“Los aficionados persiguen el sol y se queman. El poder permanece en las sombras”.
Lewis Strauss.
[CON ANTEOJOS] Este es uno de los largometrajes más esperados del 2023, Oppenheimer en cifras ha superado los $500,000 de recaudación y se ha convertido en la película bélica más taquillera de la historia del cine. No solo la historia del proyecto Manhattan ha resultado muy atractiva, sino que Nolan logra capturar al espectador en un largometraje de 3 horas, que no permite el aburrimiento, parte de ello, por su narrativa coherente y efectiva.
La cinta transcurre desde sus años de estudiante en Cambridge hasta el ocaso de su vida. Está focalizada en todos los entretelones de la construcción de la bomba que en 1945 arrasó con las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, dejando más de 200,000 muertos.
Además de acercarnos al personaje de Oppenheimer, encontramos también a otros como Albert Einstein (teoría de la relatividad), Lewis Strauss (Presidente de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos), el general Leslie Groves (responsable militar del proyecto Manhattan) Harry S.Truman (Presidente de los Estados Unidos) y muchos científicos más. A pesar del evidente poder patriarcal de la época, destacan dos personajes femeninos, que, pese a que son los intereses sentimentales de Oppenheimer, definirán las decisiones del protagonista, personajes poderosamente complejos, Jean Tatlock (periodista, escritora, médica y militante del Partido Comunista de Estados Unidos) y Katherine Oppenheimer (bióloga, botánica alemana, militante del Partido Comunista de Estados Unidos).
Como es habitual en el cine de Nolan, la complejidad de su mente se proyecta en pantalla, esta vez canaliza la gran cantidad de información a través de diálogos que van permitiendo hilar el mundo de intrigas alrededor de la construcción de la bomba atómica, dejando ver finalmente, que la existencia de la misma depende más de los intereses y poderes políticos, que de los propios científicos.
El film puede tener dos lecturas, por un lado una pequeña subjetividad, genera en adelante toda una persecución y castigo sobre la figura del físico americano debido al resentimiento que causó la indiferencia de Einstein frente a Strauss, este último interpretado por un magistral Robert Downey Jr. Por otro lado, la manipulación de quien debe arrepentirse la vida entera, por haber tenido acercamientos con el Partido Comunista y como consecuencia de ello, involucrarse en la responsabilidad de haber iniciado la era nuclear.
A ciencia cierta, nadie sabe con exactitud que existe en la mente de Oppenheimer, pero la cinta navega en sus obsesiones, sus idas y venidas en cuanto a ideas y amores. Situaciones resueltas cinematográficamente con un sin fin de planos cerrados que siempre nos acercan sin llegar a develar demasiado. La mirada insondable del protagonista es un misterio que atrapa desde el inicio.
Al actor irlandés Cillian Murphy lo conocemos por Batman, El Origen y Dunkerque del mismo director que hoy le da su primer protagónico en pantalla grande. Sin embargo, la crítica lo aplaudió por su trabajo en Peaky Blinders, exitosa serie inglesa en donde interpreta al mafioso Tommy Shelby. Murphy ya no es solo el actor fetiche de Nolan, es el actor que celebra el mundo entero.
Así como complejas son las intrigas políticas en este film, amplio es también su reparto. Por un lado tenemos más de 50 personajes. Entre los que destacan la aparición de Gary Oldman como el presidente Harry S.Truman, Matt Damon como el general Leslie Groves. Kenneth Branagh como Niels Bohr, entre muchos más. Ni un personaje es simple, ni su aparición está demás. Emily Blunt como Katherine Oppenheimer se luce en un personaje que oscila entre la insatisfacción de su vida, la valentía con la que enfrenta los conflictos y su adicción al alcohol. Dimensiones presentadas en paralelo con las angustias del protagonista. Un contrapunto eficaz que destierra la idea de la mujer como adorno o simple complemento.
También está Florence Pugh en incisivo personaje, como Jean Tatlock, no ajena a las contradicciones, pero sobre todo de gran impacto narrativo y emocional. El resultado del trabajo de ambas actrices merece todo el reconocimiento.
El cine de Nolan no sería lo que es, sin la edición de sonido y banda sonora que lo acompaña. En este caso el responsable nuevamente es Ludwig Goransson, el mismo que armó las piezas en Tenet (2020) y que resaltó por su trabajo en la serie Mandalorian. Con este film, no sólo remarca los momentos de tensión, sino que nos hace participar de las emociones más intensas.
Oppenheimer es un film de contrastes, no solo por la iluminación de sombras y colores intensos, sino porque transita en la culpa, desprestigio y redención de un personaje al que acompañamos por 3 horas sin descansar, creyendo entender su psiquis, pensando que el dolor que lo domina, es por ser responsable del los horrores de la guerra, cuando en realidad el poder y la decisión de todo eso, como dijo Strauss, se esconde tras las sombras.
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