Benevento

Bremen, Múnich y Hamburgo no son lo mismo para un peruano amante del fútbol que Berlín, Dortmund y Sttugart. Las tres primeras pertenecen a un conjunto especial, solo apto al reconocimiento de aquellos peruanos conectados a la coyuntura de la pelota. Para cualquier otro ser humano, incluso otro peruano, serían todas seis de las ciudades más grandes de Alemania. A lo mucho. Y ya.

En Alemania empiezan las tardes cuando en Perú empiezan los días. Por eso la Bundesliga es para el peruano un deporte mañanero. Y algunos despistados quizás no puedan distinguir cómo así los alemanes toman cerveza en las tribunas cuando es la hora del cafecito, el jugo y el cereal. Qué envidia, dicen muchos. Para otros, esas mañanas de Bundesliga, hace una década, tenían un sabor especial.

Claudio Pizarro era el delantero titular de un equipo alemán. El indiscutible. Siempre, cada domingo. Como lo sería hoy un Haaland o un Lewandowski. Paolo Guerrero hacía lo mismo algunos kilómetros más allá. Y hasta Jefferson Farfán fue, por algunas temporadas cercanas, un volante por derecha que se comparaba con un Sané o un Coman. Y todos eran, pues, bien peruanos. Orgullo nacional.

Vale la pena recordarlos hoy, un 28 de julio. Qué atacantes tenía el fútbol de Perú en el extranjero. Dejaron una huella imborrable en el fútbol alemán, aquel que es el más ganador de la historia de este deporte. Los tres, en niveles diferentes. Y cuánto significó para grandes y más aún jóvenes hinchas de fútbol peruano aquellas mañanas alemanas, con la música de Beethoven, por la pantalla de CMD y la narración de Luis Carrillo Pinto.

Gianluca Lapadula es eso para el fútbol peruano de hoy. Tarde, pero lo es. En tan solo pocos meses, con poca información y en medio de una pandemia. Aún habiendo pisado el Perú un par de veces, siempre con un presidente nuevo en el mando -misma situación que se repetirá en setiembre-. Se puede decir que Gianluca pone un presidente, así de importante es. A partir de la temporada que empieza en agosto, Lapadula es el Luke Skywalker peruano.

Ha vuelto entonces esa ilusión por ver si el delantero nacional de moda puede mojar las redes cada fin de semana en su club. Sin embargo, hay una interrogante que parece una duda existencial y que se sigue extendiendo a pesar de que ya acabó la Copa América y Lapadula ahora vale en el mercado de fichajes más de cuatro millones de euros. ¿En qué equipo va a jugar Gianluca?

Por segunda vez en dos años, Lapadula vio como su equipo descendió de categoría. En esta campaña mucho más activo y participante que en la anterior, con el Lecce. En el Benevento, que empezó con buen pie la temporada pero fue perdiendo ritmo, el peruano fue el nueve titular. Incluso lo siguió siendo cuando se consiguió el préstamo de joven delantero argentino, Adolfo Gaich, para probar suerte y superar la categoría. Ni un argentino salvó el destino final.

Benevento se fue a segunda y Lapadula ha sido puesto en opción de compra. Las manos del club italiano están abiertas para recibir una oferta adecuada. Puede que sea la primera vez en toda su historia que un club tan pequeño como ese reciba en millones una transferencia por un jugador. Nunca han valido tanto en su planilla. Se trata de un equipo modesto que acaba de vivir tan solo su segunda temporada en primera división. 

Y existe esta situación, en realidad, gracias a la selección peruana. En cualquier otro contexto, un jugador como Lapadula sería un costo perdido para el Benevento. No quedaría de otra que, a sus 31 años, perseverar en el equipo, jugar la Serie B y luchar por volver a primera. Quizás venderlo por poco a otro club que pelee el descenso en la Serie A. A Lapadula los apenas ocho goles de la temporada no le alcanzaron para hacerse ver como el diferente de un equipo fracasado. 

Pero pasó el milagro. En un mes, Lapadula es un héroe peruano, tiene más prensa que nunca, quizás más que cualquier otro delantero del fútbol italiano, en realidad. Es ídolo de un país futbolístico, y es la esperanza titular indiscutible de una selección que intentará llegar a un Mundial por segunda vez consecutiva. Vale decir que esto solo ha ocurrido una vez (Argentina 78 y España 82) en noventa años. 

Entonces, ¿Dónde va a jugar Lapadula? El Benevento prefiere venderlo, quizás intentar extender la sesión de Gaich (que intentará buscarse un mejor futuro tras jugar Tokio 2020 con Argentina) o traer a otro delantero más barato para reforzarse. Ya lo dijo el gerente deportivo del club, Foggia. Si hay ofertas, se evaluarán en beneficio del equipo.

Los rumores empezaron por el fútbol italiano. Parecía que el Torino quería regresar a un hijo prodigo a su ciudad natal. Lapadula nació en Turín e hizo divisiones inferiores en la Juventus. Pero en el Torino hay un jugador leyenda con la camiseta nueve que es titular indiscutible hace más de seis temporadas, y ahora también titular de la selección italiana. Solo sería una opción comprar a Lapadula si Andrea Belotti es vendido, lo cual no parece muy realista. Además, el equipo del toro está forrado de delanteros: Simone Zaza, el español Iago Falque y el paraguayo Antonio Sanabria.

Luego llegó una misiva desde Turquía: el Trabzonspor podría estar interesado en Lapadula. El técnico del club ordenó seguir al delantero. Pero el Presidente del equipo turco ya aclaró no conocer nada sobre este jugador. Así de directo, sin anestesia. También se habló del Mónaco de Francia, un equipo que ya tiene dos nueves en su lista: el capitán del equipo Wissam Ben Yedder y el alemán Kevin Volland. Algunos entusiastas lo han querido poner en la lista del Leicester de la Premier League, el feudo de un don nadie como Jamie Vardy. Pero al día de hoy, en una semana, estos ya se volvieron viejos rumores. 

En las últimas horas se habla del interés del Celtic de Glasgow, Escocia. Se trata de una liga de fútbol de tan solo doce equipos, muy histórica y de gran fanaticada, pero de poca trascendencia. Es un fútbol lento y antiguo. De hecho, el Celtic está apunto de quedar fuera de la Champions League en segunda ronda preliminar en manos de un club noruego. La titularidad de Lapadula tampoco estaría garantizada en este equipo, cuyo nueve es una leyenda del club, Leigh Griffiths; acaban de comprar dos jóvenes promesas, Liel Abada y Kyogo Furuhashi; y lleva tres temporada saliendo goleador del equipo un tal Odsonne Édouard. 

Listo, no se sabe dónde jugará Lapadula la próxima temporada y parece que la novela tiene para rato. ¿Alguno de esos nombres de equipos suenan tan interesantes como sonaron Bremen, Hamburgo o Munich? Que no hayan tantas expectativas. Cuando Farfán, Pizarro o Guerrero fueron adquiridos, tenían toda la carrera por delante y fueron comprados por clubes que pasaban por una gran condición económica. Mucho se dice que Guerrero y Farfán fueron grandes apuestas históricas en lo económico por el Hamburgo y el Schalke 04. 

En este 2021, Lapadula no va a ser contratado por una cifra récord. Eso ya lo vivió en el 2015, cuando se debatía si vendría a jugar por Perú y acababa de salir campeón de la Serie B con el Pescara. Gareca lo fue a visitar, pero ante el coqueteo y el sueño de la selección italiana, dijo que no. ¡Cómo hubiera sido si el gladiador se ponía la nueve y nos llevaba a Rusia! Esa es historia vieja. En ese entonces, lo compró el poderoso Milan y luego el Genoa. Con esas dos compras, que significaron un total de veinte millones de euros, se volvió el jugador peruano por el que se ha pagado en el mercado de fichajes. 

Con suerte, Lapadula irá a un club que pelee el descenso de la Serie A italiana. Si se pone aventurero, podría probar suerte en una liga menor europea. Aunque quizás suene mejor seguir siendo la carta gol del Benevento, aunque sea jugar la Serie B. Es una liga que conoce, de la cuál ha sido goleador, y es un equipo que necesita un héroe la próxima temporada. La prioridad tiene una línea clara: que sea titular, figura del equipo y pueda llegar con confianza a las eliminatorias. Que no se olvide, faltan doce finales. 

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