crecimiento personal


Jorge Coaquira Del Arroyo
Socio Fundador – Grupo PRACDA

[HACIENDO EMPRESA] En términos simples, el interés compuesto se refiere a la capacidad de generar intereses sobre los intereses acumulados previamente. En lugar de recibir solamente intereses sobre el capital inicial, el interés compuesto permite que esos intereses se reinviertan y se sumen al capital original, lo que genera un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo.

En las finanzas, el interés compuesto se aplica en una variedad de situaciones, como inversiones, préstamos y cuentas de ahorro. Por ejemplo, si invertimos una cantidad de dinero en una cuenta de inversión con una tasa de interés compuesto anual del 8%, al cabo de un año obtendremos intereses sobre el capital inicial. Sin embargo, en el segundo año, los intereses se calcularán no sólo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses generados en el primer año. Esto crea un efecto de «bola de nieve» donde los intereses se acumulan y se multiplican año tras año.

El interés compuesto en las finanzas puede ser una herramienta poderosa para hacer crecer nuestro dinero a largo plazo. Cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor será el efecto del interés compuesto. Por esta razón, es importante comenzar a invertir lo antes posible y ser disciplinado en la reinversión de los intereses generados.

Sin embargo, el interés compuesto no se limita solo a las finanzas. También tiene aplicaciones en nuestra vida diaria. Por ejemplo, si establecemos metas personales o profesionales y trabajamos de manera constante para alcanzarlas, el interés compuesto puede jugar un papel importante en nuestros resultados a largo plazo.

Imaginemos que queremos aprender un nuevo idioma. Si estudiamos regularmente y nos esforzamos por mejorar cada día, el conocimiento y las habilidades que adquirimos se acumularán con el tiempo. Cada palabra aprendida, cada concepto dominado se suma a nuestro «capital intelectual». Con el tiempo, nuestro progreso se acelera y estamos en una posición mucho más fuerte que cuando empezamos. Este efecto acumulativo se asemeja al interés compuesto en las finanzas.

Del mismo modo, en el ámbito de la salud y el bienestar, el interés compuesto puede ser aplicado. Adoptar hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y mejorar la alimentación, tiene un efecto acumulativo en nuestra salud con el tiempo. Pequeñas mejoras diarias se suman y contribuyen a un bienestar general sostenible.

En resumen, el interés compuesto es una fuerza poderosa tanto en las finanzas como en nuestra vida cotidiana. Comprender cómo funciona y aprovecharlo a nuestro favor puede marcar una gran diferencia en nuestro éxito financiero a largo plazo y en el logro de nuestras metas personales y profesionales. Ya sea que estemos invirtiendo dinero o esforzándonos por mejorar en algún aspecto de nuestra vida, el interés compuesto puede ser un aliado valioso para alcanzar el crecimiento y el éxito continuo.

Ya lo decía Albert Einstein: “El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que lo entiende se beneficia, aquel que no, lo paga”.

Tags:

crecimiento personal, Decisiones Financieras, Finanzas personales, Interes Compuesto

Al momento de comprar algún producto o tomar alguna decisión, comparar es una acción inevitable y positiva, en la medida en que nos permite elegir lo que es mejor para nosotros. Sin embargo, compararnos con otras personas no solo es odioso –como indica la frase popular-, sino que también limita el crecimiento personal y afecta la autoestima.

Según la escritora y psicóloga, Celia Antonini, realizar estas comparaciones genera mucho sufrimiento y malestar porque se crea una imagen equivocada de uno mismo. “Sus efectos pueden ser devastadores para la autoestima, pero, peor aún, nos hace sentirnos mejores o peores en relación a aquello que estamos comparando y eso provoca una distorsión en nuestra propia imagen», explicó a Infobae.

Con el uso masivo de las redes sociales, las comparaciones se vuelven todavía más injustas porque, con frecuencia, las personas solamente publican lo más positivo que les ocurre y las mejores imágenes que les toman. En un estudio realizado por una marca de belleza, hasta el 61% de las mujeres encuestadas admitía comparar su aspecto físico con el de otras mujeres en redes sociales, según reporta la revista Vogue.

Para Lidia G. Asensi, psicóloga consultada por ABC, detrás de la comparación existe otra motivación que es la idea de alcanzar la perfección. “Tenemos que tener cuidado con la perfección, dado que genera unas altas exigencias en nosotros y terminamos por no estar conformes nunca con lo conseguido. La perfección es una trampa la cual nos lleva a estar constantemente en el hacer”, advirtió.

Reconocer los logros personales

Para evitar caer en estas comparaciones, la especialista aconsejó identificar en qué momentos recurrimos más a la comparación, qué objetivos se persiguen y preguntarse si la comparación ayuda a lograr aquello que uno quisiera o si, por el contrario, nos limita.

“Es importante observar toda tu historia. Esto te permitirá ser más justo contigo mismo y entender por qué no has logrado determinado objetivo, así como valorarte a ti y a todo lo que has logrado. (…) Centrarte únicamente en lo que te falta no te permite disfrutar de lo logrado. No obstante, es importante tener en cuenta qué te gustaría conseguir. Todos aquellos objetivos que uno se proponga es importante que surjan de uno mismo y no de la comparación externa”, indica Asensi entre sus recomendaciones.

También es importante detectar los atributos que falten desarrollar, pero a través de experiencias elegidas para tener más momentos de los que enorgullecerse a diario. Cuando su inconsciente lo lleve hacia otras personas, lo aconsejable es concentrarse en uno mismo, en las metas que ha trazado y en su cumplimiento.

Florencia Andrés y Verónica de Andrés, autoras del libro “Renuévate con confianza total” aseguran que es difícil visibilizar los logros que obtenemos por un tema cultural. “En la sociedad en la que vivimos sucede algo muy extraño: nos educan para creer que valorarse a uno mismo está mal, que hablar de lo que hacemos bien es un signo de arrogancia”, indican.

Tags:

crecimiento personal, Logros personales

De “Proverbios y cantares”, de Antonio Machado

Caminante, son tus huellas el camino y nada más;
caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar.

Ante la pregunta: «¿Quién eres?», Clotaire Rapaille, psiquiatra y mercadólogo francés, autor de «Move Up» y «Código Cultural», radicado desde los 18 años en Estados Unidos dice: «¡Muy tarde!… ya soy otro». En una charla en México, en el contexto de un evento denominado «La ciudad de las ideas», menciona que biológicamente, todo es cambio. Desde la presencia de las hormonas, reacciones químicas, el entorno, las ideas e información que ingresan al cerebro, consciente e inconscientemente, hasta la regeneración celular (que en el caso del ser humano y con el paso del tiempo, se vuelve más lenta), todo se manifiesta como un cambio permanente en las personas.

Comprendiendo entonces que lo único permanente es el cambio, la pregunta que deambula por mi cabeza sin cesar es: «¿Existe alguna tendencia, quizás alguna ley natural que rija y encauce ese cambio?» y mi conclusión es que sí, la ley natural es el progreso y la prosperidad. Creo profundamente que los seres humanos, mientras más información tienen, ya sea que haya ingresado al cerebro de forma consciente o inconsciente, más herramientas deben disponer para progresar. Que mientras más tiempo pasan en un entorno de relaciones personales, mayor control e inteligencia emocional deben adquirir. Que mientras más experiencias completen su vida, mayor es la sabiduría. Es decir, todo me hace pensar que la ley natural es el progreso y la prosperidad.

Sin embargo, conocer tantas personas, en tantos países con culturas tan diferentes, me ha demostrado que son muy pocos, aquellos que logran experimentar progreso y prosperidad.

Es que por un lado la genética, el entorno, las improntas familiares y la cultura determinan la información que tenemos en el cerebro y dado que las decisiones que tomamos diariamente están en función de dicha información, es que debemos hacer un profundo análisis de nuestras posibilidades y de ser necesario hacer algún cambio, debemos elevar el nivel de consciencia y trabajar duro y con mucha disciplina para encauzar correctamente este nuevo camino.

En este camino también experimentarás reacciones en el cuerpo, reflejo de la existencia de emociones placenteras y displacenteras como la alegría, tristeza, furia, desagrado, ¡Miedo!, entre otras. Y dado que las emociones no son buenas ni malas, sino tan sólo indicadores, cual instrumentos de navegación de la cabina del avión y que la idea es que logres identificarlas para luego entrar en acción respecto a cada una de ellas, es que conocerte se vuelve tan relevante. Eso es control e inteligencia emocional y es la forma en la que puedas tomar el control consciente de tu vida, para que la dirijas hacia la materialización progresiva de tus sueños.

Por todo lo anterior quiero decirte: «¡Hey!, ¡NO PASA NADA! Tranquil@. Decide no tener problemas, pero si desafíos y ponte en modo solución aplicando control e inteligencia emocional. Esa es la forma de dar un golpe de timón, de forma consciente. ¡Puedes, segundo a segundo volver a iniciar! Y te invito a que aproveches cada minuto de tu vida… ¡Si vale la pena! RECUERDA QUE LA CUENTA REGRESIVA DE TU VIDA NO SE DETIENE.

Tags:

¡No pasa Nada!, crecimiento personal, Sergio Pinto
x