Hay una afirmación realizada por el politólogo Martín Tanaka, quien sostiene que en el Perú lo que tenemos no es una derecha o centro derecha que disputa el sentido común en la competencia electoral o en el parlamento a las otras opciones políticas. Afirma que tenemos, ¿sin ideología de por medio en su análisis?, una “ultraderecha”. ¿Cuál es el sostén de esa idea transmitida? Pues el pedido de vacancia presidencial.
El punto de partida no hace más que poner en cuestión su afirmación que la realidad en estudio. Existen evidentemente en el escenario político apuestas populistas de derecha, que invocan la necesidad de Estado para ciertos temas sociales con más mercado (como es el caso de López Aliaga), existe un anticomunismo en los espectros políticos vinculados al centro y a la derecha dada la experiencia vivida bajo la violencia terrorista ocasionada por Sendero luminoso y el MRTA, pero el pedido de vacancia no es sinónimo de ultraderecha. Revisando la data al respecto, esa ultraderecha al que hace referencia no son más que actitudes políticas vinculadas al fascismo o a estilos dictatoriales. Y eso no es lo que vemos en la oposición de forma general. Pedidos desmedidos sobre la injerencia del Ejercito no es la regla. Es intencional la producción de sentidos que quiere transmitir Martin Tanaka.
Pero veamos si realmente el gobierno actual y sus aliados pertenecen a la ultraizquierda, que no quiere mencionar por ningún lado el politólogo. La realidad nos señala que el gobierno, dentro del discurso y prácticas gubernamentales, apuesta por medidas sociales sofocando al empresariado nacional. Apuesta por criticar a la minería, cerrar minas y aumentar impuestos a las existentes. No se dirige a los medios de comunicación abanderando la libertad de prensa, se reúne selectivamente con ciertos periodistas. No realiza independencia y transparencia en las licitaciones con el Estado, se reúne en Sarratea o en Palacio con postores que ganarán las licitaciones. No muestra transparencia allanándose a los procesos de investigación que le realizan fiscales, se reúne con la presidenta de la Fiscalía directamente, ¿para qué con ella?
Ataques directamente a la inversión y a la independencia de poderes es lo que podemos apreciar en un gobierno de ultraizquierda, aupada por Nuevo Perú que no es más que otra organización que tiene ese estilo de liderazgo. Sino qué hacen en el gobierno sus militantes más conspicuos.
Eso es lo que nos muestra la realidad.