Renovación

El Partido Popular Cristiano, de casi 60 años de existencia, ha decidido relanzarse y volver a incursionar en la política luego de los zarandeos internos que lo llevaron prácticamente a su disolución.

¿Tiene posibilidades? Se ve muy difícil. Primero por la gente que ha convocado para la ansiada renovación. Carlos Neuhaus podrá tener el prestigio de haber organizado los Panamericanos, pero tiene el carisma político de un clavo. Y ponerle el membrete de “renovación” a un dinosaurio como Miguel Ángel Mufarech es casi una broma.

Pero el mayor problema es que el PPC ya no tiene sitio en la atiborrada escena electoral peruana. Antes, en sus mejores tiempos -en los que nunca logró nada espectacular (su mejor performance fue en la Constituyente del 78, pero porque no participó Acción Popular)-, era la derecha ilustrada frente a la izquierda, el populismo radical del APRA y el neopopulismo moderado de Acción Popular. El PPC ocupaba, solo, sin disputa, el sector de la derecha.

¿Hoy dónde podría marcar presencia? No hay espacio. Hay decenas de movimientos de derecha, antiguos y nuevos, que compiten por el mismo electorado. ¿Qué distinguiría al PPC del resto? No se ve perfil propio, ni candidaturas espectaculares que lo saquen del marasmo. Inspirados tal vez en los pasajeros bríos mostrados por otro viejo inquilino de la política, como Acción Popular, cuya luna de miel ya terminó en medio de la corrupción, en el PPC crean que les puede ligar el boleto de la lotería.

El PPC, además, se desperfiló groseramente en los últimos tiempos. De ser un partido doctrinario pasó a ser una agrupación desembozadamente mercantilista, presta al manoseo de intereses, teniendo entre sus máximos representantes de ese perfil a Xavier Barrón, por lo que el PPC fue sugerido, irónicamente, de cambiarse de nombre, de ser el PPC a ser “Cambio de zonificación”, por su trasiego de licencias en los múltiples municipios en los que sí tenía éxito electoral.

Mucho futuro no se le ve a la anunciada renovación. Enhorabuena que más ciudadanos se interesen por hacer política y no se la dejen a los aventureros de paso, pero si el PPC quiere lograr algo preponderante, sólo será si logra sumarse a alguna de las agrupaciones en el amplio espectro de la centroderecha que ya existen, entre ya tradicionales y los nuevos partidos que asoman con flamantes inscripciones. La pregunta es qué puede aportar el PPC a esos eventuales pactos. Vaya uno a saber.

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En el tercer trimestre de este año, la población ocupada de Lima Metropolitana alcanzó 4 millones 655 mil 300 personas. Comparado con el mismo trimestre del 2020, la PEA ocupada incrementó en 24,1%, según el último Boletín de Informe de Empleo del INEI. Si bien la reactivación económica ha traído más certezas, es importante que habiendo llegado a final del año, los trabajadores tengan la seguridad de conservar su puesto de trabajo.

En temporada de renovaciones de contratos, la abogada laboralista Katy Noriega, del estudio Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, explicó a Sudaca que para que un trabajador que tenga próximo el vencimiento de su contrato debe tener una contratación temporal.

Noriega explica que para que un contrato sea válido, debe existir una causa que justifique que se requiere de la persona en dicho puesto. “Entonces, si un trabajador tiene próximo el vencimiento de su contrato, no puede suponer que la renovación será automática, porque cada vez que un contrato está por vencer, lo que corresponde es que las partes se sienten a revisar si es que la razón que originó su contratación temporal subsiste en el tiempo para suscribir una renovación”, indica.

La abogada laboralista precisa que la renovación de un contrato no se presume, pues la renovación de contrato debe hacerse necesariamente por escrito, según lo establece la ley. La renovación automática, es entonces una figura inexistente, pues se requiere el mutuo acuerdo de ambas partes.  “Todos los contratos a plazo fijo tienen una formalidad escrita. Para ser válidos tienen que mantener esto, incluso si son renovaciones o prórrogas”,  comenta.

¿Me renovarán el contrato?

Noriega indica que de haber una inquietud sobre la renovación del contrato por parte del trabajador, este podrá consultar directamente con su empleador sobre si se va a producir una renovación y cuál será su vigencia. Asimismo recomienda a los trabajadores con contratos temporales, tener presente que es obligación de cualquier empleador suscribir estas renovaciones antes del vencimiento o como mucho antes del inicio del nuevo plazo de vigencia.

Indica además que no existe una obligación legal de informar al trabajador la no renovación de su contrato. “Esto quiere decir que incluso si han existido renovaciones sucesivas en el tiempo y el trabajador está familiarizado con que esto va a pasar cada cierto tiempo, el empleador podría simplemente decidir que ya no va a renovar porque ya no lo necesita o porque ha desaparecido la causa objetiva de contratación”, advierte.

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