“Emprender, apostar tiene una historia ancestral muy
vasta y por ende una fuerza para sacar provecho”.
Hablar de folklore en el Perú es encontrarse con uno de los más vastos y perdurables nexos de los pueblos con la cultura ancestral que no desaparece, es encontrarse con los mitos, con las tradiciones, con las leyendas o con las danzas, con los bailes o las canciones que se enraízan y van caracterizando la cultura popular urbana, que siendo nueva es propia de nuestro país.
Esta cultura, popular y tradicional, se adquiere y tiende a su difusión mediante la experiencia; se hace colectiva y logra su vigencia a través de generaciones, y escondiendo su origen tras el anonimato de sus creadores. Como dirían los expertos en el tema del folklore, éste siempre es popular y tiene vigencia en la sociedad, por lo general es empírico, localizado, anónimo y tradicional.
Por otra parte, es necesario recordar que la geografía peruana es una de las más variadas del mundo y la diversidad cultural que se origina de esta característica es grande. La forja de identidad en nuestros pueblos, se van condicionando con sus hábitats, sus economías y todo aspecto social y cultural del país.
Luego de estas reflexiones o afirmaciones, es importante recordar también, algo más, y es que los calendarios festivos en cada región dependen mucho de los climas, la tierra, o el trabajo netamente rural, o sea la producción, sin embargo, es muy difícil identificarlas por separado, puesto que muchas fiestas urbanas de vírgenes o santos, fueron consideradas en fechas de festividades netamente regionales y quizás ancestrales, dando lugar a un interesante mestizaje en lo que a ceremonias se refieren, además no debemos olvidarnos de los Raymis, que eran fiestas organizadas mensualmente en los andes, por diversos motivos o los Taki, que eran eventos integrales del arte en general, donde confluían la danza, la poesía o la representación de mitos o hechos históricos. Todo eso parecería haber desaparecido. Otra historia.
En la línea de los artículos precedentes, seguimos en la cruzada de entender el tema de emprender, no solo en la definición técnica del término, que te dice “tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio, es decir, crear una empresa y llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin que esto quede en una mera intención”, sino en la identificación de oportunidades, que permitan mirar a tu entorno y encontrar en estos detalles expuestos, por ejemplo la danza o la música, la fuerza para empezar una empresa, se trata de no perder de vista esa historia viva del hombre rural andino y amazónico en toda su extensión.
Y es por eso, que con este artículo trato de sumar a la definición tradicional y económica del término, otra que de manera general conlleve con importancia el aspecto social y cultural al tema de emprender, que no es más que empezar a hacer una cosa determinada, en especial cuando exige esfuerzo o trabajo o cuando tiene cierta importancia o envergadura, eso también es emprender y cuando está el esfuerzo y lo consideramos importante es que rescato la existencia de jóvenes que emprenden con la música, la danza y todo tipo de expresión artística y folklórica, conozco y admiro a muchos, porque eso también es emprender, apostar y generar un mercado que como dijimos líneas arriba tiene una historia ancestral muy vasta y por ende una fuerza para emprender y sacar provecho.
Es admirable ver jóvenes llenos de espíritu de danzas y cantos con un fuerte componente histórico y regional, es allí entonces donde se encuentra otra alternativa para poder apostar o emprender, identificando oportunidades en la historia, en la cultura o en el folklore peruano tan vasto, oportunidad que tienen, puesto que se mantiene en la población peruana, ese sentido de pertenencia telúrica que fuera de pandemia llena locales y espacios donde se generan estas representaciones del folklore. Casi casi un taki.
Dejando atrás la idea de un hermetismo cultural, es bueno también considerar las fusiones que el mundo globalizado genera en música y baile, y eso está bien, sin embargo, un mercado interno, debe fortalecerse y el componente expuesto líneas antes tiene un potencial a tomar en cuenta. Ese es tema para un siguiente aporte.
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Hans Behr