Un problema continuo y latente en las políticas económicas y sociales que a la larga se constituyen en políticas públicas, es que muestran muchas veces ciertas debilidades, pues las dificultades se generan por la falta de coordinación entre las instituciones que conforman el estado. Los ministerios actúan la mayoría de las veces como islas de atención social y económica, donde sus normativas encierran solo actividades específicas y no permiten la articulación general  que podría desarrollar un trabajo más eficaz que se definan  como procesos articulados  de desarrollo secuencial concebidos como etapas, que al ejecutarse de manera ordenada, se articularía siguiendo un modelo conocido por los proyectistas como  modelo cascada.

Los escenarios que se presentan en cada espacio público, ya sea en el sector urbano o en el sector rural, siempre van a necesitar de articulaciones bien coordinadas entre las instituciones de cada ministerio, con la intención de generar continuidades o sostenibilidades, y por supuesto que si las hay, pero estimo que no lo suficientemente articuladas como para optimizar las intervenciones. Las poblaciones atendidas por los programas sociales en su mayoría requieren de mayores beneficios transversales que significan atenciones directas. 

Por ejemplo, las ruedas de negocios con las mypes rurales como beneficiarias y que son generadas con la intención de comprometer las compras directas con los proveedores rurales (queso, lana, alimentos procesados, etc.), requieren de un bien articulado y pensado proyecto de habilitación de carreteras, o de una bien planificada flexibilidad comercial. La capacidad de entrega y cumplimiento de lo mostrado en una rueda de negocios muchas veces, aunque parezca mentira, tiene obstáculos que otros programas de asistencia podrían facilitar vencerlos. Las comunidades económicas de por si están preparadas para hacer efectivos sus compromisos, sin embargo los planes de asistencia deberían estar conectados de tal forma que puedan permitir efectivizar de mejor manera los requerimientos en este caso. Las cadenas de valor que se identifican, constituyen pequeños micro corredores económicos algunas veces no formales pero que, con un apoyo sostenido y pensado, estarían mejor articulados marcando las diferencias. Hay instituciones en nuestro estado que podrían enfocarse en aplicar esas alternativas para el desarrollo social y económico.

Otro tema importante que se podría considerar es darnos cuenta que existen regiones en el Perú y muchas, que muy bien podrían sostener su economía con el turismo, la pregunta es por qué no articulamos con los responsables de promover la  construcción de albergues u hoteles municipales y algunas capacitaciones que brinden a los jóvenes la oportunidad de auto determinarse como guías turísticos, recibiendo los alcances históricos y geográficos para “vender” su región a los visitantes. Independiente de todo lo que significa la atención a los foráneos, comercios, servicios, etc.    

Casos muy recurrentes también se da con la superposición de funciones donde se duplican y hasta triplican las atenciones dirigidas a la población, donde los programas se cruzan y las similitudes saltan a la vista. El enfoque emprendedor debería, por ejemplo, tener un marco de articulación dirigido en un gran plan de atención conjunta. Los planes y programas deben comenzar a establecerse como cadenas de atención. Existen un sin número de programas y planes de capacitación, el foco debería estar dirigido a efectivizar y optimizar estas capacitaciones, la coordinación permite explotar sinergias, aprovechando las ventajas comparativas de las distintas instituciones. Las capacitaciones en materia de fortalecimiento de capacidades para la búsqueda de empleo, se deberían enfocar en las distintas alternativas que el Perú ofrece, temas agrícolas, pesqueros, mineros, etc. Siempre articulados. Fortalecer los existentes centros comunales del estado para llevar adelante diversas atenciones con un objetivo país interesante y oportuno. 

En realidad es un desafío latente, fortalecer lo hecho hasta ahora por el estado, tener una mirada directa y asumirla, dándole la importancia debida para generar   coordinaciones serias entre los programas de cada institución que se maneja desde el estado, pues es un factor que permite implementar políticas públicas de mayor calidad y más sostenibles. Todo esto, me permite recordar, como dije líneas arriba, el llamado método de cascada donde se manejan equipos que siguen una secuencia de pasos articulados que no avanzan sino se concluye una fase anterior. Este tipo de planificación no deja lugar para revisiones imprevistas. La planificación y la preparación  del modelo de cascada pueden ser útiles inclusive para asignar de manera más eficaz los recursos presupuestales sin dar lugar a modificar planes conjuntos.  

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Emprendimiento, población, sociedad

¿Cómo resolver la crisis global del capitalismo democrático? Tarea inmensa, pero urgente porque a pesar de todo, sigue demostrando ser el mejor sistema político y económico conocido.

Se debe construir una auténtica economía de mercado, competitiva, sin la alta dosis de mercantilismo que signa el capitalismo corporativo que se ha impuesto en Occidente y con mayor intensidad en la periferia, con Estados débiles incapaces de enfrentar el poder económico y la influencia política de un grupo empresarial.

A la par debe asegurarse que habrá servicios públicos de calidad. Salud, educación, transporte, justicia y seguridad, por lo pronto, deben hacerle sentir al ciudadano de a pie que es ciudadano de primera categoría. En el Perú de hoy, estamos a kilómetros de poder ofrecer un mínimo nivel de decoro en los servicios mencionados y mientras ello no ocurra, la gente resentirá el modelo económico y le echará la culpa de su desgracia cotidiana.

Esos servicios pésimos alimentan también la alta insatisfacción con la democracia, pero en simultáneo es preciso repensar las formas democráticas de la representación. El pueblo no se siente partícipe de aquella, si solo vota cada cinco años y no tiene más contacto con el sistema político.

Los partidos deben recuperar su rol canalizador y en ese sentido la realización de elecciones primarias abiertas y obligatorias eran un paso importante, aunque no suficiente. Fueron, sin embargo, indignamente acotadas por el actual Parlamento. Debe agregarse, además, renovación parcial del Congreso, un sistema de distritos electorales diferente al actual, cambiar el modelo de regionalización, que solo reproduce los vicios del sistema político nacional, aplicar mayores posibilidades de referéndums, etc.

La democracia debe ser sentida como una forma de gobierno accesible, que le sea útil a los ciudadanos para participar del poder y no ser una máscara electoral de una oligarquía, como es hoy en día.

Si en el mundo desarrollado el capitalismo democrático no se renueva sucumbirá. Si en el mundo subdesarrollado no se construye, desaparecerá su gestación antes de nacer.

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capitalismo democrático, crisis del capitalismo

Próximos a cumplirse cuatro meses del asesinato de Santiago Guardamino, hemos seguido de cerca cada una de las diligencias que llevó a cabo en vida contra la empresa Arguelles. La justicia que buscaba Guardamino ha empezado a materializarse. Entre los logros más significativos, se ha conseguido rectificar la sentencia contra Abel Mosquera, ex presidente de la Comunidad Campesina de Quipán.

Guardamino dedicó su vida a luchar contra las irregularidades y abusos perpetrados por Industrias Arguelles y su red de colaboradores. Sus investigaciones revelaron una serie de actos fraudulentos que comprometían no solo la integridad del medio ambiente, sino también la salud y bienestar de los comuneros. La rectificación de la sentencia contra Mosquera es un paso importante hacia la justicia, reconociendo el daño causado a la comunidad y la valentía de Guardamino.

Los rollos del problema

La empresa Industrias Arguelles y Servicios Generales S.A.C ha operado un vertedero de residuos conocido como «Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi» en terrenos obtenidos de manera fraudulenta de la Comunidad Campesina de Quipán. Este proyecto ha generado múltiples denuncias de parte del presidente de la comunidad, Santiago Guardamino, debido a los daños ambientales y a la salud de los residentes. Guardamino luchó incansablemente contra estas irregularidades, lo que eventualmente le costó la vida.

Benjamín Zevallos
Inicio de la investigación de la comunidad de Quipan sobre la compra-venta

Quipán

Para evitar que la comunidad recuperara los terrenos mediante un juicio de nulidad del acto jurídico, Industrias Arguelles simuló la transferencia de la propiedad como pago de un supuesto contrato impago a la empresa Constructora y Servicios ALYM S.A.C., gerenciada por Gerson Guillen Arguelles, sobrino de Aniceto Elvis Arguelles Loayza, el principal socio de Industrias Arguelles.

El asesinato de Guardamino ocurrió un día antes de que acudiera al Ministerio Público para declarar sobre su denuncia contra Industrias Arguelles por la nulidad del acto jurídico. La urgencia de su muerte sugiere un intento de silenciarlo antes de que pudiera presentar pruebas cruciales en contra de los implicados. ¿Por qué Industrias Arguelles temía tanto su testimonio?

Guardamino había iniciado varios procesos legales contra Industrias Arguelles, incluyendo una denuncia penal por lavado de activos dentro de una organización criminal. Esta denuncia estaba dirigida contra:

  • Aniceto Elvis Arguelles Loayza, socio principal de Industrias Arguelles
  • Karen Marianella Pasco Flores, gerente general de Industrias Arguelles
  • Abel Mosquera Ortiz, ex presidente de la Comunidad Campesina de Quipán
  • Gerson Guillen Arguelles, gerente general de la empresa Constructora y Servicios ALYM S.A.C.
Benjamín Zevallos
Sobre los investigados en el caso de la comunidad de Quipan

Sobre los investigados en el caso de la comunidad de Quipan

En su denuncia, Guardamino afirmó que Karen Marianella Pasco Flores, bajo las órdenes de Aniceto Elvis Arguelles Loayza, adquirió fraudulentamente 10,000 hectáreas de tierras de la comunidad por 600,000 soles el 12 de diciembre de 2016, cuando el valor real de las tierras era aproximadamente 5,533,708.31 soles. Esta operación se realizó con documentación falsificada y en complicidad con Abel Cruz Mosquera Ortiz, el anterior presidente de la comunidad.

Benjamin Zevallos

La documentación presentada por Guardamino mostraba que los 600,000 soles se pagaron mediante un cheque de gerencia, lo cual, según él, formaba parte de una estrategia para ocultar el verdadero valor de las tierras y beneficiarse ilegalmente a expensas de la comunidad.

La muerte de Santiago Guardamino no solo representa una pérdida trágica para su familia y comunidad, sino también un golpe significativo a la lucha por la justicia y la transparencia en Quipán. Este asesinato plantea serias dudas sobre la integridad de los procesos judiciales y la capacidad de las comunidades para defender sus derechos frente a la corrupción y el poder corporativo. 

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Arguelles, Empresas, Limpieza, Quipan

Sudaca conversó con Carlos Cabrejos, periodista y autor del libro “El falso Sheriff”, sobre los inicios de Juan Carrasco Millones y sus primeras actividades sospechosas como fiscal.

¿Cuándo es la primera vez que escucha sobre Juan Manuel Carrasco Millones?

Como parte de mi labor periodística, yo empecé a trabajar temas del ámbito policial y judicial. Ahí empiezo a tener acercamiento con su trabajo y quienes lo rodeaban, que mayormente eran policías, fiscales y uno que otro civil.

¿En esa época era visto como un luchador contra la corrupción?

En su momento, sí, porque vimos algunos resultados. En esa época, yo también trabajaba temas de investigación y habíamos hecho una especie de colectivo periodístico con algunos medios tratando de empujar y dar a conocer presuntos actos de corrupción en la gestión de Roberto Torres como alcalde de Chiclayo. Comenzamos a advertir un interés por parte de él y un grupo de catorce fiscales que deciden sacar a la luz esta mafia delictiva. Hasta ahí creímos que había algún interés por parte de él y los otros fiscales que se identificaban con la ciudad tras dos periodos municipales que habían sido un completo desastre y que merecíamos nuevas autoridades y limpiar la casa.

¿Cuándo cambia esta imagen que tenían de Carrasco Millones?

Con lo que se dio a conocer luego sobre cómo se gestaron los operativos y denunciar, además del cómo se dieron algunos resultados forzados en algunos casos. Ahí empiezan los cuestionamientos.

¿Quiénes eran el principal respaldo del fiscal Carrasco?

Había una persona que no era de Chiclayo pero que sí lo catapultó al escenario nacional y fue Fernando O´phelan. Era una persona que casi nadie la conocía y llegaba como presidente de una asociación civil llamada Projusticia. En 2014 empezó a llevarlo a algunos medios atacando temas de corrupción, pero enfocado en ciertos objetivos, como Roberto torres y puntualmente en el caso de un fiscal que era la piedra en el zapato de Carrasco llamado Esdras Sánchez Moreno, quien terminaría siendo condenado. Fernando fue la persona que levantó esa imagen, lo llevó a Lima y lo mostró ante la prensa nacional. Su imagen creció mucho más y lo hizo ver como el personaje del año. Empezó a tener mayor alcance pese a que aún era un fiscal adjunto.

¿Pero Carrasco los llegó a traicionar eventualmente?

No creo que se haya convertido en traidor. He sido una de las personas que ha trabajado con el entorno de Carrasco. Por el trabajo de investigación fuimos tomados como elementos de consulta y creo que fue la desesperación y miedo de él al verse descubierto. La reacción contra O´phelan es una especie de búmeran. El trabajo que hacíamos en Chiclayo repercutió en Fernando porque, después que toma distancia de Carrasco, a mí me lo presentan y él empieza a  recoger el trabajo que hacíamos con otros periodistas. Al ver que él impulsaba ese trabajo, la única forma de bajar la llanta fue atacándolo. Fue una reacción de temor. Genera una carpeta e ingresa a Fernando y a nosotros. 

¿Contaba con aliados en posiciones de poder?

Nosotros teníamos información que en Lima sí y se barajaban algunos nombres. Sabíamos que el ministro que tenía acercamiento con él era Carlos Basombrío.  Gino costa también se voceaba en esa época. Sé por una buena fuente cercana a él, aunque nunca llegamos a publicar nada de eso porque no lo pudimos comprobar, que en su momento sirvió para tender el puente ese puente con Gustavo Gorriti por ese tema de los audios de “Los Cuellos Blancos”. Porque Carrasco estaba impulsando una investigación contra Edwin Oviedo y corrió una suerte de intercambio de información. En el caso de Lambayeque, sabíamos que había ciertos empresarios que tenían intereses de poder manejar algunas investigaciones sobre algunos adversarios. Pero nunca se hizo público nada de esto hasta que fue ministro en el gobierno de Pedro Castillo.

¿Cree que el operativo contra la gestión de Roberto Torres tuvo como principal motivación el golpe político que representaba a pocos días de las elecciones y no la lucha contra la corrupción?

A la fecha, yo sé que se hizo con ese fin de generar réditos políticos más allá de pensar en la ciudadanía o lucha contra la corrupción. Porque luego, el 6 de abril de este año, tomé contacto con quien es la persona que acude hasta el Ministerio Público para denunciar actos de corrupción en la gestión de Roberto Torres. Es un señor de apellido Canales Guevara. Mediante una tercera persona converso con él y me contó que denunció a tres funcionarios de una entidad que estaba bajo la órbita de la municipalidad y él exclusivamente conversa con el fiscal Carrasco. La denuncia era por un tema de coacción y un pago de beneficios. Pero es a partir de esta denuncia que se genera la carpeta contra el alcalde Roberto Torres y se ingresa a todos los investigados que dan forma a la organización criminal denominada ”Los Limpios de la Corrupción”.

¿Usaron esta denuncia como excusa para agrandar el caso?

Canales Guevara me confiesa que en ningún momento denunció a ninguno de los que terminó siendo involucrados en esta organización. Curiosamente, estamos a diez años y hasta ahora no hay una acusación. Han tenido que cambiar de fiscal para recién poder tomar la ruta correcta. Canales está esperando que lo llamen para contar su verdad. Él mismo le reclama a Carrasco por denunciar a casi treinta personas cuando él solo mencionó a tres que le estaban pidiendo una coima para que le paguen sus beneficios. Ahí parte el hecho que se habría estado direccionando las investigaciones con un interés político.

Desde su llegada al poder, Dina Boluarte ha ofrecido discursos que carecen de profundidad y contenido sustancial. Sus intervenciones suelen percibirse como vagas y generales, sin abordar los problemas reales y urgentes que enfrenta el país. El discurso del 28 de julio no fue la excepción: resultó ser un mensaje frívolo, cínico y engañoso.

La frivolidad se hizo evidente en la extensión del discurso, que duró un récord de cinco horas. Su lectura, cansina y monótona, careció de la profundidad y la concisión que se esperarían de un mensaje presidencial. Muchos asistentes, incluidos congresistas y ministros, se durmieron o bostezaban sin ningún rubor, lo que refleja una desconexión con los problemas reales que enfrentan los ciudadanos cotidianamente.

A lo largo de su alocución, Boluarte evitó reconocer los errores y fracasos de su gobierno. Esta incapacidad para admitir problemas o fallos pone de manifiesto una preocupante falta de seriedad y responsabilidad. Además, su atención desmedida a temas y datos irrelevantes parecía ser un recurso para distraer a la audiencia de los asuntos verdaderamente importantes, intentando sumergirla en un mar de cifras que desdibujaban la realidad. De igual manera, la repetición de promesas, como la creación de hospitales, se presentaba como un intento de desviar la atención de la ausencia de resultados concretos. 

Asimismo, hizo anuncios superficiales, como el cambio de nombre del Ministerio del Interior, la creación de un Ministerio de Infraestructura y “la fusión de dos pares de ministerios”. Estas medidas son poco probables que tengan un impacto real en la mejora de la prestación de los servicios públicos, en la lucha contra la corrupción y la inseguridad ciudadana. 

Las contradicciones en el discurso presidencial son motivo de seria preocupación. Existen discrepancias entre su postura durante el proceso electoral, en la que se oponía al proyecto Tía María e incluso estampó su firma en señal de compromiso, y su actual promoción de dicho proyecto. Este cambio drástico en su posición política puede interpretarse como oportunista, evidenciando una falta de coherencia y transparencia en su liderazgo.

Además, la ausencia de explicaciones sobre las acusaciones de corrupción que la involucran a ella y a su entorno más cercano refuerza la percepción de falta de sinceridad en su compromiso con la lucha contra la corrupción. Esta falta de transparencia no solo mina la confianza pública, sino que también sugiere una gestión marcada por la hipocresía y la deshonestidad.

En conclusión, el discurso presidencial de Dina Boluarte no solo refleja una falta de profundidad y contenido sustancial, sino que también exhibe una desconexión preocupante con las realidades y urgencias del país. La incapacidad para reconocer los errores y fracasos de su gobierno, sumada a la atención desmedida a temas irrelevantes y a la repetición de promesas vacías, subraya una gestión caracterizada por la frivolidad y el cinismo.

La ausencia de transparencia respecto a las acusaciones de corrupción, junto con las mentiras y contradicciones, deteriora aún más la confianza pública y revela un liderazgo carente de seriedad y responsabilidad. En lugar de proporcionar soluciones concretas dentro de un marco claramente definido, el discurso presidencial se percibe como un intento fallido de desviar la atención de los problemas reales, debilitando así la credibilidad del gobierno y su capacidad para enfrentar los desafíos nacionales.

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28 de julio, Dina Boluarte, Discurso presidencial

Se les debe exigir a los candidatos peruanos un pulcrísimo compromiso con la democracia formal. Y el test Venezuela sirve para ello. Quienes se muestren dubitativos o ambiguos respecto de lo que allí ha sucedido, demostrarán que no tienen entre su arsenal valorativo político la defensa democrática.

Y es muy fácil hoy en día llegar al poder y convertir la democracia peruana en un sainete. Es muy popular atentar contra ella y recorrer el camino autoritario. Según la última encuesta del IEP, el 87% de peruanos se halla insatisfecho o muy insatisfecho con la democracia y un 57% de ciudadanos justificaría un golpe militar.

Recordemos, además, lo fácil que es cooptar la democracia por dentro. Un inepto como Pedro Castillo logró controlar el Congreso a punta de prebendas o sobornos directos, y si bien las Fuerzas Armadas le dieron la espalda cuando perpetró el golpe de Estado demoraron horas en pronunciarse (algunas dudas o disputas institucionales internas debe haber habido).

Basta llegar al poder y desde allí cooptar las instituciones poco a poco y después dar un zarpazo constitucional que permita la reelección y se acabó la democracia en el Perú. No tenemos la fortaleza institucional suficiente para aguantar una embestida del nuevo perfil autoritario (Venezuela, Nicaragua, Bolivia, etc.).

Y el problema mayor en la coyuntura actual es que la amenaza proviene de ambas orillas del espectro ideológico. Las propuestas autoritarias se despliegan por igual desde ambos bandos y reducen el margen de opciones democráticas a una derecha y una izquierda moderadas que ojalá levanten cabeza y logren lanzar mensajes disruptivos que compitan con las bravatas demagógicas que abundarán, efectistamente, desde los extremos.

Hoy mismo, a año y medio de las elecciones, las encuestas colocan en la delantera a partidos autoritarios que seguramente molerían la democracia, con todo lo que ella implica (Estado de Derecho, separación de poderes, etc.) a la primera de bastos.

Corresponde a la prensa ejercer un rol hipercrítico y vigilante de estos arrestos o síntomas autoritarios y denunciarlos con firmeza, como merecidamente ha ocurrido con Verónika Mendoza por su deleznable ambigüedad respecto de la tiranía de Nicolás Maduro.

 

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democracia peruana

Rafael Belaunde, presidente de Libertad Popular, conversó con Sudaca sobre las propuestas de esta nueva agrupación y preocupaciones en materia económica, calificó a Antauro Humala como “una botella vacía” y se refirió a su respaldo a la candidatura de Keiko Fujimori en 2021.

¿Por qué optó por empezar con un partido político nuevo en lugar de unirse a uno con más antigüedad?

Los partidos políticos existentes, que son los partidos con representación en el Congreso, tienen una trayectoria vergonzosa, especialmente en los últimos cinco años. Han tenido una conducta deplorable. Lamentablemente, los partidos son la extensión de negocios o emprendimientos absolutamente personales. Eso explica que el símbolo de muchos partidos tenga la inicial de la persona que es la dueña. Nosotros hemos querido hacer un esfuerzo para constituir un partido distinto que no gire en torno a un apellido ni a una persona y convocar gente identificada con coincidencias ideológicas, programáticas, una visión del país en común y que deslinde con estas prácticas que tanto daño le han hecho al Perú.

¿Cómo describiría la ideología política de Libertad Popular?

Es pro inversión. Es la iniciativa individual, que es la economía de mercado, lo que genera prosperidad, empleo y riqueza. Se debe lograr que el piso en el que van a competir los peruanos esté parejo para todos con obras de infraestructura, salud y educación. Se debe bajar las barreras para poder extender los beneficios de la economía popular de mercado y el capitalismo por todo el Perú. Una lección de los últimos treinta años es que, para que eso funcione mejor, el Estado también tiene un espacio y entendemos que está centrado en salud, educación e infraestructura, sobre todo la que no se puede concesionar. Creemos en la economía de mercado y el capitalismo, pero para que eso funcione bien necesitamos un país integrado con inclusión y personas que puedan competir en igualdad de condiciones.

En el ideario del partido señalan que la lucha contra la pobreza es una tarea prioritaria y colocan a la inversión privada como un factor clave en esta lucha, ¿cree que hasta la fecha hemos tenido gobiernos que han sido un obstáculo para dicha inversión privada?

Hoy vivimos un entorno muy hostil a la inversión privada . Hemos tenido gobiernos que han sido recelosos pero tolerantes con la inversión privada. Han sido la excepción los gobiernos que han hecho un esfuerzo decidido por promover la inversión privada. Hay que entender que la inversión privada tiene que ser toda, la grande que viene de los proyectos mineros pero también la de un bodeguero, un emolientero y un pequeño empresario. Esas pequeñas inversiones constituyen una gran inversión en el Perú y para poder hacerlas necesitas un clima de paz y un marco normativo que no agobie ni persiga a la gente. Al final del día las grandes empresas pueden contratar grandes estudios de abogados que los defiendan, pero un pequeño empresario tiene que lidiar con la inseguridad y luego la avalancha de procedimientos y normas municipales. 

También mencionan que creen en la alternancia en el ejercicio del poder, ¿debemos entender que estarían en desacuerdo con la reelección presidencial y también la de congresistas?

Estoy en contra de la reelección presidencial. Entiendo que dejando un periodo podría haber una segunda reelección. Pero sí me parece que hay un tema de aprendizaje de economías de alcance en el caso de los parlamentarios, porque el oficio parlamentario se va adquiriendo con los años y me parece importante que el Perú consolide una clase política experimentada y solvente. Por eso veo con buenos ojos la reelección o que se permita, porque históricamente la reelección de parlamentarios no hay llegado ni al 3%. Es decir, lo más competentes, los que han logrado representar mejor a sus electores sí lo han hecho. 

En los gobiernos recientes, más allá de sus diferencias ideológicas, se pudo ver que tanto Pedro Pablo Kuczynski como Pedro Castillo tuvieron partidos nuevos que no tardaron en dividirse y exponer que no todos iban por un mismo objetivo ni compartían ideales, ¿cómo están trabajando en Libertad Popular para que, en caso lleguen a ser gobierno, no se produzcan renuncias masivas a la bancada o diferencias irreconciliables en el Ejecutivo?

Nosotros ,de los partidos nuevos, debemos ser de los más antiguos. Nos hemos inscrito hace un tiempo largo. Comenzamos este emprendimientos a finales del 2021 y la base central de todo es la identificación con nuestro programa económico. Lo más urgente es recuperar la economía nacional y el empleo. Para eso se requiere que todos estén plenamente a bordo de nuestro programa económico.

¿Han tenido conversaciones con movimientos regionales para una posible alianza?

No nos hemos reunido con ninguno ni hemos hecho ningún acuerdo político. Ya habrá tiempo para discutir sobre alianzas e incorporaciones, pero siempre sobre la base de un consenso programático y un consenso programático sobre todo en el programa económico que es lo que va a poner al Perú nuevamente en una senda de progreso. Nosotros, por cálculo político, no nos vamos a juntar con nadie, solamente lo haremos por la base de consenso programático.

Usted ya empezó a recorrer el país, ¿qué recepción encontró en una población que, acorde a las encuestas, atraviesa su mayor descontento con la clase política?

Nosotros hemos viajado por varias partes y, en el último semestre, nos hemos dedicado a viajar por el sur del Perú, el sur andino en especial, la sierra de Tacna y Moquegua. Diría que hay mucha decepción, gente que siente que el Estado peruano les ha dado la espalda y, si uno ve el estado de la infraestructura pública y los servicios, no podría sino darles la razón. Se ve con mucho escepticismo a los políticos. Entonces uno tiene que hablar con la verdad  y sin reserva. Nuestro planteamiento siempre es el mismo, buscamos promover el crecimiento económico a partir de la inversión, incluso de la inversión minera que no es muy popular. Hay que tener una discusión sobre el uso de la renta minera. Cómo vamos a hacer para que favorezca directamente a los pobladores que están asentados en las zonas de influencia minera. Porque también es cierto que, habiéndose generado una renta billonaria, las poblaciones asentadas en la zona de influencia minera viven en condiciones inaceptables. Es imposible que pueda convivir la minería moderna, que extrae miles de millones de dólares de mineral, en el mismo sitio donde familias tienen que meter el ganado a su vivienda para no congelarse a la noche

¿Cómo fue la reacción con respecto al tema de la minería que ha generado tanta polémica?

Hay zonas donde la población es muy escéptica. El Perú ha sido víctima de una enorme campaña de desinformación. Porque la verdad es que la minería moderna es compatible con la agricultura y el cuidado del medio ambiente. Es por culpa de las mismas empresas, porque no se puede renunciar a la lucha de las ideas ni a dar la batalla cultural, y el Estado y las empresas han abandonado ese territorio. La discusión central se tiene que dar en torno a cómo vamos a modificar el uso de la renta minera. Vemos que el canon se ejecuta poco y, de lo que se ejecuta, se ejecuta mal. Los beneficios de la minería no se individualizan. Ahí está el desafío y nuestra propuesta está en hacer reformas en ese campo siempre reivindicando la importancia de la inversión minera y la exploración de hidrocarburos. Pero claro, tenemos ahí el caso de Camisea y las poblaciones de Cusco, Ayacucho y Huancavelica ven que pasa el gaseoducto y ellos no tienen gas. Una empresa nueva que venga y pida permiso para explorar se va a encontrar con un clima muy complicado. 

¿Libertad Popular podría ser identificado como un partido progresista o no es un término que lo represente?

No hay que ser dogmático. Creo que en materia fiscal somos conservadores. Hay que ser muy riguroso en el gasto y se debe tener un respeto con el dinero público. En la política monetaria somos muy conservadores después de la experiencia nefasta de la hiperinflación. Pero hay cosas en las que se debe ser más progresista. Por ejemplo, en obras de infraestructura y la masificación del gas en el sur andino. Un país no es una empresa. No son sólo las variables económicas, hay variables geopolíticas. Cuánto más pacificado e integrado estaría el Perú si se hubiese masificado el gas en el sur andino y cuánto mejor sería el panorama minero si se hubiese hecho algo enserio por arreglar la calidad de vida de los pobladores en el sur del Perú que viven en torno al corredor minero. En un país con tantas asimetrías uno no se puede declarar conservador. 

¿Cuál será la postura de su agrupación política en temas como los derechos de la población LGTBI?

Mi postura es que cada uno tiene derecho a hacer el proyecto de vida que le dé la gana. El Estado no debería ser parte del problema. Si dos personas quieren tener un proyecto de vida en común, no soy quien para oponerme. Eso está en el ámbito de la privacidad de la gente y la búsqueda de la felicidad de las personas como quiera que la conciban.

¿Libertad popular se animaría a poner sobre la mesa un proyecto con respecto al matrimonio igualitario?

Nosotros, en los temas de conciencia, lo dejamos en el ámbito personal de cada uno. No va a ser una plataforma programática. Nos vamos a centrar en el desarrollo económico y la inclusión económica de los peruanos. El Estado tiene que reconocer que dos personas tengan derecho a un proyecto de vida en común. Pero ninguno de estos temas de conciencia, como el aborto o la pena de muerte, van a ser una plataforma programática por ser temas que no están en la ideología sino en la conciencia de cada uno y en ese sitio se tienen que quedar. No son parte de nuestra plataforma. Pero sí hay una opinión generalizada con respecto a que dos personas del mismo sexo puedan desarrollar su vida sin que el Estado tenga que estorbar.

En el último tiempo se ha visto a muchos políticos hablar de la libertad. Sin embargo, existen diferencias entre lo que cada uno entiende por libertad y, en algunos casos, incluso cuestionan que un gobierno apoye la aplicación del enfoque de género porque consideran que eso significa atentar contra la libertad. Para su partido, ¿cuáles son los límites de la libertad?

Creo que la libertad es el ejercicio de toda persona de perseguir su realización y el límite está entre eso no colisione con el mismo esfuerzo de un tercero. Pero el tema de la educación creo que, por sobre todas las cosas hay asuntos que deberían estar en el campo familiar más que en la educación pública. Pero es el entendimiento de la libertad como la búsqueda por la realización y la felicidad individual. La palabra libertad está íntimamente vinculada al individuo. Por eso es tan importante entender que la libertad económica y política son las dos caras de una misma moneda. No puede haber libertad económica sin libertad política y nunca va a haber libertad política sin libertad económica.

¿Por qué un personaje como Antauro Humala, y el historial que carga, goza de aceptación?

Creo que la gente en su desesperación ve algunos personajes radicales como una salida. Pero detrás de Antauro Humala no hay nada, él es una etiqueta en una botella vacía. El señor fue un mal oficial del ejército, después se alzó en armas en contra del Perú asesinando policías y su única experiencia laboral fue la confección de peluches de Hello Kitty. A un año y diez meses de las elecciones hay tiempo suficiente para explicarle al Perú que sí se requiere un cambio radical, pero hacia adelante, hacia el progreso y para generar un futuro en común de prosperidad. El salto al vacío no es el salto que queremos que tengan los peruanos.

El periodista Hugo Guerra acusó a su partido de ser parte de un frente de izquierda caviar, ¿qué opinión tiene de esta palabra que se ha vuelto tan común en las discusiones políticas y más en políticos de extrema derecha así como de extrema izquierda?

Nosotros no estamos en un frente, estamos solos y creo que simplificar a los peruanos en caviar o DBA me parece poco serio y hecho para el panfleto. Nosotros sí tenemos ideas muy agresivas en el plano de inversión, pero también tenemos un planteamiento que el Estado esté presente en zonas donde tiene que estar presente y recomponer la institucionalidad democrática. Un elemento fundamental para que funcione la economía de mercado es tener instituciones sólidas y predecibles. En esta anarquía institucional es muy difícil que funcione la economía de mercado. 

¿Ver que personajes como Pedro Castillo y Alberto Fujimori tienen seguidores pese a que uno fue un dictador y el otro tuvo la intención nos debería alarmar con respecto a la importancia que los peruanos le damos a la democracia?

Lo que ocurre es que las personas que estamos vinculadas a la política tenemos que hacer un esfuerzo permanente por desarrollar una cultura democrática. Si de algo ha carecido el Perú ha sido de una cultura democrática y por eso vemos la cantidad de gobiernos dictatoriales que hemos tenido y tenemos esa enorme vertibilidad de constituciones, hemos tenido doce. La democracia implica derechos pero también obligaciones  y las elecciones traen consecuencias. Por eso hay que persuadir a la gente en el plan que cada uno tenga, pero la gente tiene que saber que su voto va a acarrear un costo. Cada vez que elegimos mal no podemos hacer una nueva constitución o tirarnos abajo un gobierno. Las formas democráticas son algo que se tiene que predicar desde las personas que quieren tener un espacio preponderante en la política nacional.

¿Fue un error sumarse a la campaña en favor de Keiko Fujimori en 2021?

No me arrepiento. En una segunda vuelta uno tiene que optar por dos alternativas, no por la que uno eligió en la primera vuelta sino por las dos mayoritarias. Yo tuve la evaluación que Pedro Castillo era mucho mayor amenaza para el plano económico y la institucionalidad democrática del Perú. El gobierno de castillo se caracterizó por ser muy corrupto, muy incompetente y terminó con un efímero golpe de estado. En ese sentido, mis temores estaban fundados. Al final el Perú tuvo la suerte que actuó tan torpe e precipitadamente que su mismo emprendimiento antidemocrático le costó la presidencia. Por otro lado, vi que Keiko hizo un esfuerzo más plural, sumó a antiguos detractores y había que tomar una decisión. Vi en Castillo una amenaza mucho mayor y no me podría arrepentir por eso. El Perú se ha jugado la democracia. Si Pedro Castillo no hubiese sido tan torpe, el plan de ellos era instalar en el Perú 

En una entrevista que brindó al diario Trome, usted calificó a Rafael López Aliaga como «alguien con buenas intenciones». Sin embargo, el actual alcalde y su partido hasta la fecha insisten en que ocurrió un fraude y hasta quieren remover del cargo a las autoridades del JNE y ONPE, ¿cree que actualmente tiene buenas intenciones o su opinión ha cambiado?

Fui crítico de su gestión en la alcaldía de Lima y creo importante que en las elecciones, sobre todo cuando son muy reñidas, los partidos tengan personeros, porque en Perú se cuentan actas no votos y, una vez que los votos se han transcrito en el acta y nadie la ha impugnado, la ley es clara que ya no se puede revisar porque ya no existen los votos. Creo que la tesis de un fraude orquestado por la ONPE y el JNE es absurda. Eso no quiere decir que en las mesas puedan ocurrir anomalías, que de hecho han ocurrido siempre, y por eso los partidos se  preocupan de poner personeros. Si un partido, por ejemplo, decide no poner personeros en el sur es mala idea, pero eso es muy distinto a decir que en el Perú ha existido un fraude.

¿Cuándo empezó la crisis política que el Perú parece no poder superar?

Hemos vivido un proceso de deterioro político. El caos político ha venido desde 2016 con esa elección tan ajustada cuyos resultados tampoco quisieron ser aceptados por la parte que no ganó. Lo que nos lleva a lo mismo, forjar una cultura democrática y tener fe en las instituciones. También es cierto que en las últimas elección el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) estaba con un miembro menos. Un país serio no puede ir a elecciones  presidenciales cuando el JNE está corto de un miembro y, por lo tanto, el presidente tenía voto doble. Eso no quiere decir que hubo fraude, pero la institucionalidad y seriedad es muy importante para tener una democracia vigorosa. 

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Libertad Popular, Rafael Belaunde

En Abril de 1777, el curaca y noble cusqueño José Gabriel Condorcanqui, tras larga y agotadora travesía, llegó a la capital virreinal con el objetivo de hacerse escuchar por el Presidente y los oidores de la Audiencia de Lima. Sus demandas eran dos: que se le reconociese como legítimo heredero de Túpac Amaru I, el último de los Incas de Vilcabamba, y que los indígenas bajo su responsabilidad  -pues regentaba los cacicazgos de Pampamarca, Tungasuca y Surimana- fuesen eximidos de la cruel mita minera de Potosí, que sometió a millones de personas a los trabajos forzados más inhumanos.

Las autoridades limeñas desoyeron las peticiones de quien, desde noviembre de 1780, encabezó la mayor rebelión indígena de los tiempos coloniales. Lima le dijo que no y es que Lima siempre le ha dicho que no a la sierra y al mundo andino, por más de que muchos limeños, entre los que me incluyo, quisiéramos que las cosas fuesen diferentes. El tema es que no lo son.   

Cuando tras los luctuosos sucesos de diciembre de 2022 y enero de 2023 vinieron a Lima los estudiantes de la sierra sur del Perú con finalidades no iguales, pero sí análogas a las de José Gabriel Condorcanqui en 1777 -ser escuchados y atendidos en sus demandas por el gobierno central- el resultado no solo fue el mismo, fue aún peor. La represión estatal continuó, solo que en Lima casi no dispararon a matar. Porque, al igual que en el Perú de Túpac Amaru II, una cosa es morir en las alturas y otra muy diferente es alcanzar el más allá acariciado por la brisa marina de nuestro primer puerto litoral, el Callao. 

El Dr. Alfonso López Chau comprendió la situación. Y aquí no me interesa encaramar un caudillo con características providenciales, paternalistas y mesiánicas. Lo que quiero decir es que hubo una autoridad limeña -chalaco para ser exacto- que sí escuchó, que sí atendió, que sí acogió a quienes venían de tan lejos. Y ese solo hecho, aparentemente banal, podría significar un giro de tuercas en la historia del Perú. 

Al contrario, qué abyectos aquellos otros eventos que evocan la perniciosa permanencia del coloniaje en el rancio reloj de nuestra historia. Aquella tanqueta derribando las puertas de la emblemática San Marcos, por orden de sus propias autoridades, dispuestas a atacar a los estudiantes provincianos que habían encontrado cobijo en la Decana de América es un recuerdo para el oprobio, uno más. El gesto de la UNI, en cambio, es excepcional. Es de aquellas imprevistas victorias del bien en el lóbrego reino de la infamia. 

El Partido

Tras el gesto, inesperado para quienes llevan casi medio millar de años recibiendo de Lima las mismas respuestas, el rector de la UNI fue invitado por su par puneño de la universidad del Altiplano, Paulino Machara. Lo que pasa es que en Lima no entendemos muy bien eso de la reciprocidad andina, que tuve la suerte de aprender en las aulas universitarias escuchando las inolvidables lecciones del maestro Franklin Pease. Alfonso López Chau no fue un patriarca. Fue dos cosas al mismo tiempo: el Estado, la autoridad que escucha un clamor; y fue también mi igual, parte de mi comunidad, de mi red de parentesco, de mi familia; alguien a quien debo retribuir con mi gratitud. 

La reciprocidad, el ayllu gigantesco, se expandieron por casi todas las universidades públicas del Perú, serranas la mayoría. Estas decidieron apostar, de nuevo y otra vez, por la utopía. No por la utopía andina, sino por la utopía peruana y entonces pensaron en un partido político, uno de verdad, uno de esos que tuvimos hace ya varias décadas pero que ya no tenemos más. Y entonces surgió la idea de Ahora Nación.

He visto, ni de cerca, ni de lejos, sino desde la medianía, la construcción de este nuevo partido político. Allí no hubo plata como cancha, allí no hubo poleras, ni billetes, ni pisco, ni butifarras a cambio de la inscripción. Allí hubo pueblo, pueblo y juventud, pueblo con juventud de la mano. Y pueblo más juventud fundaron ochenta bases provinciales e inscribieron muchísimos más militantes de los que exige la ley. El 25 de julio presente, la utopía finalmente se echó a andar: El JNE declaró inscrito a Ahora Nación. 

Propuestas e ideario

¿Cómo definir ideológicamente al Perú? “No se puede” parece ser la respuesta más sensata y más en un país cuyas raigambres culturales no han logrado hasta ahora conciliarse en una nación que podría ser multicultural y al mismo tiempo perseguir las mismas metas, aquellas metas generales que atañen el desarrollo material y espiritual de la sociedad en su conjunto. 

Yo siempre he creído que el Perú, si se le quiere definir en dos o tres palabras, es de izquierda democrática, o de izquierda moderada, al menos la mayoría de los peruanos. Mi conclusión es más sencilla de lo que parece. Conservador es quien prefiere mantener, quien prefiere no cambiar. En el Perú no podemos ser conservadores porque tenemos que cambiarlo todo o casi todo. Para iniciar el recorrido de un proyecto nacional que nos conduzca al desarrollo tenemos que arrinconar no solo a la corrupción, sino a la cultura de la corrupción que pésimos gobernantes han sembrado en nuestra colectividad. Y ese solo hecho, y esa sola meta, y esa sola utopía contienen una vigorosa impronta revolucionaria. 

Pero también somos pacíficos: revolución no implica violencia. Por eso la sierra le dio la espalda al terrorismo hace cuatro décadas, por eso valió tanto el gesto de López Chau con los estudiantes puneños. Parece una quimera, pero los gestos de unión, de amistad y de querencia son los que encabezarán el cambio, son el hilo conductor de la reconciliación nacional que llevará a construir esta nación que, una vez consciente de sí, transitará imparable hacia el desarrollo. 

Por eso, en las entrelíneas del acta fundacional de Ahora Nación, que he leído antes de escribir esta nota, no parece haber espacio para el odio. El gran Perú discriminado será reivindicado sin una guerra de razas. La mujer, tantas veces excluida y maltratada, será incluida y reivindicada sin promover la guerra de los sexos, y el poder judicial será implacable en castigar a los corruptos pero sin disparar una bala. La sentencia, la palabra escrita, la justicia y la universalidad de los derechos se convertirán en las armas implacables de la transformación socioeconómica y cultural. 

Por eso López Chau acentúa tanto la importancia de desarrollar infraestructura y producir manufacturas modernas que nos conecten, no solo con Chancay, sino con la ruta de la seda China que pasa por Chancay. Así como acentúa la inaplazable apuesta por la educación y la inversión en ciencia y tecnología. Ahora Nación está pensando en la base. Un edificio se construye siempre desde sus cimientos, y no desde el último piso hacia abajo. Si lo sabrá el rector de la Universidad Nacional de Ingeniería. 

No diré más por ahora. De los planteamientos en concreto hablarán los voceros de un partido que, no hay que olvidarlo, apenas nato, no es más que una bella utopía. El tiempo dirá si logra convertirse en realidad. 

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El escandaloso fraude ocurrido en Venezuela, confirma que el régimen dictatorial y corrupto de Nicolás Maduro no se irá nunca del poder por las buenas y que la casta político-militar privilegiada con el latrocinio descarado de los recursos públicos de la potencia petrolera al norte del continente, lo acompañará en el sainete con tal de preservar el statu quo, sin importar la desmesura del fraude cometido, que ha ido a contrapelo radical de todas las encuestas que arrojaban un resultado inmensamente favorable para la oposición.

Se espera que la mayoritaria oposición venezolana convoque de inmediato movilizaciones de protesta que ya hemos visto cómo en otros países, véase Chile, han sido capaces de mover la aguja gubernativa. Ello debe ir acompañado de una reacción multinacional regional y global que tienda un cerco contra la dictadura sanguinaria de Maduro, respecto de lo cual no queda sino sospechar de una tremenda hipocresía norteamericana, que lleva a alimentar suspicaciasde otro tipo.

Bajo el disfraz del bloqueo se esconde una profunda inacción y desinterés de Washington respecto de lo que sucede en Latinoamérica. ¿Intervienen en Medio Oriente o en Asia sin tutías y no son capaces de contribuir efectivamente al derrocamiento de tiranos como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela? ¿Solo le interesa socavar democracias -como lo ha hecho secularmente en la región- y se muestra acomedido cuando se trata de derribar dictaduras?

La doctrina de la no intervención acaba cuando millones de ciudadanos son sometidos violentamente a los dictados de una cúpula privilegiada que se mantiene en el poder gracias ala fuerza de las bayonetas. La OEA (encabezada por Colombia, México y Brasil) debería ser capaz de organizar una fuerza multinacional que restituya de una buena vez la democracia en esos países.

Acá se está jugando no solo la democracia sino la supervivencia del narcotráfico, que los tres regímenes mencionados utilizan para sobrevivir en sus privilegios de casta, y que solo se explica su existencia merced a una alianza soterrada -que no conocemos- con el cartel de la droga más grande del mundo, que es la DEA.

¿Qué negociaciones y transacciones habrá bajo la mesa con Washington para que la Casa Blanca no tome una postura más firme en su papel supuesto de líder guardián del modelo democrático en el mundo, y con mayor razón en una región sobre la que ahora muestra preocupación por la creciente influencia china? Maduro es un engranaje en una pieza de corrupción global que la supervivencia del régimen democrático en la región no puede seguir tolerando.

 

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