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[MIGRANTE DE PASO] “No se trata de cambiar el mundo. Se trata de hacer nuestro mejor esfuerzo antes de partir de éste, tal y como es. Consiste en respetar la voluntad de los demás y creer en la tuya” (Metal Gear Solid 3)

“No te lamentes, sé mejor” (God of War)

“Querer algo no te da el derecho de tenerlo” (Assasins Creed)

“Es increíble lo que una persona puede llegar a olvidar, pero más sorprendente lo que puede llegar a esconder” (Final Fantasy 7)

“Una espada no ejerce fuerza a menos que la mano que la sostiene tenga valor” (La leyenda de Zelda)

Despertamos temprano después de una noche de chancho, pavo y familia. Apresurados, con pijamas de Pokémon, bajamos las escaleras casi saltándonos los escalones. Nuestro pastor alemán nos resguardaba. Nuestros padres ya estaban junto al árbol, corrimos para abrir lo que Papa Noel nos había traído. Una enorme caja llamó nuestra atención: era un PlayStation 1. Todavía puedo escuchar nuestras carcajadas de júbilo y lágrimas de agradecimiento. No lo podíamos creer. Así comenzó nuestro camino de las mil aventuras.

Leche chocolatada y pan con pavo recalentado, de lo mejor que se puede comer. Fuimos temprano a Polvos Rosados, el paraíso de infancia para muchos limeños. -Maestro, hazme un descuento. Hace unos días te compré la consola -dijo mi padre regateando. Así me entere que el gordito de rojo y regalón no existía. Igual, qué importaba, teníamos el PlayStation.  Salimos con decenas de juegos pirata, era alucinante, podías comprar un juego a solo 5 soles. Los originales costaban 70 dólares. Las consolas chipeadas y los juegos baratos duraron hasta la segunda edición.

Por la voluntad de jugar - FOTO SNAKELlegamos a casa y por primera vez vimos el logo de Sony en la pantalla. Metal Gear Solid nuestro primer juego. Éramos un espía con la misión imposible de enfrentar super armas de destrucción masiva en nombre de la paz. Hideo Kojima, el creador, es un genio en todo su esplendor.  Todo el día jugando. Aprendimos a usar el control: es como montar bicicleta, uno nunca lo olvida. Nos enamoramos de Snake, el protagonista, y discutíamos por quién se parece más. Niños felices. Aprendimos a estar agradecidos por lo que teníamos y eso marcó en gran parte nuestra personalidad. La gratitud es clave para el buen desarrollo. Mas importante que la inteligencia y el talento.

Muchos subestiman lo que los videojuegos te enseñan, incluso creen que son un mal hábito. Probablemente es porque nunca los jugaron o simplemente no se dieron el tiempo de entenderlos. En mi opinión, basta la sonrisa de un niño para que ya sea algo bueno. Los juegos construyen las bases de un buen desarrollo cognitivo, forjamiento de vínculos emocionales, saber ganar, y, sobre todo, aprender a perder. La experiencia inmersiva hizo de los personajes mis compañeros, amigos y maestros. Viví miles de vidas y situaciones ajenas a través de ellos.  Son arte, aunque no lo crean, y grandes obras maestras narrativas florecieron de este concepto.

Por la voluntad de jugar - FOTO ZELDAFui un espía, un viajero en el tiempo en busca de conocimiento, un niño elegido por el destino para salvar al mundo, un humano que se vuelve el dios de la guerra por venganza, un fontanero que se enrumba en una aventura, una saqueadora de tumbas, un maestro Pokémon, un vigilante que cuida el inconsciente colectivo, el hijo de un demonio, un jedi, un futbolista profesional, Batman, un brujo, y muchos personajes más que aun llevo conmigo. Pero más importante que todo, un pequeño feliz.

Alrededor de esta caja mágica se fortalecieron amistades que continúan hasta hoy. Pasábamos noches enteras compitiendo, pensando juntos y disfrutando de estas historias. Todos lo recordamos con añoranza. Ahora somos inseparables, incluso estando lejos. Siempre estaremos el uno para el otro. Un grupo de chicos valientes y sensibles que compartieron experiencias nutritivas. Todos vivíamos situaciones diferentes y estos juegos eran nuestro escape. Potenció nuestra imaginación hasta niveles inimaginables. La idea que escapar es malo, es una tontería, la idea es no quedarse en el otro mundo, pero huir por un rato para luego volver es de las mejores maneras de afrontar alguna situación.

Existen diversos estudios sobre los beneficios de los videojuegos. Al encontrarse en situaciones donde tienes que mapear el ambiente y reaccionar rápidamente ante ataques o derrumbes, aumenta la capacidad de respuesta. Los juegos están llenos de enigmas y acertijos, también están los juegos cooperativos, se tiene que pensar en conjunto para resolverlos y a veces varias mentes son mejor que una; de esta manera, se fomenta el trabajo en equipo y eso se refleja en la realidad. De la mano con lo anterior, los juegos dan libertad para superar los enfrentamientos, entonces se desarrolla una mejor capacidad de estrategia y liderazgo.

Otro gran aporte se da en el leguaje. La mayoría de juegos está en inglés. Me atrevo a decir que el 50% de mi vocabulario en el idioma foráneo se lo debo a los juegos. La historia misma te obligaba a conocerlas y qué mejor que aprender jugando. La suma de todos estos aportes aumenta el pensamiento crítico de las personas y aún más a temprana edad. Las mejores personas son aquellas que pueden llegar a sus propias respuestas y decisiones basándose en su propio criterio. Si todos recibieran estos incentivos el mundo sería mejor.

FOTO DARK SOULS

La travesía virtual aumentó al descubrir los juegos RPG (Role Playing Game) donde uno crea a su propio personaje en un mundo abierto, donde se permite explorar de manera no lineal. Cada juego de este estilo consiste en subir habilidades según la experiencia que se va ganando. Es totalmente inmersivo y la imaginación vuela. Mi hermano me dijo una vez que yo estaba atormentado y confundido de sentido: “Mira la vida como subir habilidades, como los juegos RPG”. Sigo pensando así, aprendí de esa forma a disfrutar del entrenamiento y adquirir conocimientos. Puede ser desde aprender a cocinar hasta leer los libros complejos.

Ahora que vivo lejos, estos juegos mantienen la cercanía con las personas con las que los comparto por las modalidades online. Todas las semanas hablo con mis amigos por ese medio y se siente como si estuvieran sentados a mi costado. Es hora de romper el tabú de los videojuegos e incluso fomentarlos, sólo son malos cuando se utilizan exceso, como cualquier otro estimulo existente. Hay que mantener vivo al niño interior que tenemos dentro: si lo dejamos morir estamos renunciando a la vida.

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Dentro de las habilidades que las empresas buscan para su personal, la capacidad de aprendizaje o “learnability”, en inglés, se ha convertido en uno de los atributos más demandados, según lo que recoge la “Guía década 2020: 20 competencias contra la exclusión laboral”, elaborada por la Fundación Adecco.

El documento explica que esta habilidad permite aprender nuevos conocimientos por parte de los profesionales, y que estos tengan la capacidad de progresar constantemente, escuchando e interactuando con los demás. Por su importancia, esta habilidad es preocupación de cada profesional, pero las compañías también se están preocupando de fomentarlo.

Para Teresa Martín-Retortillo, presidenta ejecutiva de Exponential Learning en IE University, el aprendizaje continuo también consiste en proveer a las personas de la oportunidad de mejorar sus destrezas y talentos en su lugar de trabajo, en lo que denominada una mentalidad de aprendizaje BYOL (trae tu propio aprendizaje, por sus siglas en inglés).

“Los líderes empresariales deben posicionar esta formación como una prioridad y dar ejemplo demostrando que renuevan constantemente sus conocimientos. Las ideas, habilidades y competencias son una herramienta estratégica para lograr la competitividad de la organización”, comenta para el portal IE Insights.

¿Cómo aprendo mejor?

En base a los estudios que se han realizado hasta ahora sobre la forma en la que el cerebro conecta la información y genera conocimiento, Héctor Ruiz, biólogo, investigador y autor del libro “Aprender a Aprender”, sostiene que las técnicas habituales de los estudiantes de trasnochar, memorizar o dejar todo para el último día, son completamente inútiles para un verdadero aprendizaje.

En entrevista para el diario El Heraldo, recomienda en cambio, estudiar intentando reconstruir lo que se acaba de leer, en sus propias palabras. Esta repetición –señala- permite también que la persona sepa qué parte, efectivamente, ha aprendido y cuál falta por asimilar.

“En el examen no les piden que lean, sino que evoquen, y para recordar necesitamos haber generado caminos que nos permitan llegar a lo que queramos recordar. Nuestra memoria se activa automáticamente, no por orden alfabético”, explica.

La técnica de explicar lo comprendido para reforzar un aprendizaje también es conocido como método Feynman por el físico estadounidense que lo aplicaba.

Otra fórmula para aprender, pero también para ser más productivo es la técnica Pomodoro, creada por el italiano Francesco Cirillo, y que se basa en dividir el tiempo disponible en bloques como de 25 minutos durante los cuales no se debe admitir ninguna interrupción y tomar inmediatamente después un descanso como de 5 minutos.

Este método de estudio se ha convertido también en una forma de administración del tiempo para mejorar la productividad.

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Muchas veces nos ha sucedido que cometemos un error y es difícil de asimilar, por lo que nos rehusamos a admitirlo en lugar de asumirlo y enmendarlo. En estos casos nuestro sesgo de confirmación se impone y provoca que comencemos a buscar cómo probar nuestras creencias.

Carol Tavris, psicóloga social y coautora del libro Mistakes Were Made (But Not by Me) explica esto como una disonancia cognitiva, o el estrés que experimentamos al tener dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias. “La disonancia cognitiva consiste en lo que sentimos cuando el concepto que tenemos de nosotros mismos se ve confrontado por el hecho de que lo que hicimos no fue lo mejor, que lastimamos a otra persona y que esa creencia no es verdad”, dice la autora.

Estas son algunas formas prácticas de empezar a aceptar los errores y a partir de ello, mejorar:

No te castigues

Perdónate y regálate un espacio para asimilar lo ocurrido. Desear la perfección a veces hace que seamos muy duros cuando las cosas no salen como esperábamos. Sé amable contigo mismo y mira hacia adelante.

Hazte responsable de tus actos

Si tomaste una decisión concreta, probablemente en ese momento creíste que era lo más conveniente, por lo que no es necesario que trates de buscar la forma de justificarte.

No tropieces con la misma piedra

Aprende la lección a partir del error y exprime al máximo esa experiencia. Si en una próxima ocasión te encuentras nuevamente en una situación similar, recuerda que una vez te equivocaste para ahora escoger una mejor opción.

No te rindas

Que un error no sea pretexto para frenar tus sueños o planes a futuro. Piensa que sólo ha sido una forma de saber por dónde no debes ir y que esto te ayudará a seleccionar mejor tus caminos.

No te compares

A veces nuestro afán por ver a los que tenemos alrededor nos carga con cierto peso en las espaldas. No te pretendas vivir la vida de otros, pues admirar a terceros no implica que no se hayan equivocado o que estén en el camino correcto. Cada uno tiene su evolución y proceso. Céntrate en ti mismo y deja atrás las comparaciones.

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