José Antonio Mazzotti

[LA TANA ZURDA] Luego de su aparición el 2020 en Lima por el sello Hipocampo Editores, la reciente aparición en Nueva York del poemario Nawa Isko Iki / cantos amazónicos de José Antonio Mazzotti en edición bilingüe inglés-español (por Pro Latina Press) sitúa a su autor dentro de los grandes vates de la diáspora peruana en los Estados Unidos, aparte de su ya reconocida trayectoria en el contexto de la literatura latinoamericana. No solo eso: el prestigioso sello francés Éditions de l’Harmattan acaba de anunciar para dentro de muy poco una edición francés-español en París. Al llevar el mundo del Amazonas a un ámbito internacional, Mazzotti pone sobre el tapete la urgencia de una reflexión sobre esta vasta región amenazada por la deforestación y la extinción de grupos humanos y de una increíble diversidad biológica y cultural. Y lo hace con versos de impactantes imágenes que se originan dentro del ámbito de la misma selva para relatar leyendas y mitos e historias relacionadas con esta región.

Los poemas de Nawa Isko Iki derivan de un trabajo de campo de varios años con la comunidad iskonawa, en la selva de Ucayali. Hasta hace algunos años se pensaba que esta nación originaria estaba extinguida, pero gracias al equipo de investigación liderado por Mazzotti (en el que se cuenta el reconocido lingüista Roberto Zariquiey) se pudo hacer el primer trabajo de documentación amplia, que incluyó una pormenorizada gramática, el primer vocabulario y la primera recopilación de la tradición oral iskonawa. La lengua que hablan los miembros de esta comunidad es una de las diecisiete sobrevivientes de la familia pano, de notable importancia en nuestro territorio. Lamentablemente, el iskonawa, a diferencia de sus lenguas parientes como el shipibo-konibo y el cacataibo, cuenta con apenas unos veinte hablantes reconocidos y posiblemente un grupo más amplio (se calcula que unos 80) que aún viven en aislamiento voluntario en la Sierra del Divisor, su hábitat milenario, entre Perú y Brasil. Por eso, es absurdo hablar en Nawa Isko Iki de «apropiación cultural», como les gustaría decir a algunas «zorroras» que nunca han metido el pie en el barro de un río de la selva. Se trata de un trabajo consciente de recuperación, poetización y difusión aceptado por la comunidad porque eso empodera su agenda por la lucha de reconocimiento y mayores derechos. En ese sentido, Mazzotti se convierte en lo que los movimientos indígenas contemporáneos llamarían un aliado activista, estratégico en este caso por la visibilidad internacional del autor del poemario.

En Nawa isko Iki (que literalmente significa «soy del pueblo isko») la musicalidad del verso trasciende el lenguaje y lo reproduce también en el inglés, ya que Mazzotti mismo reescribió los poemas en la lengua de Whitman. Gran acierto es conservar en los poemas las palabras nativas que, pese a tener traducción al español y al inglés, connotan sabores, colores y sonidos inéditos en ambas lenguas. Asimismo, se logra con acierto en los versos en inglés la aliteración y la sutileza y sensualidad de las imágenes, muchas de ellas relacionadas con el carácter altamente erótico de las relaciones entre seres humanos y no humanos que habitan en la Amazonía. Al igual que en el castellano, donde la cadencia marca un ritmo propio del verso que le da gran vitalidad, en el inglés también se respeta esa intensidad para recrear el mundo mágico amazónico y la cosmovisión que privilegia la identificación entre humanos y otros seres vivientes.

Por ejemplo, mediante un lenguaje lúdico y elevado, el poeta recrea situaciones analógicas entre los animales para referirse a ciertos aprendizajes y valores. Así, aparecen el delfín de pecho rosado seductor de jóvenes mujeres, el Chullachaki o demonio multiforme que engaña a los extraviados y se los lleva al interior de la jungla, el perezoso que se embarca en una relación sodomítica con un hombre solitario, o el individuo que se transforma en huagana por amor. Cada uno de los poemas nos relata un origen, una experiencia de aprendizaje, un valor vital o una situación mundana donde los personajes son los que ofrecen alternativas y perspectivas para reflexionar sobre la vida misma.

La voz poética se identifica en su totalidad con la cosmovisión de la nación iskonawa, lo cual no es poco mérito. Como dijo en su momento el reconocido crítico Ricardo González Vigil, se trata de una de las mejores muestras de poesía latinoamericana con temática amazónica.

José Antonio Mazzotti estará visitando el Perú dentro de muy poco para realizar una serie de presentaciones, que incluyen también las de su nueva antología Murmullos del delfín Koshoshka, que edita el sello Némesis, dirigido por el poeta Manuel Kentore. Estemos atentos. Y salud (con masato) al poeta.

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Comunidad Iskonawa, Derechos Indígenas, José Antonio Mazzotti, Nawa Isko Iki

Y después vino Castillo de popa en 1988, un libro cargado de una visión adolorida y sin embargo sumamente crítica del ser nacional, con un estilo dialogado e incursiones por la tradición literaria, en la que Lima aparece una y otra vez como escenario de múltiples vicisitudes poéticas y vitales.

Así, el proyecto LimaLee de la Municipalidad de Lima acaba de lanzar en formato digital la antología PoeLimas: poemas de la Ciudad de los Reyes, que contiene textos relativos a nuestra ciudad publicados a lo largo de cuarenta años de fecunda labor literaria. ¿Dónde encaja, pues, PoeLimas en el conjunto de los libros de Mazzotti? El poeta ha indagado sobre la capital una y otra vez por medio de su escritura. Incluso en su libro más reciente dedica un poema a la ciudad, dejándola no muy bien parada. Me refiero a «Un mapa de Lima», que forma parte del conjunto Poemas posthumanos (2022):

En el pulmón derecho, que parece

Un mapa de la América del Sur,

Ha crecido una planta solitaria

Justo en el centro oeste, en la planicie

Que corta con cristal la espuma sucia, recorre

Su barro como boa que se arroja del nevado

Robando rocas, troncos, las vaquitas infladas

Y piedras de plástico prendidas a las bolsas.

Esa pequeña flor carnívora se hunde en su salsa

Y ya no será nunca la ciudad de los jardines

Ni de la costa del musgo rutilante en la niebla.

Sus extrañas coronas fúngicas celebran

Cada año un nuevo centenario

Creyéndose invencibles.

Mazzotti, pues, retoma la historia y la convierte en su propia poética, en que Lima ya no es la idealizada ciudad jardín ni tampoco «la horrible», como quisieron César Moro y Sebastián Salazar Bondy. Lima es más bien una flor carnívora que devora a sus habitantes y su medio ambiente, aunque el poema se refiere específicamente a los sectores dominantes, que han hecho de la urbe el recinto desde el que dirigen su explotación del país. Es decir, la voz lírica recurre a la situación de Lima para evocar un análisis de su estatuto ambiguo, donde si bien el poeta explora una tendencia melancólica y nostálgica también critica y denuncia el estado precario al cual la ciudad condena a sus habitantes.

Como dice Mazzotti en el prólogo de PoeLimas, confesando su amor ambivalente por su urbe natal, «Los poemas de este libro son prueba de ello y, a la vez, un homenaje. ‘La horrible’ siempre tendrá cantores. Me alegro y me honro de contarme entre sus filas».

Gracias a Dios, Poeta limensis habemus.

(*PoeLimas puede descargarse gratuitamente a través del portal de LimaLee, hermosa iniciativa dirigida por John Martínez, con decenas y decenas de libros valiosos al alcance del público masivo:

https://www.descubrelima.pe/general/poelimas/?fbclid=IwAR1PkiVbS9NLQJ3Fn4kbuEfjQkYvQnoW0KNmb9V9OH64Jm0yep-url0i7UA&utm_source=pocket_mylist )

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José Antonio Mazzotti

Bajo protocolos sanitarios y siguiendo gradualmente la reaparición de eventos sociales y culturales en formato presencial, el pasado jueves 5 de agosto se festejó por todo lo alto en Vallejo Librería-café de San Isidro la aparición de ARGUEDAS GLOBAL: INDIGENISMO EN EL NUEVO MILENIO, un volumen de ensayos que ofrecen perspectivas novedosas sobre el autor de Los ríos profundos, situándolo en un contexto contemporáneo y en función de los problemas actuales producidos por el modelo económico neoliberal.

Desde los testimonios de Carmen María Pinilla, quizá la mayor biógrafa de Arguedas, y del reconocido antropólogo Luis Millones Santa Gadea, pasando por las investigaciones de las críticas norteamericanas Tara Daly, Irina Feldman, Karen Spira, o las checas Tereza Halzuková y Anna Housková, o los peruanos Santiago López Maguiña, Daniela Dolorier y Cecilia Monteagudo, y muchos más de Chile, Cuba, España, Brasil y otros países, ARGUEDAS GLOBAL cumple con establecer una lectura múltiple y actualizada del gran escritor desde las corrientes críticas y teóricas del momento, sobre todo el llamado “giro decolonial”.

Como dice el editor del libro, José Antonio Mazzotti: “¿Por qué Arguedas mantiene su importancia y la acrecienta mientras avanza el ya no tan flamante milenio? Todo parecería indicar que, con la implantación y auge del sistema económico neoliberal desde la década de 1980 y la consiguiente (an)globalización de todos los ámbitos del quehacer social, la especificidad de las culturas originarias y locales habría perdido vigor y se encuentra en proceso de desvanecimiento. Esto puede ser cierto en determinados niveles de la producción cultural, como se constata, por ejemplo, en la alarmante desaparición de las lenguas originarias en América Latina, proceso que se inició con la invasión europea desde finales del siglo XV, pero que se ha acelerado en las últimas décadas precisamente debido a la mayor efectividad de las políticas extractivas y discriminatorias de los mal llamados estados ‘nacionales’ de la región. Sin embargo, muy lejos de abogar por un regreso al pasado (la quimérica ‘utopía arcaica’ que le achacó Mario Vargas Llosa), Arguedas sorprende por la versatilidad de su visión del mundo andino como un todo cambiante que, incluso, puede aportar vías de conocimiento y soluciones a problemas agudos que son consecuencia directa del modelo económico neoliberal, como la marginación de los pueblos originarios, el calentamiento global y la deforestación”.

Hace falta, pues, mirar con nuevos ojos la obra de nuestros autores mayores, pues todo indica que siguen teniendo cosas importantes que decir. Arguedas no ha muerto, sino todo lo contrario. Los que andan como muertos vivientes son aquellos políticos e intelectuales que apuestan por dictaduras corruptas y depredadoras.

El libro está dividido en cinco partes y contiene veinte artículos y un enjundioso prólogo escrito por el propio editor (Mazzotti), quien nos ofrece una visión esperanzadora en la obra arguediana. Los trabajos formaron parte de un simposio internacional realizado en Casa de las Américas, Cuba, en noviembre del 2019. Fue publicado por el Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo, bajo la dirección de Joel Acuña, en convenio con la Asociación Internacional de Peruanistas y la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana.

Sigamos leyendo a Arguedas, que aún tiene mucho que ofrecer. Este libro lo demuestra.

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Indigenismo, José Antonio Mazzotti, José María Arguedas

Empiezo esta columna con una frase que para muchos pasará como normal: “Se los dije”. Me refiero al triunfo del profesor Castillo, cuya candidatura he apoyado tratando de despejar prejuicios desde antes de la primera vuelta.

¿Pero por qué “se los dije” pasa como normal y no lo es? Porque el “lo” se refiere al objeto directo singular (“les dije que ganaría Castillo”). Cuando usamos dos pronombres, uno para el objeto directo y otro para el indirecto, ambos mantienen su condición plural o singular. Pero en Lima se habla de cualquier manera y pluralizamos el objeto directo para enfatizar que el público es el plural, aunque el “lo” no se refiera a ellos. Muchos limeños siguen diciendo “se los dije” (a ustedes, el triunfo de Castillo), o “se los traje” (el pan) o cualquier otra forma semejante. La forma correcta, en este caso, es “se lo dije”. A secas.

Lima, pese a su autocomplaciente prejuicio, no es el lugar donde se habla el mejor castellano. Este resabio colonial viene sin duda de haber sido por dos siglos la capital política y cultural de Sudamérica hasta que se fundaron los virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata en el siglo XVIII. Entonces empezó la “decadencia” de Lima como trono de la cultura europea en América del Sur.

Pero los hábitos mentales son difíciles de desarraigar. Los limeños fueron creciendo en número gracias a la migración interna y externa; sin embargo, el estamento original de los criollos hijos y nietos de conquistadores y comerciantes españoles mantuvo una rivalidad de intereses con los peninsulares y poco a poco logró un férreo control de las instituciones, sobre todo a partir de la independencia.

Este criollismo es el que critica el gran Sebastián Salazar Bondy en su clásico ensayo Lima la horrible, de 1964. Allí nos pinta con lujo de detalles cómo Lima después de 143 años de la independencia seguía siendo la urbe racista y clasista que discriminaba a los habitantes del Ande y a los mestizos que “se atrevían” a vivir en la ciudad.

Más cercanamente, el 2016, otro gran ensayista y poeta, José Antonio Mazzotti, publicó un libro fundamental para entender el criollismo peruano: Lima fundida: épica y nación criolla en el Perú. La novedad de Mazzotti está en plantear que en Lima se fue forjando desde el siglo XVI un sentido de nacionalidad étnica que se mantuvo diferenciable del resto de naciones que habitaban y habitan el territorio peruano. Y pese a su elitista exclusivismo, los criollos siempre estuvieron y a veces adoptaron hábitos y símbolos del interior para validar su supuesta representatividad. Mazzotti acuña el título de libro (Lima fundida) a partir del célebre poema de Pedro Peralta Barnuevo, Lima fundada, de 1732, en que el sabio limeño glorifica las hazañas de Pizarro y los conquistadores.

Mazzotti le da vuelta al título de Peralta y nos explica las limitaciones y prejuicios de muchos limeños, sin darse cuenta de que a veces caen en el ridículo histórico con sus hábitos mentales coloniales. Y encima hablando mal.

“Se los dije”. Lima está fundida.

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Elecciones 2021, José Antonio Mazzotti, Lima
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