adopción

[TIEMPO DE MILLENIALS] Recuerdo que estaba trabajando en la casa y me llamó tu abuelita, mientras hablaba con ella entró una llamada de un número desconocido y no contesté. A lo lejos sentí el celular de tu papá y que él decía: “un momento quiero que mi esposa también escuche”. Automáticamente supe que era por ti. Esa llamada fue un 1 de julio de 2024, en la noche, cuando llevábamos diez meses en el proceso de adopción y muchos años intentando tener un hijo biológico. 

Al día siguiente, a primera hora, fuimos a la división de adopciones del Ministerio de la Mujer para ser formalmente notificados con la designación de nuestro hijo, tú. Vimos tu carita por primera vez y supimos que naciste en el mismo mes que nosotros presentamos nuestra solicitud de adopción, también que aprobaron tu adoptabilidad el mismo mes que nos aprobaron ser padres adoptantes. Creímos y creemos que estaba escrito en algún lado que seremos los 3 por siempre.  

Siguieron las dos semanas más locas de nuestra vida en la que preparamos todo para tu llegada con tanta ilusión y amor que será por siempre uno de mis recuerdos más lindos. Todo era felicidad, risas, indecisión con los colores de tu cuarto, ¿cuna o cama cuna?, preguntas a todos los papás expertos y de pronto -si es que cabe- nos unimos más a nuestros papas y hermanos. Cuando crezcas verás los videos que hicimos en esas semanas para ti, pensando siempre en que vas a saber cuánto quisimos y queremos tenerte en nuestra vida.

El 16 de julio viajamos a Chiclayo pues tú -si bien eres Trujillano- estabas esperándonos en Ferreñafe. Uno de los viajes más cargados de nervios ya que sabíamos que íbamos dos pero volvíamos tres. Nuestras maletas cargaban muchas más cosas para ti que para nosotros pues nos estábamos volviendo padres sin saber.

El miércoles 17 te conocimos. Teníamos mucha expectativa del primer encuentro o que no quieras que te carguemos o hagamos cariño pues al fin y al cabo, éramos un par de extraños para ti. Pero, superaste todas nuestras expectativas cuando no solo te dejaste cargar si no que te quedaste dormido en mis brazos como si nos conociéramos todos los 10 meses de tu corta vida. En los talleres nos habían hablado de cómo trabajar para generar el vínculo y en desarrollarlo pero lo que nunca nos dijeron es que sería amor a primera vista y que tan de pronto e inmediatamente dejamos de ser Andrés y Fiorella para ser tus papás.

El jueves 18 fuimos a verte y nos reconociste, no tienes una idea como nos movió.  El viernes 19 fue tu último día en el hogar y nuestro primer día como familia. Te fuiste tranquilo y feliz con nosotros al hotel hasta esperar la hora de nuestro vuelo a Lima. ¿Qué si te portaste bien en el avión? Digamos que sacaste 9 de 10, un pequeño amago de llanto y nada más. Tus abuelos te esperaban en el aeropuerto y fuimos juntos a nuestra casa. ¿Te asustaron los ladridos de tus tres perros? No. Nunca lloraste, los mirabas con curiosidad y creo que desde ahí sabías que serían tus grandes amigos.

Me sentí distinta la primera noche. De pronto tuve miedo, sentí la poderosa necesidad de protegerte. Han sido dos semanas y media en que nos hemos conocido cada vez más y también a esta nueva versión mía, una en la que tú eres protagonista y yo soy mejor persona para ti.

Te he esperado tanto tiempo que no puedo creer que por fin estás aquí, siento tanta gratitud por ti y porque estamos rodeados de personas que te quieren y nos quieren mucho y no hay nada más valioso que sentirse querido  y valorado en esta vida. 

Gracias hijito porque has hecho que nuestra vida sea mucho más feliz y has despertado un amor loco en nosotros que suena en nuestra cabeza como la canción de Marc Anthony…desde el día en que te conocí me enamoré de ti, en ti vi todo lo que siempre imaginé…pronunciaste mi nombre y yo supe por fin que así comenzaría un cuento que no tiene fin….

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Cuando le pregunto por qué decidió contar esta historia, relata que ella quería ayudar a personas que estaban en esa misma búsqueda y que no sabía por dónde empezar. También, por el hecho de compartir su propio proceso, sentía que estaba apoyando y ayudando a normalizar la condición de adoptada para no sentir nunca marginación. Cuando uno está con ganas de ser papá o está dispuesto a todo, nada puede quebrar el amor de unos padres, al contrario, la entrega es fuerte y firme, tal como ella la vivió. “A nuestra sociedad le falta mucho por aprender”, apunta Fabiola.
“Hay que ser valientes para ser papás” esa es la frase con la que me quedé porque, como dice Fabiola, no importa si es adoptado o no, los niños ya tienen sus genes, pasado, mochilas etc. como los no adoptados. “Basta que tú tengas poder para que tengas obligación con ese niño”.

Una de los sueños de Fabiola es lograr cambiar la ley para que en el Perú se pueda adoptar sin declarar a un niño en abandono. Los trámites son muy engorrosos en el Perú, porque primero tiene el niño que ser declarado en abandono en un juzgado, algo que estigmatiza al niño, como si llevara un sticker en la frente diciendo “abandonado”. Es traumático, muy fuerte.

Fabiola fue adoptada en Chile, donde la ley si protege a los niños y también protege a los padres biológicos mientras están vivos, pero cuando ella empieza la búsqueda se le abrieron las puertas porque sus padres biológicos habían fallecido. En el Perú existen más de 5,000 niños abandonados, en Chile existe el Servicio Nacional de Menores, organismo que pertenece al Ministerio de Justicia, que se encarga de proteger a los niños y de reinsertarlos a la sociedad, pueden participar extranjeros en los procesos de adopción, el trámite demora máximo 1 año y medio. En el Perú para dar en adopción a un bebe, tienes que ir al Ministerio de Justicia y hacer una declaración en el juzgado que lo estás abandonando. Y para que alguna familia lo quiera adoptar demora de 3 a 4 años para los que ya se encuentran en los albergues.

“Dar en adopción es un gesto de amor”. Ese desprendimiento que me pone la piel de gallina y me acelera el corazón tiene que ver con los prejuicios con los que hemos sido “criados”, porque no todos hemos deseado traer al mundo a los niños, hay varios casos de embarazos no deseados, y la suerte está para los dos, te puede tocar una buena o mala madre biológica o adoptiva, así que no hay porqué marginar, no hay porque sentirse mal. Nunca.

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