albergues

Cuando le pregunto por qué decidió contar esta historia, relata que ella quería ayudar a personas que estaban en esa misma búsqueda y que no sabía por dónde empezar. También, por el hecho de compartir su propio proceso, sentía que estaba apoyando y ayudando a normalizar la condición de adoptada para no sentir nunca marginación. Cuando uno está con ganas de ser papá o está dispuesto a todo, nada puede quebrar el amor de unos padres, al contrario, la entrega es fuerte y firme, tal como ella la vivió. “A nuestra sociedad le falta mucho por aprender”, apunta Fabiola.
“Hay que ser valientes para ser papás” esa es la frase con la que me quedé porque, como dice Fabiola, no importa si es adoptado o no, los niños ya tienen sus genes, pasado, mochilas etc. como los no adoptados. “Basta que tú tengas poder para que tengas obligación con ese niño”.

Una de los sueños de Fabiola es lograr cambiar la ley para que en el Perú se pueda adoptar sin declarar a un niño en abandono. Los trámites son muy engorrosos en el Perú, porque primero tiene el niño que ser declarado en abandono en un juzgado, algo que estigmatiza al niño, como si llevara un sticker en la frente diciendo “abandonado”. Es traumático, muy fuerte.

Fabiola fue adoptada en Chile, donde la ley si protege a los niños y también protege a los padres biológicos mientras están vivos, pero cuando ella empieza la búsqueda se le abrieron las puertas porque sus padres biológicos habían fallecido. En el Perú existen más de 5,000 niños abandonados, en Chile existe el Servicio Nacional de Menores, organismo que pertenece al Ministerio de Justicia, que se encarga de proteger a los niños y de reinsertarlos a la sociedad, pueden participar extranjeros en los procesos de adopción, el trámite demora máximo 1 año y medio. En el Perú para dar en adopción a un bebe, tienes que ir al Ministerio de Justicia y hacer una declaración en el juzgado que lo estás abandonando. Y para que alguna familia lo quiera adoptar demora de 3 a 4 años para los que ya se encuentran en los albergues.

“Dar en adopción es un gesto de amor”. Ese desprendimiento que me pone la piel de gallina y me acelera el corazón tiene que ver con los prejuicios con los que hemos sido “criados”, porque no todos hemos deseado traer al mundo a los niños, hay varios casos de embarazos no deseados, y la suerte está para los dos, te puede tocar una buena o mala madre biológica o adoptiva, así que no hay porqué marginar, no hay porque sentirse mal. Nunca.

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