Javier Milei

[PIE DERECHO] Parece que la tesis de la guerra ideológica, que un sector de la derecha radical considera fundamental en sus propósitos de enfrentar a la izquierda, lo tiene confundido a Javier Milei, quien le ha declarado la batalla al sector cultural de su país, Argentina, que durante décadas se ha distinguido por ser uno de los lugares que más apoyo ha brindado al mundo de las artes, con logros de excelencia en casi todas ellas.

Uno entendería que la prédica libertaria contra los beneficios sectoriales al mundo de la cultura sean parte de un andamiaje ideológico opuesto, en general, a toda intervención estatal en el circuito económico. Uno puede discrepar de ello, pero se podría entender. Lo que no cabe, dentro de su propia perspectiva lógica, es que se mantengan beneficios a ciertos sectores productivos y a la vez se arremeta, denunciando su privilegio sectorial, contra el mundo de la cultura.

Más parece resultado de una histórica fobia de ciertas élites por el pensamiento crítico y la contestación artística. Y particularmente, en la coyuntura actual, apunta a una ojeriza inexplicable de ciertas derechas hacia la cultura en general.

Se puede ser liberal y alentar el apoyo estatal a la cultura. El mundo de las artes debe ser entendido como el de una atmósfera de quehacer cívico. Alentarlo sería equivalente, en esa perspectiva, a la construcción de espacios públicos. Tiene el mismo resultado: la cohesión social y la activación de núcleos de integración.

Se puede y se debe abrir espacios para la participación de capitales privados en el quehacer cultural. Mientras más, mejor. Pero no puede soslayarse la necesidad de una política cultural de carácter público. Es indispensable, tanto como la existencia de una educación y salud públicas de calidad. Están casi en el mismo rango de importancia social.

Es una lástima que el pensamiento libertario, reivindicado por su propio fundador, Murray Rothbard, como una filosofía de izquierda, haya devenido en la costra ideológica de sectores conservadores, que aprecian casi todo pensamiento abstracto como “neomarxismo” o “marxismo cultural” y que consideran, por ende, que convertir al mundo de la cultura en un páramo es parte de la batalla ideológica que deben librar.

Ojalá fracase Milei en este propósito. Los buenos deseos que los sectores liberales le desean respecto del enderezamiento del desastre populista del peronismo, no se extienden a su afán destructivo de uno de los activos más valioso que puede exhibir la Argentina: su rica y variada vida cultural.

 

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Cultura Argentina, Fobia cultural, Javier Milei, pensamiento crítico

[PIE DERECHO]  El gradualismo finalmente elegido por el presidente argentino, Javier Milei, lo va a conducir al fracaso en el trazado de los grandes objetivos de sacar a su país del desquiciamiento fiscal y monetario al que el peronismo lo había conducido.

Influenciado negativamente por el macrismo, el equipo económico de Milei no ha optado por el corte radical del populismo precedente sino que ha preferido ir de a pocos (debió, por ejemplo, haber eliminado tajantemente el tipo de cambio oficial, pero no, ha optado tan solo por subirlo aun por debajo de su valor de mercado).

Es inocultable la preocupación que deben albergar los derechistas liberales o libertarios en la región respecto de este cambio de rumbo relativo que viene mostrando Milei. De ser un radical monetarista ha pasado a calcar el gradualismo que ya antes llevó a Mauricio Macri al fracaso absoluto y a la vuelta al poder del peronismo, bajo la figura de Alberto Fernández.

En el caso peruano preocupa doblemente porque supuestamente los resultados económicos positivos que Milei ha anunciado, se suponía que iban a notarse justamente en los momentos previos de la campaña electoral peruana del 2026. Si Milei fracasa, ello va a abonar en favor de las tesis populistas que albergan los candidatos de la izquierda peruana.

Lo bueno, relativamente hablando, es que de acá a dos años va a acabar con pena y nada de gloria el pésimo gobierno de Gabriel Boric en Chile (en ello coincide hasta la izquierda nativa) y Chile es más referencial para la política peruana que Argentina.

En el resto del panorama latinoamericano, salvo la potente influencia del pensamiento Bukele -que irradia a toda la región- no hay ningún líder que convoque esas adhesiones o animadversiones. Lula, el gobernante de la mayor potencia sudamericana, gobierna anodinamente Brasil y ya no es, ni de lejos, el eje referencial que fue en sus gestiones anteriores.

A la postre, lo que nos muestra el patio latinoamericano es que las influencias van a estar mediatizadas entre sí. Ni la izquierda ni la derecha van a poder cosechar electoralmente de ese ámbito y al final del día, serán los propios aciertos y errores políticos que cometan los candidatos locales, en sus campañas, los que determinarán el resultado final. Mal harían en querer construir una vía que utilice modelos regionales como paradigmas absorbentes.

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Argentina, Cambio Gradual, Javier Milei, Panorama Político

[PIE DERECHO] Hoy asume el libertario Javier Milei en Argentina, concluyendo una meteórica carrera, que en pocos años lo llevó a derrotar a ese animal político llamado peronismo, que es casi un lugar común en el país de los asados, el fútbol y el buen teatro.

Es verdad que ha debido acotar en cierta medida algunos de sus planteamientos originales, pero los centrales, vinculados al arreglo del desastre económico dejado por la gestión del peronista Alberto Fernández, se mantienen en pie, como lo demuestra el equipo de gobierno ya anunciado.

Hay expectativa mundial por lo que Milei pueda hacer. De hecho, el resultado de su gestión tendrá impacto político en la región. Si tiene éxito irradiará su mensaje en un continente preñado de populismos izquierdistas, contrarios a la prédica del excéntrico gobernante -desde hoy- de la Casa Rosada.

Si así ocurriera, habrá dos faros políticos que ya muchos en la región enarbolan: Bukele y Milei. Serán lo que fue Fujimori en los 90. Cuando en esa década uno viajaba a otros países de la región, muchos políticos, empresarios y periodistas decían “cómo no tenemos un Fujimori en nuestro país”.

Los casos contrarios: López Obrador, Petro, Lula o Boric -para no hablar de los desmanes autoritarios de Maduro u Ortega, descontando el caso de Cuba, que ya no es referente en ningún sentido-, no despiertan el sentido de emulación que sí convocan los mencionados presidentes de El Salvador y Argentina, por los temas de seguridad ciudadana, el primero, y el manejo económico, el segundo.

Si Milei lo hace bien, tendrá tiempo de remontar la inflación y recesión que inicialmente producirá el ajuste y empezar a cosechar los frutos justo en los momentos previos a la elección peruana. No será un factor determinante, claro está, pero al menos alentará a muchos políticos peruanos a entender que las propuestas económicas liberales no tienen por qué esconderse, sino que pueden resultar hasta electoralmente atractivas. Quizás allí radicará el mayor impacto de un gobierno exitoso del economista argentino.

La del estribo: hay que saludar una feliz ruptura de la mala tradición del teatro peruano de prácticamente paralizar funciones durante el verano, con el anunciado estreno de La Doctora, en el Teatro La Plaza. Con la dirección de Urpi Gibbons, y actuaciones estelares de Diana Quijano -quien vuelve a las tablas peruanas después de un buen tiempo-, Magali Bolívar, Augusto Mazzarelli, Ebelin Ortiz, Gabriela Velásquez y otros, va desde el 18 de enero hasta mediados de marzo. Entradas en Joinnus.

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Argentina, Impacto regional, Javier Milei, Liberalismo, peronismo

[PIE DERECHO] Hay que seguir con atención el desenvolvimiento de Javier Milei en Argentina. Ya el solo hecho de que haya triunfado electoralmente una opción libertaria en un país lastrado por el peronismo, es una noticia que hay que saludar. El populismo económico ha destruido la economía argentina y una buena gestión macroeconómica, como promete Milei, debería enderezar el rumbo.

Hace bien, por cierto, Álvaro Vargas Llosa en entrevista que hoy le hace Milagros Leiva en el Comercio, distinguiendo a Milei de Donald Trump, un antiglobalista, proteccionista y hasta estatista (infló el presupuesto público de una manera descomunal); Trump no tiene nada que ver con una propuesta que va en sentido contrario.

El liberalismo se juega mucho en la región con la manera como le vaya a Milei. Por eso la reacción destemplada y antidiplomática de gobernantes como Lula o Petro, quienes anteponen sus ojerizas ideológicas a las políticas de Estado que les corresponde llevar por la responsabilidad presidencial que les cabe.

Milei obviamente va a tener que moderar sus propuestas, ya lo está haciendo. Necesita hacerlo para poder gobernar con relativa estabilidad y entender que los tiempos deben ser administrados con astucia y perspicacia. Con que estabilice el delirio populista económico de Argentina ya habrá logrado bastante.

Las gestiones funestas de los regímenes de izquierda en la región ayudan, pero claramente no bastan para convencer al electorado peruano del grave error de votar por opciones de ese talante (si no, no hubiera ganado Castillo el 2021); se requiere la muestra palpable, fáctica, de que una opción diferente es eficaz y positiva. Milei puede jugar ese papel y convertirse en foco de irradiación continental.

Se necesita a gritos en el Perú una opción liberal integral. Lo mucho que se había avanzado en materia económica en los 90 se ha ido desmontado de a pocos y hoy tenemos un remedo regulatorio populista en casi todos los sectores productivos del país. Y en términos políticos institucionales casi no se ha avanzado nada y, por el contrario, lo que vemos hoy es un grave deterioro de los mismos, con la connivencia fatal del Ejecutivo y el Congreso.

La del estribo: no es una joya cinematográfica, pero es una película imprescindible Napoleón de Ridley Scott. No sé si habrá sido la intención del director, pero desacraliza a un personaje inflado por la historiografía oficial. Entre las megaproducciones de este año, me parece superior Oppenheimer, de Christopher Nolan y no tanto Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, a la que, en mi modesta opinión crítica, le sobraron al menos treinta minutos.

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Argentina Liberal, Economía, Javier Milei, peronismo

[AGENDA PAÍS] El domingo pasado, Argentina vivió una fiesta democrática que culminó con la amplia victoria de Javier Milei, candidato liberal-libertario de La Libertad Avanza, frente al candidato oficialista peronista, Sergio Massa.

Esta victoria contundente con casi 11% de ventaja, refleja el hartazgo de la mayoría de argentinos por la crisis permanente en la que se encuentran hace 30 años, crisis que trasciende lo económico para culminar en una putrefacción moral de corrupción y saqueo del estado por parte de malos gobernantes.

Milei, con su aspecto de rockero ochentero, lenguaje disruptivo, directo y a veces soez, logró captar el corazón del electorado, principalmente al joven, al cual le dio algo que quizá, habían perdido: la esperanza.

La diferencia con las elecciones presidenciales peruanas del 2021, es que en nuestro país los electores votaron por escasa mayoría por el ahora golpista Pedro Castillo, no porque encarnase la esperanza de un Perú mejor, sino por un mezquino odio visceral de cierta parte del electorado por Keiko Fujimori, prefiriendo así el caos a enfrentarse a una propuesta política en democracia.

Incluso en redes se saluda el gesto de Massa de aceptar su derrota, comparándola con la no aceptación inmediata de Keiko Fujimori, cuando en Argentina la derrota de Massa fue por una goleada de 11% mientras que Keiko perdió por 0.26% y varias mesas por auditar. Así, será muy complicado lograr consensos que pongan por delante al país y sus millones de ciudadanos inmersos en la pobreza bajo el desdén de los paupérrimos servicios públicos y la indiferencia de las autoridades.

El efecto Milei ya se siente en América Latina y del éxito de su receta liberal para vencer a la inflación y otorgar un mejor vivir a los argentinos, va a depender que, en otros países, con elecciones en los próximos 3 años como Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia, Brasil y Perú, se pueda tener algún candidato que encarne con esa visión y pasión los principios del liberalismo y que los pueda implementar con sabiduría y humildad.

Pero Venezuela será el primer escollo a superar. Las elecciones presidenciales del 2024 son claves para que la oposición, liderada por María Corina Machado, acceda al Palacio de Miraflores y empiece a reconstruir un bello país ahora sumido en la miseria absoluta y el control estatal de toda actividad económica y social.

La tarea es cuesta arriba. Con Maduro controlando todos los poderes del Estado (incluyendo el electoral) y con votación por máquinas electrónicas hasta ahora sin posibilidad de auditoría, las probabilidades de victoria de Machado, aún cuando las encuestas la sitúan en más del 60%, son prácticamente nulas.

La esperanza es que los Estados Unidos de Norteamérica ponga tal presión que obligue a la OEA y a la ONU de ser los veedores y auditores del voto de los venezolanos, sin ello, las cartas están echadas.

Este aluvión liberal de Milei, con libertad económica que va de la mano con respetar la individualidad de las personas, sus credos, sus sueños y sus amores, priorizando las políticas sociales, efectivas y sin corrupción, debe motivarnos a que tanto los peruanos como el resto de latinoamericanos, podamos construir una opción democrática que toque el corazón de los ciudadanos con propuestas simples y empáticas, que una vez en el gobierno, se puedan implementar rápida y efectivamente.

Es momento de romper el eje del mal, debemos debilitar el Foro de Sao Paulo y el de Puebla, que, bajo la dirección estratégica de Cuba y el petróleo de Venezuela, dirigen y financian la corrupción política de izquierda en todo el continente, y reemplazarlos por gobiernos liberales, limpios y eficientes.

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Argentina, Cambio Político, Elecciones, Javier Milei, Liberalismo

[CASITA DE CARTÓN] Esta casita de cartón abre sus puertas recién llegado de la celebración y del haber oído su primer discurso como presidente de Javier Milei, quien, como dije semanas atrás, estaba con mayores probabilidades de llegar al sillón de Rivadavia. Acudiendo como espectador neutral. Porque de esto se  trata el periodismo, aunque a veces es inevitable no palpar el sentimiento humano, y lo objetivo se vuelve subjetivo. Pero trataré de explicar, con mis casi 10 años de viviendo en este país, porqué ganó este outsider. O este ‘salvador’, como así lo ven muchos en nuestro continente, que es la imagen fresca de la derecha.

Años de hiperinflación, llevaran en su momento a que la extinta República de Weimar –Alemania-, considerada como el país más culto por aquellos años (y que ha sido motivo de múltiples estudios), véase las mentes brillantes que había como Benjamín o Adorno, permitieran el ascenso de Hitler. Pero de la inteligencia no se come, y Argentina ha estado en decadencia casi siete años. La década ganada, cuando Argentina tenía el sueldo en dólar más alto de la región, ha quedado en la historia. Hoy hay un 40 % de pobreza, y 10 % en la indigencia, que ha acelerado que llegara este candidato en casi dos años a la presidencia. Es que él es el candidato antisistema, alejado del podrido peronismo y radicalismo, luego macrismo (aunque se uniera en la segunda vuelta), que prometieron erradicar con este cáncer de la corrupción, y que solo ha generado un descontento y miseria incalculable, que las urnas lo han simplificado con esta frase: ‘están cansados de todos’. Es que el ‘que se vayan todos’, frase vitoreada por aquellos años del 2001, donde sacaron en un helicóptero al ex presidente, De la Rúa, ha renacido. Cantada con mucho fervor por toda esa gente que se congregaron en el hotel Libertador desde temprano, a las esperas del resultado. Y entre la política del odio, del que no queremos más kichnerismo, por eso pedían presa a Cristina Fernández de Kirchner, en cada momento. Y es que el cambio para más de la mitad de la población es él, bien o mal, el tiempo lo manifestará, la gente se muere de pobreza, no quieren oír ‘rugir’ más sus panza vacías y el mundo mejor llegará, ahora importa el hoy, el pan para poder sobrevivir un día más.

Y a pesar que hay hechos imposibles de ignorar, como el que su vicepresidenta, desmienta las cantidades de muertes que hubo en el trágico periodo dictatorial, increíblemente, hecho tan marcable en la historia reciente Argentina, como la venta de órganos, dispuesto a una idea de libre mercado que recalcó el ahora presidente o el libre uso de armas. O algo tan llamativo, como con las Malvinas, donde el candidato no mostró un férreo apoyo por el territorio que ahora tiene Inglaterra. Y pensar que hace unos meses, cuando salían campeones del mundo, lo cantaban con la famosa canción: ‘Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar’. Con esta frase: ‘De los pibes de Malvinas que jamás olvidaré’. Ahora el voto del asco y del hambre ganó. Y a pesar de no ser estar en ese derrotero, solo me queda decir, que el tiempo lo dirá, el tiempo que es la memoria del pasado, que inevitablemente, en este juego, siempre vuelve, recordará a esta nación si su voto fue realmente el mejor o no. La batalla cultural la ganó en esta partida este movimiento revolucionario para muchos, como se ve en Europa o hasta en USA con Trump o acá al lado, con Bolsonaro. La misma que perdió el Peronismo, que en mi llegada era un movimiento de tantos jóvenes que cantaban hasta la marcha peronista con asados y birras. Pero es que el pueblo, no es de derecha ni izquierdas, conservadurismo, privatizaciones, sino de lo que es la realidad. La justicia social es eso. Ayer acabó un ciclo, que no supo capitalizar la necesidad que su pueblo imperaba. Y que puede ser el indicio para que la ola remueva a los otros países del continente con una fuerza mayor. Y esta casita de cartón entendió, como en el entrañable libro del Gabo, ‘El coronel no tiene quien le escriba’, que a buena hambre no hay mal pan. Pero si no la hay, ¿dónde habrá que buscar? El pueblo nunca se equivoca, ellos también tienen derecho a tener un plato de comida para poder vivir un día más.

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Argentina, Crisis económica, descontento popular, Elecciones, Javier Milei

[REFLEXIONEMOS PERÚ]  Saludos estimados lectores, es grato nuevamente escribir para compartir ideas, desde este espacio de análisis, frente los nuevos escenarios políticos. Se abren nuevas ilusiones y esperanzas, para una Argentina “karmáticamente empobrecida en su economía”, por la casta política peronista. Después de 40 años de Democracia, y lucha contra el socialismo, Milei ganó la presidencia. ¡Ganó la libertad!

El economista liberal, libertario, más conocido como el “León”, se enfrentó al elefante Massa en el debate presidencial, y dejó claro un aprendizaje: No hay que tener miedo a decir la verdad. No hay que tener miedo a liberar la verdad y hacerle frente a la mentira. Atacar la mentira es un deber democrático sin embargo se enfrenta a una batalla que podría dejarlo solo sin respaldo.

Sin libertad no hay crecimiento ni desarrollo. Terminar con la pobreza, con la indigencia y con el cáncer de la inflación fueron sus banderas en su discurso final. Al mismo tiempo, responsabiliza a la gestión de esos funcionarios públicos del Estado que no ha sabido solucionar los problemas de la gente. Se enfrentó frontalmente a Massa al decirle: ¡Deja de mentirle a la gente!

Esto no es una guerra de discurso, esto es real. Recuperar la economía del Argentina no será tarea sencilla. ¿Cómo va privatizar las acciones del Estado? Por primera vez en la historia este triunfo de la libertad y de la democracia del siglo xxi ha sido una respuesta contra el “Kishneranismo”. El enojo mató al miedo. El enojo de Milei despertó a la ciudadanía y venció al miedo, y a la mentira.

El peronismo ¿qué reformas ha hecho? – Más que miseria. ¿Qué reformas o políticas de Estado haría Massa? Si lo único que ha hecho durante su ejercicio como Ministro de Economía es reventar los bolsillos de los argentinos con la mega inflación que altera los precios y la vida, día a día. Tampoco es verdad ni justo, mejorar la economía de un país, incrementando impuestos a los que más ganan. Tampoco es cierto que las reformas de las cuales hablaba Massa hubieran sido reales. Por otro lado, Massa en aras de ensalzar la política exterior, pidió abrir los brazos a los países de Latinoamérica para que den trabajo a los argentinos. ¿Acaso eximió al Estado su responsabilidad de generar empleo y competitividad? La política exterior se entiende mejor desde el impulso del libre mercado. No desde la generación del trabajo o esa educación pública – que expresó.

¿Qué hacemos con buenos profesionales competentes si la economía de un país vive de manera inflacionaria? De vuelta, mensajes tramposos, que dejan responsabilidad al gobierno de turno y que Milei supo leer muy bien.

Sergio Massa y toda la casta política de esa generación “kishnerismo” han quedado como traidores a la patria.

Los discursos socialistas o populistas con Milei han sido desenmascarados. Tanto así que Massa ya se dio de baja como político, a pesar de no haber culminado su período como Ministro. Lo que deja esta transición es una irresponsabilidad evidente. Tan descarada es la mentira encarnada de falsos políticos que evidencian lo que nunca les importa: la economía. Si queremos cambios, tenemos que cambiar la manera de cómo miramos la política y de esa forma de políticos que roban. Porque ¡es indignante! Latinoamérica y Argentina en especial, está harta y enojada de esos políticos que mienten para robarles a la población su futuro. – ¡Y yo también! – De esos políticos que abonan miedo para pegarle al contrincante. De esos políticos que no son políticos, ni líderes verdaderos.

Nueva etapa política, nuevas formas de ser políticos se abren para Latinoamérica.

“El fin de la decadencia argentina”- Javier Milei, discurso como presidente electo. No es más que el grito liberador de una democracia que debe evolucionar y liberarse de los discursos engañosos del socialismo – de esa izquierda popular que empobrece las economías de los países de Latinoamérica. Hoy, se abre una evolución de la democracia participativa, con la corriente libertaria, donde el papito Estado, o las Instituciones públicas no pueden ser los únicos garantes absolutos del desarrollo de los países. Porque la concentración del poder genera ambición, privilegios, botines “de amigos, grupos de interés”. Hoy, se encamina una esperanza hacia un nuevo modelo económico basado en la libertad, que busca democratizar los derechos de todos, para “ser un modelo de potencia mundial”.

En definitiva, necesitamos ciudadanías con más conscientes de sus derechos y libertades; que ordenen lo que la política a veces no puede ordenar. Necesitamos nuevos líderes, con vocación pública, que tengan valentía, y compromiso real de resolver los problemas sociales del que padecen los países de Latinoamérica. No pueden ser los mismos de siempre. Necesitamos desarrollar políticas de Estado y reformas orientadas al Bien Común.

La manera de hacer política desde el “buen discurso” caducó. Con Milei se inicia una nueva era de ser políticos viscerales, que pueden venir del sector privado o de la academia, para devolverle a la democracia institucional esa credibilidad que no tiene y que desde la participación de los ciudadanos en los medios digitales se puede lograr. Pero de nuevo, hay que tener coherencia de vida, integridad e interés –real- en la humanidad y en el desarrollo económico, social político con Visión País.  Por primera vez en la historia el triunfo de la libertad encarnada en Milei es la muerte de la mentira del peronismo. Realmente hay que ser valientes y no tener miedo a la verdad para liberar a la gente de ese lado oscuro tramposo del socialismo. Argentina hoy es libre y esto, se celebra desde Lima – Perú.  ¡Ganó la Libertad y la Verdad!

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elecciones presidenciales, Javier Milei, Libertad, Nueva era política, peronismo

Ganó la derecha las elecciones presidenciales en Argentina y eso es algo para celebrar. La república sudamericana ha roto con el funesto peronismo que la había postrado en la mayor crisis económica de su historia reciente y cuyo representante era justamente el candidato presentado, Sergio Massa.

Con Javier Milei volverá la racionalidad económica, la sensatez fiscal y monetaria, la apertura de los mercados, la libertad de cambios, la agenda proinversión, el fin de la barbarie económica que había llevado al 40% de argentinos a la pobreza. Votar por Massa se explica solo por la ciega lealtad peronista, porque el nivel de irracionalidad de sus seguidores era equivalente al de quienes votaron por Luis Alva Castro, en 1990, en el Perú, luego del apocalipsis económico que desplegó el primer alanismo.

Se ha votado por un loco outsider para salir de la locura económica peronista. Los millones de argentinos que han votado por Milei no son, claro está, libertarios, pero el hartazgo de la crisis que se incuba desde hace años en Argentina los ha llevado a patear el tablero y votar por un candidato excéntrico y radical que prometía incendiar la pradera.

Es menester sin embargo, estar atentos a que la ideología conservadora de Milei en asuntos sociales y morales, no termine de desmontar las indudables conquistas que al respecto ha logrado Argentina (políticas de género, derecho al aborto, salud y educación públicas: la UBA es la mejor universidad hispanoamericana del planeta).

Un liberal pleno no se puede comprar el combo completo de Milei, porque el mismo, de prosperar (cuestión difícil, porque no tiene mayoría en el Congreso), haría retroceder a Argentina en los temas referidos, que deberían ser caros a cualquiera que propugne las ideas de la libertad no solo en el ámbito económico sino también político y social.

Pero en el tema económico, que es esencial y quizás el más importante en estos momentos en Argentina, el triunfo de La Libertad Avanza, es una noticia que debe celebrarse por todo lo alto. Y hacer votos para que sirva de ejemplo continental que revierta la ola colorada que ya se ha visto en Brasil, Colombia y Chile en particular y que, de no desalinearse los astros, amenaza el futuro peruano.A

Milei asume el 10 de diciembre. Ojalá no cometa el error gradualista que llevó a Mauricio Macri al fracaso y al posterior regreso del peronismo por todo lo alto. Para romper con el populismo hay que ser radical, porque aquél es una plaga que se infiltra silenciosamente. Veamos nomás cómo en nuestro país se ha desmontado inadvertidamente gran parte del modelo de los 90 y hoy ya pagamos las consecuencias de ello. Aviso para los candidatos de la derecha peruana: nada de remilgos, las cosas claras y la toma de decisiones sin ambages.

 

 

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Argentina, elecciones presidenciales, Javier Milei, políticas sociales, Populismo

Contra los pronósticos de todos los analistas políticos argentinos y las expectativas de la propia población, el peronista Sergio Massa encabezó la primera vuelta con alrededor del 36% de la votación, dejando en segundo lugar a Javier Milei, con cerca del 31%, con quien disputará la segunda vuelta el próximo 19 de noviembre.

¿Cómo han podido votar millones de argentinos por quien fuera ministro de Economía y responsable directo del desastre inflacionario que hoy azota el país?, es lo que muchos desde la derecha se preguntan. Pero es Argentina, y el peronismo sigue siendo un instinto nacional, que actúa más allá de la racionalidad. Como dijo Pepe Mujica, ese animal existe y se llama peronismo.

Muchos dan por sentado el triunfo final de Milei porque consideran que los votantes de quien quedó tercera, la macrista Patricia Bullrich, se irán por el candidato de La Libertad Avanza, pero el panorama es más complejo. La decisión final va a estar entre los radicales, que esta vez fueron de la mano con la candidata de Juntos por el Cambio, pero algunos de sus líderes históricos ya salieron a indicar, después de conocerse los resultados, que no votarán por Milei de ninguna manera.

Otros piensan, entre ellos el propio Milei, según declaró a Radio Mitre después de saberse que irán a balotaje, que los radicales ya votaron por Massa en la primera vuelta y esta “traición” es la que explicaría el ascenso en el último tramo del peronista y el descenso de Bullrich. Si así fuera y el íntegro de los votantes antikirchneristas de Juntos por el Cambio deriva a Milei éste tendría asegurado el triunfo.

De acuerdo a los discursos de Massa y de Milei antes sus seguidores anoche, el primero optará por el perfil del gobierno de unidad nacional, invocando abiertamente la adhesión radical, y el segundo lo hará por la exacerbación del antikirchnerismo, que es claramente un factor aglutinante en Argentina.

Elecciones complejas en medio de una situación económica cada vez más insoportable, signan la definición electoral argentina, donde si no fuera por los miedos que se encargó de auspiciar el propio Milei, el tema ya estaría definido. Las segundas vueltas hacen madurar a los candidatos y centrarse. Si Milei lo logra hacer, puede remontar. En un mes lo sabremos.

 

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Elecciones Argentina, Javier Milei, Resultado Electoral, Segunda vuelta, Sergio Massa
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