Serafín Delmar

[EN UN LUGAR DE LA MANCHA] Socióloga y docente, Linda Lema Tucker ha cometido, en un solo libro, un acto doble: ofrecer una completa semblanza biográfica de Magda Portal y acompañarla de una selección de sus poemas. En ambas facetas, vida y obra, Magda Portal (1900-1989) muestra extraordinaria coherencia: vanguardista en la política, vanguardista en la literatura y en su manera de intervenir en los debates de su tiempo. Su ser político no puede entenderse cabalmente si se lo aísla de su labor creativa.

Su vida, ciertamente, estuvo cargada de tintes librescos, dignos de un biopic: fue parte del núcleo fundador del Partido Aprista –al que renunciaría luego con una célebre misiva dirigida a Haya de la Torre–; Mariátegui en sus 7 ensayos le otorga un lugar de preeminencia en la tradición poética peruana; obtiene los Juegos Florales de San Marcos para indignación de un jurado que le mezquinó el galardón; abrazó el socialismo y fue activista política y cultural.

Las causas feministas no le fueron ajenas. Tampoco la mirada crítica a los vicios y defectos de la clase dirigente nacional. Por supuesto, esto le valió pasar por las duras experiencias del exilio y la persecución. Unida sentimentalmente al poeta Serafín Delmar (seudónimo de Reynaldo Bolaños Díaz), Magda Portal construyó su espacio artístico e intelectual sin ayuda de nadie, excepto su indoblegable sentido de la independencia.

Esto se explica porque en los tiempos en que Magda Portal despierta a la inquietud intelectual y literaria “no era fácil ser mujer en el Perú. Fueron años en que el espacio público estaba reservado para los hombres y el privado o doméstico para las mujeres. Pero la década de 1920 será también el momento en que se plantean nuevos retos políticos, sociales y artísticos; entre ellos la lucha indígena y la obrera, y, por supuesto, la lucha que llevaban las mujeres obreras, universitarias e intelectuales” (p.27).

Lema afirma que Portal fue “una mujer fuera de su tiempo. Tenía una particular forma de conceptuar la vida, el amor y la libertad. Una mujer que se situaba lejos de los prejuicios impuestos por la iglesia y por la élite política conservadora y patriarcal, que regía la vida social del país por esos tiempos” (p.32).

El feminismo que abrazó la poeta no fue solo un conjunto de actitudes o gestos. Esto se tradujo en su propia producción intelectual, en libros como Hacia la mujer nueva, en el que se denuncia la condición que mejor graficaba la situación de las mujeres en el Perú: la más absoluta desigualdad. Uno de los remedios que propone Portal es el acceso de las mujeres a la educación, algo que podría garantizar nuevas miras más allá del ámbito doméstico y dotar de agencia a la mujer.

Linda Lema Tucker ofrece pues una puerta de entrada a una de las mujeres más fascinantes de la historia cultural e intelectual de nuestro país. Es cierto que no se ha puesto tanto énfasis en su actividad literaria, pero lejos de ser un demérito, se entiende que esta semblanza es, sobre todo, una mirada desde un enfoque social y de género que aporta mucho a la comprensión del personaje.

El volumen se cierra con una entrevista inédita (propalada en 1983 por Radio Miraflores), una estimable iconografía y una selección de poemas. En su brevedad, esta semblanza es una invitación a sumergirse en el mundo de Magda Portal. Sugeriría aceptarla sin reservas.

Linda Lema Tucker. Magda Portal mujer insurrecta. Lima: Academia Antártica, 2023.

Tags:

Lema Tucker, Mariátegui, poemas, Serafín Delmar
x