Innovación

Las empresas de hoy ya no pueden darse el lujo de quedarse atrás creyendo que sus clientes les serán fieles por siempre. Es necesario que se pongan al ritmo del mundo e innoven cada día. Esta innovación dependerá de diversos factores, y la tecnología, sin duda, es uno de ellos. Esta ha dinamizado el ingreso de nuevos usuarios y clientes al mundo cibernético, desarrollando un comportamiento de compra.

Así lo señala el coordinador del Programa de Extensión Universitaria de la Universidad Le Cordon Bleu, Jaime León Camacho, quien afirma que innovar es atreverse a implementar una nueva idea o trazarse una meta sin tener del todo claro el resultado. “En Latinoamérica hay miles de personas que han tomado ese riesgo y apostado por resolver problemas de todo tipo, incluyendo el enfoque social”, indicó.

 

Además, León Camacho señala que la coyuntura ha traído consigo una serie de cambios: limitación de aforos, el incremento de deliverys, entre otros. “Esto representa una oportunidad para los emprendedores en realizar un planeamiento estratégico y desarrollar ventajas diferenciales y competitivas en favor del cliente desde una óptica innovadora”, mencionó.

En ese sentido, León comparte seis estrategias que pueden aplicar los emprendedores para innovar en su sector y marcar la diferencia:

Profesionalizar sus negocios: La improvisación y la informalidad no son parte de la competitividad de una empresa. La necesidad de organizar y planificar los próximos pasos del negocio permitirá pensar en crecer.

Diferenciarse de manera sostenida: Es necesario encontrar aquellos elementos que hagan al negocio competitivo, rentable y que brinden una alta posibilidad de buen posicionamiento en el mercado.

 

 

Realizar planeamiento estratégico: Difícilmente se podrá avizorar lo que no se planifica. No es posible medir el escenario de cumplimiento de metas y objetivos si es que no se diseña considerando el panorama completo del negocio.

Formalizarse: El entorno de la legalidad brinda diversos beneficios tributarios, financieros y permite desarrollar personas. Además, permite participar en licitaciones públicas y privadas.

Establecer el desarrollo de procedimientos internos: De no existir estos parámetros de control, que permitan cumplir tareas y objetivos de manera adecuada, el caos podría imperar en el negocio.

Vender de forma inteligente y profesional: Una correcta estrategia focalizada en el público al que se desea llegar, va a permitir mejores resultados y éxitos para el negocio.

Finalmente, León enfatiza que es momento de que los emprendedores se adecuen a las oportunidades de su entorno y puedan considerar diferentes recursos que les permitan innovar en sus estrategias a futuro.

 

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Innovación, MYPES, transformación digital

Abre la brecha de la tolerancia al error, promoviendo la tranquilidad que ese es parte del proceso normal de innovación.

El Ranking de Innovación C3 Perú – 2020, desarrollado por Brinca, Emprende UP y FutureLab, reveló que solo el 30% de las empresas en el Perú incentivan nuevas ideas y promueven una cultura de innovación. “La innovación se ha instalado como una temática relevante para entender la competitividad y el desarrollo en el ecosistema empresarial peruano, pero a la vez, desafiante: aún falta mucho por hacer para que las organizaciones puedan extraer valor en base a la instalación de capacidades para innovar sistemáticamente” comenta Roberto Sotero, Gerente General de FutureLab.

Nos encontramos entonces en un terreno nuevo al cual debemos colocar esfuerzos para que nuestra empresa siga creciendo. Para ello, expertos del Programa de Especialización en Innovación Empresarial de la UTP recomiendan cinco claves para promover la innovación en las empresas.

Implementar una cultura de innovación

Sin importar el rubro o el tamaño de la industria a la que perteneces, una cultura empresarial que intente prevalecer la innovación debe orientar su filosofía de trabajo en el ambiente, el talento y los procesos involucrados en la concepción y desarrollo de una idea. Fomenta el diálogo horizontal y abierto para que a ningún miembro de la empresa le incomode expresar sus ideas sobre qué considera innovación, desafía los supuestos e invita a la diversidad.

Abrir la brecha de tolerancia al error

Si en los trabajadores no se ha instaurado una confianza y una reacción más empática frente al error, puede que existan resistencias al momento de plantear proyectos y experimentar con los resultados obtenidos,  sean positivos o negativos. Asegúrate que el equipo entienda que el error es también parte de un proceso de innovación.

Sistematizar la innovación

Si tu empresa aún no acondiciona un esquema en el que la innovación tome un papel relevante es muy probable que el directorio esté concentrado más en cómo incrementar su rentabilidad. Esto no está mal, pero buscamos un equilibrio entre  innovación y ganancias. Los procesos de innovación deben planificarse y adaptar una mecánica de trabajo determinada con objetivos y un know-how interno que favorezca la implementación de áreas estratégicas, herramientas, transformación digital, programación de tiempos y proyecciones económicas.

Monitorear el contexto tecnológico y competitivo

Complementa el proceso de innovación con mecanismos de gestión con conocimientos adquiridos de tu entorno empresarial, competitivo, tecnológico y social. La observación, alcance, análisis y difusión interna de información de estos escenarios, amplía la perspectiva de acción que se cuenta a la hora de tomar decisiones.

Participar en fondos estatales o buscar alianzas

Las cifras del gobierno respecto a inversión en innovación auguran, según Promperú, triplicar en un 1.5% la inversión en fondos para concursos de Concytec y el Ministerio de la Producción hacia el 2021. Procura inscribir a tu empresa en proyectos que fomenten la competitividad de sus colaboradores o delegar comisiones que busquen asociarse a instituciones académicas o de investigación.

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Empresa, Innovación, promover innovación

Enfrentarnos a nuestros problemas no es cosa sencilla. Según Fátima Martínez López, directora del Máster de Marketing Digital de la Universidad de Alicante, muchas veces el miedo paraliza y convivimos con situaciones que llevan a extremos, y por ello no podemos dejar aquello que no nos agrada.

 

Estas son las razones más comunes que no permiten que dejemos eso que nos hace mal:

 

Obligación

 

Para Pamela Gregory, terapeuta transformacional autora del libro “Transforming Your Life with Forgiveness and Love”, las personas suelen hacer las cosas porque deben, y no porque sientan que es lo correcto o lo que quieren realmente.

 

Necesidad

 

Este es uno de los motivos más poderosos, sobre todo cuando hablamos en términos laborales. El dinero es uno de los motivos más fuertes para aceptar realizar un trabajo que no es agradable. David Di Salvo, autor de «Brain Changer: How Harnessing Your Brain’s Power to Adapt Can Change Your Life», señala que las personas que hacen lo que aman nunca pierden de vista el verdadero propósito que los impulsa.

 

Hábito

 

Charles Duhigg, autor de “The power of Habit”, afirma que los hábitos pueden resultar un problema, pues el 45% de las cosas que hacemos en nuestro día a día las pensamos como una decisión, pero en realidad las hacemos por costumbre. Para cambiar un hábito se requiere de fuerza de voluntad, y es importante trabajar en fortalecerlo.

 

Complacer

 

Susan Biali, autora de “Live and life you love”, indica que muchas personas suelen hacer cosas sólo para agradar a quienes les rodean, para poder pertenecer a sus círculos sociales o sentirse apreciados. No se trata de no hacer nada por alguien nunca, sino de que se dé cuando realmente se quiera, no si la otra persona manipula la situación.

 

Miedo al cambio

 

La resistencia al cambio suele presentarse en dos factores muy fuertes, y uno de ellos es la pereza. Las personas prefieren hacer las cosas porque ya lo conocen, aunque no les guste, a tener que enfrentarse a algo desconocido. Lo importante es valorar el impacto que lo que hacemos tiene en nuestra vida.

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Empresa, Innovación, Miedo al cambio, Temor al cambio

En el proceso de lanzar al mercado un nuevo producto o probar nuevos servicios, lo que se pone en marcha es un proceso de innovación, generalmente, esto demanda un análisis y recursos que, en este momento, no todos los emprendimientos pueden realizar en medio de la emergencia sanitaria.

 

Ante ello, Eddie Valdiviezo, director del HUB UDEP, la incubadora de emprendimientos de la Universidad de Piura, considera que el primer paso de un emprendimiento que quiere innovar debe ser plantearse cuál es el propósito de la empresa. Una vez que se tiene en claro qué problema se quiere resolver y para cuántas empresas, se puede pensar en las oportunidades de negocio, pero siempre desde la empatía.

 

“El negocio de hacer empresa es un ejercicio de empatía porque se pone al servicio de los demás toda la experiencia de trabajo que uno tiene para resolver problemas de las personas. A veces lo olvidamos por centrarnos en los procesos, en las ventas, en la cuota de mercado”, indica.

 

También explica que este proceso de innovación puede traer consigo errores o aprendizajes porque se trata de una hipótesis de lo que quiere el cliente. “A lo mejor el cliente lo que quiere es otra cosa, tiempos de entrega más rápidos. Son aprendizajes que te permitirán tener una nueva fuente de ingresos en tu empresa. Aunque al inicio sea poco lo que aporten los productos y servicios innovadores, el tema es pensar en el negocio del futuro”, precisa.

 

Formas económicas de innovar

La alternativa más sencilla para hacer hipótesis sobre los productos o servicios en los que se puede innovar es conversar en todo momento con los clientes. La innovación debe partir de esa conversación directa, donde se identifican los problemas a solucionar.

 

“Ellos son los que tienen el problema y lo conocen mejor que nadie. Tienen la solución, pero lo darán en varias conversaciones y ese problema va a ir cambiando. El contexto que vivimos les ha afectado mucho. No se debe conversar solo cuando se quiere lanzar algo, sino también cuando se está vendiendo”, advierte.

 

Para el proceso de lanzamiento de un nuevo producto o servicio al mercado consideró que hay dos diferencias; si la empresa no tiene la capacidad para hacer algo como un estudio de mercado, o el contexto económico difícil, donde los emprendedores y pequeñas empresas deben ponerse creativos.

 

“Lo que recomendamos nosotros es probar rápido y barato. Por ejemplo, sacar un prototipo para testearlo con un pequeño grupo de clientes. Muchas de las nuevas metodologías hablan sobre esto en la forma del co-diseño y la co-construcción. Esto genera que haya realmente una validación en el camino”, agrega.

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Emprendimiento, Innovación, Pandemia
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