conectividad

Por: Hugo Paredes, gerente general de Hughes Perú

Los últimos dos años adelantaron la transformación digital en diversos sectores de la economía, pues las medidas sanitarias para contrarrestar el avance de la pandemia producida por el COVID-19 generó que todas las actividades económicas-empresariales y educativas se desarrollen desde casa. Sin embargo, si bien hubo avances positivos en materia de salud, se evidenció un gran contraste en accesibilidad y brecha digital en zonas rurales que persisten hasta el día de hoy.

Debido a este panorama, las empresas públicas y privadas tomaron diversas iniciativas para garantizar el acceso universal a la conectividad y la continuidad de las operaciones económicas y la educación, lo que trascendió en un crecimiento hacia la accesibilidad digital. Acorde a Estadísticas de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, elaboradas con los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) correspondientes al segundo trimestre de 2021, la conectividad en el área urbana creció en 56.1%, mientras que en área rural solo fue en un 20.1%.

Estos datos están alineados al estudio Comportamiento del Internauta satelital peruano 2020, elaborado por Hughes Perú y la agencia de relaciones públicas Altavoz Comunicaciones, donde se reveló que el 61% de usuarios de Internet satelital en zonas rurales alejadas tuvo acceso a Internet por primera vez desde el año pasado. Gracias a ello, el 83% pudo mejorar su estilo de vida.

Las estrategias para aumentar los puntos de conexión en cada región del país y brindar los dispositivos necesarios para garantizar una adecuada accesibilidad mostró avances durante el último año, donde la participación activa del sector privado fue clave, quienes gracias a su infraestructura en telecomunicaciones y la experiencia en el mercado, contribuyeron con el Estado a fin de acercarse a cada objetivo contemplado dentro de las políticas de Gobierno.

En adición a ello, resulta necesario capacitar a los usuarios en el uso de las tecnologías de la información y comunicación, de tal manera que la utilidad de aplicaciones, plataformas webs y demás servicios tengan un alto valor dentro de la vida de cada ciudadano. Es en este contexto en el que la asociación público-privada toma protagonismo debido a que estas alianzas articulan trabajos colaborativos para generar más oportunidades digitales para las personas que por primera vez se conectan a Internet.

Este escenario cobrará más relevancia hacia el 2022, en el que se buscará generar más alianzas entre el sector público-privado para no solo entregar conectividad, sino también nuevas experiencias y herramientas que permitan a todos los peruanos ser cada vez más eficientes en el uso de estos dispositivos y potenciar su calidad de vida.

La conectividad se ha convertido en un pilar fundamental para promover el desarrollo de todo país. Las herramientas digitales potencian el desenvolvimiento de los negocios y las actividades educativas, haciendo que el Internet sea un habilitador de oportunidades y un transformador de vidas. El éxito en las iniciativas de conectividad dependerá exclusivamente de las formas en que se pretenda mejorar la infraestructura nacional y la disposición del sector privado para contribuir proactivamente en la implementación del servicio de Internet.

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Continuando una miniserie con información sobre cómo somos los peruanos, toca hoy conocer más de los famosos Niveles Socioeconómicos (NSE), esa clasificación por la cual se determina la ubicación de un hogar en una estructura social construida que mide aspectos económicos (bienes y servicios que se poseen, equipamiento del hogar y servicios que se tienen) y sociales (nivel educativo y acceso a servicios de salud). Es una clasificación que a menudo se confunde con nivel de ingresos, pero no tiene nada que ver con ello. Mide más capacidad que poder real. Es multidimensional y cada nivel depende de una combinación de variables para determinarse.

Para el Perú se han determinado desde hace mucho 5 NSE que se determinan con una letra: A (NSE Alto), B (Medio Alto), C (Medio y Medio bajo), D (Bajo) y E (Muy Bajo). Quien lo determina es la APEIM (Asociación Peruana de Agencias de Investigación de Mercados) en base al trabajo que realiza el INEI en la Encuesta Nacional de Hogares y se actualiza de manera anual o bianual. Sin más, conozcamos un poco de la división por NSE del Perú.

La pirámide de niveles de todo el Perú nos enseña que el NSE A agrupa al 2% de hogares, el B al 11%, el C al 28%, el D al 25% y el E al 35%. ¿Cómo que 35%? ¿Y el desarrollo, el modelo? Pues a decir verdad, no se está moviendo mucho. Si vemos el comparativo de NSE entre el 2013 y el 2020, la cosa es tan diferente. Hay una ligera mejora de la distribución, pero los NSE D y E aún concentran el 60% o más de los hogares del país:

Distribución de NSE Total Perú

Comparativo 2013 – 2020

 20132020
NSE A22
NSE B911
NSE C2327
NSE D2625
NSE E3835
Fuente: APEIM

Fuertes y claros números que nos reflejan un Perú que no termina de progresar, de desarrollarse, de tener la capacidad de eliminar la letra E de su distribución.

Pero esa no es la única diferencia que podemos hacer. La distribución es muy diferente por ámbito. Si lo vemos por Lima Metropolitana, Perú Urbano o Perú Total, podemos hablar de tres países diferentes. Basta mirar el siguiente cuadro para entenderlo:

Distribución de NSE según ámbito

Perú 2020

 Lima MetropolitanaPerú UrbanoPerú Total
NSE A422
NSE B221411
NSE C433527
NSE D252925
NSE E62035
Fuente: APEIM

Podríamos empezar a discutir este cuadro para empezar a discutir el país. Si relacionamos esta información con el resultado de las últimas elecciones tendremos argumentos mucho más eficientes para entender lo que pasó. Si en Lima Metropolitana 1 de cada 10 pertenece al NSE E; en el Perú Total 4 de cada 10 lo son. Si hablamos de la “emergencia” de la clase media baja, cuánto de eso que decimos es sesgado por la foto que vemos de la capital y no del resto del país. Son preguntas que debemos pensar cada vez más.

Aún más, revisemos la distribución de departamentos del Perú con mayor incidencia de NSE E. Tendremos nombres conocidos que en esta serie hemos venido repitiendo y repitiendo:

Departamentos con mayor proporción de hogares de NSE E

Perú 2020

Departamento% NSE E
Huancavelica86%
Cajamarca72%
Ayacucho72%
Apurímac71%
Huánuco67%
Fuente: APEIM

Otra vez, los Huancavelica, los Cajamarca, los Ayacucho, los Apurímac. Se repiten y repiten y repiten como disco rayado. Desde hace años. Sin cambios. Pero nos asombra que pidan cambios profundos.

Si decidimos ver las diferencias en características entre los NSE, encontramos algunas cosas interesantes también. Por ejemplo, que el 35% del NSE A tiene un seguro privado de salud, servicio que el 0% del NSE E posee (sí, 0%, no es un error). Y si el 63% del A posee Essalud, solo el 6% lo tiene. Algo tan básico como la atención en salud genera tantas diferencias entre peruanos.

En cuanto a ingresos, vale la pena detenerse a ver este cuadro:

Diferencia entre ingreso y gasto familiar mensual según NSE

Perú 2020

 Ingreso mensualGasto mensualDiferencia
NSE AB7,7775,3332,444
NSE C4,1233,1161,007
NSE D2,6242,049575
NSE E1,3701,161209
Fuente: APEIM

Como se observa claramente, lo que “queda” en cada caso es radicalmente distinto- ¿Capacidad de ahorro? Solo en algunos. Muy algunos. Además, mientras el NSE AB destina el 27% de su gasto a alimentos dentro del hogar, en el NSE E esta proporción llega a 50%. Claramente se trata de una economía orientada exclusivamente a cubrir necesidades básicas. Además, si el AB destina más de 570 soles mensuales a la educación, en el NSE E solo se dispone de S/ 20.

Asimismo, observamos que el 86% del NSE A posee alguna cuenta de ahorro. Este porcentaje solo llega al 25% en el E. El 12% en el A no tiene ningún producto bancario y el 75% en el E reporta lo mismo.

En cuanto a tenencia de productos y servicios, lo primero que queremos destacar no es una diferencia, es más bien una coincidencia: la penetración de al menos un celular en el hogar. Todos los NSE reportan porcentajes muy altos. Incluso el NSE E, con más del 82%. La telefonía -o los datos- mediante celulares hoy es una realidad nacional.

Pero en el resto de los indicadores las diferencias son de terror. Para que se note, algunos datos relevantes. En cuanto a conexión a Internet, el NSE A reporta 100% de hogares conectados, mientras que el E 2.1%. Tenencia de servicio doméstico, 78% versus 0.1%. TV cable 94% contra 9%. ¿Lavadora? Nada menos que 97% y 0.6%. Esto, estresando la distancia entre el NSE A y el NSE E. Al medios el resto, marcando una gradiente hacia abajo, tan preocupante como clarísima.

Pero no acaba acá, hay más:

  • Autos: 88% (NSE A) / 1.4% (NSE E)
  • Refrigeradora 99% / 9%
  • Microondas 91% / 0.2%
  • Licuadora 96% / 31%

Tanto tiempo discutiendo la importancia de la conectividad. El significado de la conectividad para la inclusión. Lo que tenemos es también de preocupación grande. ¿Computadora en el hogar? 97% en el A, 3% en el E. Pero el uso de Internet entre mayores de 18 años es revelador también: 92% reporta hacerlo en el A y solo 20% en el E. Sólo una de cada cinco personas en el NSE E señala que suele conectarse a Internet. Pero además, el 90% lo hace desde acceso móvil. 17% aún usa cabinas para conectarse.

Como vemos, somos un país desigual. No de ahora, desde hace muchos años. Avanzamos lento en la reducción de las brechas. O simplemente no avanzamos. Este es el Perú del Bicentenario. ¡Felices Fiestas Patrias!

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conectividad, NSE, Radiografía del Perú
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