reforma política

[PIE DERECHO]  Uno de los pilares de la reforma política emprendida a medias en años anteriores, consistía en el financiamiento público a los partidos que hayan conseguido mantener la inscripción electoral, con el objeto de tornarlos menos dependientes del financiamiento privado, por lo general irregular y dado a pactos no santos entre intereses mercantilistas y poder político.

Lamentablemente, según lo acaba de demostrar la asociación civil Vigilancia Ciudadana, los partidos que reciben esos fondos malversan los mismos en usos irregulares y cuestionables.

La supervisión del uso de tales fondos corresponde a la ONPE, pero este organismo electoral no está cumpliendo con su labor, la misma que dado el caso debería escalar, inclusive, a instancias penales. Es más grave que se malempleen fondos públicos, de todos los peruanos, a que se maquille el ingreso de recursos privados. Lo segundo es perseguido de modo tan implacable como desmedido por el Ministerio Público. Lo primero, ni siquiera es tocado con el pétalo de una rosa.

Una de las razones por las que el Perú transita por una severa crisis política corresponde a la precariedad de los partidos. La democracia se debe sostener en la existencia de partidos sólidos, cada vez más flexibles de acuerdo a los tiempos desideologizados que vivimos, pero transparentes y dinámicos. Si hoy los organismos responsables pasan por alto las trapacerías que se cometen en los inicios de la reforma política, lo más probable es que la terminen por desacreditar y pervertir.

Esos dineros deberían derivar en capacitaciones, instalación de locales descentralizados, conferencias ideológicas, instancias de participación ciudadana, no en pago de sueldos a las autoridades partidarias o contrataciones irregulares (en un caso, se ha disfrazado el pago por aparecer en televisión como contratación del productor del espacio televisivo, en otro, un prófugo de la justicia, como Vladimir Cerrón, sigue cobrando).

Si con la misma laxitud se controla el ingreso de dineros de las economías delictivas a la política partidaria (narcotráfico, minería ilegal, tráfico de tierras, etc.), se entenderá por qué la degradación sostenida de la vida política peruana, la misma que, a contrapelo del crecimiento económico de las últimas décadas, ha ido cuesta abajo. La institucionalidad política no ha marchado a la par del desarrollo socioeconómico del país y allí anida una de las fracturas institucionales más graves por resolver.

La del estribo: ya viene La doctora en el Teatro La Plaza, para arrancar la temporada teatral del año. Entre tanto, continuamos la maratón cinematográfica. Recomendadas: Los delincuentes (Argentina), Trenque Lauquen (Argentina), The holdlovers (EEUU), Rustin (EEUU), Amerikatsi (Armenia), Blanquita (Chile), El sueño de la sultana (España), Saben aquell (España), Monster (Japón) y Bastarden (Dinamarca).

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Crisis política, Fondos públicos, ONPE, reforma política

[PIE DERECHO]  Sin primarias abiertas, con elección por delegados (cúpulas), con voto preferencial, eliminación de multas, subida de vallas para nuevos partidos y movimientos regionales (5% de adherentes de cada circunscripción electoral), el Congreso se ha tirado abajo lo que de bueno tenía la reforma política establecida en el país, que, a pesar de sus bemoles, aportaba visos de mejoramiento respecto del statu quo previo.

Ahora se ha consagrado una oligarquía partidaria, con todos sus defectos precedentes, permitiendo que se consoliden los vicios que han llevado a la destrucción del sistema de partidos y el consecuente debilitamiento de la democracia. La reforma planteaba bajar la valla para el ingreso, pero filtraba su número con las PASO. Ahora es cancha abierta para que todos los actuales se queden tranquilos mientras se cierra la puerta de ingreso para los nuevos.

El problema es que ya hay como 25 partidos inscritos y eliminados los filtros que podían reducirlos, nos asomaremos a un escenario electoral sumamente fragmentado. Acabo de estar en Chile en un viaje relámpago de inmersión en su realidad social, política y empresarial, y allí se ha acuñado un término para definir la nueva realidad política chilena, que de albergar dos o tres agrupaciones fuertes hoy contiene alrededor de 20 agrupaciones en el Congreso sureño: se habla allí de la “peruanización de la política chilena”.

El Congreso peruano actual se ha convertido en un Atila de la democracia. Es verdad que el Perú no ha gozado, casi nunca en su historia, de una democracia impoluta, siempre hemos tenido una institucionalidad democrática precaria, politizada, maleable, pero la coalición derechista en el Congreso, a la que se suma entusiasta el cerronismo, está degradando a niveles pocas veces visto el espíritu democrático que se esperaría, primero, para que los dos años y medio que le restan a Boluarte se desenvuelvan con ciertos márgenes de salida de la crisis política y, segundo, para que las próximas elecciones se desenvuelvan en el marco de una relativa normalidad.

A eso, lamentablemente, no nos conducimos. Se ahondará la crisis política y las consecuencias de ello serán palpables y se agravarán: desconfianza empresarial, cero inversión, crisis económica y mayor pobreza. Un deterioro social, político y económico generalizado. La estabilidad mediocre que este gobierno ha construido, en todo su esplendor.

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Crisis económica, Democracia, Oligarquía Partidaria, reforma política

La historia es corta: el nuevo oficialismo, conformado, como bien ha señalado el congresista Carlos Anderson, por Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Avanza País y Perú Libre (más los del Bloque Magisterial para la ocasión) se tiró abajo la meritocracia en la carrera pública magisterial. La ministra de Educación, como correspondía, salió a criticar la norma. A renglón seguido, la presidenta Boluarte saca a la ministra y se somete a los dictámenes y mandatos del Congreso.

No satisfecha con ello efectúa una poda ministerial y se lleva de encuentro a varios ministros, algunos de los cuales, como la de Agricultura, tenía listo para aplicar un plan de emergencia del agro (¿habrá sido el frívolo detonante las poco felices declaraciones de la ministra sobre el limón?). No le interesa a Boluarte reforma alguna, solo contentar a las huestes mayoritarias del Congreso y en particular la voluntad de Keiko Fujimori, que, por vaya razones a saberse, la había puesto en la mira a la titular de Agricultura.

Lo cierto es que las reformas al tacho. No va a surgir ninguna de la actual clase política. Debemos ser los ciudadanos los que presionemos por ellas. Y en ese papel deberían jugar un papel importante los empresarios, quienes andan adormilados con que Boluarte signifique una “estabilidad mediocre”, pero estabilidad al cabo, y se cierran a la justificada crítica a su inoperancia pavorosa.

Hay sinfín de reformas institucionales y de sectores productivos que duermen el sueño de los justos, mientras el país se desangra en medio de la crisis económica y política. Se debieron haber hecho hace lustros. Este gobierno de tres años hubiera sido ocasión propicia para emprender algunas si hubiera alguna conciencia de su urgencia, pero, por lo visto, a ningún agente crítico le interesa retomar esas banderas.

Tendremos que ser los ciudadanos por las reformas, los que saquemos al país del marasmo en el que se encuentra, con un Congreso y un Ejecutivo indolentes y encerrados en su burbuja de confort irresponsable y políticamente punible.

Lo cierto es que tres años así no aguanta el país. Se vienen, además, desafíos importantes, como el fenómeno del Niño, y la falta de respuesta va a reactivar el polvorín social que es, parece, lo único a lo que le temen los empresarios y los hace reaccionar. Bueno, pues, estén advertidos: por su complicidad con la parálisis reformista eso es lo que se viene y con fuerza inusitada.

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Ministra de Educación, oficialismo, reforma política

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 219: Constitución aprobó suspender las primarias, entre otros golpes a la reforma política. La Carrera Pública Magisterial bajo ataque. ¿Dólar en S/3,7 sin incertidumbre? Y los insultos a Guillén.

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Lima – Perú

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Carrera pública magisterial, Constitución, reforma política
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