Los estudiantes de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV) están en vilo. La casa de estudios enfrenta un proceso de liquidación y no está asegurada la continuidad de las clases para miles de estudiantes. La misma Sunedu les ha dado la espalda, aunque lo niegan. El pasado 31 de agosto acudieron al Poder Judicial en busca de un salvavidas.

La decisión de liquidar la universidad se tomó debido a cinco años seguidos de pérdidas, según se puede ver en sus estados financieros. A fines de 2019, la Sunedu había sancionado a la UIGV por infracciones muy graves debido al mal uso de excedentes de la universidad por más de S/77 millones y de los activos de la universidad para fines no académicos, además del incumplimiento de la Ley Universitaria. La superintendencia terminó negándole la licencia a esta casa de estudios

En ese momento, el rector era Luis Cervantes Liñán, que ocupó el cargo por más de 15 años y tenía un poder casi absoluto sobre la administración de esta casa de estudios. «Ganaba ocho veces más que el rector del MIT y como 10 veces lo que percibe el rector de Harvard. Se le acusó de al menos seis delitos, como apropiación ilícita, asociación ilícita para delinquir, estafa, lavado de activos, entre otros. En ese entonces, el Estado había dejado de percibir al menos S/47 millones por defraudación tributaria”, dice a Sudaca Daniel Mora, excongresista que investigó la corrupción en la UIGV.

Las millonarias multas hicieron que la gestión de la UIGV sea inviable y se sumaron acreedores que exigían el pago de millonarias deudas. De acuerdo a la última resolución publicada por Indecopi, los principales son la Sunedu con S/10.5 millones (46.8%), Prima AFP (28%), Hewlett Packard (9.8%) y sus trabajadores (7.1%), de un total de más de 400 afectados.

El pasado 28 de junio, finalmente, los acreedores y la empresa Gestión Económica acordaron la liquidación de la universidad, un proceso que debe ejecutarse en el plazo de un año. Esto porque el convenio entre ambas partes reconoce que no se puede interrumpir unilateralmente las clases.

El convenio señala, además, que se establecerán los mecanismos de continuidad de los estudios, ya sea en la misma universidad o en otra que los reciba, por lo que la empresa liquidadora «realizará el costeo del traslado de los estudiantes a las universidades receptoras». Los alumnos, sin embargo, viven un presente bastante gris.

FUTURO INCIERTO

El caos ha hecho que algunos estudiantes preocupados por el futuro se organicen en la Federación Comunidad Garcilasina, presidida por Sonia Negreiros, una estudiante de Estomatología que cursa el 10 ciclo.

Los estudiantes -dice la representante estudiantil- vinieron estudiando con normalidad hasta fines de 2019, luego vino la pandemia y en muchas carreras no se permitió la matrícula a todos los cursos. El inicio del semestre debió empezar en agosto, pero no han podido porque el rectorado, designado por la empresa liquidadora, aún no determina el reinicio de clases. Según Negreiros, en una reunión con la empresa liquidadora se les comunicó que eran cerca de 12.000 alumnos los que podrían perjudicarse con toda esta situación.

En un comunicado del 25 de septiembre, Patricia Concha, gerente general de Gestión Económica, les dijo que estaban atados de manos porque las autoridades salientes «han hecho caso omiso y no han cumplido con entregar el acervo documentario, bienes muebles e inmuebles de la UIGV, hecho que perjudica directamente la prestación del servicio educativo».

Negreiros asegura, además, que se han cesado decenas de trabajadores de la universidad como parte del proceso de liquidación. “La Ley Universitaria indica que el nombramiento de las autoridades se hace en base [lo dispone el] al Consejo Universitario, pero han destituido a estos y han enviado carta de cese a los docentes ordinarios, que son constituyentes [miembros] de la Asamblea Universitaria”, explica Negreiros a Sudaca.

Cabe precisar que con el nuevo reglamento de la universidad, los órganos de gobierno son la Asamblea General de Asociados, a cargo de la Junta de Acreedores; y la Asamblea Universitaria y el Consejo Universitario, ambos a cargo de la liquidadora.

Los estudiantes han tocado la puerta de la Sunedu en varias oportunidades en busca de ayuda. En febrero de 2021, más de 200 estudiantes le indicaron a la superintendencia que no podían obtener el registro de sus títulos, de acuerdo a una nota de prensa de la entidad. El escollo era Cervantes Liñán, cuya designación no cumplía los requisitos de ley, por lo que no podía registrar más de 2.000 títulos. Con el ingreso de la empresa liquidadora a la administración de la universidad, Cervantes fue destituido a inicios de este mes.

En julio pasado, además, la federación que comanda Negreiros denunció ante la Sunedu que no se habían programado matrículas para el ciclo regular 2021-I a excepción de los de último año debido a que «no había docentes que lo dicten».

Señalaban que la transferencia de alumnos a otras universidades podría perjudicar hasta con dos años académicos no reconocidos. La denuncia también apuntaba que los egresados entre 2019 y 2020 no podían solicitar su diploma de bachiller ya que no había atención administrativa o esta era muy deficiente, pese -aseguran- a haber cumplido con sus pagos.

A fines de octubre, Sunedu les respondió y les dio apenas dos días hábiles para que adjunten una serie de documentos que respaldaran las denuncias, aun -según Negreiros- habiéndolos adjuntado desde el inicio del proceso. Les fue imposible. Hace unos días, la entidad le respondió a los alumnos que «habiendo vencido en exceso el plazo otorgado de fecha límite el 12 de octubre, no se atendió el requerimiento efectuado, por lo que, corresponde disponer el archivo de la denuncia». La respuesta les fue enviada el 26 de octubre, aunque el documento tiene fecha de 19 de octubre. En otras palabras, tiraron al tacho sus demandas.

Desde Sunedu niegan esta versión y señalan que Negreiros presentó una denuncia solicitando 7 puntos, de los cuales se le pidió que se subsane en tres y se reiteró lo mismo mediante una carta. Al no obtener respuesta, se archivó la denuncia, aunque con la posibilidad de volver a presentar evidencia posteriormente.

“La Sunedu podría contratar a profesores y administrativos para reiniciar las clases, pero quieren que los alumnos se cansen. Casi el 70% se han quedado en el aire y apenas un grupito ha podido matricularse”, cuenta Negreiros.

“[La Sunedu] tiene un área de supervisión para ver los títulos, pero luego de varios meses me piden que adjunte todos los actuados en la denuncia, evidencias de pagos que hemos realizado con dos días de plazo de vencimiento. Piensan que soy una abogada para acopiar todo eso”, agrega.

En la Sunedu explican que la responsabilidad recae en la liquidadora. Una fuente de la superintendencia consultada para este informe señala que la responsabilidad de la gestión de la universidad está a cargo de esa empresa, ya que -como acreedora- la entidad no puede ser juez y parte sobre la supervisión de la UIGV.

Los estudiantes también han intentado acercarse al nuevo rector, Julio César Villar Castillo. “Le hemos enviado una carta notarial y una persona cercana a él nos dijo que ya nos iba a contestar. Por ahora ya hay rumores de que están cotizando los locales más costosos que son las facultades de Estomatología, Derecho e Ingeniería”, dice una agobiada Negreiros.

En una reunión realizada el día de ayer entre Sunedu, algunos representantes de la universidad y empresa liquidadora, esta última informó que se está dialogando con universidades para la suscripción de convenios, pero aún sin formalizar ello y sin dar mayores detalles.

Sudaca buscó comunicarse en reiteradas veces con la liquidadora sin éxito. La Sunedu le ha otorgado a la universidad un plazo para que cese sus actividades hasta marzo del 2023. Por ahora, el 18 de octubre, el Poder Judicial admitió una demanda de acción de amparo interpuesta por los estudiantes que buscan el reinicio de todas las actividades académicas. Mientras tanto, viven con el miedo de no saber en qué han invertido sus años de juventud.

 

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El pasado 14 de octubre, el Ministerio de Salud presentó con bombos y platillos un protocolo de semipresencialidad, luego de una reunión con los rectores de universidades públicas y privadas. Pero el documento no está terminado, según diversas fuentes del Ejecutivo con las que conversó Sudaca. De hecho, todavía hay reuniones con los rectores para afinar la versión final. 

Eso no es, sin embargo, lo que más preocupa a las universidades. Los rectores de las universidades públicas están insatisfechos con el presupuesto que se les ha asignado para afrontar la “nueva normalidad”.

Para Américo Guevara, rector de la universidad Agraria La Molina, las demandas presupuestales para enfrentar el regreso a clases semipresenciales han sido toreadas por el MEF. Así, la adecuación de comedores, bibliotecas o laboratorios se ha quedado en suspenso puesto que no hay recursos. 

“Al MEF hicimos requerimientos mínimos para trabajar en condiciones normales bajo la semipresencialidad. El documento final de lo que nos otorgarían lo vamos a tener en estos días, pero es preocupante. Es como si el MEF estuviera interesado en destruir a la universidad pública y no mejorarla”, dice Guevara, también presidente de la comisión de presupuesto de la Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (Anupp).

De acuerdo a esta asociación, 13 universidades públicas tuvieron recorte presupuestal en ‘personal y obligaciones sociales’; 31 fueron recortadas en ‘bienes y servicios’; y 25 en ‘pensiones y otras prestaciones sociales’, de acuerdo al proyecto de ley de Presupuesto remitido al Congreso y cuya fecha tope de aprobación es el 30 de noviembre.

Hasta inicios de este mes, aún durante la gestión de Juan Cadillo, el Ministerio de Educación (Minedu) estuvo pujando por un mayor presupuesto para implementar la semipresencialidad el 2022. Esta cartera había solicitado S/894 millones, pero el MEF solo asignó 87, menos del 10% de lo demandado y menos de 30% respecto a lo otorgado en 2021 para el “plan de emergencia remoto”.

Documento interno del Minedu revela lo demandado al MEF y lo asignado en el proyecto de Ley de Presupuesto para el 2022.
Documento interno del Minedu revela lo demandado al MEF y lo asignado en el proyecto de Ley de Presupuesto para el 2022.

 

Las cifras quedaron plasmadas en un documento interno del Minedu al que accedió Sudaca. En este se analiza la situación financiera en la que se encuentra el sector para afrontar el retorno a las clases. Se lee, por ejemplo, que la falta de dinero “limita la capacidad del Estado para apoyar la mejora de la formación de los 360.000 estudiantes de las universidades públicas”.

El documento también señala que se puso en riesgo una serie de incentivos para el sistema de educación universitario, como los convenios de gestión mediante los cuales el Minedu transfiere recursos a las universidades públicas, o el Bono del Docente Investigador, lo que afectaría directamente a 500 docentes.

En busca de apoyo, la Anupp dice haberse reunido dos veces con el MEF en setiembre. Según Américo Guevara, en la segunda de esas citas se les dijo que no había nada que hacer porque la ley de Presupuesto ya se había remitido al Congreso.

La Anupp le tocó la puerta ese mismo mes al presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso, Héctor Acuña (APP). Guevara le explicó que era necesario revertir el recorte presupuestal del sector.

El rector también le manifestó su preocupación por la ley 31349 del 18 de agosto, que autorizaba el nombramiento de los docentes contratados en las universidades públicas. Aquellos nombramientos estaban en suspenso por la falta de dinero, así que le pidieron intermediar con el MEF para que pudiera reunirse con los rectores.

Acuña dirigió un oficio al ministro Francke el 28 de setiembre en el que se solicitaba la reunión. Esta se llevó a cabo el último viernes por la tarde, entre los rectores y el viceministerio de Hacienda. Una fuente que asistió a dicha cita dice que el MEF se comprometió a “analizar el incremento de partidas”, pero que no hubo un acuerdo concreto.

Consultado el MEF por estos cuestionamientos, señalan que el proyecto de ley del Presupuesto del 2022 se “realizó de manera consensuada con todos los sectores, incluyendo el de Educación”, algo que desde la Anupp desmienten.

El MEF también asegura que se atiende las demandas del sector tanto para la educación a distancia como para el retorno a la semipresencialidad. “El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) de las universidades públicas para el 2022 para gastos de capital asciende a un total de S/1.002 millones, un alza frente al PIA de 2021 de S/842 millones”, indica el MEF a Sudaca. No señala, sin embargo, cuánto es la partida que le tocará al retorno a la semipresencialidad, que debe salir de este presupuesto general.

UN FANTASMA EN EL MINEDU

Otro punto que genera zozobra es la falta de apoyo de la nueva gestión del Minedu, a cargo de Carlos Gallardo. A diferencia de Juan Cadillo, que estuvo liderando las demandas de las universidades públicas, el nuevo ministro mantiene un silencio sepulcral. De hecho, no ha habido reunión con los rectores a dos semanas de su asunción.

Lo mismo consideran en la Sunedu, una entidad que se ha sentido marginada de las coordinaciones del retorno a las aulas. Fuentes en dicha entidad indicaron a Sudaca que ni siquiera se enteraron de la reunión entre el Minsa y los rectores para afinar los protocolos. Tampoco tienen comunicación con Gallardo.

«Con Cadillo se llegó a tener un diálogo fluido, pero con el nuevo ministro nada. Hace una semana, en la despedida de Cadillo, Gallardo dijo que la línea de trabajo del ministro saliente se mantendría, así como el apoyo a la Sunedu, pero no hemos sabido nada más», indica una fuente de la Sunedu.

El pasado 18 de agosto, en una reunión que sostuvo un equipo técnico del Minedu con el Consejo de Ministros para hablar sobre la estrategia del ingreso universal a universidades -una promesa de campaña de Pedro Castillo-, se explicaron los lineamientos para llevar a cabo esta iniciativa.

Según una fuente presente en la reunión, el ministro de Economía, Pedro Francke, se mostró de acuerdo, pero añadió que también era “importante apoyar a las universidades públicas para la semipresencialidad”. Todo parece, sin embargo, haber quedado en intenciones. ¿Los universitarios? En la incertidumbre.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo

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El ministro de Educación, Carlos Gallardo Gómez, ha dejado huellas en el magisterio. No todas positivas, según el recuerdo de algunos testigos de su paso por Patria Roja y el decanato del Colegio de Profesores. En los últimos años se acercó al ala más radical de los docentes y hoy es un potencial aliado del gremio que fundó Pedro Castillo luego de la huelga del 2017.

Gallardo empezó su activismo como militante de Patria Roja -gremio que comanda hasta hoy el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep)- y llegó a ser dirigente del Comité Magisterial de Lima del partido. Según Julio Mendoza García, exdecano del Colegio de Profesores, y Soledad Lozano Costa, exsecretaria general del Sutep de 1992 a 1994, el hoy ministro fue expulsado de dicho partido hacia 1975 “porque no estaba alineado con la dirigencia”. Continuó participando, eso sí, del gremio de profesores.

“Incluso tuvo la responsabilidad de dirigir el Sute de Lima [la base del Sutep en la capital] hasta 1978. Pero en la primera huelga nacional indefinida del Sutep [ese mismo año], desarrolló actividades en contra de la orientación del Comité Nacional de Lucha”, recuerda Julio Mendoza.

Según Soledad Lozano, exsubsecretaria general del Sutep, el Comité de Lucha tenía como objetivo hacer el trabajo de unificación y canalizar el descontento del magisterio. La exdirigente recuerda que Gallardo trató de formar subgrupos y no respetó las decisiones que se tomaban. Demandaba -dice Lozano- una mayor representación de las bases de Lima sobre las del resto del país, algo que irónicamente combate la Fenate. 

La docente también recuerda que Gallardo tomó una postura menos confrontacional contra la dictadura de Juan Velasco Alvarado, que quería que los sindicatos estén bajo la sombra del régimen, apoyando las políticas de gobierno. Recuerda que, cuando el gremio magisterial buscaba luchar contra esta idea de sindicalismo, Gallardo optó por una posición conciliadora.

“Gallardo planteaba un sindicalismo más tibio. La tendencia era la lucha, la conquista de cosas, pero él decía que el Sutep era un bebé que había que permitir que crezca y que no había que tener una lucha confrontacional”, señala.

A mediados de la década de los 80, Gallardo fue contratado como profesor del colegio alternativo Atusparia, una institución privada que se ubicaba en San Isidro. Fuentes que estudiaron ahí en esa década describen a Gallardo como un buen profesor, “aunque siempre llevando la historia hacia la lucha de clases”.

Su nombre tomó notoriedad cuando fue nombrado primer decano del Colegio de Profesores del Perú, creado el 2004. Dos años más tarde, el Minedu nombró una Comisión Organizadora representada por autoridades de dicha entidad para el primer proceso electoral. Gallardo terminó siendo elegido para el período 2006-2009.

Sudaca conversó con fuentes que aseguran que Gallardo fue, nuevamente, un agente disruptor en el magisterio. De acuerdo a Julio Mendoza y Gilberto Meza, exdecanos de dicho colegio, quien había ganado las elecciones aquel 2006 fue Soledad Lozano, que representaba a un grupo denominado Frente Amplio Gremial Magisterial. “Un grupo del Comité Electoral favoreció a Gallardo luego de anular las elecciones en seis regiones en las que ganó el Frente. Esto continuó manteniendo dividido al colegio en los años posteriores”, denuncia Meza. 

“Como Gallardo y los suyos manejaban el comité electoral, empezaron a sacar excusas de fraude tal como hizo Keiko Fujimori. Un argumento, por ejemplo, era que había mesas donde sacaron 0 votos a su favor. Se anularon las votaciones en esas mesas y se convocaron elecciones complementarias. La gente que votó a favor de la lista que había resultado ganadora [la de Lozano] boicoteó el proceso [no fueron a votar a las complementarias] y, por ello, ganó Gallardo”, asegura Mendoza.

Para Soledad Lozano, la entonces rival de Gallardo, esas elecciones también fueron una radiografía de la actitud naranja en los últimos comicios. Principalmente, porque la lista de Gallardo esgrimió argumentos de fraude como suplantación de electores, a pesar de existir -dice- una diferencia de más del 40% entre ambas listas.

Según Lozano, a raíz de ese proceso, empezaron dos gestiones paralelas: la suya y la del ahora ministro. Esto terminó cuando ambos acordaron llevar a cabo los comicios del 2010. Tras varias postergaciones, las elecciones de aquel año dieron como ganador a Manuel Rodríguez Rodríguez. Para ser electo, tuvo que reconocer la gestión de Gallardo como legítima.

El perdedor de aquella contienda fue Ángel Salazar Piscoya, quien era apoyado por Gallardo. La facción del ahora ministro de Educación no se quedó con los brazos cruzados, según las fuentes.

En ese entonces, Sandrita Nájar, hermana de Róger Nájar -militante de Perú Libre- y exdecana del Colegio de Profesores del Callao, argumentó que no había participado de la Junta Nacional de Decanos que reconoció la victoria de Rodríguez. Por eso interpuso el 2011 un recurso de casación para que todo el proceso se anule. Eso dejó en el limbo el decanato de los profesores.

Fue el pasado 7 de octubre, diez años después y luego de varias instancias, que la Corte Suprema declaró improcedente el recurso de Nájar. En todos esos años, ha habido decanos para todos los gustos. 

HOMBRE DEL FENATE

La gestión de Carlos Gallardo, dice Soledad Lozano, estuvo marcada por su postura sin matices contra las evaluaciones de los docentes. “Como decano, presentó una acción de inconstitucionalidad contra la modificatoria de la Ley de Profesorado en torno a la carrera pública magisterial. Asumió la postura de decir no a las evaluaciones. Pero en la mente del profesor no se le recuerda mucho más que la actitud de dividir al sindicato”, cuenta a Sudaca.

Hacia el 2011, luego de terminar su gestión como decano, Gallardo se acercó al Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sutep (Conare), que le hizo frente a la hegemonía de Patria Roja en el magisterio. En redes sociales aún se puede hallar un video de ese año donde Gallardo pecha al partido.

Carlos Gallardo con mano en bandera del Conare en 2013.
Carlos Gallardo, junto con el entonces secretario general del Conare y miembro del Movadef Efraín Condori, con mano en bandera del Conare en 2012.

“La ministra tiene que escuchar al Conare. No puede ser que solo los representantes del magisterio sean los traidores de Patria Roja. En los años 70, cuando había cuatro sindicatos que no se ponían de acuerdo, planteamos el sindicato único de trabajadores de la educación y lo hicimos. Ese sindicato ha sido debilitado no solo por la represión externa, sino por la línea interior incorrecta. Van a vender las luchas del magisterio con esa dirigencia traidora”, se le escucha decir al hoy ministro.

Su acercamiento con esta ala disidente se concretó el 2013 y hasta ha sido captado liderando sus marchas. “Ese año, gente inconforme con la conducción del Sutep nos empezamos a contactar. Algunos también eran del Conare, que políticamente están ligados con Sendero y Movadef y probablemente tengan algunos miembros ahí. En esa confluencia llegó Gallardo”, cuenta Segundo Vásquez, secretario general del Fenate Perú, el gremio fundado por Pedro Castillo tras la huelga magisterial del 2017.

El ministro no le hace ascos al Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso. Hace dos años, posó para una foto junto a Oswaldo Esquivel, quien fuese secretario de prensa y propaganda del movimiento que pedía la amnistía de Abimael Guzmán. Esquivel es procesado por el denominado ‘caso Perseo’. En la imagen también está el congresista de Perú Libre Alex Paredes.

Álex Paredes, congresista de Perú Libre a la izquierda. Al lado derecho, Carlos Gallardo abrazando a Oswaldo Esquivel, exsecretario de prensa de Movadef en 2019.
Álex Paredes, congresista de Perú Libre a la izquierda. Al lado derecho, Carlos Gallardo abrazando a Oswaldo Esquivel, exsecretario de prensa de Movadef en 2019.

Como fuese, hoy la Fenate -una mutación del Conare- le disputa al Sutep la representación de los maestros. Segundo Vásquez confirma que Gallardo es de sus filas y que ha sido un miembro bastante activo de esta federación.

De hecho, Gallardo se presentó ante el Minedu como representante de la Fenate el 12 de marzo de 2020, cuando ingresó a una reunión con el ministro de entonces. De acuerdo a una fuente que participó de esa cita, el sindicalista se limitó a reclamar por la situación de profesores jubilados y sus pensiones. “Esa reunión era con el ministro tras un pedido de audiencia. En la nómina de Fenate de esa época, él era representante de los jubilados. Pidió aumento de la pensión de jubilados, pero no era competencia de la cartera”, relata la fuente.

Segundo Vásquez cuenta que desde hace dos meses Gallardo dejó de participar de la vida gremial por un tema de salud. Dice, además, que no fue propuesto por ellos al Minedu. “Él ha estado de acuerdo con todo [se refiere a las demandas del gremio]. Pero una cosa es estar de acuerdo siendo miembro activo de Fenate y otra es abordar los problemas siendo responsable de la cartera”, señala.

Las exigencias del gremio están plasmadas en cinco puntos: (i) La anulación del programa de emergencia que tiene el gobierno para el retorno a clases; (ii) la no privatización de centros educativos; (iii) la suspensión de la racionalización docente, que distribuye en función al número de estudiantes a profesores, directivos y auxiliares; (iv) la suspensión de exámenes de nombramiento; y (v) la reorganización del ministerio.

El Fenate solicitó a fines de la semana pasada una reunión con Gallardo, pero hasta el momento no los ha recibido. Sudaca tampocó recibió respuesta cuando buscó al ministro para que participe de este informe.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo.

 

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Al ingreso de Jorge Gutiérrez Mendoza como nuevo jefe del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes) le siguió un grupo de personas que han tenido un rosario de imputaciones en el Ministerio Público. Estos, además, han venido fungiendo de asesores en la sombra, a decir de sus recurrentes ingresos y salidas a estas oficinas sin siquiera ser nombrados. Hoy algunos ya están formalmente en la entidad. Uno ni siquiera cumple con los estándares mínimos del puesto.

PUESTOS PARA EL FRENTE AMPLIO

El más notorio de los contratos es el del excongresista Lenin Checco Chauca. Pese a que no cuenta con los requisitos para el cargo, la jefatura del Fondepes -entidad adscrita al Produce que promueve y apoya a la pesca artesanal- tomó el camino del caballazo y ayer publicó una resolución donde se le designaba como flamante Asesor II.

Para el puesto se pedía un mínimo de experiencia de tres años en funciones que tengan que ver con el sector o afines, así como un programa de especialización en la materia. Estas vallas las puso la anterior gestión del Fondepes, porque la institución maneja más de S/100 millones anuales y abarca la séptima parte del presupuesto del sector de producción. Pero el nuevo mandamás, Gutiérrez, optó por hacerse de la vista gorda.

Checco, quien nunca ha tenido una experiencia laboral relacionada con el sector, de acuerdo a su hoja de vida presentada ante el Jurado Nacional de Elecciones en 2020, prometió que iba a presentar a este medio documentos que acreditaban que cumplía los requisitos. Al cierre de esta nota, sin embargo, no lo hizo. Sudaca no pudo confirmar si es que el nuevo asesor sabe siquiera pescar.

Hasta julio de este año, de acuerdo a registros del Ministerio Público, Checco figuraba en una carpeta fiscal abierta por el delito de “promoción o favorecimiento al tráfico ilícito de drogas”. Entre el 2006 y este año, además, ha sido imputado por abuso de autoridad y peculado -este último fue archivado- en Apurímac. El excongresista asegura a Sudaca que todos los procesos en los cuales ha estado involucrado se encuentran actualmente archivados y que no cuenta con investigaciones vigentes.

Nota de Edición: Checco nos hizo llegar documentación respecto al caso de TID y de Concusión, en los cuales ambos se resuelven como archivados.

Checco empezó a visitar el Fondepes desde fines de setiembre, antes de ser nombrado. Según el registro de visitas, ingresó a la entidad de manera continua entre el 20 y 24 de septiembre, usualmente desde las 9 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde o más. Lo hacía en calidad de “particular”. El motivo, según el registro, siempre fue “reunión de trabajo con jefatura”.

¿Cómo llegó el excongresista al puesto? Sucede que Jorge Gutiérrez fue su asesor en el pasado período congresal 2020-2021, cuando Checco obtuvo una curul como parlamentario por Apurímac, en las filas del hoy extinto Frente Amplio (FA).

Además, Gutiérrez tiene más vínculos con este partido. Si bien estuvo afiliado a Perú Posible hasta el 2017, en 2018 postuló con el partido de izquierda para el cargo de vicegobernador regional en Apurímac. En dicha oportunidad, Checco Chauca fue el candidato a gobernador. No ganaron.

En ese entonces, el personero legal del FA era Cristian Chani Sequeiros. Este personaje -oh, sorpresa- fue designado en el cargo de Asesor I de la jefatura del Fondepes el último martes. Y de acuerdo a una resolución de ayer a la que ha podido acceder este medio, ha quedado encargado como Coordinador de Recursos Humanos en la entidad. Es decir, una puerta abierta para seguir usándola como agencia de empleos del expartido

Según el registro de visitas, otros exmilitantes del partido vienen visitando las instalaciones del Fondepes para “entrevistas” con Jorge Gutiérrez. El 27 de setiembre lo hizo Mercedes Soto Sayán, afiliada al Frente Amplio -hasta la desaparición de la organización hace unas semanas- y miembro del Comité Electoral Nacional desde octubre del año pasado. El mismo día, Trilce Hilario Chacón, quien fue parte de la Comisión Política Nacional, también tuvo una entrevista de trabajo con el jefe de la institución. Hilario volvió a ir dos días más.

El copamiento del Fondepes empezó bajo la reciente gestión en Produce de Yván Quispe Apaza, que fue militante del Frente Amplio. Ayer la cartera pasó a manos del accionpopulista José Incio Sánchez. En el feudo de Gutiérrez, sin embargo, hay más designaciones que llaman la atención.

OTRAS DESIGNACIONES DUDOSAS

Una de ellas es la de Luis Robles Loza, quien fue designado hace dos días como Asesor I de la jefatura de Fondepes. Su nombre figura en seis carpetas fiscales como imputado, entre 2013 y mayo de este año. Al menos una de estas ha sido archivada.

La más reciente, de mayo pasado, es por un caso de falsedad ideológica. Los otros delitos que aparecen en los registros fiscales son falsificación documentaria, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, apropiación ilícita y estafa. Además, según prensa local, fue señalado como el “facilitador” de cobro de cupos en el muelle artesanal de Chimbote y el muelle municipal ‘27 de octubre’ a inicios de año. Al ser consultado por estos temas, Robles prefirió el silencio.

El flamante asesor también venía visitando el despacho de Fondepes antes de ser nombrado. Ingresó entre el 20 y 24 de septiembre, desde la mañana hasta entrada la noche. El motivo siempre fue “reunión de trabajo” con la jefatura de la entidad. Luego, el 27 de ese mes, ingresó como parte del equipo de ‘transferencia de cargos’.

Según señalan fuentes de Fondepes a Sudaca, Andrés Trigoso Alca es otro de los personajes cercanos a Gutiérrez que en los próximos días juramentaría como asesor. Trabajó por casi una década en el Ministerio de Energía y Minas, siendo su último cargo el de jefe de la Oficina de Gestión de Diálogo y Participación Ciudadana el 2020. También, como Robles, fue parte de la comisión de transferencia.

Trigoso tiene cuatro carpetas fiscales como imputado o investigado entre el 2008 y 2012. Los delitos que figuran junto a su nombre son abuso de autoridad, fraude procesal y violencia familiar. El caso más grave en el que aparece -y que, según los registros, hasta julio pasado seguía abierto- es el de la presunta violación sexual a una «persona que se encuentra en situación de dependencia, autoridad o vigilancia”.

Nota de Edición: Trigoso se contactó con Sudaca luego de publicada esta nota, y afirmó que el caso de violencia familiar fue archivado. Asimismo, dijo que en cuanto a «esa y las otras denuncias desconozco ya que nunca fui notificado y no sé la materia de las denuncias». Además, sobre el caso de denuncia sexual, indicó que no es el imputado, aunque en el registro de fiscalía aparece como investigado en un caso que califica.

Para la elaboración de este artículo Sudaca se contactó con el asesor quien, al ser requerido para una entrevista, expresó su extrañeza porque “no tiene un vínculo laboral” con Fondepes. Al indicarle que teníamos conocimiento de su cercanía con la entidad y sus visitas físicas a la misma, nos dejó en visto. Sudaca pudo comprobar que Trigoso visitó el Fondepes la noche del pasado viernes. Este medio tomó registro de su auto saliendo del local del Cercado de Lima.

Trigoso, sin embargo, solo aparece en una visita con motivo de transferencia de cargo el 27 de septiembre de 5:43 pm a 7:25 pm. La visita captada por el autor de esta nota no está en el registro. Una fuente de la entidad asegura que habría ingresado, además, entre el 20 y 23 de septiembre bajo el nombre de ‘Fernando Segundo Arce Trigoso’, que sí figura.

De acuerdo a la Contraloría, el no registrar las visitas constituye una falta que afecta las normas de transparencia. La amonestación tendría que estar dirigida a la jefatura de la entidad, es decir, Jorge Gutiérrez Mendoza. Pero el nuevo jefe del Fondepes también es un personaje cuestionado.

Luego de su nombramiento, se hizo público que tiene una investigación por negociación incompatible que habría ocurrido en su paso por la Diresa II de Apurímac. Además, se hicieron públicas sendas denuncias por violencia familiar, según América Televisión.

Sus recientes acciones hablan por él. Como Fondepes es una entidad técnica, no cualquiera puede entrar a sus filas. Por ello, la anterior gestión había elaborado una matriz con los perfiles exigidos a los contratados por órdenes de servicio. El 1 de octubre, Gutiérrez se tumbó esos lineamientos.

Ese día dirigió un memorándum múltiple a diversos directores y jefes. En el documento se comunicaba que los requisitos establecidos en la gestión anterior, para contratos de personal por órdenes de servicio -menores o iguales a 8 UIT (S/35.200)- quedan sin efecto. Está claro que en la nueva agencia de empleos del desaparecido Frente Amplio, el festival de dudosas contrataciones apenas empieza.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo

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En el exclusivo Club Regatas Lima, los estatutos son letra muerta. Sudaca ha podido comprobar que la cúpula de la institución faltó a su propio reglamento y tomó decisiones arbitrarias en el caso del jefe de la ONPE, el socio Piero Corvetto, suspendido por hacer pública la agresión de la que fue víctima a fines de junio. Ello, en medio de infundadas acusaciones contra el organismo electoral por un supuesto fraude.

La decisión fue una de las razones que motivaron, además, que cuatro directivos renuncien en julio pasado a la Junta Calificadora y de Disciplina. Esta es, en teoría, la encargada de sancionar a los miembros del club. Los renunciantes afirman en una carta haber sido hostigados por el presidente de dicha instancia.

EL AGRESOR

La historia se remonta al 26 de junio, cerca de las cuatro de la tarde. Ese día, Corvetto tuiteó que había sido agredido física y verbalmente en el Regatas. Corvetto, quien no quiso participar en esta nota, afirmó que la seguridad no le dio los datos del agresor y publicó él mismo fotos de este en las que aparecía de perfil y usando una mascarilla.

Sin embargo, el artículo 61 del estatuto del club -que lista las infracciones susceptibles de ser sancionadas- indica como una falta “la afectación del prestigio del club o su marcha institucional con actitudes o manifestaciones públicas, verbales o escritas, o publicaciones”. Es decir: los socios no pueden hacer público nada malo que haya ocurrido en el Regatas, así sea una injusticia, porque se enfrentan a un castigo.

La agresión verbal contra Corvetto se dio en las instalaciones a vista de muchos, pero la agresión física ocurrió en el baño de hombres cuando se encontró con Enrique Zignago Landavere (68), el hombre que lo había insultado. Un personal de seguridad tuvo que intervenir para separarlos, según una fuente vinculada al proceso interno. 

Sudaca buscó a Zignago en el domicilio que figura en Reniec, pero hoy es un terreno demolido. También intentó en el restaurante Magma Sushi Lounge, del cual es gerente, pero en la dirección de Miraflores solo encontramos un cartel de cierre de la municipalidad roto y apenas legible. Al llamar al restaurante, un hombre con voz grave y ofuscada, que evitó identificarse, dijo: “El señor Zignago no va a hablar sobre ese tema. Está usted perdiendo su tiempo”. Acto seguido, colgó.

El Regatas, a través de su Junta Calificadora y de Disciplina (JCD), señaló el día de la agresión que lamentaban episodios como ese y que estos transgredían el Estatuto y Reglamento de Disciplina. Por lo que iniciaban acciones, dijeron, de acuerdo a su normativa.

SALTO CON GARROCHA DEL ESTATUTO

Las decisiones que se tomaron a raíz de la denuncia de Corvetto no estuvieron ceñidas a sus leyes internas. De acuerdo al artículo 58 del estatuto del club, la Junta Calificadora y de Disciplina (JDC) se compone por dos salas conformadas por cinco miembros cada una. 

La primera, llamada Sala de Conocimiento, es la que abre procesos disciplinarios y absuelve o sanciona al asociado en primera instancia. En una segunda instancia, el proceso es visto por la Sala de Revisión, siempre y cuando las partes soliciten una especie de apelación. Las decisiones que aquí se tomen no deben demorar más de 10 días útiles. Julio César Roca Fernández, exprocurador anticorrupción durante el segundo gobierno aprista, es presidente de la JDC y, además, encabeza esta segunda sala.

Para resolver este caso, sin embargo, el estatuto fue un manuscrito de normas gaseosas en la cual la primera instancia se enteró de la suspensión indefinida de Corvetto sin que sus miembros hayan participado de la decisión. Así lo confirman una fuente del club que estuvo relacionada al proceso y otra cercana a la directiva.

“Roca señaló que se tomó una decisión, pero esta no se sometió a acuerdo de Junta. Se decidió y se le dijo a la Sala de Conocimiento que ya se había suspendido a Corvetto. Roca dijo que el de seguridad manifestó que los había tenido que separar en el baño. Además, suele adelantar opinión en muchos casos en primera instancia y hasta ha roto documentos enviados por la misma”, afirma una fuente envuelta en el proceso sancionador. Sudaca contactó a Roca a través de sus redes sociales y su WhatsApp, pero no respondió.

El manejo del caso Corvetto produjo un cisma al interior de la Junta Calificadora, en cuyo seno ya se habían producido desencuentros. En una carta enviada a la presidencia del club, el pasado 9 de julio, los miembros la Sala de Conocimiento pusieron su cargo a disposición luego de, entre otras razones, señalar que Roca Fernández «limitaba la libertad de expresión y no respetaba las diferentes opiniones del grupo, imponiendo su punto de vista, generando un ambiente poco respetuoso y democrático entre los miembros durante las sesiones». 

Además, señalaron que las repetidas intervenciones de Roca en los procesos disciplinarios «ponen en tela de juicio la capacidad de gestión de los miembros sin respetar la autonomía, haciéndonos ver como poco ejecutivos, incompetentes y lentos como lo expresó en alguna oportunidad y compartiéndolo además con miembros del Consejo Directivo».

También acusaron que se les limitó las comunicaciones con otras dependencias y que se les siguió «imponiendo decisiones y la forma como debemos de proceder, incluso, en la apertura de los procesos disciplinarios, situación que no estamos dispuestos a aceptar».

Los renunciantes son Claudia Dall’Orto García Corrochano, esposa de Alex Kouri; Carolina Gutiérrez Lazarte, exjefa de marketing de Interbank; Silvana Gallart Gallart, quien luego regresó a la Sala a pedido expreso del presidente del club Jaime Cornejo; y Jorge Palomino Gamarra. El quinto miembro, Domingo Salaverry Martínez, no ha renunciado, aunque se encuentra suspendido, según pudo conocer este medio.

La agresión de Zignago a Corvetto viene siendo investigada en una fiscalía penal de Chorrillos. Pero este no había sido el único incidente. Días antes, en el restaurante San Telmo, uno de los que opera dentro del club, se registró otro episodio de agresión verbal. La situación fue desmentida por el local, pero poco después El Foco publicó un audio de Jaime Cornejo, presidente del Regatas, en el que reconocía el hecho y sindicaba al jefe de la ONPE de orquestar una campaña de victimización. 

“El señor había tenido un incidente en San Telmo, sabe que está en el ojo de la tormenta. Obviamente debe tener cuidado, no solo en el Regatas, sino que en cualquier lugar donde vaya a almorzar le van a faltar probablemente el respeto. Entonces, salir con sus hijos y venir al club cuando la situación está tan complicada… Es mi humilde forma de pensar, yo creo que esto ha sido orquestado por Corvetto para tener la cobertura mediática que tiene, victimizarse y decir que está siendo agredido”, manifestó en el audio.

Mientras el caso se intenta mantener alejado de los reflectores, hasta la semana pasada Corvetto seguía suspendido por el club. A Zignago, por su parte, se le impuso una suspensión por 60 días que ya acabó, luego de declarar su responsabilidad en el incidente, de acuerdo a las fuentes. El «fraude en mesa» sí se produjo, pero en el Regatas.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo.

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Apenas sienten el sonido del motor, niños y adultos abren las polvorientas puertas de sus casas con una sonrisa y balde en mano. Hay un ambiente de carnaval, pero es todo lo contrario. Acaba de llegar un camión cisterna que recorre por primera vez la trocha carrozable hacia Shalom Maná, el centro poblado que alberga a 40 familias y que llevan más de una semana sobreviviendo a la escasez de agua potable en las alturas de San Juan de Lurigancho. Una de las vecinas ha tenido que ir en busca del vehículo que ha contratado Sedapal para proveer de agua a los vecinos del distrito más grande del país.

Shalom Maná está asentado sobre un terreno eriazo al que se llega pasando el penal Castro Castro, unos 20 minutos manejando cerro arriba. Las únicas veces que los vecinos han visto subir camiones ha sido para botar desmonte en un terreno que colinda con sus tierras.

Hace nueve años que llegaron a esta ladera inmigrantes provenientes de diferentes regiones del país. El agua, hasta hace una semana, era suministrada por un pilón, un caño público instalado en una comunidad aledaña que recibe agua de Sedapal. Cada jueves, desde la madrugada, los vecinos se turnaban para ir a recolectar el líquido en recipientes. Todo por una tarifa plana de S/25 soles mensuales, cuentan a Sudaca.

Pero desde el pasado 4 de enero, el pilón del que sacaban el agua está seco. Sedapal informó de un aniego de aguas servidas en el cruce de las avenidas Tusilagos y Próceres de la Independencia, a unos siete kilómetros de este pueblo joven. La rotura ocurrió debido a trabajos en su «Sistema Alterno de Emergencia». Hace más de dos años, sufrieron una situación similar, cuando otra tubería se rompió debido a las obras en la estación del Metro de Lima.

El incidente ha provocado que el distrito se quede sin servicio de agua potable. Y la oferta, que llega en camiones cisterna, no es suficiente para satisfacer la demanda. “Al inicio no estábamos tan preocupados porque teníamos algo almacenado, pero ahora he tenido que ir a hacer cola en la avenida Santa Rosa [uno de los puntos donde los camiones cisterna reparten agua a los vecinos del distrito]. Luego, regresamos para abastecer a los vecinos”, cuenta Ninan Gamonal, presidenta de la olla común de Shalom Maná.

Ninan Gamonal vive hace años en una zona que ni aparece en Google Maps (Foto: Giovani Alarcón).
Ninan Gamonal vive hace años en una zona que ni aparece en Google Maps (Foto: Giovani Alarcón).

Los ciudadanos de esta localidad se alimentan de esta olla, que usualmente reparte 150 platos de comida diarios. Con la escasez de agua, sin embargo, han tenido que disminuir las raciones. Gamonal cuenta que, para ahorrar agua, intentan cocinar menos arroz o, en la olla donde hacen tallarines, también ponen a hervir otros alimentos antes de cambiar el agua. Así evitan tener que lavar los utensilios tantas veces.  La crisis es tal que no podrán utilizar un centenar de sobres de caldo que les han donado en estos días. El lote está apunto de caducar.

Los problemas de salud tampoco son ajenos. Al menos dos niños han tenido infecciones que los vecinos relacionan a la falta de agua. Las enfermedades se suman al drama del Covid-19. Esta semana, cuentan, uno de los moradores ha tenido que ser internado por un cuadro de insuficiencia respiratoria.

El último jueves, los dirigentes de este centro poblado tuvieron una reunión con funcionarios de Sedapal, pero las promesas cayeron en saco roto. La empresa estatal, que había asegurado que iba a restaurar el servicio de agua el pasado fin de semana, no cumplió. Ahora dicen que lo harán antes del miércoles.

Los primeros días sin agua fueron de desconcierto para los vecinos de San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado del país: tiene más de un millón de habitantes. Las autoridades locales llegaron a recibir denuncias de cisternas -contratadas por Sedapal- que no llegaban a las zonas de reparto y más bien aprovechaban para vender el agua en lugares donde se les pagara más. 

“Muchos vecinos se han estado quejando de que algunas cisternas no han estado llegando a los destinos o que no encontraban al contacto en la zona de reparto. Al parecer, en el camino, hacían lo que no debían”, comenta Nil Herquinio, regidor de la municipalidad. Las quejas, según Herquinio y los propios vecinos, acabaron cuando el Ejército empezó a supervisar el trabajo de los repartidores.

Parada frente a la puerta del local de la olla común, Ninan Gamonal recuerda sus primeros años en Shalom Maná, las primeras casas, la construcción de la trocha carrozable que hoy nos ha guiado hacia el lugar. La docente, que enseña tres veces a la semana a 15 niños, sueña con que las colinas frente a las cuales amanece algún día sean verdes. “Quiero que sean como Mangomarca, que está a la vuelta del cerro de enfrente”, apunta, señalando una pequeña planta que crece a mitad de una ladera.

A 20 minutos del penal Castro Castro, cerro arriba, está Shalom Maná (Foto: Giovani Alarcón).
A 20 minutos del penal Castro Castro, cerro arriba, está Shalom Maná (Foto: Giovani Alarcón).

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En el cruce de las avenidas Próceres y Tusilagos, en la parte baja de San Juan de Lurigancho, funciona hace 30 años la pollería La Kasiña. Desde su segundo piso, Rosa Espinoza (60), la dueña, ha sido testigo de primera mano de los aniegos que han inundado la zona, tanto el del pasado 4 de setiembre, como el del 2019.

“Fue el sábado como a las dos de la tarde. Los vecinos indignados llamamos y llegaron rápido con los hidrojets [maquinaria para succionar las aguas] a la media hora. Incluso vino el alcalde, pero lo corrieron al toque. Es muy figureti. Los vecinos le empezaron a gritar, a insultar. No hace nada, ni aparece, no hay gestión”, dice decepcionada la mujer.

Vista desde el segundo piso de La Kasiña el día del aniego del sábado 4 de setiembre.
Vista desde el segundo piso de La Kasiña el día del aniego del sábado 4 de setiembre.

Al día siguiente del último aniego, cerraron una de las vías de la avenida Tusilagos para que pueda ser ocupada por las cisternas. Al inicio, los vecinos se amontonaban para llenar sus baldes, pero conforme pasaron los días han encontrado otros puntos y han dejado la calle más libre.

La pollería de Rosa la pasó mal. Estuvieron tres días sin poder recolectar suficiente agua. Eso, sumado al tráfico generado por el cierre de la vía, generó que sus ventas cayeran hasta menos de la mitad de lo que suelen ganar. Su negocio está en una pequeña pendiente: gracias a eso, las aguas servidas no llegaron a tocar sus instalaciones.

En San Juan de Lurigancho no solo pululan pollerías, sino también los locales para lavar autos. Hay zonas en las que se pueden encontrar hasta tres car washes en una sola cuadra. Algunos se ubican frente a lugares donde, con el tráfico de los autos, se levantan polvaredas de manera frecuente.

César (58) es dueño de uno de estos negocios. Su local, La Merced CarWash, está frente al parque zonal Huiracocha. El llenado de un tanque -que le permite lavar hasta 100 carros- hoy le cuesta hasta S/70 diarios cuando antes del aniego costaba casi un tercio de aquel monto.

Con la escasez de agua, además, sus ganancias han disminuido considerablemente. Antes del incidente recibía hasta 70 autos diarios, hoy recibe menos de la mitad. Ha tenido que pedirle a tres de sus empleados que no vayan a trabajar hasta que regrese el agua.

«Sedapal no te llena nada, ¿y para qué uno se va a quejar si nunca aparecen? Ahora he tenido que subir la tarifa de S/8 a S/10 porque, con el pago del agua a las cisternas, ya no me alcanza», reniega César. A nuestro lado pasa un bus de transporte público a toda velocidad y levanta suficiente polvo para teñir de marrón su gorra negra. 

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Los camiones cisterna suelen quedarse a mitad de camino en la Agrupación Familiar Super S-II, un poblado de cerca de 300 familias asentado sobre la ladera de un empinado cerro. Los motores no dan más y los que viven en la punta son los últimos en ser atendidos. Por lo tanto, reciben menos agua.

El camino para ingresar a este centro poblado también desemboca en otras 14 agrupaciones, todas las cuales dejaron de tener agua desde el sábado y hoy ruegan porque las cisternas puedan superar la pendiente del trayecto.

Zoraida Rivera (60) llegó a la falda de este cerro hace 20 años, desde su natal Huánuco. No sufre como el resto ya que la parte baja del cerro cuenta con un sistema de agua y desagüe, que lograron instalar el 2009. Pero no es un sistema estable.

“A veces nos llega en la noche o en la mañana, pero sí nos cobran en exceso. Yo pago hasta S/100 soles en ciertas ocasiones, aunque apenas somos cuatro personas. He reclamado a Sedapal, revisaron el medidor y me dijeron que no había problema”, dice la mujer, que en el último mes también ha visto la tarifa de luz por las nubes, cuando ni siquiera tiene un refrigerador o una plancha en casa. 

Zoraida Rivera es fundadora de uno de los pueblos en la falda de un cerro en SJL y vive el día a día vendiendo alfalfa(Foto: Giovani Alarcón).
Zoraida Rivera es fundadora de uno de los pueblos en la falda de un cerro en SJL y vive el día a día vendiendo alfalfa (Foto: Giovani Alarcón).

Desde el aniego, debe recurrir al camión cisterna. Si el vehículo no pasa, debe trasladarse a los puntos de reparto, lo que se traduce en pasajes de S/5 o S/6. “Como es subida, a veces nos dicen que no vienen hasta acá. Si subo sin carga [se refiere al agua], me cobran un sol, pero ahora eso es lo que cobran [los mototaxistas]. Tengo que reciclar mucho el agua”, cuenta. Hoy una cisterna sí ha llegado al lugar, pero se queda estancada cuando empieza a subir la colina, dejando un reguero de agua que se seca rápidamente sobre el arenal.

Fotoportada: Darlen Leonardo. Foto: Andina.

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La Derrama Magisterial es el siguiente objetivo de la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep), gremio fundado por Pedro Castillo. La institución previsional, que tiene cerca de 300.000 docentes afiliados, es un jugoso botín para este nuevo sindicato, que logró inscribirse oficialmente recién bajo el mandato del actual presidente. En concreto, tras menos de 72 horas de haber asumido Palacio.

Hoy la Derrama Magisterial (DM) está bajo el control del Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), gremio vinculado al Partido Comunista del Perú-Patria Roja. El Sutep, como es de esperar, no dejará que le arrebaten tan fácilmente la gallina de los huevos de oro.

De acuerdo a sus Estados Financieros, hasta enero de 2020 la Derrama tenía activos por un valor de S/2.650 millones. Además de ofrecer créditos a sus afiliados, la institución ha invertido el dinero de los profesores -entre otros- en proyectos de vivienda y hoteles tres estrellas en Arequipa, Asia, Ayacucho, Cusco, Moquegua, Ica, Nasca, Tacna y Tarapoto. También tiene una unidad de venta de retail online llamada DM Plaza y la más reciente joya de la corona: Librerías Crisol.

Esta última fue adquirida en 2016. Para esa fecha, el valor de la librería se estimaba hasta en S/36 millones, sin contar la deuda financiera. Su participación en el mercado, con una treintena de tiendas, era de más del 50% del canal moderno.

El manejo de todo ese imperio está ahora en juego. El movimiento magisterial que fundó Castillo, y que tiene irrefutables vínculos con el Movadef, cuenta con aproximadamente 50.000 afiliados y está en una activa campaña, en el sur y el norte del país, para captar más. Sudaca pudo conocer que al interior de la Fenatep hay dos vertientes sobre qué hacer con dicha entidad si llegan a tomarla. La primera es “democratizar” la participación de otros sindicatos en el directorio. La segunda: cerrar la institución y liquidar sus activos. Esta última responde a las voces más radicales de la agrupación.

Partidario de la primera opción es el actual congresista Édgar Tello, quien a fines del mes pasado ya solicitó al Ministerio de Educación un informe sobre la situación económica de la DM, aunque no ha tenido respuesta por el momento. “En el estatuto que el Minedu ha aprobado para la Derrama existe una condición para ser miembros del directorio y esta es ser afiliado al Sutep, lo que vulnera el derecho de la libertad sindical y de libre asociación”, se queja el parlamentario, consultado para este informe. 

El estatuto de la DM señala que el directorio está conformado por cuatro representantes del Sutep, uno del sindicato de profesores de educación superior y un representante del Ministerio de Educación. No se permiten cambios a menos que sean propuestos por el directorio y aprobados por la cartera ministerial.

Otra vía podría estar en el Congreso, donde la Fenatep es parte de la bancada de Perú Libre. En los dos últimos años se han presentado 14 proyectos de ley sobre la Derrama, a través de parlamentarios de distintas bancadas. Entre ellas, Fuerza Popular, Alianza Para el Progreso, Acción Popular, Unión por el Perú o Frepap. Algunos de los proyectos buscaban, por ejemplo, que se incorporen representantes regionales en el directorio, que se autorice el retiro de fondos y la desafiliación o que se modifique el estatuto mismo de la entidad. Ninguna de estas iniciativas vio la luz en El Peruano.

“La ley es muy clara en el sentido de que quien representa a los trabajadores es el sindicato mayoritario. Y el sindicato mayoritario, para todo efecto, es el Sutep. A no ser que cambien la legislación y adecúen todo a los intereses del Fenatep. Entonces ya sería un actuar mucho más descarado”, dijo hace unas semanas Lucio Castro, secretario general del Sutep, a Sudaca. El dirigente asegura tener más de 200.000 afiliados en su gremio.

Sudaca buscó la version de la DM, pero no obtuvo respuesta. Castro, en tanto, sí cuestionó la cercanía del Fenatep con el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, y apuntó: “El deseo de ellos ha sido inscribir su sindicato, lo han logrado aprovechándose del poder que ahora tienen. Lo que ellos quieren seguramente es meter la mano en el dinero de los maestros. Eso los afiliados no lo vamos a permitir”.

Lo cierto es que otro sector de la Fenatep que no tiene intenciones de conformar el directorio, sino que quiere liquidar los activos para repartir los recursos entre los docentes. Luego se crearía una nueva entidad. “Nuestro planteamiento es que la Derrama sea intervenida y que se produzca una auditoría, porque no está funcionando a favor del maestro. Además, que se produzca la liquidación y la devolución de los aportes, tanto personales como de capital que existen ahí”, dice Segundo Vásquez, secretario general del nuevo gremio, a Sudaca.

Consultado sobre qué se haría con la previsión social de los docentes, Vásquez indica que eso se verá luego del cierre, en “los eventos realizados en cada base distrital y provincial para ir proponiendo contenido, estructura y estatuto de la nueva entidad de previsión”.

Vásquez no desaprovecha la oportunidad para arremeter contra la actual gestión de la DM. Dice, por ejemplo, que los créditos no son competitivos en comparación con otras entidades bancarias. El directorio -cuyo mandato acaba este año- lo preside Luis Espinoza Tarazona, quien figura como militante de Juntos por el Perú desde 2017 y es afiliado al Sutep.

La influencia del Fenatep sobre el presidente Castillo puede jugar un rol decisivo en la toma de la Derrama Magisterial. Sin embargo, el ministro de Educación, Juan Cadillo, es hasta ahora un muro de contención. “Con nosotros se hace el difícil para conversar. Con Patria Roja sí para coordinando”, dice Segundo Vásquez. Veremos hasta dónde resiste las presiones.

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El Ministerio de Educación (Minedu) no se ha destacado precisamente por su eficacia para afrontar la pandemia. ‘Aprendo en Casa’, como ya ha reportado Sudaca, es un ejemplo de eso. Hace dos días, según tres fuentes, se despidió de sus subordinados en la institución una de las principales responsables del mal manejo, la viceministra de Gestión Pedagógica Killa Miranda. El regreso a clases, sin embargo, aparece ahora como un desafío mayor: se deben superar brechas básicas que la gestión anterior no solucionó.

 

El exministro Ricardo Cuenca terminó su mandato haciendo un balance positivo del retorno a las aulas en las zonas rurales del país. Las cifras, sin embargo, son incipientes. A fines de julio pasado, según información proporcionada por el Minedu a este medio, había poco más de 48.000 colegios públicos -más del 90% en zonas rurales- que se encontraban «habilitados» para recibir a los alumnos. Es decir, que están situados en provincias con bajas tasas de contagios por Covid-19.

Sin embargo, solo 5.119 instituciones aceptaron retornar a las clases, el 10,48% de ese universo. ¿Por qué? Principalmente por la negativa de algunos padres de familia, un grupo minoritario (según Datum, el 69,1% sí quiere retorno*) que no ve en las aulas un ambiente seguro para sus hijos, a los que se sumaron las voces de las autoridades regionales. Sus preocupaciones tienen asidero.

*Nota de edición: Este dato fue agregado y la precisión «algunos padres» fue hecha luego de publicado el informe. 

La Dirección Regional de Educación de San Martín, por ejemplo, emitió un comunicado en sus redes sociales el pasado 12 de agosto indicando que sus instituciones educativas no cuentan con las condiciones mínimas. Uno de los principales problemas es la falta de baños y servicios de agua y desagüe. De hecho, según información que el mismo Cuenca publicó en redes sociales en febrero de este año, 1 de cada 4 colegios públicos tienen silos en vez de baños y 3 de cada 10 tienen pozos con agua, pero que no es un servicio con tuberías.

Además, apenas el 58,5% de escuelas tiene acceso a servicio de agua a través de una red pública. Apurímac, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Moquegua, Junín y Tacna, cuyas autoridades no definen una postura sobre el regreso a las aulas, según los coordinadores del Minedu en esos territorios, padecen este escenario.

La otra cara de la moneda es Loreto, la región que más ha avanzado en este retorno a las aulas, con un 75% de sus colegios que ya han empezado a recibir alumnos. Le siguen Ucayali (38%), Ayacucho (31%) y Amazonas (13%). Estos colegios vienen atendiendo a unos 210.000 estudiantes acompañados por 14.916 docentes, de acuerdo a la información proporcionada a Sudaca.

PRESIONES Y RECLAMOS

Uno de los principales obstáculos para el retorno, para el que se necesitan servicios básicos de higiene y ambientes ventilados, ha sido la incapacidad de las autoridades para llevar a cabo proyectos de infraestructura. “La brecha de infraestructura educativa, antes de la pandemia, ascendía a S/100.000 millones, que debía cerrarse en un plazo de 36 años. Hacia el 2018, un 84% de colegios [en cartera] no se construía por responsabilidad de municipalidades y gobiernos regionales. No construyen casi nada porque no tienen capacidad técnica para hacerlo”, explica una fuente de alto rango del Minedu. 

Según el portal de Transparencia Económica, la ejecución en infraestructura educativa de los gobiernos regionales deja bastante que desear, sobre todo en tres regiones. En el caso de Ica, de 21 proyectos de infraestructura vinculados a Educación, apenas se ha avanzado con el 54%; Amazonas está por el 38% de 13 proyectos; mientras que Cajamarca lleva un 18% de avance en 16 proyectos.

Desde los gobiernos regionales le tiran la pelota al Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) del Minedu, que tiene en cartera otras cientos de obras. “No es posible que a estas alturas el Pronied no haya podido ejecutar proyectos de infraestructura educativa en ningún nivel de educación básica”, dice Carlos Rúa, gobernador regional de Ayacucho y presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR).

Lo cierto es que tanto gobiernos regionales como locales, y el mismo Pronied, tienen varias deudas pendientes. Hace poco, Sudaca reveló que de las 1.527 instituciones afectadas por el Fenómeno del Niño del 2017, apenas se han terminado de reconstruir 354. La responsabilidad, como detalla el informe, es compartida.

A pesar de este desolador antecedente, Rúa le echa la culpa a la falta de una política eficiente de descentralización. “Todos los estudios se evalúan en la capital y se ha vuelto muy burocrático reacomodar el presupuesto. Creo que se deben hacer transferencias de funciones a las regiones, lo que tiene que ir acompañado de recursos. El gobierno central debe transferir y fortalecer capacidades”, apunta.

Los gobiernos regionales han tomado el primer paso y han visto una oportunidad en el nuevo gobierno. El pasado 14 de agosto, la asamblea que los reúne acordó plantearle a Castillo una «agenda mínima» que apunte a eliminar programas como Provias (de Transportes), Pronis (Programa Nacional de Inversiones en Salud), PNSR (Programa Nacional de Saneamiento Rural) y, justamente, Pronied, que reciben gran parte del dinero para la ejecución de obras.

Acuerdo de GOREs del 14 de agosto.
Acuerdo de GORE del 14 de agosto.

Las autoridades regionales apuntan a canalizar estos recursos para hacerse cargo de los proyectos, en particular de la infraestructura educativa. Además, apuestan por una estrategia para que los colegios logren cumplir con los requisitos de bioseguridad y la aceleración de la vacunación. Este último es un factor clave para que los maestros empujen el carro en la dirección del retorno a las aulas.

Al cierre de esta edición, apenas el 38% del personal de educación (unos 253.000 profesionales) se había inoculado con las dos dosis, mientras que el 21% (143.000) había recibido solo la primera, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud. La situación responde a factores como la dificultad de llegar a algunos lugares en el país y la falta de una estrategia más efectiva de parte de las autoridades sanitarias.

La Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales ya se ha reunido por estos días con la PCM y tiene un nuevo encuentro agendado para la tercera semana de setiembre. El gobernador Carlos Rúa dice que el gobierno se ha mostrado dispuesto a admitir sus demandas.

Lo cierto es que no son los únicos que ejercen presión. La Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep), el gremio magisterial afín a Pedro Castillo e inscrito velozmente como sindicato, viene reclamando por una reunión con el ministro Juan Cadillo, a pesar de que sus representantes sí se han reunido con el mismo presidente de la República.

De acuerdo a Segundo Vásquez, dirigente de este sindicato que cuenta con más de 50.000 afiliados, hasta ahora no han recibido ninguna pauta para el retorno a clases. “Pese a que lo hemos solicitado desde el 4 de agosto, el señor Cadillo no ha tenido tiempo y nos ha agendado recién para un diálogo virtual, a pesar de que creemos que debe ser presencial, para el 20 de agosto. Parece que al ministro no le interesa conversar con nosotros”, cuenta.

Los dirigentes también enviaron al Minedu un plan que busca que el sector Educación sea declarado en emergencia, tal como prometió Castillo en su discurso presidencial. El objetivo, dice Vásquez, es la reorganización del financiamiento pedagógico, entre otras cosas, para la infraestructura educativa. El mismo reclamo que tienen los gobiernos regionales.

“El Estado debe disponer un presupuesto extra para afrontar las dificultades más urgentes en las escuelas. Muchas instituciones no tienen baños ni agua, así como tampoco aulas adecuadas para el distanciamiento, ni tópicos, ni medicamentos. Otro tema es que no se están haciendo los gastos para acortar la brecha tecnológica, una de las razones por las que el padre de familia también quiere la presencialidad”, señala el sindicalista.

El gremio busca que se genere una partida de S/5.000 millones para estos fines. ¿De dónde saldría la plata? Según el docente, hay recursos que se pueden reorientar del mismo presupuesto. Apela a que el dinero que algunas empresas mineras están pagando por deudas a la Sunat pueda ser utilizado. La Fenatep también pedirá, a largo plazo, un bono a las familias de los estudiantes.

En el corto plazo, sin embargo, esperan todavía una propuesta concreta del gobierno. Al menos para que los 8 millones de estudiantes que hay en el país y los padres de familia no aguarden otro año más en la incertidumbre.

 

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La mañana del pasado martes, ocho congresistas de Acción Popular (AP), la tercera bancada más importante del Congreso y la que preside la Mesa Directiva, se reunieron por cerca de dos horas con el primer ministro Guido Bellido. La cita, si bien cordial, tuvo desencuentros.

Pese a ello, la primera opción que baraja la bancada es darle el voto de confianza al Gabinete. Según el congresista Edwin Martínez, al interior del grupo parlamentario ya se está hablando de optar por este camino con el ánimo -dice- de dejar trabajar al Ejecutivo, aunque con la permanente evaluación del Congreso.

Pero el objetivo real, según otras voces al interior de AP, es evitar una disolución del Parlamento. ¿Cuál sería la respuesta de Acción Popular ante este eventual escenario? El parlamentario Carlos Alva advierte: “si morimos nosotros, también el presidente”. No quiso explayarse en detalles.

Guido Bellido se reunió hace dos días con la bancada que dirige la Mesa Directiva (Foto: Canal N).
Guido Bellido se reunió hace dos días con la bancada que dirige la Mesa Directiva (Foto: Canal N).

Fuentes de la lampa dicen a Sudaca que, sorteada la cuestión de confianza, la estrategia pasará luego por asentar bien las comisiones parlamentarias y mostrar una actitud de fiscalización dura y permanente, esperando el traspié de algún ministro. “Lo que se hará es resguardar el trabajo congresal [dando la confianza], para que luego se imputen denuncias [a los ministros]. Por ahora no hay argumentos técnicos y legales, por lo cual no se puede imponer siquiera el hecho de cambiar un ministro por otro”, dice una fuente que estuvo presente en la reunión con el premier. 

Precisamente, las armas empezaron a calibrarse en la bancada acionpopulista luego de la reunión del lunes con Bellido, encuentro que algunos califican como decepcionante. Uno de los pedidos del partido de la lampa fue que el Legislativo abandone la iniciativa de una Asamblea Constituyente: “Le dijimos que el dólar está subiendo, que la canasta familiar disminuye y que deje de lado la Asamblea para ponerse en los zapatos de la población”, cuenta la congresista Silvia Monteza.

Los parlamentarios también insistieron, y al unísono, en que se aleje al líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, y que los cargos públicos dejen de coparse con militantes de ese partido. Pero no encontraron mucho eco. “[Bellido] dijo que de repente van a cometer algunos errores [en los nombramientos], pero que se van a subsanar. Insistimos en que no impongan a gente que no reúne los requisitos, que no se rijan solamente por su partido, porque el país no está para seguir experimentando, pero no llegamos a un entendimiento”, dice Monteza.

La bancada, además, buscó que más mujeres integren el Gabinete, ya que el actual solo cuenta con dos ministras, pero no hubo una respuesta concreta del premier.

Parte de la bancada de AP en reunión con Bellido en la PCM (Foto: PCM).
Parte de la bancada de AP en reunión con Bellido en la PCM (Foto: PCM).

Durante la jornada, los parlamentarios dicen haber notado cierta desidia de parte de Bellido por conseguir los votos de confianza. “En un determinado momento aseguró que no nos había reunido con el fin de pedir el voto de confianza, porque para él era igual regresar al Congreso y trabajar desde ahí. Yo le dije que si no le importa el voto, es porque no le importa la democracia. Pareciera que poco le importa, que los pedidos le entraron por una oreja y le salieron por la otra”, apunta el congresista Edwin Martínez.

Los congresistas entrevistados por Sudaca coinciden en que en el Pleno de hoy buscarán presidir comisiones fundamentales como Presupuesto, Transporte, Educación y Descentralización. En paralelo, se ha acordado a la interna que no se piensa otorgar las presidencias de Constitución o Presupuesto ni a Perú Libre ni a Fuerza Popular. Esta última bancada declinó de sostener una reunión con Bellido. El juego de poderes ya empezó.

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Acción Popular, Congreso, Guido bellido, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón
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