Desde que empezó la gestión del burgomaestre se venía advirtiendo sobre la falta de sostenibilidad en las promesas que venía proyectándose con la comuna limeña. Con una desaprobación del 70%, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se encuentra bajo una intensa presión debido a la falta de avances y los esfuerzos incumplidos en su gestión municipal. La ciudadanía expresa crecientes niveles de insatisfacción, especialmente en relación con las promesas de campaña no cumplidas y las decisiones controvertidas tomadas durante su mandato.
Uno de los puntos más críticos ha sido la gestión del servicio de limpieza de la ciudad, donde el concurso internacional para reemplazar a la concesionaria Innova Ambiental ha generado controversia y preocupación por la falta de transparencia y eficiencia en el proceso. Además, otras promesas clave, como la reestructuración de los peajes y la implementación de programas de seguridad ciudadana, han quedado en el aire.
En este contexto, el alcalde enfrenta el desafío de recuperar la confianza de los ciudadanos y demostrar resultados concretos que aborden las necesidades y preocupaciones de la población limeña.
Promesa de inversión en seguridad ciudadana ha sido una iniciativa llamativa para la comuna, sin embargo, los resultados no se han visto reflejados en la práctica. Foto: Andina
¿Qué ha llevado al fracaso de la gestión de López Aliaga en la MUNILIMA en los últimos meses?
En el 2023, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunciaba su intención de negociar con los actuales concesionarios de peajes, los cuales, según él, han obtenido beneficios a expensas de la población limeña y están implicados en casos de corrupción. Aunque reconoció que no tiene la facultad para anular los contratos de concesión, afirmó que estaba tomando otras medidas, como explorar rutas alternativas y buscar vías legales para abordar la corrupción, mencionando específicamente el caso de Susana Villarán. Hoy por hoy se ha dado la orden por parte del Poder Judicial hacia RUTAS DE LIMA para que suspenda el cobro de peajes en Puente Piedra.
En su momento y debido a una presión por parte de las municipalidades y vecinos en general de la zona, el alcalde anunció que tenía la intención de trasladar los peajes de Puente Piedra y Lurín para eximir a los vecinos del pago de peajes al salir de sus hogares.
Otra de las promesas de López Aliaga durante su campaña electoral fue el alquiler de 10 mil motos para combatir la delincuencia en la capital. Sin embargo, esta adquisición aún no se ha materializado y podría tardar entre seis y siete meses más. Aunque se había anunciado que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) gestionaría este proceso, aún no se ha llevado a cabo.
Asimismo, López Aliaga se comprometió a destinar el 10% del presupuesto municipal a las ollas comunes. Sin embargo, la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana informó que no han recibido los fondos prometidos. Aunque la administración de López Aliaga ha asignado S/80 millones para este fin, esta cifra representa una fracción del presupuesto originalmente prometido durante la campaña.
El colmo de la vergüenza es que el burgomaestre para simplemente dar a entender que “atiende las necesidades de los vecinos” se reunión con integrantes de las ollas comunes de la capital para donar 500 cuyes en la sede del municipio de Lima. ¿De esta manera se solucionan los problemas y necesidades?
El alcalde de Lima posando con una de las donaciones de cuyes para las ollas comunes
La falta de conexión con los vecinos de Lima
En cuanto a otras promesas, como la instalación de tanques elevados de agua en los cerros de Lima y la declaración de las quebradas como intangibles para evitar la construcción de viviendas en zonas de riesgo, aún no se han cumplido. Anticipadamente al inicio de su gestión se mencionaba que las ambiciones del burgomaestre eran viables, pero que no podían ser ejecutadas en corto plazo.
Además, la administración de López Aliaga ha enfrentado críticas por las designaciones de funcionarios, con al menos 20 de ellos cuestionados por aparecer en informes de la Contraloría General de la República. Por ejemplo, el expresidente de la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (Emape), Humberto Guzmán, fue intervenido en tres ocasiones por presuntamente conducir en estado de ebriedad.
Justamente entre estos funcionarios se encontraba también Hernán Roberto Pérez Vélez, servidor de quien nos hemos referido en anteriores informes e Sudaca. Pérez Vélez asumía el cargo de Gerente de Servicios a la Ciudad, y quien actualmente ya no posee dicho cargo público debido a que fue expuesto sin experiencia en el cargo; además, se sabe que no respaldo ni atendió de manera oportuna las denuncias de los vecinos de Lomas de Carabayllo sobre el Relleno Sanitario “El Zapallal”.
El caso de Innova Ambiental
El Relleno Sanitario “El Zapallal», operado por Innova Ambiental, ha sido objeto de numerosas denuncias y controversias relacionadas con incumplimientos de protocolos ambientales que han generado una profunda preocupación en la población de Lima y sus autoridades. Una de las principales preocupaciones se centra en los estándares de calidad de aire y ruido establecidos por el Ministerio del Ambiente (MINAM) y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), los cuales, según informes, se encuentran por debajo de las normativas vigentes, lo que representa un riesgo para la salud y el bienestar de la población local.
Este revés llevó a Innova Ambiental a presentar un recurso de reconsideración, el cual fue aceptado en marzo de 2022, permitiendo así que el relleno continuará operando mientras se resolvían los problemas pendientes. No obstante, esta situación ha generado tensiones entre la Municipalidad de Lima y el MINAM, especialmente en lo que respecta a la aprobación final del PAMA y las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de los estándares ambientales exigidos.
La situación alcanzó su punto álgido cuando la Municipalidad de Lima, respondió a las demandas y preocupaciones de la comunidad local, decidió cerrar temporalmente el Relleno Sanitario El Zapallal debido a preocupaciones sobre contaminación, mal manejo de residuos y la duración cuestionable del contrato con Innova Ambiental. Sin embargo, este cierre temporal genero tensiones entre las autoridades municipales y el MINAM, especialmente en lo que respecta a la aprobación del PAMA y las medidas necesarias para resolver los problemas ambientales en el área. En ese sentido, el alcalde cumplió “a medias” su promesa, y es que actualmente el problema persiste y no tiene fin. Además, se sigue insistiendo en que la MUNILIMA pueda iniciar el concurso internacional para que una nueva concesionaria se encargue de la limpieza pública de la ciudad.
La irónica playa artificial de San Juan de Lurigancho
La playa artificial de San Juan de Lurigancho, proyecto “emblemático” de la gestión del alcalde Rafael López Aliaga, ha sido objeto de polémica tras una nueva inspección del Ministerio de Salud que la califica como no saludable para bañistas. A pesar de las afirmaciones previas de la Municipalidad Metropolitana de Lima y Serpar sobre la subsanación de las observaciones de Digesa, esta última evaluación contradice dichas afirmaciones, señalando problemas de mantenimiento y calidad en el complejo del club Huiracocha.
Esta situación refleja un panorama preocupante para la salud de los ciudadanos y sus expectativas de disfrutar de un espacio seguro y saludable. En un contexto marcado por denuncias y renuncias en otras esferas de la administración pública, este episodio resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de los recursos públicos.
La respuesta de la MUNILIMA con respaldo del SERPAR sobre el tema
El panorama que rodea la gestión del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se tiñe de un matiz de desaprobación que alcanza el 70% de la población. Desde los desafíos ambientales que abarcan el Relleno Sanitario “El Zapallal” hasta las promesas incumplidas y los conflictos institucionales, este escenario nos invita a contemplar con profundidad las prioridades y valores que guían el destino de nuestra ciudad y un llamado inmediato a la acción para el burgomaestre de la capital.
En esta encrucijada, donde las expectativas ciudadanas y la necesidad de soluciones efectivas convergen, es imperativo que las autoridades se comprometan con la transparencia, la responsabilidad y la búsqueda activa del bienestar común. Solo así podremos trazar un camino hacia un Lima más próspero, justo y sostenible para las generaciones presentes y futuras.