Li Ce

Li Ce es fotoperiodista y ha sido editora de fotografía en prestigiosas revistas del Perú. Tenía una vida tranquila y un trabajo estable. Eso que llamamos una vida profesional lograda. Pero un día lo dejó todo: cambió el bullicio de la ciudad, el estrés de Lima y las correrías agobiantes de las redacciones periodísticas para mudarse a un rincón perdido de la selva peruana. En este espacio verde y espeso de nubes pomposas viene levantando su casa-taller. Un lugar desde donde impulsa el emprendimiento de su vida: Machina.

“Machina es un taller de diseño y fabricación de artesanía contemporánea con productos fabricados en madera certificada o reciclada”, cuenta Li Ce a través del Zoom. Detrás de ella se observan algunos de sus trabajos: candelabros, portarretratos, revisteros, pero también nos precisa que fabrica repisas, sillas, mesas, todo tipo de muebles que construye como piezas únicas. “Mi objetivo es hacer piezas hermosas y duraderas que le den soporte y realce a cada aspecto de la vida cotidiana que resalten en los espacios que ocupamos diariamente”.

Machina fue fundado en Lima en el 2016. En su momento era un trabajo paralelo mientras Li Ce editaba las imágenes de reconocidas revistas, entre ellas una dedicada a la arquitectura, decoración y el diseño de interiores.

“Trabajé más de 10 años para medios impresos y la mayor parte de ellos para una revista de decoración. Me había empapado demasiado de las tendencias de diseño mundial. Todos los días consumía diseño, mañana, tarde y noche”, cuenta la comunicadora convertida en artesana de la madera.

“Saliendo del colegio había estudiado en la Escuela de Bellas Artes. Aprendí las técnicas de las artes plásticas y la fotografía. Luego estudié ciencias de la comunicación y me gradué en producción audiovisual. Aunque me alejé de las artes plásticas, por un tiempo, el trabajo artístico con las manos nunca dejó de reclamarme”, afirma.

   

La vida en la montaña

Sin querer todo se iba alineando para su futura vida en la selva peruana. A la par de su trabajo periodístico, compró un par de máquinas que instaló en un cuarto de su casa, el instinto la hizo dibujar sus primeros diseños y de pronto su hogar se llenó de aserrín: ya estaba cortando, lijando y taladrando la madera. Todo lo hacía después de su trabajo como fotógrafa.

“Poco a poco fui implementando más el taller y aprendiendo la técnica con bastante facilidad. Era bastante cansado pues era como tener dos trabajos y la carpintería es físicamente demandante”, recuerda.

Por su trabajo como comunicadora, pronto Li Ce, entendió que si quería dedicarse a esto debía trabajar su marca, la visión y el propósito de su negocio. “Fue en ese momento que me di cuenta que estaba en un camino sin retorno”. Vivir en la selva ya no era una idea fantasiosa. Comenzaba a palparse como una realidad. Pronto llegó la pandemia, el encierro, hubo quienes fueron en la búsqueda de espacios abiertos para vivir huyendo de una cuarentena que nos destruía. En ese contexto ¿Por qué no mudar su vida a un espacio donde pueda estar en contacto con la madera, la materia prima de su negocio? Total, Machina ya era una realidad, los productos se ofertaban por internet, se vendía bien, había que entender aún más el origen del producto: la madera, in situ. Entonces tomó la oportunidad y se marchó. Machina tenía nuevo hogar: un lugar perdido en la selva.

“Hace poco mudé el taller a una montaña en la selva. Esta fue una idea que concebí hace algunos años atrás”, cuenta. “Cuando aún trabajaba como editora y empezaba a preguntarme qué era lo más importante para mí. La respuesta fue aprender de lo más básico y esencial acerca de la vida”, explica. “En medio de este contexto en el que vivimos, tan bullicioso y cargado de mensajes desalentadores y superficiales, de distracciones y paliativos, esta fue mi manera de buscar el silencio necesario para que la vida se manifieste tal cual es, sin maquillaje”, insiste Li Ce. “Por eso quise acercarme a la naturaleza, para absorber de ella lo que deseo plasmar en mis creaciones. Salir de Lima fue el primer paso y había que llevar el taller”.

Para Li Ce Machina es un reencuentro con el trabajo hecho a mano. Hace el diseño de los productos, el packing, los fabrica, los fotografía y comunica su valor a través de las redes sociales. “Al principio, pensaba que al trabajar la madera la estaba transformando, pero ahora me doy cuenta de lo mucho que ella me ha transformado a mí”, reflexiona sobre sus piezas fabricadas de madera y de  manera artesanal. Entonces ahí aparecen los libreros, collares, tarimas modulares, y demás muebles.

“Uno de nuestros objetivos es alejarnos de la cultura de lo descartable y contribuir a cambiar esa predisposición del consumidor actual. Esa de comprar cosas económicas, pero débiles que pronto se deterioran y deben cambiarse produciendo más basura y un mayor desperdicio de recursos”. Su idea, nos cuenta, es tener productos duraderos, como los muebles de los abuelos.

Antes de terminar la entrevista le preguntamos a Li Ce qué recomendarles a los emprendedores que buscan entrar en esta piscina sin agua que es iniciar un negocio en el Perú. Y su respuesta fue sencilla: animarse, lanzarse y encontrar en lo que hacen la pasión necesaria para hacer su negocio sostenible. Sin importar el dónde estés, ya sea en la bulliciosa ciudad o en el silencio de la selva. Aquel lugar que inspira a Li Ce, para crear, para seguir adelante… para tener madera para emprender.

Dato:

Puede contactar a Machina a través de su Instagram y Facebook. También revisar su catálogo.

 

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Li Ce, Machina, Madera
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