[PIE DERECHO] El Congreso jamás será consciente del inmenso beneficio político que le ha brindado a la derecha al vacar a Dina Boluarte. No lo hizo por sentido de responsabilidad histórica ni por un cálculo fino del interés nacional, sino por sus pequeñeces habituales: el resentimiento acumulado, el reparto de cuotas, las venganzas viejas y el oportunismo sin pudor. Pero los hechos son testarudos. Con Boluarte en la presidencia, se asomaba el peor de los escenarios: no uno, sino hasta dos candidatos antisistema de la izquierda radical disputando la segunda vuelta, alimentados del rechazo a un gobierno mediocre y sin liderazgo, sostenido apenas por la resignación y el hartazgo.
La llegada de José Jerí a Palacio ha modificado ese paisaje. Su alta aprobación —que ojalá dure— ha diluido esa pulsión extremista que pretende arrasar con todo bajo el pretexto de la indignación popular. Jerí, con todas sus limitaciones, ha logrado construir un halo de normalidad y cierto respiro institucional que la ciudadanía parece valorar. En un país extenuado por la bronca permanente, hasta un mínimo orden se agradece. Y en política, cuando la temperatura baja, los extremos pierden vigor.
Esto no significa, por supuesto, que la derecha tenga el camino despejado. Más bien, está obligada a no desperdiciar esta inesperada ventana de oportunidad. Si vuelve a insistir con los mismos rostros chamuscados, los mismos discursos huecos y las mismas promesas imposibles, el rebrote radical será solo cuestión de tiempo. El país ha demostrado que cuando la derecha se vuelve soberbia o cínica, la revancha llega desde abajo con furia.
Pero, por ahora, lo cierto es que el giro en el tablero ha sido favorable. La vacancia de Boluarte ha evitado —al menos temporalmente— la consolidación de una alternativa antisistema capaz de arrasar en segunda vuelta. Ese solo hecho, por más que el Congreso no lo entienda y menos aún lo haya buscado, ha ofrecido una posibilidad inédita para la centroderecha y la derecha democrática. Que la sepan aprovechar. Aquí no habrá segundas oportunidades.
–La del estribo: !Qué buena obra teatral Herederos! Va en Campo Abierto, escrita por Eduardo Adrianzén, dirigida por Giovanni Arce y un excelente elenco actoral del grupo Dilectos Teatreros. ¡Va hasta el 23 de noviembre! ¡Entradas en Joinnus!