piero corvetto

En el exclusivo Club Regatas Lima, los estatutos son letra muerta. Sudaca ha podido comprobar que la cúpula de la institución faltó a su propio reglamento y tomó decisiones arbitrarias en el caso del jefe de la ONPE, el socio Piero Corvetto, suspendido por hacer pública la agresión de la que fue víctima a fines de junio. Ello, en medio de infundadas acusaciones contra el organismo electoral por un supuesto fraude.

La decisión fue una de las razones que motivaron, además, que cuatro directivos renuncien en julio pasado a la Junta Calificadora y de Disciplina. Esta es, en teoría, la encargada de sancionar a los miembros del club. Los renunciantes afirman en una carta haber sido hostigados por el presidente de dicha instancia.

EL AGRESOR

La historia se remonta al 26 de junio, cerca de las cuatro de la tarde. Ese día, Corvetto tuiteó que había sido agredido física y verbalmente en el Regatas. Corvetto, quien no quiso participar en esta nota, afirmó que la seguridad no le dio los datos del agresor y publicó él mismo fotos de este en las que aparecía de perfil y usando una mascarilla.

Sin embargo, el artículo 61 del estatuto del club -que lista las infracciones susceptibles de ser sancionadas- indica como una falta “la afectación del prestigio del club o su marcha institucional con actitudes o manifestaciones públicas, verbales o escritas, o publicaciones”. Es decir: los socios no pueden hacer público nada malo que haya ocurrido en el Regatas, así sea una injusticia, porque se enfrentan a un castigo.

La agresión verbal contra Corvetto se dio en las instalaciones a vista de muchos, pero la agresión física ocurrió en el baño de hombres cuando se encontró con Enrique Zignago Landavere (68), el hombre que lo había insultado. Un personal de seguridad tuvo que intervenir para separarlos, según una fuente vinculada al proceso interno. 

Sudaca buscó a Zignago en el domicilio que figura en Reniec, pero hoy es un terreno demolido. También intentó en el restaurante Magma Sushi Lounge, del cual es gerente, pero en la dirección de Miraflores solo encontramos un cartel de cierre de la municipalidad roto y apenas legible. Al llamar al restaurante, un hombre con voz grave y ofuscada, que evitó identificarse, dijo: “El señor Zignago no va a hablar sobre ese tema. Está usted perdiendo su tiempo”. Acto seguido, colgó.

El Regatas, a través de su Junta Calificadora y de Disciplina (JCD), señaló el día de la agresión que lamentaban episodios como ese y que estos transgredían el Estatuto y Reglamento de Disciplina. Por lo que iniciaban acciones, dijeron, de acuerdo a su normativa.

SALTO CON GARROCHA DEL ESTATUTO

Las decisiones que se tomaron a raíz de la denuncia de Corvetto no estuvieron ceñidas a sus leyes internas. De acuerdo al artículo 58 del estatuto del club, la Junta Calificadora y de Disciplina (JDC) se compone por dos salas conformadas por cinco miembros cada una. 

La primera, llamada Sala de Conocimiento, es la que abre procesos disciplinarios y absuelve o sanciona al asociado en primera instancia. En una segunda instancia, el proceso es visto por la Sala de Revisión, siempre y cuando las partes soliciten una especie de apelación. Las decisiones que aquí se tomen no deben demorar más de 10 días útiles. Julio César Roca Fernández, exprocurador anticorrupción durante el segundo gobierno aprista, es presidente de la JDC y, además, encabeza esta segunda sala.

Para resolver este caso, sin embargo, el estatuto fue un manuscrito de normas gaseosas en la cual la primera instancia se enteró de la suspensión indefinida de Corvetto sin que sus miembros hayan participado de la decisión. Así lo confirman una fuente del club que estuvo relacionada al proceso y otra cercana a la directiva.

“Roca señaló que se tomó una decisión, pero esta no se sometió a acuerdo de Junta. Se decidió y se le dijo a la Sala de Conocimiento que ya se había suspendido a Corvetto. Roca dijo que el de seguridad manifestó que los había tenido que separar en el baño. Además, suele adelantar opinión en muchos casos en primera instancia y hasta ha roto documentos enviados por la misma”, afirma una fuente envuelta en el proceso sancionador. Sudaca contactó a Roca a través de sus redes sociales y su WhatsApp, pero no respondió.

El manejo del caso Corvetto produjo un cisma al interior de la Junta Calificadora, en cuyo seno ya se habían producido desencuentros. En una carta enviada a la presidencia del club, el pasado 9 de julio, los miembros la Sala de Conocimiento pusieron su cargo a disposición luego de, entre otras razones, señalar que Roca Fernández «limitaba la libertad de expresión y no respetaba las diferentes opiniones del grupo, imponiendo su punto de vista, generando un ambiente poco respetuoso y democrático entre los miembros durante las sesiones». 

Además, señalaron que las repetidas intervenciones de Roca en los procesos disciplinarios «ponen en tela de juicio la capacidad de gestión de los miembros sin respetar la autonomía, haciéndonos ver como poco ejecutivos, incompetentes y lentos como lo expresó en alguna oportunidad y compartiéndolo además con miembros del Consejo Directivo».

También acusaron que se les limitó las comunicaciones con otras dependencias y que se les siguió «imponiendo decisiones y la forma como debemos de proceder, incluso, en la apertura de los procesos disciplinarios, situación que no estamos dispuestos a aceptar».

Los renunciantes son Claudia Dall’Orto García Corrochano, esposa de Alex Kouri; Carolina Gutiérrez Lazarte, exjefa de marketing de Interbank; Silvana Gallart Gallart, quien luego regresó a la Sala a pedido expreso del presidente del club Jaime Cornejo; y Jorge Palomino Gamarra. El quinto miembro, Domingo Salaverry Martínez, no ha renunciado, aunque se encuentra suspendido, según pudo conocer este medio.

La agresión de Zignago a Corvetto viene siendo investigada en una fiscalía penal de Chorrillos. Pero este no había sido el único incidente. Días antes, en el restaurante San Telmo, uno de los que opera dentro del club, se registró otro episodio de agresión verbal. La situación fue desmentida por el local, pero poco después El Foco publicó un audio de Jaime Cornejo, presidente del Regatas, en el que reconocía el hecho y sindicaba al jefe de la ONPE de orquestar una campaña de victimización. 

“El señor había tenido un incidente en San Telmo, sabe que está en el ojo de la tormenta. Obviamente debe tener cuidado, no solo en el Regatas, sino que en cualquier lugar donde vaya a almorzar le van a faltar probablemente el respeto. Entonces, salir con sus hijos y venir al club cuando la situación está tan complicada… Es mi humilde forma de pensar, yo creo que esto ha sido orquestado por Corvetto para tener la cobertura mediática que tiene, victimizarse y decir que está siendo agredido”, manifestó en el audio.

Mientras el caso se intenta mantener alejado de los reflectores, hasta la semana pasada Corvetto seguía suspendido por el club. A Zignago, por su parte, se le impuso una suspensión por 60 días que ya acabó, luego de declarar su responsabilidad en el incidente, de acuerdo a las fuentes. El «fraude en mesa» sí se produjo, pero en el Regatas.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo.

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