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¿Alianza a la vista?
Por:
Debate
13.04.2022
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La derecha, tal como está encaminada, no va a ganar las próximas elecciones y menos ante un candidato potente y elocuente como Antauro Humala, quien, sin duda, va a presentarse. Tiene que surgir un centro liberal, capaz de convocar votantes de un amplio espectro, conscientes del peligro nacional que una aparición protagónica o triunfal, del etnocacerista, supondría para el país.
-La del estribo: recomendable el libro ¿De qué colegio eres? La reproducción de la clase alta en el Perú, editado por el IEP y bajo la autoría de Luciana Reátegui, Alvaro Grompone y Mauricio Rentería, que analiza el funcionamiento de dicho sector de la sociedad en función de los trazos sociales establecidos a partir de su formación escolar. Ya desde el nombre del libro anticipa su carácter, ya que esa es una de las preguntas que suelen emplearse en el Perú como una suerte de scanner clasista cuando se quiere ubicar a alguien en la pirámide social del país.
Hasta un 20% de la totalidad de los candidatos al Congreso puede ser designado sin pasar por elecciones primarias/internas, tanto entre afiliados como no afiliados. Esta opción permitiría el ingreso de invitados, aunque es común que esta opción se utilice para evitar que los dirigentes que deseen ser candidatos tengan que pasar por elecciones primarias/internas.
Los partidos políticos que presenten candidatos deben entregar al JNE su respectivo plan de gobierno de acuerdo con el nivel de elección que corresponda.
Solo los partidos con representación en el Congreso podrán recibir financiamiento público directo. Los partidos no pueden recibir aportes de instituciones estatales, organizaciones religiosas o personas jurídicas con fines de lucro. Podrán recibir aportes de personas naturales o jurídicas sin fines de lucro cuando los aportes sean dedicados a formación, capacitación e investigación.
En conclusión, parece que la tarea de inscribir un partido es factible. Lo que parece más complicado es encontrar a las personas capaces y honestas que estén dispuestas a ocuparse del liderazgo, organización y propuesta que se necesitan para obtener buenos resultados. Lo cual es difícil dado que la actividad política implica mucho sacrificio.
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¿Qué candidatos lideran las encuestas en Arequipa, la segunda región del Perú, pesimamente liderada en los últimos años? ¿Quiénes lideran las preferencias en Moquegua, Cajamarca, y otras regiones mineras claves para el país? En Lima, no se oye, padre.
Nuestra atención sigue volcada en si nuestro futuro alcalde será López Aliaga o Urresti. Es sin duda momento de que los medios nacionales, e incluso limeños, volteen a mirar también a las regiones. Y si los medios tradicionales no lo hacen, ojalá os nuevos medios digitales que han surgido tomen ese rol.
*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.
Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 156: Cuando la democracia está en juego, es deber de los demócratas pronunciarse. Y analizamos los escenarios detrás del mensaje de Sagasti rechazando el discurso golpista.
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Lima – Perú
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Las redes sociales y servicios de mensajería nos permiten compartir información rápidamente y estas pueden resultar un arma de doble filo, sobre todo en temporada electoral como la que estamos viviendo ahora. La misma inmediatez con la que podemos compartir esta información evita que nos aseguremos de compartir datos fidedignos.
Durante los últimos años se popularizó el término “noticias falsas”, que es información fabricada, manipulada y comprobada como falsa, normalmente hechas para perjudicar a otras personas y muchas veces con intereses políticos o lucrativos. Estas han existido siempre, pero hoy día, una información falsa se puede viralizar en un instante.
Expertos de BBC News, recopilando información de NewsLitTip, el Consejo Nacional de Justicia de Brasil (CNJ),y Factcheck.org recomiendan lo siguiente:
Muchas veces las notas son construidas con titulares vendedores para atraer la atención de los lectores. Esto también es conocido como “clickbait”, pues el fin único es atraer clicks y no necesariamente informar al público.
Mira la información que acabas de recibir. Si se trata de una cadena de WhatsApp sin autoría o sin enlace, lo más acertado será desconfiar y, preferentemente, no compartirla. Revisa si cuenta con autoría, si se trata de una fuente legítima en la se haya confiado en el pasado. Investiga el nombre del medio o del autor en Google para ver qué más hizo esa persona y para qué medios trabaja. Presta atención a si el sitio que reprodujo la información publica desde un lado político con algún sesgo ideológico.
Si es verdadera, es probable que otros medios confiables hayan reproducido esta información. Si es falsa, puede que algunos sitios de verificación de datos hayan determinado que se trata de un rumor o desinformación. En el Perú contamos con la Red Ama Llulla que se encarga de verificar información en este contexto electoral.
Revisa si esta información menciona acontecimientos verificables, declaraciones de autoridades, o cifras oficiales. Verifica también el contexto, así como la fecha de publicación. Sacar una noticia de contexto y divulgarla en una fecha diferente es una forma de desinformación.
En tiempos electorales, los fake news, abundan en internet y en las redes sociales.
¿Es creíble la moderación de Pedro Castillo, manifestada en una comentada entrevista radial en Exitosa? ¿Estamos siendo testigos de la “ollantización” del candidato más radical que ha pasado a una segunda vuelta en la historia electoral peruana de los últimos lustros? ¿Castillo se está poniendo el polo blanco? ¿Vladimir Cerrón será dejado de lado como operador político y mentor ideológico?
Es difícil que algo así suceda. Desde un punto de vista puramente pragmático, Castillo corre riesgos con ello. Eventualmente, puede ayudar a que el antifujimorismo no ceda (hay muchos votantes de centro y derecha que ante la moderación de Castillo han reencontrado razones para no tener que taparse la nariz y votar por Keiko), pero puede perder un nicho electoral, que ya en algunas redes sociales radicales empieza a manifestar su disconformidad respecto a este giro narrativo del profesor cajamarquino. Y que no es poco. Debe ser un 7 u 8% ese electorado radical. Su desencanto de Castillo puede llevarlo a perder la segunda vuelta.
Lo dicho no nos hace soslayar, sin embargo, y preguntarnos por qué la reacción histérica de la derecha respecto de esa eventual moderación. Hay los que creen que es pura estrategia electoral y por ende increíble y hasta denunciable, pero hay a quienes les irrita porque creen que es genuina y que con ello se asegura el triunfo electoral definitivo.
Pienso, por el contrario, que ojalá Castillo, quien puede ser Presidente del país, se acerque, por ejemplo, a las posturas de Verónika Mendoza y Juntos por el Perú, y que sea esta agrupación la que le ponga los cuadros tecnocráticos en caso llegase al poder. JPP no tiene muchas armas de negociación, su votación ha sido menor y su bancada es exigua, pero tiene cuadros que Castillo no tiene.
Si eso ocurriera, en el escenario de un eventual triunfo de Castillo, al menos no veríamos desplegada la psicopatía ideológica del cerronismo, sino una postura más centrada y viable como la que prometían los Pedro Francke u Oscar Dancourt (era un delirio ultraderechista acusarlos de chavistas).
Igual, en perspectiva, sería un retroceso para el país. Un plan económico de izquierda, por más moderado que sea, no es lo que el Perú necesita en estos momentos. Lo que urge es un shock de inversiones capitalistas sumado a la reconstrucción de un Estado eficaz e inclusivo, que deje de alimentar a los antisistemas que hoy se expresan mayoritariamente por la opción radical de Castillo. Y eso solo lo puede ofrecer una derecha liberal. Pero al menos esa izquierda moderada no sería el salto al abismo que el plan original de Perú Libre implica.
Hay que seguir observando los movimientos de esta campaña. Cada pieza forma parte de un rompecabezas que se está armando y hay que mirarlo así, en perspectiva. Falta mucho trecho por recorrer.
El candidato Pedro Castillo ha empezado a moderar su discurso confrontacional. Intuye que con la persistencia radical de finales de primera vuelta y primeros tiempos de la segunda podía ir amasando un antivoto importante (ya la encuesta de Datum muestra que hay tanto anticomunismo cojo antifujimorismo).
Con ello desafía a Keiko Fujimori, quien tiene tremendo reto por delante. No le basta el terruqueo ni el antichavismo, aunque el argumento sí resuena. Ha empezado una eficaz campaña de marketing peruano/antiperuano, que es tan potente como la de Castillo pobres/ricos, pero aún así, eso no le será suficiente.
La candidata de Fuerza Popular debe asegurar la defensa del modelo -fuente primigenia de su base electoral-, pero a la vez debe reducir el enorme antivoto que sufre y, no bastando con ello, debe recuperar el espíritu auroral anti establishment del fujimorismo.
Quien mejor exprese el humor ciudadano, su malhumor para ser más preciso, podrá conquistar a los sectores populares, muchos de los cuales no han sido beneficiarios del modelo económico y otros han sido expulsados de sus logros por culpa de la recesión pandémica.
A ellos se suma el enorme bolsón poblacional de gente que no recibe nada del Estado y así identifica al modelo. Con una salud pública de país del cuarto mundo, con una educación pública que no es inclusiva ni igualitaria y con una seguridad que parece coto exclusivo de los ricos, no hay ciudadanía capaz de ser integrada al statu quo.
¿Cómo lograr que la defensa del modelo comulgue con la crítica al Estado asociado a él? Ese es el desafío de Keiko Fujimori y de la derecha peruana en general. Castillo, y la izquierda en particular, la tienen más fácil. Su discurso antisistema prende con mayor facilidad (en gran medida, el fracaso electoral de Verónika Mendoza pasa por haber rebajado ese perfil confrontacional en el tramo final de la primera vuelta).