[REFLEXIONEMOS PERÚ]  Saludos estimados lectores, es grato nuevamente escribir para compartir ideas, desde este espacio de análisis, frente los nuevos escenarios políticos. Se abren nuevas ilusiones y esperanzas, para una Argentina “karmáticamente empobrecida en su economía”, por la casta política peronista. Después de 40 años de Democracia, y lucha contra el socialismo, Milei ganó la presidencia. ¡Ganó la libertad!

El economista liberal, libertario, más conocido como el “León”, se enfrentó al elefante Massa en el debate presidencial, y dejó claro un aprendizaje: No hay que tener miedo a decir la verdad. No hay que tener miedo a liberar la verdad y hacerle frente a la mentira. Atacar la mentira es un deber democrático sin embargo se enfrenta a una batalla que podría dejarlo solo sin respaldo.

Sin libertad no hay crecimiento ni desarrollo. Terminar con la pobreza, con la indigencia y con el cáncer de la inflación fueron sus banderas en su discurso final. Al mismo tiempo, responsabiliza a la gestión de esos funcionarios públicos del Estado que no ha sabido solucionar los problemas de la gente. Se enfrentó frontalmente a Massa al decirle: ¡Deja de mentirle a la gente!

Esto no es una guerra de discurso, esto es real. Recuperar la economía del Argentina no será tarea sencilla. ¿Cómo va privatizar las acciones del Estado? Por primera vez en la historia este triunfo de la libertad y de la democracia del siglo xxi ha sido una respuesta contra el “Kishneranismo”. El enojo mató al miedo. El enojo de Milei despertó a la ciudadanía y venció al miedo, y a la mentira.

El peronismo ¿qué reformas ha hecho? – Más que miseria. ¿Qué reformas o políticas de Estado haría Massa? Si lo único que ha hecho durante su ejercicio como Ministro de Economía es reventar los bolsillos de los argentinos con la mega inflación que altera los precios y la vida, día a día. Tampoco es verdad ni justo, mejorar la economía de un país, incrementando impuestos a los que más ganan. Tampoco es cierto que las reformas de las cuales hablaba Massa hubieran sido reales. Por otro lado, Massa en aras de ensalzar la política exterior, pidió abrir los brazos a los países de Latinoamérica para que den trabajo a los argentinos. ¿Acaso eximió al Estado su responsabilidad de generar empleo y competitividad? La política exterior se entiende mejor desde el impulso del libre mercado. No desde la generación del trabajo o esa educación pública – que expresó.

¿Qué hacemos con buenos profesionales competentes si la economía de un país vive de manera inflacionaria? De vuelta, mensajes tramposos, que dejan responsabilidad al gobierno de turno y que Milei supo leer muy bien.

Sergio Massa y toda la casta política de esa generación “kishnerismo” han quedado como traidores a la patria.

Los discursos socialistas o populistas con Milei han sido desenmascarados. Tanto así que Massa ya se dio de baja como político, a pesar de no haber culminado su período como Ministro. Lo que deja esta transición es una irresponsabilidad evidente. Tan descarada es la mentira encarnada de falsos políticos que evidencian lo que nunca les importa: la economía. Si queremos cambios, tenemos que cambiar la manera de cómo miramos la política y de esa forma de políticos que roban. Porque ¡es indignante! Latinoamérica y Argentina en especial, está harta y enojada de esos políticos que mienten para robarles a la población su futuro. – ¡Y yo también! – De esos políticos que abonan miedo para pegarle al contrincante. De esos políticos que no son políticos, ni líderes verdaderos.

Nueva etapa política, nuevas formas de ser políticos se abren para Latinoamérica.

“El fin de la decadencia argentina”- Javier Milei, discurso como presidente electo. No es más que el grito liberador de una democracia que debe evolucionar y liberarse de los discursos engañosos del socialismo – de esa izquierda popular que empobrece las economías de los países de Latinoamérica. Hoy, se abre una evolución de la democracia participativa, con la corriente libertaria, donde el papito Estado, o las Instituciones públicas no pueden ser los únicos garantes absolutos del desarrollo de los países. Porque la concentración del poder genera ambición, privilegios, botines “de amigos, grupos de interés”. Hoy, se encamina una esperanza hacia un nuevo modelo económico basado en la libertad, que busca democratizar los derechos de todos, para “ser un modelo de potencia mundial”.

En definitiva, necesitamos ciudadanías con más conscientes de sus derechos y libertades; que ordenen lo que la política a veces no puede ordenar. Necesitamos nuevos líderes, con vocación pública, que tengan valentía, y compromiso real de resolver los problemas sociales del que padecen los países de Latinoamérica. No pueden ser los mismos de siempre. Necesitamos desarrollar políticas de Estado y reformas orientadas al Bien Común.

La manera de hacer política desde el “buen discurso” caducó. Con Milei se inicia una nueva era de ser políticos viscerales, que pueden venir del sector privado o de la academia, para devolverle a la democracia institucional esa credibilidad que no tiene y que desde la participación de los ciudadanos en los medios digitales se puede lograr. Pero de nuevo, hay que tener coherencia de vida, integridad e interés –real- en la humanidad y en el desarrollo económico, social político con Visión País.  Por primera vez en la historia el triunfo de la libertad encarnada en Milei es la muerte de la mentira del peronismo. Realmente hay que ser valientes y no tener miedo a la verdad para liberar a la gente de ese lado oscuro tramposo del socialismo. Argentina hoy es libre y esto, se celebra desde Lima – Perú.  ¡Ganó la Libertad y la Verdad!

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[REFLEXIONEMOS PERÚ] Todas las campañas políticas ven a las plataformas digitales como el territorio para ganar las elecciones. Algunos con bailes, otros con parodias, y otros con formas bruscas para llamar la atención. Sin embargo, estos contenidos propiamente no son auténticos, ni propios.

En la actualidad, los ciudadanos digitales nos hemos convertido en consumidores de los contenidos digitales. La pandemia nos llevó a vivir también la política por medio de las redes sociales.

La política de la democracia liberal está pasando por una crisis debilitada, por una falta de credibilidad y apatía ciudadana. Y esto es muy preocupante.

Basta con ver las instituciones públicas y los partidos políticos desgastados en algo que no han sabido aprovechar, con todas estas crisis: el reposicionamiento de la marca institucional o la creación de marcas humanas políticas líderes de verdad. 

Esta política tan deteriorada, actualmente apuesta a la popularidad, pero sin construir marcas propias de los candidatos.

¿Popularidad es sinónimo de Liderazgo? No, son dos cosas absolutamente diferentes.

El ego que intenta gobernar con poder, control y autoridad, crea cuadros políticos que intentan ejercer su influencia sobre otros grupos de interés en sus ideas, pensamientos, y actitudes, sin hacer nada. Sin ni siquiera trabajar un liderazgo auténtico, y con credibilidad. Por eso es importante, rescatar el concepto del líder de opinión, desde la comunicación.

Un líder de opinión es aquella persona que ejerce una influencia en la sociedad, sobre otros que pertenecen a un grupo social, sirviendo de guía para los demás. Las personas con este prestigio de autoridad creíble funcionan como fuentes de información, consejos, análisis para dar al grupo humano líneas de interpretación verdaderas de la realidad.

Ahora bien, el liderazgo es un estilo de vida humano, donde se vive la disciplina, se encarnan valores y refleja coherencia entre el pensamiento, actitudes y comportamientos en la persona sobre el tema en especialidad que defiende y lidera. Para ser líder hay que tener características particulares, sobre todo en la actualidad.

En ese sentido, un líder político de verdad, debe tener valores que se reflejen en su actuar para que su audiencia o público, perciba la diferencia del resto de sus competidores. Su discurso debe reflejar un co-relato con su actuar. Se debe ser coherente en cuanto a la imagen que da, pensamientos, estilos de vida, gustos, y personalidad. Lo que conocemos como integridad.

Los líderes de verdad – en cualquier campo – además de ser auténticamente muy humanos, son íntegros.

Por otra parte, el líder además de tener empatía, que es un concepto que todavía no se entiende, porque no es estar a los pies de alguien sino ponerse en sus zapatos, para desarrollar esa sensibilidad humana, de lo que necesita. La empatía crea el puente hacia la conexión humana, como otro ser humano.

El líder también tiene debe tener habilidad para comunicar y este es uno de los grandes problemas que llegan a tener los políticos, porque no es clara. Nos han enseñado a asociar la comunicación por transmisión de mensajes y no como vinculo o puente que construye un encuentro a través del dialogo. La comunicación verbal y no verbal debe transmitir la unidad pensamientos, valores y creencias desde todo ángulo de la persona. No puede haber dobles discursos, dobles facetas, dobles vidas o dobles facetas.

El político que desea ser “influencer” desde las plataformas digitales, primero debe analizar su propia vida.

Los políticos con cargos de corrupción no pueden ser verdaderos líderes. Deben estar comprometidos con sus valores y los valores institucionales del partido, como con los problemas que aquejan a la población. Y uno de los valores claves que debe sentir es el del Bien común para servir al otro, y ayudar a la población, sin conveniencias, sino más bien por convicciones.

Sería interesante que las escuelas, las universidades, comiencen a considerar estas características de los líderes para que todo tipo de educación, formación desarrolle el potencial de los estudiantes en todos los niveles y podamos tener mejores cuadros políticos basados en valores y liderazgos verdaderos.

Los valores, la autoestima, el conocimiento de la persona, la dignidad, no son categorías mentales, creados por la razón. No son percepciones subjetivas. Son verdades absolutas antropológicas. Son realidades propias del ser humano y siguen siendo los insumos esenciales de la formación de todo líder, desde la educación.

Recordemos que un país que no educa engendra masas. Y si no colocamos la educación al centro de la persona, estamos deshumanizando su misma finalidad.

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Bien Común, Empatía, Era Digital, Integridad, Líder de Opinión, valores
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