Scarlett Johansson

Marvel lo hizo de nuevo, estrenó Black Widow, film sobre la superheroína de los Avengers, pero terminó dejando bajo la sombra a uno de los personajes femeninos más populares del séptimo arte. La película de empoderamiento femenino que se convirtió en una propaganda americana, sobre una guerra que ya dejó de ser fría muchas décadas atrás, enterró al personaje más sexualizado de las historietas de cómic cuando pretendía salir de esa clasificación. Repitiendo el fracaso que tuvo con La Capitana Marvel en el 2019. 

Los fans del personaje de Marvel cumplieron el sueño de ver a la actriz Scarlett Johansson en su propia película. La ansiada cinta por la que sus seguidores esperaron 10 años, hoy viene luchando por consolidar el buen resultado que obtuvo en la primera semana. Sin embargo, las cifras de recaudación van descendiendo.

El film nos cuenta una historia que no aparece en los cómics. El origen de Natasha Romanoff y de su hermana Yelena Belova, esta última se entiende tomará la posta luego de la muerte de la protagonista en Avengers: Endgame. Ambos personajes aún niñas huyen de Ohio para refugiarse en la isla de Cuba con quienes han fungido de ser sus padres en tierras gringas. 

Para ponernos en contexto, en el universo Marvel, las viudas negras son mujeres secuestradas desde la infancia en Rusia con el fin de convertirlas en asesinas profesionales. Para tal propósito, reciben entrenamiento en la Habitación Roja que se encuentra en la isla caribeña. Natasha Romanoff es una desertora de esta organización soviética y convertida en agente de S.H.I.E.L.D. junto a los Avengers.

American Pie, la popular canción de Don MacLean se convierte en leitmotiv en este film, a pesar que el significado cuestiona el sentido del sueño americano. Además se inicia la cinta bajo los acordes de  Smell Like Teen Spirit de Nirvana, interpretada por Malia J. Tema que escribió el desaparecido Kurt Cobain, representación emblemática del grunge. También contrario al mensaje de esta historia. 

David Harbour que da vida a Alexei Schostakov, el Guardián Rojo, se le conoce por su papel de Jim Hopper en Stranger Things e interpreta al papá en esta historia. Por otro lado la oscarizada Rachel Weisz caracteriza a Melina Vostokoff, una viuda negra que finge ser la madre de las menores. Si Eric Pearson, el guionista, pretendía exhibir dimensiones antes no vistas en los personajes de cómics. Quizás concentró sus esfuerzos en esta dupla y no en la estelar. 

El Guardián Rojo transita por una línea de tiempo que marca cambios significativos dentro de su conducta y accionar. Existe un primer personaje que es el padre abnegado, luego el traidor que entrega a sus niñas a las que primero defiende con su propia vida. Para por último convertirse en un redimido hombre cantando American Pie. Sin embargo, derrocha una energía sobrenatural capaz de arrancar un portón de metal en la prisión donde se encontraba, sin explicar por qué no lo hizo antes para evitar sus años de reclusión. Sumado al primer escape que protagoniza abrazado en el ala de un avión que llegó hasta Cuba.

El mismo proceso lo tiene quien simulaba ser la madre: Melina y aunque resulte predecible las letras de su guión, genera más interrogantes a lo largo de la historia. En un primer momento se desconoce si su personaje ha sobrevivido al escape hacia Cuba, en el reencuentro, tampoco se tiene en claro si será una aliada o no. Así transcurre el devenir de una científica que busca controlar las mentes femeninas en beneficio del general Dreykov.

Por más que esta esperada entrega haya sido dirigida por una realizadora, Cate Shortland, como fue la voluntad de la misma Scarlett. Las escenas principales transcurren en un sinfín de peleas que poco hablan de la esencia del personaje y más bien mucho de las destrezas físicas de la misma. No hay un punto divergente en lo que ya se ha visto antes, salvo por un par de situaciones comunes como el brindis, cerveza en mano de ambas protagonistas o la burla de Yelena ante la postura de pelea de Natasha. 

Florence Pugh quien interpreta a Yelena Belova en cambio, es un personaje al que se le ha permitido explorar de manera más natural en sus emociones. La propia actriz además se rehusó a bajar de peso para este largometraje, en clara respuesta a la cosificación que Marvel Studios impone aún a sus personajes femeninos. A pesar de pretender exhibir esta entrega  como una película feminista. 

Black Widow era la carta que tenía MCU bajo la manga para contrarrestar la crisis producida por la pandemia. Los estudios cinematográficos no habían presentado ningún estreno por más de un año. Hoy con los números en contra, la plataforma de Disney, dedicada a su distribución,  evalúa liberar el film para sus suscriptores. Mientras tanto Johansson celebra el poder presentar un personaje con mayor profundidad, según sus declaraciones. Aunque en la pantalla se traduzca otra cosa. 

BLACK WIDOW, Scarlett Johansson as Black Widow, 2021. © Walt Disney Studios Motion Pictures / © Marvel Studios / Courtesy Everett Collection

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