Grecia

Sin duda, la consagración total para Vangelis llegó con Chariots of fire, el soundtrack de la película homónima que cuenta la historia de un grupo de atletas rumbo a unas olimpiadas en los años veinte. La melodía central, Titles, se convirtió en metáfora del esfuerzo para alcanzar el éxito. La genial partitura se llevó el Oscar a Mejor Banda Sonora Original en 1981. Pero luego escribió otros soundtracks notables, como la mencionada Blade runner, ese cuento distópico y oscuro que es todo un culto para los amantes de la sci-fi. Cabe mencionar que recién se lanzó como disco en 1994, doce años después del estreno del film dirigido por Ridley Scott, que es una adaptación de la novela fantástica de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) y protagonizado por Harrison Ford, en el papel del cazarrecompensas Rick Deckard. En 1992 fue el turno de 1492: Conquest of Paradise, también de Scott, en que el actor francés Gérard Depardieu hace de Cristóbal Colón, con motivo de los 500 años del descubrimiento de América.

Vangelis fue siempre una persona recluida y de pocas palabras. Casi nunca daba entrevistas. Por eso sorprendió que, en la edición #72 de la revista Prog, dedicada a la música electrónica, los sintetizadores y su íntima relación con el rock progresivo, Vangelis no solo fuera portada sino que además diera una extensa entrevista al periodista Mark Powell, desde su casa y estudios en París, donde se muestra sumamente articulado, inteligente y crítico de la industria musical vista como negocio. Aquella publicación, de diciembre del año 2016, encontró al músico trabajando en una producción titulada Rosetta, que le había sido encargada por la European Space Agency, sobre una exitosa sonda lanzada al espacio exterior. En el 2001, quince años antes, había compuesto una sinfonía coral para un proyecto de la NASA, titulado Mythodea. En paralelo, estaba supervisando la edición y lanzamiento de una colección de trece discos, Delectus, que reunía todos sus álbumes con los sellos Vertigo y Polydor, incluidos los que hizo a dúo con Jon Anderson. En septiembre del año pasado grabó, nuevamente para la NASA, el disco Juno to Jupiter (Decca Records), con la participación de la soprano rumana Angela Gheorghiu.

La muerte de Vangelis es un duro golpe para la música y la cultura mundial. Su filosofía como artista consistía en sentir la música como algo tan natural como el hecho de respirar: “Cada vez que un sonido sale de mis manos, fue siempre y es algo 100% instintivo. No lo pienso. No tengo ninguna idea preconcebida, planes ni construcciones. Sigo lo que fluye hasta que la música no me necesite más”. Que en paz descanse.

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