Ganó la derecha las elecciones presidenciales en Argentina y eso es algo para celebrar. La república sudamericana ha roto con el funesto peronismo que la había postrado en la mayor crisis económica de su historia reciente y cuyo representante era justamente el candidato presentado, Sergio Massa.
Con Javier Milei volverá la racionalidad económica, la sensatez fiscal y monetaria, la apertura de los mercados, la libertad de cambios, la agenda proinversión, el fin de la barbarie económica que había llevado al 40% de argentinos a la pobreza. Votar por Massa se explica solo por la ciega lealtad peronista, porque el nivel de irracionalidad de sus seguidores era equivalente al de quienes votaron por Luis Alva Castro, en 1990, en el Perú, luego del apocalipsis económico que desplegó el primer alanismo.
Se ha votado por un loco outsider para salir de la locura económica peronista. Los millones de argentinos que han votado por Milei no son, claro está, libertarios, pero el hartazgo de la crisis que se incuba desde hace años en Argentina los ha llevado a patear el tablero y votar por un candidato excéntrico y radical que prometía incendiar la pradera.
Es menester sin embargo, estar atentos a que la ideología conservadora de Milei en asuntos sociales y morales, no termine de desmontar las indudables conquistas que al respecto ha logrado Argentina (políticas de género, derecho al aborto, salud y educación públicas: la UBA es la mejor universidad hispanoamericana del planeta).
Un liberal pleno no se puede comprar el combo completo de Milei, porque el mismo, de prosperar (cuestión difícil, porque no tiene mayoría en el Congreso), haría retroceder a Argentina en los temas referidos, que deberían ser caros a cualquiera que propugne las ideas de la libertad no solo en el ámbito económico sino también político y social.
Pero en el tema económico, que es esencial y quizás el más importante en estos momentos en Argentina, el triunfo de La Libertad Avanza, es una noticia que debe celebrarse por todo lo alto. Y hacer votos para que sirva de ejemplo continental que revierta la ola colorada que ya se ha visto en Brasil, Colombia y Chile en particular y que, de no desalinearse los astros, amenaza el futuro peruano.A
Milei asume el 10 de diciembre. Ojalá no cometa el error gradualista que llevó a Mauricio Macri al fracaso y al posterior regreso del peronismo por todo lo alto. Para romper con el populismo hay que ser radical, porque aquél es una plaga que se infiltra silenciosamente. Veamos nomás cómo en nuestro país se ha desmontado inadvertidamente gran parte del modelo de los 90 y hoy ya pagamos las consecuencias de ello. Aviso para los candidatos de la derecha peruana: nada de remilgos, las cosas claras y la toma de decisiones sin ambages.