reformas políticas

[PIE DERECHO] Es imperativo que la élite empresarial, académica y sindical reingrese a la arena política y recupere los fueros de un ámbito de acción que sido capturado por las mafias ilegales que pululan en nuestro país: el narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas, el tráfico de tierras, el transporte informal, el contrabando, etc.

El capitalismo delictivo ha capturado los partidos y prácticamente todos los poderes públicos (alcaldes, gobernadores, congresistas, ministros y hasta llegó a la Presidencia, bajo el mandato de Pedro Castillo), alejando de la política a los mejores cuadros técnicos y académicos. Con su capacidad de financiamiento ha logrado, además, asegurar su presencia dominante en cuanta campaña electoral se despliega.

La desafección política es un mal global, pero en el Perú alcanza ribetes mayúsculos por algunas razones particulares, y ello le abre las puertas a las mafias que aprovechan el vacío generado. La informalidad, que signa al 80% de la Población Económicamente Activa, genera ciudadanos inactivos por naturaleza, los aleja de la actividad política, porque el día a día les gana; la despolitización universitaria ha roto la cadena de transmisión generacional que antes la política tenía, recogiendo cuadros de renovación de las canteras estudiantiles; la crisis pavorosa de los medios de comunicación ha destruido una atmósfera de discusión política que de alguna manera complementaba a las calles como campo de acción de debates y polémica; la politización de la justicia ha hecho que los mejores se desanimen de ingresar a un terreno del que van a salir mal parados, con una mochila de juicios y persecuciones judiciales aplastantes.

Por eso la importancia de las reformas políticas que propendan a la ruptura de esta porosidad de la democracia respecto del capitalismo delictivo. La aprobación de la bicameralidad y la reelección es una gran noticia. Ahora toca complementar ello con otras reformas consecutivas, pero básicamente con la manutención de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, las llamados PASO, que le otorguen a la ciudadanía poder sobre las cúpulas partidarias, que tienen incentivos perversos para permitir la influencia de dichas mafias. Las PASO le rompen el espinazo a los dineros mafiosos que se quieren perpetuar en la vida política.

Tags:

Bicameralidad, Mafias, Primarias abiertas, reformas políticas

Lo que está pasando con la reforma universitaria es la mejor demostración de lo que sucede cuando un Parlamento sin legitimidad, sostenido por una alianza espúrea entre el fujimorismo, el acuñismo y el cerronismo, se desata las trenzas y empieza a gobernar el país.

La nueva Sunedu se ha convertido en mesa de partes. El mismo superintendente tuvo que admitir que este año 56 universidades han abierto 2.250 programas de pregrado y posgrado, sin la certeza de si cumplen con condiciones mínimas de calidad. Hasta el 2020, 38 universidades privadas y 27 públicas tuvieron que desmontar un total de 3.695 programas para lograr su licenciamiento. Esto porque no cumplían con condiciones básicas. Ahora tienen el libre albedrío para volver a abrirlas.

Terco en la estulticia, este Parlamento está desbocado. Quiere desaparecer el sistema judicial autónomo de pérdida de dominio, un mecanismo eficiente para combatir a la corrupción. Está en comisiones para su estudio. Pero lo que sí perpetró fue una salvajada como la de permitir absoluto libre albedrío en el uso de armas en legítima defensa; ahora se tendrá que esperar a que el juicio termine para detener al tirador. El Lejano Oeste traído a nuestras tierras.

Pero el Congreso, que según la última encuesta del IEP solo aprueba el 6%, sigue su marcha en la destrucción de la Junta Nacional de Justicia, sin importarle los argumentos jurídicos que ratifican que eso es una barbaridad sin fundamento. Si a la mayoría conservadora del Legislativo les irrita la composición ideológica de la JNJ pues que espere a que venza su plazo, que es el próximo año, y conforme allí una entidad más acorde a la composición parlamentaria novísima. Pero lo que se quiere hacer, inventando faltas graves donde, en el peor de los casos, solo hubo carencia de sindéresis (con el comunicado por Zoraida Ávalos), es un despropósito.

El odio a los llamados “caviares”, que comparten la derecha y la izquierda radical (véase reciente artículo de Vladimir Cerrón en el diario Expreso), podrá ser políticamente válido (aunque en el caso de Cerrón pasa más por sus desventuras judiciales, de las que acusa a los “caviares” que administran cuotas de poder en el Ministerio Público y el Poder Judicial), los está llevando a destrozar la separación de poderes. La referida encuesta del IEP ratifica ello. Un 64% está en desacuerdo con que el Congreso intervenga en el sistema nacional de justicia. El problema político de fondo es que a este Legislativo, ello ya no le importa. Ya perdió toda vergüenza y es capaz de las peores tropelías.

Tags:

Congreso, reformas políticas, Separación de poderes, Sistema judicial

Se va a necesitar un líder político comprometido con un espíritu radicalmente reformista, desde las orillas de la derecha, si quiere competir con éxito con la baraja que ya asoma desde la izquierda con potencialidades electorales (Antauro, Bellido, Bermejo, quizás Cerrón, Mendoza en mucho menor medida, Huillca, etc.).

No se ve en el horizonte mucho de dónde escoger. De los partidos vigentes no se asoma ninguno. Ni de Acción Popular, ni de Alianza para el Progreso, ni de Somos Perú, ni de Renovación Popular, ni de Fuerza Popular, ni de Avanza país, ni del APRA. Tendrá que ser alguien nuevo.

Pero ese candidato debe reunir algunos requisitos. Primero, carisma suficiente, sin duda. Segundo, seducción por el poder, esos que se “sacrifican” por el país no sirven. Tercero, clara filiación ideológica, nada de centrismos aguachentos. Cuarto, profundo compromiso con un capitalismo liberal que no mire de costado las reformas institucionales requeridas (salud y educación públicas, reformas político-electorales, inseguridad ciudadana, descentralización, estrategias anticorrupción, etc.).

No hay hasta el momento, a menos de tres años del proceso electoral (suponiendo que se realiza el 2026), liderazgos semejantes. Asoman algunos: Carlos Anderson, Roberto Chiabra, Rafael Belaunde, Carlos Espá y quizás alguno otro por allí, pero aún les falta madurar las variables señaladas. Por lo pronto, hoy parten con desventaja respecto de los de la orilla izquierdista, que ya cuentan con el 15% o más del voto asegurado (solo con el sur andino ya tienen ese bolsón fijo).

Un trabajo persistente, visitas a todo el país, desmarque de la estabilidad mediocre del gobierno actual, propuestas disruptivas y mucho tesón, son elementos que deberán caracterizar a estos nuevos liderazgos de la centroderecha, si quieren ser protagonistas exitosos de la justa electoral venidera.

Ojalá les dé el cuero y el tiempo. Nos jugamos el país en las elecciones próximas. Podemos perder lo poco que tenemos democracia y lo mucho que tenemos de libertades económicas, y entrar, ahora sí, a la órbita autoritaria, radical y populista de los regímenes de izquierda que se enseñorean en la región y de la que felizmente nos libramos con la expectoración legítima del nefasto Pedro Castillo del poder, pero cuyas sombras perviven en el imaginario popular.

Tags:

Candidatos de Izquierda, centroderecha, elecciones perú, Líder Político, reformas políticas

Y digo transitorias porque la crisis que tenemos de nuestro aparato político es estructural. Pululan por nuestra “clase” política novatos que buscan del ejercicio gubernamental el enriquecimiento fácil sin lealtad alguna y con agendas individuales más que de partidos. Con ese esquema, que viene desde los años noventa, es que el Perú ha ido trabajando políticamente. 

Hasta el 2017 había cierto consenso de no abrir la caja de pandora de la vacancia, pero después de la renuncia de PPK y las posteriores vacancias de Vizcarra y Pedro Castillo, el Perú ha entrado en una espiral de crisis continua que lo único que generará, si es que no se toma las medidas pertinentes, es la pulverización de la política en general. Llevamos, con aciertos y errores, 22 años de democracia. Un régimen político joven que necesita afianzarse a pesar de políticos inexpertos y novatos. 

Volvamos a pensar en los grandes pactos necesarios para darle un nuevo reimpulso al régimen democrático. Es lo que necesitamos. La opinión pública, en ese objetivo, juega un rol protagónico.

Tags:

Adelanto de elecciones, Democracia, Dina Boluarte, reformas políticas, transición
x