desarrollo autosostenido

[EMPRENDE] La intención de los artículos que he presentado durante este tiempo es la de sumar temas para el análisis y de manera terca insistir en la propuesta de debate entre los investigadores sociales o también económicos para que se pueda aportar soluciones de cambio y así abrir el camino para la comprensión. De esta forma, siempre espero encontrar alternativas para un posible crecimiento y desarrollo del país. El debate sobre temas sociales, económicos y también políticos creo yo, pueden marcar una agenda que trate y desarrolle las particularidades que se muestran en el día a día de nuestra población.

Son temas que buscan abrir un panorama para pensar y aportar alternativas, situándonos en un espacio donde las características culturales, sociales y económicas son muy variadas y la construcción de esquemas de supervivencia se basan en la realidad misma. La resiliencia de nuestros emprendedores, la migración interna de hace décadas reconfigurando el país, las contribuciones de nuestra diversidad ecológica vistas desde el mercado o la adaptabilidad social pensada o asumida naturalmente por historia y cultura, que los antropólogos, (no todos), avistan como un mecanismo de desarrollo autosostenido, son temas que vistos y analizados seriamente y sin pasiones, muestran, repito, una realidad  nueva y única, posibilitando un cambio a mediano y largo plazo.

En consecuencia, en este artículo, me permito poner un tema que me parece interesante y podría generar también debate o intercambio de opiniones, en el afán de explicarnos cuál es la definición que se puede dar a nuestra sociedad, que de por sí, creo yo es sui generis, producto de estar imbuida en un círculo vicioso que lo ha generado la corriente globalizadora y que nos pone, como un país periférico dependiente de los cambios motivados por el mercado internacional y dominante. Quizás por eso, la existencia de muchos emprendedores por necesidad y que buscan fortalecer la oportunidad avistada. Para ello, es importante revisar si somos una sociedad conformista,

La conformidad social la definen desde las ciencias sociales como el nivel en el que un individuo o grupo puede alterar su opinión y actitud para adaptarse y encajar en las normas de otro individuo o grupo. Asimismo, muchas de estas normas actúan de forma implícita, guiando la interacción y el comportamiento de los miembros que lo componen. La capacidad que tiene el hombre para la toma de decisiones de manera individual hace pensar, se dice, de un sentido de libertad, sin embargo, muchas personas, quizás todos nosotros, no somos conscientes que día a día somos influenciados socialmente. Ser conformistas es aceptar los cambios de creencias o de conductas debido a una fuerte presión de los grupos mayoría, modificando las disposiciones previas de los sujetos y direccionándolas hacia las normas establecidas por el colectivo dominante.

No es solo actuar como actúan los demás, es estar condicionados a cómo actúan normalmente, se pierde la autonomía y se cambia el comportamiento, los pensamientos y los sentimientos de las personas con respecto a una norma social. Se puede hablar de una mejor adaptación, es lo normal, se muestra cierta coherencia en el accionar diario, uniformidad y convivencia, o se podría también entender que las figuras dominantes, dominan también la vivencia diaria y es cómodo.

La normativa también genera conformismos sociales, pues ella contribuye a la búsqueda de la aceptación y lógicamente es válido, y por qué no también pensar que la masa comunicacional es influyente en la aceptación de un cambio y por ende de la pérdida de autonomía. Lo cierto es que una sociedad conformista o camino a serlo es punto de análisis, sobrando los casos que la definen como positiva o quizás negativa para el crecimiento de nuestro territorio y nuestra población.

A veces, nos conformamos sin creer realmente en lo que se va construyendo; la conformidad social pasa por una aceptación obligada de acuerdo a circunstancias que responden a una realidad implícita o explícita pero que solo busca ser atendida mas no aceptada interiormente. Otras veces nos alineamos creyendo en lo que la mayoría grupal ya nos propone y la hacemos verdad, ahí aceptamos por la presión social.

En resumen, el tema de conformismo social, nos permite analizar de cerca las motivaciones que cualquier grupo tendría para hacer valer la aceptación de lo que ocurre o de permitir construir a lo que verdaderamente no ocurre. El ser independiente genera alternativas de cambio, otra es parte de una situación generada por las masas. ¿La pregunta es, como nos definimos nosotros? ¿La sociedad peruana es conformista, es seguidora voluntaria o es rebelde cultural y socialmente hablando también? Creo que los emprendedores tendrían una primera respuesta. Esperemos que dice el tiempo

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antropólogos, Conformismo, desarrollo autosostenido, presión social
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