Las sociedades en el mundo ya no se constituyen, hoy en día, con una homogeneidad entre su población, son menos losbloques culturalmente hermetizados y diferenciados frente a unmundo global con un crecimiento sostenido; aunque aún se podrían admitir algunas excepciones, pero eso es un tema para otra discusión. Lo cierto y real es que, a través del tiempo, las sociedades humanas a nivel mundial se han ido constituyendo desde lo heterogéneo y lo diverso, en algunos casos por movilidades humanas internas, (vale decir migraciones internas que han repoblado los países, ordenándolos y desordenándolos a la vez), sobre todo en los países latinoamericanos y como migrantes de aporte en países de acogida en el occidente del mundo. Es por eso que podríamos afirmar que las sociedades ya no son en la actualidad masas homogéneas, sino sociedades con pensamientos colectivos diversos que presentan una  pluralidad social con diversidades muy marcadas. Es por ello, que notamos que se podrían ir generando nuevos problemas sociales en general, obligando al establecimiento de nuevas estrategias por los Estados en atención a este fenómeno social. La sociedad pues, cambia.

En las últimas décadas, la mirada política del mundo se ha transformado y ha contribuido a cambiar las percepciones de la sociedad en general y ha generado también una nueva mirada para atender los efectos del cambio. Entonces, se comienzan a trabajar conceptos que definen una latente sociedad de consumo, donde el mundo se acelera y la vida y la convivencia y la tolerancia, constituyen la base de una nueva mirada intercultural, donde se instalan un cúmulo de culturas en un territorio, obligando a incluir diversos enfoques, de adaptación y de adopción pensada y trabajada. Se constituye por ende una realidad global distinta.

En el Perú, la realidad nos dice que no hemos sido ajenos a estos cambios mundiales, estamos en el camino correcto, a nivel social, de comenzar a construir una sociedad peruana que se comienza a reconocer diversa y que confluye en la aceptación legitimada de una interculturalidad del día a día, permitiendo la  construcción de una nueva cultura peruana. Se ha escrito mucho sobre este tema.

Considerar este concepto y comprenderlo es tarea obligada que debe priorizarse mucho y es el Estado quien debería tomar con seriedad la construcción de un verdadero enfoque intercultural, poniéndose a la vanguardia, sobre todo a nivel de las instituciones que comandan los cambios  sociales. Es necesario que no se piense que la necesidad es solo teórica o académica, sino muy por el contrario, la realidad actual en nuestro país está enfrentando un reto donde ha acogido, de diversas formas, sean las correctas o las erradas un gran contingente de ciudadanos de otros territorios, por ejemplo el caso venezolano, que como ya se ha dicho vienen a nuestro territorio  con todo un bolsón de particularidades culturales. Conocerlos seria provechoso para entenderlos y tolerarlos, ese es un principio básico de la interculturalidad como concepto.Las ciencias sociales, cuya misión no solo es definir la sociedad, sino avizorar los cambios que en ella ocurren, pueden ir advirtiendo que se darán más migraciones, más movilidad humana y se seguirá trastocando la economía, quizás la política y por ende las convivencias sociales. Tema que ya deberíamos ir previniendo. Los cambios en nuestra economía, por ejemplo, el norte chico, Chancay atraerá mucho visitante golondrino y estacionario, con el esperado HUB regional, en otro sentido, crisis económicas en países vecinos generan normalmente fugas poblacionales por pasos irregulares fronterizos, esa es una realidad que se va acercando, no será mucho el tiempo que pase y veamos esta movilidad.

Entonces, es preciso estar claro en que considerarnos un país intercultural, no solo aplica a una sociedad cambiante, sino a todo el conjunto que un país debe manejar, pues considerar el enfoque en estos términos permitiría manejar los mercados internos, evitar los conflictos, atender los programas sociales, generar empleabilidad, sectorizar las atenciones, construir comunidades migrantes, atender a las visitas sin descuidar a nuestra población. Es decir integrar de manera inteligente y planificada. Es misión repito ya no solo de la academia sino del Estado y más aun de la institución que debe ser el eje del cambio de mirada, el ministerio que dirige y canaliza nuestro concepto de cultura. La interacción social se da va a dar todos los días, y más aún, cuando tenemos culturas nuevas que están introduciendo su presencia entre nosotros y de manera rápida van fortaleciendo sus redes sociales, culturales y económicas, ya no es un secreto que somos testigos de  restaurantes o tiendas importadoras que son dirigidas por nativos de otros países, por eso,  repito, debemos  considerar este concepto para fortalecernos desde la cultura nuestra, la popular urbana, o la nueva cultura llamada peruana.

Considerar lo intercultural en nuestro país, permitirá tener más clara la apuesta por generar cambios y atender sostenidamente estos cambios.

Quiero comenzar este artículo, diciendo una verdad comprobada: la sociedad peruana es joven. Y podemos decir que es casi una necesidad el tenerlo presente siempre, sobre todo al momento de apuntar a la gestión de políticas de desarrollo. Y digo esto porque, parecería que desde las escuelas, se ha olvidado (es mi percepción),  el reflexionar siempre, sobre este tema, que parte de un  rápido recorrido de nuestra historia. Ahí es fácil percibir que desde la época prehispánica, o la época colonial, siempre hemos sido divididos o desmembrados como población por el antojo de los grandes poderes, que en su momento dominaron nuestros territorios. Los incas por ejemplo, generaron invasiones pacíficas y/o sangrientas que permitían su control geográfico, además del otro dominio, el político-administrativo, siendo que con la presencia de los llamados mitimaes, aquellos grupos de determinadas etnias que eran reubicadas por el Imperio en otras zonas de su territorio, cumpliendo funciones económicas, sociales, culturales, políticas y militares, llegaban a todos lados. Sin desconocer que la práctica de los mitimaes podía ser tanto un castigo como una recompensa, el punto era que el desarraigo era una constante en esos tiempos. Por otro lado, ya en la Colonia las famosas reducciones toledanas, concentraban o «reducían» aldeas pequeñas y dispersas, para formar pueblos de mayor envergadura y con traza urbana, es decir también era un desarraigo. La colonia se encargó de esos divisionismos.

En la República, los inicios no fueron distintos, no hubo claro esa movilidad forzada que tendía al desorden pero sí se comenzaban a agudizar las diferencias sociales y culturales,  y las zonas urbanas se consolidan y la ruralidad se hermetiza en las llamadas comunidades  campesinas. Esto es historia pura, que de vez en cuando se debería revisar, la historia económica en el Perú parte por este análisis que se debería detallar más. Quizás en otra colaboración. Entonces, era pues muy difícil ir consolidando un país con la idea de serlo, dividido, desconocido y ausente, desmembrado y con la mirada al mar, costeñizado. Ya los años posteriores de una “consolidación” republicana lo muestran, guerra del pacifico, fue un ejemplo de esa división y proyecto país trunco. 

La mitad del siglo XX es el inicio de un cambio y es ahí donde el Perú se comienza a conocer y a reconocer, el paso masivo de lo rural a las capitales y sobre todo a la capital limeña, marca el inicio de un nuevo tiempo. El comienzo de la construcción de un país. El Perú. 

¿Por qué menciono y resumo esta parte de nuestra historia? Pues para probar de alguna forma, con esta reflexión, lo que indiqué al inicio, que nuestra sociedad es joven. Una sociedad que se comienza a reconocer en diversos campos, el cultural sobre todo, pues se masifican nuestras ciudades y todo el caos que la historia genera en nuestra construcción social, se obliga a ordenarse, a reconocerse, a aceptarse y a convivir con un mismo norte. Vemos desde aquí, que toda nuestra realidad en todos los sentidos es producto de un doble esfuerzo y seguimos en ese rumbo. Somos un país que tiene menos de cien años de encontrarse, reconocerse, tiene todas las posibilidades para, pues, poder hacerlo, encontrar un camino hacia el crecimiento. 

Después de todo lo expuesto, emprender en un país joven, en pleno proceso de reconocimiento, con todas las posibilidades para descubrir e innovar, no debería ser complicado, sin embargo, no es tan fácil, en la realidad misma, es necesario contar con políticas que ayuden a hacerlo, que se comprenda este fenómeno social, que se entienda el proceso mismo de construcción de identidad. Tener menos de cien años de existencia real como país, nos presenta un gran reto a futuro, en todo sentido, en el cultural, en el económico, en el político y en lo social sobretodo.

Los momentos para comprender a la juventud, los momentos para analizar la violencia, el momento para evaluar la pobreza o las alternativas que encontramos cuando queremos terminar con la informalidad en el Perú, nos llevan a considerar los tiempos y nuestra historia que hace de nuestro país, uno en construcción. No estoy justificando errores, lo que pretendo es indicar que es tiempo de buscar enrumbar para no seguir cometiéndolos. El joven aprende, un país joven tiene aún futuro y por eso pienso yo, se podría construir ese futuro. A pensarlo.

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Cultura, Historia, país

Muchos países en el mundo consideran trabajar el concepto de cultura como un eje determinante para la aplicación de políticas de asistencia social, tratamiento de actividades que conllevan a fortalecer el trabajo conjunto para toda una sociedad. El análisis está siempre presente a manera de involucramiento previo a cualquier aplicación de políticas públicas.

En el Perú se debería considerar dicha línea, pues como país multicultural y pluricultural, toda decisión depende, aunque no creamos, de un concienzudo análisis en ese sentido. De esta forma podríamos acercarnos a corregir falsas percepciones construidas por terceros, muchos de los cuales enfocan un débil conocimiento de la realidad cultural que actualmente vive nuestro país, generando irreales percepciones  a nivel de nuestra muy diversa sociedad.

El ser humano es un ser cultural, que asimila su cultura y la construye, asimilándola, influenciado por el tiempo y las situaciones de las historias de vida de las familias generadoras previas (padres, abuelos). Es inherente a la especie humana y las sociedades comienzan a crear a sus individuos a su imagen y semejanza desde su cultura. Se comienza a pertenecer a una cultura, se comienza a modelar identidades y se pretende poder reforzar una cohesión social, donde se comienza a englobar modos de vida, religión, ley y ciencia, tradición e innovación, arte y música, idioma y literatura. Resumiendo, se puede apreciar que por definición la cultura es el conjunto de elementos y características propias de una determinada comunidad humana, donde existen particularidades  que son  costumbres, tradiciones, normas  modos para poder  pensarse a sí mismo, de comunicarse y de construir una sociedad. Y esta cultura no puede existir sin una sociedad, la sociedad, no las sociedades sino una gran sociedad, que se vuelve diversa y al pasar los años se vuelve más diversa aún.

Tratar este tema de manera seria, permitiría desde los acostumbrados constructos sociales tener una base enfocada en la pertinencia a futuro para cualquier mirada política, o económica de Estado ò de lo privado empresarial. No está lejos la experiencia que los constructos sociales son dejados llevar muchas veces por las ideas, los romanticismos y motivan los errores muchas veces en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Es una gran verdad que la sociedad cumple un papel fundamental en la formación de las construcciones sociales. Desde el momento en que nacemos, la población es bombardeada con expectativas y normas sociales, que van cambiando con el pasar de los años y con las variaciones poblacionales o movilidades humanas, las identidades van cambiando, la población va cambiando y la historia va variando también. Es peligroso cuando no se tiene la base fortalecida y aparece una sociedad que privilegia y da importancia a ciertos rasgos, como el atractivo físico, la inteligencia, la riqueza o el éxito o en contraposición risible exalta los rasgos de poblador indígena para validar una región. 

En consecuencia, al interiorizar estándares sociales nos juzgamos a nosotros mismos y generamos una falsa idea de lo que somos, distorsionando nuestra propia percepción, sin considerar los cambios sociales que son generadores de nuevos rostros o mismísima nueva cultura,  más popular, más peruana, más diversa.

Ya es tiempo que tengamos claro y busquemos adaptarnos como una nueva cultura peruana, mestiza, distinta, las polleras no es símbolo de miseria, tampoco de riqueza, el campesino es resiliente, un hombre para el mercado, el hombre de la calle es parte de una sociedad distinta, es decir, no son esquemas cuadriculados. Muchas veces, no tener claro esta realidad nos hace romantizar nuestras percepciones, un comercial publicitario que baja los canones de belleza ficticia y foránea, no debería buscar los mismos estándares en lo indígena, pero pintados con otro color de lápiz, por poner un ejemplo recurrente que muchos entienden, esto daría risa y ofendería. El ser humano es uno y categorizarlo desde una mirada errada, no suma, más bien resta.  En situaciones de crisis, es más productivo dejar atrás las percepciones y abocarse al conjunto determinado de atención social. La pobreza está en todos los sectores, el rural y el urbano, y en todas las regiones, el campesino y el empleado. 

En el Perú, multicultural y pluricultural, receptor de movilidades humanas, la realidad ya es distinta, debemos comenzar a construir nuestra autopercepción, definirnos como peruanos, sin entrar en los chauvinismos, ni mostrar solo un lado de nuestra historia, no solo somos incas, moches, o huancas, ya somos peruanos, desde todas las sangres, ya se está  construyendo una sola. Sino trabajamos en eso, las políticas públicas, las inversiones comerciales, los emprendimientos y todos los que pretendan describirnos no van a saber cómo hacerlo.  No quiero parecer nuevamente un romántico, pero la realidad social, la sociedad misma, nos muestra cambios y la necesidad de adoptarlos obliga a considerarlos. La historia en el Perú nos ha enseñado que nunca supimos cuál era nuestro norte. Estamos en el momento de tentar construir uno, sin dividirnos entre blancos y cholos o pobres y ricos, siempre habrá categorizaciones tontas pero la construcción de un país está por encima de eso. Fortalecer la nueva cultura peruana es un reto obligado.

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crecimiento, Cultura, sociedad

Un problema continuo y latente en las políticas económicas y sociales que a la larga se constituyen en políticas públicas, es que muestran muchas veces ciertas debilidades, pues las dificultades se generan por la falta de coordinación entre las instituciones que conforman el estado. Los ministerios actúan la mayoría de las veces como islas de atención social y económica, donde sus normativas encierran solo actividades específicas y no permiten la articulación general  que podría desarrollar un trabajo más eficaz que se definan  como procesos articulados  de desarrollo secuencial concebidos como etapas, que al ejecutarse de manera ordenada, se articularía siguiendo un modelo conocido por los proyectistas como  modelo cascada.

Los escenarios que se presentan en cada espacio público, ya sea en el sector urbano o en el sector rural, siempre van a necesitar de articulaciones bien coordinadas entre las instituciones de cada ministerio, con la intención de generar continuidades o sostenibilidades, y por supuesto que si las hay, pero estimo que no lo suficientemente articuladas como para optimizar las intervenciones. Las poblaciones atendidas por los programas sociales en su mayoría requieren de mayores beneficios transversales que significan atenciones directas. 

Por ejemplo, las ruedas de negocios con las mypes rurales como beneficiarias y que son generadas con la intención de comprometer las compras directas con los proveedores rurales (queso, lana, alimentos procesados, etc.), requieren de un bien articulado y pensado proyecto de habilitación de carreteras, o de una bien planificada flexibilidad comercial. La capacidad de entrega y cumplimiento de lo mostrado en una rueda de negocios muchas veces, aunque parezca mentira, tiene obstáculos que otros programas de asistencia podrían facilitar vencerlos. Las comunidades económicas de por si están preparadas para hacer efectivos sus compromisos, sin embargo los planes de asistencia deberían estar conectados de tal forma que puedan permitir efectivizar de mejor manera los requerimientos en este caso. Las cadenas de valor que se identifican, constituyen pequeños micro corredores económicos algunas veces no formales pero que, con un apoyo sostenido y pensado, estarían mejor articulados marcando las diferencias. Hay instituciones en nuestro estado que podrían enfocarse en aplicar esas alternativas para el desarrollo social y económico.

Otro tema importante que se podría considerar es darnos cuenta que existen regiones en el Perú y muchas, que muy bien podrían sostener su economía con el turismo, la pregunta es por qué no articulamos con los responsables de promover la  construcción de albergues u hoteles municipales y algunas capacitaciones que brinden a los jóvenes la oportunidad de auto determinarse como guías turísticos, recibiendo los alcances históricos y geográficos para “vender” su región a los visitantes. Independiente de todo lo que significa la atención a los foráneos, comercios, servicios, etc.    

Casos muy recurrentes también se da con la superposición de funciones donde se duplican y hasta triplican las atenciones dirigidas a la población, donde los programas se cruzan y las similitudes saltan a la vista. El enfoque emprendedor debería, por ejemplo, tener un marco de articulación dirigido en un gran plan de atención conjunta. Los planes y programas deben comenzar a establecerse como cadenas de atención. Existen un sin número de programas y planes de capacitación, el foco debería estar dirigido a efectivizar y optimizar estas capacitaciones, la coordinación permite explotar sinergias, aprovechando las ventajas comparativas de las distintas instituciones. Las capacitaciones en materia de fortalecimiento de capacidades para la búsqueda de empleo, se deberían enfocar en las distintas alternativas que el Perú ofrece, temas agrícolas, pesqueros, mineros, etc. Siempre articulados. Fortalecer los existentes centros comunales del estado para llevar adelante diversas atenciones con un objetivo país interesante y oportuno. 

En realidad es un desafío latente, fortalecer lo hecho hasta ahora por el estado, tener una mirada directa y asumirla, dándole la importancia debida para generar   coordinaciones serias entre los programas de cada institución que se maneja desde el estado, pues es un factor que permite implementar políticas públicas de mayor calidad y más sostenibles. Todo esto, me permite recordar, como dije líneas arriba, el llamado método de cascada donde se manejan equipos que siguen una secuencia de pasos articulados que no avanzan sino se concluye una fase anterior. Este tipo de planificación no deja lugar para revisiones imprevistas. La planificación y la preparación  del modelo de cascada pueden ser útiles inclusive para asignar de manera más eficaz los recursos presupuestales sin dar lugar a modificar planes conjuntos.  

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Emprendimiento, población, sociedad

Una de las características de las colaboraciones que presento cada quince días es tentar que luego de su lectura se pueda iniciar a profundidad mayor investigación en el tema, y a los que se atreven a leerlas les parezca interesante para hacerlo; pues son temas generales que tratan de pensar el Perú, siendo esto una misión latente de los científicos sociales.

En nuestra actualidad hay un tema que acoge las conversaciones de los entendidos empresariales, de los proyectados económicos financieros y las esperanzas de los que tienen que buscar siempre trabajo, es decir nuestra población mayoritaria a nivel nacional. Se va a gestar un hito para el comercio exterior peruano que avizora un gran cambio en el panorama del comercio global, es la inauguración, muy pronto de un mega puerto en Chancay, un distrito costero  de los doce que conforman la provincia de Huaral, y que se ubica a una hora de Lima capital, permitiendo ahora mismo, una franca comunicación social y económica poblacional, traducida en los recorridos de ida y vuelta de movilización. La población de Chancay y alrededor será testigo de un gran cambio social. 

Por otro lado, es seguro que ya, de inmediato, (y hay razón en eso), se va creando una necesidad natural y ambiciosa de comenzar a informarse de los más  recientes avances en infraestructura portuaria pues las oportunidades se van a presentar para importar o exportar. Pues este proyecto muy ambicioso como dije líneas arriba se encuentra solo a 80 kilómetros al norte de Lima, y presenta una excelente ubicación para permitir el tránsito de mercancías entre Asia y América del Sur. De esta forma, en términos reales, el Perú al convertirse en un gran centro logístico de Sudamérica, será visto y reconocido por el mundo y obviamente generará ganancias y convertirá al Perú en el primer centro logístico del Pacífico sudamericano.

Este ambicioso proyecto contará con una infraestructura que va desde muelles de espigones, puntos de embarque y descarga, canales de ingreso marítimos, áreas de inspecciones de aduanas, estacionamientos para vehículos pesados, túnel subterráneo para conectar el complejo de ingreso con la zona operativa y muchos otros beneficios más especializados aún, que volverá al Perú en un  centro de atención de la región, permitiendo estabilidad macroeconómica, permitiéndole también ser un  polo de crecimiento y en un centro marítimo y logístico en toda América Latina. Liderado por la naviera china COSCO Shipping Ports Limited en asociación con la empresa peruana Volcan Compañía Minera, ambos dicen asegurar estándares internacionales en tecnología, seguridad y eficiencia.

Y es seguro que esto traerá beneficios sobre todo a las empresas inmersas en el comercio internacional, donde podrán mover productos en forma directa a Asia, esto reducirá costos logísticos reduciendo también los tiempos de tránsito, descongestionará nuestro querido puerto del Callao, abriendo de alguna forma mayor rentabilidad de carga para el oriente y la sierra central. En fin, se viene el nuevo HUB portuario y logístico de América Latina.

Ahora bien, mirando hacia el futuro, el mega puerto  no solo será un punto de convergencia para el intercambio económico global, y un impulsor sin precedentes del progreso económico y comercial para Perú con las importaciones o exportaciones, todos los involucrados serán protagonistas de un crecimiento económico. 

Pero también, y es importante decirlo, será un punto de convergencia de distintas poblaciones, cada una con cultura distinta, con múltiples diferencias, con muchas particularidades, donde la movilidad humana se dará no solo a la interna sino la migración externa se convertirá en necesidad operativa seguro y la mano de obra o el empleo será competitivo y las oportunidades generaran desbordes seguramente. El auge que se genera por este movimiento económico, motivará  cambios importantes en los habitantes de la zona y alrededores, con una trasformación económica que desatará repito un proceso de migración que trae consigo nuevas y distintas dinámicas sociales y culturales. 

Entonces la pregunta es: estamos preparados para ese nuevo fenómeno social que se vislumbra? Parafraseando a Arguedas «La cartografía de mercados y circuitos nomádicos (ahora en Chancay) ha tenido como objetivo detectar una correspondencia simbiótica generada entre la producción de espacios y la pluralidad de lenguajes»(El zorro de arriba y el zorro de abajo”), entiendo que este cambio social involucra obligadamente, a las diversas instituciones del Estado que comandados por un consciente Ministerio de Cultura sea el articulador funcional para que el mega proyecto funcione sistemáticamente. Economía – Sociedad articulada.

Migrantes foráneos en masa llegados al puerto, atenciones formales hacia ellos, negocios, empleo, autoempleo, emprendimientos serios, hace que sea urgente, incluso la revisión de leyes de atención social o programas de asistencia que deben comenzar a revisar las normas para ser un verdadero país que acoge no solo carga material sino los contrastes inmateriales traídos por las poblaciones que ya sean itinerantes ò con proyecciones de establecimiento, requieran también atención, para ello, por ejemplo, es urgente generar una seria y advertida ley migratoria.

 

Chancay no puede perder su esencia cultural y tendrá la misión de adaptarse, para ello se necesita gran apoyo, por ejemplo su pesca artesanal  corre el riesgo de ser desplazada a otras zonas costeras del norte motivando sobre explotación de recursos en zonas pequeñas y con ecosistemas legitimados, sería un peligro ambiental, esto además podría generar conflictos sociales.

En fin, no demos la espalda al crecimiento económico y por ende a nuestro desarrollo, pero advirtamos que existen temas que son relevantes y que tienen que ver con la población misma, con la sociedad, con el gran cambio social que hay que canalizarlo para beneficio mismo de la región y del Perú.  Que hace tiempo es un país de acogida, aceptémoslo. Y quedan más temas señores, echemos a andar la investigación. 

En el análisis constante que los estudiosos hacen de los países, (sobre todo en Latinoamérica), de sus sociedades y de su economía, es muy común leer artículos que tocan el tema con frases que tratan de explicar una realidad latente. Frases como  crecimiento económico”, “desarrollo social” y también  “desarrollo económico”. Por esta razón, considero necesario el buscar entender las circunstancias que crean estos conceptos entendiéndose como generadores o creadores de  dependencia que se da como una cadena de resultados.

Entiendo que el desarrollo social se centra en la necesidad de poner en primer orden a la población o más directamente a la sociedad, en un proceso que apunta al desarrollo propiamente dicho. La atención de la pobreza no solo se dirige a paliar las bajas remuneraciones o los mínimos ingresos económicos, sino también se trata de la atención directa de las vulnerabilidades, de evitar la exclusión, quizás de optimizar funcionalmente a las instituciones, consolidando la toma de decisiones y evitando la exposición constante, inclusive, de la violencia en las calles. Solo así entenderíamos, creo yo, que el camino al desarrollo social está llano. Una sociedad en desarrollo genera la inclusión social, empodera a las personas, cohesiona poblaciones y genera resiliencia en muchos casos. El acceso a la convivencia real es la estabilidad que se busca en el llamado desarrollo social. 

Todos los esfuerzos para atender a la sociedad y lograr su desarrollo, involucra no solo a los gobiernos, sino también a la comunidad misma, donde también consideramos a la llamada sociedad civil, al sector privado, y a los grupos que aún siguen al margen de las decisiones claves, como los pueblos indígenas o todos aquellos grupos que se muestran como minorías en la población. Todo ello debería aproximar a la sociedad y los estados para considerar acciones concretas. Dicho esto, podemos comenzar a evaluar si este desarrollo social está listo para fortalecer otro desarrollo que es el económico. Dos desarrollos que van muy asociados. Uno genera y aporta al otro y viceversa. 

En el contexto de una modernización del estado y de la generación de estrategias de desarrollos productivos, en este aspecto, cobra relevancia el comportamiento de las economías locales que reflejan directamente esta alianza de desarrollo social con desarrollo económico, venciendo poco a poco las concentraciones económicas e inequitativas que suelen darse en la realidad. Pero lo que promueve el fortalecimiento de esta alianza socioeconómica, es la generación de un crecimiento sostenido de la economía de un país. Pues el crecimiento económico de un país contribuye directamente en la construcción de un desarrollo social que se desarrolla con economías que emergen y se posicionan. La cadena de una fuerte estructura socio económica, la propone el crecimiento de las economías de los países. No hay desarrollo sin crecimiento. 

Cuando hay crecimiento económico en un país, se asume que los desarrollos  se darán por generación natural (exagerando) pero la aplicación de políticas de atención social basadas en las oportunidades que se generarán por el ingreso mayor de los presupuestos generales normalmente no se lo asocia a desarrollar la sostenibilidad y por ende no se desarrolla nada. El crecimiento económico repercute de manera importante en el desarrollo social de un pueblo. El factor financiero y la estabilidad económica aportan un estilo de vida a las familias e incrementa la tranquilidad emocional en relación con el futuro.

En estas circunstancias entonces, entiendo que no es lo mismo hablar de desarrollo económico y crecimiento económico, el primero es el resultado de una concienzuda política de buen uso del incremento ganancial de las economías de los países, el país crece económicamente y se dan las oportunidades para contribuir al desarrollo de la sociedad en fortalezas que las necesidades obligan: educación, salud, empleo, proyectos productivos reales, el apoyo a los emprendimientos serios y reales con apuestas fuertes futuras, las micro y pequeñas empresas con apoyo concreto y la  mediana y gran empresa con una visión proyectada al interior y al exterior. Tema importante a trabajar en otro artículo.

Resumiendo entonces, puedo decir que al hablar de desarrollos económico y social se considera el fortalecimiento en el crecimiento general de un país. Deberíamos hablar solo de crecimiento económico y no limitarnos a compararlo con el desarrollo solamente, pues este es el resultado de la buena aplicación y redistribución lógica cuando las arcas se manejan en azul extremo. Para ello hay que considerar además que para que haya un buen desarrollo económico es importante que el Estado elabore, implemente y ejecute políticas orientadas a este desarrollo y no solo al crecimiento, teniendo en cuenta que el crecimiento se da en el corto plazo pues se carece de políticas diseñadas para ese fin, en cambio el desarrollo tiene un alcance a mediano y largo plazo. Solo ahí, estaremos avistando el gran desarrollo social que la economía permite y desarrolla, apoyándose en conjunto con lo económico. No es lo mismo. Veamos que sigue……..

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crecimiento, Desarrollo, sociedad

En casi todas las sociedades latinoamericanas se vivieron muchos cambios luego de ser parte de un fuerte ingreso de la globalización y algunas, sino muchas, reformas neoliberales que la precedieron, motivando la modificación de las perspectivas de los estados para entender y generar las formas de enfrentar los problemas que originaban la pobreza y generaban la exclusión, dando de esta manera un giro conceptual de las políticas sociales. Por esta razón, creo yo, que se puso en debate actual el tratar de encontrar el verdadero sentido de la aplicación de una política social, y de esta forma poder encontrar los mecanismos para atender este problema, poniendo énfasis en la llamada inclusión social.

Con la presencia de un nuevo orden mundial en materia económica se impulsan nuevas metodologías para aliviar la pobreza estructural de las poblaciones excluidas y necesitadas de apoyo en muchos sentidos. Por eso es válida la generación y en muchos casos la continuidad de programas asistenciales que buscan atender a priori las necesidades básicas insatisfechas, por ende la tendencia y misión actual es la de promover y fortalecer programas sociales que velen por las personas pobres y se consiga apartarlas de este círculo vicioso de pobreza, y por eso es que por ahí existen las transferencias condicionadas por subsidios monetarios, asistencias en la promoción de emprendimientos y/o generación de espacios de capacitación para el descubrimiento de habilidades innatas en la población para que puedan desarrollar auto sostenidamente crecimiento económico, de esta forma se va generando una gran cantidad de beneficiarios dependientes del Estado. Cuidado que estos planes generan dependencia en la sociedad.

Entonces, para el caso peruano no encontramos la diferencia, la situación como país latinoamericano es la misma, por eso me permito tratar de analizar dos situaciones que tendrían que revisarse con mayor profundidad y además es clave que las instituciones estatales involucradas en el tema de lucha contra la pobreza lo consideren para encontrar un camino óptimo para el desarrollo.

Advertir la dependencia es darnos cuenta que al ejecutar las políticas sociales, el beneficiario entra en una condición de espera, que lo motiva a generar dinámicas de subsistencia que dependen de la intervención directa del Estado, todo su desarrollo habitual toma como base de inicio las condiciones proteccionistas que le brinda la ayuda monetaria y su mínima estabilidad generada. El diseño de asistencia y protección no es malo pero la mayoría de las veces tienen un impacto de corto plazo y si no se le encuentra un cierre, los costos para la atención que genera esta dependencia implica un aumento del gasto social que no tendría retribución, sino que incrementaría los presupuestos, por ende, se conseguirá generar un vínculo extremo que será muy difícil de romper y por ende no es una salida sostenida de la pobreza. En resumen, son paliativos que se desintegran con el pasar de los años. Triste realidad, pero cierta.  

Por otro lado, promover la autogestión, el encontrar los mecanismos necesarios para revertir la pobreza y entrar en franca lucha para ello, hace que las posibilidades de la población beneficiaria incrementen y los fortalecimientos de sus habilidades y capacidades, los emprendimientos promovidos o las vinculaciones laborales, tendrían un efecto de sostenibilidad, creando autonomía y el comienzo de lograr ciertas estabilidades económicas. De esta forma, la política social que promueva la autogestión encontrara niveles de impacto al observar que se puede ir superando la pobreza de a pocos, permitiendo además la inclusión de más personas en los circuitos económicos, de la provisión de servicios. Son dos caras de una misma moneda, exageradamente vinculadas.  

Muchos beneficiarios asistidos por los programas sociales presentan características que validan su situación económica y los presenta como potenciales pobres, son parte de fichas de atención que certifican su condición, sin ellas no habría asistencia monetaria o de cualquier tipo, pero ayuda al fin, y esta situación genera pasividad y subsistencia pura. Por otro lado también, los mismos beneficiarios por lo general también son considerados con características resilientes que permitirían la autogestión, el cambio y crecimiento autosostenido. Los emprendimientos permitirían, por ejemplo, la existencia de circuitos comerciales que ayuden a salir de la pobreza. 

Sin embargo, la apuesta por salir de la pobreza esta anclada con la duda de tener lo seguro. La población curiosamente entiende que la formalización que sustente su mirada autogestionaria, de superación económica, quita la asignación de recursos asistenciales. Es muy cierto que las funciones del Estado son absolutamente necesarias, como ordenador y protector de los intereses nacionales de los pobladores, la gran tarea de reactivar la economía, y la atención de poblaciones vulnerables no debería traslaparse. Lo pongo mas sencillo: “Te subsidio como pobre extremo, te saco de la pobreza, tú decide” “Formalízate y comienzas a salir de pobre” “saliste de la lista de extrema pobreza ya no recibes nada”. Cuidado con eso, no debemos sin pensarlo promover la informalidad. Somos un país emprendedor, si emprendemos hagámoslo con seriedad y el estado deberá ser parte de esta discusión, y lograr la inclusión social.

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Autogestión, Economía, Globalización

En los años 90 del siglo pasado, estando aún en la universidad, uno de mis primeros trabajos de campo marcó ese camino que los siguientes años se encargaron de fortalecer en mí la pasión por la antropología: la realidad urbana tradicional, los barrios históricos, los barrios antiguos muy limeños motivaban mirar comparativamente a aquella población que había conquistado grandes espacios y que ya criaban terceras generaciones de nuevos limeños en lugares que habían sido habitados productos de las llamadas “invasiones”. Una realidad que sin dar cuenta avizoraba un gran tema a tratar a futuro cercano, el pase al siglo XXI, y la gran “conquista de Lima”.

Mi trabajo, comparaba jóvenes de los Barrios Altos frente a jóvenes del distrito de el Agustino, propiamente la primera etapa de la Cooperativa Huancayo, demás está describir que aquella población había establecido una red social del centro de nuestro pais, y por allí se explica el nombre de la cooperativa. Los barrios tradicionales contaban con jóvenes que en su mayoría mostraban características muy conformistas, muy metidos en los proyectos de corto plazo, la sociedad de las esquinas primaba en las juventudes, junto con la salsa y a veces el rock, mientras que muchos jóvenes de la cooperativa Huancayo tenían una mirada más cuesta arriba, proyectos largos y las conquistas habían sido su pan de cada día, la luz, el agua, las pistas y Chacalón era verdaderamente el descriptor de su historia. Momento clave perdido para el aprovechamiento pensado para el desarrollo y crecimiento socioeconómico.

  En los años 90, repito esta comparación barrial se podía dar, aun existían esas marcadas diferencias poblacionales, aun había rasgos culturales que condicionaban actitudes y la cultura y la personalidad se veían asociadas. Pero luego de muchos años, esta historia se equilibró y la zona urbana se hizo una y la pobreza urbana se estancó y se perdió en el olvido. La ciudad “no es pobre” pareciera pensarse.

A simple vista no interesa tal resumen y descripción, sin embargo, sirve para pensar una realidad que motiva muchos temas de análisis a futuro, pues los barrios tradicionales como los Barrios Altos por ejemplo se han estancado, ya las casas señoriales son almacenes de emprendedores y negociantes, la historia comienza a tener amnesias en la población y los barrios que fueron emergentes, ahora entran en ese conformismo y la cascada de decepciones sociales alimentan los estudios de la historia de la población en el Perú.

Pues bien, ahora se habla de pobreza urbana que, como forma de exclusión económico-social, es un problema grave y las dimensiones en el que se advierte son las dificultades de acceso al trabajo principalmente vinculante a otras carencias, aquellas que sufren las personas para alcanzar una vida digna, bien sean de salud, educación y cualquier otra, independientemente del lugar de la población afectada. Sin embargo, es importante conocer las brechas en que se manifiestan a fin de poder diseñar políticas adecuadas para atenderlas. En las últimas décadas las situaciones de privación que padecen las personas han ido mostrando cada vez más formas diferenciadas según habitan en zonas urbanas o rurales. Con la salvedad que los rurales, por cuestión natural tienen más posibilidades de ser atendidos y de crecer en emprendimientos comunales o desarrollo productivo agrícola, por esa razón es que los nuevos enfoques metodológicos de medición de la pobreza hacen la salvedad para el estudio de la pobreza urbana y rural; y, sobre todo, para conocer los procesos de empobrecimiento que hacían surgir esas formas específicas y distintas de pobreza en una y otra área.

He allí entonces una explicación de ambas partes. La sociedad sin asistencia, conocimiento y acompañamiento se estanca, se vuelve conformista y lo peor de todo invisible. La mayor pobreza que existe está en las zonas urbanas tradicionales, el olvido de los barrios antiguos que rodean Lima es latente y el caos y los temores que se viven son producto de la falta de atención. Las autoridades mucho miran a los cerros y la atención siendo necesaria es muy lírica, muy asistencial, y no está mal, pero los cerros son emprendedores, son comunales, son diferentes. En la ciudad tradicional, hasta las polladas ya perdieron la esencia de la ayuda en cooperación. 

Hay mucho pues por desarrollar, mientras ustedes seguro dicen, qué mirada tan corta de la pobreza urbana en el Perú, y yo les respondo, NO, las consecuencias las genera el mismo Estado. Hace muchos años un estudiante se dio cuenta que el conformismo de la ciudad pasaría factura, los primeros “conquistadores” se sumaron al conformismo y esto se repetirá siempre que haya falta de oportunidades, de mirada, de lectura, de atención. 

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Conformismo, Economía, Urbano

Hace unos días, revisando unos artículos, confirmé que se han comenzado a acuñar a nivel mundial, algunos conceptosque buscan conversar, entender y comenzar los cambiosintegrales, dándole mucho valor e importancia a la ruralidad. Y pude avizorar que, se puede comenzar a hablar en la academia y/o desde la gestión pública, sobre todo, de unarevitalización de la agricultura, que puede entenderse como la búsqueda por mejorar la calidad y con los productos agrícolasentrar a un tema de competitividad muy serio.

Para ello tendríamos que ir considerando también de manera muy seria, varios elementos que han sido trabajadosestos años en algunas de mis colaboraciones en este portal, como por ejemplo el fortalecer las habilidades y las capacidades empíricas de nuestro campesinado, fomentar la calidad de este personal localizado y que tiene un gran conocimiento de su diversidad productiva, clave, este momento, el de la asistencia técnica y capacitación constante.

La cultura del trabajo familiar, que genera una cultura rural inteligente y constante, comunal a veces, pero con un nortesiempre, el desarrollo, enfrentando a la sola subsistencia, que podría promover el desarrollo, siempre y cuando por otro ladose fortalezca la gobernanza de los gobiernos locales.

Los distritos rurales, deben ser capacitados, acompañadosy escuchados, dándoles el soporte necesario para poder hacerusos de las pautas que el estado nacional determinanormativamente. Conocer las leyes, los presupuestos, losprogramas, las atenciones y hacer uso de ellas es muyesperanzador, están ahí muchas veces, y los mandos distritalesdígase alcaldes a veces las desconocen.

Entonces podría entender que la clave de la estrategia para una revitalización rural reside en la coordinación constante con el mundo urbano, existe una bisagra campo ciudad que la hanconstruido socialmente las migraciones internas, sin darsecuenta, las comunicaciones patronales, los péndulossocioculturales, el paisanaje aún existe y construye, moderniza, cambia percepciones, la linea de comunicación está y eso, pensándolo bien es una puerta para el cambio que lo rural necesita. Una revitalización que enfatiza “el descubrimiento del valor rural y la promoción de la libre transacción de factores de producción entre los sectores rural y urbano. A nivel mundial, la revitalización rural es una consideración estratégica para mejorar la competitividad y el estatus internacional en el sistema de gobernanza global.Y no se debe temer a losobjetivos que este concepto presenta, pues se quiere lograr a través de esta revitalización rural el desarrollo industrial, el respeto con el medio ambiente, una gobernanza eficaz y nuevas buenas opciones para el sector rural.

Se debería comenzar a evaluar cómo cooperar y cómocoordinar para plasmar que ésta idea se haga realidad, puesademás se debe considerar la fortaleza y estrategias que el mismo mercado maneja, que las instituciones públicas seaninvolucradas con conocimiento real del tema planteado, la política normativa debería revisar elementos que coadyuven al cambio rural, proponer lo nuevo y buscar que el campesinoevalúe seriamente lo familiar, lo comunal y la asociatividad, como caballos de fuerza para su crecimiento y desarrollo

La coordinación entre lo rural y lo urbano es muyimportante, el estado y el mercado deberían mirarse de frente, los efectos de la migración interna ser aprovechados en lo social, cultural, todo esto y otros pensares generarían la fuerzanecesaria para revitalizar una agricultura que solo sobrevive.

Muchos temas, como siempre se filtran para posteriormente ser tratados, las políticas culturales rurales, las políticas industriales rurales, el sistema serio de la gobernanzarural, las políticas rurales de defensa del cambio climático y muchos más. Lo cierto e importante es reconocer que, si no lo ponemos en el tapete del debate, no se estaría haciendo nada. Muchos dirán o pensarán, nuevamente que iluso, pero no, debodecir que la solución es más sencilla de lo que parece, solo hay que echarle ganas.

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