[EMPRENDE] El mundo desde hace décadas ha cambiado y esto motiva la creación de nuevos espacios sociales, económicos, y por supuesto también nuevas miradas de atención en la política que van superando muchas veces posiciones ideológicas o en todo caso actualizando conceptos acordes a las realidades actuales. La movilidad social que se da a nivel mundial es un claro ejemplo de estas nuevas libertades que se han generado con la globalización y la mirada de un nuevo mercado abre expectativas empresariales, y también necesidades de especializaciones técnicas para el mejor desarrollo productivo.
Sumado a esto, apreciamos también que los cambios tecnológicos van avanzando de forma muy rápida, motivando la necesidad de poder considerar métodos y estrategias de trabajo óptimas para el desarrollo y crecimiento sostenido de la llamada empresa. Las empresas privadas van generándose más necesidades, incluyendo también la mano de obra calificada y que brinde asistencia para la competitividad natural que generan los cambios mundiales. Así se busca aumentar pues, la productividad laboral.
Ahora bien, esta situación coyuntural que se vive en el mundo trae para nuestro país, muchos temas que tienen vital importancia para el análisis, por ejemplo, aquel tema que tiene que ver con la extrema necesidad de tener una real capacitación para la inserción laboral, sumando esto a los altos porcentajes de población, sobre todo la juvenil que está desempleada y que existe en nuestro país, lo convierte en uno considerar de manera objetiva y seria.
La capacitación para la inserción laboral es entendida como un fortalecimiento de habilidades y fortalezas de las personas que, sumadas a una enseñanza técnica, va a permitir que aquellos que reciben esa atención puedan ser empleables en la actividad empresarial privada. Sin embargo, el trabajo para insertar laboralmente a estos jóvenes, creo yo, debe estar relacionado a la atención prioritaria de saber que tan efectivo puede ser el permitirle comenzar un trabajo con visión de permanencia en la empresa que los acoge. He ahí, que comienzan a identificarse las debilidades en la apuesta de atención de parte del estado con respecto al tema de la capacitación y futura inserción. “Si se capacita para insertar laboralmente, se debe continuar el proceso, capacitar y luego insertar” y para ello es recomendable identificar primero las necesidades que los cambios mundiales traen, las modernidades operativas y los avances tecnológicos van creando nuevas necesidades, que identificadas permitirían generar procesos más complejos que consideren los fortalecimientos de capacidades, de habilidades, para la aplicación técnica de lo desarrollado en los cursos ofrecidos.
La propuesta de inserción laboral de parte del Estado, debe ser el resultado de una identificación propia, estadística, trabajada e investigada a razón de los cambios en el mercado. El estado se convierte en promotor, el estado ofrece intangibles, el estado propone, la empresa privada evalúa y consiente, siempre y cuando el consenso de lo ofrecido por el estado sume al desarrollo de la empresa. Es este cambio de giro el que debe ir considerándose para lograr que el tema de la inserción laboral funcione. No es posible que hasta ahora se siga capacitando para call center, para operarios de almacén o para cosedores, la capacitación técnica tiene que cobrar mayor calidad, mayor inversión, mejor tratamiento y una constante supervisión en calidad, solo así las empresas privadas entenderán que la oportunidad que les brinda el estado supera la capacitación que ellos (la empresa privada) realiza casi a sus nuevos operarios.
Si la capacitación se da en los términos actuales, donde el capacitado solo accede a lo que buenamente un contacto o un buen jefe de RRHH puede gestionar, entonces el tema tiene poca duración y efectividad, si el proceso parte de un trabajo serio de identificación de necesidades por la investigación seria de los especialistas y la inserción se asocia a la necesidad que presenta la realidad para el crecimiento y desarrollo empresarial, la eficacia en este punto, tendría niveles altos y la inserción sería un elemento conjunto y de consenso entre el estado y la empresa privada.
Es peligroso estar capacitando y no tener efectividad al momento de insertar, pues cada inversión hecha por persona capacitada va a reflejar que la capacitación técnica permitirá en potencia un autoempleo por necesidad, pues si recibes capacitación y al no encontrar niveles de aceptación, el uso de lo aprendido podría elevar aún más los índices de informalidad que nos aquejan. Y eso ya es otro gran problema.