[TIEMPO DE MILLENNIALS] En los últimos meses los medios han estado plagados de noticias negativas sobre nuestro país, demostrando que el Perú se encuentra en uno de sus peores momentos en materia económica, política y social. Nuestras instituciones públicas funcionan de manera deficiente, nuestra clase política evidencia no solo no estar preparada para los cargos que asumen, sino que poco les interesa el país, e incluso los mismos ciudadanos peruanos parecen estar más interesados en los asuntos políticos de otras regiones de Latinoamérica que en los de su propio país.
La inseguridad ciudadana atraviesa un momento crítico, tal es así que Lima se ha convertido en la ciudad número 19 más peligrosa del mundo, solo un puesto más abajo que Tijuana; los delitos de hurto y robo agravado han aumentado en un 45% vs el 2022; y, ¿qué hace el gobierno? Desde el 2021 ha declarado 9 estados de emergencia, sin ver resultados, y sigue usando la misma herramienta como “solución” a la inseguridad. Ya hemos normalizado las noticias como “hombre es asesinado a balazos”, “mujer es violada y torturada”, “niña de 4 años es encontrada muerta luego de ser abusada sexualmente”, “extorsionadores asesinan a empresario por no pagar cupo”, entre muchas otras.
Si hablamos de economía, en setiembre de este año el PBI se contrajo 1.29%, lo que representa una caída por tres trimestres consecutivos. La economía peruana está en su peor crisis desde 1990. Esto viene de la mano con la caída en la inversión privada que decreció en un 8,3 % en el segundo trimestre del 2023. Se ha perdido la confianza empresarial en nuestro país, y esto no sorprende ya que hemos tenido un intento de golpe de estado, escándalos de corrupción durante el gobierno de Pedro Castillo que siguen saliendo a la luz hasta el día de hoy, un congreso de espaldas al país, exministros prófugos, nombramientos de autoridades no idóneas en el Estado, y conflictos sociales como las protestas, tomas de aeropuertos, etc.
¿Quién quiere vivir en un país que es tierra de nadie? Donde los políticos solo velan por sus propios intereses y prefieren poner en riesgo la democracia con un acto inconstitucional como la destitución de la JNJ. Donde nuestras autoridades no buscan soluciones a la crisis económica y de inseguridad. Donde los actos de proselitismo son cosa del día a día. Donde la corrupción viene destruyendo las instituciones públicas. Causa de ello es que en el 2022 más de 400 mil peruanos dejaron el país, cifra cuatro veces mayor a la del 2021, y muchos compatriotas más tienen planes de emigrar en los próximos años si la situación no mejora.
No Dina, el Perú no está en calma y en paz.