutuamente. Aquí podemos escuchar la versión acústica que grabaran en vivo, en 1994.

Brothers and sisters (1973), el primer disco que lanzaron tras la doble tragedia motera, demostró que había The Allman Brothers Band para rato. Exhibiendo una sorprendente capacidad de recuperación y a pesar del consumo indiscriminado de distintas sustancias, los cuatro restantes, apoyados por el pianista Chuck Leavell y el bajista Lamar Williams, ratificaron su ascendencia entre los rockeros más duros con una selección de canciones interpretadas con pasión y pulcritud. Wasted words, escrita por Gregg, contiene finos fraseos de guitarra slide de Betts, quien además firma cuatro de las siete canciones del disco, entre ellas el brillante instrumental Jessica -dedicado a su hija- y un tema que, a la larga, sería su único single Top 10, de letra simple que le habla al oído y por igual al camionero, al obrero de construcción, al oficinista o al músico trashumante que va de carretera en carretera-, y que se escucha hasta ahora en las estaciones radiales norteamericanas especializadas en rock clásico, Ramblin’ man.

Los años siguientes, Dickey Betts combinó su trabajo en The Allman Brothers Band con una serie de intermitentes lanzamientos solistas. Altamente recomendable es, por ejemplo, el LP Highway call (1974), su primer lanzamiento como líder, en la misma línea del country-rock que hiciera populares a agrupaciones como Eagles, Nitty Gritty Dirt Band o The Flying Burrito Brothers, ligeramente al margen de las largas exploraciones instrumentales de su banda matriz, con la excepción del tema Hand picked, que casi alcanza los quince minutos de duración. También en esos años publicó los álbumes Dickey Betts & Great Southern (1977, donde destaca Bougainvillea) y Atlanta’s burning down (1978), con su propio grupo llamado The Great Southern, a veces presentado como The Dickey Betts Band y que, en años posteriores, cruzó caminos y surtió de nuevos integrantes a The Allman Brothers Band, como los guitarristas Dan Toler (1979-1982) y Warren Haynes (de 1990 en adelante).

A pesar de su importancia dentro del engranaje musical y artístico de The Allman Brothers Band, el perfil público de Dickey Betts se mantuvo siempre bajo. Si bien es cierto los seguidores del grupo tenían claro su papel, lo general es que se le identificara como un integrante “secundario”. Conocido por su gesto adusto, característico bigote delgado y carismática imagen de rudo vaquero/motociclista -que inspiró a uno de los personajes de Cameron Crowe, el divo guitarrista de la banda Stillwater de su recordada película Almost famous (2000)-, Betts fue desarrollando, quizás por ese motivo, una personalidad renegada, casi ausente. Un episodio, narrado hace pocos días en la revista especializada Rolling Stone, nos da un vistazo del carácter irascible del fallecido músico: 

“En 1993, Dickey Betts fue invitado a tocar en el evento de inauguración y toma de mando de Bill Clinton, junto a Bob Dylan, The Band, Stephen Stills, entre otros… Tras bambalinas, según cuenta él mismo, Betts se cruzó con “uno de esos idiotas de saco y corbata” que le dijo: “tienes que cortar algo de leña antes de tocar con los famosos”. Betts enfureció y golpeó al tipo, que cayó noqueado encima de Dylan, mientras este descansaba sobre un sofá. Betts tuvo miedo de haberle pegado a un congresista, pero resulta que era un compadre que trabajaba con uno de los artistas invitados. “Sentí alivio…”, dijo Betts. “Estaba seguro de que vendrían a arrestarme”.

Esa clase de reacciones le trajo más de un problema, entre arrestos y denuncias por agresión, como aquella vez en que terminó preso por golpear a dos efectivos policiales en 1976. Además de ello, su indomable comportamiento comenzó a provocar tensiones al interior de la banda, dañando la relación con sus compañeros y, en especial, con Gregg Allman. El año 2000, justo cuando el grupo inició sus históricas apariciones anuales en el Beacon Theater de New York, que se extendieron hasta el año 2014, Gregg terminó sacándolo -a través de una carta firmada por el resto del grupo- de The Allman Brothers Band, debido a sus excesos alcohólicos. Betts respondió a aquel despido con dos discos de gran factura, Let’s get together (2001) y The collectors #1 (2002). Luego de ello, Dickey Betts y Gregg Allman se enfrascaron en agrios problemas legales y dejaron de dirigirse la palabra durante años. Sin embargo, el díscolo guitarrista logró limar sus asperezas con su amigo de toda la vida, poco antes de su fallecimiento.

Al escuchar Hittin’ the note (2003), la última producción oficial en estudio de The Allman Brothers Band -la única sin Dickey Betts-, se puede percibir en el aire que algo falta, aun cuando el trabajo de las dos nuevas guitarras en la banda es extraordinario (escuchen, por ejemplo, Instrumental illness o Desdemona). Eso de “nuevas guitarras” es, por cierto, un decir, puesto que Warren Haynes (64) y Derek Trucks (44) ya no eran, para ese momento, novatos. El primero, eximio ejecutante de la guitarra slide y excelente vocalista, llegó a la banda de la mano de Betts y el segundo, sobrino del baterista Butch Trucks, fue considerado un niño prodigio -comenzó a tocar en conciertos a los 9 años. Ambos, además, hicieron su camino propio con dos grupos derivados: Gov’t Mule, fundado por Haynes junto al bajista Allen Woody (1955-2000), miembro de The Allman Brothers entre 1990 y 1997; y, por el lado de Derek, The Tedeschi Trucks Band, junto a su esposa Susan.

Con la muerte de Dickey Betts, solo un integrante del sexteto original queda vivo, el baterista Jai Johany “Jaimoe” Johanson, que el próximo julio cumplirá también 80 años. En el 2017, cuatro décadas y media después de los fatales accidentes sufridos por Duane Allman y Berry Oakley, fallecieron los dos restantes, Butch Trucks y Gregg Allman. El primero se suicidó a los 69, debido a múltiples problemas económicos. Y en cuanto al menor de los Allman, sucumbió al cáncer de hígado, a la misma edad, tras años de batallar con dicha enfermedad. Betts, retirado del ambiente musical desde el 2014, reconoció en una de sus últimas entrevistas haber cometido muchos errores en su vida pero también se mostró orgulloso de su reconciliación con Gregg: “He tenido una buena vida y no me quejo. Hice bien mi trabajo y nada de lo que haga ahora podrá superar aquello por lo que me hice conocido. Tengo el mayor de los respetos por Gregg. Toda esa historia de que nos odiábamos es pura mierda, ¡yo amaba a ese viejo maldito!”. Genio y figura, hasta la sepultura.

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