[La Tana Zurda] Esta semana se llevará a cabo el primer Festival Yana Runa, un evento cultural único en su tipo que fusiona la riqueza musical afro-peruana con los sonidos ancestrales andinos. Esta propuesta, organizada por el Centro Cultural Amador Ballumbrosio bajo la dirección de Miguel Ballumbrosio, busca celebrar el talento nacional y destacar la diversidad cultural del Perú. Este encuentro no es solo una muestra artística, sino también un homenaje al mestizaje y a las raíces compartidas de nuestra identidad como país.
Del viernes 24 al domingo 26 de enero, el festival ofrecerá una programación variada que incluye presentaciones musicales, talleres, clases y convivios culturales. Estas actividades no solo invitan a disfrutar de la música, sino también a reflexionar y dialogar sobre su importancia como vehículo de memoria histórica y construcción comunitaria. Cada día contará con un programa diseñado para que los participantes puedan interactuar con los artistas y aprender directamente de ellos, fortaleciendo así el vínculo entre público, profesores invitados y creadores.
Además de disfrutar de espectáculos de alta calidad, los asistentes tendrán la oportunidad de participar en sesiones de danza, cajón, violín y zapateo, lideradas por miembros de la emblemática familia Ballumbrosio, guardianes y difusores de la tradición afroperuana. Lucy Ballumbrosio, miembro clave del equipo organizador, comenta: “Estamos emocionados de construir juntos este festival que hará brillar a El Carmen. ¡Creemos que superará todas nuestras expectativas! ¡Únete a nosotros en el primer festival hecho por carmelitanos, para los carmelitanos!”
Entre los artistas invitados destacan “La Picante”, Renata Flores Rivera, “Herencia Criolla”, “Kayfex”, “Cosa Nuestra”, “Del Pueblo y del Barrio” y, por supuesto, la “Familia Ballumbrosio”. Esta selección de talentos promete una experiencia inolvidable que resalta la riqueza musical tanto de la herencia afroperuana como de la tradición andina, mostrando además el potencial de sus fusiones. La interacción de estos estilos no solo es una apuesta artística, sino una afirmación del mestizaje como una de las vías de exploración de la cultura peruana.
Este proyecto, liderado por Miguel Ballumbrosio y respaldado por su gran equipo, representa un esfuerzo significativo por revalorar y proyectar el patrimonio cultural hacia nuevos horizontes. En un mundo donde la globalización amenaza con homogeneizar las expresiones artísticas, iniciativas como el Festival Yana Runa demuestran que es posible abrazar nuestras raíces mientras se crean nuevas formas de diálogo cultural.
Es fundamental reconocer el impacto social y cultural de eventos como este, que no solo celebran la música, sino que también fortalecen la identidad y la memoria colectiva de comunidades como El Carmen, un lugar profundamente ligado a la historia afroperuana. Proyectos de esta índole merecen apoyo y patrocinio para garantizar su continuidad y expansión.
Así que este fin de semana, todas las miradas están puestas en Chincha. No solo por la música, sino por la reivindicación de un legado que sigue vivo en cada zapateo, cada cajón y cada nota que resuena desde el corazón del Perú. ¡Vamo’ pa’ Chincha, familia! Este es un llamado a celebrar lo que somos, a reconocer nuestra diversidad y a encontrar en ella una razón para seguir creando juntos.