[La Tana Zurda] Esta semana se llevará a cabo el primer Festival Yana Runa, un evento cultural único en su tipo que fusiona la riqueza musical afro-peruana con los sonidos ancestrales andinos. Esta propuesta, organizada por el Centro Cultural Amador Ballumbrosio bajo la dirección de Miguel Ballumbrosio, busca celebrar el talento nacional y destacar la diversidad cultural del Perú. Este encuentro no es solo una muestra artística, sino también un homenaje al mestizaje y a las raíces compartidas de nuestra identidad como país.

Del viernes 24 al domingo 26 de enero, el festival ofrecerá una programación variada que incluye presentaciones musicales, talleres, clases y convivios culturales. Estas actividades no solo invitan a disfrutar de la música, sino también a reflexionar y dialogar sobre su importancia como vehículo de memoria histórica y construcción comunitaria. Cada día contará con un programa diseñado para que los participantes puedan interactuar con los artistas y aprender directamente de ellos, fortaleciendo así el vínculo entre público, profesores invitados y creadores.

Además de disfrutar de espectáculos de alta calidad, los asistentes tendrán la oportunidad de participar en sesiones de danza, cajón, violín y zapateo, lideradas por miembros de la emblemática familia Ballumbrosio, guardianes y difusores de la tradición afroperuana. Lucy Ballumbrosio, miembro clave del equipo organizador, comenta: “Estamos emocionados de construir juntos este festival que hará brillar a El Carmen. ¡Creemos que superará todas nuestras expectativas! ¡Únete a nosotros en el primer festival hecho por carmelitanos, para los carmelitanos!”

Entre los artistas invitados destacan “La Picante”, Renata Flores Rivera, “Herencia Criolla”, “Kayfex”, “Cosa Nuestra”, “Del Pueblo y del Barrio” y, por supuesto, la “Familia Ballumbrosio”. Esta selección de talentos promete una experiencia inolvidable que resalta la riqueza musical tanto de la herencia afroperuana como de la tradición andina, mostrando además el potencial de sus fusiones. La interacción de estos estilos no solo es una apuesta artística, sino una afirmación del mestizaje como una de las vías de exploración de la cultura peruana.

Este proyecto, liderado por Miguel Ballumbrosio y respaldado por su gran equipo, representa un esfuerzo significativo por revalorar y proyectar el patrimonio cultural hacia nuevos horizontes. En un mundo donde la globalización amenaza con homogeneizar las expresiones artísticas, iniciativas como el Festival Yana Runa demuestran que es posible abrazar nuestras raíces mientras se crean nuevas formas de diálogo cultural.

Es fundamental reconocer el impacto social y cultural de eventos como este, que no solo celebran la música, sino que también fortalecen la identidad y la memoria colectiva de comunidades como El Carmen, un lugar profundamente ligado a la historia afroperuana. Proyectos de esta índole merecen apoyo y patrocinio para garantizar su continuidad y expansión.

Así que este fin de semana, todas las miradas están puestas en Chincha. No solo por la música, sino por la reivindicación de un legado que sigue vivo en cada zapateo, cada cajón y cada nota que resuena desde el corazón del Perú. ¡Vamo’ pa’ Chincha, familia! Este es un llamado a celebrar lo que somos, a reconocer nuestra diversidad y a encontrar en ella una razón para seguir creando juntos.

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Cultura, festival, fusión, Música

[La Tana Zurda]  Aún me embarga una profunda tristeza y nostalgia por no haber podido despedir en Lima a mi gran hermano del alma, José Antonio Mazzotti. Sin embargo, me siento orgullosa y reconfortada por la forma en que su familia y amigos cercanos en Lima le brindaron un adiós a la altura de lo que él hubiera querido. Fue una despedida que resonó con su espíritu: una chalana, que había sido previamente bautizada por su dueño con el nombre de su madre, Rosa Elvira, surcando las aguas del mar en la Costa Verde, con una puesta de sol y de lluvia que parecían invocar la presencia de los Incas, al reflejarse en los colores del arco iris. La imagen, mágica y espléndida, se desplegó en la mañana del sábado 4 de enero, un día que quedará grabado en mi memoria como una despedida que, a su manera, encapsuló la esencia de lo que José Antonio fue: inmenso, luminoso, indomable.

Quince personas, todas cercanas a José Antonio, salieron de su casa en La Aurora en Miraflores y se dirigieron en tres autos hacia el muelle de Chorrillos en la Costa Verde.

Llevaban consigo las cenizas de nuestro gran poeta, rumbo al Cementerio Marino, mientras un pájaro blanco los acompañaba en su viaje silencioso. En el aire, sonaban las notas de una canción que su viuda, Bárbara Corbett de Mazzotti, y su buen amigo, el poeta Manuel Liendo habían seleccionado para esa ocasión, las canciones favoritas de José Antonio: “Amigo” de Roberto Carlos y “Wish You Were Here”, de Pink Floyd, temas emblemáticos de la época en que José Antonio y Bárbara compartían su tiempo universitario. La melodía resonaba como un himno de despedida, como un suspiro nostálgico que rememoraba aquellos días dorados, mientras el paisaje urbano de Lima se desvanecía lentamente tras ellos.

En un instante de profunda intimidad, y mientras aún sostenía el sobre que contenía las cenizas de nuestro querido poeta, Bárbara hizo un llamado solemne. Uno por uno, los presentes se despidieron, abrazando ese sobre de cartón biodegradable que simbolizaba el cuerpo de José Antonio, arrojado ahora al vasto mar que tantas veces lo inspiró. Manuel Liendo, testigo de aquel acto tan significativo, compartió con nosotros el momento exacto: “Bárbara arrojó al mar el sobre, un intenso sol cayó sobre el mar y sobre nosotros. Un calmo Océano Pacífico, que hacía tan solo unos días había estado encrespado, recibía la enorme vastedad de nuestro querido hermano”. Fue un gesto de despedida que evocó no solo la grandeza de su ser, sino también la inmensidad de su legado, que se diluía en el océano, pero que jamás se perdería.

Así, con una ceremonia tan sencilla como profunda, le dieron el adiós que él merecía, un adiós acorde con la magnitud de su figura. José Antonio Mazzotti fue, sin lugar a dudas, uno de los más grandes poetas, académicos e investigadores que el Perú haya dado. Su obra brilló no solo en el ámbito de la poesía, sino también en la crítica literaria, en sus estudios sobre el Inca Garcilaso de la Vega y en su conocimiento profundo de la poesía mundial. Publicó más de una docena de poemarios y recibió premios y reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional. Un hombre cuya huella era imposible de borrar, quien dejó una marca indeleble en cada disciplina que tocó.

Lo irónico, sin embargo, es que, en su propia tierra, Perú, muy pocos recuerdan o valoran adecuadamente su enorme aporte. A veces, resulta hasta cómico ver cómo los vacíos y las omisiones resaltan aún más la presencia de los grandes olvidados (destaco aquí el risible e inestable “olvido” de Pera en su reciente “In Memoriam. Literatos, artistas y promotores culturales fallecidos en 2024” de su suficientemente computado Vallejo and Company, con lo que demostró magistralmente algo que se hace palpable cada vez más para los autores y editores de, entre otros países, Chile, Argentina y España). No pueden callar la grandeza del intelecto de Mazzotti, ni la creatividad con la que diseñó e impulsó eventos culturales de gran magnitud. Es realmente grotesco cómo aquellos que siempre se presentan como advenedizos, dispuestos a traicionar por un poco de protagonismo, parecen ignorar la verdadera esencia de quienes realmente dejaron una huella profunda. Pero el hecho de que “algunes” alucinen ningunearlo solo resalta aún más su enorme valor, su capacidad para transformar y para seguir presente a pesar de todo.

José Antonio Mazzotti, una y mil veces, ¡siempre presente! Porque su legado es intocable, y sus palabras seguirán vibrando, no solo en las aguas que rodean la Costa Verde, sino en cada rincón del alma que lo conoció.

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Despedida, fraternidad, Literatura, poeta

[La Tana Zurda] El libro más importante en el Perú de 2024 es  Memorias: El poder de la ilusión (Axiara Editions, 2024) de Eduardo González Viaña, una obra publicada en Estados Unidos por la Academia Norteamericana de la Lengua Española y en el Perú por el Fondo Editorial de la UCV.

El libro ha sido comentado y aplaudido de esa forma por personalidades de disciplinas diversas como el diplomático y excanciller Manuel Rodríguez Cuadros; embajadora Marcela Pérez Silva, de la Asociación Amigos de Mariátegui; José Carlos Vilcapoma, de la Universidad Nacional Agraria La Molina; José Manuel Camacho, de la Universidad de Sevilla), y Joel Acuña, de la Universidad César Vallejo), entre otros.

Además, por el psicoanalista Max Hernández, los juristas Ronald Gamarra y Julio Arbizu González y los comunicadores Herbert Mujica, Edwin Sarmiento, Alonso Rabi Do Carmo y Gabriel Ruiz Ortega. Por fin, por el extrañado poeta y profesor universitario José Antonio Mazzotti.

Una lectura inolvidable ha sido Memorias: El poder de la ilusión (Axiara Editions, 2024), un texto que combina innovación, profundidad y una sensibilidad única para capturar lo sublime dentro de lo cotidiano. Este libro, con su capacidad para ser tan honesto como esperanzador, no solo toca el corazón del lector, sino que también ofrece una reflexión sabia sobre el poder de la memoria y la ilusión. 

Escribir una autobiografía es un trabajo arduo y difícil porque, si bien hay hechos infatigables que suceden, incidentes inesperados y acciones muchas veces no cómodas, las emociones y nuestros sentimientos se validan cuando regresamos a ese tiempo que en algún momento significó el más bello éxito. Es ahí cuando la ilusión se pone en relieve y permite que uno se distancie y vea cómo la memoria recuerda optimistamente el momento en el que se vivió. Este ejercicio no solo exige un compromiso con la verdad, sino también una capacidad para recrear un tiempo que ya no existe. Así, se entrelazan el pasado y el presente en una danza constante entre lo vivido y lo recordado.  De esa manera se compone el último libro biográfico de nuestro querido escritor Eduardo González Viaña (Chepén, 1941): Memorias: El poder de la ilusión (Axiara Editions, 2024). Esta obra se erige como un testimonio de vida y una invitación a reflexionar sobre cómo la memoria y la ilusión pueden construir una narrativa llena de humanidad y esperanza.

Con un poema del autor brasileño Darcy Ribeiro (1922-1997) como epígrafe, el tono del texto se deja percibir humanamente, impregnado de empatía hacia los menos beneficiados de la tierra. Esta elección no es casual; expresa el compromiso de González Viaña con la justicia social y su profunda sensibilidad hacia las luchas de los marginados. La solidaridad con lo justo y equitativo, el apoyo incansable de ser la voz de aquellos que no tienen espacios en algunas comunidades, constituyen pilares fundamentales de su vida y obra. El libro está configurado por diez partes que destacan la vida cronológica de nuestro estimado narrador, permitiendo al lector adentrarse en las etapas claves de su existencia. Cada una de estas partes está marcada por momentos de lucha, aprendizaje y creación, ofreciendo un mapa emocional que guía al lector a través de las complejidades de su experiencia personal, literaria y profesional.

Después de haber dedicado varias obras a héroes históricos y culturales como Ramón Castilla, Inca Garcilaso de la Vega, José María Arguedas y César Vallejo, en este libro autobiográfico González Viaña nos dedica sus memorias y su historia, enfocándose en su vida como creador. Este giro hacia lo autobiográfico revela no solo su trayectoria como escritor, sino también su compromiso político, social e ideológico a través de sus escritos. Estas memorias son más que un repaso cronológico de su vida; son una exploración profunda de cómo las palabras y las ideas han sido su herramienta para intervenir en el mundo. Cada página muestra la interacción entre el individuo y el contexto histórico, resaltando cómo las grandes figuras que ha narrado también moldearon su pensamiento y su ética. Así, González Viaña nos muestra que la vida del escritor está íntimamente ligada a los ideales que defiende y a las causas que abraza.

Entre líneas, se puede ver el amor y la devoción hacia el acto de escribir, una actividad que para González Viaña no es solo un medio de expresión, sino una forma de vida. Su escritura es un testimonio de su pasión por las letras y de su talento para convertir toda palabra en una ilusión de la memoria. Este amor por las palabras no es un simple ejercicio estético; es una afirmación de la capacidad del lenguaje para resistir, transformar y redimir. A través de su obra, el autor nos invita a recordar que la literatura tiene el poder de trascender las barreras del tiempo y las limitaciones del espacio, conectándonos con lo más profundo de nuestra humanidad. 

Además, esta obra autobiográfica nos lleva a entender cómo la escritura puede ser un refugio frente a las adversidades y una herramienta para la esperanza. El enfoque de González Viaña sobre la memoria y la ilusión va más allá de la mera evocación personal; se convierte en un puente que une generaciones y contextos. Al relatar su vida, el autor no solo comparte sus experiencias, sino que también construye un diálogo con los lectores, especialmente aquellos que buscan en la literatura un espacio para encontrar sus propias voces. 

Este libro, entonces, se convierte en un testimonio colectivo, donde las historias individuales se entrelazan con las luchas y sueños de una comunidad más amplia.  Por otro lado, la autobiografía también sirve como una afirmación del poder transformador del arte y la narrativa. González Viaña nos muestra cómo la literatura puede ser un espacio de resistencia frente a la injusticia, un medio para preservar las tradiciones y un acto de amor hacia quienes han sido silenciados. En este sentido, Memorias: El poder de la ilusión no es solo un recuento personal, sino una invitación a repensar el papel de la cultura en la construcción de un mundo más justo. El libro de González Viaña es, en última instancia, una celebración de la vida y de la capacidad del ser humano para imaginar y construir nuevas realidades. Con su tono melancólico y optimista, y mirada de acertados guiños pícaros, el autor nos recuerda que incluso en los momentos más difíciles, la memoria y la ilusión pueden ser fuentes de fortaleza y creatividad. Así, Memorias: El poder de la ilusión se erige como una obra imprescindible para quienes desean comprender cómo la literatura y la vida pueden entrelazarse en una búsqueda constante de significado y trascendencia.

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Cultura, ilusión, Literatura, Memorias, narrador

[La Tana Zurda] El pasado sábado 2 de noviembre, Día de los Muertos, es decir, de quienes se nos adelantaron en este misterioso y apasionante camino llamado vida, La Huaca es Poesía, incansable colectivo de arte y cultura, se congregó en el histórico complejo arqueológico Mateo Salado, ubicado en el distrito limeño de Pueblo Libre, para rendir homenaje al reconocido poeta y catedrático peruano José Antonio Mazzotti, a solo dos meses de su partida en Boston, donde residía y enseñaba. En este tributo cargado de emotividad, el evento reunió diferentes expresiones artísticas y culturales que expresaron el cariño y el impacto que Mazzotti tuvo en la vida de tantos. Desde poesía y danza hasta música y memorias personales, todos los presentes encontraron en esta celebración una forma de rendir tributo al legado del poeta, catedrático, crítico y gestor cultural.

El homenaje se abrió con un pago a la tierra, una ceremonia andina ancestral que vinculó el tributo a Mazzotti con la tierra y la historia, expresando su amor por la cultura y sus raíces peruanas. En el evento participaron varios poetas quienes, en dos rondas de lectura, ofrecieron poemas y relatos en su memoria. En la primera ronda participaron Rafael Hidalgo, José Aguirre, Giordano Trelles, Gabriel Gargurevich, Sandra Luna, Brenda Vallejo, Manuel Kentore y Alonso Llerena, quienes compartieron anécdotas que daban cuenta de la influencia del poeta en sus vidas. Luego de una vibrante danza de tijeras por Supay Ñawi, la segunda ronda incluyó lecturas de Domingo de Ramos, Edián Novoa, Sonia Luz Carrillo, Pedro Favaron y Manuel Liendo, quien conmovió al interpretar el vals “Las flores buenas de Javier” de Chabuca Granda, una canción escrita para el poeta Javier Heraud. Los sonidos autóctonos del grupo musical Pacha Inti también llenaron el espacio con melodías que evocaron un profundo sentido de pertenencia y herencia cultural.

Una de las intervenciones más emotivas vino de Barbara Corbett, viuda de Mazzotti, quien recordó los inicios de su romance con el poeta en 1991 y compartió el recorrido de su amor a lo largo de más de treinta años de matrimonio. El amigo y poeta chileno Lucho Paipote leyó el poema que Mazzotti obsequiara a Bárbara como prueba de su amor. Otros colegas y amigos del ámbito literario también intervinieron mostrando sus memorias y reconocimientos. Beethoven Medina, por ejemplo, leyó su poesía y compartió cómo Mazzotti influyó en su generación. Raúl Bueno, poeta y académico de la generación del 60, recitó un poema de Mazzotti y habló sobre el metalenguaje en su obra, mientras que Roque Ramírez compartió su experiencia de amistad con el autor de Poemas no recogidos en libro. Hicieron lo propio el novelista mexicano Pedro Palou, colega de Mazzotti en Tufts University, el poeta dominicano León Félix Batista, y el poeta cubano José Kozer a través de Evgueni Bezzubikoff.  El homenaje concluyó con la participación del poeta chileno Raúl Zurita, quien envió un video en el que rememoró su vínculo con Mazzotti, haciendo de este un momento memorable.

La jornada también contó con un tributo musical de Rudy Rivera, en celebración de sus cincuenta años de trayectoria artística, y una mesa académica dirigida por Alejandra Monterroso. En esta mesa, los críticos Lydia Fossa y Rubén Quiroz Ávila compartieron sus experiencias y reflexiones sobre la influencia de Mazzotti, resaltando su impacto tanto en el ámbito literario como en la vida de quienes lo conocieron. En este evento, no solo se honró al poeta, sino también al amigo y al maestro cuya luz continúa inspirando a la comunidad cultural y académica.

El evento en la huaca Mateo Salado fue más que un homenaje; fue una celebración de la vida y el legado de José Antonio Mazzotti, un intelectual que deja una huella indeleble. En el centro de esta ceremonia, su retrato expresionista, proyectado en la huaca y creado por la artista Borka Sattler, se erigió como un testimonio visual de su espíritu vibrante y su amor por el arte y la cultura peruana y latinoamericana en general. A través de cada palabra, cada nota musical y cada recuerdo compartido, Mazzotti permaneció presente entre su gente, demostrando que su legado continuará inspirando a futuras generaciones.

¡Gratitud infinita a La Huaca es Poesía, a los organizadores Rafael Hidalgo y Santiago Morales, y a todos los que hicieron posible esta sentida conmemoración de un poeta cuya voz y pasión siguen vivas entre nosotros!

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Homenaje, huaca es poesía, Mazzotti, poesía

[La Tana Zurda]  Carne cruda de María del Carmen Yrigoyen Arbulú (Lima, 1987) es un poemario publicado en abril de este año en Lima por la editorial Alastor como parte de su colección “Esplendor en la hierba” dedicada a novísimas poetas peruanas en la que ya han sido incluidas, entre otras, Victoria Mallorga, Gloria Alvitres Aliaga, Gabriela Atencio, Noraya Ccoyure o Guadalupe García Blesa. Esta colección no solo celebra la frescura y la originalidad de voces jóvenes, sino que también contribuye a la visibilización de perspectivas diversas en la literatura actual, ofreciendo un espacio vital para que estas autoras exploren y cuestionen la realidad desde su propia experiencia de escritura. A través de su lenguaje audaz y su mirada incisiva, Yrigoyen Arbulú se suma a esta rica tradición, aportando relevancia y frescura a la escena poética actual.

Carne cruda impacta por su visceralidad y su tratamiento del cuerpo como un campo de batalla donde lo físico y lo emocional se entrelazan de manera brutal y, a la vez, sublime. En esta obra, la autora explora los límites del lenguaje poético para expresar los abismos insondables de la existencia humana, recurriendo a imágenes potentes y sensoriales que evocan tanto dolor como belleza. Desde los primeros versos, se siente una intensidad que atraviesa cada palabra, como si la poeta quisiera arrastrar al lector hacia una experiencia de lo crudo, de lo no filtrado, donde la carne —metáfora del ser— es desgarrada por el lenguaje. Y es que precisamente el cuerpo es un tema recurrente en la obra, no como objeto pasivo, sino como un sujeto que sufre, goza y se enfrenta a su propia vulnerabilidad. Dividido en tres secciones (“Aéreos”, “Subterráneos” y “Submarino”), Carne cruda incluye poemas como “Órgano alado” o “Esqueleto” que convierten al cuerpo en un vehículo que transita entre lo material y lo metafísico, en una constante oscilación entre la realidad concreta y la metáfora poética. Incluyamos ambos poemas para que el lector aprecie de manera directa lo que estoy señalando:

ÓRGANO ALADO

No palpita

el corazón de papel 

pero aletea zumba

y se bate a duelo con las pestañas

ESQUELETO

Emerjo

vértebra por vértebra

¡crezco tanto!

Parece que tuviera

más huesos en la espalda

Mi cabeza juega a hacer ochos 

hasta soltarse

y rueda

rueda

rueda

junto a otras calaveras

a las que un extraño levanta 

les llora

y a todas les dice POBRE YORICK

Como puede apreciarse, María del Carmen Yrigoyen utiliza el cuerpo para explorar temas como la identidad, el tiempo y el desgaste, pero siempre desde una óptica realista y directa, sin adornos innecesarios. En “Órgano alado”, el cuerpo se presenta como un espacio de resistencia y vitalidad, donde el “corazón de papel” simboliza fragilidad y artificialidad, mientras que el aleteo y el zumbido sugieren un deseo de escapar o liberarse de las limitaciones físicas. Asimismo, el lector es llevado por las sensaciones a escuchar ritmos internos y externos.  Este dinamismo lúdico contrasta con el enfoque más sombrío de “Esqueleto”, donde el proceso de emerger “vértebra por vértebra” evoca la lucha y el crecimiento a través de la experiencia del sufrimiento. La imagen de la cabeza que “juega a hacer ochos” refuerza la idea de la búsqueda de identidad en medio del caos y la inevitabilidad de la muerte, simbolizada por las calaveras que ruedan en una danza macabra.

Ambos poemas, aunque distintos en tono y enfoque, comparten una preocupación por la transformación del cuerpo y su relación con el tiempo y la memoria. Yrigoyen desafía lo convencional, rompiendo con las expectativas del lector y lanzándolo a un viaje de imágenes provocadoras y, a veces, desconcertantes. La crudeza de sus palabras invita a una reflexión sobre lo efímero de la vida y la lucha por encontrar significado en un mundo que a menudo parece desvanecerse. La voz poética se convierte así en un medio para confrontar y reconciliarse con las experiencias de pérdida, crecimiento y renacimiento. El siguiente poema ilustra perfectamente lo que vengo diciendo:

LICÁNTROPO

Tu nariz empapada

me estremece los muslos

Puedo clavarte estacas 

sumergirme en vino

pero la zanja es más bella

 Aguardo la mordida

“Licántropo” evoca una mezcla de sensualidad y violencia, creando una atmósfera intensa y cargada de simbolismo. La imagen de la “nariz empapada” sugiere un instinto primal y animal, lo que conecta con la figura del licántropo, que simboliza la dualidad entre lo humano y lo salvaje. La primera línea establece un tono de intimidad y deseo, mientras que el estremecimiento en los “muslos” implica una vulnerabilidad ante una fuerza poderosa. La mención de “clavarte estacas” introduce una referencia a la figura del vampiro, pero en este contexto parece aludir a un intento de contener o enfrentar esa fuerza primitiva. La línea “sumergirme en vino” sugiere una búsqueda de escapismo o entrega, reforzando la idea de rendirse a la seducción de lo salvaje. De ahí la mención a la “zanja” que se menciona como “más bella” lo que se relaciona con el atrevido verso final —“aguardo la mordida”—, una declaración que encapsula tanto el deseo como la aceptación del riesgo. La mordida, un acto de consumo y de entrega, puede simbolizar la unión de lo humano con lo bestial, la atracción y la inevitable pérdida de control. En conjunto, el poema ofrece una reflexión sobre la atracción por lo oscuro y lo desconocido, donde el deseo y el peligro coexisten de manera intrincada en una escena de corte erótico-sexual.

Este tipo de temas se entrelazan con brillantez en el estilo preciso y, a la vez, abierto a la ambigüedad de María del Carmen Yrigoyen, lo que permite múltiples lecturas de sus poemas. La autora recurre a metáforas que juegan con la fragilidad del cuerpo y lo violento del mundo, invitando al lector a una reflexión lúcida (desde una madura conciencia del lenguaje literario) sobre la vida, el deseo, el sufrimiento y la muerte. Carne Cruda no es un libro fácil ni complaciente, pero precisamente en su sutileza y complejidad radica su belleza. A seguir con atención la trayectoria literaria de esta interesante escritora.

 

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Aniversario, Arte, barranco, Cultura

[La Tana Zurda] Barranco, el emblemático distrito limeño, en estos días celebra con fervor sus 150 años de fundación, consolidándose como un verdadero epicentro cultural y artístico de la capital peruana. Este entrañable rincón de la ciudad, conocido por su bohemia y su vibrante escena creativa, ha sido el hogar de artistas, poetas y músicos que han dejado una huella indeleble en su paisaje urbano. Con sus coloridas casas de estilo republicano, murales que narran historias de resistencia y tradición, y una oferta cultural que abarca desde galerías de arte contemporáneo hasta festivales de música, Barranco se erige como un faro de inspiración, reflejando la rica diversidad y el espíritu innovador de una comunidad que vive y respira arte.

Fundado un 26 de octubre de 1874, durante la presidencia de Manuel Pardo y Lavalle,
el primer presidente civil constitucional de nuestra historia republicana, Barranco celebra su aniversario con una serie de actividades, entre las que destaco la organizada por Barranco Open Studios, un verdadero foco cultural del distrito, y la de la galería de arte “José Antonio”, dirigida por el conocido promotor cultural José Alvarado Montoya. Me estoy refiriendo a eventos que no solo resaltan la riqueza artística de Barranco, sino que también fomentan un diálogo entre artistas y la comunidad, creando un espacio donde la creatividad se manifiesta y se comparte. Con talleres, exposiciones y presentaciones en vivo, la celebración se convierte en una vitrina del talento local y una invitación a redescubrir la esencia cultural del distrito. Veamos en detalle.

Este sábado 19 y domingo 20 de octubre, Barranco Open Studios buscará acercar una vez más (ya son siete las ocasiones prácticamente consecutivas que lo viene haciendo) a los vecinos y público en general a los talleres de los artistas residentes en el distrito tanto para observar sus obras como para tener una visión mucho más íntima y confidencial del proceso creativo de los creadores (artistas plásticos, artesanos, diseñadores, escénicos). Así se elabora una iniciativa que apoya, fomenta y difunde, en esencia, la labor creadora de quienes viven y trabajan en Barranco. Asimismo, el evento sienta un precedente para la regularización de los artistas visuales y apoya el crecimiento de las industrias culturales, alineándose con los esfuerzos de la Municipalidad de Barranco para establecer la cultura como un cuarto pilar del desarrollo sostenible.

Por su parte, la galería de arte “José Antonio” (jirón Junín 114) promueve a lo largo de este mes una serie de actividades bajo el nombre de Barranco Monumental. Lo hace en primer lugar con la Expo Tattu en colaboración con el estudio de arte Buda Blue Tatto. Asimismo, habrá un concurso de pintura para niños y adolescentes, desfile de moda y cortometraje, concurso de fotografía y murales, retrato en vivo, microteatro, cuentos cortos, exposición del perro peruano, performance, marionetas y mimos. El sábado 19 de octubre inaugurará la muestra colectiva “La expo 150 años” con reconocidos exponentes como Álvaro Suárez Vértiz, Miguel Ángel Velit, Sandra Moreti, David Rejas, Stefano Bermellón, Denny Rangel, Lili García Almeida o Borka Sattler, quien participa con retratos de dos entrañables poetas barranquinos: José María Eguren (1874-1942) y Catita Recabarren (1904-1992). Eguren, el autor de Simbólicas (1911), La canción de las figuras (1916), Sombra y Rondinelas (1929), fue a su vez pintor y fotógrafo. En la por entonces apacible villa-balneario de Barranco el poeta recibía a amigos y discípulos como Abraham Valdelomar, José Carlos Mariátegui, Martín Adán o Emilio Adolfo Westphalen. Y Recabarren forma parte de las autoras del periodo posmodernista junto con la argentina Alfonsina Storni y las uruguayas Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou, las cuatro caracterizadas por posicionar a la mujer como sujeto del discurso poético. Fue una de las fundadoras de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas – ANEA y de la Asociación Cultural Ínsula, además de secretaria cultural en la Escuela Normal de Mujeres y compiladora en 1986 de una Antología de la mujer peruana.

En conclusión, el aniversario de Barranco no solo es una ocasión para celebrar su historia y legado, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la vitalidad de su escena artística y cultural. A medida que el distrito se reinventa y se adapta a los tiempos modernos, es fundamental reconocer el papel de eventos como Barranco Open Studios o Barranco Monumental, que no solo destacan el talento local, sino que también fortalecen los lazos entre artistas y comunidad. En un mundo cada vez más globalizado, Barranco se mantiene firme en su identidad, recordándonos que la cultura es un motor esencial para el desarrollo sostenible y el bienestar social. Así, al mirar hacia el futuro, la continuidad de esta rica tradición cultural será clave para preservar la esencia única de este concurrido y turístico rincón limeño. Que viva Barranco.

[La Tana Zurda]  A inicios de octubre, la prestigiosa Universidad Estatal Metropolitana de Denver será el espacio propicio en el que dos talentosos académicos peruanos, Chrystian Zegarra y Enrique Bernales Albites, reconocidos por sus aportes a la literatura (ambos forman parte del grupo poético de finales de los noventa Inmanencia), comentarán un reciente libro de novedoso enfoque titulado Estruendo mudo: cine silente y sonoro en la literatura iberoamericana (1895-1947). (UCSS, 2023). Este evento promete ser un encuentro de alto nivel académico, donde las ideas innovadoras de estos autores ofrecerán una mirada fresca sobre la relación entre cine y literatura en el contexto iberoamericano. La Universidad Metropolitana de Denver será el escenario ideal para este intercambio intelectual que fortalece los lazos entre el arte, la academia y el pensamiento crítico.

Esta antología recoge varios artículos los cuales dan cuenta de la importancia del cine en la literatura y de la manera en que ambas expresiones artísticas se complementan. A través de un análisis riguroso, los ensayos revelan cómo el cine ha influido profundamente en las estructuras narrativas y en las temáticas de numerosos autores. El libro reúne un grupo de aproximaciones a la producción de escritores canónicos iberoamericanos quienes de diversas maneras fueron influenciados por el arte cinematográfico. Estas influencias no solo enriquecieron las obras literarias de la época, sino que también ampliaron el horizonte creativo de los autores, al abrir nuevas formas de imaginar y representar la realidad social, cultural y política de su tiempo. Poner el título de algunos artículos y el nombre de sus autores a modo de ejemplo. 

Uno de los académicos que presentarán esta obra, Roberto Forns-Broggi (Metropolitan State University of Denver) ha adelantado la siguiente opinión: “Un libro como este es un paso, aunque pequeño y humilde, genuino y sólido, hacia un futuro que nos une. Al menos que une cine y literatura, tal vez como un reflejo de lo que es capaz el espíritu creativo en un tiempo de severas y recurrentes crisis políticas, económicas y ecológicas: herramientas y perspectivas que se pueden usar para apropiarse de los logros de las películas y utilizarlas en contextos y situaciones de hoy y del futuro, especialmente en el terreno fértil e influyente de la imaginación literaria”(señalar dónde dice esto). Forns-Broggi resalta el poder transformador de este diálogo entre cine y literatura, subrayando su relevancia en tiempos de incertidumbre global. Para él, esta obra no solo es un testimonio de la riqueza cultural de ambas disciplinas, sino también una invitación a reflexionar sobre su capacidad para generar nuevas formas de resistencia y adaptación. 

Este libro de Zegarra y Bernales Albites invita al estudioso latinoamericano, y al lector en general, a entender con argumentos sólidos y ejemplos convincentes la influencia del cine de finales del siglo XIX a mediados del siglo XX en la literatura latinoamericana. Los ensayos reunidos nos sumergen en una época de cambio en la cual las sociedades iniciaban un periodo de transformación al convertir sus ciudades en grandes áreas metropolitanas para dejar de ser una suerte de “pueblos grandes” del siglo XIX. Este proceso de modernización, impulsado por la expansión del cine como forma de entretenimiento y arte, también dejó su huella en las sensibilidades literarias de la época. Así, los autores de la antología logran mostrar cómo la literatura absorbió el lenguaje visual y narrativo del cine, fusionando ambos medios en una sinergia creativa única.

En conclusión, Estruendo mudo es una obra que abre nuevas rutas de exploración académica, permitiendo a los lectores comprender la profundidad y complejidad del intercambio entre el cine y la literatura en el ámbito iberoamericano. Zegarra y Bernales Albites han logrado compilar un conjunto de ensayos que no solo analizan la historia del cine y la literatura, sino que también establecen un puente entre ambas artes, revelando cómo estas se enriquecen mutuamente. Este libro es, sin duda, una contribución valiosa para los estudios literarios y cinematográficos, y su impacto se sentirá en los años venideros, al inspirar nuevas investigaciones y lecturas interdisciplinarias.

La cita para conocer más sobre este libro es el próximo viernes 4 de octubre a las dos de la tarde en que se llevará a cabo un conversatorio sobre este libro a cargo de los editores del volumen, los ya mencionados Bernales Albites y Zegarra, más el estudioso Forns-Broggi.  El evento será en Tivoli Student Union, Auraria Campus, Room 640.  Todos están cordialmente invitados.

 

 

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[La Tana Zurda] Hablar de José Antonio Mazzotti (1961-2024) es definitivamente conversar de generosidad y de éxito, de inspiración, de constancia, de disciplina y entereza, de lealtad y de amor hacia la humanidad, hacia lo correcto y no solamente lo justo, hacia la oportunidad ofrecida a cualquiera que de alguna manera lo alcanzaba.

Su liderazgo tanto a nivel intelectual y académico, así como gestor cultural, como representante de no sólo una generación sino la referencia emblemática de conocer desde el Inca Garcilaso tan bien como si lo hubiera conocido en persona hasta poetas que daban sus pininos y que él apadrinaba. Su conocimiento de lo colonial trascendía a todo nivel y esfera, podía estar hablando de la última teoría literaria o corriente filosófica y también saber sobre el estado de ciertas lenguas nativas que estaban en peligro de desaparición en el último rincón de nuestra Amazonas.

Su iniciativa para organizar eventos y congresos era inagotable, nos motivaba y
nosotros por supuesto íbamos, cuánto aprendizaje, cuánta pasión, cuánto amor por las letras. Su activismo era contagiante y seguíamos en la batalla por una descolonización de pensamiento, y siempre buscando la manera para que hubiera más equidad.
Su poesía estaba llena de erotismo, de imágenes globales que evocan temas universales, imágenes que dialogaban con diferentes padres literarios desde la gran influencia de Vallejo, hasta el mismo Arguedas, de quien los mitos los adaptaba y creaba mundos llenos de magia.

Esa dedicación por la cultura peruana, esa entrega por llevarla a todo el mundo –
América, Europa, Asía, en fin- Incansable en cuanto a su ritmo por culminar proyectos y por seguir ofreciendo una imagen mucho más rica de nuestro Perú. Su labor no solamente como padre intelectual, sino como gran poeta y por supuesto por su activismo y gestión José Antonio Mazzotti fue un gran embajador.

Escribió más de 100 artículos académicos, libros de crítica que lo situaron como

una eminencia del Inca Garcilaso y de todo lo que lo podía relacionarse con la Colonia. Hizo documentales y llevó al Inca a todos lados. En cuanto a la crítica sobre poesía realizó los estudios más agudos y referentes que existen en la actualidad.

Asimismo, como poeta, perteneció a la Generación del 80. Obtuvo reconocimiento nacional e internacional desde muy temprana edad. Con sus 11 poemarios publicados: Poemas no recogidos en libro (1981), Fierro curvo (órbita poética) (1985), Castillo de popa (1988), El libro de las auroras boreales (1994), Señora de la Noche (1998), Declinaciones latinas (1999), Sakra Boccata, 28 poemas (2006), Las flores del Mall (2009), Apu Kalypso / palabras de la bruma (2015), Nawa Isko Iki / cantos amazónicos (2020) y Poemas posthumanos (2020-2021); Mazzotti nos deja una vasta obra lírica para poder ahondar en una realidad áspera e indigente que busca desunir a la humanidad. Mazzotti mediante sus poemas, trata de hacernos pensar en un mundo idílico donde la humanidad se protege en lugar de vivir en un ámbito hostil. Su obra trasciende temas universales y profundiza en la humanidad. Impregnada su lírica, bajo un halo erótico, crea imágenes sugerentes que rompen barreras y cuestionan presupuestos establecidos.

Su profesionalismo y sobre todo su personalidad, su manera de llegar a tantas
personas y de poder hacer conexiones con tantas personalidades, hicieron que las redes sociales se inunden de agradecimiento y solidaridad al escuchar la terrible noticia de su fallecimiento. El sábado pasado, 14 de setiembre, más de treinta voces se juntaron para rendirle homenaje a José Antonio Mazzotti a través de la página de La Huaca es poesía. Esas voces que pertenecen a poetas, académicos y críticos se juntaron y compartieron los poemas de nuestro Mazzotti creando una maratón de su poesía y para que así su voz siga escuchándose en todos los confines del universo.

Finalmente, quiero compartir un emotivo texto poético del profesor y poeta Raúl
Bueno quien leyó en la ceremonia que se realizó el pasado sábado en la Capilla Goddard de la Universidad de Tufts, donde José Antonio trabajaba. El texto de
Raúl Bueno crea un diálogo con el emblemático poema de “Yegua es la hembra del caballo” de Mazzotti publicado en su primer libro. A continuación, el poema de Bueno:

Pradera de caballos y palabras
O el retorno a la semilla de la lengua

“Yegua es la hembra del caballo”, J. A. Mazzotti In memoriam

Llega un nuevo corcel a la pradera de caballos trae su electrizada crin al viento
de aromas y de símbolos lleno.

Se enerva la manada.
Se estorban sus relinchos, se abren
las lunas de los ojos
–es un intruso, dicen
asegurar las yeguas y potrillos–.
Se colman sus ollares de inquietantes efluvios

–la ardiente adrenalina–
y truena en remolino la cascada que ya fustiga tréboles
el delicioso gras del paraíso
las grandes hierbabuenas.

Alguien lo reconoce ¡era de aquí!
¡es nuestro! vuelve el hermano ausente.
Se lo habían llevado galaxias
de rebosantes signos, pulsantes contenidos

facultad de palabras cabalgando palabras
enhebrando señales, curvando alegorías hasta volverlas objetos de mirar:

¡Oh, la divina metalengua!

Vuelve a lo suyo, a sus pastos de juventud
a su lengua inicial nunca perdida, esto es
a su impronunciable mujer de varias letras
ciento veintiocho reglas a trizar y rehacer
y dieciocho mil palabras todavía preñadas de futuro. Vuelve a recomenzarlo todo.

Oye tú, yegua/lengua, es para ti:
alista tus enjambres de miel y de sentido
que regresa tu macho parlador
el de las frases raras para tus distraídos oídos el que un día dijera lo que ahora ya entiendes: vámonos yegua a fecundar poesía.

Entonces, ahora y para siempre
un hato reintegrado de caballos jubilosos desborda la pradera
en hálitos de luz, serrín de estrellas sobre un timbal de gras
que acompasan relinchos
y poemas.

Brillante texto del profesor Raúl Bueno, el cual abre un diálogo con imágenes intensas equinas sobre la creación misma del lenguaje.

Sigamos el legado de Mazzotti, difundiendo las letras peruanas, llevando la cultura a todos lados y sobre todo cultivando el gran trabajo que él inició, buscar la inclusión de todas las lenguas y de todas las culturas, sigamos intencionalmente su gran trabajo académico, creativo y cultural.

Raúl Bueno

-José Antonio Mazzotti, ¡PRESENTE! -José Antonio Mazzotti, ¡PRESENTE! -José Antonio Mazzotti, ¡PRESENTE!

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Mazzotti, poesía peruana, Raúl Bueno

[La Tana Zurda]  Hablar de José Antonio es hablar de generosidad y de éxito, de inspiración, de constancia, de disciplina y entereza, de lealtad y de amor hacia la humanidad, hacia lo correcto y no solamente lo justo, hacia la oportunidad ofrecida a cualquiera que de alguna manera lo alcanzaba.

Su liderazgo no solamente a nivel intelectual y académico, sino como gestor cultural, como representante de no sólo una generación sino la referencia emblemática de conocer desde el  Inca Garcilaso tan bien como si lo hubiera conocido en persona, hasta poetas que daban sus pininos y que él apadrinaba.  Su conocimiento de lo colonial trascendía a todo nivel y esfera, podía estar hablando de la última teoría literaria o corriente filosófica y conocer la lengua que estaba en peligro de desaparición en el último rincón de nuestra Amazonas.

Su iniciativa para organizar eventos y congresos era inagotable, nos motivaba y nosotros por supuesto íbamos: Cuánto aprendizaje, cuánta pasión, cuánto amor por las letras.  Su activismo era contagiante y seguíamos en la batalla por una descolonización de pensamiento, y siempre buscando la manera para que hubiera más equidad.

Su poesía estaba llena de erotismo, de imágenes globales que evocan temas universales, imágenes que dialogaban con diferentes padres literarios desde la gran influencia de Vallejo, hasta el mismo Arguedas, de quien los mitos los adaptaba y creaba mundo llenos de magia.  

Esa dedicación por la cultura peruana, esa entrega por llevarla a todo el mundo -América, Europa, Asía, en fin-  Inalcanzable en cuanto a su ritmo por culminar proyectos y por seguir ofreciendo una imagen mucho más rica de nuestro Perú.  Su labor no solamente como padre intelectual, sino como gran poeta y por supuesto por su activismo y gestión cultural, José Antonio Mazzotti fue un gran embajador. 

Escribió más de 100 artículos académicos, libros de crítica que lo pusieron a él como una eminencia del Inca Garcilaso y de todo lo que lo podía relacionarse con la Colonia. Hizo documentales y llevó al Inca a todos lados. En cuanto a la crítica sobre poesía realizó los estudios más agudos y referentes que existen en la actualidad.  

Asimismo, como poeta, perteneció a la Generación del 80.  Obtuvo reconocimiento nacional e internacional desde muy temprana edad.  Con sus 11 poemarios publicados: Poemas no recogidos en libro (1981),  Fierro curvo (órbita poética) (1985), Castillo de popa (1988),  El libro de las auroras boreales (1994), Señora de la Noche (1998),  Declinaciones latinas (1999), Sakra Boccata, 28 poemas (2006), Las flores del Mall (2009), Apu Kalypso / palabras de la bruma (2015), Nawa Isko Iki / cantos amazónicos (2020) y Poemas posthumanos (2020-2021); Mazzotti nos deja una vasta obra lírica para poder ahondar en una realidad áspera e indigente que busca desunir a la humanidad.  Mazzotti mediante sus poemas, trata de hacernos pensar en un mundo idílico donde la humanidad se protege en lugar de vivir en un ámbito hostil. Su obra trasciende temas universales y profundiza en la humanidad. Impregnada su lírica, bajo un halo erótico, crea imágenes sugerentes que rompen barreras y cuestionan presupuestos establecidos.

Su profesionalismo y sobre todo su personalidad, su manera de llegar a tantas personas y de poder hacer conexiones con tantas personalidades, hicieron que las redes sociales se inunden de agradecimiento y solidaridad.  José Antonio nos empoderó de tal manera, que le haremos un homenaje este sábado 14 de setiembre a las 8pm. a través de la página de La Huaca es poesía en vivo.  Más de cuarenta voces se juntarán y compartirán los poemas de nuestro Mazzotti para que haya una maratón de su poesía y se escuche su voz en todos los confines del universo.

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

 

 

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