Miguel Grau

LOS RESTOS EN DISPUTA

Desde el 2003 hasta mediados del año pasado, Alexander calcula haber recibido alrededor de S/300.000. Por eso, en sus últimos años buscó la forma de reunirse con Félix Navarro Grau, llegar a un acuerdo y que le hicieran un desembolso único para dejar de lidiar con ellos. Pero fue en vano. El abogado falleció el 2017 sin recibirlo, asegura. 

Alexander se enteró de su muerte mucho después. “Lo supe por el portero del estudio Navarro dos años después”, se queja. Entonces, le hizo llegar a uno de los hijos firmados de Félix el pedido de que se le reconociera como hermano. Recibió una respuesta negativa, dice. El testamento ya estaba escrito desde octubre del 2015.

Al rechazo se sumó la pandemia, que lo agarró con una deuda con la municipalidad de Barranco. Además, dice, hubo retrasos en los pagos de su seguro de parte de los descendientes de Félix Navarro Grau. “El Covid me podía agarrar flotando en el aire. Si yo no hubiese estado con Rocío [su pareja], estaría muerto ahorita. Con S/700 mensuales, pagar el agua, teléfono, comida… y hasta que reactivó la economía pasaron ocho meses de cuarentena. ¿De dónde iba a sacar?”, apunta Alexander.

Familia Grau
Al lado izquierdo, Alexander Navarro. Derecha: Félix Navarro Grau, fallecido el 2017.

Ahí fue que algunos amigos lo convencieron de que empiece la demanda. Así se lo advirtió el 10 de junio del 2021 a Francisco Navarro Grau Hurtado, el albacea de la herencia de Félix Navarro Grau. “Me causa sorpresa tu comunicación, por cuanto a lo largo de tus años de vida, has ostentado la posesión constante de hijo de mi tío Miguel Navarro Grau, reconociéndolo y comportándote siempre como tal”, es parte de la respuesta que recibió 13 días después.

“Si yo era hijo de Miguel Navarro Grau, como ellos afirman, ¿por qué dejaron de pagarme los S/700 mensuales a partir de que yo les envío la carta del 10 de junio del 2021 y también dejaron de pagarme el seguro? Si el dinero con que se hacían esos pagos supuestamente provenía de la herencia de este. Y si el fondo de dinero de dicha supuesta herencia se hubiera agotado, ¿por qué nunca fui avisado?”, replica Alexander en su demanda presentada al juzgado de familia dos meses después.

Los hermanos Navarro Grau Hurtado no quisieron atender nuestras consultas sobre esta y otras preguntas. “Quizá podríamos sentar el precedente de que estas familias millonarias no puedan ‘cholear’ a la gente, que no puedan decir ‘¿sabes qué?, yo hago lo que me da la gana, yo soy un pituco millonario’”, dice un ofuscado Alexander. Hoy sus esperanzas están puestas en un cadáver.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo. 

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Historia, Marina de Guerra del Perú, Miguel Grau
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