Jefes tóxicos

La productividad de un equipo de trabajo, la salud de los empleados y la rotación del personal en una empresa tienen mucho que ver los jefes a cargo. De acuerdo con un reporte de Gallup de 2015, realizado en 195 países, uno de cada dos empleados ha renunciado a su trabajo en algún momento de su carrera por su jefe.

Aunque la característica más frecuente es la soberbia y el abuso de poder, los jefes “tóxicos” tienen múltiples conductas negativas. Estos son los perfiles más frecuentes, según Suzanne Degges-White, especialista de Psychology Today.

Acosadores. Humilla a los demás en público. No sabe trabajar en equipo y ejerce presión para lograr objetivos de muy corto plazo. Esta conducta genera desgano y angustia emocional en los trabajadores. En casos extremos, los empleados pueden denunciarlos por maltrato psicológico.

Los de la realeza. Son personas soberbias que siempre buscan la adulación de su séquito. No realizan reconocimientos a nadie, se apropian de los méritos de los demás y no les gusta que les hagan sombra. El riesgo para la productividad es que los trabajadores se limiten a cumplir con sus funciones y no busquen aportar o innovar.

Divisionista. No es justo y tiene un carácter vengativo. Les asigna los encargos más importantes a sus empleados favoritos y no tiene reparos en mostrar ante los demás sus preferencias. Si le toca un jefe que genera peleas en el equipo, asegure tener documentación de cualquier incidente que pueda generarse.

Adicto al trabajo. Tiende a ser muy crítico e intolerante con errores menores de los trabajadores. Le obsesiona conseguir los resultados, aun a costa de empeorar las condiciones de trabajo. Llama y envía correos electrónicos a cualquier hora, esperando una respuesta. Es tan detallista que tiene problemas para delegar funciones.

Métodos para sobrellevarlo

Para Lynn Taylor, autora del libro Tame Your Terrible Office Tyrant (Domestica a tu terrible tirano de oficina), es importante poner límites, más aún en este contexto de pandemia y trabajo remoto, donde el balance entre la vida personal y laboral es muy necesario para mantener la salud mental.

“Es aceptable tomarse un tiempo libre a la hora del almuerzo y para los descansos. De todos modos, algunas de sus horas de trabajo pueden estar fuera de la rutina normal de 9 a 5. Si el trabajador está dando resultados, se le debería otorgar más flexibilidad”, explica.

Comenta que otra manera de bajar las tensiones es ser proactivo en la comunicación y documentar todas las actividades que realizas en el día y evitar el jefe pregunte constantemente.

“Especialmente durante el Covid-19, donde hay poco contacto cara a cara, limite la cantidad de mensajes de texto que tiene con el jefe. Para temas delicados, un correo electrónico, sino una llamada telefónica, es una opción mucho mejor que enviar mensajes de texto o confiar en una aplicación de mensajería”, precisa.

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